Está en la página 1de 1

Instrucciones para abrir un cajón

En el siglo XVII a algún soñador hogareño se le ocurrió inventar una caja con un riel y agregarlo a
un mueble con la esperanza de hacerle la vida más fácil a sus semejantes. Este compartimento
movible (que ahora en nuestros días, puede ser de plástico o metal) guarda y acomoda lo que se
nos ocurra -si el espacio lo permite-. He escuchado que en las morgues también se usan. Este
invento recibe el nombre de “cómoda”, “cajón” o “cajonera”. Me referiré a esta pieza
simplemente como cajón.

Tiempo después ya las personas eran lo suficientemente precavidas para crear un falso fondo
dentro del cajón, dejando un poco atrás lo ordinario, “ver más allá”, como dicen. Y esto consta de
una tabla del tamaño del interior para que así pueda atorarse y asemejarse al meollo del asunto.
Es así como la gente se protege de la gente. Este mecanismo es específicamente creado para
engañar a otros humanos, está científicamente comprobado; el estudio fue hecho por alguna
universidad cuyo nombre ya no recuerdo, pero seguro está en inglés. En fin, no estamos aquí para
ahondar en cómo se creó el cajón ni mucho menos en los secretos de los demás (porque también
hay quienes nunca han sabido divertirse en serio y sólo le ponen llave); porque para eso
simplemente vas a alguna habitación y abres el pinche cajón o te le quedas viendo fijamente -
porque, obvio, tiene llave-… Yo sólo daré instrucciones y se hará lo que se tenga que hacer.

Para abrir un cajón sin llave

Primero lo primero: párate frente a él, relaja los hombros, agacha la cabeza un poco para que los
movimientos no sean torpes. Respira. Repite lo que te haga falta para no dejarte llevar por el tedio
(o la emoción, depende el caso). Escoge la mano que quieras y deja que ésta avance hacia su
destino con los cálculos ya preparados por tus ojos y la costumbre. Ya que la mano se haya alejado
de tu costado ábrela, extiende los dedos lentamente para que queden del tamaño casi perfecto de
la perilla, relájalos, deja que se amolden a ella. Demora un poco antes de tirar del cajón,
pregúntate lo siguiente: ¿la perilla tiene relieves? O si es el caso de que sea una vil manija
pregúntate: ¿está pegosteosa? Siente los relieves que te sean posibles, no dejes que el
reduccionismo de tus dedos te haga ir más rápido. Respira más relajado. Ya que el aire se haya
convertido en algo inservible para tus pulmones puedes tirar lentamente del cajón. Digo
lentamente por decir; a lo que me refiero es que no tires tan fuerte para que las cosas no te salten
y tengas que agacharte para recogerlas; la economía ¿recuerdas? La economía del tiempo lo es
todo; esto se creó para ahorrarte tiempo, no para causarte desorden. Ya que lo abres deja que tus
ojos hagan el resto y le manden a decir a tus manos qué quieren. (No olvides respirar para no
aburrirte).

También podría gustarte