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La Septuaginta (LXX), por ejemplo, preserva una tradición textual que proviene
del tercer siglo a. de J.C, y la tradición detrás del Pentateuco Samaritano puede
datar desde el siglo Va. de J.C.
Estas y el Texto Masorético proveen tres tradiciones textuales que, cuando son
evaluadas críticamente, dan un apoyo abrumador a la integridad del texto del
Antiguo Testamento.
“La Septuaginta es una traducción dispareja, pero sin embargo útil porque está basada en un texto
hebreo mil años más antiguo que nuestros manuscritos hebreos existentes. “
PAUL ENNS
La Septuaginta (LXX)
Tal como los judíos abandonaron el hebreo, su lengua nativa, por el arameo en
el Cercano Oriente, también abandonaron el arameo dando preferencia al griego
en centros helénicos como Alejandría, Egipto.
Por cuanto había una dispersión de los judíos, fuera de su tierra natal, surgió la
necesidad de tener las Escrituras en lo que era el idioma común de ese tiempo.
El nombre Septuaginta (quiere decir "setenta", y normalmente es abreviado con
el uso de números romanos LXX) se le dio a la traducción de las Escrituras
1
hebreas, hecha —o por lo menos iniciada— durante el reino del rey Tolomeo
Filadelfo de Egipto (285-246 a. de J.C).
E F. Bruce ofrece una interesante interpretación del origen del nombre de esta
traducción. En relación con una carta que alega haber sido escrita cerca del año
250 a. de J.C. (más probablemente cerca del 100 a. de J.C.) por Aristeas, un
oficial en la corte del rey Tolomeo, quien escribe a su hermano Filócrato, Bruce
escribe:
Tolomeo tenía fama como un patrocinador de la literatura. Fue bajo su reino que
se inició la gran biblioteca de Alejandría, una de las maravillas culturales para
todo el mundo durante unos 900 años. La carta describe cómo Demetrio de
Palera, posiblemente el bibliotecario real, animó el interés del rey en la Ley judía,
aconsejando que se enviara una delegación al sumo sacerdote Eleazar en
Jerusalén. El sumo sacerdote escogió como traductores a seis ancianos de cada
una de las doce tribus de Israel y los envió a Alejandría, con un pergamino bonito
y especialmente preciso que contenía la Tora. Los ancianos fueron
elegantemente atendidos, probando su sabiduría en varios debates. Luego
hicieron su residencia en la isla de Faros (isla de otro modo famosa por su faro),
donde en 72 días completaron su labor de traducir el Pentateuco al griego.
Presentaron una versión que representó el consenso de todos, como resultado
de consulta y comparación (170/146, 147).
(3) La LXX fue el producto de un esfuerzo pionero para transmitir las Escrituras
del Antiguo Testamento y provee un ejemplo excelente de tal esfuerzo.
(4) La LXX en general fue fiel a las redacciones del texto original en hebreo,
aunque algunos han argumentado que los traductores no siempre eran
adecuadamente duchos en el idioma hebreo.
Cuando la LXX difería del Texto Masorético, algunos eruditos asumían que los
traductores de la LXX se habían tomado libertades con sus textos. Pero ahora
sabemos, gracias a la evidencia de Qumrán, que muchas de estas diferencias se
deben a que los traductores seguían un texto hebreo diferente, un texto que
ahora podemos llamar de la familia "ProtoSeptuaginta" (1335/130, 131). La LXX,
ya que es muy semejante al Texto Masorético (916 d. de J.C.) que tenemos hoy,
ayuda a establecer la confiabilidad de su transmisión a través de 1.300 años.
La LXX y las citas textuales de las Escrituras que se encuentran en los libros
apócrifos de Eclesiástico, el Libro de Jubileo y otros dan evidencias de que el
texto hebreo que tenemos hoy es esencialmente el mismo texto que se tenía
cerca del año 300 a. de J.C.
3
Geisler y Nix dan cuatro importantes contribuciones de la Septuaginta: " [ 1 ]
En religión, tendió un puente entre los pueblos de habla hebrea y los de habla
griega al satisfacer las necesidades de los judíos en Alejandría; [2] tendió un
puente histórico entre los judíos y su Antiguo Testamento en hebreo y los
cristianos de habla griega quienes la utilizarían con su Nuevo Testamento; [3]
proveyó un precedente para que los misioneros cristianos hicieran traducciones
de las Escrituras en varios idiomas y dialectos; y [4] tiende un puente en el área
de la crítica textual porque concuerda sustancialmente con el texto del Antiguo
Testamento en hebreo" (450/308).
F. F. Bruce da dos razones por las que los judíos perdieron interés en la
Septuaginta: 1. "Del primer siglo (d. de J.C.) en delante, los cristianos la
adoptaroncomo su versión del Antiguo Testamento y la usaron libremente en la
propagación y defensa de la fe cristiana" (170/150), 2. "Cerca del año 100 d. de
J.C , los eruditos judíos establecieron un texto revisado y modelo para la Biblia
hebrea" (170/151).
Lo que había comenzado como una traducción popular por y para los judíos
perdió mucho de su atracción para el pueblo judío.
La Héxapla
La Héxapla (quiere decir "de seis pliegues"), obra realizada por Orígenes en el
siglo II, se liga inextricablemente con la LXX.
Para el propósito de Orígenes, que fue el de producir una versión griega que
correspondiera tan cercanamente como fuera posible al texto hebreo entonces
establecido, su proceder servía aceptablemente; pero para nuestro propósito,
que es el descubrimiento del texto Septuaginta original... como evidencia de lo
que había sido el texto hebreo antes que existiera el Texto Masorético, el
proceder de Orígenes resulta desafortunado. Esto es porque había una tendencia
de copiar su edición sin sus signos críticos y consecuentemente la tendencia de
aceptar las adiciones hechas por Orígenes (muchas tomadas de Teodocio) como
partes de la original y genuina Septuaginta (659/59).