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INSTITUTO SUPERIOR TECNLÓGICO JAPÓN

Nombre: Diana Almeida


Curso: 5to Administración de Empresas
Modalidad: Presencial

- La Sinopsis debe ser mínimo 1 cuartilla máximo 2.(puede ser de una película de motivación la
que desee el estudiante)

- Es obligatorio identificar la actividad: (nombres, semestre, sede y carrera)

- Recuerda que cuidar la presentación del trabajo, y la ortografía son importantes dentro de su
calificación.

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LA VIDA ES BELLA
La vida es bella es una de esas películas que dejan huella. Imposible verla sin subirse a
la montaña rusa emocional que experimentan sus propios protagonistas. Dirigida y
protagonizada por Roberto Benigni en 1997, ganó más de 50 premios internacionales,
entre ellos tres premios Óscar, el Gran Premio del Festival de Cannes, el César a la
mejor película extranjera y el Goya a la mejor película europea.
La primera mitad de la película muestra el cambio político que se está produciendo en
Italia, con la ascensión del fascismo. El resto del filme traslada el escenario a un campo
de concentración, donde el actor principal, Guido y su hijo pequeño, Giosuè, son
deportados.

Aunque las condiciones son terribles, Guido se las ingenia para hacer creer a su hijo
que la situación que están viviendo es un juego en el que deben ganar puntos. Le
explica que todos los prisioneros participan en el juego, pero solo el primero que gane
mil puntos conseguirá un tanque de verdad. Las reglas son claras: si llora, pide comida
o quiere ver a su madre, perderá puntos, pero esconderse de los guardias del campo le
hará ganar puntos extra. Cada vez que desaparece un niño del campo, Guido esconde
la cruda verdad explicándole que se ha escondido para ganar puntos en el juego.

A lo largo del filme, el padre recurre a esa fantasía para explicar todos los maltratos,
humillaciones y horrores de los que el niño es testigo, en un intento por preservar la
inocencia y la ilusión infantil en aquel infierno. A pesar de estar rodeados de tristeza y
muerte, Giosuè acaba creyendo la historia de su padre y así su estancia en el campo es
un poco más llevadera.
INSTITUTO SUPERIOR TECNLÓGICO JAPÓN

Nombre: Diana Almeida


Curso: 5to Administración de Empresas
Modalidad: Presencial

La vida es bella es una película difícil de encasillar. El humor de Guido y su lucha por
mantener la ilusión de su hijo incluso arranca alguna que otra sonrisa a los
espectadores, aunque se trate de una sonrisa agridulce. Por eso se convierte en una
oda a la perseverancia, la ilusión y la superación de las adversidades. Nos muestra que
incluso en los peores momentos, cuando parece que todo está perdido, si tenemos
algo por lo que luchar, podemos mantener una actitud más positiva.
De hecho, la película nos conduce inevitablemente a la teoría del sentido de la vida de
Viktor Frankl, un psiquiatra austríaco que también estuvo prisionero en los campos de
concentración y pudo analizar de cerca el proceso de transformación psicológica que
sufrían los deportados.

Según Frankl, en el campo de concentración, los prisioneros que tenían más


probabilidades de sobrevivir eran aquellos que podían encontrar un sentido a la vida y
seguir conservando su dignidad humana. Escribió: “el hombre puede conservar un
vestigio de la libertad espiritual, de independencia mental, incluso en las más terribles
circunstancias de tensión psíquica y física”.
Frankl estaba convencido de que muchos de los que lograron sobrevivir en los campos
de concentración nazis se aferraron a la esperanza, ya fuera de volver a ver a un ser
querido, a la ilusión de que tenían una misión por cumplir o a una tarea que solo ellos
podían realizar cuando salieran de allí. La clave de la supervivencia era asumir aquel
sufrimiento como un reto a superar. Quien perdía el sentido de la vida sentenciaba su
futuro.

La autotrascendencia era un aspecto clave para desarrollar ese sentido de la vida. “Ser
hombre implica dirigirse hacia algo o alguien distinto de uno mismo, bien sea realizar
un valor, alcanzar un sentido o encontrar a otro ser humano. Cuando más se olvida
uno de sí mismo —al entregarse a una causa o a una persona amada—, más humano
se vuelve y más perfecciona sus capacidades”, escribió Frankl.

Ese es precisamente uno de los valores que se aprecia en la película. El protagonista no


se da por vencido porque tiene algo por lo que luchar más allá de sí mismo, su hijo, y a
ello se aferra para poder seguir adelante y crecer ante la adversidad.

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