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ENSAYO
PROFESORA:
DRA. ZORAIDA LEMUS
ALUMNO:
ABG. SALVADOR DÍAZ
SÁNCHEZ
C. I: 5.082.698
Cumaná 14/06/22
Hoy en día, más que nunca, se tiende hacia el individualismo, es una realidad que nos
debe hacer reflexionar y tomar en consideración el colaborar en un cambio de tendencia
hacia la Ética de la Empatía, cualidad que se convierte en una huella y marca concreta que
nos ennoblece y nos identifica mejor como seres humanos. Es imprescindible impulsar una
actitud más humana y de comprensión como condiciones esenciales y necesarias para la
sociedad, pero también para nuestro entorno de trabajo.
Esta capacidad de ponerse en el lugar del otro. Sentir e incluso pensar lo que está
viviendo la otra persona en esa situación. Es una cualidad que suele costar desarrollar, por
emociones o sentimientos encontrados, dudas o impresiones mal concretadas e incluso
prejuicios infundados, pero claro está que "todos" tenemos esa capacidad y es posible
desarrollarla. Para ello es necesario salir de nosotros mismos e intentar entrar en el
universo del otro, y se puede decir que cuando lo hacemos favorecemos nuestro
crecimiento y satisfacción personal enormemente.
La realidad de la vida nos indica que hay poca conciencia de lo que es vivir bien. Por
ello, en primer lugar, sería pertinente preguntarnos ¿Cómo se puede vivir bien? De esta,
aparentemente, simple pregunta se desprende la esencia de la ética y de lo que debería ser
el motor de nuestros actos: "La libertad", esto significa tener la capacidad de poder decidir
qué es lo que quiero o no hacer con mi propia existencia, si hago esto o lo otro, si compro o
no, etc. Significa poder responder a los que nos sucede de tal o cual forma.
Esta libertad se concibe, en rasgo propios de cada Ser; que se relacionan con
principios, normas, reglas, valores, estrenos social y cultural. La principal característica que
tenemos los seres humanos que nos diferencia radicalmente de los demás animales y seres
vivos que coexiste en el planeta.
Por lo tanto, retomando el arte de aprender y vivir implica llegar a saber qué es lo que
realmente se quiere y, de igual forma, conocer, por sí mismo, lo que de verdad nos satisface
como sujetos que habitamos este planeta. La ética entonces es aprender a vivir bien
respetando la pluralidad de conducta sin procurar modificar al otro. Dado que, la ética es
hacer lo que de verdad es relevante en un momento determinado (no las satisfacciones
inmediatas de justiciar nuestras acciones), sin olvidar que todas nuestros quehaceres y
comportamientos siempre tendrán influencia fundamental en nuestra vida individual, y no
en la vida de los demás (como muchas veces creemos).
Cuando tratamos de dañar al prójimo, generalmente nos causamos peores daños a sí
mismo. Hay que recordar (tratar de hacer de ellos un principio de vida) que debemos tratar
a los demás como seres que merecen respeto, y que, al no hacerlo de este modo, somos los
que no vamos a conseguir ser tratados como corresponde, pues estaremos en tela de juicio.
De igual forma, si no hacemos a otros lo que no queremos que nos hagan, tampoco
debemos permitir que nos hagan lo que nosotros seríamos incapaces de hacer a otros, ya
que no sería justo ni de razón.
En tal sentido, la ética, más allá de códigos o normas que pueden regir nuestra
conducta y forma de actuar de un Ser, es más bien un saber vivir o mejor dicho un "vivir
bien", que consiste en tomar conciencia de lo que hacemos, por qué, para qué y si daña o no
al otro, de esta forma estamos tratando al otro como me gustaría ser tratado. Está habilidad
promueve un clima agradable y un mayor entendimiento. La ética empática, se relaciona
con las dotes comunicativas, el control emocional y la muestra de colaboración son
aspectos que enganchan y seducen, y eso es positivo de cara a los intereses vinculados al
vivir bien.
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