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Capítulo 2

El sutil arte de que te importe un carajo:

Albert Camus

Nunca serás feliz si continúas buscando en qué consiste la felicidad. Nunca vivirás si estás buscando
el significado de la vida.

Cuando hayas algo que te importa debes dedicar tu energía en ello. Si no tienes nada que te importe
tu cerebro se inventara algo para que te preocupes.

Dejar los problemas a un lado puede ser una alternativa para estar tranquilo, pero cuando transcurra
mucho tiempo y tengamos que enfrentarnos a ellos después va a ser más doloroso.

Qué dolor deseas en tu vida? Qué estas dispuesto a soportar? La felicidad nacé de resolver
problemas.

Los problemas le agregan una sensación de significado e importancia a nuestra vida. De modo que
agacharte para evitarlos es llevar una existencia sin sentido (incluso si en apariencia es placentera).

Como Freud dijo alguna vez: “Algún día, en retrospectiva, los años de esfuerzo te parecerán los más
hermosos”.

Valores y parámetros

Algunos ejemplos de valores sanos y buenos son: la honestidad, la innovación, la vulnerabilidad,


defenderse a sí mismo, defender a otros, respetarse a sí mismo, la curiosidad, la caridad, la humildad
y la creatividad.

Algunos ejemplos de valores malos y enfermizos son: ser dominante a través de la manipulación o la
violencia, el sexo indiscriminado, sentirse bien todo el tiempo, siempre ser el centro de atención, no
estar solo, caerle bien a todo el mundo, ser rico sólo por ser rico y sacrificar animales pequeños a los
dioses paganos.

Responsable de todo lo que sucedía en su vida:

Sin embargo, una noche, mientras leía unas conferencias del filósofo Charles Pierce, James decidió
realizar un pequeño experimento. En su diario escribió que pasaría un año completo creyendo que
era cien por ciento responsable de todo lo que ocurriera en su vida, lo que fuera. Durante ese
periodo, haría todo lo que estuviera en su poder para cambiar sus circunstancias, sin importar la
probabilidad de fracasar. Si nada mejoraba en ese año, entonces sería obvio que en verdad no tenía
poder sobre las circunstancias a su alrededor y entonces se quitaría la vida

Mientras más elijamos aceptar la responsabilidad de nuestras vidas, más poder tendremos sobre
ellas. Aceptar la responsabilidad de nuestros problemas es, entonces, el primer paso para
resolverlos.
En lugar de buscar la certeza, deberíamos estar en búsqueda constante de la duda: dudar de
nuestras propias creencias, dudar de nuestros propios sentimientos, dudar sobre lo que nos traerá el
futuro, a menos que salgamos y lo construyamos nosotros mismos. En vez de esperar estar en lo
cierto todo el tiempo, deberíamos buscar en qué estamos equivocados todo el tiempo. Porque lo
estamos.

Dar por hecho algo por cómo te sientes.

El problema se debía a que mis emociones definían mi realidad. Porque sentía que la gente no
deseaba hablar conmigo, llegué a creer que la gente no quería hablar conmigo. Y así, mi pregunta de
videocasetera: “¿Cómo voy y platico con alguien, así como así?”

Al fracasar en separar lo que yo sentía de lo que era, no podía salir mí mismo y ver el mundo tal y
como es: un simple lugar donde dos personas pueden acercarse, nada más por que sí, y platicar.

Mucha gente, cuando padece alguna forma de dolor, irritación o tristeza, abandona todo y se dedica
a anestesiar lo que están sintiendo. Su meta es regresar a “sentirse bien” tan pronto como sea
posible, incluso si eso significa utilizar sustancias, evadirse o regresar a sus valores de porquería.

Aprende a soportar el dolor que has elegido. Cuando eliges un nuevo valor, optas por introducir una
nueva forma de dolor en tu vida. Disfrútala. Saboréala. Dale la bienvenida con los brazos abiertos. Y
luego actúa a pesar del sufrimiento.

Se trata de no saber

No mentiré: te resultará demasiado complicado al principio, pero puedes comenzar con algo
sencillo. Te sentirás como si no supieras qué hacer, pero ya discutimos esto, no sabes nada. Incluso
cuando crees que lo sabes, en realidad no tienes idea de qué carajos estás haciendo. Así que, ¿qué
puedes perder?

La vida se trata de no saber y luego hacer algo de todas formas. Toda la vida es así. Nunca cambia.
Incluso cuando eres feliz. Incluso si expeles gases de polvo de hadas. Incluso si ganas la lotería y
compras una pequeña flotilla de motos acuáticas, aun así, no sabrás qué demonios estás haciendo.
Nunca lo olvides. Y jamás tengas miedo de eso.

Durante ese periodo inicial de trabajar por mi cuenta, cuando luchaba y me esforzaba a diario,
completamente confundido sobre qué hacer y aterrorizado por los resultados (o la falta de los
mismos), el consejo de Packwood comenzó a llamarme desde los recovecos de mi pensamiento. Lo
escuchaba como un mantra:

No estés ahí sentado nada más.

Haz algo. Las respuestas llegarán después.

Acción → Inspiración → Motivación


Si te falta la motivación para conseguir un cambio importante en tu vida, haz algo —de veras, lo que
sea— y aprovecha la reacción a esa acción como una manera de empezar a motivarte.

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