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Marga Angrill Carreras
José Antonio Vidal Sánchez
ESPAI LUDIC
C/ Mare de Deu del Coll nº 25 bajo. Tel. 93 237 53 38
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1. TODOS LOS HIJOS SON BUENOS Y SUS PADRES TAMBIÉN.
Bert Hellinger.
Aquí ahora se trata de que, como en una familia, algo entre en vibración como
para que se vaya uniendo, de una manera íntima.
¿Qué es lo que se opone a esas vibraciones del espíritu? son dos palabras: “Yo
“y “Tú”.
Bien. El tema de esta noche es: “Todos los hijos son buenos y sus padres
también”.
Pero si observamos, hay niños difíciles y hay padres difíciles. Y padres que se
preocupan por sus hijos e hijos que se preocupan por sus padres. ¿Cual es en
realidad el trasfondo de este tipo de preocupaciones? ¿Cómo puede ser que los
hijos se tengan que preocupar de sus padres? ¿Y cómo puede ser que padres
necesiten preocuparse por sus hijos? Y son preocupaciones con amor.
¿O sería útil ver más y comprender más lo que se manifiesta? A eso vemos que
algo se opone. El hijo dice: ¿yo? y a los padres ¿tú? Y los padres dicen: ¿yo? Y a
los hijos, ¿tú?
Pero los padres alguna vez fueron hijos con padres propios, por los que ellos se
preocupaban y con padres que se preocupaban por ellos. ¿Y cómo puede ser?
Porque esos hijos dijeron ¿yo? y a sus padres ¿tú? Y los padres dijeron ¿yo? Y a
los hijos ¿tú?
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Ahora una de las grandes experiencias de las constelaciones familiares, es que
estamos unidos a muchas personas al mismo tiempo. Cuando los padres miran
a sus hijos y dicen tú… no ven con quien está unido ese hijo con amor, mucho
más allá de los padres.
Por ejemplo, el hijo está unido con un amor muy profundo con los hermanos
que no viven, que han sido olvidados…. El hijo está unido también con amor
profundo a los hijos abortados y está unido con amor profundo a otras
personas de la familia de los padres, a quienes tampoco recordaron los padres.
De repente los padres al mirar al hijo deben ver aquí que hay muchos al mismo
tiempo. Y el hijo es uno de muchos con quienes está unido.
Ahora voy a hacer una pequeña meditación para que tengamos la oportunidad
de ponernos nosotros en este movimiento del espíritu y vivenciar con cuántos
miembros de la familia estamos unidos profundamente con amor. A los que
estamos unidos estrechamente como hijos. Y aquellos de ustedes que tienen
hijos pueden después mirar a sus hijos y repentinamente junto con esos hijos
ven a muchas otras personas que también están esperando que se las mire y o
quizás ser integradas nuevamente en la familia con amor.
Vamos hacia nuestra familia y nos vemos cuando éramos niños, vemos cómo a
veces nuestros padres se preocupaban por nosotros, porque a veces nos
comportábamos de manera extraña, a veces triste, a veces enojados, a veces
desesperados y pasamos a esos sentimientos de entonces. Al comportamiento
de entonces. Cuando nuestros padres se preocupan por nosotros y nosotros
mismos también nos preocupábamos por nosotros, porque no veíamos salida.
A veces no sabemos quién falta, cuántos son, pero sentimos y percibimos que
algo falta. Entonces internamente abrimos y estrechamos los brazos, en una
dirección, sin saber hacia quienes. Abrimos los brazos y les damos la
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bienvenida. Simplemente estamos abiertos con amor. Y de repente nos damos
cuenta que somos buenos. Buenos hijos, con un amor profundo, que esperan
que otros se agreguen, que también ellos logren su lugar en la familia.
¿Alguien que tiene un hijo pequeño, por el cual se preocupa y quisiera ver lo
bueno que es ese hijo?
Se trata de una niña de 10 meses que tiene muchos problemas para dormir.
Duerme entrecortado y está siempre alerta, no soporta que la madre se
ausente.
Hellinger: “Todos los hijos son buenos”. Los hijos buenos se preocupan, incluso
un niño muy pequeño se preocupa y por eso no puede dormir.
¿Por quién se preocupa la hija aquí?
Hellinger: Vamos a aclarar lo que pasa. Lo primero que pudimos ver es que la
madre se cayó al suelo como si hubiese querido morirse. Pero tenía una
posición extraña, tenía la posición de un embrión, entonces agregué a la hija. Y
se pudo ver muy claramente que la madre no tenía ojos para su hija. Ella misma
era una niña, una hija pequeña y por eso agregue otra mujer, sin saber quién
era. Y se puso de manifiesto que la madre era atraída por esa otra mujer. Pero
esa mujer se echaba para atrás, se cayó y temblaba. Y la madre quería ocuparse
de esa mujer.
La madre dijo que su madre había tenido un hijo que, en el octavo mes del
embarazo, había muerto dentro del vientre de la madre; no tiene tumba.
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Entonces agregamos un representante para la madre de la madre. Entonces
ella tomó a su hijo y así la cliente ya estaba libre para ir hacia su hija.
Bueno, todos los hijos son buenos. Su hija es buena. La madre como hija es
buena. Y ahora nos salimos del yo y el tú.
Cuando los hijos no pueden dormir, a menudo tienen miedo que la madre
muera o que se suicide. Están siempre alerta a que no pase nada.
Hay una historia muy digna, después de la última guerra mundial. En Berlín,
cuando estaba lleno de muertos por todos lados, había un niño que estaba
cuidando el cadáver de su hermano. Y alguien lo vio. El niño ya estaba muy
cansado, el hombre le preguntó “¿qué haces ahí vigilando?” Le contestó “Estoy
cuidando que las ratas no se coman a mi hermano”. Entonces el hombre le dijo
al niño, “pero si de noche las ratas duermen”, entonces el niño cerró los ojos y
pudo dormir. Es una tierna historia. Hay muchos niños que vigilan para que no
pase nada.
Y si ahora nosotros nos encontramos una situación así cuando vemos algo
como lo que acabamos de ver, miramos hacia algo más grande y una madre
como ella, le podría decir a su hijo algo muy sencillo: “Hoy duermo bien”. Y de
inmediato el hijo está descargado. Son pequeñas observaciones. Uno observa
lo que el niño necesita y de ahí uno le puede regalar algo así.
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Se trata de un hijo autista de ocho años y otro que no se expresa bien, dice
palabras a medias y otras palabras básicas que no dice.
Elijo dos representantes, uno para el marido y otro para la mujer y los coloco
uno frente al otro.
Hellinger:( le dice al representante del niño autista) grita muy fuerte “SÍ “
El representante del niño autista: grita y se tapa los ojos, Hellinger lo abraza. Y
el representante del niño autista se acerca a la persona de la familia de la
madre, que está en el suelo y le acaricia la espalda, abrazándose a esta
persona. Hellinger saca a la madre y la pone de pie junto a ellos. Ambos caen al
suelo, la madre se arrodilla junto al hijo autista e intenta girarlo para separarlo
de esa persona y lo acaricia.
Sophie: (al hijo autista), vos sólo lo tienes que permitir si lo sentís, no sólo
porque tu madre lo quiera. ¿Escuchaste?, solo lo tienes que permitir si vos lo
sientes eso de girarte, no porque ella lo quiera.
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El hijo autista queda tumbado en el suelo mirando a la persona de la familia de
la madre. La madre permanece de rodillas junto a su hijo.
Sophie pone a un representante nuevo y lo coloca junto al los dos que están
tumbados en el suelo, (el hijo autista y el familiar de la madre), éste se arrodilla
junto a ellos.
Dice al hijo menor: di fuerte “SÍ”. (Lo dice sin fuerza, y de repente empieza a
decir, “no”. y se queda abrazado a su hermano).
Hellinger dice a todos los que están en el suelo que se pongan de pie y se
pongan frente a los últimos representantes que salieron, mirándolos.
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Hellinger lleva a los hijos y a la madre a unirse en un abrazo a los 4
representantes de familiares desconocidos.
Se abrazan todos.
Sophie: “papá yo digo “SI” “SI“ “SI” “papá yo digo “SI“ “SI ” “SI “.
(Le dice al padre que diga a sus hijos), “yo también dijo “SI” “SI” “SI”…….. (Al
antepasado), “Gracias por amarlos a ellos”, “Ahora yo también te veo, por fin”,
(se abraza el padre a los antepasados).
Sophie le indica al padre que diga a los ancestros: “ellos son mis dos hijos “.
Sophie le indica al padre que diga a sus hijos “ahora yo los amo”, “yo ahora los
amo”, se abrazan todos. Dejar que fluya el amor entre todos. Con música….Eso
es todo. Gracias.
Hellinger: “Todos los hijos son buenos”. Esto sólo fue una introducción para
Sophie, ustedes pudieron ver cómo trabaja Sophie y como trabajamos juntos.
Sophie: (al padre) y ahora vas a ver a tu padre y le muestras a tus dos hijos.
Buenas noches.
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Hellinger:(a la hija) mira a tu mamá y dile: “yo duermo “.
Dile a tu madre:
Hellinger: Voy a decir algo general sobre la adopción: Lo primero es que ningún
hijo puede tener padres distintos de los que tiene.
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Y después, puede ser que esos padres no estén disponibles, por muchas
razones. Y entonces otra persona se ocupa de ese hijo. Y entonces lo adopta.
Entonces los padres adoptivos se ponen, por así decirlo, en el lugar de los
padres biológicos, manteniendo con vida a ese hijo y eso es un gran regalo para
ese niño.
Por regla general el hijo es leal a sus padres biológicos, no importa lo que hayan
hecho sus padres y tiene un gran dolor, por el hecho que sus padres no hayan
estado disponibles. El hijo siente ese dolor y muchas veces se enoja con los
padres adoptivos por lealtad a sus propios padres. Por esa razón muchas veces
es difícil para los padres adoptivos y entonces simultáneamente hay muchas
cosas que tienen efecto.
Después hay otros que no pueden tener hijos, entonces quieren un hijo de
otros padres, a veces le quitan ese hijo a los padres, comprándolo, por ejemplo,
eso ocurre a menudo, o secuestran al hijo. Entonces ahí no se trata tanto del
hijo, sino que la adopción está relacionada con el ego, el niño debe llenar un
vacío, algo que a ellos les falta y eso por supuesto tiene un efecto, sobre los
padres adoptivos y sobre el niño. Entonces hay muchas dificultades para todos.
Sin embargo, ese niño permanece con vida gracias a esos padres adoptivos, no
importando los motivos que tenga esa adopción. Gracias a ella el niño sigue
vivo, es decir, que al niño le hacen un bien. Y muchas veces por eso los padres
adoptivos pagan un precio muy alto y también el hijo adoptado paga un precio
alto. Porque hay algo que está en desorden. Hay un desorden con los padres
biológicos que no están disponibles y hay algo que está en desorden con los
padres adoptivos, por los motivos de la adopción, que están relacionados con
el ego. Y sin embargo, gracias a ellos, el niño sigue vivo.
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Y la adopción muchas veces tiene un precio muy alto, lo primero es que
muchas veces la pareja se separa. En caso de que los padres adoptivos, uno de
ellos no puede tener hijos y por eso quiere adoptar un hijo, para poder ser
padre o madre, en cierta manera y el otro que puede o podría tener hijos
muchas veces se separa y deja atrás al otro con los hijos adoptivos. Pero he
visto cosas mucho peores. Cuando la pareja misma tiene hijos y adopta un
niño, por razones extrañas a veces, uno de los hijos propios muere y lo que
también he observado si la mujer luego queda embarazada después de la
adopción, se aborta al hijo.
¿Curioso no? Eso tiene efectos muy amplios. Lo que he dicho ahora, se mueve
en gran medida en el ámbito de la conciencia, es decir, que hay buenos y
malos, unos de los malos son los padres que dan al hijo, que no están
dispuestos a ocuparse del hijo, por supuesto si fueran capaces de hacerlo y las
razones por las que dicen que tienen que dar a su hijo no son muy fuertes, a no
ser que alguien se enferme. Por ejemplo cuando una madre se vuelve psicótica,
entonces ella no se puede ocupar y el padre quizás no esté. Y entonces alguien
interviene y se ocupa del niño. Eso es otra cosa.
Sin embargo el niño se vive como abandonado por los padres, sobretodo
abandonado por la madre, bueno y después el niño es adoptado y los padres
adoptivos son mejores y lo son en cierta manera.
Porque se ponen en lugar de los padres y el hijo sigue siendo un pobre hijo y
muchos lamentan lo que les pasa, eso sigue estando en el marco de la
conciencia y ahora podemos mirar a la adopción, en el nivel del espíritu y
entonces ahí todo tiene un aspecto diferente y ahora voy a hacerlo con
ustedes.
Meditación.
Me imagino que ahora hay un niño adoptado y ese niño me dice que fue dado
por los padres y ese niño está enojado con los padres. Siente que fue dejado de
lado y en cierta manera también rechaza a los padres.
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Y ahora con el niño hago un ejercicio y ustedes pueden acompañar ese ejercicio
y ganar algo esencial para ustedes mismos.
Yo le digo al niño, mira a tu madre tal como es, ella te dio la vida, sólo ella. Tú
tienes la vida a través de ella. Pero esta madre está al servicio de una fuerza
superior, de la que surge toda la vida y esa fuerza ha determinado que ella es
para ti tal como es. Solo, porque es como es, pudo ser tu madre y ella te ha
regalado la vida. Toda la vida, no faltó nada, tú has recibido todo de ella,
porque estaba al servicio de esa fuerza. Y te dio la vida a un precio alto. Y que
te haya dado la vida a ese precio la va a acompañar durante toda una vida y ella
paga un precio alto por tu vida.
Y ahora la miras y miras por encima de ella, más allá de ella, a esa fuerza y le
dices: tú me has dado esta madre, como mi madre, para que yo pueda estar
vivo. Yo tomo la vida a través de esta madre, tal y como es y a todo el precio
que a ella le costó y que a mí me cuesta.
Y luego miras a tus padres adoptivos y miras más allá por encima de ellos. A esa
fuerza grande. Esa fuerza grande les eligió para ti, para que te mantengan con
vida y los miras tal como son, tal cual son. Y les dices a ellos, gracias. Tomo todo
lo que ustedes me han regalado, a todo el precio que a ustedes les costó y que
a mí me cuesta. Y hago algo bueno con ello para vuestra alegría.
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Y ahora miras a tus padres y a tus padres adoptivos, por encima de ellos, a esa
gran fuerza y dices: “yo lo tengo todo. Ahora soy libre. Ahora vivo y vivo
totalmente y transmuto lo que me fue regalado con amor”.
Hellinger: ahora esto fue un ejemplo más; que muestra la diferencia entre los
niveles. El nivel de la conciencia, donde hay buenos y malos. Y el nivel del
espíritu donde todo está en orden tal y como es.
Hellinger: cada uno tal como es, lo sabe todo a cerca de sus padres y sabe
también todo acerca de sus hermanos, está en el campo ¿no? Y sin que lo sepa
detalladamente se siente unido y vinculado y eso es suficiente ¿ok? Está bien.
Pareja que está en el noveno mes de embarazo y comenta que tuvieron dos
abortos provocados y preguntan si es bueno poner dos juguetes en la cuna del
nuevo bebé representando a esos dos niños y se le ocurrió comprar dos
juguetes y ponérselos en la cuna al nuevo bebé.
Hellinger: ¿Qué es lo más importante aquí?
Que ahora sí hay un hijo. Eso sí es lo más importante, sea cual fuera el precio
por ello.
Pero ahora ya está llegando el hijo y eso es lo primero ¿están contentos por
este hijo? Entonces eso es un aspecto. Creo que no tengo permiso para hacer
nada más, ahora les dije algo lindo y ahora entrégale todo tu amor a tu hijo.
Quiero decir algo para terminar. Nuestro tema era “Todos los hijos son buenos
y sus padres también”.
Hemos visto muchos ejemplos de eso, pero ahora por ejemplo, al final cuando
el formuló esa pregunta, podemos decir, ¿los padres son buenos? Eso ahora
vendría a ser el test. Nos mantenemos en el ámbito de la conciencia, con la
diferenciación entre lo bueno y lo malo. Entre el castigo y la compensación con
efectos terribles sobre los padres y sobre los hijos abortados y sobre el hijo que
ahora está por nacer.
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Bueno voy a hacer un pequeño ejercicio. Un ejercicio sanador.
Meditación.
Cierren los ojos.
Vean en ustedes. Ustedes también ¿estarían dispuestos a abortar un hijo, en
una situación determinada? O ¿jamás podrían pensarlo?
¿Somos entonces mejores quizás porque no se nos haya presentado una
situación así?
Y ¿No deberíamos decidirnos? Quizás tuvimos una situación así y nos
decidimos por un aborto y por lo tanto estamos en el mismo barco, sin
diferencias. De la misma manera estamos en el mismo barco y luego miramos
más allá de nosotros y de los otros. Miramos al poder creador del que proviene
toda vida y ante ese poder, la fuente original de toda vida, es amado cada uno
a su manera, sea cual fuere su destino. Ante esa fuerza nadie está perdido,
ningún inocente está perdido y ningún culpable está perdido, todos a su
manera, están tomados al servicio. Lo que sea. Y a ese poder le entregamos
nuestra culpa y nuestra inocencia, en la misma medida, ni lo uno, ni lo otro
cuenta. Y decimos una sola cosa a esa fuerza, sea lo que fuere, sea lo que haya
habido, digo “SÍ”.
Entonces somos humildes y sabemos que todo lo que ocurre, está al servicio
de esa fuerza y tiene un movimiento grande, ella guía todo lo que hay de
regreso hacia ella y allí es bueno.
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¿Qué ocurre a la niña?
Mujer: Bueno, el padre de Lucía hace casi un año que no la ve. Ella tiene dos
años y medio y es la segunda vez que esta ausencia se produce.
Mujer: Bueno, un efecto negativo porque ella pregunta mucho por su papá.
Hellinger: Claro. Pregunta por el papá. ¿Y por quién pregunta el papá?
Tengo una frase interna que la madre dice a la niña, “muere en mi lugar”.
Entonces voy a seguir con los ángeles de la guarda. Estoy seguro que los
ángeles de la guarda ayudan a la niña y a la madre. Tanto a una como a la
otra. Voy a configurar a dos personas. Una representante para la mamá y un
representante para el papá de la niña. Colóquense en frente.
Hellinger: Hay una frase que me surge. Dile, “qué bueno que estés muerto”.
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Hellinger se acerca a la representante de la mujer y le dice: Diles, “ahora estoy
libre”.
Hellinger: Todos los padres también son buenos porque también son hijos.
Como hija alguien le dijo: yo también voy. Eso significa, “yo también muero”.
Ese es su amor. Va hacia otro lado.
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Y, como pueden ver, este trabajo va mucho más allá de lo que se piensa sobre
constelaciones familiares. Todos nosotros somos guiados desde otro lugar por
una fuerza que a todos nos mira por igual con amor.
Es decir, que nos movemos con el espíritu. ¿Y eso qué significa? Podemos
observar que todo aquello que existe se encuentra en un movimiento. ¿De
dónde proviene este movimiento? Solamente puede venir de fuera, de algo
más grande. De algo grande, algo espiritual, consciencia. Porque todo aquello
que se mueve tiene sentido. Detrás de ello hay un espíritu y queda muy claro.
Y aquí estuvimos con ese movimiento sin diferenciación alguna, sin valoración.
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Aun cuando dentro de ese movimiento algo terrible surgía como por ejemplo
el deseo “quisiera que te mueras”, pero eso es en un primer plano. Detrás hay
otro movimiento, otro movimiento de amor y si nos mantenemos en esa
actitud, en ese movimiento de amor algo surge por sí solo. Todos aquí han
sido tomados por un movimiento espiritual y ese movimiento unió aquello
que antes había estado separado. Entonces sale a la luz: todos los hijos son
buenos y sus padres también. Sólo pretendemos descubrir ¿dónde? Y esta es
la bendición que cubre este trabajo que podamos llegar ahí y vivenciarlo en
nosotros y en aquellos a los que estamos ayudando.
Más tarde.
Hombre: No.
Hombre: No.
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Hellinger: ¿Y por qué viniste aquí?
Hellinger: ¿Y qué ocurre con los niños, tienes preocupaciones por ellos?
Hombre: Sí, ellos aparentemente están bien. Pero se les nota que están
tensionados por la situación.
Hombre: Bueno, él lo refleja de otro modo, por ejemplo tiene pelo largo y no
hay nada que se lo corte. Bueno, quizá no refleje algo grave pero también la
forma de vestir.
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Hellinger ubica el hombre frente a la representante de su mujer. El hombre se
acerca a la mujer y al estar a su lado se cae al suelo donde queda boca abajo.
Hellinger saca otra representante, ésta se acerca al hombre. Él la mira y se
incorpora un poco. Se pone de píe y los tres se están mirando. Hellinger saca
otro representante:
Hellinger: Todos ahora miren hacia ahí. (Hacia el secreto y la persona tumbada
y también la representante de otra mujer.) Y luego miran por encima y más
allá a lo lejos e internamente dicen “sí”. Y ahora le miras a ella.
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Los movimientos del espíritu.
Mujer: Nació con la válvula pulmonar totalmente tapada y todo el lado derecho
más chico. Ok.
Sophie: ¿Qué pasa cuando una de las válvulas está completamente cerrada?
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Aquí pudimos observar lo que son los movimientos del espíritu y qué es lo que
exigen de nosotros. Aquí, cuando la pareja estaba sentada a mi lado e
informaron sobre la hija, sabía lo que debía hacer. Sabía que debía elegir un
representante para la vida y una representante para la muerte. ¿Quién de
ustedes se hubiese animado a hacer eso? Yo me animé porque estaba en
sintonía con un movimiento del espíritu y sabía bien que eso debía hacer. No
sabía por qué y tampoco hacia dónde iba. En los movimientos del alma
solamente somos llevados hasta el próximo paso, no sabemos a dónde lleva.
Pero desde la sintonía con el espíritu podemos estar seguros que va a tener un
buen efecto y eso también se muestra en el hecho de si tenemos el coraje de
acompañar ese movimiento.
Puedo dar un ejemplo. El año pasado estuve en Polonia tres veces y también
mostré este tipo de trabajo. Había entre 250 y 300 participantes que quieren
aprender esta forma de constelaciones familiares. Y la persona que lo
organizaba después hizo el cuarto curso y después me escribió cómo le fue.
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La pérdida temprana de los padres.
Hellinger: Quiero decir algo. Vos de eso está contenta. ¿Vieron? Está feliz por
eso. ¿Qué oportunidades tiene la hija? Ninguna. Lo hace por la madre. Y ahí lo
dejo. Sí, lo saqué a la luz. Y ahora tenemos que ver qué pasa. Ella debe ver lo
que pasa.
¿Vieron lo que es coraje? En sintonía con los movimientos del espíritu es muy
sencillo. Y a la hija le ayudé. Se acabó el juego. Ahora la cosa se puso seria.
Entonces hay una oportunidad para todos. Inclusive para la madre.
Otros
Hombre: ÉL solo.
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Hombre: Tiene una hija.
Hombre: Sí.
Hombre: Porque siempre pasan cosas que nos separan y no puedo estar
presente en su vida.
Hombre: Hace seis meses estuvo con la madre. Antes vivía la mitad con la
madre y la mitad conmigo.
Hombre: Mi madre murió cuando yo era muy chico. Mi padre vive, pero
también con mucha distancia.
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Hombre: Ocho, nueve años.
Hellinger: Ahora observamos esto. El hombre está atraído por una persona
muerta y evidentemente es su mamá. La mamá que murió temprano. ¿Estaba
entonces el hombre disponible para la mujer? No. Pero ella es amorosa. En su
actitud es amorosa. Pero vos mira a la muerte. Te falta tu mamá. ¿Y cómo te
falta tu hijo? ¿En él ves a tu hijo? ¿En él te falta tu hijo? ¿Quién te falta cuando
él no está?
Hombre: Mi madre.
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El niño llora y se vuelca a los brazos de su padre.
Hellinger: Todos los hijos son buenos y sus padres también. Bueno, mucha
suerte para ustedes.
Ahora, por supuesto debería hacer algo con el padre. Y ahora ¿qué sería de
ayuda para el padre? Que diga a su mamá “la vida continúa”. “Tengo un hijo.
Míralo con amor” Y dile a tu mamá “de ti tomo la fuerza para estar para él.
Como su papá.” Entonces ahí está el orden.
Y esa es una condición previa para una pareja feliz. Que cada uno esté unido a
su madre con amor. Cuando ambos, el hombre y la mujer, están unidos a su
mamá con amor, nada se interpone en el camino hacia la felicidad para ellos.
Esta es la condición previa. Y luego, cuando tienen hijos, los hijos no necesitan
reemplazar lo que les falta a ellos. Muchas veces, por ejemplo, cuando una
mujer no pudo tener un vínculo con su mamá por las razones que sea, puede
ser por implicaciones, no tiene que ver con la culpa propia o algo así, entonces
una hija debe reemplazar a la madre. Entonces la madre se comporta frente a
la hija como si ella misma fuera la hija y la hija la madre. Entonces los niños
incluso muy pequeños se preocupan por la madre como si ellos fueran grandes
y la madre pequeña.
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Y así continúa. Entonces esa hija no puede tener a su madre porque para ella
debe reemplazar la madre y cuando ella misma tiene una hija ella misma se
vuelve la hija y la hija la madre. Eso se ve a menudo.
¿Cómo pueden los hijos ser buenos entonces? Los padres deben ser buenos y
eso significa bien como padres y deben haber vivenciado que sus padres están
para ellos y que estén unidos a sus padres con amor. Entonces los hijos
respiran aliviados y pueden ser hijos. Sólo hijos. Y los padres siguen siendo
padres. Entonces los hijos tienen futuro.
Entonces ahí se pone claro que cada vez que tenemos que ver con hijos difíciles
o simplemente con hijos que nos preocupan, no tiene nada que ver con el hijo.
A veces tampoco tiene que ver con los padres. Hay un contexto más grande.
Por eso cuando tenemos que ver con ese tipo de situaciones miramos más allá
de los hijos y más allá de los padres, en otro contexto.
Psicosis.
Quiero decir algo sobre psicosis. La primera noche tuvimos un ejemplo de
psicosis. Un niño autista o más bien dos niños autistas. Esos también son
psicosis. Y sobre psicosis y sobre niños psicóticos tengo una comprensión
profunda y esa no es comprendida por muchos. Se encuentra con grandes
resistencias. Sobre todo de parte de psiquiatras, curiosamente. Entonces yo me
atreví a ofrecer un curso solamente para psicóticos y muchos de los
consteladores familiares líderes estaban en contra. Algunos de ellos
psiquiatras.
Pero fue un curso que tuvo mucho éxito y a través de ese curso pude ver qué
es lo que actúa detrás de la psicosis y publiqué un libro sobre eso y también un
vídeo y tienen un lindo título “Amor al borde del precipicio”. Eso es lo que
vemos en el psicótico, un amor profundo, pero en el precipicio. Un amor que
puede precipitarse al precipicio. Y los psicóticos están dispuestos a saltar al
precipicio.
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Veo que algunos están asintiendo con la cabeza que lo vivenciaron así.
Evidentemente tienen un gran amor hacia los psicóticos. Entonces es muy
sencillo cuando lo comprendemos.
Cuando uno se vuelve psicótico, los demás están aliviados, porque entonces
ellos quedan liberados. Y eso lo vi en tu caso. Estás aliviada que tu hija sea
psicótica. No es importante hace cuánto tiempo. Por lo que podemos ver, lo
que observamos, ella está aliviada de que la hija sea psicótica. Entonces vemos
que en la familia todos se unen como para evitar la sanación porque tienen
miedo que después el otro deba hacerse cargo. Es decir, que el psicótico se
hace cargo por los otros. Pero los otros no son malos. Es una dinámica familiar
en la que están intrincados.
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Por eso tampoco sirve ayudar al psicótico solamente. El sistema es psicótico, no
una persona individual. Y por eso tiene que demostrarlo y mostrarlo de una
manera que todos estén aliviados. Porque en el caso de muchos psiquiatras en
su familia se da la misma dinámica. Y al ocuparse de los psicóticos, ellos están
libres.
¿Pero cómo se comportan muchos psiquiatras frente a los psicóticos? ¿Lo digo?
¿En cuál grupo de medicina hay más crueldades que entre los psiquiatras? Si
miramos la historia de la psiquiatría empezando por las camisas de fuerza,
electroshocks, operaciones cerebrales. ¿Hay algo que puede ser más cruel y
más asesino? Y ahora existen medicaciones con las cuales los psicóticos se van
tranquilizando. Ahora lo vivimos en Chile, hubo una niña que por un suceso sin
importancia la internaron en psiquiatría, se le da la medicación y se le dice que
hasta el fin de su vida debe seguir tomándola. ¿Hay algo más cruel? ¿Quitarle
toda esperanza? Pero, los psiquiatras son personas como nosotros también.
Implicados. Y por eso solamente es posible poner en movimiento todo el
campo mirando con amor a todos. A todos los intrincados y confiar en un
movimiento del espíritu que permita que el amor fluya y que desaparezca el
miedo.
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2. EL SECRETO DE UNA BUENA EDUCACIÓN.
Bert Hellinger.
Hellinger: El tema que hemos escogido juntos es “Todos los niños son buenos”.
Si todos los niños son buenos, entonces todos los padres son buenos también.
Ellos también fueron buenos niños. Esto delimita el marco en el que nos
moveremos esta tarde. Cuando decimos: “Todos los niños son buenos”, oímos
alrededor nuestro lo contrario, lo mismo que oímos cuando a veces digo:
Para mí, todos los padres son perfectos. ¿Por qué? En la transmisión de la vida,
lo han hecho todo bien, todos ellos tal y como son. En esa perspectiva, son
todos perfectos. Lo que hayan hecho después es secundario.
Tenemos que recordar otra cosa. ¿Qué significa, en el fondo, ser bueno?
Cuando nos cruzamos con gente supuestamente buena, ¿cómo nos sentimos?
¿Nos sentimos buenos? ¿O falta algo?
En relación con esto, tuve una comprensión importante acerca de las madres y
Dios. Es frecuente que, a través de nuestras expectativas y deseos con respecto
a ellas, esperamos que sean como Dios. Pero como no son Dios sino que son
personas comunes, les hacemos reproches. ¿Y, de paso, qué le hacemos a
Dios? ¿Y qué hacemos a nuestras madres? Para mí, mi madre es una mujer
común, ante Dios lo es también. Incluso yo soy una persona común, a su lado.
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Tomar la vida.
Ahora, haré un ejercicio con vosotros. Cerrad los ojos. Nos imaginamos que
estamos, como niños, en presencia de nuestra madre y de nuestro padre y les
miramos. De ellos nos vino la vida, entera, sin que ellos pudieran restar o
añadirle algo. Nos abrimos interiormente y decimos a nuestra madre y a
nuestro padre: "Gracias. Lo tomo todo de vosotros, tal como ha fluido desde
vosotros hasta mí. Con todas sus puntas y ribetes, con todo lo que eso significa
en mi destino. Asiento a ello tal como es, con amor. Así, te tomo en mi corazón,
querida madre y tú también, querido padre”.
Cualquier precio está bien para mí. Y hago algo de la vida que me habéis
regalado, para vuestra honra y para vuestra alegría. Y si me toca, la daré más
lejos, como vosotros a mí, de una manera común, a niños comunes. Les quiero a
ellos también tal como son, niños comunes. Son lo justo para mí”.
Fliege: Es cierto que existe ese momento y no es una terapia. Cuando nos
despedimos de nuestra madre, a la hora de su muerte, la mejor ayuda posible
para ese momento es inclinarse ante ella y decirle: "Madre, lo que me has dado
me basta. Es suficiente para toda mi vida”. Si lo podemos decir así, la madre se
puede ir. Pero si no lo conseguimos decir, se queda ella colgando entre cielo y
tierra. No se trata de una situación terapéutica inventada. Ocurre
efectivamente en la vida de cualquier individuo y lo espera como una ayuda al
llegar a ese frontera.
Hellinger: Con respecto a ese tema, he hecho experiencias particulares en
África. Entre los Zulús, con quienes he vivido y trabajado, no he encontrado a
nadie que haya hablado despreciativamente de sus padres. Ellos no conocen
esto. Para ellos, la vida es algo grande y es lo esencial. Cuando un Zulú se
encuentra con otro, le dice “sakubona”, lo que significa “te he visto”. El otro
dice a su vez “te he visto”. ¿Qué diríamos nosotros, a continuación?
Preguntaríamos “¿qué tal?” Los Zulús se interesan por algo totalmente
diferente. Preguntan “¿usafila?”,” ¿aún vives?” Y la respuesta viene “Sí, aún
estoy aquí”. Estar aún en vida es, para ellos, lo esencial. Por lo tanto, podéis
entender cuál es su actitud frente a sus padres. Cuando les miran, miran a la
vida que han recibido de ellos. Y esto representa lo esencial.
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Todos los niños son buenos.
Ahora ¿qué hay de los niños? ¿Acaso son todos buenos también? La
experiencia de muchos padres es que los niños no son como ellos esperan.
Entonces dicen cosas como “es un niño difícil”, o incluso “es un niño malo”.
Nos quedaremos pues con que “todos los niños son buenos”. Sólo que, a veces,
no comprendemos bien en qué son buenos y cómo aman. Ellos aman en un
nivel oculto que tal vez no vemos y no entendemos. Cuando traemos ese amor
oculto a la luz, de pronto cambia todo.
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Luego, hice con ellos un pequeño ejercicio. Les dije: “Imaginad a la hija,
miradla y ved dónde y cómo os ama”. De repente, surgió un brillo en sus
rostros. Para terminar, le aconsejé al padre decirle de vez en cuando a la hija
cuánto se alegraba él al verla buena con la madre.
He descubierto algo importante acerca de los niños felices. ¿Qué niños son
felices, o cómo pueden los padres hacer felices a un niño? Pues, cuando el
padre ve y respeta en su niño a la madre. Y, a su vez, cuando la madre ve y
respeta en su niño al padre. Eso hace feliz al niño.
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