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GUIA No 1-4P

TEMA: LA ACTIVIDAD RELIGIOSA DE LAS CULTURAS ANDINAS PRECOLOMBINAS.


SUBTEMA: Introducción al tema: La mitología andina y otros hitos.

Objetivo: 1. Consultar sobre la trascendencia de algunas festividades y costumbres significativas


de la religiosidad andina. Materiales: Guía de información, esferos, lápiz, colores, papel
calcante, carpeta, hojas de block, etc. Tiempo: 55 minutos. Lugar: Aula de clases o cualquier
espacio de la institución.

RELIGIOSIDAD DE LAS CULTURAS PRECOLOMBINA ANDINAS

Desde la época anterior al imperio Incaico, la religión ha significado una parte vital de la población
andina; incluso fue una clase de resistencia pasiva ante la llegada de los españoles. Pues es esta
la que ha jugado un rol importante en la vida de la población andina, logrando así perdurar varias
costumbres hasta nuestros días. Hoy en día se conservan fiestas tradicionales de la cultura
andina.

Algunas de las principales fiestas son:

1. El Inti Raymi: esta celebración nació en la época incaica y se celebraba en honor al sol, e
indicaba la mitad del año. Duraba 15 días y la mayoría de sus bailes se basaban en sacrificios.
Se celebra en el cuzco, tanto como para los turistas como para el pueblo cuzqueño.

2. El Yáwar: también llamada fiesta de la sangre, se inició en la época Pre-hispánica tras la


llegada de los españoles ya que ellos trajeron diferentes animales como el toro. Esta ceremonia
venga el maltrato del gamonal. En este caso se utiliza el toro y el cóndor para representar a estos
personajes, el cóndor representando a los sufridos comuneros y el toro al gamonal. Durante la
festividad se puede ver como el cóndor se “venga” del toro, al terminar esa ceremonia el toro
muere. Hoy en día esta ceremonia no es tan común ya que las instituciones protectoras de
animales no lo permiten, pero los indígenas la siguen poniendo en práctica.

3. Las Tres Cruces: se da lugar el 3 de mayo y dura una semana. La fiesta se originó en la
Pascua de Pentecostés. En esta fiesta, muy difundida en la sierra, los miembros de cada
comunidad se organizan para adornar a su cruz respectiva y prepararla para la procesión a las
iglesias vecinas. La celebración está íntimamente ligada al agradecimiento por las buenas
cosechas que los campesinos ofrecen a sus divinidades desde tiempos prehispánicos. Como
marco de la fiesta son frecuentes los espectáculos folclóricos con la participación de los
danzantes de tijeras. Antiguamente los danzantes de tijeras realizaban sus temerarios pasos
incluso sobre los campanarios de las iglesias. Con la llamada Bajada de las Cruces se inician las
ceremonias que incluyen corridas de toros en cada barrio, el Wagrapucos, Jarawis y el canto de
los Pututus.

4. EL Warachicuy: es una fiesta que se celebra en el complejo arqueológico de Sacsayhuaman,


celebración que perdura en la actualidad, esta se realiza una vez finalizada la ceremonia del Inti
Raymi. El Warachicuy es un rito de iniciación de la juventud hacia la madurez, en la cual se
deberán superar varias pruebas de destreza física, habilidad y valor. A los ganadores de las
pruebas les era otorgado, por el Inca, el Wara, vestimenta que representaba el paso de la juventud
a la madurez.
5. El Qeswachaca”: o puente dorado, es renovado cada junio en una ceremonia realizada por
las comunidades, Qhewe por un lado y Winchiri y Chaupipampa del otro, que están ubicadas a
ambos lados del rio por el que se eleva. Esta renovación es muy trabajosa, pero no se hace por
necesidad, más bien por orgullo, historia, por placer y tradición; ya que este puente es un símbolo,
un patrimonio vivo de la cultura artesanal.
Algunos lugares sagrados que aun hoy persisten:

A. Templo de El Coricancha: es un bello recinto sagrado que el Inca Pachacutec ordenó


construir después de su victoria sobre los chancas el año 1438. Antes de eso los incas rendían
culto al sol en un pequeño templo llamado Inticancha, levantado por Manco Capac. En el
Coricancha (Patio de Oro) residía el Willac Umu, máximo sacerdote del dios Inti (el Sol) quien,
junto a los tarpuntaes, se encargaba de las tareas astronómicas y principales ceremonias
religiosas del Imperio Inca. Es importante tener en cuenta que dentro del complejo sagrado se
ubican aposentos destinados para rendir culto a otras divinidades como Wiracocha, Illapa o Mama
Quilla. En el interior del templo se representaban en oro, plata y tumbaga a las principales
deidades y a la maravillosa flora y fauna del Perú. Estas esculturas, delicadamente labradas por
orfebres de origen Chimú, fueron saqueadas por los conquistadores españoles que llegaron al
Cusco en 1533.

B. Santuario de Pariacaca: El Adoratorio de Pariacaca, morada de una antigua y renombrada


divinidad de la Sierra de Lima, su prestigio y alianza con los Incas permitió la expansión del
Imperio en el Chinchaysuyo; en tiempos de Guayna Capac pronosticó la destrucción de los Incas.

Vale la pena apuntar que los templos son aquellas edificaciones destinadas para adorar a una
divinidad; mientras que, los santuarios son sitios al que peregrinan numerosos fieles de una
determinada religión. Es un sitio en el cual se venera una imagen o reliquia de un santo, profeta
o personaje importante de la respectiva religión.

ACTIVIDADES:

1. Escriba sus conclusiones sobre la lectura.


2. Escriba una lista de 20 palabras y construya una sopa de letras. Desarróllela. Cuenta la
estética

EL TRABAJO DEBE SER DESARROLLADO Y PRESENTADO EN LA CLASE, EN HOJA


TAMAÑO CARTA, CON LA MAYOR ESTÉTICA POSIBLE, SI LA LETRA NO ES ENTENDIBLE,
LA VALORACIÓN MÁXIMA DEL TRABAJO SERÁ DE 3,5 (35 PUNTOS)

PROXIMA CLASE: Evaluación escrita tipo ICFES sobre la GUIA 1 – 4P.

GUIA No 2 -4P
TEMA: LA ACTIVIDAD RELIGIOSA DE LAS CULTURAS ANDINAS PRECOLOMBINAS.
SUBTEMA: Religiosidad de los Incas

Objetivo: 1. Describir las características de la religión incaica. Materiales: Guía de información,


esferos, lápiz, colores, papel calcante, carpeta, hojas de block, etc. Tiempo: 55 minutos. Lugar:
Aula de clases o cualquier espacio de la institución.

La Religión incaica.
La religión inca fue un grupo de creencias y ritos que iban relacionados a un sistema biológico
evolucionando desde las épocas preincaicas hasta el Tahuantinsuyo. La fe en el Tahuantinsuyo
se manifestaba en cada aspecto de su vida, su trabajo, festividades, ceremonias, etcétera. La
población del Tahuantinsuyo no tenía un concepto abstracto de Dios y no había una palabra que
lo definiera. Eran politeístas, y existieron divinidades de carácter local y regional. El vocablo
«camaquen» definía a la fuerza vital que animaba todo cuanto existía en la tierra, según la fe del
Tahuantinsuyo los seres vivos y muertos tenían «camaquen», inclusive los cerros, piedras,
lagunas y demás seres sagrados tenían un «camaquen». Esto no pudo ser entendido por los
colonizadores europeos quienes equipararon la palabra «camaquen» al vocablo «alma» de las
creencias católicas, cuando claramente se trataban de conceptos distintos. En la fe católica un
cuerpo muerto ya no tiene alma, en la fe del Tahuantinsuyo los muertos recibían tanto respeto
como los vivos.

Según las investigaciones de María Rostworowski, en la cosmovisión andina se tenía la creencia


que los seres humanos emergieron espontáneamente, en consecuencia no existía un dios
creador; este concepto vino a surgir luego de la colonización europea, fueron los sacerdotes
católicos quienes identificaron a Wiracocha como el «dios creador» pero como adaptación al
catolicismo.

El coricancha, literalmente recinto dorado, fue denominado templo del sol por los españoles. La
religión incaica es uno de los temas más controvertidos de la historia prehispánica; esto sucede
así puesto que los cronistas españoles quienes describieron la religión en el Tahuantinsuyo
trataron de explicar la religión incaica desde el punto de vista del catolicismo.

Los europeos creyeron que la religión incaica era obra del demonio e idolatría, por esta razón al
recoger los relatos y mitos incaicos, seleccionaron los que podían identificarse con el dios
cristiano, o las que fácilmente podrían interpretadas como vencidas por la fe católica.

En el caso de las divinidades menores, los españoles les dieron el nombre genérico de «huacas»
(wak'a) y fueron descritas como «manifestaciones locales de la actividad del demonio».

La mitología incaica

Los mitos incaicos proceden en gran parte de tiempos preincaicos. En estos mitos el hombre y el
mundo son ordenados simultáneamente y los dioses convierten el caos en cosmos. Los incas
explicaban con sus mitos el origen de las poblaciones (grupos étnicos), plantas y animales. Según
la creencia popular, el lugar de donde procedían se le denominaba «pacarina», estas pacarinas
podían ser cerros, puquios, lagunas, volcanes, cuevas o hasta huecos de árboles antiguos. En el
caso de los grupos humanos, sus pacarinas no siempre estaban cerca al lugar en donde
habitaban.

La cosmovisión andina del mundo estaba dividida en 3 mundos:

1. «Hanan pacha» (tierra de arriba)


2. «Kay pacha» (tierra de aquí)
3. «Urin pacha» (tierra de abajo)

Algunos investigadores señalan que esta división fue una transliteración de la cosmovisión andina
a la cosmovisión católica, y que lo más probable es que durante el Tahuantinsuyo hubo dos
mundos llamados Hanan y Urin («uku») pacha, y que el «kay pacha» fue un lugar de encuentro
o «tinkuy».
Lo mejor que deja la cosmovisión andina es que la Tierra (Pachamama) es la madre nutricia de
la vida, como tal digna de respeto; posición opuesta a la visión europea de que el hombre debe
explotar la naturaleza sin precaución, o que la última contradicción de la historia es naturaleza
hombre.

Los incas creían en un tiempo cíclico, las crónicas dividen a los ciclos en edades y esas edades
fueron variando según los mitos recogidos por los europeos. El mito de Huarochirí divide el tiempo
en 4 edades que son:

1. Yanañamca tutañamca
2. Guallayo carhuincho
3. Pariacaca
4. Cuniraya Wuiracocha

En las crónicas de Guamán Poma, se presenta una descripción compleja de las edades del
mundo que se inicia con la aparición del hombre; en las 3 primeras edades Guamán Poma
describe el perfeccionamiento del conocimiento agrícola y guerras. La cuarta edad se describe
como el perfeccionamiento de varios grupos étnicos; en la quinta edad llamada «Inca pacha runa»
los incas se imponen al resto de hombres e imponen la idolatría. Según Poma, en la primera edad
los hombres conocieron al «dios verdadero» pero este conocimiento se perdió.

Las actividades agrícolas durante el Tahuantinsuyo estaban ligadas a complejos sistemas de


creencias y rituales que se consideraban esenciales para la producción. Se tenía la creencia de
que cada planta alimenticia tenía un espíritu que la protegía, este espíritu tenía el nombre
«conopa». Las conopas eran los mejores frutos de la cosecha y eran escogidos para realizar una
ceremonia de agradecimiento. Con esta ceremonia se hacía que la cosecha rindiera mucho más.
La conopa de cada fruto recibía un nombre particular por ejemplo: la conopa del maíz =
Saramama, la conopa de la papa = papamama, la conopa del ají = uchumama, la conopa de la
coca = kukamama. Los animales domésticos también tenían espíritus protectores a los que
llamaban «illas» (illakuna). Las illas eran miniaturas de los animales hechas en piedra y que
podían enterrarse en los cerros y corrales para incrementar la producción ganadera.

Las divinidades

El número de divinidades durante el ciclo incaico fue enorme, estas divinidades podían habitar
en el cielo y la tierra. Según la creencia popular los dioses antropomorfos podían tomar conductas
similares a la de los seres humanos, eran capaces de tener sentimientos y pensar, además
podían tener esposas, hijos y peleas entre ellos; además podían tomar partido por un grupo
humano en algún pleito; a pesar de que se sabía de qué los dioses eran inmortales, también
existieron dioses mortales como el caso de Tunupa. Los dioses incaicos exigían ofrendas y
constante recordación; en el caso de las deidades relacionadas con el agua, se sabe que
preferían el «mullu» (conchas marinas enteras, partidas o en polvo) y cada divinidad tenía una
preferencia específica sobre cómo debía ofrecérsele el mullu; existían algunas divinidades, como
el caso del oráculo de Huarochirí que exigía mullu masticado. Este mullu era depositado en pozos,
fuentes, ríos, lagunas o el mar para pedir buen tiempo y salud.

Los oráculos

Los dioses se comunicaban con los seres humanos a través de los oráculos, estos oráculos
podían ser representaciones de los dioses hechas en diversos materiales y que, según la
creencia, cobraban vida y pedían deseos, además de responder preguntas. Los sacerdotes
interpretaban los oráculos y se tenía la idea de que, por tratarse de dioses, los oráculos no se
equivocaban; pero cuando un oráculo erraba en sus predicciones causaba gran malestar en la
población. Están documentados algunos relatos sobre la destrucción del oráculo de Catequil
(Katiqil) en Porcón por mandato de Atahualpa, al haberle dado información errónea.

Todos los grupos sociales del Tahuantinsuyo visitaron los oráculos permanentemente, los más
prestigiosos según las crónicas fueron pachacamac (pachakamaq), apurimac (apu rimaq),
chinchaycamac (chinchaykamaq), mullipampa y catequil.3

Heliolatría

El culto solar se extendió por el Tahuantinsuyo en un proceso que los europeos compararon con
una evangelización. En las crónicas europeas escritas durante la conquista, se refieren al sol,
denominado «punchao» o «inti» como la divinidad más importante de todo el Tahuantinsuyo;
«inti» fertilizaba la tierra y en algunos relatos aparece como esposo de «pachamama». Inti era
dador de salud, paz y vida; y el inca como hijo del sol (inti churi) lo representaba en la tierra con
un valor sagrado.

Las crónicas describen al culto solar con similaridad al culto católico, en los cuales existía una
jerarquía clerigal en la que primaba el Cusco con la máxima autoridad el «huíllac umu» (willaq
uma), este huíllac umu era elegido por las «panacas» (panaqa) cusqueñas y generalmente era
uno de los hermanos del inca.

El culto al «inti» del Tahuantinsuyo en una especie de evangelización, pero esto no quería decir
que el culto al «inti» era el único en el imperio puesto que las crónicas relatan que los incas
permitieron a los pueblos conquistados conservar sus ídolos y deidades e incluso algunas de
estas deidades fueron incorporadas al panteón incaico. Los incas se consideraban «hijos del sol»,
y las crónicas indican que el culto solar estuvo ligado a las élites cusqueñas; la población común
tenía la creencia que «inti» era el padre de toda la etnia inca y que por tanto eran sus hijos
predilectos.

De todos los templos dedicados al «inti», el más importante era el «coricancha» ubicado en el
Cusco. Este templo sólo podía recibir a la élite cusqueña e incluso tenía recintos de exclusividad
absoluta para el soberano inca. A su vez existieron otros templos provinciales dedicados al culto
solar conocidos como «ushnu»; estos «ushnus» eran construcciones de forma piramidal ubicados
en medio de planicies, en los cuales se realizaban además del culto solar, otros cultos. Uno de
los principales «ushnu» fue el que se ubicaba en «aucaypata» (plaza central del Cusco).

En la plaza del Cuzco se realizaban ceremonias grandes y masivas para el culto solar, las
crónicas mencionan que para estas celebraciones asistían curacas de regiones alejadas del
Tahuantinsuyo.

Deidades incaicas:

Inti: era representado como un niño de entre 8 o 10 años confeccionado de oro fino (el
proveniente de los lavaderos), lucía vestido como el inca con grandes orejeras, pectoral,
mascaipacha y llauto. A sus lados había dos serpientes bicéfalas y dos pumas que lo protegían.
La imagen lucía sentada en una tiana de oro, de sus hombros emergía una aureola y detrás de
él un círculo representando al sol.

Pachamama: Era una divinidad reconocida como la diosa de la tierra y la fertilidad. Se la


representaba como una niña que vivía en el interior de la tierra y las montañas. Pachamama era
la responsable de la producción de alimentos, y las ceremonias a ella estaban ligadas a la
siembra, el cuidado del crecimiento y la cosecha. Se le ofrendaba chicha, coca, sebo y «mullu»,
pidiéndole la protección de los cultivos. La chicha era esencial en los rituales de Pachamama, se
le utilizaba en un brindis ritual denominado «tinka» para lo cual se elaboraba una chicha especial.
Antes de la siembra era obligatorio ofrecer chicha a Pachamama haciéndosela beber rociando la
chicha en la tierra. Asimismo, todo aquel que bebiera chicha estaba obligado a invitar a
Pachamama el primer vaso para que ésta no se resintiera y lo castigara. El grado de respeto era
tal, que antes de recostarse en la tierra se le hacía una ofrenda. La ira de esta deidad podía traer
desventuras en cosechas, por lo que era necesario presentarles ofrendas, tal como el vigente
brindis de chicha al inicio del laboreo agrícola.

Wiracocha: también llamado Illa Tecsi Wiracocha (Illa tiqsi Wiraqucha) era la divinidad del
«hanan pacha». Según los mitos del Cusco, salió de las aguas del lago Titicaca y ordenó el
mundo (que era un caos); en la mayoría de los relatos recogidos durante la conquista, Wiracocha
aparecía como esposo de Pachamama. Asimismo, los mitos de zonas entre Cusco y la meseta
del Collao, Wiracocha aparece como la deidad más importante, el cronista y sacerdote español
Blas Valera Jiménez de la Espada (1545-1597) en su libro "Historia Occidentalis" hace referencia
a este hecho cuando afirma refiriéndose al dios de los incas. Sin embargo en otras crónicas se
señala que el culto a Wiracocha era menor que el culto a Inti. Wiracocha es una divinidad muy
antigua que perdió importancia a medida que los Incas iban expandiéndose a otros territorios.

Pachacámac: fue un oráculo respetado por varias civilizaciones anteriores a los Incas. Era una
deidad adorada en diversas regiones del Tahuantinsuyo, vivía en el subsuelo y era el responsable
de los terremotos y productor de alimentos. En algunos mitos se le describe como esposo de
Pachamama y deidad del cielo.

Tunupa: Era una deidad altiplánica, de mucha devoción en el Collasuyo. Según los mitos del
Collasuyo, Tunupa puso orden en el mundo, y muchas veces se lo confunde con Ticsi Wiracocha.
Tunupa estaba acompañado de Tarapacá y Taguapacá, quienes le ayudaban a ordenar el
mundo, se le identificaba con los volcanes y los rayos, a los cuales él gobernaba. También tenía
poder sobre el agua y ordenaba los aluviones.

Mama Quilla o la Luna: Denominada «Quilla» (Killa) o «Mamaquilla» por los quechuas, «paxi»
por los aymaras. Era la señora del mar y los vientos, se le consideraba hermana y esposa de inti.
Protegía a las mujeres especialmente en el momento del parto, además tenía una especial
protección con las coyas y ñustas. En el coricancha tenía adoración junto al sol, además en el
mismo templo tenía otros 4 ambientes destinados a su adoración. Los templos dedicados a la
luna se repartían en todo el Tahuantinsuyo, pero tenía un especial prestigio el templo ubicado en
la isla Koati. En honor a la Luna los incas celebraban el «coya raymi» (quya raymi).

Chuqui illa (Chuqui illa, el relámpago): Era una deidad que tenía bajo su control la lluvia, los
granizos y los relámpagos. Estaba vinculada a inti y tenía un lugar en el coricancha. Tenía tierras
asignadas y sacerdotes a su servicio. En la creencia popular, cuando un niño nacía en medio de
truenos era elegido por Chuqui illa para su servicio, al adquirir la mayoría de edad tenían que
encargarse de los sacrificios además que los elegidos por chuqui illa fungían de mediadores entre
las fuentes de agua y la población.

Los sacrificios

La población en el Tahuantinsuyo tenía la creencia de que a las deidades les agradaban los
sacrificios de los «animales sagrados». Uno de los animales sagrados era la «pillco llama», que
no era más que una llama blanca; esta «pillco llama» era predilecta en el culto solar, era vestida
con atuendos rojos y decorada con plumas para el sacrificio. Cuando se hacía un sacrificio, el
animal sacrificado era acompañado con textiles, coca, chicha y flores. Estos últimos 4 elementos
eran imprescindibles en cualquier tipo de sacrificio u ofrenda. Los animales preferidos para los
sacrificios eran los machos, en el caso de las hembras se prefería a las estériles. Se
seleccionaban minuciosamente a los animales para el sacrificio, igualmente sucedía con los
textiles. En el caso de la coca, se ofrecía al culto la coca cultivada en campos especiales para
ofrenda, igualmente la chicha para la ofrenda era distinta a la hecha para beber en festividades.

Los sacrificios para alejar desgracias o tragedias podían realizarse en cualquier momento del
año. Pero existieron meses específicos para determinados sacrificios. Por ejemplo, en setiembre
se realizaba la «citua», que era una ceremonia para alejar las enfermedades botándolas al río;
en esta ceremonia se arrojaban al río coca, textiles y camélidos degollados, posteriormente con
la sangre de llamas seleccionadas se hacían unos bollos de maíz que se repartían.

Existieron también sacrificios humanos generalmente asociados al Inca, estos se realizaban


cuando un Inca ascendía al trono o cuando su salud se resquebrajaba. También existió una
ceremonia denominada capac cocha realizada en casos especiales como sequías persistentes,
en la cual se sacrificaban niños seleccionados y sin defectos, estos niños podían ser del pueblo
o de la élite.

La muerte: Morir, para los pobladores del Tahuantinsuyo, representaba un viaje de una vida a
otra vida. Ese viaje era difícil y necesitaba ayuda; el «camaqen» o espíritu del difunto necesitaba
de un perro negro, que según la creencia podía ver en la oscuridad de ese camino y podía guiarlo.
El otro mundo variaba en ubicación según las etnias, algunos creían que estaban en las cumbres
nevadas, otros que estaban en campos floridos.

Se tenía la creencia de que en el otro mundo los seres humanos continuaban agrupándose en
ayllus, y de que por ser tan grande el número de difuntos el espacio y las tierras de cultivo eran
insuficientes, por esa razón enviaban al difunto con objetos que satisficieran sus necesidades.

El rito de pichcada ( pichqay o pitsqay) se sigue practicando en el mundo andino, consiste en una
velada de las ropas del difunto, al quinto día de muerto. Es la despedida final, pues ha de retirarse
el ánima de su última morada.

ACTIVIDADES:

1. Haga un breve resumen sobre la lectura.


2. Escoja diez nombres de dioses incaicos, construya diez preguntas y luego respóndalas
en un crucigrama.

EL TRABAJO DEBE SER DESARROLLADO Y PRESENTADO EN LA CLASE, EN HOJA


TAMAÑO CARTA, CON LA MAYOR ESTÉTICA POSIBLE, SI LA LETRA NO ES ENTENDIBLE,
LA VALORACIÓN MÁXIMA DEL TRABAJO SERÁ DE 3,5 (35 PUNTOS)

PROXIMA CLASE: Evaluación escrita tipo ICFES sobre la GUIA 2 – 4P.

GUIA No 3 -4P
TEMA: LA ACTIVIDAD RELIGIOSA DE LAS CULTURAS ANDINAS PRECOLOMBINAS.
SUBTEMA: Religiosidad las culturas pre-andinas

Objetivo: 1. Describir el sistema religiosos de las culturas andinas que precedieron a los incas.
Materiales: Guía de información, esferos, lápiz, colores, papel calcante, carpeta, hojas de block,
etc. Tiempo: 55 minutos. Lugar: Aula de clases o cualquier espacio de la institución.

LA RELIGIÓN CHAVÍN

El pueblo chavín fue politeísta y adoraron a dioses terroríficos. La religión en Chavín habría tenido
influencia selvática ya que sus esculturas muestran seres sobrenaturales, con rasgos felinos
como el jaguar o el puma, caimanes, serpientes y diversas aves andinas como el cóndor y el
halcón. El culto Chavín se estimuló debido al uso técnicas avanzadas de producción agrícola,
textil, avances en las la fabricación de grandes redes de pesca, y el descubrimiento de las
técnicas de orfebrería y la metalurgia del cobre. Estos avances económicos condujeron a la
construcción de muchos centros ceremoniales.

La iconografía de figuras antropomórficas felinas es una característica importante de la


civilización Chavín. Todas estas deidades son representadas en las diferentes manifestaciones
culturales como en la cerámica, la metalurgía, la textilería y las esculturas. Chavín de Huántar fue
un punto central, en particular, para los rituales religiosos. La vestimenta y la música fueron parte
de las ceremonias importantes. La religión Chavín tuvo como cabeza principal al sacerdote.

El dios de los báculos: es una divinidad chavín, posiblemente representa al dios “Viracocha” se
halla principalmente en la “Estela Raimondi”, tiene una forma antromorfa en posición frontal con
los brazos extendidos en los cuales sostiene dos báculos y presenta cabellos en forma de
serpientes extendidos. Esta deidad no fue creación chavín, los últimos descubrimientos
arqueológicos hallaron en los pueblos anteriores a Chavín y contemporáneas a Caral, sin
embargo posiblemente fueron los chavines quienes difundieron por gran parte del mundo andino.
En el Horizonte Medio se halla representado en el arte tiahuanaco y en el arte huari.

La religión chavín implicaba la transformación del ser humano a otro a través del uso de
sustancias alucinógenas. Muchas esculturas representan la transformación de una cabeza
humana a una cabeza de jaguar. El uso de sustancias alucinógenas para fines religiosos era
común según los hallazgos arqueológicos encontrados. Los sacerdotes Chavín utilizaban el
cactus de San Pedro “Ayahuasca”, dada sus propiedades alucinógenas, son a menudo
representadas en las imágenes talladas, por ejemplo en la imagen de un dios que lleva el cactus
en la mano como un palo. Hay imágenes que representan figuras humanas con fugas de
mucosidad de la nariz (un efecto secundario resultante de la utilización de esos alucinógenos).
La droga contenida en el cactus ponía a los sacerdotes en trance, por lo tanto “más cerca de los
dioses”, y otros beneficios, que les permitió mejorar su visión (dilatación de las pupilas) y penetrar
en las profundidades del templo en la oscuridad absoluta.

LA RELIGIÓN DE LOS MOCHICAS

La vida religiosa de la Cultura Mochica giraba y se regía por el culto al Felino, el que se encuentra
personificado en la divinidad de un dios supremo llamado AI APAEC, que representa a un hombre
con grandes colmillos, transformándose en animal con un tocado semilunar. Este dios está
identificado con viejas herencias ideológicas que vienen desde la época Chavín y
complementadas con otras deidades, como la serpiente, el cóndor o el águila como máximas
expresiones de poder en todo el proceso cultural andino.
Cabe poner en claro que esta inspiración espiritual, fue determinada por su observación del
espacio cósmico. Hay una información antiquísima que AI APAEC, era una constelación de
estrellas

LA RELIGIÓN TIAHUANACO

La cultura Tiahuanaco o Tiwanaku constituyó un centro de ciencias y artes, con alto contenido
religioso. Como Estado teocrático, la vida social estaba dictada por ritos y ceremonias. El culto
debió estar centrado en el Sol -Viracocha- quien surgió de las profundidades del Titicaca para
crear el cielo y la tierra, la luna, las estrellas y el día. Algunas divinidades fueron profusamente
representadas en su arte, tales como la llama, el felino, las cabezas trofeo y el Sacrificador.

Para desarrollar su complejo mundo religioso utilizaron los Templos y los alucinógenos.

Si bien los Templos ocupaban una posición central en los conjuntos urbanos, sus espacios
relativamente pequeños, indican que unos pocos entraban, muy probablemente eran los
chamanes quienes mediaban entre la gente y los dioses. Sus escalinatas que conducían a otros
planos del mundo y sus monolitos clavados en el suelo eran el teatro para las operaciones de los
chamanes en trance. Los chamanes en estado de éxtasis por el consumo de alucinógenos, todos
poseían largos apéndices nasales, indicando la vía por la cual consumían las sustancias. El hacha
y la cabeza que llevan en las manos, delatan su condición de sacrificadores.

El concepto del Sacrificador, lo vemos también en el Chachapuma, un Dios felino con cuerpo
humano, indicando el hábito carnicero del puma. Las partes del cuerpo cortadas eran enterradas
en los campos de cultivo, en la creencia que aseguraban buenas cosechas, los chamanes
sacrificadores utilizaban a los muertos para dar vida.

La ingesta de bebidas alcohólicas y el consumo de alucinógenos, fueron inherentes a lo


ceremonial. El Kero una clase de vaso de lados divergentes, era el recipiente utilizado para beber
la chicha -obtenida de la fermentación del maíz- en agasajos ceremoniales organizados por el
Estado. Como alucinógeno utilizaban las semillas del cebil, que aspiraban en tabletas
inhalatorias, su consumo produce modificaciones en la psiquis de la persona, pero no tiene
propiedades estimulantes ni depresoras, sino alucinógenas.

LA RELIGIÓN HUARI

La deidad principal de la religión Huari o Wari es el Dios de los Báculos o Dios de las Varas.
Parecería que se trata de la deidad principal del mundo andino que sobrevive hasta el imperio
Inca cambiando de aspecto pero inalterable en esencia. Primero reconocimos su fuerza en la
Estela de Raimondi de Chavín de Huántar. Luego lo vimos en los tejidos de Carhua en Paracas.
Después subió al Altiplano, en la cerámica de Pukara y en la Portada del Sol de Tiahuanaco. Más
tarde pasó al área de Ayacucho expandiéndose por el territorio Wari. De la misma manera se
piensa que en la cultura Huari la religión fue la que impuso los cánones artísticos.

Cerca de las viviendas del sitio Wari en Conchapata se encontraron hoyos especialmente hechos
para depositar ofrendas. Este ritual característico de la cultura Wari consistía en romper grandes
urnas y cántaros de cerámica finamente confeccionados con decoración polícroma (que
representaban una variación de los ‘ángeles’ de Tiahuanaco) y depositar los fragmentos rotos en
los hoyos. Los recipientes eran rotos in situ. Se cree que este ritual cumplió una función muy
importante en la expansión imperial Wari.

LA RELIGIOSIDAD DE LA CULTURA CHIMÚ


El culto principal estuvo dedicado a la Luna debido a su influencia sobre el crecimiento de las
plantas, las mareas y a su utilización como marcador del tiempo; sin embargo, cada pueblo debió
poseer sus deidades y santuarios locales.

Los Chimú decían descender de cuatro estrellas, de las dos mayores los nobles y la gente común
de las otras dos. Creían que el alma de los difuntos iba hasta la orilla del mar, desde donde era
transportada por los lobos marinos hacia su última morada en las islas.

También por el mar arribó a estas tierras Taykanamo, héroe fundador de la dinastía de
gobernantes Chimú, cuyas momias fueron veneradas en grandes ceremonias. A la llegada de los
españoles, en el antiguo territorio Chimú se hablaba hasta cinco lenguas, pero prevalecía la
lengua “muchic”.

ACTIVIDADES:

1. Responda las siguientes preguntas A. ¿Qué relación hay entre la religión de estas cinco
culturas andinas preincaicas? B. ¿Encuentras algún parecido entre estas religiones con
alguna religión mesoamericana? ¿Por qué?

2. Imagínate al “dios de los báculos”, dibújalo y coloréalo.

EL TRABAJO DEBE SER DESARROLLADO Y PRESENTADO EN LA CLASE, EN HOJA


TAMAÑO CARTA, CON LA MAYOR ESTÉTICA POSIBLE, SI LA LETRA NO ES ENTENDIBLE,
LA VALORACIÓN MÁXIMA DEL TRABAJO SERÁ DE 3,5 (35 PUNTOS)

PROXIMA CLASE: Evaluación escrita tipo ICFES sobre la GUIA 3 – 4P.

GUIA No 4 -4P
TEMA: LA ACTIVIDAD RELIGIOSA DE LAS CULTURAS ANDINAS PRECOLOMBINAS.
SUBTEMA: Religiosidad las culturas precolombinas en nuestro territorio

Objetivo: 1. Consultar sobre los comportamientos religiosos de los muiscas y caribes antes de
la llegada de los europeos a nuestro territorio. Materiales: Guía de información, esferos, lápiz,
colores, papel calcante, carpeta, hojas de block, etc. Tiempo: 55 minutos. Lugar: Aula de
clases o cualquier espacio de la institución.

LA RELIGIÓN DE LA CULTURA MUISCA

Los sacerdotes se formaban desde la infancia y eran los responsables de dirigir las principales
ceremonias religiosas. Nadie más que los sacerdotes podía entrar al interior del templo. La
religión muisca contemplaba los sacrificios humanos, pero es probable que a la llegada de los
españoles estos hubieran desaparecido tiempo antes y los relatos de sacrificios humanos entre
los muiscas sean historias transmitidas por tradición oral, pues no existe un testimonio de primera
mano que mencione un sacrificio humano contemporáneo a la presencia de los españoles. En
todo caso las fuentes coinciden en que cada familia debía ofrecer un hijo a los sacerdotes, el cual
era criado por ellos como persona sagrada y a los 15 años era sacrificado a Xue, lo que constituía
un honor para la familia y para la víctima. Junto a las actividades religiosas, los sacerdotes
participaban de la vida de la comunidad con recomendaciones acerca de la agricultura o
mediando en casos de conflicto entre los líderes políticos.

El Culto solar

Si bien no era un calendario muy preciso, los muiscas conocían el solsticio de verano (el día más
largo del año, que cae en el 21 de junio). Esa era la fecha indicada para rendir culto a Xue (el
dios Sol). El templo de Sue estaba en Sogamoso, la ciudad sagrada del sol y sede del iraca
(sacerdote). De ese culto viene el nombre de la ciudad: Suamox o Sugamuxi. Una procesión de
la corte del zipa se dirigía al Templo del Sol y el día era motivo de gran fiesta y alegría entre el
pueblo quienes se pintaban el cuerpo y se embriagaban con chicha. Se hacían ofrendas a Sue
para pedir por la bendición de las cosechas anuales. También era el único día en el cual la gente
podía ver al zipa.

Mitología muisca

La mitología muisca estaba muy bien documentada gracias a que el territorio de la Confederación
muisca fue escogido como sede de la administración colonial en una nueva unidad administrativa
de un territorio más vasto conocido como Nuevo Reino de Granada.

Algunas de sus deidades

Sue (El Sol): era el padre del Partenón muisca y su templo estaba en Sugamuxi o Suamox
(Sogamoso), ciudad sagrada del sol. Era este el dios más venerado, especialmente por los
súbditos del Zaque que se consideraban hijos de Xue y que le rendían culto a base de sacrificios
humanos muy sangrientos y del consumo de ojos de niños, los cuales eran extraídos en el
momento mismo del ritual.
Chía (La Luna): su templo estaba en lo que hoy conocemos como el municipio de Chía y era
venerada especialmente por los súbditos del zipa, que se consideraban sus descendientes.
Bochica: este misterioso personaje no era propiamente un dios, pero era digno de gran
veneración. Como sucede con seres mitológicos de otros pueblos, quizá se trate de un antiguo
jefe o héroe inmortalizado en los relatos que protagoniza. Dice de él el relato que en la sabana,
vivían los muiscas, pero se habían cansado de las inundaciones, que podían ser causadas o por
Huitaca, la hermosa y malvada mujer, o Chibchacum (el protector de los agricultores). Entonces,
del cielo salió un arco iris, y de él bajó un hombre blanco, con barbas blancas y túnica. Éste dijo
llamarse Bochica y les enseñó a tejer. Bochica escuchó las quejas de los muiscas sobre las
inundaciones, y con su bastón de oro partió dos piedras al borde del precipicio donde terminaba
la sabana y salió toda el agua, creándose el salto de Tequendama. Bochica castigó a Huitaca y
Chibchacum. A la primera la convirtió en lechuza, y obligándola a cargar el cielo. A Chibchacum,
lo obligó a cargar la tierra, y cada vez que se la cambia de hombro, la tierra tiembla. Se creía que
los zipas eran descendientes de la luna (Chía) y los Zaques del sol (Xue).
Bachué: la madre de los muiscas. Dice de ella el relato que un día, de la laguna de Iguaque, salió
una mujer esbelta y bella, con un niño en sus brazos. Ella (Bachué), se sentó a la orilla de la
laguna y esperó hasta que su hijo creciera. Cuando este alcanzó la edad suficiente, se casaron
y tuvieron muchos hijos, siendo estos hijos los muiscas. Bachué les enseñó a cazar, cultivar,
respetar las leyes y adorar a los dioses. Bachué fue tan buena, que los mismos muiscas se
referían a ella también como Furachoque (‘mujer buena’, en chibcha). Cuando ya eran muy viejos,
Bachué y su Hijo-Esposo decidieron volver a Iguaque y se convirtieron en serpientes
sumergiéndose en el lago. Ese día los muiscas, a pesar de su tristeza sabían que Bachué, su
madre, era feliz.
LA RELIGIÓN DE LA CULTURA CARIBE

Los Caribes habrían sido politeístas. Cuando los españoles empezaron a colonizar el área del
Caribe querían convertir a los indígenas al catolicismo. La religión practicada por Los Caribes
tuvo elementos relacionados con el culto de sus ancestros, los taínos. Creían en un espíritu
maligno llamado Maybouya, que debía ser apaciguada para evitar cualquier daño. La función
principal de sus chamanes, llamado buyeis era curar a los enfermos con hierbas y hechizos (piai),
además de mantener en raya a los Maybouya. Los sacerdotes buyeis fueron muy importantes y
se sometieron a entrenamientos especiales al igual que los guerreros. Como eran las únicas
personas que podían evitar el mal, fueron tratados con gran respeto. Sus ceremonias fueron
acompañadas con sacrificios. Como los Arawaks y otros nativos americanos, los caribes fumaban
tabaco en los rituales de su religión.

El Canibalismo

La palabra karibna significa "persona". Los ingleses registraron las costumbres de la cultura
Caribe y hallaron pruebas de canibalismo. Aunque los Caribes solo lo practicaron en sus rituales
religiosos relacionados con la guerra en el cual consumían supuestamente el cuerpo de los
enemigos, algunos europeos creían que los Caribes practicaban el canibalismo de forma
cotidiana.

En la cultura Caribe era tradición de mantener los huesos de los antepasados en las casas.
Algunos misioneros describieron la práctica como parte de una creencia que los espíritus
ancestrales cuidan y protegen a sus descendientes. Los historiadores han descrito el canibalismo
relacionado con rituales de guerra. En 1503, la reina Isabel dictaminó que personas estaban
mejores bajo la esclavitud (una definición que incluía explícitamente a los caníbales) y podían
tomarse legalmente como esclavos. Esto proporcionó a los españoles un incentivo legal y un
pretexto para identificar varios grupos amerindios como caníbales para de esa forma esclavizarles
y quitarle sus tierras.

Hasta el día de hoy, el pueblo de los Caribes lucha contra lo que consideran una idea equivocada
acerca de sus antepasados.

Aspecto religioso de los panches

El Panche adoraba la fuerza de la naturaleza y, ante todo, las aguas, las montañas, el monte, el
sol y la luna. Los panches tenían como Dios central un ser tutelar, poderoso y único llamado
NANUCO o NACUCO. Dominaba y regía las cosas de este y otros mundos, tenía el poder de
hacer tanto el bien como el mal, era supremo. Aunque era el Dios de Dioses siempre estaba
representado con una sexualidad femenina.

Los panches tenían igualmente un conjunto de dioses mayores como el sol, la luna llamada
QUININÍ, el agua y el monte. Existían también Dioses menores iguales a los de la etnia Pijao
como la princesa Diosa TULIMA y otros de importancia como LULOMOY dios grande con
múltiples extremidades, LOCOOMBO Dios del tiempo, benévolo y creador de todas las cosas
existentes y ELIANI dios de las cosas no buenas, su poder fue mal interpretado por los
conquistadores dándole el mismo calificativo del demonio cristiano. Por la abundancia y
proximidad con las aguas, algunas de estas deidades debieron ser habitantes de las mismas,
otras aparecían y se transformaban en la noche, como la luna por quien sentían gran respeto y
atracción.
La maldad para los panches era parte del carácter de ese mismo dios benévolo y celestial; por lo
tanto para poder adorar el mundo en su totalidad, había que establecer junto al culto inmaculado,
un culto a la maldad, o digámoslo de otra forma un culto al castigo divino.
Estas deidades no solamente indicaban al hombre indígena las formas de hacer las cosas o de
cómo actuar entre ellos mismos, sino fijaban normas que seguían con sumo rigor, respeto,
atención, temor, teniendo como fin la actitud hacia la Naturaleza, ya que era ella misma quien
ejercía sobre el hombre todo su poder. Ella representaba el espacio vivo de la ocupación y el
sustento humano. El culto a Natura, con particularidad casi congénita y ancestral como las
oraciones, rezos, sacrificios, ofrendas y la misma esencia de la filosofía, tenía un carácter
estrictamente basado en el Equilibrio Ecológico. De esta estrecha e imprescindible relación
afloran revelaciones como los espíritus del agua, aire, tierra, fuego, monte, quienes con todo su
poder y respaldo de la Gran Madre castigan a quienes profanan y abusan o premian a quienes
respetan y cuidan de este medio vital. Estos Elementos Dioses, estaban dotados de vida y
descomunal poder, siendo estos quienes castigaban con enorme furia como erupciones
volcánicas, lluvias torrenciales, temblores, tormentas o sequías, cuando ese equilibrio estaba
amenazado.

EL TRABAJO DEBE SER DESARROLLADO Y PRESENTADO EN LA CLASE, EN HOJA


TAMAÑO CARTA, CON LA MAYOR ESTÉTICA POSIBLE, SI LA LETRA NO ES ENTENDIBLE,
LA VALORACIÓN MÁXIMA DEL TRABAJO SERÁ DE 3,5 (35 PUNTOS)

PROXIMA CLASE: Evaluación oral aleatoria de la G1-4P hasta la G4 – 4P.

GUIA DE TRABAJO DE MEJORAMIENTO ACADÉMICO CUARTO PERIODO


TEMA: ACTIVIDADES DE REPASO

Objetivo: Desarrollar las actividades propuestas para cambiar la nota más bajita en lo
procedimental y/o cognitiva. Materiales: Guías, esferos, lápiz, colores, papel calcante, carpeta,
hojas de block, etc. Tiempo: 55 minutos. Lugar: Aula de clases o cualquier espacio de la
institución.

1. Repasa la información de todas las guías, escoja cinco lugares o santuarios entre las culturas
andinas y las colombianas. Escriba la importancia de los siguientes.

2. Escoge el tema de cualquiera de las guías. Luego, con 15 palabras claves, construya con ellas
15 preguntas y respóndalas en un crucigrama.

3. Escribe tus conclusiones sobre la religiosidad de los pueblos mesoamericanos.

4. Escribe cinco conclusiones sobre la religiosidad de los pueblos panche.

5. Colorea las imágenes y colócales el nombre del personaje o la cultura a la que pertenece
EL TRABAJO DEBE SER DESARROLLADO Y PRESENTADO EN LA CLASE, EN HOJA
TAMAÑO CARTA, CON LA MAYOR ESTÉTICA POSIBLE, SI LA LETRA NO ES ENTENDIBLE,
LA VALORACIÓN MÁXIMA DEL TRABAJO SERÁ DE 3,5 (35 PUNTOS)

PROXIMA CLASE:

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