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Minería, población y avance económico

La caída de la producción de plata peruana fue revertida en el transcurso del siglo 18,
al igual que el descenso constante de su población india. En el caso de la plata, la
producción de Potosí subió desde la década de 1730 hasta la de 1790. La
recuperación fue mediante una
 disminución en los impuestos (el quinto real fue reducido a una décima parte en 1735)
 la mejora en el suministro de mercurio
 la creciente demanda y el alza en los precios europeos
 la estabilización del suministro de mano de obra gracias a las tendencias
demográficas positivas
 la prolongación del sistema laboral de la mita

A pesar de los cambios, la estructura de la industria siguió siendo precaria


y arcaica, basada en la explotación draconiana de los mitayos, con un bajo nivel
de inversión e innovación tecnológica, y con propietarios ausentes.
En comparación con la modesta recuperación de Potosí, la minería de la plata
en el Bajo Perú, cuyo ritmo marcaban las minas de Cerro de Pasco (1630), avanzó
bastante bien. Pasco se convirtió en el segundo gran productor del virreinato,
subiendo el valor de su producción de trescientos mil pesos en el primer quinquenio
del siglo, a un pico de 11,2 millones de pesos en el último.
Es más, en Cailloma (Arequipa) y Hualgayoc (Cajamarca) se abrieron nuevas
minas, de modo tal que la producción global del virreinato se septuplicó desde
un mínimo de 2,3 millones de pesos en la primera década del siglo 18 a un
máximo de 40,6 millones de pesos, antes de que cayera hacia finales del siglo.
En consecuencia, la economía global del virreinato, estimulada por un renacimiento
de la producción de plata, experimentó un crecimiento gradual, aunque a menudo
regional, entre 1730 y 1770.
Las tendencias demográficas también tuvieron un papel importante en este
avance. A diferencia de Nueva España, la población predominantemente india del
Perú había seguido cayendo constantemente a lo largo del siglo 17, alcanzando su
punto más bajo entre 1688 y 1721. La recuperación fue lenta y a menudo estuvo
interrumpida por otras epidemias, así como por las bajas producidas por una serie
de rebeliones indias. Para el censo de 1792, la población global del virreinato
sumaba poco más de un millón, subiendo tal vez seiscientas mil personas desde
1620. Sin embargo, esta cifra no incluía a Puno (parte del virreinato de Buenos
Aires hasta 1796), de modo que el total de lo que habría de ser el Perú
ascendía a 1,2 millones, u 8,7 por ciento de los 12,58 millones de habitantes de
todas las colonias hispanoamericanas.
Étnicamente, la población india representaba ahora aproximadamente un
cincuenta y seis por ciento del total (sesenta y dos por ciento incluyendo a Puno)
la española, un trece por ciento y la mestiza o de castas un veintisiete por ciento.
Este último fue el sector de crecimiento más rápido del virreinato. Los esclavos y
mulatos negros, situados principalmente en la costa y alrededor de Lima, sumaban
unas cuarenta mil personas. En realidad, a mediados del siglo 17 la ciudad de
Lima era medio negra, un testimonio de la omnipresencia de la esclavitud en esta
ciudad esencialmente aristocrática.
Las tasas de natalidad variaban según las categorías étnicas, pero eran por
lo general bajas. Las mujeres europeas en su mayoría presentaban una tasa más
elevada que las indias, una inversión del patrón de las sociedades industriales
modernas, en las cuales los estratos inferiores tienden a tener familias más grandes.
Además, hacia finales de siglo las tasas globales de mortalidad comenzaron a
bajar, aunque dubitativa y esporádicamente, afectadas posiblemente por los
esfuerzos realizados para mejorar la salud pública, sobre todo en las urbes; los
más importantes fueron las campañas de vacunación contra la viruela de 1780,
1797-1798 y de comienzos del siglo 19.
Con todo, la expectativa de vida al nacer era de apenas unos treinta años hacia 1800.
La población de Lima alcanzaba los ochenta mil habitantes antes de los terremotos
de 1687 y 1746, cayendo, tras ellos, a cincuenta mil, manteniéndose constante esta
cifra hasta finales de siglo. Por su parte la población de Potosí disminuyó por el mismo
motivo a treinta mil (1750). Hubo varias otras ciudades con una población de más de
diez mil personas, entre ellas Cuzco, Arequipa, Trujillo, Cerro de Pasco y Huamanga.
Entonces, una población en crecimiento lento y una revivida producción
minera constituyeron los dos ingredientes del gradual, aunque desigual, crecimiento
económico que se dio en Perú entre 1730 y 1770.
La producción agrícola y ganadera se expandió paralelamente en respuesta a una
demanda de consumo mayor. Sin embargo, salvo en el caso de las sumamente
eficientes propiedades jesuitas, productoras de vino y azúcar, contamos con poca
información estadística sobre los precios, la productividad o las ganancias en el
sector agrario. El rendimiento de la inversión en una típica hacienda serrana
probablemente era magro, no superando el cinco por ciento y dependiendo
básicamente de los precios altos en las malas cosechas y la subsiguiente
especulación inducida por la carestía. Lo que está más claro es que durante el último
cuarto del siglo 18, el virreinato estuvo enormemente influido, tanto económica
como políticamente, por el programa de reforma imperial conocido como las
reformas borbónicas.
En términos económicos, las reformas tuvieron un impacto contradictorio en
el Perú, aunque en general parecen haber contribuido a una recuperación
económica en los Andes entre 1775 y 1810. Las que se aplicaron en el sector
minero aceleraron la producción de plata, y la introducción del comercio libre en
el imperio trajo consigo un marcado renacimiento del comercio extranjero. Las
reformas administrativas radicales contribuyeron paradójicamente a disminuir el
tamaño del virreinato al amputársele vastas regiones en sus periferias septentrional
y meridional, reorientando así los flujos comerciales y desviándolos del centro
y de Lima, su capital comercial y administrativa. En general, el programa de
reformas coloniales emprendido en el tardío siglo XVIII por los Borbones significó
un esfuerzo concertado de España por restaurar la alguna vez profuso flujo de
ingresos provenientes de su tesoro andino.
INFO – EXPO DE HISTORIA

Nación y Sociedad en la Historia del Perú – Peter F. Klarén


https://drive.google.com/file/d/1zl4bZenbUe93UcVln3Ki93tFE3_2kq1e/view

HISTORIA DE LA MINERIA DEL PERÚ


https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/libros/2007/cyamientos/cap01.pdf

HISTORIA ECONÓMICA DEL PERÚ


https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=JTB8iVOHcjwC&oi=fnd&pg=PA25&dq=%C3%A9poca+colonial+en+el+per%C3%BA+y+su+poblaci
%C3%B3n&ots=ECBU0NshnV&sig=5sykcWwNsbCcymoyYZqtLIKnNMs#v=onepage&q&f=false

EL DESARROLLO DE LA ECONOMIA PERUANA EN LA ERA MODERNA


https://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/1160/SeminarioBruno2016.pdf?sequence=22&isAllowed=y

AVANCES EN EL ESTUDIO DE LA POBLACIÓN ANDINA COLONIAL


file:///C:/Users/cynth/Downloads/10458-Texto%20del%20art%C3%ADculo-41479-1-10-20141006.pdf

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