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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA DE EDUCACIÓN SUPERIOR


TÉCNICO PROFESIONAL PNP
CUSCO
SÍLABO DESARROLLADO
DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA FUNCION POLICIAL
DOCENTES:
1. Crnl. PNP SALLUCA GAMARRA WALTER HILARIO
2. Crnl. PNP FARFAN SALAS EULOGIO ABELARDO
3. SS PNP RAURAU TORRE FRANCISCO
4. SB PNP VALDIVIA PACHECO ROBERTO
5. SB PNP BUSTINZA CARRASCO WALTER HORACIO
6. ST1 PNP CALSINA JOVE EVERTH DAVID
7. ST1 PNP ROJAS APARICIO PERCY RONAL
8. ST2 PNP ARREDONDO GALLEGOS ROY ROGER
(COORDINADOR)
9. ST2 PNP HUMPIRI BALLADARES ALFREDO
10. ST2 PNP ZARATE CONZA ALEXIS MICHAEL
11. ST2 PNP TAPIA PEREZ VICTOR HUGO
12. ST3 PNP CARRION PERCCA DANIEL ALCIDES
13. S1 PNP QUISPE CALDERON RICHARD MARX
14. S1 PNP MENDOZA CACHI MARY KATHERYNE

PROGRAMA REGULAR
MODALIDAD PRESENCIAL
2022 – CUSCO
PERU
SILABO
DERECHO ADMINISTRATIVO EN LA FUNCION POLICIAL
(PROGRAMA REGULAR - MODALIDAD PRESENCIAL)

I. DATOS GENERALES

EJE CURRICULAR : Formación Técnico Profesional


AREA EDUCATIVA : Derecho Administrativo en la Función Policial
AÑO DE ESTUDIO : TERCER AÑO
HORAS SEMESTRALES : 48 horas académicas
HORAS SEMANALES : 04
CRÉDITOS : 03
PERIODO ACADEMICO : V Período Académico

II. SUMILLA:
La Asignatura forma parte del Currículo de Estudios de las Escuelas de Educación
Superior Técnico Profesional de la Policía Nacional del Perú, siendo de naturaleza
propedéutica, proporciona conocimientos teórico-prácticos para conocer y valorar,
de modo analítico los principios, conceptos e instituciones que regulan y lo
compenetran en la naturaleza y modos de actuación de la Administración Pública,
mediante los actos administrativos, que engloban toda aquellas manifestaciones del
Derecho; por medio de las cuales el Estado y sus distintos órganos establecen
relaciones jurídicas con los ciudadanos e instituciones, así como los
procedimientos administrativos según la normativa que rige la función policial.

III. COMPETENCIAS:
Al finalizar el semestre, el Alumno PNP estará en la capacidad de:
A. Comprende los mecanismos de interrelación de las instituciones jurídicas del
Derecho Administrativo y la estructura de la Administración Pública.
2
B. Describe el procedimiento administrativo en la función policial basado en la
normatividad vigente.
C. Comprende las garantías, derechos y obligaciones del ciudadano frente a la
Administración.
D. Describe los recursos administrativos y los procedimientos especiales en la
función policial.

IV. CONTENIDOS:

UNIDAD I
CONTENIDO DE LA LEY DE PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO GENERAL

-Introducción al Derecho Administrativo.-Concepto de Derecho


PRIMERA Administrativo, Evolución, su función y el Acto Administrativo
SEMANA

SEGUNDA -Ámbito de aplicación, Impacto de las nuevas tecnologías,


SEMANA Función Administrativa. -La ley del procedimiento administrativo
general y su estructura jurídica.

TERCERA -, Título Preliminar, ámbito, contenido y finalidad.-Principios del


SEMANA procedimiento administrativo.
CUARTA -Las fuentes del Ordenamiento Administrativo y precedentes
SEMANA administrativos.
-Función de las disposiciones generales.
-Deficiencias de fuentes.
-Organización de la Administración Publica

II UNIDAD
REGIMEN JURIDICO DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
QUINTA -Definición y requisitos para la validez de los actos jurídicos.
SEMANA - Acto administrativo, Modalidades, forma, objeto y motivación
del acto administrativo
SEXTA SEMANA -Régimen jurídico de los Actos Administrativos.
-Validez y causales de nulidad de los actos administrativos.
SEPTIMA -Exposición de trabajo aplicativo I.
SEMANA -PRIMER EXAMEN PARCIAL
OCTAVA -Instancia para declarar la nulidad de un acto administrativo.
SEMANA -Efectos y alcances de la declaración de nulidad de un acto
administrativo
III UNIDAD
EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
NOVENA -La notificación personal y la notificación formal.
SEMANA -La notificación a pluralidad de administrados.
Eficacia
-La notificación a un número indeterminado de administrados.
Eficacia,
-Modalidades de la notificación formal
DÈCIMA -Eficacia del acto administrativo a favor del ente administrador.
SEMANA -Eficacia del acto administrativo a favor del administrado.
-Eficacia anticipada del acto administrativo.
IV UNIDAD
DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
DECIMA -De la Autoridad Administrativa, Principios
PRIMERA Generales y Competencia.
SEMANA -Iniciación del Procedimiento administrativo.
-Recepción documental, plazos y términos, plazos máximos
para realizar actos procedimentales.
DECIMA -Instrucción del procedimiento, -Fin del Procedimiento y
SEGUNDA ejecución de Resoluciones-Exposición de trabajo aplicativo II.
SEMANA
EXAMEN PARCIAL II
V UNIDAD
DE LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS Y LOS
PROCEDIMIENTOSESPECIALES
DECIMA -Recursos administrativos, reconsideración, apelación y
TERCERA revisión,
SEMANA -El acto firme -Silencio administrativo en materia de recursos,
suspensión de la ejecución y agotamiento vía administrativa.
DECIMA -Procedimiento trilateral, inicio del procedimiento.-Medidas
CUARTA cautelares, impugnación.
SEMANA
DECIMA QUINTA -Procedimiento sancionador, principios.
SEMANA -Potestad sancionadora administrativa.
-Prescripción de las sanciones.
DÉCIMA SEXTA -EXAMEN FINAL (DACA)
SEMANA

V. PROCEDIMIENTOS DIDÀCTICO:

A. Las técnicas de enseñanza se orientarán a la interacción permanente docente


- educando, enmarcadas en la cultura participativa, y el trabajo en equipo
mediante metodología activa.
B. Se promoverá la investigación permanente y la exposición de los
conocimientos adquiridos, así como estudios de casos, a fin de posibilitar el
desarrollo del pensamiento lógico, analítico y reflexivo.
C. El desarrollo de los contenidos curriculares será eminentemente objetivo
mediante el empleo de Mapas Conceptuales.

VI. EQUIPOS Y MATERIALES:


El docente para el desarrollo de la asignatura empleará los siguientes equipos y
materiales:
A. EQUIPOS:
Video grabadora, computador, proyector multimedia.
B. MATERIALES:
Proveerá separatas a los educandos, así como utilizará transparencias o
videos para reforzar las técnicas de enseñanza.

VII. EVALUACIÓN:
La asistencia a las sesiones académicas es obligatoria en el 100%, en caso
contrario de no existir justificación alguna por la Sub Dirección Académica de la
EESTP-PNP, el Alumno (a) desaprobará la asignatura.

El proceso de evaluación del aprendizaje será permanente, comprenderá:

A. Evaluación Formativa Interactiva, en relación a la participación activa del


Alumno (a) en el aula. El promedio de las intervenciones orales constituirá
Nota de Paso Oral.
B. Evaluación Formativa o de Proceso para comprobar el rendimiento
académico, pronosticar posibilidades de desarrollo y reorientar la
metodología, compromete la realización de:
1. Talleres.
2. Exposiciones.
3. Dos exámenes escritos parciales (8ª y 13ª semana), enmarcados en los
modelos de la Prueba Objetiva, pudiendo, además, contener preguntas tipo
desarrollo y situación problema, en las que prime el empleo de la
capacidad reflexiva, la correlación de criterios, el análisis y el pensamiento
lógico.
C. Un trabajo de investigación monográfica que se valorará en su forma y
contenido.
D. Evaluación Sumativa orientada a comprobar el nivel de desarrollo
cognoscitivo, reflexivo y del pensamiento lógico, para lo cual se aplicará un
examen final (18ª semana), de similar característica empleada en los
exámenes parciales.
E. El Promedio General se calculará en concordancia con las disposiciones
establecidas en el Manual de Régimen de Educación de las Escuelas de
Formación de la PNP, conforme se detalla a continuación:
Promedio General:

PG = PEP (3) + PO (1) + TA (2) +EF (4)


10
PEP = Promedio de Exámenes Parciales.
PO = Paso Oral.
TA = Trabajo de Investigación monográfica.
EF = Examen Final.

VIII. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:


A. Constitución Política del Perú.
B. TUO. de la Ley de Procedimiento Administrativo General, aprobado
mediante Decreto Supremo N° 004 - 2019-JUS.
C. Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General, Juan Carlos
Morón Urbina, 14° Edición, Editorial Gaceta Jurídica; Lima 2019.
D. Manual del Procedimiento Administrativo, Christian GUZMAN NAPURI, 1°
Edición; Editorial PACIFICO, Lima 2013.
E. Nueva Visión del Derecho Procesal Administrativo y Disciplinario, Rómulo
MONTEVERDE CABRERA, 1° Edición, Fondo UCV; Trujillo, 2009.

I UNIDAD
CONTENIDO DE LA LEY DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL
PRIMERA SEMANA

INTRODUCCIÓN. -
Para una disciplina social perteneciente al Derecho Público interno, como el Derecho
Administrativo los supuestos son en realidad más importantes que los paradigmas
para una ciencia natural. Una ciencia natural se ocupa del comportamiento de
objetos, pero una disciplina como el derecho administrativo su objeto de estudio se
dedica al comportamiento de las instituciones humanas, y de las relaciones jurídicas
y administrativas que desarrollan los miembros que la conforman. Lo que más
importa en una disciplina social como el derecho administrativo son los supuestos
básicos y los cambios de ellos. El Derecho Administrativo se conceptualiza como el
conjunto de normas positivas y de principios de derechos públicos y de aplicación
concreta a los organismos públicos y privados dentro de los alcances de la función
administrativa del Estado.

Para André De Laubadére, el Derecho Administrativo es la rama del Derecho


Público Interno que comprende la organización y la actividad de lo que se llama
corrientemente la Administración, es decir, el conjunto de autoridades, agentes y
organismos, encargados bajo la impulsión de los poderes de asegurar las múltiples
intervenciones del Estado moderno.

Otra definición que se puede dar al Derecho Administrativo es, un conjunto de


normas que regula las relaciones del Estado con los particulares, puede decirse que
ha existido siempre desde el nacimiento del Estado. Pero ello no ha sido suficiente
ab origene para la creación de una disciplina; esta época es la de las monarquías
absolutas, dando origen a principios jurídicos idénticos en distintos países y
momentos históricos: quod regis placuit legis est, the King can do no wrong, le roi ne
pent mal faire; en esos momentos el derecho administrativo se agota en un único
precepto: “Un dicho ilimitado para administrar; no se reconocen derechos del
individuo frente al soberano; el particular es un objeto del poder estatal, no un sujeto
que se relaciona con él”.
Esta concepción ha sido denominada Estado de Policía; en él, al reconocerse al
soberano un poder ilimitado en cuanto a los fines que podía perseguir y los medios
que podía emplear; mal podía desarrollarse un análisis metodológico de ese poder.

El procedimiento administrativo no debe tener una duración indefinida y, por tanto, la


ley expresamente establece los supuestos en los cuales se pone fin al procedimiento
administrativo y con esto se cierra la posibilidad para otro pronunciamiento de la
Administración en este mismo procedimiento, salvo la declaratoria de nulidad de un
acto administrativo que sea contrario al interés público, conforme a lo señalado en el
artículo 202° de la Ley N° 27444, Ley de Procedimiento Administrativo General.

Es ahí la importancia que puede tener el procedimiento administrativo dentro de la


función pública, se justifica porque es una de las manifestaciones del ejercicio de las
porciones de poder responsabilidad (competencia) otorgadas a las diversas
entidades que conforman la Administración Pública y, además, importa (y mucho)
porque es la vía que deben seguir los ciudadanos para acceder a determinados
derechos necesarios para llevar a cabo actividades (no todas) dentro del entramado
social.

PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO EN LA FUNCIÓN POLICIAL. -

1. El poder o Régimen de Policía:

No creemos que pueda afirmarse sencilla y sinceramente que no existía un


derecho público, como por ejemplo dice Mayer, pues incluso ese principio del
poder ilimitado y las normas por él emanadas constituyeron un cierto
ordenamiento positivo, aunque "no eran obligatorias para el gobierno en sus
relaciones con sus ciudadanos; no constituían, para éstos, ninguna garantía, en
todo caso, es claro que no existía una rama del conocimiento en torno a él.

En el Estado de Policía se hablaba de un "Poder de Policía", que era un poder


estatal jurídicamente ilimitado de coaccionar y dictar órdenes para realizar lo que
el gobernante creyera conveniente; se advertirá que existe total coincidencia
semántica entre el concepto de Estado de Policía y el Poder de Policía.

Al pasarse al estado de derecho la noción fue recortada, excluyendo al empleo


ilimitado de la coacción, pero de todos modos se mantiene como instrumento
jurídico no fundado conceptualmente y que además de su manifiesta
desactualización conceptual y terminológica, frecuentemente desemboca en
abusos.

Algunos autores prefieren mantener el concepto, diciendo que ellos lo pueden


limitar, lo que no han logrado demostrar pues en las épocas en que la política se
caracteriza por la desmesura y el apriete o la violencia, este tipo de pensamiento
y de conceptualización suele ser un elemento de apoyo y funcional al ejercicio
abusivo del poder, junto a normas derogadas como la ley de abastecimiento que
se vuelve a introducir en el conjunto de armas estatales contra los derechos
individuales; no parece una buena idea.
Cabe agregar, finalmente, que el régimen de policía se presenta en casi todas las
materias reguladas por el derecho administrativo: La demográfica, la sanitaria, la
forestal, la de vías generales de comunicación, la de servicio público, etc.

Por su parte en Iberoamérica el Jurista argentino Bartolomé Fiorini, ha realizado un


valioso estudio sobre el poder de policía, poniéndose énfasis en el equilibrio que
debe haber entre la libertad y el bien común, el bienestar público y la libertad del
individuo; esto exige evitar las perturbaciones de la convivencia social, para una
defensa ordenada de la convivencia, previniendo la amenaza del equilibrio y el
desorden.

Fiorini, en sus distintos capítulos, contiene citas, como por ejemplo de Radbruch (el
derecho garantiza la libertad de cada individuo para cumplir su destino, empero, las
limitaciones en beneficio de todos imponen deberes "para todos y con todos"); de
León Duguit (las restricciones, cuando se dan, deben ser iguales para todos);
Kelsen (todo Estado tiene que constituir un orden coactivo, sea cualquiera el
método): García Máynez (las limitaciones no niegan la dignidad del obligado,
implican el reconocimiento de éste como persona autentica o sujeto de deberes y
derechos); Luis Recaséns Siches, (los valores de la seguridad y el orden son los
más fecundos para la posibilidad de un intenso desarrollo en la vida individual,
"precisamente para situarlos en posibilidad de que cada uno cumpla su privativo y
singularísimo destino individual en el que han de encarnar los valores de rango
superior"); Zanobini ("la policía administrativa tiene la función preventiva y la
intervención para impedir que se verifiquen las violaciones al orden público"); B.
Villegas B. ("la alta policía es una función estrictamente legislativa, de contenido
político-económico político-social; la Policía como institución jurídica es una función
administrativa, cuyo objeto es el mantenimiento de la seguridad, salubridad y
moralidad pública, función condicionada por la legislación; el Poder de Policía es de
naturaleza normativa; la policía es de naturaleza administrativa).

2. Acepciones de la expresión Poder de Policía:

Diversos autores abordan el tema del Poder de Policía tomando como base la
experiencia europea y sus orígenes en la Revolución Francesa y cada autor ha
emitido su propio análisis y comentario del tema; el profesor Manuel G. Abastos
define el poder de policía como "el poder estatal que es capaz de imponer tales
reglas"; precisando que por tales reglas debe entenderse a las que se imponen
por la autoridad pública, de las autoridades para normar los actos de la vida
corriente, o el ejercicio de determinada actividad. Un reporte teleológico, nos hace
recordar que la palabra POLICE aparece en el siglo XIV en Francia, relacionada
con la actividad del Estado. Los alemanes recogen el concepto en el siglo XV y lo
incorporan bajo la denominación de la Jus Politea que otorga al soberano no
amplias facultades para hacer la felicidad de sus súbditos, siendo el príncipe,
titular absoluto del poder.

Cuando triunfa la Revolución francesa, la declaración de los derechos del hombre


de 1879 pone fin al concepto Estado-Policía que era el Estado absoluto, y las
funciones del poder de policía se limitaron al ámbito de las leyes y reglamentos,
esto es la restricción de la libertad con el propósito de asegurar el orden público
dentro del cual debe agregarse la tutela y protección de la integridad física y moral
de las personas.

Abastos entiende que existe una concepción de Estado moderno dentro del cual,
el poder de policía, es definido como aquel que establece límites a la libertad
individual, pero que tiene por fin asegurar esta libertad y los derechos esenciales
del hombre.

Por otro lado, distingue entre el poder de policía y poder gubernativo entendiendo
este último como de mayor espacio, es decir, el género, y el poder de policía, la
especie, porque por mucho que el poder de policía tenga que ver con las más
importantes actividades del Estado, su esfera de acción es más limitada que la del
poder gubernativo de la cual depende; en síntesis el poder gubernativo se dirige
al fomento del bienestar público, mientras que el poder de policía, tiende
taxativamente a mantener el orden público y a garantizar la seguridad,
tranquilidad y salubridad públicas, fines para cuya realización restringe y limita
racionalmente las libertades y derechos individuales.

El Maestro Abastos no solamente se ha ocupado de la concepción francesa sino


también de la concepción norteamericana "Police power", que garantiza no sólo la
seguridad personal, la salubridad y la moralidad pública y el mantenimiento del
orden público, sino que incluye normas protectoras de la condición económico-
social de los individuos, cubriendo así una gran amplitud que fomenta el bienestar
general de la comunidad al regular la vida económica.

Las fuentes del Poder de policía están en la Constitución, en las leyes y en los
reglamentos y tienden a la protección integral de los derechos esenciales, por
ende sus límites están en la normatividad, es decir, el respeto a la normatividad;
precisando un enfoque desde el origen del poder de policía en Francia, su
evolución europea en Alemania, amerita que estudiemos la concepción del
Maestro André de Laubadere, que considera el Poder de Policía, una intervención
de la administración a la que llama Policía administrativa, que ejercen algunas
autoridades administrativas; señala que su objeto, es imponer limitaciones a las
libertades de los individuos con el propósito de asegurar el orden público; estas
limitaciones se originan por las leyes que va regulando, por ejemplo la libertad
individual, la libertad de culto, la libertad de prensa, etc., pero dentro del marco de
cada una de éstas, existe una potestad administrativa que ejercen las autoridades
administrativas y que constituyen a su juicio la Policía Administrativa y concluye
diciendo que el Poder de Policía se define por su fin, que es velar por la
integridad, la seguridad o la salubridad pública, es decir, la ausencia de
desórdenes y perturbaciones, que no haya riesgo de accidentes o enfermedades.

El profesor francés Laubadere, distingue entre policía administrativa y policía


judicial, esta última para poner a disposición de los jueces a los imputados,
siendo, por tanto, represiva, mientras que la administrativa es preventiva; por otro
lado considera como titulares del poder de policía al gobierno en general, a los
prefectos y a los alcaldes; tangente al mismo tema, conviene señalar los límites
del poder de policía, donde se genera el conflicto de autoridad, libertad que
solamente se puede resolver mediante una transacción; los límites en verdad
están dados por la ley y las reglamentaciones, y por los actos de ejecución, en
cuanto estos de ninguna manera pueden violar o rebasar las garantías
constitucionales; si esto ocurre, la garantía está en el control jurisdiccional sobre
el ejercicio de los poderes del Policía.

En todo caso el problema se agudiza, cuando se da un margen de


discrecionalidad en la ejecución, cuando el personal del policía por ejemplo tiene
que tomar medidas de represión, y pueden resultar excesos; en tales casos,
surgirá la sanción y las debidas responsabilidades relativas a la finalidad de la
policía, a los motivos de policía y el control de los medios de policía.

Del tratado de Fiorini se desprende, pues, un trato jusfilosófico al tema del poder
de policía, a los que agrega elementos sobre el orden público; el criterio
sociológico de Zaballa; el de Salvat (conjunto de principios a los cuales se vincula
una sociedad); y el jurídico de Martínez Paz ("parte del orden jurídico que asegura
los fines esenciales de las colectividades"). Para Zaballa, "si se quisiera dar un
concepto del orden público, se puede decir que es el conjunto de necesidades
sociales requeridas para la existencia social".

Regresando al análisis doctrinario de juristas peruanos, encontramos la


concepción del tratadista Alberto Ruiz-Eldredge Rivera, quien afirma no es exacto
considerar el poder de policía como límite a la libertad; esto plantearía, como lo
dice Laubouderé un grave conflicto entre la libertad y la autoridad, resultando
absurdo según afirma, que una potestad administrativa limite los derechos y
garantías constitucionales, piensa que el poder de policía se dirige y encausa a no
limitar los derechos individuales; la libertad de tránsito sería imposible de ejercer
si acaso no existieran los reglamentos, las señales, los funcionarios de policía
dirigiendo el tránsito; tal vez en algunos casos de excepción que confirmen la
regla aparecería el Poder de Policía, sobre todo en sus etapas de coacción física
o de prohibiciones fiscalistas como reales limitaciones a la libertad; sin embargo,
anota el Maestro Ruiz-Eldredge que para ello rige la protección del control
jurisdiccional.

Conviene destacar, que existen casos de excepción en que el poder de policía,


cobra un espacio máximo tratándose por ejemplo del Estado de emergencia y el
Estado de sitio, en que quedan suspendidas ciertas garantías constitucionales y
por ende el poder de policía se acrecienta; finalmente anota en su comentario el
tratadista Alberto Ruiz-Eldredge, que el poder de policía no arroja siempre medida
física o represión, porque en todo el campo de la administración pública, el poder
de policía es protector ya sea en la libertad de cultos, en el tránsito, en la
salubridad, en la tranquilidad, en la moralidad, en el bienestar y en los casos de
los cementerios y otros servicios públicos sin los cuales no sería posible la vida
normal en la ciudad o en un centro rural.

3. Principios del Poder de Policía:

Repitiendo a B. A. Fiorini, el peruano Gustavo Bacacorzo considera que son


principios del Poder de Policía, la razonabilidad, el orden público, la prevención y
la ejecución; por otro lado recuerda; que la administración actúa legítimamente
por delegación legislativa; las normas que de ella emanen son jerárquicamente
inferiores, a menos que hayan sido dadas aun por el Poder legislativo; al decir de
Rafael Bielsa, "en el dominio más restringido del derecho administrativo, el
concepto de policía designa el conjunto de servicios organizados por la
administración pública, con el fin de asegurar el orden público y garantizar la
integridad física y aun moral de las personas, mediante limitaciones impuestas a
la actividad individual y colectiva de ellas.

El Poder de Policía tiene dos manifestaciones claramente identificables; la


prevención y ejecución, siendo en algunos casos tan eficiente y eficaz, así como
oportuna la prevención, que no es necesario realizar la segunda; la prevención no
es solamente ver los hechos que puedan venir, es preferentemente un conjunto
armónico de acciones destinadas a que no se produzcan tales hechos previsibles,
o que sus consecuencias sean atenuadas, en tanto que la ejecución, no
solamente es incidir en aspectos materiales como incautar balanzas fraudulentas,
medicinas con vencimiento farmacológico, requisar obras pornográficas, etc., sino
también reprimir o frenar en la mayoría de veces brutal y delictivamente a quienes
protestan en pública manifestación, sea ésta autorizada o no (sobre todo si es
contraria al gobierno).

4. Garantías Constitucionales:
Frente a los excesos o abusos del poder del policía, pueden ejercitarse acciones
constitucionales, acciones civiles o responsabilidad administrativa, acciones
penales por responsabilidad administrativa, así como las impugnaciones o
recursos que permite la nueva ley general de normas y procedimientos
administrativos; el docente que suscribe desde un punto de vista pragmático,
considera que el Poder de Policía es la parte residual, que como elemento
indispensable debe existir en la dinámica de aplicación de las normas y
reglamentos tendientes a una convivencia social pacifica, eficiente y eficaz dentro
del que debe considerarse no solamente el respeto a las libertades de la
personalidad (ente biológico, sino más bien a las libertades del ser (parte
psicológica, económica y espiritual). Por último, cabe distinguir los tres momentos
del poder de policía; el pasado, el presente y el futuro; el pasado porque nos
permite evolucionar con las experiencias en la ejecución precisa del poder de
policía; el presente que implica una versión racional de esta fuerza organizadora y
normativa; y, el futuro que nos permitirá evaluar de una forma inmediata el
ejercicio del poder sin distorsiones por exceso, desviación, dilación innecesaria,
etc.

5. La distinción entre "Policía" y "Poder de Policía":

Villegas Basavilbaso partiendo de una diferenciación hecha por Bielsa, intentó


separar lo que él denominaba meramente "Policía" de lo que constituiría
estrictamente "Poder de Policía"; sostiene dicho autor que "Policía" es "una
función administrativa que tiene por objeto la protección de la seguridad,
moralidad y salubridad públicas y de la economía pública en cuanto afecta
directamente a la primera; y en cuanto al "Poder de Policía", dice que es la
"potestad legislativa que tiene por objeto la promoción del bienestar general,
regulando a este fin los derechos individuales, expresa o implícitamente
reconocidos por la Ley fundamental".

Las diferencias entre ambas nociones serían a continuación; la "Policía" es una


atribución de la administración, el "poder de policía" una facultad del Congreso; el
objeto de la "Policía" está limitado a la tetralogía "Seguridad, moralidad,
salubridad, economía", mientras que el objeto del "Poder de Policía" es más
amplio, comprendiendo todo el bienestar colectivo en general; sin embargo, bien
se advierte que ello no resuelve nada, porque no es exacto que la llamada
actividad administrativa de "Policía", se limite exclusivamente a la seguridad,
salubridad, moralidad y economía públicas, sin referirse en general al bienestar
colectivo.

Toda la legislación que el Congreso dicta sobre el bienestar general puede


también estar en su ejecución y reglamentación a cargo de la administración; no
puede en verdad afirmarse que la promoción de la seguridad social, por ejemplo
no esté también a cargo de la administración (cajas de jubilaciones, seguro de
vida obligatorio, obras sociales, etc.) o que la tarea de embellecimiento de la
ciudad (plazas, parques, jardines, arreglos, etc.); no esté a cargo de la
administración y si en cambio exclusivamente del Congreso; todos los ejemplos
señalados anteriormente para referirnos a la insuficiencia de la trilogía "seguridad,
salubridad, moralidad" son aplicables aquí en toda su plenitud; por lo demás, la
distinción tampoco agrega principio alguno al sistema constitucional y
administrativo que no pudiéramos conocer sin necesidad de él; que la restricción
de los derechos individuales está a cargo del Congreso y no de la administración
ya lo deducimos del Artículo 14° de la Constitución en cuanto dice que los
derechos están sometidos "a las leyes" que reglamentan su ejercicio.

¿Qué nos habrá de explicar entonces la noción de "Poder de Policía"? Nada en


absoluto; sólo contribuye a arrojar dudas y confusiones a través de la necesidad
de conceptuarla y distinguirla de una figura cuya denominación similar no puede
sino dar lugar a equívocos y por lo demás, lo superfluo de la distinción entre
"Policía" y "Poder" de Policía" se advierte hasta en que su propio autor los
desarrolla conjuntamente en el tratamiento concreto de sus problemas.

6. Conclusiones:

 En el Estado de Policía se denominaba "Poder de Policía", al poder estatal


jurídicamente ilimitado de constreñir y dictar órdenes para realizar lo que el
soberano creyera conveniente; se advertirá que existe total coincidencia
semántica entre el concepto de Estado de Policía y el Poder de Policía.

 El sostenimiento de la seguridad y la tranquilidad general ha sido uno de los


más antiguos hechos asignados a la Administración Pública; la ordenación de
la actividad privada conducente a la conservación del orden público y el
ejercicio de facultades derivadas de esa regulación para limitar dicha actividad,
constituyen los enunciados normativos y la dinámica del Poder de Policía.

 La noción de Policía designa el conjunto de servicios organizados por la


administración pública, con el fin de asegurar el orden público y garantizar la
integridad física y aun moral de las personas, mediante limitaciones impuestas
a la actividad individual y colectiva de ellas.

CONCEPTO DE DERECHO ADMINISTRATIVO. -

El derecho administrativo (del latín ad "junto a", y ministrare, "manejar las cosas
comunes") es la rama del derecho público que regula la organización,
funcionamiento, poderes y deberes de la Administración pública y las consiguientes
relaciones jurídicas entre la Administración y otros sujetos.

En otras palabras, el derecho administrativo es aquel que comprende la


organización y el funcionamiento de toda forma de administración pública. Por
extensión, suele ser también aplicable a la actuación materialmente administrativa
de los demás poderes del Estado y de todos esos entes del sector público. Y todo
ello, desde la doble perspectiva de procurar la eficacia de las Administraciones, pero
también garantizar los derechos de los particulares en sus relaciones con ellas.

Tradicionalmente, se ha entendido que la administración es una subfunción del


desarrollo humano, encargada del buen funcionamiento de los servicios públicos
cuya función elemental es la de mantener el bienestar, la seguridad y de entregar a
la población diversas labores de diversa índole (económicas, educativas, sociales,
entre otros).

1. Evolución histórica:
El Derecho administrativo moderno tiene su origen con las revoluciones liberales de
los siglos XVIII y XIX.
El paso del Antiguo Régimen al Estado liberal supone el tránsito de un sistema de
normas que se encontraban a disposición del monarca a un sistema caracterizado
por:
 La existencia de unas normas jurídicas, aprobadas por asambleas
representativas, con carácter abstracto, general y permanente que regulan cómo
debe relacionarse el Estado con los ciudadanos.
 La existencia de un entramado institucional de controles, independiente del
monarca; La aparición de una afirmación con carácter constitutivo y vinculante de
los derechos individuales, tales como la Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano de 1789.
 Tras este proceso y sobre todo a partir de las revoluciones liberales surge lo que
se conoce como Estado liberal. Antes de estas revoluciones no se reconocía la
igualdad de todos los hombres como principio jurídico; a partir de ellas, estos
dejarán de ser súbditos para pasar a ser ciudadanos, con derechos y obligaciones
iguales.

Con posterioridad a la instalación del régimen administrativo, surge en Francia la


pregunta de quién debe juzgar a la Administración. Se cuestiona si, por una parte,
debían ser los jueces ordinarios pertenecientes al Poder Judicial quienes juzgaran a
la Administración, o si, por otra parte, debía ser la propia Administración quien
ejerciera esa función. La raíz del problema se encuentra en que los jueces ordinarios
eran aquellos del Antiguo Régimen, nobles que quedarían dotados de poder de
anular las decisiones del Nuevo Régimen. Por tal razón, se desconfiaba sumamente.
En Francia se resolvió el problema con la creación del Consejo de Estado, que será
el órgano encargado de juzgar a los entes administrativos, al mismo tiempo que será
dependiente del Jefe de Gobierno.

SEGUNDA SEMANA

2. Ámbito de aplicación:
En cuanto a normas de organización, el Derecho administrativo establece los
órganos e instituciones a través de los que actúan la Administración Pública, desde
los servicios centrales, los órganos desconcentrados, descentralizados y organismos
autónomos dependientes de otras instituciones y, en su caso, los Consejos de
Ministros, los Ministerios, Secretarías Generales, Direcciones generales,
Subsecretarías, órganos representativos de las entidades que componen la
Administración local, de empresas públicas, entre otros que no sean los mismos.

La mayoría de estos órganos tienen como característica común, la competencia para


actuar con prerrogativas o poderes superiores a los que poseen los particulares
(imperium). En lo que respecta a las normas de funcionamiento, es preciso señalar
que el Derecho Administrativo sólo regula aquellas actuaciones de la Administración
Pública en las que los órganos administrativos actúan investidos de potestades
públicas, es decir, están revestidos de Imperium.

“En tanto que en la vida privada los derechos y obligaciones se crean casi siempre
por vía contractual, la Administración debe, en interés del servicio público, poder
imponer, unilateralmente, sin necesidad de previo pronunciamiento judicial,
obligaciones a los particulares, y su decisión debe ser tenida como jurídicamente
válida en tanto que el interesado no promueva su anulación por el juez'.

Se suele distinguir entre Administración territorial (con distintas subdivisiones que


tiende a ser coincidente con la división territorial del Estado) y Administración
institucional, la cual, en distintos grados en función del ordenamiento jurídico de que
se trate, no ejerce ninguna potestad administrativa. Cuando, en estos casos, la
Administración Pública actúa como un mero particular y le son de aplicación las
normas del derecho común. No obstante, siempre habrá en su actuación un núcleo
estrictamente administrativo, aunque solo sea a los efectos del procedimiento para la
formación de la voluntad del órgano administrativo (unipersonal o colegiado) y las
normas de atribución de competencias del órgano implicado. La ley orgánica de la
administración pública federal es el ordenamiento legal que se encarga de regular la
estructura, facultades y atribuciones de los organismos integrantes de la
administración pública.

El derecho Administrativo es una rama del derecho público muy importante pues
sirve para que exista relación de las personas con las instituciones y entidades
públicas.

Dentro del derecho administrativo la principal función que se realiza es el Acto


administrativo. El acto administrativo no es más que la declaración de las entidades
públicas como los municipios, los gobiernos regionales y locales, que van a generar
efectos jurídicos dentro del marco legal. Para que se lleve a cabo este acto se
necesita indispensablemente de requisitos fundamentales las cuales están
establecidas en determinadas leyes.

El principal ámbito de aplicación del derecho administrativo se dará entre la entidad


y usuario mediante documentos, los cuales serán de suma importancia tanto para la
persona como para la entidad pues mediante ellos se prevalecerá los derechos y
deberes, los cuales tiene que ser cumplidos ininterrumpida y respetando todos los
parámetros legales impuestos por la norma.

3. Impacto de las nuevas tecnologías:


En los últimos años el derecho administrativo ha tenido que asumir la incorporación
de las nuevas tecnologías en la Administración pública o lo que es lo mismo: la
aparición de la Administración pública electrónica.
El principal desafío para el derecho administrativo ante estos cambios ha sido
adaptar y ampliar el marco legal existente para mantener las mismas garantías
jurídicas que existen en el papel también en la vía electrónica.
En algunos casos, como España, se ha ido más allá elevando la relación por medios
electrónicos a un derecho para el ciudadano y obligación para la Administración.
Este ejemplo se concretó con la entrada en vigor de la Ley de Acceso Electrónico de
los Ciudadanos a los Servicios Públicos que reconoce este derecho desde el 31 de
diciembre de 2009. A partir del 2 de octubre de 2016, dicha norma es derogada por
la nueva Ley del Procedimiento Administrativo Común, que da un paso más y
establece la tramitación electrónica como la actuación habitual de las
Administraciones.

En el Perú, mediante la reforma del Decreto Legislativo N° 1452, a la Ley de


Procedimiento Administrativo General en el año 2018, surgen cambio dándole vida a
lo que se denomina Gobierno o Administración Electrónica, dejándose
paulatinamente de seguirse con los documentos físicos para dar surgimiento al
expediente electrónico, habilitándose el uso de firmas y certificados electrónicos, así
como la no exigencia de documentación que debe contar la administración pública
por ser innecesarias como son copias de documento nacional de identidad, entre
otros; todo ello con la misma validez y eficacia jurídica que los actos físicos
tradicionales a través de las tecnologías de la Información y la Comunicación por los
órganos de la Administración Publica combinado con cambios organizativos y
aptitudes que redefinen la relación del Estado con los ciudadanos.

4. Función administrativa:
La función administrativa es la que el Estado realiza bajo un orden jurídico, y que
consiste en la ejecución de actos que determinan situaciones jurídicas para casos
individuales.
Es la función del Estado que se ocupa de la satisfacción de los intereses
comunitarios impostergables. Es la función más amplia que se utiliza en la esfera
estatal y es la función principal del Poder Ejecutivo, donde encontramos el derecho
administrativo puro.
"La función administrativa es la actividad concreta, practica, desarrollada por el
Estado para la inmediata obtención de sus cometidos.
Noción conceptual de función administrativa:
Función etimológicamente proviene del latín "Fungere", que significa hacer, cumplir,
ejercitar, que a su vez deriva de "Finire”.
Administración etimológicamente el vocablo "administrar" se deriva del latín
"ministrare" que significa "servir a".

Según la noción común Función Administrativa es la actividad concreta, dirigida a


través de una acción positiva, a la realización de los fines concretos de seguridad,
progreso y bienestar de la colectividad. Función esencial en cuanto para la
conservación y el progreso de la sociedad.

a. LAS FUNCIONES DEL ESTADO:


Se clasifican tradicionalmente en:

FUNCION LEGISLATIVA:
Función del Estado que se ocupa de dictar, alterar o suspender las leyes (normas
jurídicas de alcance general, abstractas, de cumplimiento obligatorio y dirigidas a un
número indeterminado o determinable de personas) siempre que sean conformes a
la Constitución Nacional. Es la función principal del Poder Legislativo.

FUNCION JUDICIAL:
Función del Estado que se ocupa de interpretar y aplicar la ley en casos concretos,
para resolver controversias jurídicas entre partes con intereses contrapuestos
(imponiendo una decisión con fuerza de verdad legal). Es la función principal del
Poder Judicial.

FUNCION ADMINISTRATIVA:
Función del Estado continua, rápida e inmediata que se ocupa de que se cumpla la
ley y de satisfacer los intereses comunitarios impostergables. Es la función principal
del Poder Ejecutivo (a cargo del presidente de la Nación) dentro de la cual está la
función administrativa.

b. CARACTERÍSTICAS DE LA FUNCIÓN ADMINISTRATIVA:

 ES UNA FUNCIÓN CONTINUA Y PERMANENTE:


Así, por ejemplo, el Presidente de la República (máxima figura administrativa)
no tiene vacaciones, y si se va de viaje queda el ministro delegatorio, lo que se
explica porque siempre debe haber una máxima figura administrativa.

 REALIZA LOS FINES DEL ESTADO:


Que va desde la realización de sus libertades, los derechos y deberes del
ciudadano, hasta la prestación de los servicios públicos que es lo mismo que
satisfacer las necesidades publicas insatisfechas y por supuesto los de llevar
acabo o realizar las aspiraciones de calidad de vida y de prosperidad general.

 ES UNA FUNCION PARA ADAPTAR:


Diferencias de las otras funciones del estado la función administrativa se
caracteriza porque cumple esencialmente una función adaptativa de los
deberes de satisfacción de necesidades colectivas y de protección de los
derechos a cargo del estado frente a las transformaciones sociales.

 CUMPLE UNA FUNCION TUTELAR:


Ya que tiene a su cargo la tutela de los derechos y deberes de las personas,
esta tutela la lleva a cabo para la consecución de los intereses generales.

 ES UNA FUNCION AUTONOMA:


Significa que cuando se adopta una decisión administrativa se adopta en
derecho, debe producir un resultado material.

 ES FUNCIÓN INMEDIATA:
Porque las decisiones que tomen las autoridades deben ser cumplidas una vez
se han impuesto y el diálogo entre el administrado y la administración es
inmediato.

 ES UNA FUNCION DEL ESTADO:


Porque siempre es ejercida por el Estado, o por los particulares a través la
delegación, autorización o concesión de la autoridad estatal.

Criterios diferenciadores de la función administrativa en relación a otras funciones


del estado.

 CRITERIO ORGANICO, FORMAL O SUBJETIVO:


Toma en cuenta el órgano que realiza la función. De esta forma solo habría
actividad administrativa. En el Poder Ejecutivo; actividad administrativa.
Poder Legislativo, actividad legislativa.
Estas sostienen que la función administrativa es aquella actividad que
predominantemente realiza el órgano ejecutivo y los órganos que actúan en su
esfera.
Este criterio es criticado por Gordillo y dice "Se sostuvo primero que la función
administrativa es la que realiza el Poder Ejecutivo…. Desde el punto de vista
orgánico (a veces llamado formal.), según el acto sea realizado por un órgano
jurisdiccional (independiente), administrativo (dependiente) o legislativo (de
índole constitucional), nos encontraríamos ante una función de tal o cual tipo;
criterio insuficiente por cuanto según se ha visto los otros órganos estatales
(legislativo y jurisdiccionales) también realizan funciones administrativas”.

ESTRUCTURA JURIDICA DE LA LEY DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO


GENERAL. –

La LPAG regula la actividad de las entidades administrativas con el propósito de


encauzar su actuación para que se realice conforme a reglas y normas que cumplen
un doble objetivo: de una parte, asegurar la eficacia del funcionamiento de las
entidades administrativas, para que puedan cumplir los cometidos de satisfacción de
los intereses públicos cuya tutela tienen encomendados por la Constitución y el
respectivo marco legal sustantivo, y, de otra parte, garantizar que el ejercicio de la
competencias y facultades administrativas no afecte ilegítimamente los derechos de
los particulares.

La regulación de todo procedimiento administrativo tiene o debe tener como regla


indispensable para su diseño, de una parte, el procurar armonizar la necesidad de
establecer instrumentos prerrogativas para asegurar la eficacia de la actuación
administrativa en orden a la protección de los intereses públicos y, por otra, la
garantía de los derechos de los ciudadanos. Mediante la regulación del
procedimiento administrativo se disciplina la actividad de la administración pública.
El funcionario está sujeto a un cauce formal legalmente establecido que: le obliga a
realizar determinadas actuaciones, le faculta a utilizar potestades exorbitantes, le
impone el deber de sujetarse a una extensa relación de principios que tienen por
finalidad procurar el mejor cumplimiento de las funciones la ley les asigna, todo ello
dentro de un marco constitucional que a la par de establecer los cometidos que debe
cumplir la administración y sus funcionarios, consagra los derechos fundamentales
de las personas que la administración debe respetar y defender, así como hacer
posible su vigencia.

En los cerca de 15 años que tiene vigente la LPAG se ha constituido en una de las
normas capitales del Derecho Administrativo peruano, porque es el referente
normativo necesario para el funcionamiento de las entidades que conforman la
administración pública en el Perú. La existencia de un conjunto de reglas
procedimentales esenciales aplicables a las actuaciones de las entidades
administrativas en general permite que sus funcionarios adquieran mayor
conocimiento y destreza en la aplicación del citado marco legal generando
predictibilidad para los sujetos privados destinatarios de la actividad administrativa,
quienes también se benefician de que las veces que tienen que realizar un trámite
ante las entidades administrativas se sujetará a un régimen general conocido por
todos.

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SU ORGANIZACIÓN

ESTADO, GOBIERNO Y LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA


1.1. La actividad administrativa sectorial
1.1.1. Insuficiencias del enfoque sectorial. Las respuestas de la nueva
LOPE frente al proceso de descentralización
Como ya se ha afirmado, el enfoque de sectores responde únicamente para explicar
la estructura del Poder Ejecutivo. Sin embargo, el esquema comienza a resultar
insuficiente cuando se considera la existencia de entidades que también participan
en el cumplimiento de funciones administrativas, como son las instancias de
gobiernos regionales y locales, o también la existencia de los de- nominados
organismos constitucionales autónomos, los mismos que también ejercen funciones
administrativas.
Por ello, es que el sistema de organización administrativa, basado en sectores, ha
resultado insuficiente para explicar el fenómeno de una organización estatal, o al
menos del Poder Ejecutivo, que tiene no solo instancias centralizadas de gobierno,
sino que también comparte atribuciones y competencias con instancias del gobierno
regional y local, así como también comparte funciones de orden constitucional con
organismos autónomos e independientes Como son los OCA.
De esta manera, dentro de un esquema de dirección unitaria del gobierno la
Administración, es necesario reenfocar la dirección sectorial, y poner el énfasis en
los aspectos relativos a los sistemas administrativos y a los procedimientos
administrativos como modo de unificar la actuación del complejo denominado
Administración Pública.
En buena cuenta, si bien solo algunos órganos estatales ejercen funciones de
gobierno, lo cierto es que todos los organismos estatales ejercen funciones
administrativas determinadas (en mayor o menor grado), por lo que resulta
necesario dar cuenta de un nuevo enfoque en la organización administrativa, des-
echándose la figura de la organización sectorial y enfatizándose en los temas
relativos a la organización de los sistemas administrativos ya la ordenación de los
procedimientos administrativos que unifiquen la actuación administrativa.
La LOPE ha configurado un esfuerzo importante al adaptarse a la estructura del
gobierno unitario y descentralizado a la vez, que es como se configura actualmente
el Estado peruano. Como veremos, la Ley de Bases de la Descentralización (Ley N°
27783), los tres niveles de gobierno tienen competencias exclusivas (que hacen a su
esencia), compartidas (que pueden ser transferidas de un nivel de gobierno a otro) y
finalmente, delegables (que un nivel mayor de gobierno puede delegar a otro), es
que la LOPE se ha adaptado al esquema descentralizado y ha regulado tanto sus
competencias exclusivas y cómo va a actuar frente a las competencias compartidas.
Inclusive, en la medida que a partir de la LOPE, todas las leyes de organización y
funciones de los ministerios se han venido adaptando al esquema del reparto
competencial propuesto por el proceso de descentralización, la Cuarta Disposición
Complementaria de la LOPE establece que las competencias exclusivas y
compartidas del Poder Ejecutivo, con los gobiernos regionales y locales, serán
especificadas en las nuevas leyes de organización y funciones de los distintos
ministerios de conformidad con la Ley de Bases de Des- centralización, la Ley
Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley Orgánica de Municipalidades.
Conforme a ello, los artículos 4 y 5 de la LOPE desarrollan un esquema de
competencias exclusivas del Poder Ejecutivo y, además, un régimen específico para
las competencias que comparte con los demás niveles de gobierno (gobiernos
regionales y locales, respectivamente).
a) Las competencias exclusivas del Poder Ejecutivo
El artículo 4 de la LOPE (que precisamente regula las Competencias exclusivas del
Poder Ejecutivo) establece lo siguiente: el Poder Ejecutivo tiene la competencia de
diseñar y supervisar políticas nacionales y sectoriales, 1as cuales son de
cumplimiento obligatorio por todas las entidades del Estado en todos los niveles de
gobierno.
Las políticas nacionales definen los objetivos prioritarios, los lineamientos, los
contenidos principales de las políticas públicas, los estándares nacionales de
cumplimiento y la provisión de servicios que deben ser alcanzados y supervisados
para asegurar el normal desarrollo de las actividades públicas y privadas. Las
políticas nacionales conforman la política general de gobierno.
La política sectorial es el subconjunto de políticas nacionales que afecta una
actividad económica y social específica pública o privada.
Las políticas nacionales y sectoriales consideran los intereses generales del Estado
y la diversidad de las realidades regionales y locales, concordando con el carácter
unitario y descentralizado del Gobierno de la República. Para su formulación el
Poder Ejecutivo establece mecanismos de coordinación con los gobiernos
regionales, gobiernos locales y otras entidades, según requiera o corresponda a la
naturaleza de cada política.
El cumplimiento de las políticas nacionales y sectoriales del Estado es de
responsabilidad de las autoridades del gobierno nacional, los gobiernos regionales y
los gobiernos locales. Las políticas nacionales y sectoriales se aprueban por Decreto
Supremo, con el voto del Consejo de Ministros.
EI Poder Ejecutivo puede ejercer, pudiendo desconcentrar, pero no delegar, las
funciones y atribuciones inherentes a:
a. Relaciones exteriores.
b. Defensa, seguridad nacional y Fuerzas Armadas.
c. Justicia, con excepción de la administración de justicia.
d. Orden interno, Policía Nacional del Perú y de Fronteras.
e. Administración Tributaria de alcance nacional y endeudamiento e.
público nacional.
f. Régimen de comercio y aranceles.
g. Regulación de la Marina Mercante y Aviación Comercial.
h. Regulación de los servicios públicos de su responsabilidad.
i. Regulación de la infraestructura pública de carácter y alcance nacional.
j. Otras que le señale la ley conforme a la Constitución Política del Perú,
Los Ministerios y entidades públicas del Poder Ejecutivo ejercen sus competencias
exclusivas en todo el territorio nacional con arreglo a sus atribuciones y según lo
disponga su normatividad especifica y están sujetos a la política nacional y sectorial.
Toda función, actividad, competencia, proyecto, empresa o activo que no hubiera
sido asignado expresamente a otros niveles de gobierno corresponde al Poder
Ejecutivo.
b) Las competencias compartidas del Poder Ejecutivo.
Por otro lado, en lo que respecta a las competencias compartidas del Poder
Ejecutivo, el artículo 5 de la LOPE señala que dichas actividades son compartidas
por el Poder Ejecutivo con los gobiernos regionales y los gobiernos locales. Ello se
encuentra regido por la Constitución Política del Perú, la Ley de Bases de la
Descentralización, la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, la Ley Orgánica de
Municipalidades, así como por las leyes de organización y funciones de los
ministerios y las entidades que componen el Poder Ejecutivo, según corresponda.
La transferencia de competencias, recursos y funciones de las entidades del Poder
Ejecutivo a los gobiernos regionales y locales se realiza de acuerdo con lo dispuesto
por las normas de descentralización, precisando la responsabilidad de cada nivel de
gobierno en cada materia, las formas de coordinación correspondientes, así como, el
redimensionamiento de funciones y responsabilidades de aquellas entidades.
1.1.2. Organismos constitucionalmente autónomos (OCA)
Dentro de nuestra experiencia constitucional, existen determinados organismos que
cuentan con una garantía institucional de autonomía e independencia respecto de la
función política o de gobierno. Tal autonomía se encuentra consagrada desde la
Constitución, en la medida que se trata de funciones que la misma encomienda para
su cumplimiento a determinados organismos públicos.
En suma, aquí se describe a instituciones destinadas a ejercer determinadas tareas
técnicas e indispensables para la gestión estatal, pero que por su alto grado de
especialización requieren tener una posición institucional de in dependencia frente al
poder político ya las funciones de gobierno, la cual se encuentra consagrada o
prevista a nivel constitucional
De acuerdo con el texto constitucional de 1993, los organismos constitucionalmente
autónomos Son los siguientes:
a) Banco Central de Reserva (BCR)
b) Superintendencia de Banca y Seguros (SBS)
c) Defensoría del Pueblo (DP)
d) Tribunal Constitucional (TC)
e) Jurado Nacional de Elecciones (JNE)
f) Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE)
g) Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec)
h) Ministerio Público (MP)
i) Junta Nacional de Justicia (JNJ)
j) Contraloría General de la República (CGR)
Los Organismos Constitucionalmente Autónomos tienen una garantía institucional de
autonomía y asimismo de independencia. El concepto de autonomía (constitucional
en este caso), se expresa en el total desligue del ejercicio de las funciones de tales
órganos con respecto a los demás "poderes" del Estado (Poder Ejecutivo,
Legislativo, Judicial).
Existe un respaldo constitucional a sus competencias funcionales. Existe autonomía
presupuestaria, financiera, económica, técnica, funcional y política. Asimismo, tienen
una garantía en el modo especial de designación y remoción de sus titulares.
1.1.3. Entidades administradoras de fondos intangibles de la seguridad social
Conforme a la LOPE (artículo 39), el Fondo Consolidado de Reservas Previsionales
(FCR), y el Seguro Social de Salud (EsSalud), constituyen entidades
administradoras de fondos intangibles de la seguridad social, y por tanto están
calificadas como entidades públicas del Poder Ejecutivo. Están adscritos al
ministerio que corresponda conforme a la ley de la materia.
Señala además el artículo 40 de la LOPE, que las entidades administrado- ras de
fondos intangibles de la seguridad social tienen un directorio cuya con- formación
está determinada por la ley.
1.1.4. Empresas públicas
Por otro lado, las empresas públicas conforman la denominada actividad empresarial
del Estado", que se encuentra disciplinada, entre otras nor- mas, por la Ley N°
27170. Conforme a lo dispuesto en el Decreto Legislativo N1031: "Decreto
Legislativo que promueve la eficiencia de la actividad empresarial del Estado",
existen tres tipos de empresas del Estado: empresas del Estado de accionariado
único, empresas del Estado con accionariado privado, empresas del Estado con
potestades públicas.
De estas, solo se puede considerar como "entidades" de la Administración Pública a
las empresas de derecho público, creadas por ley, y dotadas de potestades de la
Administración Pública, tales como el Fonafe y el Banco de la Nación. Sin embargo,
los sectores adscriben a las empresas públicas relacionadas con la actividad de su
sector, con la finalidad de coordinar la realización de las actividades de dichas
empresas en relación con los objetivos del sector.
Conforme a la LOPE, corresponde al Poder Ejecutivo determinar el ámbito de
actuación de las empresas del Estado. La realización de actividades empresariales
por parte del gobierno nacional debe estar formalizada a través de una forma jurídica
empresarial y haber sido expresamente autorizada mediante ley ordinaria, en el
marco de una economía social de mercado, conforme a lo establecido en la
Constitución Política del Perú (art. 60, que establece el principio de subsidiariedad
en nuestra economía).
Las normas sobre objetivos, organización, funcionamiento, régimen eco- nómico y
financiero, régimen laboral, sistemas administrativos y evaluación de las empresas
de propiedad del Estado, que se encuentren dentro del ámbito del gobierno nacional,
se establecen observando lo dispuesto por las normas de la actividad empresarial
del Estado, según corresponda.
2. SOBRE LA ORGANIZACIÓN DESCENTRALIZADA
En términos jurídicos, el proceso de transferencia permanente de competencias y
funciones de una entidad pública con personalidad jurídica otra per- sona jurídica de
derecho público de la misma naturaleza, se denomina descentralización. Sin
embargo, los alcances de dicho concepto, no se condicen con un significado
estrictamente jurídico, puesto que el mismo posee connotaciones políticas,
económicas y sociológicas.
El Perú ha sido un país que, por vocación histórica, ha sido centralista. La tendencia
de las Constituciones y gobiernos a lo largo de la historia republicana ha sido la de
concentrar los poderes decisorios y las competencias esenciales del gobierno en la
capital y en los poderes del Estado, sin permitir la participación significativa de los
departamentos y provincias en los asuntos públicos.
Por ello, la descentralización se ha convertido en un asunto de alto interés para los
sucesivos gobiernos, toda vez que se sostiene que a través de ella se logrará el
desarrollo a nivel nacional. Lo cierto es que el Perú ha conocido diversas
experiencias descentralizadoras, en el Capítulo XIV de la Constitución de 1993, se
ha introducido una reforma constitucional sobre descentralización (mediante la Ley
N° 27680).
2.1. La descentralización en el texto original de la Constitución de 1993
La descentralización en el Perú un país con un fuerte arraigo centralista, forma parte
de la configuración de un Estado constitucional democrático, el mismo que integra
contenidos sociales con la búsqueda consecuente de con- ciliar los intereses de la
sociedad.
La Constitución de 1993, estableció en el Capítulo XIV, las disposiciones relativas al
proceso de descentralización del Estado peruano. Dichas normas, a entender de los
especialistas sobre la materia, constituyen un marca- do retroceso con respecto al
proceso de regionalización iniciado en 1988 en el Perú, toda vez que el texto
constitucional únicamente estableció algunas es- casas disposiciones relativas a la
futura existencia de los gobiernos regionales (con lo que en la práctica, estos fueron
desactivados y condenados a una especie de limbo jurídico), y ciertamente, puso
énfasis en repetir el texto del articulado correspondiente a los gobiernos locales tal
como fuera regulada dicha materia por la Constitución de 1979.
En aplicación del texto de la Constitución de 1993, se dictaron diversas
disposiciones que le dieron fin a la experiencia de regionalización iniciada en la
década de los 80. Así, los gobiernos regionales existentes (creados en 1988 bajo el
imperio de la antigua Constitución de 1979, hoy derogada), se desarticularon
mediante diversos dispositivos legales, creándose los denominados (consejos
transitorios de Administración Regional), los mismos que debían encargarse de
cumplir las funciones de las exinstancias de gobierno regional, hasta que en un
futuro se llegara a concretar el "ansiado" proceso de regionalización.
2.2. La reforma constitucional del capítulo de descentralización de la
Constitución de 1993
El escenario democrático que operó en el país desde el año 2000 en adelante, ha
llevado a considerar al proceso de descentralización como una de las prioridades
que debieron ser atendidas en el proceso de reconstrucción nacional. En tal sentido,
el 7 de marzo de 2002, se publicó en el diario oficial El Pe- ruano la Ley N° 27680,
"Ley de Reforma Constitucional del Capítulo XIV del Titulo IV de la Constitución,
sobre Descentralización".
Las disposiciones de la Ley N° 27680, desarrollaron el marco jurídico en el que se
sustentó como en otras ocasiones, un nuevo proceso frustrado de des-
centralización. Así, el texto reformado del artículo 188 de la Constitución señala que:
"La descentralización es una forma de organización democrática y constituye una
política permanente de Estado, de carácter obligatorio, que tiene como objetivo
fundamental el desarrollo integral del país. El proceso de descentralización se
realiza por etapas, en forma progresiva y ordena- da conforme a criterios que
permitan una adecuada asignación de competencias y transferencia de recursos del
gobierno nacional hacia los gobiernos regionales y locales".
Así, el capítulo de la descentralización en la reforma constitucional, establece un
nuevo esquema de organización territorial del país, al señalar en su artículo 189 que:
"El territorio de la República está integrado por regiones, departamentos, provincias
y distritos, en cuyas circunscripciones se constituye y organiza el gobierno a nivel
nacional, regional y local, en los términos que estable- ce la Constitución y la ley,
preservando la unidad e integridad del Estado y de la Nación. El ámbito del nivel
regional de gobierno son las regiones y departamentos. El ámbito de nivel local de
gobierno son las provincias, distritos y los centros poblados".
De esta manera, el nuevo texto constitucional del Capítulo XIV del Título IV de la
Constitución, con una explícita vocación descentralista, divide la organización
territorial del Estado de acuerdo al modelo en el que se reconocerán tres niveles de
gobierno: el gobierno nacional o central; los gobiernos regionales y los gobiernos
locales.
Asimismo, la norma constitucional establece una suerte de garantía institucional a
favor de los gobiernos regionales y locales, mediante la asignación de sus propias
competencias exclusivas en el texto constitucional (artículos 192 y 195 de la
Constitución reformada).
Posteriormente, y de acuerdo a la reserva de ley establecida en el artículo 188 de la
Constitución, se establecía que el proceso de descentralización se- ría desarrollado
por una norma especifica con dicho rango, la misma que fue- ra aprobada por el
Congreso de la República con fecha 20 de julio de 2002: la
Ley N° 27783, denominada Ley de Bases de la Descentralización.
2.3. Ley N° 27783 - Ley de Bases de la Descentralización
La Ley de Bases de Descentralización12) (en adelante, LBD), aplicando los
postulados contenidos en el reformado Capítulo XIV del Título IV de la Constitución,
estableció la nueva organización del Gobierno peruano en función a un criterio de
reparto de competencias planeado para operar en función al territorio, aunque
siempre complementando dicho criterio con el de materia. Así, en aplicación de la
Constitución reformada, la LBD proponía un sistema de gobierno integrado por tres
niveles o estratos. En función de este nuevo criterio organizacional del Estado
peruano, el artículo 1 de la LBD consagraba tres niveles de la organización
administrativa del poder estatal: gobierno nacional, regional y local.
No debe entenderse que estos tres niveles de organización del Estado son
excluyentes uno del otro. Por el contrario, en el escenario del carácter unitario del
Estado, deben evaluarse estos niveles en forma articulada y no necesariamente de
conflicto, toda vez que no se está estableciendo un modelo de estado federal o de
estados autonómicos, sino que se está organizando un nuevo Sistema de reparto de
las competencias de gobierno entre los tres niveles antes reseñados.
Si bien es cierto que se establece una suerte de garantía institucional a favor del
establecimiento de cada nivel de gobierno, ello no significa una autonomía total de
los gobiernos regionales y de los gobiernos locales, sino que estos se integran
dentro del modelo de Estado unitario ya la vez descentralizado que tiene el Perú, en
aplicación de lo dispuesto por el artículo 43 de la Constitución Política del Perú)
De esta manera, el artículo 13 de la LBD plantea la existencia de tres tipos de
competencias, las mismas que serán ejercidas por cada nivel de gobierno en función
a los criterios de distribución establecidos por la LBD. Así, la LBD establece tres
tipos de competencias:
a) Competencias exclusivas: son aquellas cuyo ejercicio corresponde de manera
exclusiva y excluyente a cada nivel de gobierno conforme a la Constitución y a la ley.
b) Competencias compartidas: son aquellas en las que intervienen dos o más
niveles de gobierno, que comparten fases sucesivas de los procesos implicados. La
ley indica la función específica y responsabilidad que corresponde a cada nivel.
c) Competencias delegables: son aquellas que un nivel de gobierno delega a otro
de un mismo nivel, de mutuo acuerdo y conforme al procedimiento establecido en la
ley, quedando el primero obligado a abstenerse de tomar decisiones sobre la
materia o función delega- da. La entidad que delega mantiene la titularidad de la
competencia, y la entidad que la recibe ejerce la misma durante el periodo de la
delegación.
Tal como hemos afirmado, la Constitución constituye un primer parámetro
competencial, toda vez que asigna un núcleo "duro" o irreductible de competencias a
favor de los gobiernos regionales y locales, teniendo en cuenta que dichas
competencias constituyen la garantía institucional de la existencia de dichos niveles
de gobierno.
Sin embargo, la legislación de aplicación (LBD, LOGR) tiene por objeto articular un
conjunto de competencias que serán compartidas entre los gobiernos nacionales,
regionales y locales -lo que implica necesariamente la existencia de relaciones de
cooperación y coordinación en el ámbito de dichos niveles de gobierno- y que
también serán delegadas a futuro a los gobiernos regionales (competencias
delegables), para lo que se ha estatuido un criterio de transferencia gradual y
progresiva.
Precisamente, el artículo 14 de la LBD ha previsto los siguientes criterios para la
asignación y transferencia de dichas competencias, desde los niveles del gobierno
nacional, hacia los gobiernos regionales: s
a) Subsidiaridad: se parte de la idea que el gobierno más cercano a la
población es el más idóneo para ejercer la competencia o función, por
consiguiente, el gobierno nacional no debe asumir competencias que pueden
ser cumplidas más eficientemente por los gobiernos regionales, y estos a su
vez, no deben hacer aquello que puede ser ejecutado por los gobiernos
locales, evitándose la duplicidad y super posición de funciones.
b) Selectividad y proporcionalidad: la transferencia de competencias tomará
en cuenta la capacidad de gestión efectiva, que será determinada por un
procedimiento con criterios técnicos y objetivos. Será gradual y progresiva,
empezando con las relativas a inversión pública a nivel regional y la ejecución
del gasto social a nivel local.
c) Provisión: toda transferencia o delegación de competencias deberá ser
necesariamente acompañada de los recursos financieros, técnicos, materiales
y humanos directamente vinculados a los servicios trans- feridos, que
aseguren su continuidad y eficiencia.
d) Concurrencia: en el ejercicio de las competencias compartidas cada nivel de
gobierno debe actuar de manera oportuna y eficiente, cumpliendo a cabalidad
las acciones que les corresponden y respetan- do el campo de atribuciones
propio de los demás. También aplicarán como criterios las externalidades,
nacional regional y local, que trasciende el ámbito específico donde se ubica
el ejercicio de determinada competencia o función; y la necesidad de propiciar
y aprovechar economía de escalas.
Precisamente, es en el ámbito de las competencias exclusivas y compartidas, donde
se generan las necesarias vinculaciones entre el gobierno nacional, gobiernos
regionales y gobiernos locales. Por otra parte, debe tenerse en consideración, que
las competencias exclusivas y compartidas se distribuyen entre los tres niveles de
gobierno distinguiendo las funciones de normatividad, regulación, planeamiento,
administración, ejecución, supervisión y control,y promoción de las inversiones.
de competencias que se generen entre los diferentes niveles de gobierno deberan
serán resueltos por el Tribunal Constitucional (artículo 16 LBD).
Otro dato importante es que la LBD señala que los eventuales conflictos En forma
adicional, se ha previsto en el art. 26 de la LBD que el ejercicio o de competencias
exclusivas por parte del gobierno nacional implica entre otros aspectos:
a) El diseño de políticas nacionales y sectoriales.
b) La regulación de los servicios públicos de su responsabilidad.
c) La regulación y gestión de la infraestructura pública de carácter y al cance
nacional.
La LBD estableció, además, en su Primera y Segunda Disposición Tran- sitoria, un
cronograma de transferencia de las competencias de las instancias nacionales hacia
las instancias menores (gobiernos regionales y locales). hC- cho que implicó la
adopción del siguiente esquema de trabajo:
a) La etapa preparatoria (periodo junio a diciembre de 2002), correspondió la
elaboración del plan de transferencia de los proyectos de inversión pública de
alcance regional hacia los gobiernos regionales (segunda disposición transitoria);
b) El primer referéndum para la conformación y creación de regiones debía
realizarse dentro del segundo semestre del año 2004, y así sucesivamente hasta
quedar debidamente conformadas todas las regiones del país;
c) En la tercera etapa estaba prevista la transferencia de las funciones y servicios
sectoriales a los gobiernos regionales y locales, se inicia después de haberse creado
todas las regiones del país y aprobado el plan de regionalización y de inversión
descentralizada (segunda disposición transitoria).
Las etapas previstas en los literales a) y b) fueron cumplidas. El referéndum al que
se alude fue llevado a cabo, sin éxito, ya que no se llegó a constituir ninguna región
nueva. El proceso al que se alude en la tercera etapa se detuvo, pues
lamentablemente, no se culminó en los gobiernos de Alejandro Toledo ni de Alan
García, respectivamente, con el plan de transferencia de competencias desde el
gobierno nacional hacia los gobiernos regionales, en cumplimiento de lo establecido
en la LBD y en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales.
Es importante advertir, que toda transferencia de competencias deberá ser
necesariamente acompañada de los recursos financieros, técnicos, materiales y
humanos directamente vinculados a los servicios transferidos, que aseguren su
continuidad y eficiencia. Este proceso se detuvo.
2.4. Ley N° 27867 - Ley Orgánica de Gobiernos Regionales (LOGR)
El régimen jurídico de los gobiernos regionales ha sido establecido mediante la
LOGR. Dicha norma precisa las competencias de los gobiernos regionales, su
estructura orgánica, funciones generales y específicas, el régimen económico y
financiero, así como algunas precisiones vinculadas con el proceso de transferencia
de competencias establecido en la LBD, entre otros aspectos sustantivos del
proceso de regionalización.

TERCERA SEMANA

TÍTULO PRELIMINAR DE LA LEY DE PROCEMIENTO ADMINISTRATIVO


GENERAL. -
I. ÁMBITO DE APLICACIÓN
Es de aplicación para todas las entidades de la Administración Pública. Para los
fines de la presente Ley, se entenderá por “entidad” o “entidades” de la
Administración Pública, independientemente de los niveles de descentralización o de
autonomía que les pueda conferir el ordenamiento jurídico:

1. El Poder Ejecutivo (Ejm. Despacho Presidencial, Vicepresidencia de la Republica,


etc.), incluyendo Ministerios (Ejm. Ministerio del Interior, etc) Organismos
Públicos (Ejm. PROINVERSION, SUNARP, SUTRAN, PERU COMPRAS, etc).
2. El Poder Legislativo (Ej. Congreso de la Republica, etc).
3. El Poder Judicial (Corte Superior de Justicia La Libertad, etc).
4. Los Gobiernos Regionales (Ej. Gobierno Regional La Libertad - GRELL, etc).
5. Los Gobiernos Locales; (Ejm. Municipalidad Provincial de Trujillo, etc).
6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren
autonomía (OSITRAN, OSINERGMIN, SUNASS, OSIPTEL, etc).
7. Las demás entidades, organismos, proyectos especiales, y programas estatales,
cuyas actividades se realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto,
se consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo mandato
expreso de ley que las refiera a otro régimen; (Ejm. Autoridad Portuaria
CHAVIMOCHIC, PEJESA).
8. Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o
ejercen función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización
del Estado, conforme a la normativa de la materia. (Ejm. SEDALIB, PETROPERU,
FONDO MI VIVIENDA, etc).

Los procedimientos que tramitan las personas jurídicas mencionadas en el párrafo


anterior se rigen por lo dispuesto en la presente Ley, en lo que fuera aplicable de
acuerdo a su naturaleza privada.

II. CONTENIDO:
Contiene normas comunes para las actuaciones de la función administrativa del
Estado y, regula todos los procedimientos administrativos desarrollados en las
entidades, incluyendo los procedimientos especiales.
Las leyes que crean y regulan los procedimientos especiales no podrán imponer
condiciones menos favorables a los administrados que las previstas en la presente
Ley.

Las autoridades administrativas, al reglamentar los procedimientos especiales,


cumplirán con seguir los principios administrativos, así como los derechos y deberes
de los sujetos del procedimiento, establecidos en la presente Ley.

III. FINALIDAD:
Tiene por finalidad establecer el régimen jurídico aplicable para que la actuación de
la Administración Pública sirva a la protección del interés general, garantizando los
derechos e intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento
constitucional y jurídico en general.

IV. PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO:


El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes
principios, sin perjuicio de la vigencia de otros principios generales del Derecho
Administrativo:

1.1. Principio de legalidad. -


Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y
al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con los
fines para los que les fueron conferidas dichas facultades.

1.2. Principio del debido procedimiento. -


Los administrados gozan de los derechos y garantías implícitos al debido
procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo
enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser notificados; a acceder al
expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar
alegatos complementarios; a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la
palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión motivada, fundada en derecho,
emitida por autoridad competente, y en un plazo razonable; y, a impugnar las
decisiones que los afecten.
Las leyes que crean y regulan los procedimientos especiales no podrán imponer
condiciones menos favorables a los administrados que las previstas en la presente
Ley.
Las autoridades administrativas, al reglamentar los procedimientos especiales,
cumplirán con seguir los principios administrativos, así como los derechos y deberes
de los sujetos del procedimiento, establecidos en la presente Ley.
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo
en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.

1.3. Principio de impulso de oficio. -


Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el procedimiento y ordenar la
realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el esclarecimiento
y resolución de las cuestiones necesarias.

1.4. Principio de razonabilidad. -


Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones, califiquen
infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados,
deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a
fin de que respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su
cometido.

1.5. Principio de imparcialidad. -


Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de discriminación entre los
administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al procedimiento,
resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.

1.6. Principio de informalismo. -


Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma favorable a la
admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que sus
derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que
puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no
afecte derechos de terceros o el interés público.

1.7. Principio de presunción de veracidad. -


En la tramitación del procedimiento administrativo, se presume que los documentos
y declaraciones formulados por los administrados en la forma deberá adoptar todas
las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley, aun cuando no hayan
sido propuestas por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas.
En el caso de procedimientos trilaterales la autoridad administrativa
estará facultada a verificar por todos los medios disponibles la verdad de los hechos
que le son propuestos por las partes, sin que ello signifique una sustitución del deber
probatorio que corresponde a estas.
Sin embargo, la autoridad administrativa estará obligada a ejercer dicha facultad
cuando su pronunciamiento pudiera involucrar también al interés público.

1.8. Principio de buena fe procedimental. -


La autoridad administrativa, los administrados, sus representantes o abogados y, en
general todos los participantes del procedimiento, realizan sus respectivos actos
procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe. La
autoridad administrativa no puede actuar contra sus propios actos, salvo los
supuestos de revisión de oficio contemplados en la ley.

1.9. Principio de Celeridad. -


Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de tal modo que
se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales
que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de
alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del
respeto al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento.
1.10. Principio de Eficacia. -
Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el cumplimiento
de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización
no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los
administrados.

1.11. Principio de verdad material. -


En el procedimiento, la autoridad administrativa competente deberá verificar
plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá
adoptar todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley, aun cuando
no hayan sido propuestas por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas.

1.12. Principio de participación. -


Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los administrados
para acceder a la información que administren, sin expresión de causa, salvo
aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o
las que expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de
participación de los administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones
públicas que les puedan afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión,
el servicio de acceso a la información y la presentación de opinión.

1.13. Principio de simplicidad. -


Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos,
debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
1.14. Principio de uniformidad. -
La autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares para trámites
similares, garantizando que las excepciones a los principios generales no serán
convertidas en la regla general. Toda diferenciación deberá basarse en criterios
objetivos debidamente sustentados.

1.15. Principio de predictibilidad o de confianza legítima. -


La autoridad administrativa brinda a los administrados o sus representantes
información veraz, completa y confiable sobre cada procedimiento a su cargo, de
modo tal que, en todo momento, el administrado pueda tener una comprensión cierta
sobre los requisitos, trámites, duración estimada y resultados posibles que se
podrían obtener.
Las actuaciones de la autoridad administrativa son congruentes con las expectativas
legítimas de los administrados razonablemente generadas por la práctica y los
antecedentes administrativos, salvo que por las razones que se expliciten, por
escrito, decida apartarse de ellos.
La autoridad administrativa se somete al ordenamiento jurídico vigente y no puede
actuar arbitrariamente. En tal sentido, la autoridad administrativa no puede variar
irrazonable e inmotivadamente la interpretación de las normas aplicables.

1.16. Principio de privilegio de controles posteriores. -


La tramitación de los procedimientos administrativos se sustentará en la aplicación
de la fiscalización posterior; reservándose la autoridad administrativa, el derecho de
comprobar la veracidad de la información presentada, el cumplimiento de la
normatividad sustantiva y aplicar las sanciones pertinentes en caso que la
información presentada no sea veraz.

1.17. Principio del ejercicio legítimo del poder. -


La autoridad administrativa ejerce única y exclusivamente las competencias
atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le otorgan facultades o
potestades, evitándose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos
distintos de los establecidos en las disposiciones generales o en contra del interés
general.

1.18. Principio de responsabilidad. -


La autoridad administrativa está obligada a responder por los daños ocasionados
contra los administrados como consecuencia del mal funcionamiento de la actividad
administrativa, conforme lo establecido en la presente ley. Las entidades y sus
funcionarios o servidores asumen las consecuencias de sus actuaciones de acuerdo
con el ordenamiento jurídico.

1.19. Principio de acceso permanente. -


La autoridad administrativa está obligada a facilitar información a los administrados
que son parte en un procedimiento administrativo tramitado ante ellas, para que en
cualquier momento del referido procedimiento puedan conocer su estado de
tramitación y a acceder y obtener copias de los documentos contenidos en dicho
procedimiento, sin perjuicio del derecho de acceso a la información que se ejerce
conforme a la ley de la materia.

Los principios señalados servirán también de criterio interpretativo para resolver las
cuestiones que puedan suscitarse en la aplicación de las reglas de procedimiento,
como parámetros para la generación de otras disposiciones administrativas de
carácter general, y para suplir los vacíos en el ordenamiento administrativo. La
relación de principios anteriormente enunciados no tiene carácter taxativo.

La Ley de Procedimiento Administrativo General cuenta con una extensa relación de


principios específicos del procedimiento administrativo que ayudan a los funcionarios
públicos que actúan desde la administración y a los administrados que concurren
ante ella. Dichos principios tienen los siguientes fines:

i) Orientar la interpretación de las normas administrativas, de modo que el


funcionario de las entidades administrativas que se encuentre en el dilema de
escoger entre varias posibles interpretaciones de una norma de procedimiento
administrativo debe optar por la interpretación que esté más conforme a los
principios administrativos.

ii) suplir los vacíos o lagunas del ordenamiento administrativo porque operan como
virtuales normas subsidiarias para integrar el derecho y en tal virtud resolver el
problema de las situaciones que no están reguladas por norma alguna situación.

iii) Constituir el marco legal para la generación de otras disposiciones


reglamentarias de carácter general.

Sin lugar a dudas se trata de una corriente legislativa inspirada en la Ley de


Procedimiento Administrativo General, que ha sido el primer cuerpo legal que
consagró una extensa relación de principios de Derecho específicos del
procedimiento

CUARTA SEMANA
V. FUENTES DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO:

1. El ordenamiento jurídico administrativo integra un sistema orgánico que tiene


autonomía respecto de otras ramas del Derecho.

2. Son fuentes del procedimiento administrativo:

2.1. Las disposiciones constitucionales.


2.2. Los tratados y convenios internacionales incorporados al Ordenamiento
Jurídico Nacional.
2.3. Las leyes y disposiciones de jerarquía equivalente.
2.4. Los Decretos Supremos y demás normas reglamentarias de otros poderes del
Estado.
2.5. Los demás reglamentos del Poder Ejecutivo, los estatutos y reglamentos de las
entidades, así como los de alcance institucional o provenientes de los sistemas
administrativos.
2.6. Las demás normas subordinadas a los reglamentos anteriores.
2.7. La jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten
disposiciones administrativas.
2.8. Las resoluciones emitidas por la Administración a través de sus tribunales o
consejos regidos por leyes especiales, estableciendo criterios interpretativos de
alcance general y debidamente publicadas. Estas decisiones generan precedente
administrativo, agotan la vía administrativa y no pueden ser anuladas en esa sede.
2.9. Los pronunciamientos vinculantes de aquellas entidades facultadas
expresamente para absolver consultas sobre la interpretación de normas
administrativas que apliquen en su labor, debidamente difundidas.
2.10. Los principios generales del derecho administrativo.
3. Las fuentes señaladas en los numerales 2.7, 2.8, 2.9 y 2.10 sirven para interpretar
y delimitar el campo de aplicación del ordenamiento positivo al cual se refieren.

Estas fuentes materiales condicionan a las fuentes formales del Derecho, a las
cuales reconocemos como todos los actos que, de hecho, producen normas, incluso
si no existe ninguna norma sobre la producción jurídica que los autorice a
producirlas. Estas fuentes podemos diferenciarlas en las de producción jurídica
(Constitución, Ley, Reglamentos, etc) y las de conocimiento que sin crear normas
nuevas ayudan a su comprensión y difusión (por ejemplo, Texto Único de
Procedimientos Administrativos y Texto Único Ordenado). Y se pueden diferenciar
además entre las fuentes directas (las normas positivas), y las fuentes indirectas (las
que se basan en normas positivas y las precisan, aclaran, explican, etc) como la
doctrina, la jurisprudencia y las opiniones consultivas.

VI. PRECEDENTES ADMINISTRATIVOS:


1. Los actos administrativos que al resolver casos particulares interpreten de
modo expreso y con carácter general el sentido de la legislación, constituirán
precedentes administrativos de observancia obligatoria por la entidad,
mientras dicha interpretación no sea modificada. Dichos actos serán
publicados conforme a las reglas establecidas en la presente norma.
2. Los criterios interpretativos establecidos por las entidades, podrán ser
modificados si se considera que no es correcta la interpretación anterior o es
contraria al interés general. La nueva interpretación no podrá aplicarse a
situaciones anteriores, salvo que fuere más favorable a los administrados.
3. En todo caso, la sola modificación de los criterios no faculta a la revisión de
oficio en sede administrativa de los actos firmes.
4. El presente artículo incluye una técnica de protección de la igualdad de los
administrados ante la administración, de protección de la buena fe y de
proscribir la arbitrariedad en el ejercicio de las potestades discrecionales de
las autoridades. La variabilidad de criterios por la Administración afecta a la
seguridad jurídica, a la predictibilidad administrativa y la buna fe con que
actúan los administrados.
5. Denominamos precedente administrativo a la calidad que adquieren los actos
administrativos resolutivos firmes que concluyen asuntos particulares, pero
contienen interpretaciones o razonamientos jurídicos de proyección general
sobre el sentido de algunas normas administrativas. La idea la sintetiza bien
DIEZ PICAZO afirmando que precedente es “el supuesto ya resuelto
anteriormente en un caso similar”.

VII. FUNCIÓN DE LAS DISPOSICIONES GENERALES:


1. Las autoridades superiores pueden dirigir u orientar con carácter general la
actividad de los subordinados a ellas mediante circulares, instrucciones y
otros análogos, los que, sin embargo, no pueden crear obligaciones nuevas a
los administrados.
2. Dichas disposiciones deben ser suficientemente difundidas, colocadas en
lugar visible de la entidad si su alcance fuera meramente institucional, o
publicarse si fuera de índole externa.
3. Los administrados pueden invocar a su favor estas disposiciones, en cuanto
establezcan obligaciones a los órganos administrativos en su relación con los
administrados.
Las disposiciones generales o prescripciones administrativas de orden interno, pero
de alcance general, son actos de administración interna subordinados a las fuentes
del Derecho, que son emitidas por las autoridades superiores hacia sus
subordinados en ejercicio de su potestad jerárquica, para orientar sus actividades,
bajo la forma de circulares, instrucciones, directivas, ordenes jerárquicas,
instrucciones del servicio, etc).

En doctrina se reconocen tres tipos de órdenes jerárquicas:

Las de carácter informativo, mediante las cuales el órgano superior advierte a los
inferiores de la ocurrencia de hechos relevantes para el ejercicio de la actividad.
Por ejemplo, una circular del área de personal que informa un cambio de horario de
labores.

Las de carácter directivo, mediante las cuales se imponen a los órganos inferiores
los objetivos concretos o parámetros de eficacia que deben lograr en determinados
campos de su actividad. Por ejemplo, una circular que aprueba los índices de
desempeño o productividad que deben alcanzarse en una dependencia policial.

Las de carácter preceptivo, mediante las cuales el órgano superior establece líneas
concretas de actuación en un momento determinado o criterios de resolución ante
una situación específica, como sucede con los lineamientos resolutivos que
aprueban algunas entidades. Por ejemplo, una circular de la autoridad aduanera que
dispone a las intendencias como debe procederse con el despacho de mercaderías.

VIII. DEFICIENCIAS DE LAS FUENTES EN EL DERECHO ADMINISTRATIVO:


Las autoridades administrativas no podrán dejar de resolver las cuestiones que se
les proponga, por deficiencia de sus fuentes; en tales casos, acudirán a los
principios del procedimiento administrativo previstos en esta Ley; en su defecto, a
otras fuentes supletorias del derecho administrativo, y sólo subsidiariamente a éstas,
a las normas de otros ordenamientos que sean compatibles con su naturaleza y
finalidad.
Cuando la deficiencia de la normativa lo haga aconsejable, complementariamente a
la resolución del caso, la autoridad elaborará y propondrá a quien competa, la
emisión de la norma que supere con carácter general esta situación, en el mismo
sentido de la resolución dada al asunto sometido a su conocimiento.
Para resolver estos asuntos, las autoridades deben acudir en orden descendente a
las siguientes fuentes supletorias: a) Los principios del Procedimiento administrativo;
b) Fuentes supletorias del Derecho Administrativos (Doctrina nacional, comparada,
la costumbre o practica administrativa); y solo a falta de ellos c) analogía de otros
ordenamientos (Por ejemplo, el Código Procesal Civil o Código Civil) en aquellos
aspectos que sean compatibles con la naturaleza y finalidad administrativa.
Adicionalmente a la resolución del caso concreto, la norma faculta a la autoridad
para dar noticia de la insuficiencia normativa para generar un tratamiento de nivel
general a este caso, el mismo que debe ser concordante con la resolución dada al
caso particular. Esta situación, puede conllevar desde una iniciativa legislativa hasta
una propuesta al superior para la modificación de la disposición insuficiente.

II UNIDAD
REGIMEN JURIDICO DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
QUINTA SEMANA
DEFINICIÓN Y REQUISITOS PARA LA VALIDEZ DE LOS ACTOS JURÍDICOS. –

A.- DEFINICION DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:


1.- Son actos administrativos, las declaraciones de las entidades que, en el marco
de normas de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre
los intereses, obligaciones o derechos de los administrados dentro de una
situación concreta.
2.- No son actos administrativos:
2.1 Los actos de administración interna de las entidades destinados a organizar o
hacer funcionar sus propias actividades o servicios. Estos actos son regulados por
cada entidad, con sujeción a las disposiciones del Título Preliminar de esta Ley, y de
aquellas normas que expresamente así lo establezcan.
2.2 Los comportamientos y actividades materiales de las entidades.
Para conformar un procedimiento unitario, dichos actos procesales – precisa
Manual María DIEZ, con base en GONZALES PEREZ-, deben cumplir con las
siguientes condiciones:
a. Que cada acto procesal conserve su propia individualidad (Por ejemplo, mantener
requisitos de validez y objetos inmediatos propios) y no como en el acto
administrativo complejo donde se fusionan en la declaración final de la
administración.
b. Que los actos conectados deben tener como objetivo, efectos jurídicos unitarios.
c. Que, a su interior los actos procesales se vinculen causalmente entre sí, de tal
modo que cada uno, supone al anterior, y el último supone al grupo entero.
De tal modo, los componentes del procedimiento aparecen con su valor propio: La
resolución como el acto principal con vocación de ser terminal y los actos
preparatorios, como instrumentos de aquella, vinculados en una relación de medios
afines.

B. REQUISITOS PARA LA VALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS. -


Son requisitos de validez de los actos administrativos:
1. Competencia. - Ser emitido por el órgano facultado en razón de la materia,
territorio, grado, tiempo o cuantía, a través de la autoridad regularmente nominada al
momento del dictado y en caso de órganos colegiados, cumpliendo los requisitos de
sesión, quórum y deliberación indispensables para su emisión.
2. Objeto o contenido. - Los actos administrativos deben expresar su respectivo
objeto, de tal modo que pueda determinarse inequívocamente sus efectos jurídicos.
Su contenido se ajustará a lo dispuesto en el ordenamiento jurídico, debiendo ser
lícito, preciso, posible física y jurídicamente, y comprender las cuestiones surgidas
de la motivación.
3. Finalidad Pública. - Adecuarse a las finalidades de interés público asumidas por
las normas que otorgan las facultades al órgano emisor, sin que pueda habilitársele
a perseguir mediante el acto, aun encubiertamente, alguna finalidad sea personal de
la propia autoridad, a favor de un tercero, u otra finalidad pública distinta a la prevista
en la ley. La ausencia de normas que indique los fines de una facultad no genera
discrecionalidad.
4. Motivación.- El acto administrativo debe estar debidamente motivado en
proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico.
5. Procedimiento regular. - Antes de su emisión, el acto debe ser conformado
Mediante el cumplimiento del procedimiento administrativo previsto para su
generación.

C. ACTO ADMINISTRATIVO.
1. MODALIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:
Cuando una ley lo autorice, la autoridad, mediante decisión expresa, puede someter
el acto administrativo a condición, término o modo, siempre que dichos elementos
incorporables al acto, sean compatibles con el ordenamiento legal, o cuando se trate
de asegurar con ellos el cumplimiento del fi n público que persigue el acto.
Una modalidad accesoria no puede ser aplicada contra el fi n perseguido por el acto
administrativo.

2. FORMA DEL ACTO ADMINISTRATIVO:


Los actos administrativos deberán expresarse por escrito, salvo que, por
la naturaleza y circunstancias del caso, el ordenamiento jurídico haya previsto otra
forma, siempre que permita tener constancia de su existencia.
El acto escrito indica la fecha y lugar en que es emitido, denominación del órgano
del cual emana, nombre y firma de la autoridad interviniente. Cuando el
acto administrativo es producido por medio de sistemas automatizados,
debe garantizarse al administrado conocer el nombre y cargo de la autoridad que lo
expide.
Cuando deban emitirse varios actos administrativos de la misma naturaleza, podrá
ser empleada firma mecánica o integrarse en un solo documento bajo una misma
motivación, siempre que se individualice a los administrados sobre los que recaen
los efectos del acto. Para todos los efectos subsiguientes, los actos administrativos
serán considerados como actos diferentes.

3. OBJETO O CONTENIDO DEL ACTO ADMINISTRATIVO:


El objeto o contenido del acto administrativo es aquello que decide, declara o
certifica la autoridad.
En ningún caso será admisible un objeto o contenido prohibido por el
orden normativo, ni incompatible con la situación de hecho prevista en las normas; ni
impreciso, obscuro o imposible de realizar.
No podrá contravenir en el caso concreto disposiciones constitucionales, legales,
mandatos judiciales firmes; ni podrá infringir normas administrativas de carácter
general provenientes de autoridad de igual, inferior o superior jerarquía, e incluso de
la misma autoridad que dicte el acto.
El contenido debe comprender todas las cuestiones de hecho y derecho planteadas
por los administrados, pudiendo involucrar otras no propuestas por estos que hayan
sido apreciadas de oficio, siempre que la autoridad administrativa les otorgue un
plazo no menor a cinco (5) días para que expongan su posición y, en su caso,
aporten las pruebas que consideren pertinentes.

4. MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO:


La motivación debe ser expresa, mediante una relación concreta y directa de los
hechos probados relevantes del caso específico, y la exposición de las razones
jurídicas y normativas que con referencia directa a los anteriores justifican el acto
adoptado.
Puede motivarse mediante la declaración de conformidad con los fundamentos y
conclusiones de anteriores dictámenes, decisiones o informes obrantes en
el expediente, a condición de que se les identifique de modo certero, y que por esta
situación constituyan parte integrante del respectivo acto. Los informes, dictámenes
o similares que sirvan de fundamento a la decisión, deben ser
notificados al administrado conjuntamente con el acto administrativo.
No son admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías
de fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto. No constituye causal de nulidad el hecho de que el
superior jerárquico de la autoridad que emitió el acto que se impugna tenga una
apreciación distinta respecto de la valoración de los medios probatorios o de la
aplicación o interpretación del derecho contenida en dicho acto. Dicha apreciación
distinta debe conducir a estimar parcial o totalmente el recurso presentado contra el
acto impugnado. No precisan motivación los siguientes actos:
Las decisiones de mero trámite que impulsan el procedimiento.
Cuando la autoridad estima procedente lo pedido por el administrado y el acto
administrativo no perjudica derechos de terceros.
 Cuando la autoridad produce gran cantidad de actos administrativos
sustancialmente iguales, bastando la motivación única.

SEXTA SEMANA
RÉGIMEN DE LOS ACTOS DE ADMINISTRACIÓN INTERNA. –

Los actos de administración interna se orientan a la eficacia y eficiencia de los


servicios y a los fines permanentes de las entidades. Son emitidos por el órgano
competente, su objeto debe ser física y jurídicamente posible, su motivación es
facultativa cuando los superiores jerárquicos impartan las órdenes a sus subalternos
en la forma legalmente prevista.
El régimen de eficacia anticipada de los actos administrativos previsto en el artículo
17 es susceptible de ser aplicado a los actos de administración interna, siempre que
no se violen normas de orden público ni afecte a terceros.
Las decisiones internas de mero trámite, pueden impartirse verbalmente por el
órgano competente, en cuyo caso el órgano inferior que las reciba las documentará
por escrito y comunicará de inmediato, indicando la autoridad de quien procede
mediante la fórmula, “Por orden de ...”
¿Los actos de Administración Interna son Inimpugnables?
No obstante carecer de norma alguna de respaldo, la Administración
sostiene uniformemente que los actos de administración no son
impugnables, desestimando sistemáticamente cualquier cuestionamiento que
se puedan plantear contra ellos. En principio debemos afirmar que es correcto
este planteamiento.
La inimpugnabilidad se sustenta en que las decisiones contenidas en un
acto de administración están dirigidas al orden interno de las entidades, por lo
que no habría ningún derecho o interés legítimo susceptible de sentirse afectado –y
por ende recurrir- frente a una aprobación de un organigrama, la asignación de
funciones, la impartición de órdenes de servicio a los subalternos, o la emisión de un
informe no vinculante. Noten que la inimpugnabilidad de estos derechos o intereses
legítimos, y no en el privilegio que esta categoría de actuación pública se encuentre
inmunes al control. No obstante, debemos advertir que existen actos de
administración de diversas autoridades que, si bien están básicamente dirigidas al
orden interno de la entidad, pueden tener repercusiones indirectas, pero no
por ello insignificantes, respecto de los administrados en sus relaciones con la
Administración. Pensemos, por ejemplo, en una rotación de personal que afecte la
integridad familiar del servidor o un cuadro de asignación de personal, que está
dirigido a suprimir plazas de personal existente. En esa misma línea, debe tenerse
en cuenta la práctica perversa de algunas autoridades para recubrir bajo la
forma de actos de administración a verdaderos actos administrativos, creyendo
que bajo esta esfera evaden el control jurídico a sus despropósitos (por ejemplo,
darle forma de oficios a las decisiones administrativas).

VALIDEZ Y CAUSALES DE NULIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:

1.- VALIDEZ DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:


Es válido el acto administrativo dictado conforme al ordenamiento jurídico. El
acto administrativo será perfecto y legal cuando cumpla con las condiciones de
legitimidad y de mérito. Serán elementos de legitimidad los que se relacionan con el
cumplimiento de las normas positivas concernientes al acto, y son elementos
de mérito los que se refieren al cumplimiento oportuno y conveniente de los fines
del acto. Por tanto, para la validez del acto administrativo requiere, no sólo
del cumplimiento del criterio de
Legitimidad, sino también del criterio de oportunidad.

2.- CAUSALES DE NULIDAD DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS:


Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno
derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se
presente alguno de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el
artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la
aprobación automática o por silencio administrativo positivo, por los que se adquiere
facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no
se cumplen con los requisitos, documentación o trámites esenciales para su
adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se
dicten como consecuencia de la misma.

A.- CONTRAVENCIÓN A LA CONSTITUCIÓN, LEYES O NORMAS


REGLAMENTARIAS:
Esta causal de nulidad obedece la vulneración del principio administrativa
que determina el acto administrativo debe respetar lo consagrado y ordenado por la
constitución, las leyes y demás normas del sistema jurídico. La constitución es
norma máxima en el sistema normativo su jerarquía es de mayor rango y prevalece
por encima de la ley conforme al art° 51 de la constitución, por lo que aplicación de
su principio constitución y principio de jerarquía de normas la ley y de las normas de
menor jerarquía deben estar armoniosa y acorde con la constitución,
consecuentemente los actos administrativos que contravengan estos
preceptos deberán ser sancionados con nulidad absoluta ipso jure.

B.- DEFECTO U OMISIÓN DE ALGÚN REQUISITO DE VALIDEZ:


Esta causal de nulidad hace referencia a la ausencia u omisión de algunos de los
cinco requisitos de validez con que debe contar obligatoriamente el acto
administrativo: competencia, objeto o contenido, finalidad pública,
motivación y procedimiento regular. Bastara que alguno de los cinco requisitos ya
anunciado no concurra en la conformación del acto administrativo para que proceda
la nulidad del mismo, ya sea a pedido de parte o por declaración de oficio.

C.- ACTOS EXPRESOS O PRESUNTOS POR LO QUE SE ADQUIERE


FACULTADES O DERECHOS CUANDO SE CAREZCA DE REQUISITOS PARA
ELLO:
Como nuestro procedimiento administrativo ha incrementado las posibilidades de
obtención de beneficios para los administrados sin haber pasado por
una comprobación previa de la Administración, se ha previsto esta causal como
una forma de corregir vía nulidad posterior los actos que de mala fe puedan dar
lugar a la adquisición indebida de facultades o derechos.
La Proliferación de silencio administrativo positivo, de procedimientos de aprobación
automática, el empleo de documentos sucedáneos, y la presunción de veracidad
han dado ocasión a las acciones indebidas que aquí se trata de contrarrestar. La
Buena fe es principio de la actuación administrativa, pero nada autoriza a la
obtención de ventajas indebidas, ni a que estas puedan tornarse inconmovibles
cuando agravian justamente la buena fe. En tal sentido, por aplicación de esta
causal se sanciona tanto el acto expreso como el acto tácito.
C.- ACTOS CONSTITUTIVOS DE ILICITUD PENAL
Si el objeto contenido por el acto administrativo no solo es ilícito sino constitutivo de
delito previsto y penado en el Codigo Penal, estaremos frente a un caso de
vicio trascendente y, por ende, afecto a la sanción de nulidad. Recibe igual
tratamiento si el acto mismo es la conducta reprochable penalmente (por ejemplo, el
acto constitutivo de abuso de autoridad) o si el acto sea derivado de la comisión de
un delito (por ejemplo, licencia o permiso obtenido por un acto de corrupción).
Hay que anotar que como la Administración no tiene jurisdicción para establecer si
un acto es constitutivo de delito, o que se haya producido un delito como
antecedente del acto que evalúa, solamente se podrá establecer el carácter delictivo
de un acto en sede judicial. De este modo, dictada sentencia donde se establezca la
ilicitud penal del acto, recién se podrá hacer valer este motivo de nulidad,
mediante el correspondiente procedimiento de revisión de oficio. AL
efecto, será una excepción al plazo de prescripción establecido en el
numeral 213.3 del artículo 213 de la Ley de Procedimiento Administrativo
General.

SETIMA SEMANA
Exposición de Trabajo Aplicativo I
EXAMEN PARCIAL I

OCTAVA SEMANA
INSTANCIA PARA DECLARAR LA NULIDAD DE UN ACTO ADMINISTRATIVO. -
Los administrados plantean la nulidad de los actos administrativos que les
conciernan por medio de los recursos administrativos previstos en el Título III
Capítulo II de la presente Ley.
La nulidad de oficio será conocida y declarada por la autoridad superior de quien
dictó el acto. Si se tratara de un acto dictado por una autoridad que no está
sometida a subordinación jerárquica, la nulidad se declarará por resolución de la
misma autoridad. La nulidad planteada por medio de un recurso de reconsideración
o de apelación será conocida y declarada por la autoridad competente para
resolverlo.
La resolución que declara la nulidad dispone, además, lo conveniente para hacer
efectiva la responsabilidad del emisor del acto inválido, en los casos en que se
advierta ilegalidad manifiesta, cuando sea conocida por el superior jerárquico.
La pretensión de nulidad que se ejerce contra una resolución administrativa no tiene
la independencia para pretender ser un recurso independiente. La exigencia de no
arborizar el derrotero del procedimiento administrativo hace que los recursos sean
delimitados perfectamente en su número y en su ejercicio, de ahí que cuando un
administrado considere que se ha dictado una resolución nula deba hacerlo saber a
la autoridad por medio de los recursos administrativos que establece la Ley de
Procedimiento Administrativo General
Como tal la nulidad puede ser el argumento suficiente para plantear una apelación o
una revisión. No corresponde plantear la nulidad en la reconsideración,
puesto que la competencia para pronunciarse sobre el corresponde al superior
jerárquico y no a la misma autoridad.

EFECTOS Y ALCANCES DE LA DECLARACION DE NULIDAD DE UN ACTO


ADMINISTRATIVO. –

1.- EFECTOS DE LA DECLARACION DE NULIDAD:


La declaración de nulidad tendrá efecto declarativo y retroactivo a la fecha del acto,
salvo derechos adquiridos de buena fe por terceros, en cuyo caso operará a futuro.
Respecto del acto declarado nulo, los administrados no están obligados
a su cumplimiento y los servidores públicos deberán oponerse a la
ejecución del acto, fundando y motivando su negativa.
En caso de que el acto viciado se hubiera consumado, o bien sea imposible
retrotraer sus efectos, sólo dará lugar a la responsabilidad de quien dictó el acto y en
su caso, a la indemnización para el afectado.
La declaración administrativa o judicial de nulidad del acto administrativo hace que
desaparezca la presunción que lo cobijaba y se descorra el velo de su
engañosa legalidad. En tal sentido, la declaración operara hasta el momento mismo
de su emisión, sin favorecer ni perjudicar a ningún administrado.
Solo si existieran terceros que de buena fe hubieren obtenido derechos al amparo de
la apariencia de legalidad que el acto poseía, la nulidad para ellos se referirá
únicamente a futuro. No debe entenderse que para ellos permanece ultraltivo el acto
nulo, ni que esta regla a futuro pueda favorecer a los administrados
directamente participes en el procedimiento administrativo que constituyo el acto
nulo.

Por si alguna autoridad o administrado persistiera en intentar mantener los efectos


de algún acto declarado nulo, se ha establecido un mandato directo y
universal para administrados y autoridades. Todos deben oponerse a la ejecución
de un acto nulo, motivando su negación para advertir a los partícipes del vicio que
lo afectaba y la declaración de nulidad que ha sido objeto.
La constatación de la nulidad puede atravesar por vicisitudes adicionales: que se
hayan consumado los efectos del acto viciado (por ejemplo, si la actividad autorizada
ya se realizó) o sea imposible retrotraer sus efectos (por ejemplo, si los resultados
se han consolidado en tal grado que declararlo retroactivo solo sea formal). En
ambos casos, el pronunciamiento de la Administración no se contenderá con una
declaración formal de ilegalidad y la responsabilidad administrativa del autor, sino
que además necesitará disponer se inicie acciones para satisfacer la
indemnización por responsabilidad económica contra el beneficio por el acto.

2.- ALCANCES DE LA DECLARACION DE NULIDAD:


La nulidad de un acto sólo implica la de los sucesivos en el procedimiento, cuando
estén vinculados a él.
La nulidad parcial del acto administrativo no alcanza a las otras partes del acto que
resulten independientes de la parte nula, salvo que sea su consecuencia, ni impide
la producción de efectos para los cuales, no obstante, el acto pueda ser idóneo,
salvo disposición legal en contrario.
Quien declara la nulidad, dispone la conservación de aquellas actuaciones o trámites
cuyo contenido hubiere permanecido igual de no haberse incurrido en el vicio.

III UNIDAD
EFICACIA DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS.

NOVENA SEMANA

1.- ¿Cuándo es eficaz un Acto Administrativo?


El acto administrativo es eficaz a partir de que la notificación legalmente realizada
produce sus efectos, conforme a lo dispuesto en el presente capítulo. 16.2 El acto
administrativo que otorga beneficio al administrado se entiende eficaz desde la fecha
de su emisión, salvo disposición diferente del mismo acto.

EL ACTO SOLEMNE DE LA NOTIFICACIÓN

1.- LA NOTIFICACION PERSONAL Y LA NOTIFICACION FORMAL:


A).- Notificación Personal:
La notificación personal se hará en el domicilio que conste en el expediente, o en el
último domicilio que la persona a quien deba notificar haya señalado ante el órgano
administrativo en otro procedimiento análogo en la propia entidad dentro del último
año.
En caso que el administrado no haya indicado domicilio, o que éste sea inexistente,
la autoridad deberá emplear el domicilio señalado en el Documento Nacional de
Identidad del administrado. De verificar que la notificación no puede realizarse en el
domicilio señalado en el Documento Nacional de Identidad por presentarse alguna
de las circunstancias descritas en el numeral 23.1.2 del artículo 23, se deberá
proceder a la notificación mediante publicación.
En el acto de notificación personal debe entregarse copia del acto notificado y
señalar la fecha y hora en que es efectuada, recabando el nombre y firma de la
persona con quien se entienda la diligencia. Si ésta se niega a firmar o recibir copia
del acto notificado, se hará constar así en el acta, teniéndose por bien notificado.
En este caso la notificación dejará constancia de las características del lugar donde
se ha notificado.
La notificación personal, se entenderá con la persona que deba ser notificada o su
representante legal, pero de no hallarse presente cualquiera de los dos
en el momento de entregar la notificación, podrá entenderse con la persona
que se encuentre en dicho domicilio, dejándose constancia de su nombre,
documento de identidad y de su relación con el administrado. 21.5 En el caso de no
encontrar al administrado u otra persona en el domicilio señalado en el
procedimiento, el notificador deberá dejar constancia de ello en el acta y colocar un
aviso en dicho domicilio indicando la nueva fecha en que se hará efectiva la
siguiente notificación.
Si tampoco pudiera entregar directamente la notificación en la nueva fecha, se
dejará debajo de la puerta un acta conjuntamente con la notificación, copia de los
cuales serán incorporados en el expediente.

2.- LA NOTIFICACIÓN A PLURALIDAD DE ADMINISTRADOS:


Cuando sean varios sus destinatarios, el acto será notificado personalmente a todos,
salvo sí actúan unidos bajo una misma representación o si han designado un
domicilio común para notificaciones, en cuyo caso éstas se harán en dicha dirección
única.
Si debiera notificarse a más de diez personas que han planteado una sola solicitud
con derecho común, la notificación se hará con quien encabeza el
escrito inicial, indicándole que trasmita la decisión a sus cointeresados.

3.- LA NOTIFICACIÓN A UN NÚMERO INDETERMINADO DE ADMINISTRADOS:


Se hará en el domicilio que conste en el expediente, o en el último domicilio que la
persona a quien deba notificar haya señalado ante el órgano administrativo en otro
procedimiento análogo en la propia entidad dentro del último año.
En caso que el administrado no haya señalado domicilio, la autoridad debe agotar
su búsqueda mediante los medios que se encuentren a su alcance, recurriendo a
fuentes de información de las entidades de la localidad.
En el acto de notificación debe entregarse copia del acto notificado y señalar la
fecha y hora en que es efectuada, recabando el nombre y firma de la persona con
quien se entienda la diligencia. Si ésta se niega, se hará constar así en el acta.
La notificación personal, se entenderá con la persona que deba ser notificada o su
representante legal, pero de no hallarse presente cualquiera de los dos en el
momento de entregar la notificación, podrá entenderse con la persona que se
encuentre en dicho domicilio, dejándose constancia de su nombre,
documento de identidad y de su relación con el administrado.
La Ley Nº 27444 establece que la notificación: debe de hacerse dentro del plazo de
cinco (5) días contados desde la fecha de expedición del acto, y el artículo 24
establece que la notificación debe contener:
a).- El texto íntegro del acto administrativo, incluyendo su motivación.
b).- La identificación del procedimiento en el cual se haya dictado.
c).- La autoridad e institución de la cual procede el acto y su dirección.
d) La fecha de vigencia del acto notificado, y con la mención de si agota
la vía administrativa.
e).- La expresión de los recursos que proceden, el órgano ante el cual
deben presentarse los recursos y el plazo para interponerlos.

4.- LAS MODALIDADES DE NOTIFICACIÓN FORMAL:

4.1.- Las notificaciones son efectuadas a través de las siguientes modalidades,


según este respectivo orden de prelación:
a.- Notificación personal al administrado interesado o afectado por el acto, en su
domicilio.
b.- Mediante telegrama, correo certificado, telefax; o cualquier otro medio que
permita comprobar fehacientemente su acuse de recibo y quien lo recibe, siempre
que el empleo de cualquiera de estos medios hubiese sido solicitado expresamente
por el administrado.
c.- Por publicación en el Diario Oficial o en uno de los diarios de mayor circulación
en el territorio nacional, salvo disposición distinta de la ley. Adicionalmente, la
autoridad competente dispone la publicación del acto en el respectivo
Portal Institucional, en caso la entidad cuente con este mecanismo.
(Texto según numeral 20.1 del artículo 20 de la Ley N° 27444, modificado según el
artículo 2 del Decreto Legislativo Nº 1452)
d.- La autoridad no puede suplir alguna modalidad con otra ni modificar el orden de
prelación establecido en el numeral anterior, bajo sanción de nulidad de la
notificación. Puede acudir complementariamente a aquellas u otras, si así lo estime
conveniente para mejorar las posibilidades de participación de los administrados.
e.- Tratamiento igual al previsto en este capítulo corresponde a los citatorios, los
emplazamientos, los requerimientos de documentos o de otros actos administrativos
análogos.
f.- El administrado interesado o afectado por el acto que hubiera consignado en su
escrito alguna dirección electrónica que conste en el expediente puede
ser notificado a través de ese medio siempre que haya dado su autorización expresa
para ello. Para este caso no es de aplicación el orden de prelación dispuesto en el
numeral 20.1.
La notificación dirigida a la dirección de correo electrónico señalada por el
administrado se entiende válidamente efectuada cuando la entidad reciba la
respuesta de recepción de la dirección electrónica señalada por el administrado o
esta sea generada en forma automática por una plataforma tecnológica o sistema
informático que garantice que la notificación ha sido efectuada. La notificación surte
efectos el día que conste haber sido recibida, conforme lo previsto en el numeral 2
del artículo 25.
En caso de no recibirse respuesta automática de recepción en un plazo máximo de
dos (2) días hábiles contados desde el día siguiente de efectuado el acto de
notificación vía correo electrónico, se procede a notificar por cédula conforme al
inciso 20.1.1, volviéndose a computar el plazo establecido en el numeral 24.1 del
artículo 24.
Para la notificación por correo electrónico, la autoridad administrativa, si lo
considera pertinente, puede emplear firmas y certificados digitales conforme a lo
estipulado en la ley de la materia.
La entidad que cuente con disponibilidad tecnológica puede asignar al administrado
una casilla electrónica gestionada por esta, para la notificación de actos
administrativos, así como actuaciones emitidas en el marco de cualquier actividad
administrativa, siempre que cuente con el consentimiento expreso del administrado.
Mediante decreto supremo del sector, previa opinión favorable de la Presidencia del
Consejo de Ministros y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
puede aprobar la obligatoriedad de la notificación vía casilla electrónica. En ese
caso, la notificación se entiende válidamente efectuada cuando la entidad la
deposite en el buzón electrónico asignado al administrado, surtiendo efectos el día
que conste haber sido recibida, conforme a lo previsto en el numeral 2 del artículo
25.
Asimismo, se establece la implementación de la casilla única electrónica para las
comunicaciones y notificaciones de las entidades del Estado dirigidas a
los administrados. Mediante Decreto Supremo refrendado por la
Presidencia del Consejo de Ministros se aprueban los criterios, condiciones,
mecanismos y plazos para la implementación gradual en las entidades
públicas de la casilla única electrónica.

DECIMA SEMANA

EFICACIA DEL ACTO ADMINISTRATIVO A FAVOR DEL ENTE


ADMINISTRADOR.

El acto administrativo es eficaz a partir de que la notificación legalmente realizada


produce sus efectos, conforme a lo dispuesto en el presente capítulo.
El acto administrativo que otorga beneficio al administrado se entiende eficaz desde
la fecha de su emisión, salvo disposición diferente del mismo acto.
EFICACIA DEL ACTO ADMINISTRATIVO A FAVOR DEL ADMINISTRADO. -
El acto administrativo es eficaz a partir de que la notificación legalmente realizada
produce sus efectos. El acto administrativo que otorga beneficio al administrado se
entiende eficaz desde la fecha de su emisión.
EFICACIA ANTICIPADA DEL ACTO ADMINISTRATIVO. -
La autoridad podrá disponer en el mismo acto administrativo que tenga eficacia
anticipada a su emisión, sólo si fuera más favorable a los administrados, y siempre
que no lesione derechos fundamentales o intereses de buena fe legalmente
protegidos. También tienen eficacia anticipada la declaratoria de nulidad y los actos
que se dicten en enmienda.

IV UNIDAD
DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
DECIMA PRIMERA SEMANA

LA AUTORIDAD ADMINISTRATIVA. -
1. Fuente de competencia administrativa La competencia de las entidades tiene su
fuente en la Constitución y en la ley, y es reglamentada por las normas
administrativas que de aquéllas se derivan. Toda entidad es competente para
realizar las tareas materiales internas necesarias para el eficiente cumplimiento de
su misión y objetivos, así como para la distribución de las atribuciones que se
encuentren comprendidas dentro de su competencia.
2. Presunción de competencia desconcentrada
Cuando una norma atribuya a una entidad alguna competencia o facultad sin
especificar qué órgano a su interior debe ejercerla, debe entenderse que
corresponde al órgano de inferior jerarquía de función más similar vinculada a ella en
razón de la materia y de territorio, y, en caso de existir varios órganos posibles, al
superior jerárquico común. Particularmente compete a estos órganos resolver los
asuntos que consistan en la simple confrontación de hechos con normas expresas
o asuntos tale como: certificaciones, inscripciones, remisiones al archivo,
notificaciones, expedición de copias certificadas de documentos, comunicaciones o
la devolución de documentos. Cada entidad es competente para realizar tareas
materiales internas necesarias para el eficiente cumplimiento de su misión y
objetivos.

3. Carácter inalienable de la competencia administrativa


Es nulo todo acto administrativo o contrato que contemple la renuncia
a la titularidad, o la abstención del ejercicio de las atribuciones conferidas a algún
órgano administrativo. Solo por ley o mediante mandato judicial expreso, en un caso
concreto, puede ser exigible a una autoridad no ejercer alguna atribución
administrativa de su competencia. La demora o negligencia en el ejercicio de la
competencia o su no ejercicio cuando ello corresponda, constituye falta
disciplinaria imputable a la autoridad respectiva. Las entidades o sus funcionarios no
pueden dejar de cumplir con la tramitación de procedimientos administrativos,
conforme a lo normado en la presente Ley. Todo acto en contra es nulo de pleno
derecho.

INICIACIÓN DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO. -


El procedimiento administrativo es promovido de oficio por el órgano competente o
instancia del administrado, salvo que por disposición legal o por su
finalidad corresponda ser iniciado exclusivamente de oficio o a instancia del
interesado.
1. Inicio de oficio
Para el inicio de oficio de un procedimiento debe existir disposición de autoridad
superior que la fundamente en ese sentido, una motivación basada en el
cumplimiento de un deber legal o el mérito de una denuncia. El inicio de oficio del
procedimiento es notificado a los administrados determinados cuyos intereses o
derechos protegidos puedan ser afectados por los actos a ejecutar, salvo en caso de
fiscalización posterior a solicitudes o a su documentación, acogidos a la
presunción de veracidad. La notificación incluye la información sobre la naturaleza,
alcance y de ser previsible, el plazo estimado de su duración, así como de sus
derechos y obligaciones en el curso de tal actuación. La notificación es realizada
inmediatamente luego de emitida la decisión, salvo que la normativa autorice que
sea diferida por su naturaleza confidencial basada en el interés público.

RECEPCIÓN DOCUMENTAL. -
Cada entidad tiene su unidad general de recepción documental, trámite
documentado o mesa de partes, salvo cuando la entidad brinde servicios
en varios inmuebles ubicados en zonas distintas, en cuyo caso corresponde abrir
en cada local registros auxiliares al principal, al cual reportan todo registro que
realicen.
Tales unidades están a cargo de llevar un registro del ingreso de los escritos que
sean presentados y la salida de aquellos documentos emitidos por la entidad
dirigidos a otros órganos o administrados. Para el efecto, expiden el cargo, practican
los asientos respectivos respetando su orden de ingreso o salida, indicando su
número de ingreso, naturaleza, fecha, remitente y destinatario. Concluido el
registro, los escritos o resoluciones deben ser cursados el mismo día a sus
destinatarios.
Dichas unidades tenderán a administrar su información en soporte
informático, cautelando su integración a un sistema único de trámite documentado.
También a través de dichas unidades los administrados realizan todas las gestiones
pertinentes a sus procedimientos y obtienen la información que requieran con dicha
finalidad.

PLAZOS Y TÉRMINOS. -
Los plazos y términos son entendidos como máximos, se computan
independientemente de cualquier formalidad, y obligan por igual a la administración
y a los administrados, sin necesidad de apremio, en aquello que
respectivamente les concierna. Los plazos para el pronunciamiento de las
entidades, en los procedimientos administrativos, se contabilizan a partir del día
siguiente de la fecha en la cual el administrado presentó su solicitud, salvo que se
haya requerido subsanación en cuyo caso se contabilizan una vez efectuada esta.
Toda autoridad debe cumplir con los términos y plazos a su cargo, así como
supervisar que los subalternos cumplan con los propios de su nivel. Es derecho de
los administrados exigir el cumplimiento de los plazos y términos establecidos para
cada actuación o servicio.
A falta de plazo establecido por ley expresa, las actuaciones deben producirse
dentro de los siguientes:
1. Para recepción y derivación de un escrito a la unidad competente: dentro del
mismo día de su presentación.
2. Para actos de mero trámite y decidir peticiones de ese carácter: en tres días.
3. Para emisión de dictámenes, peritajes, informes y similares: dentro de siete días
después de solicitados; pudiendo ser prorrogado a tres días más si la
diligencia requiere el traslado fuera de su sede o la asistencia de terceros.
4. Para actos de cargo del administrado requeridos por la autoridad, como entrega
de información, respuesta a las cuestiones sobre las cuales deban pronunciarse:
dentro de los diez días de solicitados.

DECIMA SEGUNDA SEMANA

INSTRUCCIÓN DEL PROCEDIMIENTO. -


Los actos de instrucción necesarios para la determinación, conocimiento
y comprobación de los datos en virtud de los cuales deba pronunciarse la resolución,
serán realizados de oficio por la autoridad a cuyo cargo se tramita el procedimiento
de evaluación previa, sin perjuicio del derecho de los administrados a
proponer actuaciones probatorias. Queda prohibido realizar como actos de
instrucción la solicitud rutinaria de informes previos, requerimientos de visaciones o
cualquier otro acto que no aporte valor objetivo a lo actuado en el caso
concreto, según su naturaleza.
ACCESO AL EXPEDIENTE. -
Los administrados, sus representantes o su abogado, tienen derecho de acceso al
expediente en cualquier momento de su trámite, así como a sus documentos,
antecedentes, estudios, informes y dictámenes, obtener certificaciones de su estado
y recabar copias de las piezas que contiene, previo pago del costo de las mismas.
Sólo se exceptúan aquellas actuaciones, diligencias, informes o dictámenes que
contienen información cuyo conocimiento pueda afectar su derecho a la intimidad
personal o familiar y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de
seguridad nacional de acuerdo a lo establecido en el inciso 5) del artículo 2 de la
Constitución Política. Adicionalmente se exceptúan las materias protegidas por el
secreto bancario, tributario, comercial e industrial, así como todos aquellos
documentos que impliquen un pronunciamiento previo por parte de la autoridad
competente.

El pedido de acceso al expediente puede hacerse verbalmente, sin necesidad de


solicitarlo mediante el procedimiento de transparencia y acceso a la
información pública, siendo concedido de inmediato, sin necesidad de resolución
expresa, en la oficina en que se encuentre el expediente, aunque no sea
la unidad de recepción documental.

ALEGACIONES. -
Los administrados pueden en cualquier momento del procedimiento,
formular alegaciones, aportar los documentos u otros elementos de juicio,
los que serán analizados por la autoridad, al resolver. En los
procedimientos administrativos sancionadores, o en caso de actos de
gravamen para el administrado, se dicta resolución sólo habiéndole otorgado
un plazo perentorio no menor de cinco días para presentar sus alegatos o las
correspondientes pruebas de descargo.

CARGA DE LA PRUEBA. -
La carga de la prueba se rige por el principio de impulso de oficio establecido en la
presente Ley. Corresponde a los administrados aportar pruebas mediante
la presentación de documentos e informes, proponer pericias, testimonios,
inspecciones y demás diligencias permitidas, o aducir alegaciones.

ACTUACIÓN PROBATORIA. -
Cuando la administración no tenga por ciertos los hechos alegados por
los administrados o la naturaleza del procedimiento lo exija, la entidad
dispone la actuación de prueba, siguiendo el criterio de concentración
procesal, fijando un período que para el efecto no será menor de tres días ni
mayor de quince, contados a partir de su planteamiento.
Sólo podrá rechazar motivadamente los medios de prueba propuestos
por el administrado, cuando no guarden relación con el fondo del
asunto, sean improcedentes o innecesarios. La autoridad administrativa notifica a
los administrados, con anticipación no menor de tres días, la actuación de prueba,
indicando el lugar, fecha y hora. Las pruebas sobrevinientes pueden presentarse
siempre que no se haya emitido resolución definitiva.

FIN DEL PROCEDIMIENTO. -


Pondrán fin al procedimiento las resoluciones que se pronuncian sobre el fondo del
asunto, el silencio administrativo positivo, el silencio administrativo negativo en el
caso a que se refiere el párrafo 199.4 del artículo 199, el desistimiento, la
declaración de abandono, los acuerdos adoptados como consecuencia de
conciliación o transacción extrajudicial que tengan por objeto poner fi n al
procedimiento y la prestación efectiva de lo pedido a conformidad del administrado
en caso de petición graciable.
También pondrá fin al procedimiento la resolución que así lo declare por
causas sobrevenidas que determinen la imposibilidad de continuarlo.

CONTENIDO DE LA RESOLUCIÓN. -
La resolución que pone fin al procedimiento cumplirá los requisitos del
acto administrativo señalados en el Capítulo Primero del Título Primero de la
presente Ley.
En los procedimientos iniciados a petición del interesado, la resolución
será congruente con las peticiones formuladas por éste, sin que en ningún caso
pueda agravar su situación inicial y sin perjuicio de la potestad de la administración
de iniciar de oficio un nuevo procedimiento, si procede.

EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES. -
Ejecutoriedad del acto administrativo Los actos administrativos tendrán
carácter ejecutario, salvo disposición legal expresa en contrario, mandato judicial o
que estén sujetos a condición o plazo conforme a ley.
EJECUCION FORZADA. -
Para proceder a la ejecución forzosa de actos administrativos a través de sus
propios órganos competentes, o de la Policía Nacional del Perú.

EXAMEN PARCIAL II

V UNIDAD
DE LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS Y LOS PROCEDIMIENTOS
ESPECIALES

DECIMA TERCERA SEMANA

RECURSOS ADMINISTRATIVOS. -
a.- Recursos Administrativo:
El recurso administrativo es aquel acto administrativo ejercido preferentemente a
petición de parte (el administrado) para obtener la modificación, revocación o
invalidación de una resolución administrativa, generalmente cuando ésta causa un
agravio al administrado.
b.- Recurso De Reconsideración. - Es el medio establecido en la ley para que los
contribuyentes puedan solicitar la modificación, revocación o invalidación de una
decisión de la administración respecto a la cual están inconformes.
Se interpondrá ante el mismo órgano que dictó el primer acto que es materia de la
impugnación y se precisa que deberá sustentarse necesariamente en una nueva
prueba.
c.- Recurso de Apelación. - El recurso de apelación contencioso-administrativo, es
un recurso ordinario que se interpone ante una resolución judicial,
generalmente Sentencia de un órgano inferior en el ámbito judicial contencioso-
administrativo, en el caso que nos ocupa de la jurisdicción contencioso-
administrativa.
d.- Recurso administrativo de Revisión. - Puede definirse el recurso de
revisión como un recurso extraordinario o excepcional que procede únicamente
contra actos administrativos firmes cuando concurra alguna de las circunstancias
previstas en la ley.

EL ACTO FIRME. -
El acto administrativo firme es aquel que ya no puede ser impugnado por
las vías ordinarias del recurso administrativo o contencioso administrativo, al
haberse extinguido los plazos fugaces para ejercer el derecho de contradicción y
sobre el cual el único recurso que cabe, es el recurso de revisión.

SILENCIO ADMINISTRATIVO EN MATERIA DE RECURSOS. -


El silencio administrativo en materia de recursos se rige por lo dispuesto por el
artículo 38 y el numeral 2) del párrafo 35.1 del artículo 35.

Excepcionalmente, el silencio negativo es aplicable en aquellos casos en los que la


petición del administrado puede afectar significativamente el interés público e incida
en los siguientes bienes jurídicos: la salud, el medio ambiente, los recursos
naturales, la seguridad ciudadana, el sistema financiero y de seguros, el mercado de
valores, la defensa comercial, la defensa nacional y el patrimonio cultural de la
nación, así como en aquellos procedimientos de promoción de inversión
privada, procedimientos trilaterales, procedimientos de inscripción registral y en los
que generen obligación de dar o hacer del Estado y autorizaciones para operar
casinos de juego y máquinas tragamonedas.
La calificación excepcional del silencio negativo se produce en la norma de creación
o modificación del procedimiento administrativo, debiendo sustentar técnica y
legalmente su calificación en la exposición de motivos, en la que debe precisarse la
afectación en el interés público y la incidencia en alguno de los bienes jurídicos
previstos en el párrafo anterior. Por Decreto Supremo, refrendado por el presidente
del Consejo de Ministros, se puede ampliar las materias en las que, por afectar
significativamente el interés público, corresponde la aplicación de silencio
administrativo negativo.
Asimismo, es de aplicación para aquellos procedimientos por los cuales se transfiera
facultades de la administración pública.
En materia tributaria y aduanera, el silencio administrativo se rige por sus leyes y
normas especiales. Tratándose de procedimientos administrativos que tengan
incidencia en la determinación de la obligación tributaria o aduanera, se aplica el
Código Tributario. Las autoridades quedan facultadas para calificar de modo distinto
en su Texto Único de Procedimientos Administrativos los procedimientos
administrativos señalados, con excepción de los procedimientos trilaterales y en los
que generen obligación de dar o hacer del Estado, cuando aprecien que sus efectos
reconozcan el interés del solicitante, sin exponer significativamente el interés
general.
Los procedimientos de evaluación previa están sujetos a silencio positivo, cuando se
trate de recursos destinados a cuestionar la desestimación de una solicitud cuando
el particular haya optado por la aplicación del silencio administrativo negativo.

SUSPENSION DE LA EJECUCION. -
La interposición de cualquier recurso, excepto los casos en que una norma legal
establezca lo contrario, no suspenderá la ejecución del acto impugnado.
Esta presunción de validez del acto administrativo aun cuando haya sido impugnado,
es una manifestación de la auto tutela de los actos administrativos, entendida como
que a partir de su emisión son capaces de producir efectos por sí mismos.
No obstante, lo dispuesto en el numeral anterior, la autoridad a quien competa
resolver el recurso suspende de oficio o a petición de parte la ejecución del acto
recurrido cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a).- Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible o difícil reparación.
b).- Que se aprecie objetivamente la existencia de un vicio de nulidad trascendente.
La decisión de la suspensión se adoptará previa ponderación
suficientemente razonada entre el perjuicio que causaría al interés público o a
terceros la suspensión y el perjuicio que causa al recurrente la eficacia inmediata del
acto recurrido.
Al disponerse la suspensión podrán adoptarse las medidas que sean necesarias
para asegurar la protección del interés público o los derechos de terceros y la
eficacia de la resolución impugnada.
La suspensión se mantendrá durante el trámite del recurso administrativo
o el correspondiente proceso contencioso-administrativo, salvo que la
autoridad administrativa o judicial disponga lo contrario si se modifican las
condiciones bajo las cuales se decidió.
Al respecto es preciso mencionar que la suspensión a la que se hace referencia
responde al principio de autocontrol de la Administración Pública, en tanto, ésta es
competente para determinar la suspensión de los efectos de sus propios actos,
previo requerimiento del administrado o de oficio, cuando la inconveniencia para el
interés general de la ejecutividad del acto pueda ser apreciado por la
propia autoridad administrativa.

AGOTAMIENTO DE LA VIA ADMINISTRATIVA. -


Los actos administrativos que agotan la vía administrativa podrán ser impugnados
ante el Poder Judicial mediante el proceso contencioso-administrativo a
que serefiere el artículo 148 de la Constitución Política del Estado.

Son actos que agotan la vía administrativa:


1).- El acto respecto del cual no proceda legalmente impugnación ante una autoridad
u órgano jerárquicamente superior en la vía administrativa o cuando se produzca
silencio administrativo negativo, salvo que el interesado opte por interponer recurso
de reconsideración, en cuyo caso la resolución que se expida o el
silencio administrativo producido con motivo de dicho recurso impugnativo
agota la vía administrativa; o
2).- El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo
de la interposición de un recurso de apelación en aquellos casos en que se
impugne el acto de una autoridad u órgano sometido a subordinación jerárquica; o
3).- El acto expedido o el silencio administrativo producido con motivo
de la interposición de un recurso de revisión, únicamente en los casos a que se
refiere el artículo 218; o
4).- El acto que declara de oficio la nulidad o revoca otros actos administrativos en
los casos a que se refieren los artículos 213 y 214; o
5).- Los actos administrativos de los Tribunales o Consejos Administrativos regidos
por leyes especiales.
El agotamiento de la vía administrativa constituye un principio derivado del privilegio
de decisión previa que tiene la Administración con respecto del ejercicio
de la facultad de contradicción con que cuenta el administrado. No se puede
enjuiciar la actuación de la administración o demandarla ante los tribunales
judiciales, sin que ésta haya podido pronunciarse. No obstante, ello, no es correcto
señalar que, en todos los casos, el agotamiento de la vía administrativa esté referido
a un efecto natural de los recursos administrativos, pues dependerá del caso
concreto y de lo que la Ley ha previsto específicamente para determinar
que se produzca dicho agotamiento. De este modo, el agotamiento de la vía
administrativa es un principio de exigencia constitucional, puesto que, sólo los actos
administrativos que agotan la vía administrativa (“causando estado”), pueden ser
impugnados mediante el proceso contencioso administrativo o de amparo
respectivo, con las excepciones establecidas en la Ley Nº 27584 y las leyes que
regulan los distintos procesos constitucionales.
De acuerdo a este razonamiento, el derecho de acudir al Poder Judicial a través de
la demanda contenciosa administrativa, ante las resoluciones administrativas que
causen estado, está consagrado en el artículo 148° de la Constitución Política del
Perú.

DECIMA CUARTA SEMANA

EL PROCEDIMIENTO TRILATERAL:
El procedimiento trilateral es lo más cercano que existe en el ámbito administrativo a
la función típicamente jurisdiccional. De hecho, el procedimiento trilateral tiene como
una de sus funciones descongestionar la labor del Poder Judicial de
resolver conflictos. La actividad administrativa sirve de filtro para que, en la
medida de lo posible, solo llegue al
Poder Judicial aquello que no puede resolverse de manera definitiva en
el ámbito administrativo. De hecho, en algunos sectores resulta ser
relativamente reducida la cantidad de procesos contenciosos administrativos
iniciados en contra de resoluciones emitidas por el respectivo tribunal
administrativo.
El procedimiento trilateral es el procedimiento administrativo contencioso seguido
entre dos o más administrados ante las entidades de la administración y para los
descritos en el inciso 8) del artículo I del Título Preliminar de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, es decir, aquellas personas jurídicas
bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen función
administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización del Estado. En tal
sentido, es posible tramitar procedimientos trilaterales en los cuales una de las
partes es una entidad administrativa, la misma que posee las mismas prerrogativas
que las de un administrado.
La parte que inicia el procedimiento con la presentación de una
reclamación será designada como “reclamante” y cualquiera de los
emplazados será designado como “reclamado”.
La tramitación de los procedimientos trilaterales se sujeta a determinadas
reglas que pretenden asegurar la resolución justa de la controversia
generada, así como el cumplimiento de los objetivos generales de la entidad
administrativa que corresponda. Ello implica, en primer término, el respeto irrestricto
de principios propios del debido proceso, con ciertos elementos propios más bien del
proceso judicial. Asimismo, la tramitación del procedimiento trilateral debe permitir la
participación activa de la autoridad administrativa como un tercero imparcial
encargado de la realización de la función de heterocomposición, que es en este
caso la administración pública. Finalmente, la Administración debe
favorecer la solución concertada del conflicto, a través de la respectiva
conciliación, mecanismo que como veremos más adelante pone fin a la controversia
y es más deseable que la propia resolución a ser emitida por la autoridad
administrativa.
1. INICIO DEL PROCEDIMIENTO TRILATERAL:
El procedimiento trilateral se inicia mediante la presentación de una reclamación o
de oficio.
La reclamación es el escrito a través del cual el interesado activa el procedimiento
trilateral, que no debe confundirse con otros mecanismos denominados de la misma
manera, como la reclamación tributaria. Ahora bien, es posible la
iniciación de procedimientos trilaterales, cuando quien lo inicia es la propia
administración. Sin embargo, resultan ser muy raros los procedimientos trilaterales
iniciados de oficio. Hay procedimientos, como los seguidos ante la Comisión
de Libre Competencia de INDECOPI en aplicación de Decreto Legislativo
N.º 1034, Ley de Represión de conductas anticompetitivas, que, si bien
pueden iniciarse a pedido de parte, también pueden iniciarse de oficio. En el primer
caso, nos encontramos ante un procedimiento trilateral, en el segundo caso,
sin embargo, la naturaleza del procedimiento es bilateral.
Durante el desarrollo del procedimiento trilateral la administración debe favorecer y
facilitar la solución conciliada de la controversia.
Una vez admitida a trámite la reclamación se pondrá en conocimiento del reclamado
a fin de que éste presente su descargo.

2. MEDIDAS CAUTELARES DENTRO DEL PROCEDIMIENTO TRILATERAL

En cualquier etapa del procedimiento trilateral, de oficio o a pedido de parte, podrán


dictarse medidas cautelares conforme al artículo 146. En este caso, las
medidas cautelares tienen por finalidad proteger el interés del reclamante,
evitando la generación de un perjuicio o que el que ya se ha producido se agrave.
Asimismo, las medidas cautelares permiten asegurar el resultado de la resolución
final que se emita si el obligado al cumplir con una medida cautelar ordenado por la
administración no lo hiciere, se aplicarán las normas sobre ejecución forzosa
prevista en los artículos 203 al 211.
Cabe la apelación contra la resolución que dicta una medida cautelar solicitada por
alguna de las partes dentro del plazo de tres (3) días contados a
partir de la notificación de la resolución que dicta la medida. Salvo disposición
legal o decisión de la autoridad en contrario, la apelación no suspende la ejecución
de la medida cautelar.
La apelación deberá elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de (1) día,
contado desde la fecha de la concesión del recurso respectivo y será resuelta en un
plazo de cinco (5) días.

3. IMPUGNACION EN EL PROCEDIMIENTO TRILATERAL:


Contra la resolución final recaída en un procedimiento trilateral expedida por una
autoridad u órgano sometido a subordinación jerárquica, sólo procede la
interposición del recurso de apelación. De no existir superior jerárquico, sólo cabe
plantear recurso de reconsideración. Una vez resuelto el recurso, se
tendrá por agotada la vía administrativa, teniendo cualquiera de las partes
expedito el derecho de recurrir al Poder Judicial, a través de proceso
contencioso administrativo, en el cual debe participar también aquella parte
que fuera favorecida por la resolución impugnada.
La apelación deberá ser interpuesta ante el órgano que dictó la resolución apelada
dentro de los quince (15) días de producida la notificación respectiva. El expediente
respectivo deberá elevarse al superior jerárquico en un plazo máximo de dos (2)
días contados desde la fecha de la concesión del recurso respectivo.
Dentro de los quince (15) días de recibido el expediente por el superior jerárquico se
correrá traslado a la otra parte y se le concederá plazo de quince (15) días para la
absolución de la apelación.
Con la absolución de la otra parte o vencido el plazo a que se refiere el artículo
precedente, la autoridad que conoce de la apelación podrá señalar día y hora para la
vista de la causa que no podrá realizarse en un plazo mayor de diez
(10) días contados desde la fecha en que se notifique la absolución de la apelación
a quien la interponga.
La administración deberá emitir resolución dentro de los treinta (30) días siguientes a
la fecha de realización de la audiencia.

DECIMO QUINTA SEMANA

EL PROCEDIMIENTO SANCIONADOR. -
El procedimiento sancionador tiene por finalidad hacer posible que la Administración
haga efectivas sanciones contra los administrados ante la comisión de infracciones
calificadas como tales por la Ley. Dichas sanciones se definen como
situaciones gravosas o desventajosas impuestas al administrado como
consecuencia de la comisión de una infracción. A su vez, una infracción
administrativa puede definirse como toda conducta considerada ilícita por el
ordenamiento jurídico y que la autoridad administrativa se encuentra
encargada de sancionar. La intención de la sanción administrativa, en
consecuencia, se enfoca a la necesidad de desincentivar conductas
consideradas socialmente indeseables, pero que no se consideran de suficiente
gravedad como para tipificarlas penalmente.
En este orden de ideas, es necesario distinguir con claridad la responsabilidad penal
de la responsabilidad administrativa de los particulares, puesto que ambas son
distintas. Se ha señalado de manera reiterada que ambas provienen de la facultad
del Estado de reprimir conductas antisociales y que por ello operan de manera
similar. Pero es preciso tener en cuenta que todos los mecanismos de control social
se encuentran tutelados y autorizados por el derecho, razón por la cual es necesario
establecer con claridad las distinciones existentes entre ambos mecanismos.

PRINCIPIOS DE LA POTESTAD SANCIONADORA ADMINISTRATIVA. -


Por la potestad sancionadora, la Administración se encuentra facultada para
sancionar a los administrados por la comisión de infracciones establecidas por el
ordenamiento jurídico.
Es preciso indicar que por primera vez se establece en la Ley del
Procedimiento Administrativo General una regulación expresa de la potestad
sancionadora, aplicándosele incluso garantías que inicialmente se consideraban
propias del derecho penal.
La potestad sancionadora de todas las entidades está regida
adicionalmente por los siguientes principios especiales:
a. Legalidad. - Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la
potestad sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias
administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un administrado, las
que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de libertad.
El principio de legalidad implica, en primer lugar, que la Administración se sujeta a
la totalidad del ordenamiento jurídico y en especial, a la Ley. En este orden de ideas,
el principio de legalidad es siempre una garantía de la existencia del Estado de
Derecho, constituyendo uno de los pilares del mismo. Pero, en el ámbito
del procedimiento administrativo sancionador dicha garantía es especialmente
intensa, puesto que se hace referencia de manera directa al rango de ley
de la norma que asigna la potestad sancionadora
b. Debido procedimiento. - No se pueden imponer sanciones sin que se haya
tramitado el procedimiento respectivo, respetando las garantías del debido
procedimiento. Los procedimientos que regulen el ejercicio de la potestad
sancionadora deben establecer la debida separación entre la fase instructora
y la sancionadora, encomendándolas a autoridades distintas.
El debido procedimiento, en materia sancionadora, implica que las entidades
aplicarán sanciones sujetándose al procedimiento establecido respetando las
garantías del debido proceso. En este caso, y dado que la resolución que pueda
emitirse tendrá un carácter gravoso, este principio debe ser tomado en su acepción
más amplia posible, incluyéndose, para algunos, determinados principios del
derecho de defensa en el orden penal.
c. Razonabilidad. - Las autoridades deben prever que la comisión de la
conducta sancionable no resulte más ventajosa para el infractor que cumplir las
normas infringidas o asumir la sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas
deben ser proporcionales al incumplimiento calificado como infracción,
observando los siguientes criterios que se señalan a efectos de su graduación:
1).- El beneficio ilícito resultante por la comisión de la infracción;
2).- La probabilidad de detección de la infracción;
3).- La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;
4).- EI perjuicio económico causado;
5).- La reincidencia, por la comisión de la misma infracción dentro del plazo de un (1)
año desde que quedó firme la resolución que sancionó la primera infracción.
6).- Las circunstancias de la comisión de la infracción; y
7).- La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor.
d.- Tipicidad. - Solo constituyen conductas sancionables administrativamente
las infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su
tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las
disposiciones reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar aquellas
dirigidas a identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas
conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que la ley o
Decreto Legislativo permita tipificar infracciones por norma reglamentaria. A través
de la tipificación de infracciones no se puede imponer a los administrados el
cumplimiento de obligaciones que no estén previstas previamente en una norma
legal o reglamentaria, según corresponda. En la configuración de los regímenes
sancionadores se evita la tipificación de infracciones con idéntico supuesto
de hecho e idéntico fundamento respecto de aquellos delitos o faltas
ya establecidos en las leyes penales o respecto de aquellas infracciones ya
tipificadas en otras normas administrativas sancionadoras.
e.- Irretroactividad. - Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes
en el momento de incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las
posteriores le sean más favorables. Las disposiciones sancionadoras producen
efecto retroactivo en cuanto favorecen al presunto infractor o al infractor, tanto en lo
referido a la tipificación de la infracción como a la sanción y a sus plazos de
prescripción, incluso respecto de las sanciones en ejecución al entrar en vigor la
nueva disposición.
f.- Concurso de Infracciones. - Cuando una misma conducta califique como más
de una infracción se aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor
gravedad, sin perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que
establezcan las leyes.
Un concurso ideal de infracciones es aquel en el cual un mismo hecho afecta varios
bienes jurídicos; mientras que el concurso real de infracciones ocurre cuando
ocurren varias acciones simultáneas que afectan a determinados bienes jurídicos.
En este orden de ideas, resulta evidente que este principio se aplica al concurso
ideal de infracciones, puesto que en el caso de un concurso real cada hecho deberá
ser sancionado como resultado de la infracción generada.
g. Continuación de infracciones. - Para determinar la procedencia de la imposición
de sanciones por infracciones en las que el administrado incurra en
forma continua, se requiere que hayan transcurrido por lo menos treinta (30) días
hábiles desde la fecha de la imposición de la última sanción y que se acredite haber
solicitado al administrado que demuestre haber cesado la infracción dentro de dicho
plazo. Las entidades, bajo sanción de nulidad, no podrán atribuir el supuesto de
continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva, en los siguientes casos:
1).- Cuando se encuentre en trámite un recurso administrativo interpuesto dentro del
plazo contra el acto administrativo mediante el cual se impuso la última sanción
administrativa.
2).- Cuando el recurso administrativo interpuesto no hubiera recaído en acto
administrativo firme.
3).- Cuando la conducta que determinó la imposición de la sanción administrativa
original haya perdido el carácter de infracción administrativa por modificación en el
ordenamiento, sin perjuicio de la aplicación de principio de irretroactividad a que se
refiere el inciso 5.
h. Causalidad. - La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta
omisiva o activa constitutiva de infracción sancionable.
En el derecho administrativo sancionador y en el derecho sancionador en
general la responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o
activa constitutiva de infracción sancionable. Ahora bien, al igual que en el derecho
penal y la responsabilidad civil el criterio de causalidad a aplicar es el de la
denominada causalidad adecuada. En este sentido, cuando hacemos mención a la
causalidad adecuada, nos referimos a la que implica que únicamente cabe
responsabilidad de infracciones generadas por hechos que normalmente causan
dichas conductas legalmente tipificadas.
i.- Presunción de licitud. - Las entidades deben presumir que los administrados
han actuado apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en
contrario. Este principio resulta ser equivalente en al ámbito penal a la llamada
presunción de inocencia contenida en nuestra Constitución, que sin embargo
no debe ser confundida con el principio de in dubio pro reo, que posee un
origen y naturaleza distintos. La inmediata consecuencia del principio que venimos
señalando es la asignación de la carga de la prueba a la Administración respecto a
la demostración de la comisión de la infracción por parte del administrado. La
Administración es la que debe probar la comisión de la infracción. Esta, en
consecuencia, no se presume, ni siquiera en el supuesto de que el administrado no
se presente a presentar sus descargos en el procedimiento iniciado en su contra.
j.- Culpabilidad. - La responsabilidad administrativa es subjetiva, salvo los casos en
que por ley o decreto legislativo se disponga la responsabilidad administrativa
objetiva.
k.- Non bis in ídem.- No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena
y una sanción administrativa por el mismo hecho en los casos en que se aprecie la
identidad del sujeto, hecho y fundamento. Dicha prohibición se extiende también a
las sanciones administrativas, salvo la concurrencia del supuesto de continuación de
infracciones a que se refiere el inciso 7.
PRESCRIPCION DE LA EXIGIBILIDAD DE LAS SANCIONES IMPUESTAS. -
La prescripción conforme lo establece la tesis dominante en la doctrina peruana
supone una renuncia del Estado al derecho de castigar basada en razones de
política criminal aunadas por el transcurso del tiempo, cuya incidencia es que la
propia Administración considere extinguida la responsabilidad de la conducta
infractora, y por consiguiente de la sanción.
La potestad sancionadora de la Administración puede perderse y no ser ya efectiva
por el transcurso de tiempo, dando lugar a la prescripción (extintiva) de las
infracciones o de las sanciones, según la Administración pierda el derecho a
sancionar una infracción o a ejecutar una sanción ya impuesta.

En el Perú, el Tribunal Constitucional se ha ocupado de la definición de la


prescripción en los siguientes términos: “La prescripción, desde un punto de vista
general, es la institución jurídica mediante la cual, por el transcurso del tiempo, la
persona adquiere derechos o se libera de obligaciones. Y, desde la óptica penal, es
una causa de extinción de la responsabilidad criminal fundada en la acción del
tiempo sobre los acontecimientos humanos o renuncia del Estado al ius puniendi, en
razón de que el tiempo transcurrido borra los efectos de la infracción, existiendo
apenas memoria social de la misma”.
1.- La facultad de la autoridad para exigir por la vía de ejecución forzosa el pago de
las sanciones impuestas por la comisión de una infracción administrativa prescribe
en el plazo que establezcan las leyes especiales. En caso de no estar determinado,
la prescripción se produce al término de dos (2) años computados a partir de la
fecha en que se produzca cualquiera de las siguientes circunstancias:
a).- Que el acto administrativo mediante el cual se impuso la multa, o aquel que puso
fin a la vía administrativa, quedó firme.
b).- Que el proceso contencioso administrativo destinado a la impugnación del acto
mediante el cual se impuso la multa haya concluido con carácter de cosa juzgada en
forma desfavorable para el administrado.
2.- El cómputo del plazo de prescripción se suspende en los siguientes supuestos:
a) Con la iniciación del procedimiento de ejecución forzosa, conforme a los
mecanismos contemplados en el artículo 207, según corresponda. Dicho cómputo
debe reanudarse inmediatamente en caso que se configure alguno de los supuestos
de suspensión del procedimiento de ejecución forzosa que contemple el
ordenamiento vigente y/o se produzca cualquier causal que determine la
paralización del procedimiento por más de veinticinco (25) días hábiles.
b) Con la presentación de la demanda de revisión judicial del procedimiento de
ejecución forzosa o cualquier otra disposición judicial que suspenda la ejecución
forzosa, conforme al ordenamiento vigente. La suspensión del cómputo opera hasta
la notificación de la resolución que declara concluido el proceso con calidad de cosa
juzgada en forma desfavorable al administrado.
Manual del Procedimiento administrativo
general
 
Introducción
 
La adecuada regulación del funcionamiento de la Administración Pública, así como
de la tramitación del procedimiento administrativo es de importancia medular para el
derecho público en general y el derecho administrativo en particular. Ello porque la
reglamentación de dichas materias debe asegurar la obtención de este delicado
equilibrio que debe existir entre los intereses de los administrados y el llamado
interés general, concepto este último que tiende a identificarse con los de interés
público o bien común, y que consiste en aquello que beneficia favorablemente a la
colectividad en su conjunto. Preferimos emplear el término interés general, que es el
que permite definir mejor cómo es que debe emplearse el derecho administrativo.
 
En este orden de ideas, la finalidad del ordenamiento del funcionamiento de la
Administración Pública y del procedimiento administrativo es muy clara, puesto que
se pretende establecer el régimen jurídico aplicable para que la actuación de la
Administración Pública sirva para la protección del interés general, buscando de esta
manera —al mismo tiempo— garantizar los derechos e intereses de los
administrados, y con sujeción al ordenamiento constitucional y jurídico en general.
Ello se ha hecho aún más evidente con la promulgación de la Ley N.º 29060, Ley del
Silencio Administrativo; así como del Decreto Legislativo N.º 1029, de más reciente
data, y que modifica ambas normas legales, con la finalidad de mejorar la regulación
que estas contienen, con resultados más bien mixtos, como vamos a acreditarlo en
el presente trabajo.

En consecuencia, el derecho administrativo se encuentra ante la desaparición de un


paradigma, que es el de la preferencia del interés general sobre los intereses de los
administrados, que permite que dichos intereses sean tutelados de manera
simultánea por la Administración Pública; a través del sometimiento de esta a los
principios propios del Estado de derecho.
 
Originalmente, la Administración Pública —en especial, aquella más influida por la
corriente europeo-continental del derecho público— gozaba de amplias facultades,
que le permitían un dominio más o menos claro sobre los administrados, como la
potestad reglamentaria o la autotutela, entre otros. Este dominio originaba, en no
pocas oportunidades, que la Administración actuara sin tomar en cuenta los
derechos e intereses de los particulares, comportándose entonces de manera
arbitraria. Como resultado, el derecho administrativo debía otorgar ciertas
prerrogativas especiales a los particulares que les permitan cierto equilibrio respecto
a las facultades de subordinación que mostraba la Administración.
En primer término, debe tenerse en cuenta un principio tan importante como el de la
Primacía de los Derechos Fundamentales, nacido en los albores del
constitucionalismo moderno y componente primordial de lo que conocemos como
Estado de Derecho. Esta primacía implica, por lo menos para el sistema democrático
liberal moderno, que los derechos fundamentales deben ser preferidos sobre
cualquier otro bien jurídico que no goce de dicha categoría. Ello evidentemente no
puede ser desconocido por el accionar de las entidades públicas.
 
Por otro lado, es evidente que la Administración Pública tiene como finalidad
primordial la satisfacción del interés general, a través de los mecanismos que el
ordenamiento jurídico le facilita. La función administrativa constituye, como veremos
seguidamente, la plasmación de dicha búsqueda de tutela de los intereses de la
colectividad, que es como se define al interés general; cuya definición no es obvia,
sino que requiere de una construcción jurídica. Esta resulta ser la función más
amplia que se utiliza en la esfera pública, que además no se restringe al Estado,
sino que incluso puede ser ejercida por los particulares.
 
Sin embargo, la función que venimos describiendo debe regularse adecuadamente,
a fin de establecerse de manera acorde con el ordenamiento jurídico propio del
Estado de derecho. el derecho administrativo, como rama del derecho público
interno, está compuesto por normas jurídicas que regulan la actividad administrativa
del Poder Ejecutivo, la actividad materialmente administrativa del Poder Judicial, del
Poder Legislativo, los organismos constitucionales autónomos, los entes
descentralizados territorialmente —gobiernos locales y regionales— y los entes
públicos no estatales. Es su tarea arbitrar los cauces jurídicos necesarios para la
defensa de los derechos colectivos, asegurando la realización de los intereses
comunitarios, pero con respeto a los intereses y derechos de los particulares.

Además, el derecho administrativo, al regular el funcionamiento de la Administración


Pública y el procedimiento administrativo, propende al bienestar general, puesto que
permite que el administrado acceda con mayor facilidad —y por ende, a un menor
costo— a la Administración Pública. Ello a su vez permite reducir la informalidad,
que genera desarrollo económico y social, en especial en un país en el cual la
ausencia de formalidad es muy alta, que ímpide la incorporación a la legalidad de un
conjunto muy alto de personas, naturales y jurídicas.
 
Es por ello que la Ley de Procedimiento Administrativo General, así como sus
normas conexas, consagra principios de aplicación inmediata, no solo al
procedimiento administrativo como tal, sino también a todo el Derecho Administrativo
en general. Ejemplos pueden encontrarse a nivel del principio del debido
procedimiento —tributario directo del derecho al debido proceso en sede
administrativa—, el principio de impulso de oficio, el principio de razonabilidad, el
principio de imparcialidad, el principio de informalismo o el principio de presunción
de veracidad.
 
Finalmente, la Administración debe adecuarse al denominado principio de legalidad.
En el Estado de derecho se ubica a la Administración como esencialmente ejecutiva,
encontrando en la ley su fundamento y el límite de su acción. Es una Administración
sometida al Derecho y, aunque está habilitada para dictar reglas generales, estas
están subordinadas a la ley. El principio de legalidad es el pivote del derecho
administrativo —y del derecho público en general—, dado que sin el mismo toda la
normativa administrativa, así como la doctrina sobre el particular, carecerían por
completo de razón de ser.

Las normas administrativas, y en especial la Ley de Procedimiento Administrativo


General, regulan el accionar de la Administración Pública sobre la base de principios
generales; establecen una adecuada regulación de un elemento básico en el
derecho público que es el acto administrativo; señalan una amplia normatividad
sobre el propio procedimiento administrativo, su iniciación, ordenamiento,
instrucción, terminación y la ejecución de las resoluciones administrativas, al amparo
del principio de ejecutoriedad. Asimismo, la Ley precisa importantes preceptos
respecto a los procedimientos de revisión que realiza la Administración, operen
estos a pedido de parte o de oficio.
 
Por otro lado, la Ley de Procedimiento Administrativo General regula de manera
general procedimientos especiales de particular importancia en la Administración
Pública moderna, como son el procedimiento trilateral y el procedimiento
sancionador. Finalmente, la norma materia de estudio establece normativa
precisa correspondiente a la responsabilidad de la Administración Pública —
desterrando definitivamente aquella concepción monárquica que pretendía asegurar
que el Estado no era susceptible de cometer errores— y respecto a la
responsabilidad del personal que trabaja para ella.
 
Finalmente, la celebración del Acuerdo de Promoción Comercial con los Estados
Unidos ha dado lugar a la emisión de un conjunto de decretos legislativos al amparo
de la Ley N.º 29157, destinados a implementar dicho acuerdo —también llamado
Tratado de Libre Comercio o TLC— entre los que se encuentra el Decreto
Legislativo N.º 1029, pero que también incluye normas que han modificado
sustancialmente el funcionamiento de la Administración Pública en su conjunto,
hecho que evidentemente no puede ser dejado de lado. Dichas modificaciones
incluyen la regulación de diversos sistemas administrativos, normas sectoriales en
diversas materias, la reforma de normas procesales —particularmente las referidas
al proceso contencioso administrativo— e incluso la reforma de la estructura y
funciones de la Administración Pública.
 
DECIMO SEXTA SEMANA
EXAMEN FINAL DACA. -

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