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Profesor de Planta
Facultad de Ingeniería
Bogotá D.C.
2015
1. Introducción............................................................................................................................. 4
2. Mecanismos de resistencia al corte ................................................................................ 12
2.1. Mecanismo friccionante ................................................................................................. 12
2.2. Componente “cohesivo” ................................................................................................ 17
2.3. Efecto del nivel de degradación de los residuos ....................................................... 28
2.4. Generación de Gases .................................................................................................... 35
2.5. Efecto de la composición en la resistencia al corte .................................................. 36
2.6. Efecto del nivel de deformación en la resistencia al corte del material ................. 40
3. Criterios de falla.................................................................................................................... 49
3.1 Criterio de Falla Mohr-Coulomb .................................................................................... 49
3.2 Otros criterios de falla ................................................................................................ 53
4. Métodos para la determinación de parámetros de resistencia al corte ................ 57
4.1. Métodos de Laboratorio ............................................................................................. 59
4.1.1. Ensayos de compresión triaxial ....................................................................... 60
4.1.2. Ensayo de corte directo ...................................................................................... 68
4.1.3. Corte directo a gran escala ................................................................................... 71
4.1.4 Ensayo de corte simple ...................................................................................... 74
4.2 Métodos In-situ ............................................................................................................. 75
4.2.1 Ensayo de cono de penetración (CPT) ........................................................... 76
4.2.1 Ensayo de penetración estándar (SPT) .......................................................... 78
4.2.2 Comparación entre SPT y CPT (ensayos in-situ) ........................................ 81
4.2.3 Piezocono ............................................................................................................... 82
4.2.4 Corte Directo a gran escala ............................................................................... 83
4.2.5 Presioficómetro .................................................................................................... 84
5. Parámetros de resistencia al corte para diseño .......................................................... 88
5.1 Parámetros publicados en la literatura técnica ................................................... 88
5.2 Propuesta metodológica para análisis y estimación de parámetros para
diseño .......................................................................................................................................... 94
5.2.1 Envolventes de falla ..................................................................................................... 95
5.2.2 Parámetros de resistencia ............................................................................................ 95
Los residuos sólidos urbanos (RSU) se disponen normalmente en rellenos sanitarios que obedecen
un diseño geotécnico. Para proyectar dichas estructuras, los métodos tradicionales de diseño
suelen modelar el comportamiento de los residuos sólidos como si se tratara de materiales térreos.
La caracterización de los residuos sólidos incluye determinar o estimar propiedades y parámetros
geotécnicos tales como el ángulo de fricción, la cohesión y el peso unitario, entre otros.
Desde que se empezó a entender la importancia del comportamiento mecánico de los residuos
sólidos en diseño, se empezaron a desarrollar una serie de investigaciones que fueron arrojando
los primeros acercamientos a la disciplina que se conoce hoy como Geotecnia Ambiental.
Particularmente, se ha analizado este comportamiento de manera similar a como se hace con los
materiales térreos, es decir, se extrajo la teoría de mecánica de suelos para empezar a entender y
tratar de modelar el comportamiento de este tipo de material. En el proceso, se fueron presentando
varias teorías implementadas por varios autores, como lo es el criterio de falla Mohr-Coulomb, el
cual es el modelo que se ha venido usando principalmente por su facilidad de implementación al
analizar la resistencia al corte en esta clase de material. Sin embargo, siempre se ha cuestionado
si esta teoría puede ser implementada de tal forma para RSU, debido la composición cambiante de
los residuos (degradación), su alta deformabilidad y su compleja composición y variabilidad
(Kavazanjian, Matasovic, Bonaparte, & Schmertmann, 1995).
La complejidad de analizar estos parámetros, consiste en la gran sensibilidad que presentan ante
los diversos y abundantes factores que se encuentran dentro de los rellenos sanitarios. Los
factores que tienen mayor importancia de afectación sobre la resistencia al corte de RSU son:
La magnitud e impacto de cada uno de estos factores está sujeta a un gran número de variables
que han sido caso de estudio. Por ejemplo, la composición de un relleno sanitario está
determinada básicamente por los hábitos de consumo de la población, costumbres, economía,
número de habitantes e incluso las estaciones del año, las cuales varían entre países (Cho, Ko,
Chi, & Townsend, 2011). De esta manera, se da lugar a una composición heterogénea con
diferentes tipos de materiales, que varían entre países, ciudades o incluso en el mismo relleno
cuando se tienen poblaciones con diferentes estratos socioeconómicos.
Esta variabilidad presente en la composición de los residuos sólidos que se disponen en los
rellenos sanitarios es un factor fundamental en la resistencia al corte del material, ya que en gran
medida, determina su valor de resistencia debido al aporte que presenta cada uno de los diferentes
materiales que componen el residuo, aportando en diferente proporción en cuanto a valor y
naturaleza concierne Dixon & Jones, (2005).
Figura 1 Envolvente bilineal de límite inferior para residuos sólidos urbanos. Kavazanjian
et al., (1995)
En la Figura 1 se puede apreciar que los parámetros son c’=24 kPa y ’=33. El vértice de la
envolvente bilineal se encuentra a esfuerzo normal de 30 kPa. La envolvente fue propuesta a
La naturaleza que presenta la composición de RSU, con presencia de materiales que tienen
diferentes componentes y tamaños, da lugar a un entrabamiento entre partículas (usualmente de
gran tamaño) que genera el parámetro de fricción (ver 2.1). Sin embargo, este comportamiento
mecánico no es constante en el tiempo, sino que presenta una evolución a causa de la
degradación o envejecimiento del material, particularmente su componente orgánica (degradable).
Así mismo, esta variación en la composición de los residuos da lugar a una participación mayor o
menor de materiales que presentan características resistentes a la tensión, conocidos como fibras
(e.g., madera, plástico y textiles), las cuales influyen en el parámetro conocido en mecánica de
suelos como “cohesión” (ver 2.1).
Como ejemplo de la variabilidad que puede presentarse en la composición de los residuos entre un
relleno sanitario y otro, la Figura 2 presenta una gráfica en la que se puede apreciar la participación
porcentual de los materiales que componen los RSU en varias ciudades, elaborada a partir de
datos recolectados por Ordóñez & Villarraga,( 2007)
Otros
80%
Minerales
60%
Vidrio
40% Metal
20% Textil
Plástico/
% Caucho
Papel
MO
Figura 3 Composición de los residuos sólidos en distintos centros urbanos Ordóñez & Villarraga, (2007)
Como puede se puede observar, a pesar de que las cantidades presentes de cada material oscilan
dentro de un rango, cuando se revisan los datos por ciudad o país, este rango puede llegar a ser
significativamente amplio. Lo anterior se explica en que las características propias de cada ciudad,
tales como los ingresos de la población, los hábitos de consumo y reciclaje, así como las
actividades económicas de la sociedad, definen qué tanto de cada tipo de material es finalmente
dispuesto en los rellenos sanitarios. Adicionalmente, puede observarse que algunas ciudades o
países no llegan al 100% de la composición, lo cual se debe a que la fuente Ordóñez & Villarraga,
(2007) no provee la información completa para ciertos centros urbanos.
Los factores mencionados anteriormente no son solamente variables en el tiempo dentro del
relleno sanitario (degradación), sino también están sujetos a la evolución de las sociedades
mismas, en particular la composición de los residuos para una ciudad determinada. Por esta razón,
se han llevado registros históricos de la composición y autores como Dixon & Jones, (2005) han
compilado estos cambios, tal y como se muestra en la Figura 4
En el anterior esquema, puede observarse la variación que tienen cuatro grupos de materiales
(usualmente encontrados en RSU), a lo largo de seis décadas, indicando el mencionado efecto
que tienen los cambios generacionales en los factores que definen los hábitos de consumo y
disposición. Es de esperarse que esta variación en el tiempo histórico, de origen a su vez a una
variación en la resistencia al corte del material, ya que esta última debe cambiar en proporción a
sus componentes. Así, la estabilidad de un relleno sanitario no es constante en el tiempo, no solo
por la evolución que presenta la resistencia al corte del material a causa de la degradación de su
componente orgánica (envejecimiento), sino también por causa de la variación en composición de
su materia prima.
Como se ha venido mencionando, el desarrollo económico de una población es un factor que está
directamente relacionado con la composición de sus residuos (materia orgánica, fibras y otros).
Dada la importancia que la composición debe tener en el comportamiento mecánico de los
residuos, hallar una relación entre este factor y la composición resultaría de gran utilidad en el
análisis del comportamiento del material. En Colombia, suponiendo que un indicador de desarrollo
es el número de habitantes de una población, por consiguiente, una manera de estimar la relación
entre el desarrollo económico y la composición de RSU en el país es determinar el vínculo que
existe entre el número de habitantes y la composición de los residuos. A continuación, la Figura 5
presenta una figura en donde que muestra dicha relación para el caso del contenido de fibras,
obtenido a partir del análisis de composición de los residuos de las principales ciudades del país
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena. Barranquilla, (2012), Bolaños, Bello, & Urzola,
(2011) Universidad del Valle “Facultad de ngeniería,”(2006) Ordóñez & Villarraga, (2007)
Figura 5 Variación del contenido de materia orgánica en función del número de habitantes Autor, datos
tomados de Barranquilla, (2012), Bolaños et al., (2011) Universidad del Valle “Facultad de Ingeniería,” (2006)
Ordóñez & Villarraga, (2007))
Como se puede apreciar, existe una relación clara para Colombia entre el número de habitantes de
una población y el contenido de fibras de los RSU, lo cual refleja los hábitos de consumo de la
población en las grandes vs las pequeñas ciudades.
Así mismo, otro componente de los residuos que tiene un impacto directo sobre el comportamiento
mecánico es la materia orgánica, razón por la cual también se analizó, para Colombia, su relación
con el número de habitantes (ver Figura 6).
30%
25%
20%
% de Fibras
15%
10%
5%
0%
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Número de Habitantes Millones
Figura 6 Variación del contenido de fibras en función del número de habitantes en ciudades de Colombia
Autor, datos tomados de Barranquilla, (2012), Bolaños et al., (2011) Universidad del Valle “Facultad de
Ingeniería,” (2006) Ordóñez & Villarraga, (2007))
A diferencia del contenido de fibras, en la anterior figura puede apreciarse como a medida que el
nivel de desarrollo aumenta (representado por el número de pobladores), el contenido de materia
orgánica disminuye.
Presentar una síntesis crítica de los fenómenos que gobiernan la resistencia al corte de los
residuos sólidos municipales junto a una compilación de información de parámetros de diseño bajo
un marco conceptual.
Objetivos específicos
- Exponer las causas principales aceptadas que explican la respuesta al corte de residuos
sólidos municipales.
- Presentar los criterios de falla aplicables y la validez del criterio Mohr-Coulomb, el cual se
utiliza en la práctica para el diseño de rellenos sanitarios.
- Proveer rangos de parámetros de resistencia al corte bajo los criterios de falla aceptados
para residuos sólidos municipales.
- Dar a conocer las ventajas y desventajas de los métodos experimentales actuales tanto de
laboratorio como in-situ para la medición de la resistencia al corte en residuos sólidos
municipales.
Con el objetivo de explicar a detalle cada una de las componentes de este modelo, a continuación
se presenta una descripción de estos factores, así como un análisis de los diferentes aspectos que
lo influyen.
Se define como mecanismo friccionante a todo proceso dentro de los RSU que aporta a la
resistencia mecánica de los residuos en forma de fricción, es decir, que esté directamente
relacionado con el ángulo de fricción del material. Como se mencionó anteriormente, Manassero
et al., (1997) ha relacionado estas propiedades a la “pasta”, que se define como un compuesto
heterogéneo de materiales, los cuales, al estar sometidos a esfuerzos, generan rozamiento entre
ellos, produciendo de esta manera, la fricción del material.
Con el objetivo de facilitar el entendimiento de las propiedades del material, la evaluación de estas
se lleva a cabo asumiendo que en la pasta no existe una diferencia clara entre los materiales que
la constituyen, sino que por el contrario, los materiales forman un medio que los envuelve, el cual
se denomina matriz, pese a que en la realidad, esta matriz es un compuesto heterogéneo en el
cual sus partículas varían tanto en dimensiones como en propiedades Manassero et al., (1997).
Uno de los factores que determina la magnitud de la componente friccionante son los materiales
que componen los residuos, ya que cada uno de estos con propiedades distintas, condicionan de
distinta manera a la fricción del material. Dada la importancia que tiene este factor, varios autores
han establecido una relación entre los valores reportados de ángulo de fricción y la composición de
los residuos mediante la ejecución de distintos ensayos (principalmente triaxiales y cortes directos).
Para representar esta composición de manera cuantificable, existen distintas metodologías; una de
ellas consiste en agrupar los distintos materiales y de esta manera, poder realizar una distribución
porcentual del total de la muestra. Bajo este orden de ideas, Bareither, Benson, & Edil, (2012) a
partir de información proveniente de la literatura técnica, plantearon una relación posible entre la
participación porcentual de estos grupos de materiales y el ángulo de fricción total de los residuos
tal y como se muestra en la Figura 7 .
Como se puede apreciar en la Figura 7, existe una relación directa entre el ángulo de fricción y la
cantidad de material terreo e inerte, así como una relación inversa entre dicho ángulo y la cantidad
de plástico y papel (Bareither et al., 2012).
Otras investigaciones sobre el efecto que tiene la composición en los RSU sobre la resistencia al
corte (Gomes, Lopes, & Oliveira, 2013), indican que el valor del ángulo de fricción suele mantener
una relación directa con el contenido de materiales inertes (Vidrio, metal, minerales) y la fracción
fina de partículas de material térreo semejante a suelo (>5mm). Sin embargo las partículas
fibrosas, (las cuales actúan como refuerzo del material) tienen un efecto contrario en el ángulo de
Figura 8 Variación del ángulo de fricción en función del porcentaje de material inerte Gomes et al., (2013)
De la misma forma, Gomes et al., (2013) analizó la influencia que tiene la fracción de materia
organica en el valor de ángulo de friccion que se puede medir en muestras de RSU, pues tanto por
la participación porcentual que ocupa en el total, como por su característica degradable en el
tiempo, conocer el efecto que esta tiene, se considera una variable fundamental; los resultados
obtenidos se pueden apreciar en la Figura 10
Un factor que puede estar asociado al nivel de degradación, pero no únicamente a él, debido a
entre otros, también depende de los hábitos de consumo de la población, de la naturaleza del
residuo y del sector donde se produjo, es el tamaño de las partículas que componen los rellenos
sanitarios. Esta relación entre tamaño de partículas y resistencia al corte puede apreciarse en la
Figura 11.
Figura 11 influencia del tamaño de la partícula en la resistencia de los residuos Manassero et al., (1997)
Como se ha venido mencionando, la fricción del material se ve explicada en gran medida por el
trabamiento entre partículas, por lo que es de esperarse que si una partícula tiene mayor tamaño,
se vuelva más complicado que se movilice ante las solicitaciones de carga, aportando de esta
manera a la fricción del material.
Otro factor que refleja el efecto que tiene sobre el RSU la mayor interacción entre partículas es el
grado de compactación (representado por el peso unitario). A mayor energía de compactación, el
trabamiento entre las partículas resulta mayor, aumentando el valor del ángulo de fricción, y por
Figura 12 Influencia del nivel de compactación en el ángulo de fricción Manassero et al., (1997)
Como puede apreciarse, la muestra compactada posee un mayor ángulo de fricción que aquella
que no ha sido compactada, bajo diferentes niveles de deformación. Lo anterior demuestra el
planteamiento teórico del trabamiento, tanto por el aumento del parámetro mientras aumentan los
niveles de deformación, como por la superioridad en valores de la muestra compactada.
l parámetro c’, como intercepto en el eje vertical en el plano de esfuerzos, también puede ser
originado por otros factores, tales como la curvatura de la envolvente de falla, la variación entre las
muestras de las cuales proviene los valores, errores de medición o indicación de una resistencia a
la tensión por lo que es común denominarlo simplemente como “cohesión aparente” o “intercepto
de cohesión” Dixon & Jones, (2005).
Debido a la importancia que tiene la fracción fibrosa en el comportamiento mecánico de los RSU,
llevar a cabo una caracterización de las fibras constituye un tema de gran importancia. Uno de los
aspectos clave de esta caracterización es el tema de la orientación de las fibras. Alrededor de este
tema han surgido cuestionamientos en lo referente al grado de influencia que este factor pueda
tener en el comportamiento mecánico de los residuos sólidos. A continuación, la Figura 14 muestra
una figura en la que Bray, Zekkos, Kavazanjian, Athanasopoulos, & Riemer, (2009), partiendo de
este interrogante, realizaron ensayos de corte directo en muestras reconstituidas con orientación
paralela al plano de falla así como perpendicular al mismo.
Figura 14 Influencia de la orientación de las fibras en la resistencia al corte Bray et al., (2009)
Figura 15 Influencia del grado de orientación de las fibras con respecto al plano de falla en la resistencia Bray et al.,
(2009)
En la Figura 15 se puede apreciar la importancia que tiene la orientación de las fibras con respecto
al plano de falla (ángulo i) en la resistencia al corte. Se observa cómo la muestra con fibras
paralelas presentan el menor valor de resistencia siendo esta la única que presenta un
comportamiento no creciente a diferencia de la muestra con un grado de inclinación de 60°,
mostrando un comportamiento creciente con el aumento del nivel de desplazamiento.
Paralelamente, Zekkos, Athanasopoulos, Bray, Grizi, & Theodoratos, (2010) realizó ensayos de
corte directo, en los que se ha observado que las partículas fibrosas tienen un aporte significativo
sobre la resistencia al corte del material; como se observa en la Figura 16, para altos valores de
deformación, las fibras que se encuentran perpendiculares al eje de falla presentan un valor de
resistencia al corte mucho mayor de aquellas que se encuentran paralelas.
Como puede observarse, para valores bajos de deformación, la resistencia es mayor en la muestra
que cuenta con una orientación de fibras paralelas; Zekkos et al., (2010) explica este
comportamiento con el hecho de que para bajos valores de deformación, las fibras de la muestra
que se encuentran perpendiculares al eje de falla, aún no están tensionadas completamente por lo
que su aporte a la resistencia es menor.
Aunque resulta evidente que la orientación de las fibras influye en gran medida en el intercepto de
“cohesión” del material, es claro que no es el único factor que influye en la misma. tro de los
aspectos clave de esta caracterización del material fibroso es determinar el material del que está
compuesto, puesto que cada material tendrá una resistencia distinta. Bray et al., (2009) presentan
la Figura 17, de ángulo de orientación de las fibras Vs esfuerzo cortante normalizado con un
esfuerzo obtenido con la orientación de las fibras igual a cero, el resultado de unos ensayos de
corte directo en los que se varia el material fibroso en las muestras ensayadas. Se observa que,
cuando el ángulo de orientación es cercano a 60 grados, el contraste de resistencia entre
materiales formadores de fibra es máximo.
Al analizar la Figura 17, el material con el que se obtienen los valores mayores de resistencia es la
madera, siguiendo con el plástico y por último el papel, lo cual refleja la relación directa que existe
entre la resistencia a la tensión del material fibroso y el valor de la resistencia al corte del RSU.
De igual modo, Gomes et al., (2013) analizaron la influencia que sobre la “cohesión” tiene el
contenido de fracción inerte y de material terreo fino. Esta relación puede apreciarse en la Figura
19.
Figura 19 Variación de la “cohesión” en función del contenido de fracción fina Gomes et al., (2013)
Otro componente analizado por Gomes et al., (2013) es el contenido de materia orgánica, el cual,
como se mencionó anteriormente, dada su gran participación dentro del total de los residuos, así
como por su comportamiento particular, merece especial atención en la influencia que tiene sobre
los parámetros de resistencia al corte. A continuación se presenta la Figura 20 en la que se analiza
la relación que tiene el contenido de materia orgánica sobre los valores de “cohesión”.
Es interesante observar como a medida que aumenta el contenido de materia orgánica, tiende a
aumentar también el valor reportado de “cohesión”, aunque la dispersión de los datos es
importante. Esto da a entender que este tipo de materiales, así como las fibras, son capaces de
mejorar el desempeño componente “cohesivo” a los residuos sólidos. sta idea está sustentada
por la Figura 21, elaborada también por Gomes et al., (2013), en donde a medida de que la edad
de los residuos aumenta, la componente la “cohesión” disminuye.
Al analizar las figuras y conclusiones anteriores, puede apreciarse que además de la orientación de
las fibras, y la composición tanto de estas como de la pasta, así como para componente
friccionante, el nivel de deformación es un factor fundamental en el valor reportado de la
“cohesión”, puesto que una mayor nivel de deformación, implica que aquellos materiales capaces
de soportar tracción, sean tensionados aportando más resistencia. Esta relación puede apreciarse
en la Figura 22, elaborada por Gomes et al., (2013).
Figura 22Variación de la cohesión con distintos niveles de deformación axial Gomes et al., (2013)
A pesar de que existe variabilidad en el grado de afectación que tiene el nivel de deformación para
distintas muestras, la tendencia es que la “cohesión” reporta mayores valores para mayores
niveles de deformación lo cual sustenta los anteriores planteamientos. De la misma forma, Vilar,
(2004) realizó ensayos de compresión triaxial cuyos resultados llevaron conclusiones similares,
como se aprecia en la Figura 32.
Figura 23 Variación del intercepto de cohesión bajo distintos niveles de deformación Manassero et al., (1997)
Siguiendo este orden de ideas, Machado et al., (2002) propusieron un modelo constitutivo basado
en el papel de la componente “cohesiva” y la componente friccionante dentro de la resistencia
mecánica del material.
En donde dq es el diferencial del esfuerzo desviador actuante sobre los RSU, Vp es la relación
entre el volumen de la pasta y el volumen total, y Gp es el módulo cortante de la pasta, que se
calcula de la siguiente manera:
En donde es la relación entre el peso unitario de las fibras y el peso unitario de los residuos,
es el peso unitario seco de los residuos y es peso unitario medio de las fibras.
Como se puede apreciar, los resultados del modelo son congruentes con los resultados obtenidos
de los ensayos de laboratorio, razón por la cual es posible afirmar que se pude predecir el
comportamiento mecánico de los residuos sólidos municipales. Lo anterior tiene potencial como
una herramienta de predicción de comportamiento, por lo que su importancia ha de ser tenida en
cuenta como una opción a la hora de determinar propiedades de los residuos.
Habiendo analizado los principales mecanismos que dictan la resistencia al corte de los RSU, junto
con los factores que tiene influencia en los mismos, se puede abordar el tema con un poco más de
claridad, por lo que se procederá a analizar cómo la resistencia al corte como un todo, se
encuentra afectada por distintos factores.
La degradación en los residuos suele deberse a que con el paso del tiempo, la materia orgánica
entra en descomposición debido a procesos químicos y biológicos y por los cuales, una parte se
vuelve material de menor tamaño y otra se vuelven gases que se escapan de los rellenos
sanitarios adicional a una fracción que se convierte en lixiviados, que son generalmente
recirculados y eventualmente evacuados del relleno; por esta razón, si se comparan muestras
frescas con aquellas que han sufrido el paso del tiempo, podrá observarse una variación
significativa en el contenido de materia orgánica tal y como se observa en la Figura 26:
Dado que la resistencia al corte está determinada por los parámetros propios del material, es de
esperar que si la resistencia al corte varía con el grado de descomposición, esta variación sea el
producto de la variación de sus parámetros. El efecto que tiene la descomposición tanto para la
fricción como para la “cohesión” ha sido previamente analizado por separado en el presente
documento, sin embargo, el objetivo del presente análisis es observar la afectación a la resistencia
al corte como un todo por parte de los distintos factores, por esta razón, a continuación se muestra
la Figura 27 elaborada por ,( 2001) en donde se compara la variación de
los parámetros en función de la edad del relleno:
.
Figura 27 Evolución de los parámetros de resistencia en función del tiempo E E , (2001)
Puede observarse que la relación es contraria para los factores, puesto que a medida de que
aumenta la edad del relleno, la “cohesión” tiende a aumentar mientras que la cohesión tiende a
disminuir, esto es una conclusión contraria a la obtenida por Gomes et al., (2013). Sin embargo,
Así mismo, Gomes et al., (2013) realizaron ensayos de compresión triaxial sobre muestras con
distinta edad para observar cómo el ángulo de fricción se ve afectado por el paso del tiempo y los
resultados obtenidos se muestran en la Figura 28.
Figura 28 Variación del ángulo de fricción en función de la edad Gomes et al., (2013)
Como puede apreciarse, para bajos niveles de deformación, no existe aparentemente una
influencia clara de la edad en el ángulo de fricción del material; sin embargo, para deformaciones
mayores al 15%, puede apreciarse cómo el ángulo de fricción tiende a aumentar con la edad. Una
posible explicación presenta el autor para este proceso, es el hecho de que a medida que la edad
del relleno aumenta, la materia orgánica va descomponiéndose; ésto quiere decir que su
participación dentro del total se ve disminuida por lo que materiales que pueden presentar un
entrabamiento mayor se vuelven más notorios. A su vez, este comportamiento se refleja en mayor
medida para altas deformaciones, pues al elevar las solicitaciones de carga en el material, estas
partículas se ven más forzadas a interactuar.
Estos resultados, son congruentes por los obtenidos por Zhan et al., (2008), dado que a partir de
la recopilación de parámetros de otros autores, observaron una “tendencia” de aumento en el
parámetro de fricción en función de la edad del residuo tal y como se muestra en la Figura 29.
Con el ánimo de revisar el supuesto planteado por Zhan et al., 2008, los autores presentan la
Figura 30, con 75 valores actualizados de parámetros c-phi compilados por diez autores
encontrados en la literatura, clasificados en función de la edad del residuo. Para esta figura, se
consideró “Antiguo” todo R U mayor a 7 años de dispuesto, “Medio” entre 2 y 7 años, y “Fresco”
como menor a 2 años.
120
100
80
Cohesión (kPa)
60 Antiguo
Medio
40
Fresco
20
0
0 10 20 30 40 50 60
Angulo de fricción (grados)
Figura 30 Recopilación de parámetros agrupados por edad de disposición del RSU (Autor)
La Figura 30 no es concluyente y muestra aleatoriedad tanto del valor de “cohesión” como del
ángulo de fricción con el paso del tiempo. Por lo tanto, a partir de esta recopilación, no resulta
prudente concluir si los parámetros de resistencia al corte de los RSU guardan una relación directa
o inversa con el paso del tiempo.
Una forma de cuantificar cuan degradado está un residuo es conociendo que porcentaje de la
materia orgánica original se encuentra actualmente en los residuos. Conociendo este valor fue
posible para Reddy, Hettiarachchi, Gangathulasi, & Bogner, (2011) determinar la resistencia al
corte de los residuos en distintas etapas de degradación tanto en ensayos de corte directo como
en ensayos triaxiales. Para tal propósito, se analizaron muestras a las que denominaron, frescas,
R1, R2, R3 y R4, las cuales poseían una degradación del 0, 50, 53, 70 y 86 por ciento
respectivamente. En la Figura 31 y la Figura 32 pueden apreciarse los resultados de dichos
ensayos:
Figura 31 Ensayos de corte directo en muestras con distintos niveles de degradación (Reddy et al., 2011)
En estos resultados, puede apreciarse que a pesar de lo disperso de algunos datos, existe cierta
tendencia a que los valores del ángulo de fricción disminuyan y de que la cohesión aumente a
medida de que la fracción orgánica se va descomponiendo, esto va en la misma línea de
pensamiento de , (2001). También puede apreciarse como la resistencia
media de los residuos se ve disminuida con el paso del tiempo, conclusión a la que también llega
, (2001) como puede apreciarse en la Figura 33:
Figura 33 Evolución del esfuerzo cortante resistente en función del tiempo E E , (2001)
A pesar de que para niveles de deformación baja, no se aprecia un cambio significativo, resulta
evidente que para altas deformaciones, la resistencia global del material disminuye. A pesar de que
Gomes et al., (2013) difiere de , (2001) y de Reddy et al., (2011) en
Cabe resaltar que en muchos de los parámetros encontrados en la literatura, no solo para este
factor, sino para todas las determinaciones en general, los autores no especifican si estos se
obtuvieron en términos de esfuerzos totales o esfuerzos efectivos, por lo que no se tiene claridad
hasta qué punto un determinado parámetro de resistencia, puede estar afectado por la presión de
poros y dado que al descomponerse los residuos, los tamaños de las partículas se disminuyen
significativamente, es posible que de igual forma su permeabilidad de vea reducida y su presión de
poros alterada, y esto puede llevar a una variación en la resistencia al corte, por lo que tener un
control más estricto sobre esta variable es fundamental.
La recirculación de lixiviados en los rellenos sanitarios se ha venido implementando desde los años
90 debido a las ventajas que presentaba en los procesos biológicos de degradación
, (2001). Se han realizado estudios de los efectos que tiene la recirculación de
lixiviados en los rellenos sanitarios, presentando ventajas y desventajas, considerando ventajas
como la aceleración en los procesos de degradación de las basuras debido a la participación de
enzimas y nutrientes, reingreso y distribución de los residuos metanogénicos lo cual produce un
incremento en la generación de Biogás, reduce la concentración de lixiviados a largo plazo,
reduciendo su tratamiento final, brinda una alternativa de almacenamiento de lixiviados, ofrece la
oportunidad a que los lixiviados se evaporen a lo largo del sistema de recirculación, acelera los
proceso de asentamientos debido a la degradación de los residuos orgánicos, acorta todo el
proceso de degradación que usualmente toma varios años hasta décadas, hasta 2 años lo cual ha
sido propuesto por varios autores , (2001).
Otro problema que presenta la recirculación de lixiviados es la saturación del relleno, lo cual da
lugar a excesos de presiones de poros, causando brotes de lixiviados en las laderas del relleno,
ambos afectando la estabilidad tanto local como global, creando la necesidad de un rediseño del
relleno en tal caso de presentar recirculación, lo cual deja una gran incertidumbre debido a la poca
experiencia y poca información bibliográfica disponible, lo que nos indica la gran diferencia entre un
relleno ordinario a un relleno que presenta recirculación.
Se puede concluir que las ventajas de la recirculación están ligadas principalmente con aspectos
ambientales y sus desventajas fuertemente ligadas a alteraciones estructurales en el relleno, lo
cual puede generar inestabilidades como se presenció en la falla del relleno sanitario Doña Juana
1997. Esto da lugar para resaltar la importancia que tiene el trabajar con un equipo integral de
diseñadores e ingenieros capacitados para sobrellevar y entender los problemas que se presentan
al tratar con residuos sólidos municipales como material geotécnico; Ingenieros tanto civiles como
ambientales deben trabajar juntos en el proceso de diseño para entender los efectos que pueden
llegar a tener al implementar diferentes técnicas de degradación como la recirculación de lixiviados,
ya que se puede descuidar alguna de las dos áreas (ambiental, geotecnia) las cuales deben ir de la
mano a lo largo de la vida útil del relleno sanitario.
La generación de gases está ligada a los rellenos sanitarios debido a la componente orgánica de
su composición (encontrada en la mayoría de los RSU), que tiene incidencias en la resistencia al
corte del material debido a su naturaleza cambiante. La importancia que tiene este factor sobre la
resistencia al corte de los RSU, se fue entendiendo a través de investigaciones y casos de estudio
en rellenos, aprendiendo no de la mejor forma, ya que al entrar a estudiar un material el cual su
resistencia depende de gran cantidad de variables que van cambiando en el tiempo, muchas de
estas lecciones, fueron otorgadas por fallas en rellenos sanitarios alrededor del mundo Jafari,
Stark, & Merry, (2013), , (2001), Caicedo, Yamin, Giraldo, & Coronado,
(2002) a los que se realizaron estudios “forenses” para poder determinar la causa de la falla,
aplicando teorías de estabilidad de taludes, obteniendo parámetros de resistencia al corte,
mediante la implementación de métodos conocidos en geotecnia como retro-calculo o retro-
análisis.
Uno de estos estudios, realizado por Tchobanoglous et al, (1993), propone la ecuación general de
reacción anaeróbica que se presenta en los rellenos sanitarios mediante la descomposición de la
componente orgánica de los RSU bajo condiciones en presencia de agua. Rellenos en los cuales
no se presenta cantidades de agua considerables o suficientes para que este proceso tome lugar,
Donde:
Otro factor determinante en la resistencia al corte que puede llegar a presentar los residuos es la
variación en los materiales que componen la masa, dado que cada material posee distintas
propiedades mecánicas, es la participación de cada material en el total del compuesto lo que
condicionara en cierta medida los valores de resistencia. Con el ánimo de reflejar la influencia que
este factor pudiera tener Bray et al., (2009), presentan la Figura 35 en donde se muestran los
resultados de un ensayo triaxial realizado a muestras que poseen distintos porcentaje de
distribución de tamaños de las partículas que lo componen, pues esto, es uno de los factores que
suelen usarse para caracterizar un material según su composición:
Como se puede analizar, los valores de resistencia tienden a ser mayores en cuanto menor es el
porcentaje de la fracción fina del mismo, aunque para bajas deformaciones, aquella muestra con
una mayor fracción fina, presenta una mayor resistencia inicial Bray et al.,(2009)
Una característica de la composición de los residuos que tiene influencia en la resistencia al corte y
que puede estar asociada al tamaño de las partículas que componen los residuos, pero no
necesariamente definida por esta, es el peso unitario promedio de la masa de residuos sólidos,
razón por la cual Bray et al., (2009) buscaron hallar la relación que este presenta con la resistencia
a partir del resultado de ensayos de corte directo en muestras cuyo valor de peso unitario era
variable. A continuación se presenta dicho resultado:
Figura 36 Ensayo de corte directo en muestras con distinto peso unitario Bray et al., (2009)
Además del tamaño de partícula y el peso unitario, otra distinción importante entre los
componentes de los RSU es el contenido de materia orgánica y puesto que un porcentaje
significativo de la fracción orgánica de los residuos sólidos municipales está constituido por los
desechos de comida, el impacto que esta pueda generar en el comportamiento mecánica, servirá
de base para un entendimiento sobre la influencia que tiene la componente orgánica en la
resistencia al corte de los RSU, por esta razón, (Cho, Ko, Chi, & Townsend, 2011) realizaron una
serie de ensayos de corte directo a gran escala, LSDST (por sus siglas en inglés), en los cuales al
variar el contenido de residuos de comida, se intenta hallar una relación directa entre esta variable
y el valor de ángulo de fricción. Los resultados se presentan en la Figura 37.
Figura 37 Influencia del porcentaje del contenido de comida en el ángulo de fricción Cho et al., (2011)
Como se puede observar, el ángulo de fricción presenta una relación inversa al contenido de
residuos de comida, lo que indica, que a medida que los residuos tengan una mayor componente
orgánica, puede esperarse un menor ángulo de fricción. Esta característica de los residuos resalta
la importancia de evaluar la composición de los RSU, la cual está en función de los hábitos de
consumo de una población. Se plantea así la hipótesis de que aquellas poblaciones que presenten
un mayor porcentaje de componente orgánica en sus residuos, tendrán asimismo residuos con
menores ángulos de fricción.
Así mismo, Cho et al., (2011) evaluó el impacto que tiene el porcentaje de comida en los residuos,
dentro del valor total de resistencia al corte, y con los resultados, elaboro la Figura 38 en donde se
evalúa la resistencia al corte para muestras con distintos porcentaje de comida.
Es claro que a medida de que se tiene mayor contenido de materia orgánica, se reportan mayor
“cohesión”, el ángulo de fricción tiende a disminuir y la resistencia tiende a disminuir a medida que
aumenta el contenido de comida en la muestra, por lo cual puede concluirse que aquellos RS que
presenten un mayor contenido de materia orgánica, reportaran bajas resistencia al corte.
Además de determinar el impacto que tiene el contenido de materia orgánica en la resistencia del
material, poder analizar la influencia que esta tiene en su comportamiento en términos de esfuerzo-
deformación resulta de utilidad práctica, razón por la cual Cho et al., (2011) buscaron determinar
esta relación a partir de ensayos de compresión triaxial obteniendo los resultados que se muestran
en la Figura 39:
Figura 39 Influencia del porcentaje del contenido de comida en el comportamiento esfuerzo-deformación de los residuos
Cho et al., (2011)
El efecto que tiene el nivel de deformación en los parámetros, como se ha venido discutiendo,
puede explicarse por una mayor interacción entre sus partículas, además de un comportamiento
general tipo “strain hardening”; por esta razón es de esperarse que los residuos tengan un mejor
desempeño a medida de que aumentan los niveles de deformación y por consiguiente con la
profundidad del fragmento de residuo analizado, lo cual es congruente con el hecho de que se
considera que los residuos son un material friccionante Dixon & Jones, (2005). Existen varios
autores que descalifican la extrapolación de la teoría de resistencia al corte que se utiliza
actualmente para explicar este comportamiento de suelos, básicamente porque al trabajar residuos
sólidos como material geotécnico, no se toman en cuenta muchas consideraciones y la
deformación antes de llegar a la “falla” es muy superior a las formaciones que se presentan en los
suelos, la cual es alrededor del 10% para llegar al estado crítico, y en los residuos se observó
deformaciones de más del 30%, por lo cual aseveran que toda la teoría aplicada en suelos no se
puede extrapolar de tal forma para el manejo de residuos sólidos municipales Stark, Huvaj-Sarihan,
& Li, (2009). Singh y Murphy, (1990)
Figura 40 Resistencia versus niveles de deformación de los residuos en un ensayo triaxial Manassero et al., (1997)
Otros autores también han concluido que efectivamente el incremento del nivel de deformación
aporta resistencia al material, sin embargo, otros factores contribuyen de mayor o menor medida a
este incremento, tal como es la orientación de las fibras como lo analizaron Zekkos et al., (2010)
como se muestra en la Figura 41:
Figura 41 Diferencia de resistencia entre residuos con fibras horizontales y verticales Zekkos et al., (2010)
Los resultados obtenidos por Zekkos et al., (2010) se pueden apreciar en la Figura anterior, dónde
se observa un incremento del 10%, reportando un aumento aún mayor cuando las fibras se
encontraban orientadas perpendicularmente al plano de falla que, en el caso contrario, cuando se
tienen las fibras orientadas paralelas al plano de falla, el aumento en el nivel de deformación no
parece tener una influencia significativa sobre las fibras que componen el material. Este
comportamiento es similar al de una arcilla normal mente consolidada, la cual tiene una respuesta
viscosa ante al aumento del nivel de carga, aumentando un 10% por cada aumento logarítmico en
la de aplicación de carga.
Con el objetivo de analizar el efecto que esta propiedad de los residuos puede tener sobre los
parámetros de resistencia al corte, Gomes et al., (2013) llevaron a cabo ensayos de compresión
triaxial para distintas muestras en donde se evalúa el efecto que tiene el nivel de deformación
sobre el ángulo de fricción, tal y como se muestra en la Figura 42.
Así mismo, los resultados que se muestran en la Figura 43 fueron obtenidos de los ensayos
realizados por Manassero et al., (1997), donde se muestra también la relación que existe entre el
aumento del nivel de deformación y el ángulo de fricción.
Figura 43 Variación del ángulo de fricción bajo distintos niveles de deformación Manassero et al., (1997)
Puede apreciarse cómo el ángulo de fricción aumenta con el nivel de deformación hasta estar casi
completamente movilizado con el 20% de la deformación. Otro autor que estudió el efecto del nivel
de deformación sobre el ángulo de fricción fue Vilar, (2004), quien obtuvo los resultados de la
Figura 44.
Resulta evidente como este parámetro de resistencia tiende a aumentar con el incremento del nivel
de deformación, lo cual sustenta el planteamiento teórico del trabamiento que se ha venido
tratando.
A pesar de lo mostrado anteriormente en donde el valor del ángulo de fricción tiende a aumentar a
medida que el material es sometido a mayores deformaciones, otros autores Bray et al., (2009)
Zekkos et al., (2010) han encontrado que las propiedades friccionates de los RSU tienden a
disminuir con cada ciclo logarítmico de esfuerzo normal, tal y como se muestra en la Figura 45.
Figura 45 Influencia del esfuerzo normal en el ángulo de fricción Zekkos et al., (2010)
Como se puede observar, existe relación inversa entre el incremento a gran escala de esfuerzos
normales (o de confinamiento) y el ángulo de fricción del RSU. Este comportamiento no es nuevo
ni exclusivo de los RSU pues como se observa en la Figura 46, algunos suelos también tienden a
disminuir su componente fricciónate a medida que aumenta el esfuerzo normal, comportamiento
Figura 46 Disminución de la fricción en función del incremento del esfuerzo normal para suelos (Terzaghi Peck & Mesri,
1996)
Además del efecto de reforzamiento que tiene el aumento del nivel de deformación, considerar la
tasa de aplicación de la carga tiene también un efecto sobre la resistencia, tal y como lo demuestra
el análisis realizado por Zekkos et al., (2007) presentado en la Figura 47:
Con el objetivo de analizar más detalladamente este comportamiento, Zekkos et al., (2007)
realizaron los siguientes ensayos de esfuerzo deformación monotónicos sobre tres muestras con
diferente composición.
Figura 48 Ensayo de deformación axial monotónica variable con una muestra de 100%<20mm Zekkos et al., (2007)
Figura 50 Ensayo de deformación axial monotónica variable con una muestra de 20%<20mm Zekkos et al., (2007)
Puede apreciarse que el efecto de la tasa de deformación tiene diferente influencia sobre el residuo
dependiendo del tamaño de partículas que este tenga, fenómeno posiblemente explicado por la
interacción entre partículas ya que con cada tamaño, la interacción es distinta.
Dado que los parámetros y envolventes presentados en la literatura, usualmente no reporta el nivel
de deformación al cual fueron determinados, Zekkos et al., (2007) realizaron un análisis en donde
se estima atreves de retro-cálculos la trayectoria de esfuerzos para distintos niveles de
deformación. Con el objetivo de dar claridad a esta incertidumbre, en el presente trabajo se
superpusieron estas trayectorias halladas por Zekkos et al., (2007) tanto en términos de
deformación porcentual como milimétrica, a las envolvente más citadas en la bibliografía y se
puede observar que estas tienden a aproximarse a la trayectoria que presenta un 10% de
deformación tal y como se aprecia en la Figura 51 y la Figura 52:
400
350
Esfuerzo Cortante (kPa)
300
250
20%
200
10%
150 5%
100
50
0
0 50 100 150 200 250 300 350
Esfuerzo Normal (kPa)
Figura 51 Envolventes de falla a diferente grado de deformación porcentual, contrastado con las principales envolventes
de falla encontradas en la literatura técnica Zekkos et al., (2007)
400
350
300
Esfuerzo Cortante (kPa)
250
10 mm
200 30 mm
50 mm
150
100 mm
100
150 mm
50
0
0 100 200 300 400 500
Esfuerzo Normal (kPa)
Figura 52 Envolventes de falla a diferente grado de deformación (mm), contrastado con las principales envolventes de
falla encontradas en la literatura técnica Zekkos et al., (2007)
Una de las envolventes más citadas comúnmente es la de Manassero et al., (1997) la cual
presenta tres zonas para los valores de diseño:
Puesto que dentro de la literatura muchos autores que han encontrado parámetros y
envolventes de resistencia tipo Mohr-Coulomb, lo han hecho a partir de distintos métodos y
estos métodos han sido aplicados a rellenos de distintas condiciones. El poder presentar las
envolventes de resistencia construidas a partir de los distintos parámetros, resulta una
exposición ilustrativa de los valores dentro de los cuales han oscilado estos parámetros a lo
largo de la literatura, por lo que Dixon & Jones, (2005) se dieron a la tarea de realizar una
recopilación de algunas envolventes tal y como lo muestra la Figura 54
Con el ánimo de realizar una recopilación más completa de las envolventes encontradas en la
literatura a continuación, se presenta en la Figura 55 una recopilación realizada por los autores de
las principales envolventes encontradas:
200
Esfuerzo Cortante (kPa)
150
Kavazanjian 1995
Van Impe et al 1997
100
eid et al. 2000
Bray et al. 2009
50 Espinosa y Gonzalez 2001
Stark et al 2010
Bareither et al 2012
0
0 50 100 150 200 250 300 350
Como puede apreciarse en la Figura 55, los parámetros de resistencia presentes en las
envolventes desarrolladas por los autores oscilan aproximadamente entre una cohesión de casi
cero hasta los 30 kPa y un ángulo de fricción entre 30 y 50 grados, lo que demuestra el amplio
espectro de valores en los cuales pueden oscilar, y esto a su vez es un ejemplo de la poca
uniformidad que existe en los residuos.
A pesar de que estas envolventes pueden ser de ayuda a la hora de diseño deben ser utilizadas
con precaución, pues cada relleno difiere en sus valores de resistencia de otro, y así como sería
ilógico pensar en una única envolvente para todos los suelos, el mismo razonamiento se puede
realizar para los residuos Dixon & Jones, (2005).
A pesar de que el criterio de falla Mohr-Coulomb parta de los conceptos de la mecánica de suelos,
modelar los RSU como material geotécnico es una aproximación. Ya que utilizar este criterio de
falla se ha convertido en una práctica común para las personas involucradas con este tipo de
material, especial cuidado debe tenerse a la hora de su implementación, y mayor estudio ha de ser
realizado en aras de una comprensión más profunda de este modelamiento. Sin embargo, por
poco que sea su protagonismo, otros criterios de falla han sido propuestas con ánimos de lograr
una aproximación distinta al comportamiento de los residuos; a continuación se mencionaran
algunos de ellas.
Dentro de los hallazgos que han provocado un cambio en el entendimiento del comportamiento
mecánico de los residuos se encuentra el ya mencionado realizado por Bray et al., (2009) en
donde se muestra que los residuos tienden a disminuir su ángulo de fricción al aumentar de
manera significativa el esfuerzo al cual están sometidos, comportamiento, como como se ha
explicado, no es propio de los RSU sino que también es apreciable en algunos suelos. Este
comportamiento puede ser apreciado en la Figura 56 y la Figura 57 donde se ilustra la disminución
del de fricción secante y el ángulo de fricción respectivamente, obtenida a partir de ensayos de
corte directo.
Figura 56 Influencia del esfuerzo normal en el ángulo de fricción Zekkos et al., (2010)
En la Figura 59 puede apreciarse como la envolvente resultante de este criterio de falla tiene una
tendencia curva:
Cabe destacar como se ha explicado anteriormente, que este modelamiento fue inicialmente
propuesto para mecánica de suelos, por lo que el trabajo realizado por Bray et al., (2009), así
como la mayor parte del entendimiento de los RSU constituye una implementación del marco
conceptual de la geotecnia.
Otro criterio de falla que ha sido implementado para analizar la resistencia al corte de RSU, es el
criterio de falla Mohr-Columb modificado (ecuación de tipo potencial) implementado por
, (2001) el cual se define como:
Dónde
“ s posible obtener pares de valores de c´ y ϕ´ (o bien de tan ϕ´) y tener la relación inversa
respectiva, la cual se compara con los valores de c´ y ϕ´ de ensayos para determinar la resistencia
en el momento de la falla. Los valores de falla (FS=1) se encuentran sobre la curva si son mayores
F >1 y si son menores F <1”. , (2001)
Los ensayos realizados en campo (in-situ), son usualmente más representativos que los realizados
en laboratorio debido a su representatividad, como se ha venido mencionando, debido a las
variaciones inducidas por la descomposición del material. Adicionalmente se tiene una gran
cantidad y variedad de objetos que se pueden encontrar en los rellenos sanitarios, variando desde
textiles hasta materia orgánica, lo cual fluctúa incluso según el sector de la ciudad.
El problema al diseñar rellenos sanitarios es principalmente los valores de diseño que se deben
adoptar, puesto que cada relleno sanitario va a presentar condiciones únicas que van a estar en
función de diferentes aspectos que se han venido tratando a lo largo del documento,
adicionalmente, la representatividad es incierta y hay dificultad en la obtención de muestras
“inalteradas” para ser ensayadas en los laboratorios, como se realizaría normalmente con
materiales térreos. Motivos como éstos, llevan a la alternativa de realizar ensayos in-situ que son
de relativa mayor facilidad y en ocasiones menor tiempo que ensayos de laboratorio además que
puedan llegar a tener una mejor representatividad.
Cada método para la determinación de la resistencia al corte de residuos sólidos posee ventajas y
desventajas dada su naturaleza Dixon & Jones, (2005), razón por la cual, ciertos autores han dado
sus puntos de vista en cuanto a las ventajas y desventajas que presentan los distintos métodos.
Los retro cálculos pueden proporcionar información sobre la resistencia al corte de la masa, sin
embargo la pobre calidad de la información de entrada para dichos análisis, convierte a estos
resultados en información problemática y poco confiable Dixon & Jones, (2005). Los ensayos In
situ resultan inadecuados y poco confiables pues están diseñados para trabajar en materiales
como suelos y rocas, razón por la cual se hace necesario el diseño e implementación de ensayos
especialmente para residuos sólidos, los cuales sean capaces de obtener resistencias en distintas
profundidades y de medir estas propiedades en materiales con distintos grados de saturación
Dixon & Jones, (2005).
Debido a la naturaleza de la toma de muestras para realizar ensayos de laboratorio, los resultados
obtenidos a partir de estos ensayos deben ser vistos con precaución, pues una vez que se ha
extraído la muerta que desea ser fallada, los residuos han sido alterados, por lo que la estructura
inherente a su estado original, se ha perdido, así como su densidad y estado de esfuerzos original
y puede que algunas partículas de gran tamaño se hayan perdido en el proceso Dixon & Jones,
(2005).
Tabla 1 Recopilación de ventajas y desventajas de los métodos de determinación de resistencia al corte Dixon & Jones,
(2005)
Estas ventajas y desventajas pueden llevar a diferir en los resultados obtenidos en cada método,
razón por la cual debe ser entendido las condiciones y los procedimientos de cada uno de ellos
antes de poder realizar una conclusión respecto a los valores encontrados.
Como puede apreciarse en la anterior figura, cada una de las trayectorias parece ser divergente a
la otra, sin embargo, esto puedo explicarse por el hecho de que para el ensayo triaxial, la muestra
parte de un estado de consolidación isotrópica, por lo que durante gran parte del ensayo, la
trayectoria busca alcanzar la condición K0, por otro lado, el ensayo de corte directo parte de esta
condición. Pero una vez el ensayo triaxial ha alcanzado esta condición, su trayectoria, así como la
del ensayo de corte directo, sigue siendo consistente con la envolvente bilineal de Edward
Kavazanjian, (2001). Sin embargo, este es un claro ejemplo de cómo puede llevar a conclusiones
discrepantes, los resultados obtenidos de distintos ensayos.
Realizada esta breve introducción sobre los métodos utilizados para obtener parámetros, así como
ventajas y desventajas de los mismos, se procede a exponer algunos de los resultados
encontrados en la literatura mediante los distintos métodos, así como una breve descripción de los
mismos.
La incapacidad para llevar a los residuos sólidos a un estado de falla ha hecho que la resistencia
sea relacionada más bien con niveles de deformación Dixon, Jones, & Whittle, (1999). Cabe
resaltar además que la respuesta esfuerzo-deformación de los distintos ensayos varía
significativamente, por ejemplo en los ensayos de corte directo, se observa que la respuesta
esfuerzo-desplazamiento posee una forma convexa, de modo que puede acercarse a un valor
asintótico y presentar reducción de resistencia. Por otro lado, los ensayos triaxiales presentan
Con el ánimo de ejemplificar el comportamiento de los RSU ante los ensayos de comprensión
triaxial, a continuación se presentan los resultados de algunos de estos ensayos encontrados en la
literatura:
Como puede apreciarse, aunque el comportamiento inicial de las muestras parcialmente saturadas
es un poco diferente que aquellas saturadas, al comparerse los valores de resistencia de ambas,
bajo los distintos niveles de deformación axial en los cuales fueron evaluados, se puede apreciar
que no son significativamente diferentes. Adicionalmente, puede concluirse que a diferencia de los
suelos, los residuos sólidos municipales no tienen una resistencia pico, es decir, su resistencia
incrementa continuamente a medida que la deformación axial crece Vilar,( 2004).
Con el objetivo de presentar estos resultados de una manera en la que se puedan establecer
parámetros y envolventes de resistencia, a continuación se presentan los resultados en un plano s
t, en el cual los ejes se calculan de la siguiente manera:
Utilizando los datos provenientes del ensayo e introduciéndolos en las ecuaciones anteriores,
obtenemos la Figura 63 y la Figura 64 con las trayectorias de esfuerzos:
En la Figura 65 los indicadores oscuros son los puntos obtenidos del ensayo a humedad natural y
los claros, aquellos provenientes del ensayo saturado y se puede apreciar que es posible marcar
una envolvente de resistencia que incluya los resultados de ambos ensayos para el mismo grado
de deformación unitaria.
Así como el contenido de humedad puede ser una variable que determine los resultados obtenidos
en cuanto a parámetros de resistencia, es posible que estos parámetros estén también
determinados por otras propiedades de los residuos tal como su peso unitario Vilar,( 2004). Para
ilustrar esto, a continuación se presentan la Figura 66 con los resultados de ensayos triaxiales
realizados a muestras de residuos con distinto peso unitario:
Tal y como puede apreciarse, los resultados de las 3 muestras fueron aproximadamente iguales a
tal punto que tendieron a superponerse, por lo que puede concluirse que para este estudio, el peso
unitario no fue una variable determinante en cuanto a parámetros de resistencia, sin embargo, esto
no puede ser tomado como una conclusión general pues depende de la caracterización de los
residuos, a tal punto que al calcularse las densidades secas de cada una de estas muestras se
pudo apreciar que eran muy semejantes, razón por la cual puede intuirse que su composición era
muy parecida y por esto podría explicarse que los resultado hayan sido semejantes Vilar,( 2004).
Como puede observarse, la muestra más pequeña presento siempre una mayor resistencia que la
de mayor tamaño, esto podría explicarse a la acción de las fibras, ya que al ser estas de
dimensiones pequeñas, su acción sobre la resistencia total será mucho más apreciable en cuanto
menor sea la muestra Vilar,( 2004).
Todos los métodos y consideraciones previas son necesarios para obtener parámetros de diseño
los cuales serán aplicados tanto en la industria como en la academia, es por eso que a
continuación se presenta en la Figura 68 y la Figura 69 un resumen de los parámetros obtenidos de
distintas muestras a medida que aumenta la deformación axial. En estas figuras la nomenclatura
T1 y T2 representan perforaciones diferentes, A una profundidad de 0-18 metros y B mayor a 18
metros.
Figura 69 Variación del ángulo de fricción obtenido en ensayos triaxiales para muestras de distintos tamaños y
provenientes de distintas profundidades Vilar,( 2004)
Se puede apreciar en estas figuras como los parámetros de resistencia aumentan continuamente a
mediad que aumenta la deformación axial en todos los casos, además de la influencia del tamaño
de la muestra. Es apreciable la manera en la que cohesión tiene unos valores iniciales bajos pero
su aumento es de una manera más pronunciada que el del ángulo de fricción que tiene unos
A pesar de que no se posee mucha información al respecto y por lo general las investigaciones y
los diseños están encaminados hacia comportamientos drenados de los residuos sólidos
municipales, es importante rescatar la información disponible de la bibliografía en caso de que se
presente una situación en la que el comportamiento se asemeje a parámetros no drenados, ya que
en ese caso los parámetros de resistencia podrían variar. A continuación se presenta la Figura 70
en donde se ilustra el comportamiento de unas muestras de residuos sólidos municipales falladas
bajo condiciones no drenadas tanto en términos de esfuerzos efectivos como totales:
Es de apreciar como al igual que en la condición drenada los parámetros de resistencia aumentan
continuamente a medida de que el la deformación unitaria crece.
En la Figura 71 puede apreciarse otra figura de parámetros no drenados elaborada por Manassero
et al., (1997)
Con el ánimo de llegar a una aproximación a los parámetros reales de resistencia de los residuos
sólidos, aun a sabiendas de lo alejado que se encuentra precisamente de esta realidad, se suelen
llevar a cabo ensayos de corte directo, los cuales a pesar de su representatividad limitada, sirven
como punto de partida para una aproximación a las condiciones de los rellenos sanitarios
Manassero et al., (1997).
Varios autores a lo largo de la literatura han realizado este tipo de ensayos de distintas maneras,
por lo que a continuación se presenta la Tabla 2 con información de algunos de los más relevantes
realizados hasta la fecha:
Tabla 2 Tabla resumen de ensayos de corte directo in-situ y laboratorio (Zekkos, Bray, & Riemer, 2012)
Richardson and
Central Maine I 122 x 122 U NR NR 17
Reynolds (1991)
Houston et al.
NWRLF,Arizona I 122 x 122 U NR PS 6
(1995)
Edincliler et al.
Wisconsin L 30 Ø 5 0.4 PS o PD 20
(1996)
Kavazanjian OII
L 45 Ø 10 NR NR 9
(1999) landfills,California
Mazzucato et al.
Verona, N. Italia L-I 80 Ø U Y NR NR PS 6
(1999)
Mahler and De
Lamare Netto- Brasil L 40 x 25 x 10 2 NR PS 4
2003
Tri-cities, PS o
Zekkos (2013) L 30 x 30 x 18 7.6 0.5 17
California D=55mm
U: No distribuida
NR: No reporte
Uno de los objetivos de realizar este tipo de ensayos, consiste en apreciar el comportamiento de la
muestra a evaluar durante distintas etapas de la deformación a la cual está sometida, por lo que a
continuación, se presenta la Figura 71 donde se muestran los valores de resistencia al corte
obtenidos mediante ensayos de corte directo Manassero et al., (1997) en la que se puede
apreciar el comportamiento esfuerzo deformación presentado durante un ensayo de corte directo:
Figura 72Valores de resistencia al corte obtenidos mediante ensayos de corte directo Manassero et al., (1997)
Como puede apreciarse en la figura, en corte directo, así como en los ensayos de compresión
triaxial, los residuos no presentan una resistencia pico, razón por lo cual se realiza el mismo
supuesto de que la falla en un relleno sanitario se presenta cuando se han alcanzado ciertas
deformaciones admisibles después de las cuales se vuelve inestable Manassero et al., (1997); en
el caso del corte directo, este valor se asume para una deformación entre el 10% y el 15% de la
deformación, razón por la cual que se asumen los parámetros de resistencia bajo estas
condiciones de deformación, como los parámetros de diseño Manassero et al., (1997).
Como se puede apreciar en la imagen, los depósitos de más edad presentan unas mayores
propiedades mecánicas debido a que dado la degradación de los materiales, estos presentan una
matriz más heterogénea y además, están sometidos a mayores niveles de esfuerzo. El menor
desempeño mecánico de los residuos jóvenes, podría explicare debido a una presencia mayor de
materiales plásticos Manassero et al., (1997).
Otros autores, además de los ya mencionados, a lo largo de la literatura, han realizado ensayos de
corte directo obteniendo cada uno, valores de resistencia semejantes en mayor o menor medida a
los encontrados con anterioridad, a continuación, se presenta en la Figura 74 algunos de los
resultados obtenidos por (Edward Kavazanjian, Stokoe, & Bray, 1996):
La Figura 74 muestra los resultados preliminares de ensayos de corte directo obtenidos por
GeoSyntec Consultores Kavazanjian et.al (2001) realizados sobre residuos húmedos tomados de
un relleno sanitario; el ensayo se realizó a diferentes presiones de confinamiento (12.6, 143.6 y
430 kPa) a una tasa de deformación lo suficientemente baja para garantizar condiciones drenadas
en el material, dando como resultado un comportamiento dúctil con un ángulo de fricción de 39º
para una deformación de 25mm.
Zekkos et al., (2010) Llevaron a cabo ensayos sobre muestras de residuos obtenidos de un
relleno sanitario en la Ciudad de San Francisco, California (EEUU), queriendo evaluar diferentes
efectos como la composición, tasa de deformación etc, en la resistencia al corte, además de
verificar la aplicabilidad de este tipo en ensayos en la caracterización de RSM.
Teniendo como base residuos que variaban de 0 a 15 años de edad, realizando el ensayo con una
caja de corte con las siguientes características:
Tomando muestras con equipos de igual magnitud a la de la caja de corte para la obtención de
muestras como se puede ver en la Figura 75 y la Figura 76.
Con la ayuda del ensayo de corte directo a gran escala, se puede representar varias condiciones
para ver el efecto que pueden llegar a tener en la resistencia del material como el efecto del grado
de compactación y peso unitario, efectos de la composición del residuo y efectos del nivel de
deformación como los realizados por Zekkos et al., (2010) Incluso llegando a proponer una
envolvente de falla basado en los resultados obtenidos en este tipo de ensayos.
Figura 77 Resultados del ensayo de corte directo a gran escala y envolvente recomendada Zekkos et al., (2010)
Aplicando el concepto de falla propuesto por Bray et al., (2009) descrito con anterioridad según el
cual el ángulo de fricción va decreciendo con cada ciclo logarítmico de aumento de carga.
Otros autores han llevado a cabo de la misma forma este tipo de ensayos de corte directo, con el
objetivo de determinar las propiedades mecánicas de los residuos a partir de muestras con un
tamaño más representativo, dentro de estos se encuentra Edward Kavazanjian, (2001) el cual
obtuvo los resultados que se presentan en la Figura 79:
La anterior figura muestra el resultado de un ensayo de corte directo de gran diámetro (450mm)
realizado sobre una muestra reconstituida obtenida de un muestreo con una caja de 750mm en el
relleno sanitario OII. Los números que se observan en la gráfica representan el porcentaje de
materiales material con características terreas (presencia de minerales) por peso.
Otro ensayo que suele usarse frecuentemente para la determinación de la resistencia al corte es el
ensayo de corte simple, el cual es considerado limitado pues se debe asumir la orientación de la
superficie de falla o el valor del esfuerzo horizontal normal Bray et al., (2009). Se suele asumir
que la superficie de falla es horizontal e interpretar el ensayo de corte simple como un resultado de
corte directo con la más baja resistencia posible, donde se asume que el esfuerzo normal en el
plano vertical es igual al esfuerzo Ko o que el esfuerzo normal en el plano vertical es el resultado
del esfuerzo normal medio en un estimado de resistencia significativamente alta Bray et al.,
(2009). Usando un Ko de 0.6, kavazanjian et al. (2001) estimaron una envolvente inferior de C igual
a 16 kPa y un ángulo de fricción de 33 grados, y una envolvente superior de C igual a 30 kPa y un
ángulo de fricción de 59 grados. También encontró que asumiendo un plano de falla horizontal la
resistencia al corte interpretada de ensayos de corte simple a gran escala era similar a la obtenida
de ensayos de corte directo a gran escala Bray et al., (2009). En la Figura 80 y la Figura 81, se
prestan los resultados de este ensayo publicados por (E Kavazanjian, 2001)
¿’ñ-
Figura 81 Envolventes de resistencia obtenidas a partir del ensayo de corte simple (E Kavazanjian, 2001)
El ensayo de penetración con cono (CPT) es de uso popular en lo que se refiere a métodos in situ
para la determinación de parámetros de resistencia al corte, sin embargo, los resultados obtenidos
a partir del ensayo CPT, deben ser implementados con mucha precaución ya que existen varias
razones para creer que no son de gran fiabilidad los resultados obtenidos. Dentro de estas
razones, cabe destacar el hecho de que los equipos son relativamente pequeños para poder
evaluar las propiedades de un relleno sanitario de forma que estas arrojen resultados
representativos, adicionalmente, estos equipos están diseñados para trabajar con materiales
relativamente homogéneos y dada la naturaleza mixta de los residuos, los resultados pueden verse
de una manera tan errática como en la Figura 82 Manassero et al., (1997):
Figura 82 Ensayo de penetración en cono efectuado en un relleno sanitario Manassero et al., (1997)
Estos picos podrían explicarse por la presencia de materiales más resistentes que otros en el
medio Manassero et al., (1997).
La Figura 83 y la Figura 84 muestran resultados del ensayo en los cuales se aprecian valores
típicos de resistencia y fricción lateral, probablemente dichos resultados se vean afectados por la
presencia de elementos de mayor resistencia y tamaño que aquellos que conforman el común de
la masaGomes et al., (2013).
A partir de los resultados de estos ensayos, aun por cuestionables que puedan llegar a ser debido
a que fueron diseñaos para materiales térreos, varios autores han llegado a concluir que los
Uno de los métodos para determinar la resistencia al corte de los residuos es mediante el ensayo
de penetración estándar. A continuación se presentan la Figura 85 con un informe típico de
resultados obtenidos:
Una posible explicación para tales discrepancias en el aumento de los valores, puede ser a la
obstrucción del SPT o su interacción con elementos más grandes que interfieren en su avance,
modificando el número de valores Nspt registrados por el equipo, los cuales se encuentran con
A pesar de la discrepancia, existe una relación clara entre el aumento del número de golpes, y la
profundidad del relleno, observada en las distintas perforaciones realizadas por Gomes et al.,
(2013) y mostrada en la Figura 86
Los valores de ángulo de fricción que han sido calculados a partir de correlaciones para suelos
friccionates, deberían ser mayor a los valores obtenidos en los ensayos triaxial Gomes et al.,
(2013) . Tomando las consideraciones en las cuales se realizan los triaxiales de bajo es fuerzo de
confinamiento, además de los efectos que se tiene por escala debido a la heterogeneidad del
material, se puede decir que no se moviliza la componente cohesiva del material, lo que puede
llegar a explicar la diferencia en resultados obtenidos por STP y triaxial, donde los valores del
ensayo SPT presentan un pequeño incremento con el envejecimiento de la muestra (degradación),
con una reducción tanto en la cohesión como en la resistencia global del material como se explicó
con anterioridad.
Sin embargo, la movilización de la componente cohesiva del material depende de varios aspectos
como lo es el tamaño, composición y orientación de las fibras y elementos que sirvan como
reforzamiento, por lo cual, en un relleno sanitario debido a su proceso constructivo, el cual genera
una mayor heterogeneidad del material, se puede presentar movilización de la componente
cohesiva en ciertas partes del relleno que cumplan con las condiciones indicadas para que se
desarrolle este proceso. Gomes et al., (2013)
Gomes et al., (2013)en un intento identificar si el ensayo SPT moviliza o no la resistencia global,
calcularon los parámetros de resistencia a partir de correlaciones para suelos granulares, además
de correlaciones directas entre resistencia de penetración, N1(60) y ángulo de fricción obtenidos de
ensayos Triaxiales.
Figura 88 Relación entre ángulo de fricción y número de golpes Gomes et al., (2013)
Sin embargo, el uso de esta ecuación y todas las correlaciones extraídas de la mecánica de
suelos tienes sus limitaciones, en el case de esta, al ser aplicada con valores mayores de 20
golpes N1 (60) y altas deformaciones, se obtienen valores muy altos a comparación de los valores
en laboratorio Gomes et al., (2013), lo que deja en duda su aplicabilidad ya que puede dar lugar a
confusiones y malinterpretaciones en los resultados de determinación de los parámetros, afectando
así la calidad de diseños debido a la sobrestimación que se le puede dar a los parámetros.
Luego de haber visto los principales tipos de ensayos en campo (in-situ) para la determinación de
parámetros de resistencia al corte, se hace una comparación entre los dos ensayos básico más
conocidos en la caracterización de suelos como lo es el STP y el CPT. De acuerdo con los
resultados obtenidos por varios autores Gomes et al., (2013),los cuales muestran un aumento en la
resistencia (NSPT, qc, y fs) efecto de la degradación del material, siendo más significativo en el
SPT; comparando estos resultados con los obtenidos por ensayos triaxiales, los cuales son
contradictorios ya que muestran una disminución en la resistencia global del material con un
aminoramiento en la cohesión pero con un pequeño aumento en el ángulo de fricción Gomes et al.,
(2013)plantea que esta discrepancia puede ser debido a la “incapacidad” de los ensayos in-situ de
movilizar la componente cohesiva de la resistencia del residuo con contenido de material fibroso, el
Figura 89 Correlación entre SPT y CPT para estimación de ángulo de fricción Gomes et al., (2013)
Correlaciones de SPT y CPT para estimación de ángulo de fricción para RSM. Este tipo de
ensayos presentan ciertos alcances y limitaciones las cuales van a ser discutidas para definir para
definir la aplicabilidad e estos tipos de ensayos en la determinación de parámetros de resistencia al
corte.
4.2.3 Piezocono
Para estimar resistencia al corte también se realizan en ensayos de piezocono, sin embargo,
algunos de los valores encontrados son excesivamente altos debido a que pueden encontrarse en
el camino de la penetración objetos muy rígidos. En la Figura 90 se presentan los valores obtenidos
en un ensayo en donde pueden apreciarse los valores de resistencia lateral y resistencia de la
punta en función de la profundidad:
La resistencia de punta en estos ensayos suele variar entre 2500 y 17500 kPa mientras que la
resistencia lateral varía entre 100 y 110 Kpa.
Normal Load
Shea
r Lo ad
Figura 91 Montaje del ensayo de corte directo a gran escala en campo (Caicedo et al
2001)
4.2.5 Presioficómetro
Una posible desventaja que presenta este ensayo es la sobrestimación en los valores de los
parámetros tal y como se observa en los datos obtenidos por (Caicedo et al., 2002), la cual es más
notorio en el parámetro de “cohesión”. sta influencia se puede deber a la tasa de deformación a la
que se lleva a cabo el ensayo como también los niveles de deformaciones presentes al momento
de evaluar los parámetros, sabiendo la importancia que tiene estos factores en los parámetros (C´-
ϕ´). Ver numeral 2.6.
El cuerpo del aparato consiste principalmente de tres partes (ver Figura 93) Zerhouni & Arab,
(2007):
Sonda (A): Consiste en un tubo hueco con ranuras que incluye una celda expansible, que en la
parte central cuenta con dientes que conforman la superficie de corte.
Dispositivos de enlace y conexión (B): Los cuales conectan la sonda del presioficómetro al control y
equipo de mediciones que se encuentran en la superficie.
Una vez se han obtenido los parámetros de resistencia, se puede proceder a trazar una envolvente
de resistencia tal como la realizo (Caicedo et al., 2002) para las distintas perforaciones que realizo
y cuyos resultados se muestra en la Figura 95
Figura 95 Envolvente de resistencia obtenida a partir de los datos obtenidos por el ensayo de presioficómetro (Caicedo et
al., 2002)
250
200
Esfuerzo Cortante (kPa)
150
Kavazanjian 1995
Van Impe et al 1997
100
eid et al. 2000
Bray et al. 2009
50 Espinosa y Gonzalez 2001
Stark et al 2010
Bareither et al 2012
0
0 50 100 150 200 250 300 350
Esfuerzo Normal (kPa)
Van Impe
200
et al 1997
eid et al.
Esfuerzo Cortante (kPa)
2000
150
Bray et al.
2009
100 Espinosa y
Gonzalez
2001
Stark et al
2010
50
Bareither
et al 2012
0
0 50 100 150 200 250 300 350
Esfuerzo Normal (kPa)
Figura 97 Envolventes de falla discriminadas por tipo: límite inferior (azul) y valor medio (rojo)
Los parámetros de resistencia utilizados en las anteriores recopilaciones de envolventes fueron los
siguientes:
Kavazanjian 1995
c' 24
ф 0
Van Impe et al 1997
c' 20
ф 0
eid et al. 2000
c' 25
ф 35
Stark et al 2010
c' 6
ф 35
Doña Juana 2001
c' 19
ф 0
Bareither et al 2012
c' 20
ф 33
120
100
80
Cohesión (kPa)
Otros
60
Retro-Cálculo
Campo
40 Laboratorio
20
0
0 10 20 30 40 50 60
Angulo de Fricción (grados)
Como se puede observar en la figura anterior, el intervalo total de valores de “cohesión” y ángulo
de fricción oscila entre 0 y 108 kPa y entre 5 y 53°, respectivamente, mostrando el muy alto grado
de dispersión que presenta cada uno de los parámetros. Adicionalmente, es clara la independencia
estadística de estos parámetros entre sí debido a su naturaleza de composición y factores que
influyen en su comportamiento.
La Figura 96 presenta los mismos datos de la Figura 99, pero superponiendo la banda
recomendada por Singh and Murphy (1990).
Como se observa en la figura anterior, al comparar la región propuesta por (Singh y Murphy, 1990)
con la nube de puntos de parámetros, se observa que la gran mayoría de los puntos divergen de la
región propuesta, poniendo en duda la validez de esta misma debido a la clara variabilidad que
presentan los parámetros de resistencia al corte de los RSU.
La ausencia de correlación entre los dos parámetros sugiere que la resistencia al corte de los RSU
no puede analizarse únicamente considerando dos variables, sino que debe haber más variables
en juego (por ejemplo, nivel de deformación, nivel de degradación y/o composición).
Análisis de
Campo
Ensayos de
Laboratorio
Figura 100 Región Propuesta por Sánchez-Alciturri et al. (1993) contrastada con nube de puntos c´- ϕ´ de la figura
anterior
Al evaluar la validez de las regiones propuestas mediante el contraste con la nube de puntos de
parámetros reportados en la literatura, se observa que, al igual que la región propuesta por Singh y
Murphy (1990), hay una clara y muy alta dispersión ya que no se evidencia una tendencia que
indique una región determinada la cual acote los parámetros obtenidos mediante ensayos de
campo o laboratorio.
Por lo tanto, considerando la altísima variabilidad que presentan ambos parámetros, los autores no
consideran justificable ni prudente proponer una nueva región en el plano c’-’, la cual intente
satisfacer posibles condiciones de estabilidad consideradas “seguras” para el diseño de rellenos
sanitarios.
Con respecto a los datos de parámetros en el plano c’-’, con el ánimo de ilustrar los efectos que
tienen los diferentes métodos de determinación de parámetros, se presentan a continuación
diferentes figuras en las cuales se diferencian los valores de parámetros c’-’ en función de los
diferentes métodos.
A continuación, la Figura 101 presenta valores de parámetros obtenidos mediante diferentes
ensayos de laboratorio.
Como se puede observar en la figura anterior, no se percibe una relación entre los datos, aún
discriminados por ensayos de laboratorio; este comportamiento de no correlación entre los
parámetros c’ y ’ indica que hay más factores que están influenciando el comportamiento del
material, lo cual es de esperarse, ya que para poder evaluar de forma precisa el efecto de los
diferentes ensayos en los valores de parámetros, se debe quitar los demás factores que pueden
estar influenciando como lo son la composición, la edad del residuo y la tasa de deformación.
120
100
80
Cohesión (kPa)
60 Corte Directo
Presioficometro
40
Piezocono
20
0
0 10 20 30 40 50
Angulo de fricción (grados)
Figura 102 Influencia de los ensayos de campo en los valores de parámetros “cohesión” y ángulo de fricción. Fuente: os
autores
35
30
25
Cohesión (kPa)
20
15 Retrocalculos
10 Otros
5
0
0 10 20 30 40 50
Angulo de fricción (grados)
Figura 103 “Cohesión” vs ángulo de fricción para valores de parámetros obtenidos mediante retro-calculo y otros.
Fuente: Los autores
A la hora de llevar a cabo el diseño geotécnico (por ejemplo, análisis de estabilidad de taludes) de
rellenos sanitarios, es común no contar con información propia del RSU a disponerse, razón por la
cual, varios autores presentan envolventes de diseño que pueden tomarse como referencia o
regiones recomendadas en el plano c’-’ que pueden llegar a dar una idea de valores “seguros”
para los parámetros de diseño. Sin embargo, el uso de estas recomendaciones publicadas como
información primaria para diseño, debe ser manejado con precaución y bajo ciertas
consideraciones y entendimiento de los principales factores que influyen en la respuesta mecánica
del RSU, como se han venido mencionando a lo largo del documento.
A continuación, se pretende revaluar la incidencia que tiene el tipo de limite que se asume a la hora
de definir una envolvente de falla, pues no resulta factible comprar valores que traten de cosas
distintas, para que de esta forma, el lector tenga más información sobre la envolvente en lla que
confiar para formarse un criterio
Las principales envolventes propuestas en la literatura técnica, las cuales se indican en el numeral
3.1, fueron calculadas a partir de nubes de puntos de datos, cada uno de los cuales es un valor
que obtuvo el autor respectivo a partir del método que empleó para la determinación de la
resistencia, algunas envolventes han sido trazadas por el límite inferior o por el medio de dicha
nube de puntos, según el grado de conservatismo del autor. Puesto que no resulta diciente el
comparar envolventes que representen distintos límites, en la Figura 104 se muestran las
envolventes expuestas anteriormente, pero agrupando en un mismo color (azul) aquéllas que
fueron obtenidas mediante límite inferior, así como otro color (rojo) para las de valor medio.
250
Kavazanjian
1995
Van Impe
200
et al 1997
eid et al.
Esfuerzo Cortante (kPa)
2000
150
Bray et al.
2009
100 Espinosa y
Gonzalez
2001
Stark et al
2010
50
Bareither
et al 2012
0
0 50 100 150 200 250 300 350
Esfuerzo Normal (kPa)
Figura 104 Envolventes de falla discriminadas por tipo: límite inferior (azul) y valor medio (rojo)
Como era de esperarse, aquellas envolventes que fueron trazadas a partir del valor medio de la
nube de datos originales, presentan mayores valores de los parámetros de resistencia, así como
menores valores para aquéllas que fueron trazadas como límite inferior. Esta definición de la
envolvente, ha de ser tenida en cuenta por el ingeniero que desee tomar datos de determinado
autor, pues debe ser consciente de que su elección está siendo más o menos conservadora en la
medida de que sus datos de referencia vengan de un límite inferior o medio, respectivamente.
80 100%
80%
60
Frecuencia
60%
40
40%
20
20%
0 0%
0 15 30 45 60 75 90 105 y
mayor...
Cohesión (kPa)
Figura 105 Histograma y robabilidad de excedencia para el parámetro “cohesión”. Fuente: os autores N=81. datos
En la anterior figura puede se puede apreciar la frecuencia con que los valores obtenidos de la
“cohesión” recolectados en el presente trabajo son reportados. Como puede apreciarse, la
dispersión es bastante amplia y no existe una distribución simétrica de los datos. Sin embargo, se
observa un claro sesgo del histograma hacia valores de cohesión bajos, concentrados en un rango
entre 15 y 23 kPa, con una desviación estándar de 22 y un coeficiente de variación de 0.943.
De esta misma forma, se procedió a realizar el mismo método de análisis para el ángulo de fricción
obteniendo los resultados que se muestran en la Figura 106. La validez de graficar histogramas
independientes de c’ y ’ se justifica en que las variables son estadísticamente independientes, es
decir, no muestran correlación.
Frecuencia 40 80%
30 60%
20 40%
10 20%
0 0%
Figura 106 Histograma y probabilidad de excedencia para el parámetro ángulo de fricción. Fuente : Los autores. N=81
datos
diferencia de lo observado en la “cohesión”, los valores reportados para ángulo de fricción tienen
una media clara la cual se encuentra alrededor de los 27 grados, desviación estándar de 9,
coeficiente de variación de 0,342 y una mayor simetría del histograma. Esto indica que, para este
parámetro, se cuenta con una aproximación más clara al fenómeno físico que ocurre en el material,
puesto que los métodos usados para su determinación, así como el marco conceptual desde el
cual se analiza su valor, arrojan una tendencia mejor definida que para la “cohesión”.
Los anteriores análisis proporcionan una herramienta sencilla que sirve de contextualización en
cuanto a valores de “cohesión” y ángulo de fricción basada en los historiales de valores reportados
en la literatura técnica. Esta herramienta va más allá que una envolvente de falla, ya que le brinda
al diseñador una guía para escoger valores de los parámetros usados en el diseño de rellenos
sanitarios en caso de no tener información representativa para el RSU en estudio, y con el sustento
de una probabilidad de excedencia calculado con base en la información recolectada en este
documento.
Combinando la relación obtenida entre población vs. contenido de fibras y materia orgánica en este
documento (ver Figuras 4 y 5), y las relaciones presentadas por Gomes et al., (2013) para ambos y
para el contenido de inertes materiales en función de la “cohesión” y ángulo de fricción, los autores
realizaron un cálculo en donde primero se estimó el contenido de fibras, materia orgánica y
material inerte que podría tener una población con determinado número de habitantes, pues se
sabe que para países como Colombia, esto es un indicador del desarrollo económico de una
población, y esto es un gran indicativo de los hábitos de consumo que en ultimas definirá la
composición delos residuos. Después de lo cual se procedió a usar las correlaciones de Gomes et
al., (2013) para obtener un parámetro de “cohesión” y un parámetro de fricción para cada estos
contenido de fibras, orgánicos e inertes y luego, de acuerdo a la participación porcentual obtenida
para cada uno de estos materiales dentro del total de los residuos, se ponderaron los parámetros
obtenidos para cada correlación y de sesta forma, se propone una relación en la cual se
En este orden de ideas, se calculó un valor promedio para cada parámetro de resistencia (c’ y ’)
conociendo la composición del residuo según el número de habitantes (Bogotá, Medellín, Cali,
Barranquilla, Cartagena), habiendo separado la composición en tres grupos (% Materia Orgánica,
% de fibras y % de material inerte) como se muestra en la Figura 107.
30.6 16.5
30.4
30.2 16.0
30.0
Angulo de Fricción (°)
Cohesión (kPa)
29.8 15.5
29.6
29.4 15.0
29.2
29.0 14.5
28.8
28.6 14.0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Como se puede observar en la Figura 107, aunque existe dispersión, se observa una relación
directa entre el ángulo de fricción y el número de habitantes de una población, y una relación
inversa aproximada entre este último y la “cohesión”. ste comportamiento es consecuente con las
figuras presentadas en el Capítulo 1 de este documento; en efecto, el contenido de materia
orgánica, el cual tiene una relación inversa al número de habitantes (ver Figura 6), se ve reflejado
en el valor de ángulo de fricción el cual va aumentando con el incremento de la población. Por otra
parte, aunque existe una relación directa entre el contenido de fibras y el número de habitantes de
una población (ver Figura 5), el comportamiento “cohesivo” de los R U depende del nivel de
deformación de las fibras, lo que genera alta dispersión en la gráfica, la cual incluso aparenta
disminuir con el número de habitantes. Es de importancia considerar el nivel de deformación en el
cual fueron obtenidos los datos debido al efecto que tiene sobre los parámetros ver numeral 2.6,
principalmente en la “cohesión”, que en este caso fue obtenida a un nivel de deformación del 10%
Gomes et al., (2013).
Esta información obtenida por los autores, resulta de una utilidad práctica importante para
ingenieros que necesiten obtener parámetros de resistencia para determinados proyectos tales
como el diseño de un relleno sanitario, o la expansión de uno existente, y no cuenten con los
6. Conclusiones y recomendaciones
Aunque la relación que existe entre el contenido de materia orgánica y cada parámetro de
resistencia por separado (c’ y ’) no está completamente entendida, se tiene certeza de que el
aumento del contenido de materia orgánica tiende a disminuir la resistencia al corte de los
residuos sólidos urbanos.
Existe una relación clara entre el desarrollo económico de una población y el contenido de
materia orgánica y de fibras, puesto que se observó una disminución de la primera y aumento
de la segunda en función del aumento del desarrollo económico (y del número de habitantes
de una población). Por lo tanto, es de esperarse que aquellos residuos generados en
poblaciones con menor índice de desarrollo económico, presenten menor resistencia al corte.
Lo anterior se plantea suponiendo un nivel de compactación constante de los RSU, el cual
también puede variar según el sitio de disposición.
El comportamiento mecánico ante esfuerzos cortantes de los residuos puede ser explicado a
partir del modelo propuesto por Manassero et al., (1997) según el cual, los RSU están
compuestos por una “pasta” heterogénea de materiales y unas “fibras”, que son las
responsables de la respuesta friccionante y “cohesiva”, respectivamente.
Se concluye que las envolventes de resistencia tipo Mohr-Coulomb de valor medio disponibles
en la literatura técnica fueron evaluadas bajo una deformación de aproximadamente el 10%,
pues al ubicarlas dentro de un plano en el que se evalúa la resistencia al corte para distintas
deformaciones, estas envolventes muestran una tendencia cercana a dicho valor.
La orientación de las fibras juega un papel muy importante en la resistencia al corte de los
residuos sólidos, siendo ésta mayor cuando las fibras están paralelas al plano de falla para
bajas deformaciones; sin embargo, para altas deformaciones, tener fibras perpendiculares al
plano de falla aporta una resistencia significativa, ya que estas fibras al estar sometidas a altas
deformaciones, presentan una mejor comportamiento debido al tensionamiento generado,
desarrollando así al máximo sus capacidades mecánicas.
Las envolventes propuestas por los distintos autores suelen ser de límite inferior o de límite
promedio, por lo que es necesario conocer este dato a la hora de compararlas para tener
certeza de que las comparaciones son validas.
El ángulo de fricción tiende a oscilar alrededor de los 27 grados para la mayor parte de los
valores reportados en la literatura con una desviación un poco amplia (9°); sin embargo, la
“cohesión” no presenta una tendencia clara, lo cual indica que la aproximación que se está
realizando a esta característica del material deber ser reevaluado pues esta dispersión es una
muestra de que aún falta por tener en cuenta más variables que inciden en este parámetro.
Dada la gran variabilidad de la información y lo mucho que los parámetros dependen de las
condiciones propias de cada situación, se recomienda a los profesionales interesados en
estimar la resistencia al corte de un relleno específico, realizar ensayos y análisis propios,
ojalá in situ, pues resulta poco probable que sus condiciones se asemejen a las de cualquier
otro relleno.
Como se menciono en el numeral 2.6, la incompatibilidad que presenta los suelos con los residuos
sólidos en deformaciones, puede llegar a ser el causante de fallas en los taludes de rellenos
sanitarios, ya que su método constructivo dispone de capas de suelo (usualmente 0.3 m de
cobertura diaria) se puede presentar una falla en esta capa de suelo, la cual se puede prolongar a
los residuos, generando así una propagación de fisura que puede conllevar a la falla del talud.
7. Trabajo Futuro
Este capítulo se plantea como guía de trabajos futuros que se pueden realizar en la investigación
de la resistencia al corte de los RSU con base en la información recopilada en la literatura,
analizando los posibles vacíos en el entendimiento del comportamiento mecánico del material.
Implementación del ensayo de anillo de corte para RSU, ya que este ensayo permite
deformaciones teóricamente infinitas, lo cual presenta una ventaja al momento de analizar el
comportamiento de este tipo de materiales debido a su comportamiento observado a altas
deformaciones; la implementación de este ensayo puede ser de gran utilidad siempre y cuando
se tengan en cuenta las consideraciones de los factores que afectan la resistencia del material,
sobre todo la composición. Por supuesto, un limitante de este ensayo es su tamaño.
Modelación numérica con elementos discretos que simulen el parámetro de “cohesión”, debido
a partículas unidas por un elemento que soporta tensión, de manera diferente a la forma en
que se evalúa en materiales térreos.
Evaluar de forma más verídica la influencia de los diferentes factores que afectan la resistencia
al corte del material (edad, tipo de ensayo, composición, nivel de deformación) de tal forma que
al evaluar el efecto de una variable en particular, se consideren la influencia que tiene cada
uno de estos factores.
A causa de la gran variabilidad que presentan los valores de los parámetros (c´- ϕ´), es
recomendable realizar diseños de rellenos sanitarios basados en confiabilidad, reemplazando
de esta forma el factor de seguridad (F.S) por el concepto de probabilidad de falla, evaluando
probabilísticamente las variables representando cada una con una función de densidad de
probabilidad.
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9. Anexos
1% 1% 1% 1% 1% 1% Cho et al(2011)
1%1%1% 1%
1% 1% 1%1% 1% 1%
1% Gomez et al(2013)
1%
1% 1%
1% 1% Espinoza y
1% Gonzales(2001)
1% Caicedo(2002)
1% 1% 27%
1% Reddy et al (2009)
1%
1% Harris et al(2006)
1%
1% Jessberger y
2% Kockel(1994)
Machado et al (2002)
2%
3% Landva y clark(1986)
3%
12% Singh et al(2009)
4%
Gabr y valero(1995)
5%
Kolsch(1995)
5% 9%
6% Stark(2008)
Vilar y carvalho(2002)
Resumen de figuras
Figura 1 Envolvente bilineal de límite inferior para residuos sólidos urbanos. (Edward Kavazanjian et
al., 1995) ................................................................................................................................................. 5
Figura 2 Área recomendada de diseño (Singh y Murphy, 1990) ............................................................ 6
Figura 3 Composición de los residuos sólidos en distintos centros urbanos Ordóñez &
Villarraga, (2007) .................................................................................................................................. 7
Figura 4 Variación de la composición de los residuos generados en el Reino Unido a lo largo
del tiempo Dixon & Jones, (2005) .................................................................................................... 8
Resumen de Ecuaciones
Jaime J. Díaz-Beltrán
Juan J. Iguarán-Fernández
Joan M. Larrahondo, Ph.D., A.M. ASCE
Abstract
Understanding the mechanical behavior of municipal solid waste (MSW) is a major challenge in
engineering. To date, the closest approach to comprehend and model MSW behavior is via
geotechnical principles, so compressibility, stiffness, and shear strength properties are determined
more readily. However, it is particularly challenging to interpret MSW shear strength behavior, and
catastrophic landfill failures still occur, many including human casualties, significant environmental
distress, and financial loss. The first purpose of this paper is to present a critical review of the
phenomena that control the shear strength of MSW, so a landfill engineer, in charge of design or
management, can access the key behavioral concepts, beyond just the raw values of friction angle
and “cohesion” parameters that are available elsewhere. n addition, this paper presents a simple tool
to estimate shear strength parameters using MSW composition and urban population data, which are
a measure of economic development. Published literature on MSW shear strength from the past 20
years were critically reviewed, some depicting conflicting conclusions. MSW aging (degradation),
composition, and strain level were highlighted as key behavioral variables. In addition, the MSW
“paste and fibers” recent conceptual framework was adopted to respectively interpret the frictional and