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Zacarías Natalia

Ser o no ser infante en la posmodernidad

La infancia es una construcción histórica de la modernidad, cargada de sentidos por el discurso pedagógico.
La institución escolar, también moderna, supone masas de niños homogéneas, posibles de ser distribuidas
de acuerdo a la edad y conocimientos alcanzados. En la actualidad, la infancia se reconfigura, fugando hacia
dos polos llamados infancia hiperrealizada e infancia desrealizada.
Rousseau, en el siglo XVIII, describió por primera vez al niño como quien tiene formas de ver, pensar, sentir
que le son propias, y no como era habitual como “adulto pequeño”.

La escuela pensada por Comenio tiene las categorías con las cuales elaborar un saber teórico y práctico,
sobre ellos. Se disponen normas pedagógicas cuyo cumplimiento es controlado. La pedagogía normatiza,
delimita los ideales deseables y los que no lo son.
Entre los supuestos de la escuela moderna, está el de considerar a la infancia como masas de niños
homogéneas. En la actualidad se reciben masas heterogéneas de niños no pensados, ante los cuales la
pedagogía busca categorías con las cuales significar estos nuevos actores, esos viejos dispositivos.
Hay consenso en ubicar los comienzos de esta cultura posmoderna en los años setenta, con la crisis de la
modernidad y la existencia de nuevas pautas de relaciones sociales, económicas, políticas y culturales:
quiebre de lógicas productivas, nuevas tecnologías de la información y la comunicación y la extensión del
consumo, entre otras…

Estas nuevas infancias procesadas massmediaticamente en un mundo de consumo.

Con tanta información circulando, la autoridad del docente, su lugar de saber, se desvanece, y la escuela
parece ser el lugar donde los jóvenes vegetan son grandes motivaciones ni intereses.

Esto provoca la fuga de la infancia hacia dos polos (Narodowski):

 Infanciahiperrealizada: aquella que no espera. Procesada a los ritmos vertiginosos de la cultura


massmediática. Gran manejo de las tecnologías porque crece en ellas, se realiza en ellas. No generan
en los adultos cariño o protección.
 Infancia desrealizada: independiente, autónoma, construyen sus propios códigos en las calles y los
trabajos. No despiertan tampoco ternura y cuidado.

Infancia desenchufada de la escuela, que no logra retenerlos, y cuando lo logra, no sabe qué hacer con ellos.

En las escuelas y en las calles hay sujetos no pensados por la pedagogía, que ven en la escuela un no lugar.

Entre los dos polos están aquellos que permanecen sin tener en claro por qué, en algunos casos sin cuestionárselo,
en otros tratando de “no vegetar”.

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