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VIOLENCIA PARENTAL PSICOLÓGICA EN CASOS DE CONFLICTO PARENTAL Y

LA OMISIÓN LEGISLATIVA PARA REGULARLA.


Por ÁLVARO CASTILLO MARTÍNEZ

Para VM y MC, mis hijas por siempre.

 ALIENACIÓN PARENTAL VS. VIOLENCIA VICARIA

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una vida libre de Violencia en el


artículo 5º, fracción IX define la perspectiva de género como una visión
científica, analítica y política sobre las mujeres y los hombres. Se propone
eliminar las causas de la opresión de género como la desigualdad, la
injusticia y la jerarquización de las personas basada en el género. Promueve
la igualdad entre los géneros a través de la equidad, el adelanto y el
bienestar de las mujeres; contribuye a construir una sociedad en donde las
mujeres y los hombres tengan el mismo valor, la igualdad de derechos y
oportunidades para acceder a los recursos económicos y a la
representación política y social en los ámbitos de toma de decisiones.

En este contexto, cabe mencionar que la Primera Sala de la Suprema Corte


de Justicia de la Nación (SCJN), ha sostenido que la utilización de la
perspectiva de género como herramienta de análisis no es exclusiva para
aquellos casos en los que las mujeres alegan una vulneración al derecho a
la igualdad. Si bien resulta indiscutible que históricamente han sido las
mujeres las que más han sufrido la discriminación y exclusión derivada de la
construcción cultural de la diferencia sexual, lo definitivo es que los
estereotipos y prejuicios de género que generan situaciones de desventaja
al momento de juzgar afectan tanto a hombres como mujeres. De ahí que,
en principio, la perspectiva de género en la impartición de justicia constituya
un método que debe ser aplicado independientemente del "género" de las
personas involucradas, para detectar y eliminar las barreras y obstáculos
que discriminan a las personas por su pertenencia al grupo de "hombres" o
al grupo de "mujeres".

1
A este respecto, cabe mencionar que durante el tercer encuentro
internacional "Juzgando con perspectiva de género", realizado en la
Ciudad de México, se mencionó que se debe de tener en cuenta que
equidad de género no es doblar el principio de legalidad por tratarse de
hombre o mujer, no es fallar en favor de las mujeres sino es llevar a cabo la
construcción social de igualdad entre hombres y mujeres. Se deben generar
las condiciones que permitan en un primer plano disminuir y en un futuro
desterrar por completo y de una vez por todas las condiciones estructurales
que generan obstáculos al ejercicio de los derechos de las personas sin
importar su identidad, sexo, condición social o cualquier otro aspecto que
pudiera ser discriminatorio.

La perspectiva de género en la administración de justicia no significa que


en cualquier caso los órganos jurisdiccionales deban resolver el fondo del
asunto conforme a las pretensiones planteadas por las o los gobernados en
razón de su género.

En este orden de ideas, el autor y filósofo Enric Carbó1 sostiene que dentro
de las relaciones familiares, históricamente el varón se ha visto marginado,
por motu proprio o sin su consentimiento, de la relación afectiva con sus
hijos, dedicándose preponderantemente a cubrir el rol de protector y
proveedor de la familia, situación que se ha estado revirtiendo en la
actualidad, donde los varones padres de familia, reclaman una mayor
participación en la crianza y los cuidados de sus hijos. El feminismo ha
realizado un excelente trabajo los últimos años para poner de manifiesto las
situaciones en que las mujeres no tienen poder y los hombres sí, y en
denunciar las trampas que subyacen a esta desigualdad. Sin embargo no
ha hecho ningún trabajo -y por desgracia, las ciencias sociales apenas- para
analizar las situaciones en que las mujeres sí tienen poder y los hombres no,
dada la asignación tradicional de los roles de género: particularmente en el
ámbito emocional. En términos sociológicos, se puede decir que los hombres
no han tenido poder en la esfera reproductiva (el mundo emocional), así
como las mujeres no lo han tenido en la esfera productiva (el mundo de la
autoridad -que no es lo mismo que el poder). La oposición de ciertos grupos
a la admisibilidad de la alienación parental, que lo consideran un ataque a
la mujer, es precisamente porque creen que cuestiona su fuente tradicional
de poder: la conexión con los hijos. No importa que las investigaciones de la
alienación parental insistan en que ésta no tiene género y que el maltrato lo
pueden ejercer tanto mujeres como hombres. Para esos grupos feministas,

1
Francisco José Fernández Cabanillas (comp.)(2017). Manual del Síndrome de Alienación Parental. Claves
para comprender el maltrato psicológico infantil en casos de divorcio. Edit. Paidós. España.

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la cuestión es otra: considerar la mujer como la víctima eterna. Acudir al
victimismo es un recurso político de muchos grupos para tratar de conseguir
derechos especiales, es decir, sin deberes. Ahí se ve esa paradoja tan
frecuente en la postmodernidad: en nombre de la diversidad y de la
pluralidad, se produce una regresión etnocéntrica de ciertos grupos, otrora
marginados, que pretenden absolutizar sus derechos en detrimento de otros,
en este caso, de los derechos de los menores de edad especialmente y los
de los varones.

Por otra parte, se debe tener en cuenta que hay dos formas de clamar
apoyo científico para una idea. La primera y más obvia es reportar
investigaciones sistemáticas que brinden evidencia de apoyo. La segunda
técnica, más fácil pero menos confiable, es mostrar que la idea es plausible
en términos de trabajos previos.

En este orden de ideas, a diferencia de la vasta teoría que muchos autores


de distintas nacionalidades han desarrollado y publicado en libros y revistas
especializadas arbitradas (revisadas por pares) en torno a la alienación
parental, el discurso de la violencia vicaria no se basa en fundamentos
científicos ni está respaldado por trabajos empíricos significativos que sigan
una metodología científica, reproducible. Por el contrario, se deriva de
creencias subjetivas no científicas ni respaldadas por nuestro sistema
jurídico. De legislarse se abre peligrosamente la puerta a la comisión de una
barbaridad de abusos por parte de las madres que aleguen falsamente ser
víctimas de la pretendida violencia vicaria, o bien de aquellas que
realmente tengan una naturaleza violenta hacia sus hijos, que no sean aptas
para cuidarlos, y que aleguen falsamente ser víctimas de esa pretendida
violencia que fue ideada con el fin de invisibilizar, negar totalmente el
fenómeno de la Alienación Parental cometida por las madres y de esa
manera quedar impunes. Casos que estadísticamente ocurren con mayor
frecuencia que aquellos otros en los que la mujer es realmente víctima, con
lo que se estaría desprotegiendo a un mayor número de niñas, niños y
adolescentes involucrados respecto de aquellos a los que se les pudiera
beneficiar, al privárseles de la relación con su padre falsamente acusado de
ser violento, siendo que claramente la violencia no tiene género y los
esfuerzos legislativos en estos casos de dinámicas familiares conflictivas
donde haya menores de edad involucrados, deben ser atendidos
procurando salvaguardar sobre todo el principio constitucional y
convencional del interés superior de la niñez, y de manera reforzada, pues
dentro de la doctrina consolidada desarrollada en nuestro sistema jurídico,
se establece a ese principio como eje rector, tanto en la aplicación de las
leyes como en su elaboración y el desarrollo de políticas públicas. Por tanto
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en estos casos lo conducente, lo importante, es legislar en materia de
alienación parental conforme a los criterios establecidos por la SCJN en este
tema, derivados de la acción de inconstitucionalidad 11/2016, donde se
reconoce la existencia de la alienación parental definida como la
manipulación o inducción que un progenitor realiza hacia su hijo, mediante
la desaprobación o crítica tendiente a producir en el menor rechazo, rencor,
odio, miedo o desprecio hacia el otro progenitor, y se le trata como una
forma de violencia psicoemocional grave por las eventuales repercusiones
negativas en el sano desarrollo integral de las niñas, niños y adolescentes
que la padecen.

De privilegiarse en estos casos una perspectiva de género mal entendida


sobre una perspectiva de infancia y adolescencia, las consecuencias serán
graves por los casos en mayor cuantía de Alienación Parental cometida por
las madres que quedarán impunes, afectando el sano desarrollo de los hijos
involucrados, y por tanto el sano desarrollo de la sociedad.

Así mismo, cabe mencionar que en varias dispositivos legales locales e


internacionales, particularmente en el artículo 16 de la Convención para
eliminar todas las formas de discriminación en contra de la mujer, se exige
que en los asuntos relacionados con las controversias familiares, en todos los
casos, los intereses de los hijos serán la consideración primordial. Lo anterior
ha sido también criterio jurisprudencial de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, en tanto que reconoce que tratándose del
otorgamiento de la guarda y custodia de los menores, así como del régimen
de convivencias concomitante, no debe estar influenciado por prejuicios
de género, pues la guía que impera es el principio del interés superior del
menor ante todo, pues es lo que debe ser la consideración primordial en
esos casos, tal y como lo establece la Convención antes referida.
Tienen aplicación o encuentra sustento lo anteriormente manifestado en las
partes conducentes de las siguientes tesis del Semanario Judicial de la
Federación:
Registro digital: 2021979. Instancia: Primera Sala. Décima Época.
Materias(s): Constitucional, Civil. Tesis: 1a. XV/2020 (10a.).Fuente: Gaceta
del Semanario Judicial de la Federación. Libro 77, Agosto de 2020, Tomo
IV, página 3051. Tipo: Aislada.
GUARDA Y CUSTODIA. EL ARTÍCULO 282, APARTADO B, FRACCIÓN II,
TERCER PÁRRAFO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL (HOY
CIUDAD DE MÉXICO), QUE LA CONCEDE EX ANTE A LA MADRE, ES

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VIOLATORIO DEL PRINCIPIO DE IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN
[ABANDONO DE LA TESIS AISLADA 1a. XXXI/2014 (10a.)].
Se establece una preferencia a favor de la madre sobre la guarda y
custodia de los menores de doce años, por el solo hecho de ser mujer,
con fundamento en el artículo 282, apartado B, fracción II, párrafo
tercero, del Código Civil para el Distrito Federal, aplicable en la Ciudad
de México. En el amparo indirecto en el que se reclamó el citado
precepto se negó el amparo al considerar que la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la tesis 1a. XXXI/2014 (10a.),
determinó que el mencionado precepto que confiere a la madre de
menores la guarda y custodia, debe interpretarse a la luz del interés
superior del menor y del principio de igualdad, por lo que era
constitucional y convencional. En contra de la sentencia de amparo se
interpuso recurso de revisión. En una nueva reflexión, se considera
necesario abandonar el criterio contenido en la mencionada tesis
aislada, ya que la constitucionalidad de la disposición legal de que se
trata no puede sostenerse a través de una interpretación conforme pues,
de acuerdo a diversos criterios y precedentes de esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, las normas generales que establecen distinciones
basadas en las categorías sospechosas enunciadas expresamente en el
artículo 1o. de la Constitución Federal –entre las que se encuentra el
género–, no admiten este tipo de interpretación, antes bien, las mismas
deben ser sometidas a un escrutinio estricto. Ello, debido a que la
disposición en cita genera una distinción normativa en función del
género y no cumple con los estándares del test de igualdad a la luz de
un escrutinio estricto; en tanto no es una medida idónea para satisfacer
de una mejor forma el interés superior del menor, pues establece una
presunción ex ante en favor de la madre sin evaluar cuál sería la
situación más benéfica para el infante, por lo que, lejos de potencializar
este principio, lo contraviene al impedir que el juzgador cumpla con su
obligación de evaluar tanto las condiciones fácticas que generan la
controversia, ya sean las características y posibilidades de los
progenitores, como la opinión del menor y su relación con éstos. Así, el
establecimiento de una regla absoluta sin la admisión de excepciones
encaminadas a buscar un mayor beneficio para el infante, ignora la
pluralidad de la realidad social. Ello, aunado a que la preferencia
materna y el presumir que los hijos deben quedar al cuidado y
responsabilidad de las madres por presunción legal, no sólo reafirma
estereotipos de género tradicionales, sino profundiza el mandato y la
correspondiente culpa o doble carga de responsabilidad que se genera
fundado en el binomio de mujer-madre. Por lo que, sostener decisiones
legislativas que mantienen la preferencia materna en el cuidado y

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responsabilidad de las hijas e hijos impide el difícil y complejo sendero
hacia la erradicación de la feminidad tradicional.
Amparo en revisión 331/2019. 21 de noviembre de 2019. Mayoría de tres
votos de los Ministros Norma Lucía Piña Hernández, Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá. Disidente: Jorge Mario
Pardo Rebolledo, quien formuló voto particular. Ausente: Luis María
Aguilar Morales. Ponente: Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Secretario: Fernando Sosa Pastrana.
Nota: Esta tesis abandona el criterio contenido en la tesis aislada 1a.
XXXI/2014 (10a.), de título y subtítulo: "GUARDA Y CUSTODIA DE LOS
MENORES DE EDAD. EL ARTÍCULO 282, APARTADO B, FRACCIÓN II, TERCER
PÁRRAFO, DEL CÓDIGO CIVIL PARA EL DISTRITO FEDERAL, INTERPRETADO
A LA LUZ DEL INTERÉS SUPERIOR DE LOS MENORES Y DEL PRINCIPIO DE
IGUALDAD PREVISTOS EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, ES CONSTITUCIONAL.", publicada en el Semanario
Judicial de la Federación del viernes 7 de febrero de 2014 a las 11:16
horas y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima
Época, Libro 3, Tomo I, febrero de 2014, página 656, con número de
registro digital: 2005454.

Época: Décima Época. Registro: 2014099. Instancia: Primera Sala. Tipo de


Tesis: Jurisprudencia. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación. Libro 41, Abril de 2017, Tomo I. Materia(s): Constitucional.
Tesis: 1a./J. 30/2017 (10a.).Página: 789
DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD ENTRE EL VARÓN Y LA MUJER. SU
ALCANCE CONFORME A LO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y EN LOS
TRATADOS INTERNACIONALES. Al disponer el citado precepto
constitucional, el derecho humano a la igualdad entre el varón y la
mujer, establece una prohibición para el legislador de discriminar por
razón de género, esto es, frente a la ley deben ser tratados por igual, es
decir, busca garantizar la igualdad de oportunidades para que la mujer
intervenga activamente en la vida social, económica, política y jurídica
del país, sin distinción alguna por causa de su sexo, dada su calidad de
persona; y también comprende la igualdad con el varón en el ejercicio
de sus derechos y en el cumplimiento de responsabilidades. En ese
sentido, la pretensión de elevar a la mujer al mismo plano de igualdad
que el varón, estuvo precedida por el trato discriminatorio que a aquélla
se le daba en las legislaciones secundarias, federales y locales, que le
impedían participar activamente en las dimensiones anotadas y asumir,
al igual que el varón, tareas de responsabilidad social pública. Así, la

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reforma al artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, da la pauta para modificar todas aquellas leyes secundarias
que incluían modos sutiles de discriminación. Por otro lado, el marco
jurídico relativo a este derecho humano desde la perspectiva
convencional del sistema universal, comprende los artículos 1 y 2 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como 2, 3 y 26 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y desde el sistema
convencional interamericano destacan el preámbulo y el artículo II de
la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, así
como 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Amparo en revisión 796/2011. Amparo en revisión 559/2012. Amparo
directo en revisión 1697/2013. Amparo en revisión 569/2013. Amparo
directo en revisión 652/2015.

Época: Décima Época. Registro: 2014125. Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación. Libro 41, Abril de 2017, Tomo II.
Materia(s): Constitucional. Tesis: XXI.2o.P.A.1 CS (10a.). Página: 1752
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. EL JUZGADOR DEBE IDENTIFICAR
SI EL JUSTICIABLE SE ENCUENTRA EN UN ESTADO DE VULNERABILIDAD QUE
HAYA GENERADO UNA DESVENTAJA REAL O DESEQUILIBRIO PATENTE EN SU
PERJUICIO FRENTE A LAS DEMÁS PARTES EN CONFLICTO. Para que pueda
impartirse justicia con perspectiva de género, debe identificarse si en un
caso concreto existe un estado de vulnerabilidad que genere una
desventaja real o un desequilibrio patente en perjuicio de una de las
partes en conflicto, lo cual no puede presumirse, sino que es necesario
que en autos existan elementos objetivos de los que se advierta que se
actualizan situaciones de poder por cuestiones de género, lo cual no
implica proteger a la mujer por el simple hecho de serlo, en tanto que el
hombre también puede encontrarse en una posición de vulnerabilidad.
Por tanto, para identificar la desventaja deben tomarse en cuenta, entre
otras cuestiones, las siguientes: a) si una o todas las partes se encuentran
en una de las categorías sospechosas identificadas en las Reglas de
Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condiciones de
Vulnerabilidad; b) la situación de desigualdad de género y violencia que
prevalece en el lugar o núcleo social en el que se desenvuelven las
partes, para esclarecer la posible existencia de desigualdad estructural;
c) el grado de estudios, edad, condición económica y demás
características particulares de todas las personas interesadas o
involucradas en el juicio, para determinar si realmente existe un
desequilibrio entre ellas; y, d) los hechos probados en autos, para
identificar relaciones de poder. Lo anterior, en el entendido de que del
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análisis escrupuloso de esos u otros elementos, con independencia de
que se hayan actualizado todos o sólo algunos de ellos, debe
determinarse si en el caso concreto es razonable tomar medidas que
aseguren la igualdad sustancial, por advertir un desequilibrio que
produce un obstáculo que impide injustificadamente el goce de los
derechos humanos de la parte que previamente se identificó en
situación de vulnerabilidad o desventaja. SEGUNDO TRIBUNAL
COLEGIADO EN MATERIAS PENAL Y ADMINISTRATIVA DEL VIGÉSIMO
PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 163/2016. 29 de diciembre de 2016.

Época: Décima Época. Registro: 2013866. Instancia: Primera Sala. Tipo de


Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 40, Marzo de 2017, Tomo I. Materia(s): Constitucional. Tesis: 1a.
XXVII/2017 (10a.).Página: 443
JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. CONCEPTO, APLICABILIDAD Y
METODOLOGÍA PARA CUMPLIR DICHA OBLIGACIÓN. De acuerdo con la
doctrina de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
sobre el tema, la perspectiva de género constituye una categoría
analítica -concepto- que acoge las metodologías y mecanismos
destinados al estudio de las construcciones culturales y sociales
entendidas como propias para hombres y mujeres, es decir, lo que
histórica, social y culturalmente se ha entendido como "lo femenino" y "lo
masculino". En estos términos, la obligación de las y los operadores de
justicia de juzgar con perspectiva de género puede resumirse en su
deber de impartir justicia sobre la base del reconocimiento de la
particular situación de desventaja en la cual históricamente se han
encontrado las mujeres -pero que no necesariamente está presente en
cada caso-, como consecuencia de la construcción que
socioculturalmente se ha desarrollado en torno a la posición y al rol que
debieran asumir, como un corolario inevitable de su sexo. La importancia
de este reconocimiento estriba en que de él surgirá la posibilidad de que
quienes tengan encomendada la función de impartir justicia, puedan
identificar las discriminaciones que de derecho o de hecho pueden sufrir
hombres y mujeres, ya sea directa o indirectamente, con motivo de la
aplicación del marco normativo e institucional mexicano. Dicho de otra
manera, la obligación de juzgar con perspectiva de género exige a
quienes imparten justicia que actúen remediando los potenciales
efectos discriminatorios que el ordenamiento jurídico y las prácticas
institucionales pueden tener en detrimento de las personas,
principalmente de las mujeres. En estos términos, el contenido de la
obligación en comento pueden resumirse de la siguiente forma: 1)
Aplicabilidad: es intrínseca a la labor jurisdiccional, de modo que no

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debe mediar petición de parte, la cual comprende obligaciones
específicas en casos graves de violencia contra las mujeres, y se refuerza
aún más en el marco de contextos de violencia contra éstas; y, 2)
Metodología: exige cumplir los seis pasos mencionados en la tesis de
jurisprudencia 1a./J. 22/2016 (10a.), de rubro: "ACCESO A LA JUSTICIA EN
CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON
PERSPECTIVA DE GÉNERO.", que pueden resumirse en la necesidad de
detectar posibles -mas no necesariamente presentes- situaciones de
desequilibrio de poder entre las partes como consecuencia de su
género, seguida de un deber de cuestionar la neutralidad de las pruebas
y el marco normativo aplicable, así como de recopilar las pruebas
necesarias para visualizar el contexto de violencia o discriminación, y
finalmente resolver los casos prescindiendo de cualesquiera cargas
estereotipadas que resulten en detrimento de mujeres u hombres.
Amparo directo en revisión 4811/2015.

Época: Décima Época. Registro: 2012773. Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación. Libro 35, Octubre de 2016, Tomo IV.
Materia(s): Constitucional. Tesis: II.1o.1 CS (10a.). Página: 3005
PERSPECTIVA DE GÉNERO. LA OBLIGACIÓN DE LOS ÓRGANOS
JURISDICCIONALES DE JUZGAR BAJO DICHO PRINCIPIO, NO SIGNIFICA
QUE DEBAN RESOLVER EL FONDO DEL ASUNTO CONFORME A LAS
PRETENSIONES PLANTEADAS POR LAS O LOS GOBERNADOS. El
reconocimiento de los derechos de la mujer a una vida libre de violencia
y discriminación y de acceso a la justicia en condiciones de igualdad,
exige que todos los órganos jurisdiccionales del país impartan justicia con
perspectiva de género, lo cual constituye un método que pretende
detectar y eliminar todas las barreras y obstáculos que discriminan a las
personas por condición de sexo o género, es decir, implica juzgar
considerando las situaciones de desventaja que, por cuestiones de
género, discriminan e impiden la igualdad; sin embargo, la perspectiva
de género en la administración de justicia no significa que en cualquier
caso los órganos jurisdiccionales deban resolver el fondo del asunto
conforme a las pretensiones planteadas por las o los gobernados en
razón de su género, ni que dejen de observarse los requisitos de
procedencia y de fondo previstos en las leyes nacionales para la
interposición de cualquier medio de defensa, ya que las formalidades
procesales son la vía que hace posible arribar a una adecuada
resolución, por lo que el principio de juzgar con perspectiva de género,
por sí mismo, resulta insuficiente para declarar procedente lo
improcedente. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL SEGUNDO CIRCUITO

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CON RESIDENCIA EN CIUDAD NEZAHUALCÓYOTL, ESTADO DE MÉXICO.
Amparo en revisión 402/2015.

Registro digital: 2019868. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito.


Décima Época. Materias(s): Constitucional, Civil. Tesis: VII.2o.C.182 C
(10a.) Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 66,
Mayo de 2019, Tomo III, página 2483. Tipo: Aislada.
INTERÉS SUPERIOR DE LAS PERSONAS MENORES DE EDAD. JUZGAR CON
PERSPECTIVA DE GÉNERO NO SIGNIFICA HACER PREVALECER LOS
DERECHOS DE LAS PARTES POR ENCIMA DE AQUÉL.
De acuerdo con el artículo 3, numeral 1, de la Convención sobre los
Derechos del Niño, el interés superior de éstos(as) es una consideración
primordial. Por su parte, la perspectiva de género es un método analítico
intrínseco de la función jurisdiccional, dado que constituye el medio para
verificar si la discriminación estructural aún existente ocasionada por los
estereotipos sobre roles sexuales, impide una impartición de justicia en
términos de igualdad sustantiva entre las partes. Así, juzgar con
perspectiva de género no significa hacer prevalecer los derechos de las
partes por encima de los de la persona menor de edad involucrada, sino
todo lo contrario, en función de la interdependencia de los derechos
humanos, en la medida en que se detecten y erradiquen los estereotipos
sobre roles sexuales, se asegurará que las determinaciones referentes a
las relaciones filiales sean objetivas y, por ende, atiendan,
verdaderamente, al desarrollo íntegro de la persona menor de edad. Al
respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos indicó en el
caso "Atala Riffo y niñas Vs. Chile" que: "Una determinación a partir de
presunciones infundadas y estereotipadas sobre la capacidad e
idoneidad parental de poder garantizar y promover el bienestar y
desarrollo del niño no es adecuada para garantizar el fin legítimo de
proteger el interés superior del niño".
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO
CIRCUITO. Amparo en revisión 298/2018. 28 de febrero de 2019. Mayoría
de votos.

Época: Décima Época. Registro: 2008545. Instancia: Primera Sala. Tipo de


Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación.
Libro 15, Febrero de 2015, Tomo II. Materia(s): Constitucional. Tesis: 1a.
LXXIX/2015 (10a.).Página: 1397

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IMPARTICIÓN DE JUSTICIA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. DEBE APLICARSE
ESTE MÉTODO ANALÍTICO EN TODOS LOS CASOS QUE INVOLUCREN
RELACIONES ASIMÉTRICAS, PREJUICIOS Y PATRONES ESTEREOTÍPICOS,
INDEPENDIENTEMENTE DEL GÉNERO DE LAS PERSONAS INVOLUCRADAS. Del
reconocimiento de los derechos humanos a la igualdad y a la no
discriminación por razones de género, previstos en los artículos 1o. y 4o.
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
respectivamente, deriva que todo órgano jurisdiccional debe impartir
justicia con base en una perspectiva de género. Ahora bien, la utilización
de esta herramienta de análisis para verificar si existe una situación de
vulnerabilidad o prejuicio basada en el género de una persona, no es
exclusiva para aquellos casos en que las mujeres alegan una vulneración
al derecho a la igualdad, en virtud de que si bien es cierto que
históricamente son las que más han sufrido la discriminación y exclusión
derivadas de la construcción cultural de la diferencia sexual -como
reconoció el Constituyente en la reforma al artículo 4o. de la
Constitución Federal publicada el 31 de diciembre de 1974, en la que
incorporó explícitamente la igualdad entre hombres y mujeres-, también
lo es que los estereotipos de género que producen situaciones de
desventaja al juzgar, afectan tanto a mujeres como a hombres. De ahí
que la perspectiva de género como método analítico deba aplicarse en
todos los casos que involucren relaciones asimétricas, prejuicios y
patrones estereotípicos, independientemente del género de las
personas involucradas, con la finalidad de detectar y eliminar las
barreras y los obstáculos que discriminan a las personas por su
pertenencia al grupo de "mujeres" u "hombres". Amparo directo en
revisión 912/2014.

Época: Décima Época. Registro: 2018103. Instancia: Tribunales


Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis: Aislada. Fuente: Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación. Libro 59, Octubre de 2018, Tomo III.
Materia(s): Constitucional, Laboral. Tesis: VII.2o.T.179 L (10a.). Página: 2536
VIOLENCIA DE GÉNERO Y DISCRIMINACIÓN. NO SE CONFIGURAN POR EL
HECHO DE QUE LA ACCIÓN LABORAL HAYA SIDO EJERCIDA POR UNA
MUJER Y NO OBTENGA RESOLUCIÓN FAVORABLE. La circunstancia de que
la quejosa sea mujer y no haya obtenido resolución definitiva favorable
en cuanto a la acción laboral que intentó, no puede llevar a establecer,
por sí sola, que fue con motivo de que la autoridad le haya aplicado un
trato discriminatorio, si del análisis de las constancias que integran el
sumario natural no se advierte una atención o trato diferenciado en el
procedimiento jurisdiccional hacia la actora por ser del sexo femenino, y
que ello le impidiera el pleno y efectivo ejercicio del derecho a la

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igualdad, o bien, que se hubiese hecho uso de algún lenguaje basado
en estereotipos o prejuicios. En esas condiciones, al no estar ante un caso
que amerite juzgar con perspectiva de género para determinar si,
efectivamente, la realidad socio-cultural en que se desenvuelve la mujer
colocó a la trabajadora en una situación de desventaja, se concluye
que la decisión de la autoridad responsable, a partir del análisis de la litis
definida en el juicio, desde la óptica de la procedencia de derechos y
obligaciones que establecen las normas laborales, no puede estimarse
violatoria de la equidad de género.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA DE TRABAJO DEL SÉPTIMO
CIRCUITO. Amparo directo 364/2017.

Así, la necesaria equidad de género no se logra con medidas sesgadas y


discriminatorias hacia un género, que reproducen estereotipos de género y
paradójicamente alimentan la violencia. A este respecto, la psicóloga Karen
Woodall afirma 2:

“Si su creencia principal es que todas las mujeres nacen en desventaja a


manos del 'patriarcado', entonces su vida será gastada como una
víctima/sobreviviente de esa creencia y no será el agente de su propio
destino. Las desigualdades existen, pero las separaciones binarias como las
mujeres/heroínas y los hombres/villanos no corrigen eso. Reflejan una
defensa infantil que roba habilidades críticas de pensamiento.”

Se insiste en que los asuntos en que están involucrados niñas, niños y


adolescentes (NNA) necesariamente deben tratarse primordialmente con
perspectiva de infancia y adolescencia, la cual debe primar sobre una
perspectiva de género, pues el principio constitucional y convencional del
interés superior de la niñez debe ser el eje rector en toda actuación de las
autoridades que los involucren. Contrario al discurso de la pretendida
violencia vicaria, es necesario hacer notar que de acuerdo a diversas
estadísticas en temas de separaciones parentales conflictivas, ese
pretendido tipo de violencia que lo denominan violencia vicaria, la ejercen
tanto madres como padres, y en mayor medida las madres por ser
“tradicionalmente” las más cercanas a los hijos y que en muchos casos los
ven como una extensión exclusiva de la madre, y conlleva un fenómeno en
el que las crías son utilizadas como instrumentos para dañar a la ex pareja
como medio de venganza tras la separación, por lo que no es una cuestión

2
Ver:
https://twitter.com/woodallthoughts/status/1527549377836986368?t=5QFUJUAjVJ9q_1aFeoumLg&s=03

12
de género y se deben tomar medidas para que en esos casos se protejan
de manera reforzada los derechos e interés superior de NNA involucrados
por encima de los intereses de las madres o los padres, de lo contrario se
abriría la puerta peligrosamente a una barbaridad de abusos por denuncias
de violencia vicaria falsamente levantadas por mujeres sin escrúpulos y con
ello se perdería la libertad de los padres varones denunciados falsamente y
la posibilidad de convivir con sus hijos para siempre, como actualmente
ocurre en España donde ya se ha implementado una legislación similar,
resultando que se han incrementado aproximadamente en un 80% los casos
injustificados de interferencias, manipulación y alienación parentales en los
que injustamente se rompe el vínculo afectivo paterno-filial, con las
consecuentes repercusiones negativas en el sano desarrollo de la
personalidad de NNA afectados que reportan varios estudios. No obstante
ello, se pretende copiar esa legislación con efectos perniciosos de un país
dominado por la ideología de género con tendencia radical de oscuros
intereses que atenta contra la familia, que es el pilar de la sociedad. A
mayores casos de separaciones conflictivas en que NNA sean indignamente
manipulados, cosificados, usados como armas de venganza y convertidos
en hijos huérfanos de padres vivos, mayor será el daño en el tejido social y
mayor la violencia que se genere, por lo que este también se podría
considerar un tema de seguridad nacional.

En los casos en que están involucrados intereses de niñas, niños y


adolescentes, las políticas públicas y legislativas no deben tener sesgos
discriminatorios ni reproducir estereotipos de género que crean más
desigualdad, sino que deben regirse por una perspectiva de infancia y
adolescencia.

En el tema de sustracción de los hijos por la madre o el padre, donde hay


interferencias parentales y/o obstrucción del vínculo y/o manipulación para
que rechacen al otro progenitor(a), lo que se identifica con la figura jurídica
de Alienación Parental validada por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en este tema no hay distinción de género porque lo realizan tanto
madres como padres, y de hecho en la gran mayoría de los casos lo hace
la madre, tan es así que personas afines a movimientos feministas
consideran que la Alienación Parental es contraria a las madres y la intentan
negar, sin tener en cuenta el sentido común y los criterios en el tema
establecidos por el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los
cuales dejan ver que el poder legislativo ha sido omiso en legislar ese tema
sin distinción de género . Esta es una problemática que se debe enfocar
principalmente desde la perspectiva de infancia y no de género, pues el
interés superior de la niñez es un principio absoluto que está muy por encima
13
de cualquier otro interés, y la perspectiva de género se encuentra
supeditada a ese principio del interés superior de la niñez. 3.

Cuando haya una denuncia de violencia familiar, se debe indagar y probar


quién la ejerce, y eso debe perjudicar lo menos posible la relación parento-
filial, para lo cual los procedimientos deben agilizarse y resolverse el juicio en
un plazo razonable de 3 meses, plazo en el que se debe demostrar quién es
la persona más apta para ejercer la guarda y custodia y se deben
establecer las modalidades del régimen de convivencias que en su caso se
decrete. Todo el procedimiento debe regirse adecuadamente por el interés
superior de la niñez. Eso es lo que se debe implementar, leyes y políticas
públicas centradas en una perspectiva de infancia y adolescencia más que
de género, y no deben tener sesgos discriminatorios ni reproducir
estereotipos de género que crean más desigualdad.

Todo tipo de violencia a cualquier persona, física, psicológica o sexual, debe


tener consecuencias legales para quien la inflinge, y con más severidad si
las víctimas son menores de edad por su vulnerabilidad. Una de las
contradicciones en el planteamiento de la denominada violencia vicaria es
que se invoca para negar la Alienación Parental cuando la persona que
despliega conductas alienantes es la madre, y eso es algo inaceptable.
Recordemos que el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
México (SCJN), al resolver la acción de inconstitucionalidad 11/2016, aceptó
la existencia del fenómeno de Alienación Parental como una forma de
violencia psicológica contra los menores de edad que la padecen y que
eventualmente acarrea consecuencias graves en su desarrollo integral. Los
esfuerzos legislativos se deben encaminar a regular la figura jurídica de la
alienación parental independientemente del género de quien ejerza este
tipo de violencia psicológica en contra de las crías y de la otra figura
parental.

Otro aspecto de suma incoherencia e inequidad en el discurso de la


denominada violencia vicaria es que sólo se reconoce ese tipo de violencia
parental cuando la ejerce el hombre. Ese planteamiento de la violencia
vicaria es divulgado de forma aislada por personas que en lo general
comulgan con los planteamientos de una agenda de género identificado

3
Ver tesis en el Semanario Judicial de la Federación: Registro digital: 2019868, Tesis: VII.2o.C.182 C (10a.),
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 66, Mayo de 2019, Tomo III, página 2483, Tipo:
Aislada. INTERÉS SUPERIOR DE LAS PERSONAS MENORES DE EDAD. JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO
NO SIGNIFICA HACER PREVALECER LOS DERECHOS DE LAS PARTES POR ENCIMA DE AQUÉL.

14
con un feminismo radical, sin que sea un término aceptado por la
comunidad científica, y busca hacer prevalecer los derechos de las mujeres
por encima de derechos fundamentales de sus hijos menores de edad que
son superiores a los de cualquier adulto con los que entren en conflicto. Esa
pretendida prevalencia no tiene razón de ser, pues en el artículo 4 de
nuestra Carta Magna se plasma el principio convencional del interés
superior de la niñez, y de igual forma se contempla la igualdad entre la mujer
y el hombre ante la ley.

Desafortunadamente, parece que, como parte de una agenda de género,


se están presentando iniciativas de reformas legislativas en materia de la
denominada violencia vicaria, donde basta el solo dicho de una madre
para condenar al padre a ser privado de la libertad y de sus hijos, sin respetar
el derecho de audiencia y avasallando el principio de presunción de
inocencia.

 OMISIÓN LEGISLATIVA4

La omisión legislativa tiene su fundamento en la existencia de un mandato


para legislar que, ya sea de forma implícita o expresa, se encuentra
contendido en la norma fundamental y que ha sido desatendido por el
legislador ordinario, con lo cual se causa la irregularidad del orden jurídico y
en muchos casos la indefensión o falta de certeza jurídica hacia los
gobernados.

En nuestro país, la Suprema Corte de justicia de la Nación, a través de la Tesis


Jurisprudencial P./J. 11/20065,derivada de la Controversia Constitucional
14/2005; estableció que en atención al principio de división funcional de
poderes, los órganos legislativos del Estado cuentan con facultades o
competencias de ejercicio potestativo y de ejercicio obligatorio, y en su
desarrollo pueden incurrir en diversos tipos de omisiones:

- La omisión absoluta, se presenta cuando los órganos legislativos


simplemente no han ejercido su competencia de crear leyes, ni han
externado normativamente voluntad alguna para hacerlo.

- La omisión relativa, se actualiza cuando al haber ejercido su competencia,


los órganos legislativos lo hacen de manera parcial o simplemente no la

4
Adolfo Eduardo Cuitláhuac Montoya López; Jaqueline Rivas Duarte. LA ALIENACIÓN PARENTAL Y SU
REGULACIÓN EN MÉXICO, UNA OMISIÓN EN SU LEGISLACIÓN. Revista del Posgrado en Derecho de la UNAM
Nueva Época, Año 4, Núm. 7, Julio - Diciembre 2017.
5
Ver Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, t. XXIII, Febrero de 2006, Tesis: P. /J. 11/2006, p. 1527.

15
realizan integralmente, impidiendo el correcto desarrollo y eficacia de su
función creadora de leyes.

Ahora bien, combinando ambos tipos de competencias o facultades -de


ejercicio obligatorio y de ejercicio potestativo-, y de omisiones -absolutas y
relativas-, pueden presentarse las siguientes omisiones legislativas:

1. Absolutas en competencias de ejercicio obligatorio, cuando el


órgano legislativo tiene la obligación o mandato de expedir una
determinada ley y no lo ha hecho;

2. Relativas en competencias de ejercicio obligatorio, cuando el órgano


legislativo emite una ley teniendo una obligación o un mandato para
hacerlo, pero lo realiza de manera incompleta o deficiente;
3. Absolutas en competencias de ejercicio potestativo, en las que el
órgano legislativo decide no actuar debido a que no hay ningún mandato
u obligación que así se lo imponga; y,

4. Relativas en competencias de ejercicio potestativo, en las que el


órgano legislativo decide hacer uso de su competencia potestativa para
legislar, pero al emitir la ley lo hace de manera incompleta o deficiente.

 PROPUESTA PARA UNA EFECTIVA REGULACIÓN DE LA ALIENACIÓN


PARENTAL. LA APLICACIÓN DE SANCIONES COMO MEDIDAS
PROTECTORAS PARA ERRADICAR LA PRÁCTICA DE ALIENACIÓN
PARENTAL6

En la resolución T-290-93 de la Suprema Corte de Justicia de Colombia7, se


plasma lo que en su parte conducente a la letra dice:

“Considera la Corte que todo intento de frustrar en los niños las naturales
tendencias de afecto, respeto y consideración hacia ambos padres, en
igualdad de condiciones y posibilidades, constituye grave atentado contra
los más sagrados principios morales y jurídicos. A juicio de esta Corporación,
el padre o la madre que influye en su hijo contra el otro de los progenitores
así como el que crea entre ellos barreras y distancias -físicas o morales- obra
contra la naturaleza y cercena la más genuina expresión espiritual de la
persona, por lo cual comete una incalificable falta contra la familia y contra
la sociedad que no puede quedar impune ante el Derecho.”

6
Adolfo Eduardo Cuitláhuac Montoya López; Jaqueline Rivas Duarte. Op.cit
7
Ver: https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/1993/T-290-93.htm

16
En el tema que nos ocupa, es importante señalar que, tal y como se
desprende del análisis realizado por nuestro máximo Tribunal, si bien es cierto
que determinó que la alienación parental no es un síndrome y que no se
puede “condicionar el ejercicio de la patria potestad a una sanción, ya que
esto vulnerario los derechos del menor” y ocasionaría un menoscabo a su
desarrollo y a la sana convivencia de los progenitores, aunado a que
sancionar la conducta sería “tolerar la misma”, también lo es, que reconoció
que existe dicha figura como “un fenómeno social, perfectamente
diagnosticable; en el cual se distinguen conductas o acciones de rechazo
que un hijo presenta hacia uno de sus padres, así como la utilización del o
de los hijos en el conflicto parental de separación, como medio de expresión
de odio o de venganza entre los progenitores”.
Por lo que, al haberse pronunciado incluso bajo el supuesto de la
“necesidad de regular esta conducta, así como unificar criterios en cada
una de las Entidades Federativas de nuestro país”, resulta más que claro que
emitió una sugerencia perfectamente válida para que el legislador en el
ejercicio de sus funciones, pudiera legislar protegiendo al menor del uso que
los progenitores hagan respecto de la alienación parental y en su caso,
tomar algunas medidas para prevenirlo o mejor dicho tratarlo , supuesto que
no aconteció por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, en donde se
extra limitó a derogar el artículo 323-Séptimus de su Código Civil que la
regulaba, en vez de modificarlo atendiendo a los criterios establecidos por
la SCJN en ese tema.

En este mismo sentido, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación


declaró inconstitucional los artículos 336 Bis B, en relación con el segundo
párrafo del artículo 429 Bis A y 459 fracción IV, del Código Civil para el Estado
de Oaxaca, ello derivó en que las legislaturas optaron por derogar dichos
artículos en materia de alienación parental , siendo más que claro que se
realizó una omisión grave en tal sentido, toda vez que siendo una figura que
existe y que se ha reconocido que se da de manera práctica, jurídicamente
hablando debe de regularse, máxime que son conductas que afectan a
menores de edad y a la familia como núcleo de la sociedad, por lo cual el
no hacerlo, es una falla legislativa clara y que deja en total estado de
indefensión a las madres, padres y a las crías que la sufren.

Así las cosas, es evidente que la omisión ya referida, debe de subsanarse


mediante una regulación clara y precisa respecto de la figura de Alienación
Parental, máxime que insistimos es recurrente en menor o mayor grado.
En tal sentido, el simple supuesto que se hubieren declarado in-
constitucionales los preceptos antes referidos, no debía resultar en la
17
derogación absoluta de los mismos, sino por el contrario, al haber
reconocido nuestro máximo Tribunal que es una conducta que se da en el
mundo fáctico, es evidente que las legislaturas locales deben de realizar un
estudio concienzudo respecto de cómo proteger a los menores del
progenitor(a) o pariente que haga uso de la alienación parental, así como
el buscar los elementos que puedan prevenirlo o en su caso solucionar la
problemática, máxime si insistimos afecta de manera directa a menores de
edad, motivo suficiente por el cual debe de legislarse buscando la
protección de éstos.

En este mismo tenor, resulta claro el hecho que las Entidades Federativas al
haber omitido entrar al fondo del estudio de la alienación parental a fin de
tratar de prevenir o solucionar ese fenómeno, es claro que dejó en estado
de indefensión tanto a las crías como a los padres y madres que sufren la
repercusión de la conducta, motivo por el cual es preciso solventar dicha
situación regulándola, buscando salvaguardar los intereses tanto de NNA
como de quien la sufre de manera directa o indirectamente, y si bien no
debe ser sancionada de manera automática por las causas que determinó
la SCJN, es preciso prevenirla o bien tratarla casuísticamente en beneficio
de la institución de la familia y de NNA que la sufran, ponderando las
particularidades de cada caso concreto para satisfacer adecuadamente
el interés superior de NNA involucrados.

 CONCLUSIÓN

Por lo anteriormente expuesto es dable concluir que es necesaria la


regulación de la violencia parental psicológica ejercida sobre las crías,
como una forma indispensable de protegerlas de manera reforzada,
llámese alienación parental o de cualquier otra denominación, excepto
violencia vicaria, por no tener éste último término sustento ni jurídico ni
científico al no estar soportado con investigaciones que sigan una
metodología científica con integridad científica, reproducible y
comprobable 8.

8
Ver documento de GARI-PA en: http://dx.doi.org/10.13140/RG.2.2.10550.98882
; https://www.academia.edu/80317213/Proyecto_de_Investigación_Violencia_Vicaria_Un_Análisis_
desde_la_Integridad_Científica_y_Derechos_Humanos

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