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Generalidades e historia de la LXX

La evidencia de los manuscritos que no están en hebreo

Las varias traducciones antiguas (llamadas Versiones) del Antiguo Testamento


proveen al especialista textual de otras atestaciones importantes al texto.

La Septuaginta (LXX), por ejemplo, preserva una tradición textual que proviene
del tercer siglo a. de J.C, y la tradición detrás del Pentateuco Samaritano puede
datar desde el siglo Va. de J.C.

Estas y el Texto Masorético proveen tres tradiciones textuales que, cuando son
evaluadas críticamente, dan un apoyo abrumador a la integridad del texto del
Antiguo Testamento.

La atestación del Pentateuco Samaritano y especialmente la de la Septuaginta,


con sus varias revisiones, dan una confirmación de mucha importancia a la
integridad del texto.

“La Septuaginta es una traducción dispareja, pero sin embargo útil porque está basada en un texto
hebreo mil años más antiguo que nuestros manuscritos hebreos existentes. “

PAUL ENNS

La Septuaginta (LXX)

Tal como los judíos abandonaron el hebreo, su lengua nativa, por el arameo en
el Cercano Oriente, también abandonaron el arameo dando preferencia al griego
en centros helénicos como Alejandría, Egipto.

Durante las campañas de Alejandro Magno, los judíos fueron objeto de


considerables favores. Parece que Alejandro sentía simpatía hacia los judíos en
parte por las políticas de ellos hacia él durante el asedio de Tiro (332 a. de J.C).
Se dice que él hasta viajó a Jerusalén para hacer homenaje al Dios de ellos. Y a
medida que él conquistaba tierras nuevas, edificó nuevas ciudades que
frecuentemente incluían habitantes judíos; varias de estas nuevas ciudades él
las llamó Alejandría.

Por cuanto había una dispersión de los judíos, fuera de su tierra natal, surgió la
necesidad de tener las Escrituras en lo que era el idioma común de ese tiempo.
El nombre Septuaginta (quiere decir "setenta", y normalmente es abreviado con
el uso de números romanos LXX) se le dio a la traducción de las Escrituras
1
hebreas, hecha —o por lo menos iniciada— durante el reino del rey Tolomeo
Filadelfo de Egipto (285-246 a. de J.C).

E F. Bruce ofrece una interesante interpretación del origen del nombre de esta
traducción. En relación con una carta que alega haber sido escrita cerca del año
250 a. de J.C. (más probablemente cerca del 100 a. de J.C.) por Aristeas, un
oficial en la corte del rey Tolomeo, quien escribe a su hermano Filócrato, Bruce
escribe:

Tolomeo tenía fama como un patrocinador de la literatura. Fue bajo su reino que
se inició la gran biblioteca de Alejandría, una de las maravillas culturales para
todo el mundo durante unos 900 años. La carta describe cómo Demetrio de
Palera, posiblemente el bibliotecario real, animó el interés del rey en la Ley judía,
aconsejando que se enviara una delegación al sumo sacerdote Eleazar en
Jerusalén. El sumo sacerdote escogió como traductores a seis ancianos de cada
una de las doce tribus de Israel y los envió a Alejandría, con un pergamino bonito
y especialmente preciso que contenía la Tora. Los ancianos fueron
elegantemente atendidos, probando su sabiduría en varios debates. Luego
hicieron su residencia en la isla de Faros (isla de otro modo famosa por su faro),
donde en 72 días completaron su labor de traducir el Pentateuco al griego.
Presentaron una versión que representó el consenso de todos, como resultado
de consulta y comparación (170/146, 147).

El Antiguo Testamento en griego, de la Septuaginta, difiere del canon hebreo


tanto en la calidad de su traducción como también en su contenido y arreglo.
Aparte de los 22 libros del Antiguo Testamento hebreo, la LXX contiene unos
cuantos libros que nunca fueron parte del canon hebreo. Aparentemente estos
libros circulaban en el mundo de habla griega pero nunca llegaron a ser parte
del canon hebreo.

La calidad de la traducción en la LXX refleja esta situación y provoca varias


observaciones:

(1) La LXX varía en excelencia, abarcando desde algunas traducciones de la Tora


que son servilmente literales hasta otras de los Escritos (la tercera división de
las Escrituras hebreas) que son muy libres. (Ver Sir Frederic Kenyon, The Text
of the Greek Bible [El texto de la Biblia griega], revisado y aumentado por
Adams, pp. 16-19). Adams indica que el texto de Job en la LXX original es
realmente como 15% más corto que el texto correspondiente en hebreo.
Considerables variaciones hay también en Josué, 1 Samuel, 1 Reyes, Proverbios,
Ester y Jeremías; con variantes menores en otros libros. La causa de estas
divergencias es una de las principales dificultades de la Septuaginta.
2
(2) La LXX no tuvo el mismo propósito que el texto en hebreo, ya que servía
principalmente para los cultos públicos en las sinagogas en vez de los fines
eruditos de los escribas.

(3) La LXX fue el producto de un esfuerzo pionero para transmitir las Escrituras
del Antiguo Testamento y provee un ejemplo excelente de tal esfuerzo.

(4) La LXX en general fue fiel a las redacciones del texto original en hebreo,
aunque algunos han argumentado que los traductores no siempre eran
adecuadamente duchos en el idioma hebreo.

Referente a la Septuaginta, Paul Enns dice que, como una traducción, la


Septuaginta "es dispareja, pero sin embargo útil porque está basada en un texto
hebreo mil años más antiguo que nuestros manuscritos hebreos existentes.
Además, los autores del Nuevo Testamento frecuentemente citan textos de la
Septuaginta; esto nos provee percepciones adicionales en relación con el texto
del Antiguo Testamento (343/174).

"En cuanto a la influencia de la LXX, cada página de este léxico [A GreekEnglish


Lexicón ofthe New Testament and Other Early Christian Literature (Bauer, Arndt,
and Gingrich)] muestra que excede en importancia todas las demás influencias
en nuestra literatura [del primer siglo d. de J.C.]" (106/xxi).

Semejante comentario se podría hacer del Léxico Griego-Español del Nuevo


Testamento, por Alfredo E. Tuggy, obra publicada por Editorial Mundo Hispano.

La Septuaginta (LXX), la traducción griega del Antiguo Testamento iniciada por


el año 250 a. de J.C , ocupa una posición después del Texto Masorético en cuanto
a su importancia. Era ampliamente usada durante los tiempos del Nuevo
Testamento, cosa que podemos deducir del hecho que la mayoría de las 250
citas del Antiguo Testamento en el Nuevo son tomadas de esta versión.

Cuando la LXX difería del Texto Masorético, algunos eruditos asumían que los
traductores de la LXX se habían tomado libertades con sus textos. Pero ahora
sabemos, gracias a la evidencia de Qumrán, que muchas de estas diferencias se
deben a que los traductores seguían un texto hebreo diferente, un texto que
ahora podemos llamar de la familia "ProtoSeptuaginta" (1335/130, 131). La LXX,
ya que es muy semejante al Texto Masorético (916 d. de J.C.) que tenemos hoy,
ayuda a establecer la confiabilidad de su transmisión a través de 1.300 años.

La LXX y las citas textuales de las Escrituras que se encuentran en los libros
apócrifos de Eclesiástico, el Libro de Jubileo y otros dan evidencias de que el
texto hebreo que tenemos hoy es esencialmente el mismo texto que se tenía
cerca del año 300 a. de J.C.
3
Geisler y Nix dan cuatro importantes contribuciones de la Septuaginta: " [ 1 ]
En religión, tendió un puente entre los pueblos de habla hebrea y los de habla
griega al satisfacer las necesidades de los judíos en Alejandría; [2] tendió un
puente histórico entre los judíos y su Antiguo Testamento en hebreo y los
cristianos de habla griega quienes la utilizarían con su Nuevo Testamento; [3]
proveyó un precedente para que los misioneros cristianos hicieran traducciones
de las Escrituras en varios idiomas y dialectos; y [4] tiende un puente en el área
de la crítica textual porque concuerda sustancialmente con el texto del Antiguo
Testamento en hebreo" (450/308).

F. F. Bruce da dos razones por las que los judíos perdieron interés en la
Septuaginta: 1. "Del primer siglo (d. de J.C.) en delante, los cristianos la
adoptaroncomo su versión del Antiguo Testamento y la usaron libremente en la
propagación y defensa de la fe cristiana" (170/150), 2. "Cerca del año 100 d. de
J.C , los eruditos judíos establecieron un texto revisado y modelo para la Biblia
hebrea" (170/151).

Lo que había comenzado como una traducción popular por y para los judíos
perdió mucho de su atracción para el pueblo judío.

La Héxapla

La Héxapla (quiere decir "de seis pliegues"), obra realizada por Orígenes en el
siglo II, se liga inextricablemente con la LXX.

La Héxapla, más los escritos de Josefo, Filón y los Documentos zadoquitas


(literatura de la comunidad de Qumrán) "dan testimonio de la existencia de un
texto muy similar al [texto] masorético entre los años 40 al 100 d. de J.C."
(1108/148).

La Héxapla de Orígenes (cuya fecha se calcula entre el 240 y el 250 d. de J.C.)


se debe mirar contra el trasfondo de trabajos en la traducción del Antiguo
Testamento. A comienzos del tercer siglo cristiano, existían ya cuatro
traducciones al griego: la Septuaginta y versiones por Aquila, Teodocio y
Símaco. Esta situación un poco confusa motivó lo que era realmente el primer
esfuerzo notable en el campo de la crítica textual: la Héxapla ("seis pliegues")
de Orígenes de Alejandría (185-254 d. de J.C). Viendo las muchas divergencias
entre los manuscritos existentes de la LXX, las discrepancias entre el texto
hebreo y la LXX, y los intentos de revisar las traducciones del Antiguo
Testamento en griego, parece que a Orígenes se le ocurrió un plan que daría al
mundo cristiano un texto satisfactorio en griego del Antiguo Testamento. Su
proyecto era esencialmente una revisión, en vez de meramente otra traducción,
porque él corregía pasajes que habían sufrido corrupciones textuales y también
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procuraba unificar el texto griego con el hebreo. Su doble objetivo fue mostrar
la superioridad de las varias traducciones del Antiguo Testamento hebreo sobre
la LXX (donde había sufrido corrupciones) y dar una vista comparativa del
hebreo (generalmente correcto) y la LXX (a veces.divergente). En esto siguió la
teoría de que el Antiguo Testamento en hebreo era casi una "rranscripción
inerrante" de la verdad que Dios le había revelado al hombre...

El arreglo de la Héxapla era en seis columnas paralelas. Cada columna contenía


el Antiguo Testamento o en el hebreo original o en una de las traducciones
usadas. Esto hacía que el manuscrito fuera sumamente voluminoso,
especialmente para los tiempos antiguos. Las seis columnas estaban arregladas
así: columna 1: el hebreo original; columna 2, el hebreo transliterado a letras
griegas; columna 3, la traducción literal de Aquila; columna 4, la revisión
idiomática de Símaco; columna 5, la revisión de la LXX hecha por Orígenes
mismo; columna 6, la revisión griega deTeodocio (450/507, 508).

Aunque la tarea era de significado monumental, conviene que el crítico textual


moderno observe la diferencia entre su objetivo y el de Orígenes. Esta diferencia
ha sido aclarada acertadamente por Kenyon:

Para el propósito de Orígenes, que fue el de producir una versión griega que
correspondiera tan cercanamente como fuera posible al texto hebreo entonces
establecido, su proceder servía aceptablemente; pero para nuestro propósito,
que es el descubrimiento del texto Septuaginta original... como evidencia de lo
que había sido el texto hebreo antes que existiera el Texto Masorético, el
proceder de Orígenes resulta desafortunado. Esto es porque había una tendencia
de copiar su edición sin sus signos críticos y consecuentemente la tendencia de
aceptar las adiciones hechas por Orígenes (muchas tomadas de Teodocio) como
partes de la original y genuina Septuaginta (659/59).

Desafortunadamente esa posibilidad efectivamente se realizó: "el texto de la


Septuaginta transcrita [por Orígenes] se diseminó sin sus marcas diacríticas,
resultando en un texto griego corrupto del Antiguo Testamento, en vez del logro
de una versión de la Septuaginta que realmente estuviera en conformidad con
el texto hebreo modelo" (450/509).

F. F. Bruce escribe: "Si la Héxapla de Orígenes hubiera sobrevivido en forma


completa, sería un tesoro de incalculable valor" (170/155).

Material tomado de:

Josh McDowell, Nueva evidencia que demanda un veredicto (Texas: Editorial


mundo hispano, 2004) 99-103.
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