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La necesidad efectiva, o eventual, en que se encuentra una persona de hacerse cargo de las
consecuencias gravosas de un acto que se le atribuye como propio.
La obligación que tiene una persona de indemnizar o reparar los perjuicios a otra ocasionados.
RESPONSABILIDAD JURÍDICA:
Aquella que surge de la violación de deberes jurídicos y que produce consecuencias jurídicas.
1. Supuesto de hecho:
Lo que tiene que ocurrir para que una persona sea civilmente responsable.
4 elementos imprescindibles:
a. Acción u omisión antijurídica/incumplimiento contractual.
b. Daño.
c. Criterio o factor de atribución o imputación:
Es la circunstancia que justifica que se haga a alguien responsable del daño sufrido por
la víctima. El criterio de atribución más común es la CULPA.
d. Relación de causalidad:
No basta con que concurran un daño y una conducta culposa; es necesario que ese
daño haya sido causado por esa culpa.
2. Efecto jurídico:
Consiste en la obligación que nace a cargo del responsable de reparar el daño sufrido por
la victima
FORMULA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL:
RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL:
Deber de reparar que se produce como consecuencia de haberse incumplido una obligación o de
haberse cumplido defectuosamente.
Es la falta de ejecución de la prestación (total o parcial) o la ejecución que no sea íntegra, exacta e
idéntica a la establecida en el proyecto de constitución de la obligación. Art. 1556 CC.
a. La obligación no se cumple.
b. La obligación se cumple imperfectamente.
c. Se retarda el cumplimiento de la obligación.
Art. 1698 CC “incumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquellas o ésta”.
La extinción de la obligación debe ser probada por el que la alega. Al ser el cumplimiento una
forma de extinción, el deudor debe probar el cumplimiento, es decir, debe probar el cumplimiento
el agente dañoso, quien causa un daño.
1. Legítimo.
Legitimidad del daño: El interés lesionado debe ser lícito o legítimo.
Únicamente debe repararse el daño que se derive de una situación licita.
2. Relevante o significativo.
El daño debe tener una entidad mínima proporcionada a la actividad que deberá
desplegarse para obtener su reparación.
No son daños en sede de responsabilidad civil: Aquellas incomodidades y molestias que
son consecuencia ordinaria de la vida en sociedad; es necesario que éstas excedan el
límite de la normalidad.
El daño civilmente reparable es únicamente el significativo.
Quien demande la reparación del daño, debe acreditar su sufrimiento, es decir, probarlo.
5. Subsistencia
Requisito referido a la necesidad de que el daño no haya sido reparado, no puede
indemnizarse un mismo daño dos veces, ya que provoca un enriquecimiento injusto.
6. Carácter personal.
Supone que únicamente quien lo hay sufrido puede demandar su indemnización, sin
perjuicio de que los herederos de la víctima reclamen la indemnización del daño sufrido
por ésta en la medida en que actúan como sucesores de la acción que correspondía al
perjudicado
TIPOS DE DAÑOS:
1. Daños patrimoniales: Aquellos que afectan a bienes que tienen un significado económico.
Consiste en una pérdida pecuniaria, en un detrimento del patrimonio.
Se subclasifican en:
a. Daño emergente: Pérdida actual en el patrimonio.
Una disminución patrimonial, ya sea derivada de una pérdida del valor de los activos o
de un aumento de los gastos o pasivos.
Hace referencia a los gastos ocasionados como consecuencia del evento dañoso; las
pérdidas efectivamente sufridas y los desembolsos realizados en atención al daño.
La concurrencia de estos daños debe ser probada, recayendo la carga sobre la parte
demandante en aplicación del art. 1698 CC.
b. Lucro cesante:
Frustración de una legítima utilidad que hubiera incrementado el patrimonio de no
haber sucedido el hecho dañoso.
La concurrencia de estos daños debe ser probada, recayendo la carga sobre la parte
demandante en aplicación del art. 1698 CC.
2. Daños no patrimoniales: Se refiere al daño moral, que es aquel daño no patrimonial, capaz
de comprender otros menoscabos que no admiten apreciación pecuniaria directa, por
ejemplo, el daño corporal o biológico, el daño a derechos de la personalidad, el perjuicio
estético o la pérdida del gusto vital, la pérdida de los placeres de la vida.
En Chile existe una iniciativa que se denomina BAREMO JURISPRUDENCIAL DAÑO MORAL; es una
herramienta no vinculante, que permite el acceso a jurisprudencia, estadísticas y tablas de montos
indemnizatorios mínimos y máximos fijados en materia de daño moral respecto de casos con
resultado de muerte o lesiones derivados de delitos, cuasidelitos, responsabilidad extracontractual
del Estado o responsabilidad estatal, accidentes del trabajo, enfermedades profesionales y
responsabilidad médica.
PÉRDIDA DE OPORTUNIDAD:
La pérdida de oportunidad hace referencia al “Daño que sufre quién ve comprometida una
posibilidad real de obtener un beneficio o evitar un menoscabo”.
Menoscabo sufrido por quien pierde la oportunidad de obtener una ganancia, un beneficio.
La Teoría no podrá utilizarse ni cuando existan altas posibilidades de que el autor haya producido
el daño, ni cuando las posibilidades sean mínimas o despreciables. Aplicarse cuando existe dudas
en la causalidad al no poder afirmarse con certeza si el autor produjo o no el menoscabo.
En esos supuestos de incertidumbre causal se reconozca a la víctima el derecho a un resarcimiento
parcial por la oportunidad perdida. La teoría de la pérdida de oportunidad se configura como una
construcción teórica que pretende ayudar a la víctima evitando la exoneración del agente dañoso
en supuestos de incertidumbre causal.
Excepciones:
Uno de los requisitos del daño es la necesidad de su prueba, recayendo esta carga sobre el
acreedor.
Daños patrimoniales:
Ya sea daño emergente o lucro cesante, la doctrina y jurisprudencia coinciden en exigir su prueba
al demandante con base en el art. 1698 CC.
En el daño moral:
Existe una fuerte tendencia jurisprudencial a relajar la exigencia de la prueba del daño moral. Se
sostiene que es necesaria una mayor flexibilidad a la hora de ponderar la prueba de este tipo de
perjuicios. De todas formas, igual debe probarse este daño.
TEORIAS:
1. Teoría Empirista: Tratan de explicar la causa con base en la naturaleza y sus leyes físicas.
También conocida como Teoría de la Conditio Sine Qua Non. Usa el procedimiento de la
“Supresión mental hipotética”.
Debe considerarse como uno de los factores que intervino en la producción, debe
reconstruirse la situación sin considerar dicho factor. Si el daño se produjera igual, el
factor no sería considerado causa del resultado. Pero si el menoscabo no se produjese, ese
factor debe considerarse como causa.
En los supuestos de omisión debe realizarse una reconstrucción causal hipotética inversa;
figurarse cuál hubiera sido el curso de los acontecimientos si no hubiera faltado la “Acción
positiva omitida”.
La omisión será considerada causa cuando “producido el hecho positivo omitido, el daño
no se habría producido” y no tendrá tal consideración cuando, a pesar de la omisión, el
daño se siga produciendo.
2. Teoría Normativa: Van más allá de la causalidad física, realizando valoraciones de tipo
normativo.
ELEMENTO FÁCTICO (Relación causal estricta) + ELEMENTO JURÍDICO (Imputación Causal).
a. Nivel de causalidad, nivel factico: Determinar si la acción u omisión del causante del daño
se configura como “Antecedente físico o material” del menoscabo producido, es decir, si
fue conditio sine qua non del resultado.
Si el nexo no se produce, no habrá responsabilidad; pero si existe nexo habrá que dar otro
paso y observar el siguiente nivel.
b. Nivel normativo, nivel jurídico: Determinar la imputación objetiva. Es decir, habrá que
establecer si el daño es jurídicamente imputable a un sujeto y si, en consecuencia, debe
responder por él.
En los últimos años, la doctrina chilena se ha mostrado favorable a esta teoría.
Existe un juicio de valor sobre lo que podría llamarse la conducta adecuada en el cumplimiento
contractual y la comparación entre esa conducta que se toma como modelo y la conducta
concreta realizada.
En sede de responsabilidad civil existen básicamente, dos criterios conforme a los cuales se
puede imputar la producción del daño a una persona:
Para atribuir responsabilidad se exige un vínculo subjetivo -culpa en sentido amplio- entre el
agente y el daño, no bastando su mera intervención en la producción del menoscabo; el agente
sólo responde si se ha comportado de forma jurídicamente reprobable.
GRADUACIÓN DE LA CULPABILIDAD:
En chile esta la configuración tripartita de la culpa en la RC: art. 44 CC.
Art. 44 inciso 2° CC: En materias civiles la culpa, cuando es grave, equivale al dolo.
2. Culpa leve:
Es el término medio de negligencia.
En Chile es la regla general, y por ello el inciso 3° del artículo 44 del CC declara: “La
culpa o descuido sin otra calificación, significa culpa o descuido leve”, y agrega: “el que
debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta
especie de culpa.
3. Culpa levísima:
Impone el máximo de responsabilidad, ya que para no incurrir en ella el deudor
necesita emplear la mayor diligencia.
Art. 44 inciso 5° “La falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se
opone a la suma diligencia o cuidado”.
a. Padre de familia.
b. Personas negligentes y de poca prudencia.
c. Hombre juicioso en la administración de sus negocios importantes.
LA PRUEBA DE LA CULPA:
Inciso 3° art. 1547 del CC: La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido
emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega.
Art. 1761 CC: Siempre que la cosa perece en poder del deudor, se presume que ha sido por hecho
o por culpa suya.
El acreedor no está obligado a acreditar la culpa, sino que el deudor debe establecer que no
incurrió en ella probando el debido cuidado o diligencia empleado en el cumplimiento.
b- Dolo: art. 44 CC.
El dolo debe probarse salvo en los casos especialmente previstos por la ley.
Doctrina tradicional:
Dolo: Existe una intención deliberada, un efectivo propósito en el agente de causar un daño en
la persona o propiedad de un tercero. Si el agente no quiso el daño (aun cuando hubiera
podido preverlo o haya actuado sabiendo que su acción u omisión debía generar un daño) no
concurre dolo; pues no basta la conciencia de que se pueda causar un daño, es menester la
intención de dañar.
No existe DOLO cuando el sujeto si bien no tuvo la intención de dañar, pudo representarse
que su actuar produciría un daño (dolo eventual).
Doctrina moderna.
Se inclina por un concepto más amplio de Dolo, entendido como “La conciencia de hacer lo
injusto”, de manera que si el agente tiene intención de actuar contra derecho existirá dolo,
aun cuando no tenga un ánimo específico de causar daño.
Es decir, basta que el sujeto se haya representado como posible el resultado lesivo y lo haya
querido, aunque a su pesar, como resultado directo de su acción.
La intención de dañar, comprende también la aceptación voluntaria del ilícito con conciencia
de la antijuridicidad de acción.
Doctrina moderna rechaza el carácter necesario del animus nocendi en el elemento volitivo
del dolo.
Si concurre Dolo (o culpa grave) se responde por TODOS los perjuicios directos tanto
PREVISTOS COMO IMPREVISTOS. Si concurre CULPA se responde de todos los perjuicios
directos PREVISTOS O QUE PUDIERON PREVERSE al tiempo del contrato.
Impide establecer una cláusula que elimine la responsabilidad (el dolo no se puede renunciar
anticipadamente).
Dolo: considerada la concurrencia de dolo en cada caso específico, atendidas las concurrentes
y que evalúa el juzgador libremente o en conformidad a las normas reguladores de la prueba,
según la materia en que incide el conflicto.
RESPONSABILIDAD OBJETIVA:
Aquella que establece la responsabilidad del autor del daño con independencia de que éste haya
actuado de manera culpable o no.
Es decir, no se basa en la culpa del agente. Prescinde de la culpa para fundar la imputación.
Excepción:
Obligaciones de no hacer no se requiere la constitución en mora (art.1557 CC), debido a que aquí
la indemnización se debe desde el momento de la contravención.
La mora ha sido considerada tradicionalmente como uno de los rasgos diferenciadores entre la
responsabilidad contractual y extracontractual, al no ser exigibles en esta última.
Requisitos:
Caso Fortuito o Fuerza Mayor: art. 45 CC “el imprevisto a que no es posible resistir”.
Si se cumplen los requisitos del caso fortuito (inciso 2° art. 1547 CC e inciso 2° art. 1558 CC).
Hay casos en que no obstante haber mediado un caso fortuito, el deudor es responsable.
1. Cuando el caso fortuito sobreviene por su culpa: art. 1547 inciso 2° CC.
2. Cuando el caso fortuito ocurre durante la mora del deudor: art. 1547 inciso 2° CC.
3. Cuando se haya convenido que el deudor responda del caso fortuito: arts. 1547 y 1558 CC.
Una cláusula agravatoria de la responsabilidad del deudor perfectamente licita y aceptada
por la ley.
4. Cuando la ley expresamente hace responder al deudor del caso fortuito: art. 1547 inciso
final.
a. Cláusulas exoneratorias.
b. Cláusulas restrictivas o limitativas.
c. Cláusulas agravatorias.
a. Hacer responder al deudor de un grado mayor de culpa que el establecido por la norma.
b. Hacer responder al deudor del caso fortuito.
c. Hacer responder al deudor de perjuicios de los que normalmente no se indemnizan.
Cláusulas limitativas:
La mayoría de la doctrina señala que estas cláusulas serían válidas, de conformidad al artículo
1547 del CC., que permite alterar las reglas normales de responsabilidad.
Responsabilidad extracontractual:
Proviene de un hecho ilícito perpetrado por una persona en perjuicio de otra, que no constituye la
violación de un deber contractual. El deber de reparar surge de la trasgresión, no de una
obligación propiamente tal, sino de un deber genérico de no dañar a otro (alterum non laedere),
que es un principio general de todo ordenamiento jurídico.