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BIBLIOGRAFÍA

 CULINARIA r e s e ña s

Sabores y sinsabores Durante poco más de siglo y medio,


la cocina fue un tema moderado para
pero desconocemos nuestras técnicas
de atollados, zaperocos, secos y calen-
de un libro de cocina la producción editorial, la comercia- tados” (p. 10). Observamos una sana
lización en librerías del país y más intención de homologar términos y
Técnicas profesionales de aún para sus eventuales lectores. Se conceptos del lenguaje popular culi-
cocina colombiana consideraba un saber elitista que osci- nario, pero la ausencia de una meto-
Carlos Gaviria Arbeláez laba entre el prestigio y la banalidad, dología en el ordenamiento del trabajo
Universidad de La Sabana, Bogotá, 2016, consecuencia de una arraigada tradi- conduce a obtener una numerosa reco-
761 pp. ción tendiente a emular costumbres de pilación de categorías, donde algunas
otras latitudes. Así las cosas, en la pri- son procesos de preparación (léase
Cocinar es un arte, pero mera mitad del siglo XX los recetarios recetas, por ejemplo, arepas, arroces,
todo arte requiere saber algo escritos por señoras de alta sociedad bebidas y fermentados, empanadas y
sobre las técnicas y los materiales. pululan en las ciudades más impor- pasteles) en tanto que otras responden
Nathan Myhrvold tantes de la época; luego aparecen a productos (léase alimentos, por ejem-
colecciones por fascículos, las cuales plo, carne, huevos, maíz, queso), y con
La h istor i a de los libros de co- estuvieron de moda en las décadas de ello se genera una mezcla que no per-
cina en Colombia tiene un poco más los sesenta y los setenta; posteriormen- mite entender la razón por la cual unos
de siglo y medio. Se asume que en las te se editan libros de gran formato e procesos son tratados con depurada
primeras cuatro décadas del siglo XIX impecable factura en sus imágenes (li- teoría, mientras otros tantos apenas es-
se conocieron algunos manuales del bros de salón), y para finales del siglo tán someramente mencionados. Todo
hogar procedentes de España, los cua- XX y albores del XXI se pone en boca lo anterior se concentra en 14 capítulos
les llegaron inicialmente a Cartagena de todas las clases sociales la presti- y el autor afirma que son 2.000 proce-
y más tarde alcanzaron a distribuirse giosa gastronomía, haciendo que los sos culinarios los enunciados. Estamos
entre las élites de Santafé de Bogotá, saberes alrededor de mesa y cocina ante una obra que en lo físico impresio-
Pamplona, Tunja, Santiago de Cali, se conviertan en especializaciones, y na al lector —su tamaño generoso y el
Medellín y Popayán, pero es a me- dando pie a una proliferación de pu- grosor que le aportan sus 760 páginas
diados de dicho siglo cuando aparece blicaciones: algunas excelentes, otras le otorgan una aparente imagen de bi-
el primer texto culinario impreso en tantas interesantes, la gran mayoría... blia culinaria—. Reiteramos, se trata
el país (1853). La historiadora Aída sencillamente intrascendentes. de un trabajo nunca antes considerado
Martínez Carreño, en su libro Mesa y Fue necesario que transcurrieran por investigadores de nuestra cocina
cocina en el siglo xix (Fondo Cultural más de 150 años para que por fin y, por tanto, lo presentado —por la
Cafetero, 1985), nos informa sobre el apareciera un libro sobre “cómo se forma como se presenta— advierte
tema: “Los manuales de cocina, los li- cocina en Colombia”. Precisemos: si que el asunto es de una dimensión
bros de recetas, son un género edito- bien Técnicas profesionales de coci- gigantesca. Por ello, al momento de
rial cuya difusión es reciente; durante na colombiana puede considerarse entrar a depurar la información sobre
muchos años, la cocina fue más bien un recetario, la intención de su autor los 2.000 procesos referidos, el autor
un arte innato, desarrollado con la es mostrar de manera descriptiva un opta por categorías genéricas de gran
práctica junto a un maestro, y no una amplio conjunto de procesos de pre- titulación y contundente imagen, pero
ciencia al alcance de todos”. Y más paración, los cuales, según la región —repetimos— desafortunadamente
adelante escribe: del país donde se implementan, serán algunas muy recatadas en el contenido
El Manual de artes, oficios, cocina denominados de una u otra forma. Al de su descripción.
i repostería, publicado en Bogotá respecto comenta el autor: Carlos Gaviria Arbeláez, como al-
en 1853 por la imprenta de Nicolás Definitivamente comemos lo mis- gunos monjes de reconocido prestigio,
Gómez, se convierte en nuestro mo, pero lo llamamos diferente. Acá es un chef de vocación tardía, razón
primer libro de cocina [...] este libro encontraremos todos los hermanos por la cual llegó a los fogones con ab-
es un trabajo de recopilación de perdidos en las diferentes regiones soluta claridad de lo que quería hacer
recetas verdaderamente valioso del país y los presentaré para que con su existencia. Este libro es una
desde el punto de vista documental; empiecen a vivir juntos de acuerdo propuesta muy interesante, resultado
sus autores no se limitaron a copiar con la técnica aplicada [...] en la de quien ha trajinado en la vida por
o traducir algunos de los libros espa- actualidad para hacer conocer una diferente s experiencias que le permi-
ñoles o franceses que ya circulaban técnica de aborrajado, debo poner tieron enriquecer su conocimiento. En
por aquí; por el contrario, recopilan un ejemplo de tempura japonés y sus propias palabras:
muchas fórmulas que pueden cla- para explicar un pisado o naco, ten- [...] después de colgar mi títu-
sificarse propias de nuestra cocina. go que referirme a un puré francés. lo universitario como abogado e
Las conocidas dificultades de la (pp. 10-11) iniciar este camino apasionado y
proporción, y los términos imprevis- difícil de la cocina, recorriendo mu-
tos como ‘un real de leche’, ‘media Y más adelante reitera: “[...] cono- chos lugares del mundo y conocien-
jícara de agua fría’ o ‘tres pozuelos cemos y adulamos lo extranjero, pero do las maravillas de las cocinas de
de talvina’ (?), convierten el libro en desconocemos lo propio. Somos diferentes continentes, hice un alto
curiosidad histórica. expertos en risottos, paellas, sushis, en el camino para hacer la siguiente

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r e s e ña s BIBLIOGRAFÍA CULINARIA


reflexión: los cocineros y gastró- francés, Jean François Revel, quien


nomos tenemos denominación de sobre la cuestión que estamos tratando
origen. Definitivamente, al igual escribe en su obra Un festín en pala-
que el vino o el queso, nosotros nos bras: “En asuntos de cocina la célula
debemos también a nuestra tierra y no es la nación, la verdadera célula cu-
nacionalidad. (p. 10) linaria es la región” (Tusquets, 1980).
Quede claro: no se trata de una cocina
Asumamos que fue este sentimien- colombiana o una cocina nacional; la
to el que lo motivó a lanzarse a la inves- cocina de nuestro país debe estudiarse
tigación, con un gran acierto al enfo- y entenderse a través de sus cocinas re-
carse en un tema que jamás había sido gionales. Convengamos, la extensión
considerado por los estudiosos de la territorial de nuestro país hace que
cocina en épocas anteriores. Recorde- cualquier investigación sociocultural
mos que, en los últimos treinta años, la sea un reto en el tiempo (léase larga
investigación culinaria siempre estuvo duración) y a la vez una empresa de
liderada por investigadores sociales grandes recursos económicos (léase
(antropólogos e historiadores), y solo sumamente costosa).
en los tres últimos lustros del presente La Universidad de La Sabana no es-
siglo una nueva generación de chefs catimó recursos y apoyó este trabajo de
ha estado incursionando en terrenos excelente factura, el cual esperamos sea
académicos que para ellos también son el principio de un fértil fondo de edicio-
de su incumbencia. Insistimos, Carlos nes culinarias. Técnicas profesionales de
Gaviria Arbeláez se distingue de esa cocina colombiana es un libro que tiene
generación de profesionales inquietos en su contenido todo el potencial para
porque intuyó que hacer la pesquisa derivar en otros libros; arepas, arroces
sobre el “cómo se hace” era un tra- y envoltorios son una mínima muestra
bajo que nadie había emprendido. Sin de temas para desarrollar en nuevos
embargo, en su propósito de unificar ensayos escritos, con una obligada
el lexicón culinario lo acompaña una complementación del aspecto histó-
equivocación, y al respecto, en su justi- rico, geográfico y cultural para cada
ficación del trabajo, opina: “[...] si bien región observada. Con seguridad, este
hago un análisis y estudio regional, la libro hará presencia próximamente
intención es que empecemos a hablar en todas las bibliotecas públicas del
el mismo idioma gastronómico y no país y, más aún, en las bibliotecas de
infinidades de dialectos regionales, las muchas escuelas de cocina que
para que, de esta manera, podamos ex- hoy están formando cocineros con
portar un producto que se llame cocina una renovada concepción curricular.
colombiana” (p. 11). Disentimos total- Dichas escuelas han convertido el
mente de este propósito, consideramos aprendizaje y reconocimiento de las
que la pretensión de “lo nacional” en cocinas regionales colombianas en el
asuntos de cocina no es el camino; la tema más importante de su pénsum,
investigación exigía hacer un análisis beneficiando así a quienes afincan
comparativo de los “dialectos regio- sus esperanzas de vivir y contribuir
nales” y traducir su importancia en su en esta sociedad apoyados por el co-
contexto social. Pero es aquí donde se nocimiento del oficio más antiguo que
asoma una ausencia de observaciones acompaña al ser humano: la cocina.
de contenido histórico, geográfico y El tema culinario no es una ciencia; su
cultural, que en su conjunto son las investigación o estudio pertenece más
que conforman el andamiaje más al mundo de la creatividad, el arte y el
característico de las estructuras re- artesanado culinario. Por eso, cuando
gionales validando su oposición a lo alguien como el autor y cocinero de
nacional. Subestimar lo regional cons- este libro considera que con su saber
tituye una lamentable equivocación, puede aportar a su pedagogía, entonces
dado que es en dichas características reconocemos que se trata de alguien
donde nacen las técnicas regionales, absolutamente meritorio.
y no solo en cocina sino en todos los
oficios artesanales. Julián Estrada Ochoa
Permítasenos referir literalmente
el pensamiento de un prestigioso his-
toriador y comentarista gastronómico

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