Está en la página 1de 2

El pishtaco o nakaq es un personaje mitológico de la tradición andina, especialmente en Perú.

En
algunos lugares de los Andes, el pishtaco es llamado kharisiri.1 La palabra pishtaco proviene del
quechua pishtay (decapitar, degollar o cortar en tiras) [pishtay > pishtakuy> pishtakuq >
pishtaco].2 La leyenda del pishtaco o pishtakuq como asesino "degollador", surge entre la
población de los Andes Centrales peruanos (Junín, Huánuco, Pasco, Ancash y la sierra de Lima),
además de Ayacucho, Huancavelica y Cusco en las épocas de construcción de ferrocarriles,
carreteras o explotación minera intensiva.

Índice

1 La leyenda

2 Su aspecto

3 Su modus operandi

4 Las víctimas

5 Un asesino protegido

6 Evolución del personaje

7 En la cultura popular

8 Véase también

9 Referencias

10 Bibliografía

10.1 Cuentos del pishtaco en quechua

10.2 En inglés

11 Enlaces externos

La leyenda

Según Tauro del Pino en su diccionario enciclopédico del Perú se trataría de un bandolero - el cual
visitaría las provincias - cuya ocupación es la de asaltar mujeres u hombres solitarios.
Principalmente, el pishtaco degüella a sus víctimas para sacarles la grasa y venderla, así como
comer su carne en forma de chicharrones. O bien las entierra, a veces con vida, para fecundar la
tierra o dar solidez a las construcciones.

La preocupación por la grasa corporal tiene una larga tradición en la región andina, al punto que
los indígenas prehispánicos le rendían culto en la forma del dios Viracocha (literalmente "mar de
grasa" en quechua). También es natural para los campesinos pobres ver a la gordura y al exceso de
grasa corporal como una señal de vida, buena salud, fuerza y belleza. Se creía que muchas
enfermedades tienen su origen en la pérdida de grasa corporal, por lo que la delgadez extrema era
despreciada.3 Tomando en cuenta esto, la práctica de los conquistadores de tratar sus heridas con
la grasa corporal de los indígenas muertos en batalla horrorizó a estos.4

La figura del pishtaco aparece desde muy antiguo en la tradición quechua, ya en épocas
prehispánicas se tienen noticias de sicarios enviados por los grupos de poder o por etnias rivales
para eliminar a personajes importantes o simplemente diezmar la población.

La leyenda en su forma actual se remonta a la conquista española de América del Sur. Los
indígenas andinos temían a los misioneros españoles, pues los consideraban pishtacos y creían
que mataban personas para sacarles su grasa, con la cual engrasaban las campanas de las iglesias
para que suenen mejor.5 Ricardo Palma menciona en sus Tradiciones Peruanas (Los Barbones) la
figura del pishtaco o naqak en Cuzco, narra la agresión que los indígenas cuzqueños infringieron a
un grupo de betlemitas acusándolos de pishtacos, pues a decir de estas personas los buenos frailes
secuestraban personas a quienes extraían la grasa para elaborar los ungüentos con que curaban
en el hospital que ellos tenía al costado de su iglesia y monasterio.

En la actualidad, leyendas similares afirman que las maquinarias de un ingenio azucarero necesitan
grasa humana como lubricante,67 o que los motores a reacción de los aviones no pueden arrancar
sin una gota de grasa humana.8

La creencia del pishtaco ha afectado a los programas internacionales de asistencia, haciendo que
varias comunidades rechacen al programa estadounidense Food for Peace por el temor que su
verdadero propósito era engordar a los niños para luego matarlos y extraerles su grasa.8 Los
indígenas han atacado a los geólogos que efectuaban registros en el altiplano de Perú y Bolivia, al
confundirlos con pishtacos.9 El trabajo de los antropólogos se ha visto limitado, ya que se rumoreó
que las mediciones de los pliegues de grasa corporal eran parte de un plan para seleccionar a los
individuos más gordos y que luego serían víctimas de los pishtacos.7 En 2009, la leyenda del
pishtaco fue citada como un posible factor contribuyente en la supuesta creación por parte de la
Policía Nacional del Perú de una historia sobre una banda que mató a 60 personas para extraerles
su grasa corporal.10

También podría gustarte