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El principio de libre determinación de los pueblos y su aplicación en el caso de los pueblos originarios

Omnia. Derecho y sociedad


Revista de la Facultad de Ciencias Jurídicas
de la Universidad Católica de Salta (Argentina)

El principio de libre determinación de los pueblos y


su aplicación en el caso de los pueblos originarios
The Principle of Self-determination of Peoples and
its Application in the Case of Indigenous Peoples
Gustavo E. Barbarán y Víctor F. Toledo1

Resumen Abstract

El presente trabajo constituye un avance del proyec- This paper reflects progress made in the re-
to de investigación titulado “La aplicación del princi- search project “Application of the Principle of
pio de libre determinación de los pueblos a los pue- Self-determination of Peoples to Indigenous Peo-
blos originarios de América del Sur”. Dicho proyecto ples in South America”. The general objective of
tiene como objetivo general analizar la aplicación the research project is to analyze the applica-
del principio de libre determinación en el caso de tion of the principle of self-determination to Sou-
los pueblos originarios de América del Sur, así como th American Indigenous peoples together with
analizar sus implicancias políticas y jurídicas. its political and legal implications. The research
La hipótesis del trabajo plantea que la aplicación del hypothesis is that the application of the princi-
principio de libre determinación a los pueblos origi- ple of self-determination to South American Indi-
narios de América del Sur puede ocasionar situacio- genous peoples may give rise to conflict relating
nes conflictivas en torno al concepto de soberanía, the concept of sovereignty, both at national and
tanto a nivel nacional como regional, con potencia- regional levels, with the potential to cause politi-
lidad de generar inestabilidad política en distintos cal instability in different countries.
países.
Keywords: Indigenism - self-determination - so-
Palabras clave: indigenismo - libre determinación - vereignty - cultural identity - Indigenous peoples
soberanía - identidad cultural - pueblos originarios - - territorial integrity
integridad territorial

Derecho-Relaciones Internacionales / artículo científico


Citar: Barbarán, G.; Toledo V. (2018) El principio de libre determinación de los pueblos y su aplicación en el caso de
los pueblos originarios. Omnia. Derecho y sociedad, 1 (1), pp. 11-27.

1 Instituto de Derecho Internacional (IDI) de la Universidad Católica de Salta. Este artículo es resultado del proyecto
de investigación “La aplicación del principio de libre determinación de los pueblos originarios de América del Sur”,
aprobado por Resolución Rectoral 277/09. El equipo de investigación estuvo conformado por Gustavo E. Barbarán
(director); Federico A. de Singlau; Melisa Languasco; Víctor F. Toledo y contó con la participación de Susana Miño
y Sofía González, entonces estudiantes avanzadas de la carrera de Abogacía.

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INTRODUCCIÓN Estados soberanos e independientes que se


conduzcan de conformidad con el principio

E
l principio de libre determinación de los de igualdad de derechos y de la libre determi-
pueblos fue introducido en la Carta de las nación de los pueblos antes descrito y estén,
Naciones Unidas, en el art. 1 párrafo 2, por tanto, dotados de un gobierno que repre-
como uno de los propósitos de la organización. sente a la totalidad del pueblo perteneciente
Se lo expone de este modo: “Fomentar entre las al territorio, sin distinción por motivos de ra-
Naciones relaciones de amistad basadas en el za, credo o color.
respeto al principio de la igualdad de derechos y
al de la libre determinación de los pueblos […]”. El 13 de septiembre de 2007 se aprobó en
Por su parte, la Resolución 2625 de la Asamblea la Asamblea General de las Naciones Unidas la
General de las Naciones Unidas (AG ONU) — “Declaración sobre los Derechos de los Pueblos
XXV—, lo menciona específicamente como un Indígenas”, con fuerte oposición de Estados Uni-
principio de derecho internacional, indicando que dos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, todos
“[…] todos los pueblos tienen el derecho a deter- países con algún nivel de conflicto con sus res-
minar libremente, sin injerencia externa, su con- pectivas poblaciones indígenas. La Declaración
dición política y de proseguir su desarrollo eco- consagra, entre otros, el derecho a la libre deter-
nómico, social y cultural, y todo Estado tiene el minación (art. 3) y a la autonomía —”autogobier-
deber de respetar este derecho de conformidad no”— (art. 4). Puesto que se trata de una “decla-
con las disposiciones de la Carta”. ración” y no de un tratado, y por tanto carece de
Este principio se inscribe en el contexto po- fuerza jurídicamente obligatoria, abrió las puer-
lítico del proceso de descolonización de la dé- tas a la problemática de los pueblos no colonia-
cada de 1960, aunque entonces no se limitaba les. Esa Declaración, a su vez, guarda relación
exclusivamente a la situación de pueblos colo- con el Convenio 169 de la Organización Interna-
niales sino a “todos los pueblos”, por lo que — cional del Trabajo (OIT), denominado “Convenio
tal como señala M. Diez de Velasco— se hace Internacional del Trabajo sobre Pueblos Indíge-
muy difícil establecer un criterio para “identificar nas y Tribales en Países Independientes” (apro-
a una población como pueblo en un contexto bado por Ley 24071, del 4 de marzo de 1992),
no colonial” (2006:181). Ciertamente, el princi- de enorme incidencia en esta cuestión.
pio no se aplica de manera indiscriminada, pues ¿Constituye esta descripción argumento su-
la misma Resolución 2625 plantea, como límite ficiente para los grupos —indígenas o no— que
para su aplicación, el principio de “integridad te- reclaman la libre determinación de los pueblos
rritorial” al establecer que originarios en algunos países de América del
Sur? ¿Qué implicancias podría tener?, ¿qué po-
Ninguna de las disposiciones de los párrafos tencialidades tiene para producir desestabiliza-
precedentes se entenderá en el sentido de ciones políticas en la región?, ¿cuál es la situa-
que se autoriza o fomenta cualquier acción ción al respecto en Argentina? Estos, entre otros,
encaminada a quebrantar o menoscabar, to- son los interrogantes que se plantearon en el tra-
tal o parcialmente, la integridad territorial de bajo de investigación realizado2.

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Por cierto, el proyecto se inició y concluyó antes de la aparición del grupo radicalizado Resistencia Ancestral Ma-
puche (RAM) en la provincia de Chubut.

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LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO hay claros signos que convocan a pensar en
INTERNACIONAL Y LA CUESTIÓN INDÍGENA un tiempo de mutaciones: cambio de época
y por ende de paradigmas; pero ¿cuáles? Sin
Analizar la cuestión de los pueblos indíge- entrar a debatir la precisión de la expresión,
nas en el marco referencial del derecho interna- el cambio epocal presupone un giro de 180º
cional público es una tarea complicada. Esto, en el comportamiento de los Estados nacio-
a causa de dos motivos complementarios. En nales, cuya vigencia histórica fue puesta en
efecto, a aquellos se les aplica ab initio la res- tela de juicio pero continúan siendo sujetos
pectiva legislación nacional del país de su re- y actores principales del derecho y la políti-
sidencia —en tanto existen pueblos originarios ca internacionales. No puede haber comuni-
argentinos, bolivianos, peruanos, mexicanos, dad internacional sin estados […]. Tampoco
etcétera— y, a la vez, son titulares de un de- puede negarse la incidencia en los asuntos
recho internacional específico de su problemá- mundiales de nuevos actores no estatales,
tica, independiente del grado de recepción in- no todos surgidos en buena ley, cuya pre-
terna de tratados multilaterales, declaraciones sencia obliga a registrarlos a la hora de to-
y resoluciones de organismos internacionales. mar decisiones políticas (Barbarán, 2011).
En suma y para simplificar: ¿qué prevalece, las
constituciones nacionales o la Declaración Uni- La visibilidad de la problemática de los pue-
versal? Mirado de esta manera, resulta necesa- blos indígenas es, si se quiere, un subproducto
rio incursionar en elementos del derecho inter- del proceso de descolonización, que reconoce
nacional y de los viejos y nuevos principios que un impulso indetenible con el establecimiento
lo conforman. del Régimen de Administración Fiduciaria en la
Del mismo modo, y como hipótesis de tra- Carta de la Organización de las Naciones Uni-
bajo, cabe enmarcar la problemática en lo que das (capítulos XII y XIII). Como en tantos temas
en otra ocasión hemos denominado “un cam- vinculados a la vigencia y aplicación de un sis-
bio epocal”: tema internacional de protección de los dere-
chos humanos, los pueblos indígenas, patro-
Cada vez más se considera en ámbitos es- cinados muchas veces por organizaciones no
pecializados que la política mundial ha en- gubernamentales (ONG), instituyeron su pro-
trado ya en tiempos de acomodamientos pia agenda de trabajo y plazos para ir definien-
inexorables. La necesidad de evitar una con- do sus estrategias y cumplimentando sus recla-
frontación letal entre intereses nacionales o mos, habida cuenta del nivel de marginalidad
de bloques terminará por definir —tarde o de muchos de ellos y del poco interés de sus
temprano— un nuevo orden internacional y gobiernos en mejorarles su calidad de vida. No
su correspondiente esquema de seguridad. se trataba solo de la inclusión social sino de re-
Lo cual implica, desde luego, desplegar un conocimiento explícito y sin condicionamientos
desgastante juego de poder, en el cual ca- de sus particularidades étnicas, lingüísticas y
da Estado preparará su estrategia geopolí- religiosas.
tica —para el largo plazo, por definición—
movilizando recursos tangibles e intangibles El intercambio entre dirigentes indígenas y
en un contexto de constante interdependen- sus grupos de apoyo (ONG, credos religio-
cia y crecientes escaseces. […] En verdad, sos, instituciones gubernamentales e inte-

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restatales) habilitó para un salto cualitativo tiempo, necesarias para el relacionamiento con
con el correr de los años. En efecto, los re- otros Estados. Pero las tres ramas han surgi-
clamos de autonomía han sido posteriores do por la misma época y con el mismo objeto
a los pedidos de asistencia económico-so- de estudio. De allí se puede concluir que exis-
cial de alcance nacional o provincial. Hasta te el derecho internacional porque existen los
los ’80, cuando las minorías étnicas de cam- Estados, y aquel se deriva del derecho público
pesinos, artesanos o lo que fuera (que pro- interno de estos. Digamos, entonces, que hay
curaban su reconocimiento vía integración a principios comunes para el derecho político, el
la sociedad mayoritaria), advierten que las derecho constitucional y el derecho internacio-
respuestas tardaban en llegar o bien nunca nal, aunque posean su propia metodología y
llegarían infraestructura, maquinarias, crédi- campo de acción.
tos blandos, luz o agua potable, decidieron Ciertos conceptos del derecho público se
abroquelarse en su identidad etnolingüísti- fueron trasladando al plano internacional; con-
ca. De allí a reclamar la autonomía resta- ceptos que estaban invariablemente relaciona-
ba apenas un paso. Desde entonces se eri- dos a la noción de “soberanía”. En efecto, es
gió en una consigna casi innegociable, salvo imposible hablar de una entidad soberana que
para acordar sus modalidades y extensión no sea independiente de cualquier otra domi-
(Barbarán, 2010a). nación externa; si así ocurre es porque exhibe
los tres elementos esenciales —población, te-
En esa evolución tuvieron bastante que ver rritorio, gobierno—, de modo que si se altera
la antropología y la sociología. Conceptos como cualquiera de estos componentes el Estado no
“cultura”, “identidad”, “etnicidad”, “intercultu- deja de existir, lo cual conforma el principio de
ralismo” o “mestizaje” se hicieron indispensa- identidad del Estado.
bles para abordar en completitud las deman- Si hay un elemento fundamental para cual-
das de los pueblos indígenas de todo el mundo. quier país es su territorio, base de su poder, y
Si bien es cierto que hay una suerte de base el derecho internacional se ocupó de asegurarlo
común en todos los reclamos, es obvio que no con el principio de integridad territorial, que ga-
es la misma situación la de los nativos de Chia- rantiza la supervivencia de una población den-
pas, del Altiplano boliviano o de los wichís del tro de ciertos límites. Nada de esto es posible
Pilcomayo que la de los inuit de Groenlandia. si el Estado no ejercita su libre determinación,
La vigencia de un derecho internacional o sea, la facultad de darse el sistema institucio-
general ha sido y sigue siendo motivo de ar- nal que mejor le convenga y que su pueblo de-
duo debate y de preocupación, a partir de es- cida. Por el juego de todos esos principios, el
ta pregunta: ¿existen normas de derecho in- Estado sostendrá también el derecho a su juris-
ternacional tan universales que la Comunidad dicción exclusiva, o sea, su facultad de someter
Internacional se sienta obligada por ellas? Esa a su ley interna a todas las personas, nativas o
pregunta conduce a las cuestiones referidas a extranjeras, y cosas que se encuentren dentro
la obligatoriedad del derecho internacional y a de su territorio. Estas reglas se corresponden
la problemática de sus fuentes y principios. con los derechos y obligaciones de los Estados.
El derecho público nacional se ha ocupa- Con el correr de los años y como consecuencia
do del Estado en cuanto tal; el derecho interna- del ejercicio de la soberanía en el plano exter-
cional del entramado de reglas surgidas con el no, se sumaron otras.

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En este último ámbito, las reglas mencio- internacional que no admite acuerdo en contra-
nadas necesitaron de otras, igual de imprescin- rio y solo puede ser remplazada por otra regla
dibles, para una convivencia interestatal pací- de igual categoría.
fica. Los siguientes principios son corolarios de Los principios mencionados en esta investi-
la soberanía: no intervención en los asuntos in- gación son precisamente de ius cogens, recep-
ternos de otro Estado, solución pacífica de las tados en la Carta de las Naciones Unidas y des-
controversias, cooperación internacional y, fi- criptos en la Resolución 2625 (AG ONU XXV)4.
nalmente —y concluyendo una ajetreada evo- Su no observancia seguramente acarreará ten-
lución— el principio de no uso de la fuerza o siones políticas de evolución y resultados im-
de la amenaza de su uso para imponer políti- previsibles, además de hacer insanablemente
cas nacionales. nulos los tratados que los contradigan.
De lo expuesto surge evidente que el de- La dinámica de situaciones mal atendidas
recho internacional es una creación europea y puede concluir en el reclamo de su aplicación y
responde —aún hoy— a los caracteres de la hay sectores indígenas muy activos que lo es-
comunidad internacional a partir de la Paz de tán exigiendo. Al respecto, a nivel internacio-
Westfalia3. Ello no es un dato menor y obliga nal adquiere relevancia la Resolución 1514 (AG
a reflexionar sobre su destino en un mundo de ONU XV) arriba referida, cuyo párrafo segundo
cambio epocal que, como se dijo antes, impli- propone: “Todos los pueblos tienen el derecho
cará a mediano plazo un nuevo orden interna- de libre determinación; en virtud de este dere-
cional necesitado de mejores reglas para hacer cho, determinan libremente su condición políti-
realidad un orden internacional pacífico, justo ca y persiguen libremente su desarrollo econó-
y responsable. mico, social y cultural”.
De entre los principios del derecho interna- A su vez, el principio de libre determinación
cional verificables, hay un grupo reducido, los ha sido definido con amplitud en la Resolución
identificados como generales, una categoría 2625 (AG ONU XXV), de esta manera:
asimilable al carácter de orden público de cier-
tas normas del derecho interno nacional. Eso El establecimiento de un Estado soberano e
es el ius cogens previsto en el artículo 53 de independiente, la libre asociación o integra-
la Convención de Viena sobre Derecho de los ción con un Estado independiente o la ad-
Tratados de 1969: ningún tratado puede ir en quisición de cualquier otra condición política
contra de una norma imperativa de derecho in- libremente decidida por un pueblo, constitu-
ternacional general, entendiendo por tal aque- yen formas del ejercicio del derecho de libre
lla reconocida por el conjunto de la comunidad determinación de ese pueblo.

3
La Paz de Westfalia —concretada en las conferencias diplomáticas de Münster y Osnabrück— reordenó el sistema
de poder en Europa iniciando una nueva era. La Guerra de los Treinta Años había involucrado a las principales di-
nastías de entonces, en particular las dos más poderosas, la Casa de Borbón de Francia y la Casa de Habsburgo,
que controlaba entonces el Imperio Español y partes del Sacro Imperio Romano Germánico. En ese contexto ocu-
rrió también la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) entre España y las provincias que constituían los Países
Bajos. La paz inició al orden eurocéntrico, basado en el concepto de separación del poder religioso y el temporal,
de soberanía nacional, autodeterminación y equilibrio de poderes.
4
Su texto fue adoptado por la Asamblea General el 24 de octubre de 1970, y su anexo contiene la célebre “Decla-
ración relativa a los principios de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la cooperación
entre los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas”.

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Sin embargo, constituyendo todavía los La mención del mestizaje en este traba-
Estados la base de la comunidad internacio- jo resultó crucial, pues el art. 1.2 del Con-
nal, la Resolución 1514 sigue garantizando venio 169 introduce una fórmula amplia pa-
la estabilidad política de los países con alto ra caracterizar qué es la identidad indígena
porcentaje de población indígena, con el res- o tribal: “La conciencia de su identidad indí-
guardo de la unidad nacional y la integridad gena o tribal deberá considerarse un criterio
territorial; según ya se expuso en el capítulo fundamental para determinar los grupos a los
precedente. que se aplican las disposiciones del presen-
te Convenio”.
De hecho, aquel dominio europeo no fue
PUEBLO O POBLACIÓN. aceptado de manera unánime ni mucho me-
TIERRA O TERRITORIO nos. En distintas épocas y regiones se pro-
dujo la resistencia cultural de estos grupos
Es habitual asumir que los pueblos origi- indígenas, aunque tal resistencia procura-
narios de América son comunidades homogé- ba mantener una cierta identidad que “ya no
neas. No obstante, si hay algo que los carac- era originaria, pues había sido permeada por
teriza es más bien la heterogeneidad, pues las la dominación europea y luego lo fue por su
transformaciones que han sufrido en su com- sucesora criolla” (Ansaldi; Giordano, 2012:
posición han sido notorias, a tal punto que los 124-125).
habitantes de esas comunidades no presen- De todas formas, las disputas entre indí-
tan hoy los mismos rasgos que tenían en el si- genas y españoles tenían como eje central el
glo XVI o el siglo XII, o antes: “Su antigüedad, dominio de la tierra y, hasta el presente, el
que se remonta a los momentos finales de la centro de conflicto o las reivindicaciones in-
última Edad de Hielo [nos demuestra] gran di- dígenas sigue siendo el mismo. Hay quienes
versidad, heterogeneidad, profundos cambios cuestionan esta afirmación al entender que se
a lo largo del tiempo, complejidad social y trata de un conflicto identitario. Pero, en esa
cultural (Mandrini, 2012:12). identidad, la tierra cumplía y cumple un pa-
Abordar la evolución histórica de las co- pel primordial.
munidades indígenas de la región y sus trans- Siguiendo a Almeida, no afirmamos ni su-
formaciones no es el objetivo principal de esta gerimos que el indio se transformó en cam-
investigación, pero sí lo es mostrar que no se pesino (2008:26); pero no se puede negar
trata de grupos homogéneos pues, especial- que la mayoría de los miembros de las co-
mente a partir del dominio colonial hispánico, munidades indígenas eran estructuralmen-
el mestizaje aparece como un hecho singular te labradores. Esta situación continuó hasta
en todo el continente, una categoría propia avanzado el siglo XX: “Hasta la década de los
del “hecho americano” (López, 2012:9), que 60, se podría hablar de que la gran mayoría
a su vez refleja la mezcla de diversidades en de la población indígena era campesina, en-
todo el continente. “Además del blanco, indio tendiendo que su actividad económica y pro-
y negro, existían el mestizo y nuevos tipos so- ductiva principal era la agraria (Ayala et al,
ciales productos de los cruzamientos raciales: 1992:154).
cholos, zambos, mestizos, mulatos, etc.” (Mi- Ninguna de las constituciones de los paí-
res, 1998:20-21). ses estudiados para esta investigación plantea

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la cuestión de la libre determinación5. La pro- tas situaciones comunitarias con reglas propias
blemática surge a partir de que la incorpora- basadas en usos, costumbres y tradiciones. La
ción de la palabra “pueblos”, consagrada en el delegación de facultades autonómicas —en los
mencionado Convenio 169 y replicada luego en tres niveles de gobierno— varía según el país
los distintos órdenes jurídicos locales, parecie- y la cantidad de población indígena que tenga.
ra dar lugar a la libre determinación tal como Tal vez los casos de Bolivia y México sean pa-
está contemplada en la Resolución 1514 (XV) radigmáticos. De todos modos, ningún gobier-
de la Asamblea General de Naciones Unidas no ha interferido para dirimir jefaturas y repre-
—“Declaración sobre la concesión de la inde- sentaciones tribales.
pendencia a los países y pueblos coloniales”—, En suma: si no son “población” sino “pue-
que también juega en la interpretación del prin- blos”, si no ocupan “tierras” sino “territorios” y,
cipio analizado. además, si se les reconoce su derecho a regirse
Sin embargo, hay una interpretación erró- con normas propias, entonces están presenta-
nea, sesgada o intencionada. En primer lugar dos los elementos constitutivos de un Estado.
cabe tener presente que la Res. 1514 (XV) no Y a la subjetividad “pueblo” les asiste el dere-
admite que su aplicación implique el quebran- cho de autodeterminación. Pero, ¿con qué al-
tamiento total o parcial de la unidad nacional cance o extensión?
y la integridad territorial. Además, el Conve-
nio 169 expresa claramente que la utilización
del vocablo “pueblo” no debe entenderse en BREVE INCURSIÓN POR
el sentido que lo considera el derecho inter- EL DERECHO COMPARADO
nacional.
La Parte II del Convenio 169 está dedicada La realidad de los pueblos indígenas de
a la cuestión territorial. El art. 17.1, por caso, nuestra América es diversa, no solo por las
dispone que los gobiernos deben respetar “las particularidades de cada país en que estos vi-
modalidades de transmisión de los derechos ven, sino también por las diferencias cultu-
sobre la tierra entre los miembros de los pue- rales y lingüísticas, así como por su mayor o
blos interesados, establecidas por dichos pue- menor adhesión o participación en la vida de
blos”, lo cual implica la obviedad de tener muy las distintas sociedades nacionales del con-
bien ubicadas cuáles son las tierras que ances- tinente.
tral y tradicionalmente han ocupado6. Es obvio que muchos de ellos poseen una
En su comprensible lucha, ciertos grupos visión ancestral distinta de lo territorial, ya que
indigenistas han aumentado su apuesta recla- sus tierras también estuvieron sometidas a los
mando el reconocimiento de una mayor auto- cambios impuestos por razas conquistadoras
nomía, esto es, la posibilidad de manejar cier- (mayas, aztecas o incas) e “imperialistas”, en

5
La Constitución mexicana, por caso, prevé en su art. 2 que “El derecho de los pueblos indígenas a la libre determi-
nación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional”. Ese mismo artículo
empieza con esta frase: “La Nación Mexicana es única e indivisible”. De allí se puede deducir que la norma apunta
al ejercicio de cierta autonomía de las comunidades indígenas.
6
Hubo presiones de sectores indigenistas y partidos de izquierda, reclamando que el Congreso Nacional otorgara je-
rarquía constitucional a ese convenio. Si así ocurriera, la operatividad de sus disposiciones haría más complicado
imaginar opciones distintas al marco por él impuesto.

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el sentido luego usado en la cultura política oc- de conformación y/o consolidación de los Esta-
cidental. De modo que resulta complicado deli- dos Nacionales. En tal sentido, resultaba lógico
mitar cuál es territorio diaguita, guaraní, aima- que en ellas no hubiese referencia o alusión al-
ra o mapuche. Sí se sabe que gente de estas guna a los pueblos originarios, pues con ellos
etnias ha vivido desparramada en las actuales se disputaba el territorio —elemento esencial
Argentina, Paraguay, Bolivia, Perú y Chile. del Estado en formación—.
Un occidente conquistado por Europa usó Recién en el último tercio del siglo XX hubo
su legislación para delimitar territorios como le un cambio notorio. Mucho tuvo que ver el Con-
pareciera al adelantado de turno. En nuestro venio 169 de la OIT, como así también del cli-
caso, las reales cédulas españolas establecie- ma de los 500 años del “descubrimiento” de
ron circunscripciones extensas y las subdividie- América. Las corrientes revisionistas ejercieron
ron en México, Perú o el Río de la Plata, de una fuerte influencia en torno a la concepción
las cuales derivaron nuestras actuales fronte- de la llegada de los colonizadores europeos y
ras mediante la aplicación del principio del uti la situación en la que encontraron a los pue-
possidetis iuris de 1810. Con todas sus limita- blos originarios.
ciones, sirvió de criterio demarcador; evitando En cuadro de la página siguiente refleja la
así guerras y conflictos generalizados en nues- situación de algunas reformas constitucionales
tro continente7. de países latinoamericanos y las disposiciones
Por lo demás, no es la misma situación con respecto al reconocimiento de los pueblos
la de las comunidades indígenas norteameri- indígenas.
canas, centroamericanas y suramericanas. La Es necesario destacar que la mayoría de
cantidad de personas que se reconocen a sí las constituciones latinoamericanas hablan de
mismas como descendientes de un pueblo ori- “pueblos indígenas”, siguiendo la denomina-
ginario no llega al tres por ciento en Argentina, ción del Convenio 169, y no de “pueblos ori-
supera el 60 por ciento en Bolivia y oscila el ginarios”, término que se difundió más bien a
15 por ciento en México. En consecuencia, ca- partir de mediados de la década de 1990. La
da Estado americano debió adecuar su legisla- situación de los pueblos indígenas, desde el
ción en función de la realidad de cada grupo di- punto de vista del reconocimiento constitucio-
ferenciado dentro del respectivo país. nal, es, no obstante, muy variada. En un estu-
Los pronunciamientos de la Corte Interame- dio comparativo publicado por Peace Interna-
ricana de Derechos Humanos han introducido tional Law Review Online Companion (2010)
cambios significativos en la percepción del pro- se considera que países como Bolivia, Colom-
blema indígena, sobre todo a partir del con- bia, Ecuador, México, Nicaragua, Paraguay y
cepto de “control de convencionalidad”, el cual Venezuela tienen un reconocimiento constitu-
implica imponer criterios especiales en los de- cional “alto” de los pueblos indígenas, mien-
rechos internos sobre cómo encarar y resolver tras que en Argentina, Brasil, Guatemala, Pa-
los planteos de los pueblos indígenas. namá y Perú dicho reconocimiento es “medio”;
Las constituciones decimonónicas de Amé- finalmente, en Costa Rica, El Salvador y Hon-
rica Latina fueron concebidas en un contexto duras, es “bajo”.

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Tensiones hubo, por cierto, pero felizmente resueltas por algún medio pacífico de solución de controversias. El caso
del entredicho por el canal Beagle entre nuestro país y Chile es un claro ejemplo.

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Fecha de promulgación
País/Reconocimiento
de la Constitución
1986 Guatemala reconoce el derecho a la identidad cultural de las personas y las comunidades (art.
58), protege a grupos étnicos (art. 66) y a sus tierras y cooperativas agrícolas (art. 67). La
(Reformada en 1993) sección tercera, “Comunidades Indígenas” (título II, capítulo II), contiene cinco artículos espe-
cíficos sobre el tema (arts. 66-70).

1987 Nicaragua asume oficialmente su naturaleza multiétnica (art. 8) y les reconoce a las comu-
nidades de la Costa Atlántica el derecho de preservar y desarrollar su identidad cultural (art.
(Reformada en 1995) 89). Reconoce también las formas comunales de propiedad de las tierras y el uso y disfrute
de las comunidades de la costa atlántica (título IV). Comprende tres artículos (arts. 89-91).

1991 Colombia reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación (art. 7), las tierras de
resguardo son declaradas inalienables (art. 63), se les permite a las autoridades indígenas el
(Reformada en 2001) ejercicio de funciones jurisdiccionales (art. 246) y se erigen entidades territoriales indígenas
(art. 286).

1992 México declara su composición multicultural sustentada originalmente en sus pueblos indíge-
nas (art. 4), reconoce la personalidad jurídica de los núcleos de población indígena y protege
(Reformada posterior) la integridad de las tierras de los grupos indígenas (art. 27, VII). Con otra reforma en 2001,
México amplía los preceptos a favor de los pueblos indígenas (art. 2).

1993 Perú reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la nación (art.2, 19º, título III,
capítulo II). En el capítulo del “Régimen agrario y de las comunidades campesinas y nativas”
(arts. 88-89) el Estado garantiza el derecho de su propiedad imprescriptible (pero no inaje-
nable) y reconoce la personería jurídica de las comunidades. También se les reconoce a las
autoridades indígenas el ejercicio de funciones jurisdiccionales (art. 149).

1995 (Reformada) Bolivia se declara multiétnica y pluricultural (art. 1), reconoce los derechos de los pueblos
indígenas respecto de sus tierras comunitarias de origen, su personalidad jurídica, y ejercicio
de aplicación de normas (art. 171).

1996/1998 Ecuador se proclama en 1996 Estado soberano, independiente, democrático, unitario, des-
centralizado, pluricultural y multiétnico (art. 1). Dos años después repite en una nueva cons-
titución el carácter pluricultural y multiétnico de la nación (art. 1) y desarrolla un articulado
amplio con múltiples referencias, contenidas especialmente en la sección primera De los
pueblos indígenas y negros afroecuatorianos (título III, capítulo V): mantener la identidad, de
conservar la propiedad imprescriptible, participar en el uso y la administración de los recur-
sos naturales renovables (art. 84). También instaura circunscripciones indígenas (art. 224) y
reconoce a las autoridades indígenas ejercer funciones de justicia (art. 191).

Fuente: Barié, C. (2004). Pueblos indígenas y derechos constitucionales en América Latina: un panorama.
La Paz: BID (citado en López Fuentes, 2007:38-39).

La situación es diferente en América del bargo, la particularidad de Estados Unidos ha-


Norte, particularmente en los Estados Uni- ce que la constitución no sea “reformada” co-
dos, donde luego de la expansión del Estado mo en el resto de los países del continente,
—desde las Trece Colonias a expensas de las sino “enmendada”; de allí que el abordaje se
tribus locales que fueron reducidas en reser- realizará incluyendo las enmiendas constitucio-
vas— fue abriéndose, desde fines de los años nales y la implementación de normativas que
‘20 un tímido panorama de reconocimiento de complementen dichas disposiciones de la ley
ciertos derechos. Constitucionalmente, sin em- suprema.

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LA CUESTIÓN INDÍGENA EN de la preexistencia jurídica, los pueblos indíge-


LA CONSTITUCIÓN ARGENTINA nas argentinos pasan a formar parte del orden
normativo nacional a título y nombre propio. A
Actualmente, la Constitución de la Nación partir de ese dato, deben preverse regulacio-
Argentina contempla instituciones y derechos nes destinadas para aquellos, pero adaptadas
de las comunidades indígenas que habitan el a las instituciones y al derecho vigente. Según
suelo de nuestro país, en el art. 75, inc. 17: lo preceptúa nuestra Carta Magna, los pueblos
indígenas tendrán espacio de actuación confor-
Reconocer la preexistencia étnica y cultural mándose como personas de carácter público
de los pueblos indígenas argentinos. Garan- no estatal. El criterio de reconocimiento jurí-
tizar el respeto a su identidad y el derecho dico es claramente una política de Estado y,
a una educación bilingüe e intercultural; re- por ende, de ejercicio soberano, que en nuestro
conocer la personería jurídica de sus comu- país reúne la combinación de dos factores: el
nidades, y la posesión y propiedad comu- fenómeno histórico de la preexistencia y el fe-
nitarias de las tierras que tradicionalmente nómeno político relativamente nuevo de la exis-
ocupan; y regular la entrega de otras aptas tencia nacional.
y suficientes para el desarrollo humano; nin- Si se reconoce la personalidad de los pue-
guna de ellas será enajenable, transmisible, blos indígenas argentinos, con fundamento en
ni susceptible de gravámenes o embargos. su preexistencia étnica y cultural, la personería
Asegurar su participación en la gestión re- de sus comunidades debe ser reconocida.
ferida a sus recursos naturales y a los de- En este sentido, es útil distinguir otras dos
más intereses que los afectan. Las provin- cuestiones: la relación entre las comunidades
cias pueden ejercer concurrentemente estas indígenas y el Estado, y el desarrollo interno de
atribuciones. las vinculaciones políticas, productivas, de pa-
rentesco, rituales o espirituales que se dan en
A continuación, desglosamos dicho artícu- el seno de estas. La organización concreta de
lo para un abordaje detallado de su conteni- su diario vivir y de acuerdo a modos consuetu-
do y alcance. dinarios son aspectos íntimos y domésticos de
En primer lugar, destacamos que el reco- la comunidad, ajenos a la intromisión estatal;
nocimiento jurídico se concede en virtud de la aunque sus posteriores manifestaciones y con-
pre-existencia y está limitado a que los pue- secuencias en el plano de las relaciones socioe-
blos sean indígenas y argentinos. Por tal moti- conómicas deben ser receptadas por el con-
vo, se requiere un estudio antropológico e his- junto de instituciones creadas por el Estado,
tórico —detallado y casuístico, en lo probatorio tratando de conservar el contorno propio y dis-
y testimonial— de cada uno de los pueblos in- tintivo de su perfil identitario.
volucrados, sumado al criterio que preceptúa El Poder Ejecutivo Nacional, mediante De-
la norma. creto 155 del 17 de febrero de 1989, regla-
Lo novedoso del precepto constitucional mentario de la Ley 233028 (sancionada el 30
transcripto es que a través del reconocimiento de septiembre de 1985, o sea, varios años

8
Se trata de la Ley sobre Política Indígena y Apoyo a las Comunidades Aborígenes, cuyo contenido abarca diversos
temas atinentes a las comunidades indígenas, a más de crear el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI).

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antes de la reforma constitucional de 1994), cambio, constituyeron registros locales para la


encuadra la personería de las comunidades inscripción de las comunidades indígenas ra-
inscriptas reconociéndolas como personas ju- dicadas en su territorio, firmando con el INAI
rídicas de derecho privado. convenios por los cuales este organismo reco-
El art. 4 dispone, a su vez, que las rela- noce las anotaciones provinciales, brindándo-
ciones entre los miembros de las comunidades les de este modo eficacia nacional. Dicha po-
con personería jurídica reconocida se rijan de sibilidad surge de las funciones reconocidas al
acuerdo a las disposiciones de las leyes de coo- INAI por el art. 16 del decreto reglamentario. 
perativas, mutualidades u otras formas de aso- El Registro Nacional de Comunidades In-
ciación contempladas en la legislación vigente. dígenas —de naturaleza pública— forma par-
Asimismo, la comunidad indígena debe estar te de la estructura del Instituto y mantiene ac-
caracterizada por relaciones de familia entre tualizada la nómina de comunidades indígenas
sus miembros (“que constituyan un núcleo de inscriptas y no inscriptas; asimismo, coordina
por lo menos tres (3) familias asentadas o rea- su acción con los existentes en las jurisdiccio-
sentadas”, art. 20 párrafo “f” del Decreto 155. nes provinciales y municipales, pudiendo esta-
Por tanto, la comunidad (o agrupación) no in- blecer registros locales en las provincias o con-
cluye a miembros no familiares en la toma de venir con ellas su funcionamiento.
decisiones y en la participación en los benefi- Por lo demás, la Constitución Nacional tam-
cios. Finalmente, la personería jurídica se ad- bién se refiere al patrimonio de los pueblos in-
quirirá mediante la inscripción en el Registro dígenas. ¿A qué se refiere? Siguiendo a la Dra.
de Comunidades Indígenas y se extinguirá me- Teodora Zamudio, podemos decir que:
diante su cancelación (art. 2, Ley 23302).
El art. 2 de la Resolución 4811 de la Secre- El patrimonio consiste fundamentalmente
taría de Desarrollo Social de la Presidencia de en el conjunto de derechos sobre bienes de-
la Nación (del 8 de octubre de 1996) estable- terminados que tiene un sujeto para utilizar
ció como requisitos para la inscripción: 1- nom- y/o percibir los frutos de ellos (los bienes),
bre y ubicación geográfica de la comunidad; 2- así como para enajenarlos cuando así con-
reseña que acredite su origen étnico-cultural e venga a sus intereses. El patrimonio de los
histórico, con presentación de la documenta- Pueblos Indígenas —de acuerdo con la nor-
ción disponible; 3- descripción de sus pautas ma constitucional— incluye:
de organización y de los mecanismos de de- - Diseños, alegorías, signos gráficos, mú-
signación y remoción de autoridades; 4- nó- sica o cualquier otro tipo de producciones
mina de integrantes con grado de parentesco; comunes, que fueran creados o usados an-
5- mecanismos de integración y exclusión de cestralmente por el pueblo (CN art. 75 in-
miembros. Sin embargo, el Instituto Nacional ciso 17 ”Garantizar el respeto a su identi-
de Asuntos Indígenas (INAI) puede exigir dis- dad […]”)
crecionalmente otros requisitos (art. 20 del ci- - Recursos naturales tradicionalmente do-
tado decreto reglamentario). mesticados por el pueblo; incluyendo los re-
La mayoría de las Provincias adhirió a la cursos genéticos (Íd. “Asegurar su partici-
Ley 23302 y reconoce plenamente la vali- pación en la gestión referida a sus recursos
dez de las inscripciones efectuadas en el re- naturales y a los demás intereses que los
gistro llevado por el INAI. Otras provincias, en afectan […]”);

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- Conocimientos y prácticas culturales (Íd. el desarrollo humano; ninguna de ellas se-


“Asegurar su participación en la gestión re- rá enajenable, transmisible, ni susceptible
ferida… a los demás intereses que los afec- de gravámenes o embargos…” (Zamudio,
tan […]”); 2006:109-110).
- Contribuciones de sus miembros;
- Ganancias que en cualquier concepto se El recurso “tierra” es de vital trascendencia
devenguen de la explotación de los bienes para los pueblos indígenas, debido a la particu-
de su patrimonio; lar relación que mantienen con el espacio so-
- Sumas que el Congreso de la Nación les bre el cual despliegan su organización grupal
debería fijar en el Presupuesto Anual de la o comunitaria, su vida de relación con los de-
Nación, en razón de constituir personas de más pueblos y la relación con la naturaleza y
carácter público. […] sus recursos.
(2006: 109-110) Para la Constitución argentina, el requisi-
to primordial para la atribución de tierras esta-
Además, como los derechos patrimoniales rá siempre fundado en la identidad, aspecto o
indígenas son de carácter comunitario, es ne- factor de atribución que perdura para siempre.
cesario contar con legislación que precise quie- La atribución es de tipo histórico-reivindicativa
nes están legitimados para disponer de ellos. (“posesión y propiedad comunitarias de las tie-
Siguiendo a la autora, es necesario aclarar que rras que tradicionalmente ocupan”) y la propie-
la noción de patrimonio9 incluye otros bienes dad es comunitaria. No existe una definición
que pueden no estar disponibles desde el pun- legal ni se han elaborado conceptos coinciden-
to de vista económico o cuya disposición sea tes sobre la naturaleza jurídica de la propiedad
restringida, por ejemplo comunitaria. Sin embargo, se infiere que el de-
recho a la propiedad comunitaria de los pue-
- Restos arqueológicos que por su pasado y blos indígenas argentinos tiene rango constitu-
destino ritual o fúnebre, tienen una especial cional y está organizado con un temperamento
consideración para los pueblos indígenas, marcadamente distinto a las relaciones de de-
trátense de restos humanos, documentales, recho privado que se suscitan sobre la propie-
arquitectónicos y/o artísticos (Íd. “Garantizar dad de las cosas.
el respeto a su identidad […]”); Consiguientemente, según el art. 75 inci-
- Tierras efectivamente poseídas, sus fru- so 17, deben entregarse en propiedad comu-
tos y productos (Íd. “Reconocer…la pose- nitaria las tierras que tradicionalmente ocupan,
sión y propiedad comunitarias de las tie- con el debido recaudo de no pretender asimi-
rras que tradicionalmente ocupan; y regular lar lo tradicional a lo ancestral, sino entendien-
la entrega de otras aptas y suficientes para do lo tradicional como el espacio donde efecti-

9
La Corte Suprema de Justicia de la Nación asigna doctrinariamente a la propiedad un sentido amplio: “Todos los
intereses apreciables que un hombre puede poseer fuera de sí mismo, fuera de su vida y de su libertad” (Bourdieu,
Pedro Emilio c/ Municipalidad de Capital). La violación de este derecho queda configurado cuando: ”... sea poco o
mucho aquello que se quita al propietario por acción de la ley, ya no es posible conciliar a esta con el artículo 17
de la Constitución Nacional, que ampara la propiedad contra los actos de los particulares y contra la acción de los
poderes públicos; que protege todo aquello que forma el patrimonio del habitante de la Nación, trátese de derechos
reales o de derechos personales de bienes materiales o inmateriales, que todo eso es propiedad, a los efectos de
la garantía constitucional...” (Horta, José c/ Harguindeguy, Ernesto s/ consignación de alquileres).

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vamente viene desenvolviéndose la cultura de forestales y mineras —e inclusive los despla-


cada núcleo familiar o comunitario, en un sen- zamientos individuales que efectuaron algu-
tido de ocupación dinámica, determinado por nas familias en casos concretos y particulares
el influjo de condicionamientos históricos, polí- por causas económicas o laborales locales—
ticos y/o económicos, pasados y actuales y que deben distinguirse claramente de aquellos nú-
se delimita de un modo consensual. cleos de indígenas que surgen y se conforman
Si bien las tierras deben estar dentro una alejados del territorio tradicional del pueblo al
zona geográfica determinada con los requisi- que pertenecen. Estos últimos directamente no
tos que sostiene el derecho común, la ocupa- están en consideración de la norma constitu-
ción tradicional halla sus límites, sentido y sig- cional, aunque podría llegar a admitírselos co-
nificación en el tratamiento habitual que sobre mo “potenciales retornantes a sus espacios ori-
determinados territorios, más o menos vastos, ginales o primitivos”.
desarrollan los pueblos involucrados, según las Finalmente, la norma constitucional esta-
finalidades perseguidas y de acuerdo a las ca- blece que se debe regular la entrega de otras
racterísticas específicas del suelo, resultando tierras aptas y suficientes para el desarrollo
sumamente valiosos los indicios de presencia humano, con sustento en el criterio económi-
actual y crecimiento demográfico futuro, cos- co-demográfico.
tumbres productivas, incidencia porcentual en La Ley 23302 también puntualiza sobre el
la composición poblacional, incidencia y con- recurso de la tierra. Conforme se deduce de su
sideración de cuestiones estratégicas, entre articulado, para la adjudicación de tierras a las
otros. Luego, dentro de cada territorio, la asig- comunidades indígenas argentinas se exige la
nación en concreto a cada familia en singular, inscripción registral como persona jurídica de
debería tratarse de una facultad delegada a las carácter privado. La atribución de la tierra se
autoridades generales de cada pueblo indígena realiza persiguiendo un propósito asistencial,
(asamblea, cacique o consejo de ancianos), se- con preferencia hacia las comunidades que ca-
gún su propio ordenamiento consuetudinario. rezcan de tierras o las tengan insuficientes (art.
Los recursos naturales disponibles dentro 7). La propiedad es cooperativa o individual a
del marco territorial indígena son reconocidos favor de indígenas no integrados en comuni-
constitucionalmente bajo la gestión del pueblo dad, prefiriéndose a quienes formen parte de
indígena, sin que sea necesaria una inscripción grupos familiares; asimismo, depende de una
inmobiliaria precisa y adicional al respecto. A inclusión o participación registral (pública o pri-
pesar de eso, debe compatibilizarse armonio- vada) y debe cumplimentar la carga de radica-
samente esa ocupación territorial tradicional ción personal en ella, a más de desempeñar
con la actual situación jurisdiccional, en la que un trabajo económico obligatorio, destinando
cohabitan tanto otros pueblos indígenas nati- las tierras a explotación agropecuaria, forestal,
vos como así también otros grupos sociocultu- minera, industrial o artesanal en cualquiera de
rales (“criollos”). sus especialidades, conforme a las disposicio-
Las evoluciones geográficas que experi- nes legales y reglamentarias que dicte la autori-
mentaron algunos pueblos indígenas a raíz de dad de aplicación, relativas al uso y explotación
traslados masivos, motivados principalmen- de las unidades adjudicadas (art. 10).
te por guerras y por el desenvolvimiento pro- En orden de prelación excluyente, la titu-
gresivo de explotaciones agrícolas-ganaderas, laridad de la tierra se asigna a las comunida-

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des inscriptas como tales en el INAI y con ade- ca mediante la Ley 24375, comprometiéndose
cuación a una figura asociativa, o a la “familia también a “respetar, preservar y mantener los
indígena” —a nombre de la cabeza o jefe de fa- conocimientos, innovaciones y las prácticas de
milia— sin adecuación a una figura asociativa, las comunidades indígenas” con el fin de “pro-
o a un indígena individual sin adecuación a una mover su aplicación más amplia, con la aproba-
figura asociativa. ción y la participación de las comunidades indí-
Por todo lo explicado precedentemente, la genas y fomentar que los beneficios derivados
regulación global en torno a la problemática de de la utilización de esos conocimientos, innova-
la tierra indígena ha sido desacertada y depen- ciones y prácticas se compartan equitativamen-
de, en la mayoría de los conflictos que se han te” (art. 8 inciso j del Convenio). Este escenario
suscitado, de laudos administrativos o senten- no ha sido examinado técnicamente aún, ni por
cias judiciales. Muchos planteos han llegado a el legislador ni por la doctrina nacional.
la Comisión y Corte Interamericanas de Dere- Finalmente, la normativa garantiza el respe-
chos Humanos. to a la identidad y el derecho a una educación
En cuanto a la “Participación en la gestión bilingüe e intercultural:
referida a sus cursos naturales y a los demás
intereses que los afecta”, el basamento de esa La cultura se transmite a través de diferen-
frase constitucional proviene del Convenio 169 tes mecanismos y por medio de diversos
de la OIT, que explicita las facultades básicas agentes. Parte de la cultura se autotransmi-
que deben reconocerse a los pueblos indíge- te en función de su propia dinámica, mien-
nas respecto del aprovechamiento de sus re- tras que otra parte es transmitida en insti-
cursos naturales, a fin de propender a su pro- tuciones especializadas —las escuelas y
greso. Según el art. 15 de este Convenio, a los establecimientos que brindan instrucción—
pueblos indígenas se les debe dar derecho a la que enfatizan los aspectos más formales de
protección de los recursos naturales existentes ella y los valores tenidos como dominantes
en sus tierras, la participación en su utilización, o caracterizantes de la misma. Sin embar-
administración y conservación, la consulta pre- go, la no aceptación, por parte de las mino-
via para evaluar posibles perjuicios y la partici- rías étnicas, de las prácticas de aculturación
pación, siempre que sea posible, en los benefi- y asimilación a las que se encuentran some-
cios que reporten esas actividades. tidas en el contacto con las culturas mayori-
Por su parte, la Ley General del Ambien- tarias, se han impuesto universalmente, no
te 25675 -del 6 de noviembre de 2002- dis- solo como un derecho de dichas minorías si-
pone la necesidad de consulta e intervención no porque la diversidad cultural constituye
de la población afectada, territorial y ambien- un factor de enriquecimiento de la sociedad
talmente por un emprendimiento. Esta partici- toda (Zamudio, 2006: 184).
pación también se concede a las comunidades
indígenas y sugiere un enfoque “ecosistémico”, La Constitución de la Nación afirma este
que supone el encadenamiento de acciones y pensamiento al asegurar a los pueblos indíge-
efectos en el territorio, más allá de su estricta nas argentinos el derecho a una educación bi-
demarcación. lingüe e intercultural.
Asimismo, en octubre de 1994, la Argen- La Ley de Educación Nacional 26206, vi-
tina aprobó el Convenio de Diversidad Biológi- gente desde el año 2006, apunta hacia una

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El principio de libre determinación de los pueblos y su aplicación en el caso de los pueblos originarios

multiculturalidad nacional que tome nota de las José Bengoa (1999) considera que en la
diferencias en la composición étnica y cultural cuestión nacional —surgida durante los proce-
de nuestra sociedad, y no recepta una integra- sos de independencia y descolonización, distin-
ción por asimilación. Tal postura implica ir más ta de la cuestión étnica— el problema central
allá de la innovación específica de incorporar era la independencia territorial. La distinción
una educación en lengua indígena; compren- entre etnia y nacionalidad importa en tanto la
de la responsabilidad estatal de implementar cuestión étnica apunta a la autonomía, la cual
todas las medidas que satisfagan las necesi- se pudo encauzar, en el caso boliviano, a través
dades básicas de aprendizaje y formación de de la constitución de un Estado plurinacional.
los educandos indígenas, la participación de Como dijimos arriba, el art. 1.3 del Con-
los pueblos indígenas en la formulación y eje- venio 169 prescribe expresamente que el uso
cución de los planes educativos y el derecho del término “pueblo” no debe interpretarse en
a que sean respetados sus propios medios e el sentido del derecho internacional. Para este,
instituciones en lo concerniente a lo educati- “pueblo” tiene una connotación específica: gru-
vo. Todo ello siempre que se verifiquen los pre- po humano con un origen común étnico, cultu-
supuestos mínimos establecidos por la autori- ral, lingüístico, religioso, asentado en un territo-
dad competente. rio específico; de allí la prevención de muchos
Estados para adherirse a ese convenio. La re-
serva terminológica opera como mínima garan-
CONCLUSIONES tía para la gobernabilidad de los Estados con
poblaciones indígenas movilizadas, según ocu-
Los pueblos indígenas reclaman una pro- rrió a lo largo y ancho de América.
tección jurídica basada en la no discriminación El mismo recelo apareja la distinción entre
racial y el reconocimiento de derechos singu- “tierra” y “territorio”. La Constitución argentina
lares para ser ejercidos de manera colectiva, hace referencia a la posesión y propiedad co-
más en su condición de minorías étnicas que munitarias de las tierras que tradicionalmente
en función de una ciudadanía determinada; pe- ocupan los pueblos originarios. Estos tienden
ro sin perjuicio de los derechos y garantías que a fundar sus derechos en un ideario mítico re-
toda constitución nacional reconoce a sus ha- construido con perseverancia en el último me-
bitantes. dio siglo y rechazan el concepto de propiedad
Esta es una faceta del problema: por cau- privada expresado en el Código Civil y Comer-
sa de tanto maltrato histórico, un indígena hoy cial, pues las tierras no son para apropiación
se asume como tal antes que como boliviano, individual sino para el destino comunitario.
mexicano o peruano. Las poblaciones indíge- En esa línea de razonamiento, resulta im-
nas plantearon reclamos reivindicando su con- propio hablar de “tierra” sino que corresponde
dición de grupos diferenciados de la mayoría referirse al “territorio”. Se han promovido nu-
de los componentes dominantes de la sociedad merosas acciones judiciales en varias provin-
nacional en que residen. La exigencia es la de cias que apuntan a la propiedad comunitaria,
ser considerados “pueblos” con historia, insti- basadas en la cosmovisión de que “el hombre
tuciones y cultura propias y, en consecuencia, es para la tierra” —por ejemplo, “Comunidad
capaces de administrarse conforme a sus tra- Mapuche Huayquilán c/ Celos Brescia s/ pres-
diciones, usos y costumbres. cripción adquisitiva” en Neuquén, o “Comuni-

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dad Aborigen de Quera y Aguas Calientes c/ REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


Prov. de Jujuy”— (Barbarán, 2010b).
Hasta la actual etapa de avances realizada Almeida, I. (2008). El Estado Plurinacional.
en la investigación, ni el análisis documental ni Valor histórico y libertad política para
las entrevistas han permitido aseverar que esos los indígenas ecuatorianos. Quito: Ab-
conflictos tengan la “potencialidad de generar ya-Yala.
desestabilizaciones en el subcontinente”. Sin Alterini, J.; Corna, P.; Vázquez, G. (2005). Pro-
embargo, el relevamiento bibliográfico, así co- piedad indígena. Buenos Aires: Editorial
mo la observación de casos concretos en Bra- de la Universidad Católica Argentina.
sil, Chile, Argentina y Bolivia, por ejemplo, per- Anaya, S. J. (2005) Los pueblos indígenas en
miten aseverar que la cuestión estudiada, en el derecho internacional. Madrid: Edito-
distintas magnitudes, puede generar conflictos rial Trotta.
potencialmente desestabilizantes. También se Ansaldi, W.; Giordano, V. (2012). América La-
puede afirmar que, en general, son conflictos tina. La construcción del Orden. T. I.
relacionados más con la propiedad de la tierra Buenos Aires: Ariel.
que con la identidad étnica o cultural, aunque Antal, E. (Ed.) (2005). “Nuevos Actores en
suelen entrelazarse. América del Norte. Identidades cultu-
A medida que avanzaba este proyecto de in- rales y políticas”. (Volumen II). Univer-
vestigación, se hicieron evidentes aspectos de la sidad Nacional Autónoma de México.
problemática que exceden el ámbito de la cien- Centro de Investigaciones sobre Améri-
cia jurídica y penetran en los terrenos de la an- ca del Norte.
tropología, la sociología o la psicología social, Ayala, E.; De la Cruz, R., Dowi, A.; Maldona-
vinculados a la cuestión de la identidad de las do, L.; Ortiz, G.; Quimbo, J.; Ramón, G.;
etnias y de las nacionalidades. Avanzando en Sánchez Párraga, J.; Trujillo, J.C.; Wray,
esa línea, pareció necesario realizar alguna alu- A. (1992). Pueblos Indios, Estado y De-
sión al respecto, porque en la base identitaria recho. Quito: CORPEA.
de los pueblos originarios está el sentimiento de Barbarán, G. E. (2011). “Cambio de época,
pertenencia, lo cual está recogido en el Conve- ¿cambio de paradigmas?: resultados in-
nio 169 de la OIT, art. 1.2. Lo notable es que las ciertos”. Revista Claves nº 205. Salta.
percepciones pueden ser distintas según qué es- ———. (2010a). “La cuestión indígena en la
cuela, autor o doctrina se siga al respecto. Así, Argentina del Bicentenario - 1ª parte”.
por ejemplo, el multiculturalismo que propone la Revista Claves nº 191. Salta.
“política del reconocimiento” de Charles Taylor ———. (2010b). “La cuestión indígena en la
(2012) no posee muchos puntos de contacto Argentina del Bicentenario - 2ª parte”.
con quienes sostienen, por ejemplo, la mirada Revista Claves nº 192. Salta.
del mestizaje biológico y cultural. Resolver esta Bengoa, J. (2007). La emergencia indígena
cuestión es de importancia pues si mestizos so- en América Latina. Santiago de Chile:
mos todos, ¿cuál es la identidad originaria de un F.C.E.
pueblo? Dicho de otro modo, ¿hasta qué instan- Bengoa, J. (1999). “Los derechos de las mi-
cia o época resulta invocable la “mezcla”? norías y los pueblos indígenas: debate
Estamos, en resumen, involucrados en una internacional”. Revista Diplomacia. San-
problemática con final abierto. tiago de Chile.

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ISSN 2618-4680 (papel) / 2618-4699 (on line)

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