Está en la página 1de 16

Responsabilidad Civil Médica y de Servicios de Salud Privados

¿Qué es la responsabilidad civil?

La necesidad efectiva, o eventual, en que se encuentra una persona de hacerse cargo de las
consecuencias gravosas de un acto que se le atribuye como propio.

Obligación de reparar los daños causados en ciertas personas o cosas.

La obligación que tiene una persona de indemnizar o reparar los perjuicios a otra ocasionados.

RESPONSABILIDAD JURÍDICA:

Aquella que surge de la violación de deberes jurídicos y que produce consecuencias jurídicas.

REGIMENES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL:

1. Precontractual: No se encuentra regulada en el CC, pero sí es reconocida por la doctrina y


la jurisprudencia.
2. Contractual: Se regula en los artículos 1547 y concordantes del CC.
3. Extracontractual: Se regula en los artículos 2314 y siguientes del CC.

La responsabilidad civil puede descomponerse en DOS PARTES:

1. Supuesto de hecho:
Lo que tiene que ocurrir para que una persona sea civilmente responsable.
4 elementos imprescindibles:
a. Acción u omisión antijurídica/incumplimiento contractual.
b. Daño.
c. Criterio o factor de atribución o imputación:
Es la circunstancia que justifica que se haga a alguien responsable del daño sufrido por
la víctima. El criterio de atribución más común es la CULPA.
d. Relación de causalidad:
No basta con que concurran un daño y una conducta culposa; es necesario que ese
daño haya sido causado por esa culpa.

Pueden incidir sobre la existencia y extensión de la responsabilidad civil circunstancias: La


participación de una pluralidad de responsables; culpa de la víctima.

2. Efecto jurídico:
Consiste en la obligación que nace a cargo del responsable de reparar el daño sufrido por
la victima
FORMULA DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL:

 Medida de prevención obligatoria en todo acto quirúrgico; Lista de chequeo o pausa de


seguridad.

RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL:

Aquella responsabilidad que nace como consecuencia de la vulneración de un vínculo existente


entre las partes.

Deber de reparar que se produce como consecuencia de haberse incumplido una obligación o de
haberse cumplido defectuosamente.

Regulación: Art. 1547 y concordantes del CC.

ELEMENTOS RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL:

1. Incumplimiento de una obligación contractual por el deudor (incumplimiento de un


contrato).
2. Existencia de perjuicios para el acreedor.
3. Relación de causalidad entre el incumplimiento y los perjuicios ocasionados.
4. Imputabilidad del daño al deudor.
5. Mora del deudor.
6. Que no concurra causal de justificación, exención o extinción de la responsabilidad del
deudor.

PRIMER REQUISITO: Incumplimiento de la obligación contractual (del contrato).

a. El deudor debe incumplir una obligación derivada de un contrato.


b. Ha de tratarse de un contrato válido.
c. Ha de existir un contrato.

El cumplimiento de la obligación es: “La realización exacta de la prestación que constituye su


objeto” o “La exacta ejecución de la prestación debida”.

La exacta ejecución supone la concurrencia de los siguientes elementos:

1. Sujetos intervinientes capaces y legitimados.


2. Prestación cumplida de manera íntegra e idéntica a la proyectada.
3. Cumplimiento realizado en el tiempo y lugar exacto para satisfacer el interés del acreedor.

EL INCUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN CONTRACTUAL:

Es la falta de ejecución de la prestación (total o parcial) o la ejecución que no sea íntegra, exacta e
idéntica a la establecida en el proyecto de constitución de la obligación. Art. 1556 CC.

Hay INCUMPLIMIENTO cuando:

a. La obligación no se cumple.
b. La obligación se cumple imperfectamente.
c. Se retarda el cumplimiento de la obligación.

¿Cómo determinar si ha habido o no incumplimiento contractual?

Se debe confrontar la prefiguración ideal de la prestación y la realización efectiva de la misma.

El contenido de la prestación está determinado:

a. Por lo expresamente establecido por las partes.


b. Todos aquellos deberes instrumentales o accesorios, que derivan de la misma. Art. 1546
CC.

¿Quién debe probar el incumplimiento?

Art. 1698 CC “incumbe probar las obligaciones o su extinción al que alega aquellas o ésta”.

La existencia de la obligación debe ser probado por quien lo alega.

La extinción de la obligación debe ser probada por el que la alega. Al ser el cumplimiento una
forma de extinción, el deudor debe probar el cumplimiento, es decir, debe probar el cumplimiento
el agente dañoso, quien causa un daño.

SEGUNDO REQUISITO: Existencia de perjuicios.

Elemento fundamental para la responsabilidad: DAÑO.

Sin daño no hay responsabilidad civil.

Regulación  Art. 1556 CC.

La indemnización de perjuicios comprende el daño emergente y lucro cesante.

Se ha definido el daño como:

“Toda lesión, menoscabo o detrimento a simples intereses de la víctima”.

REQUISITOS DEL PERJUICIO O DAÑO:

1. Legítimo.
Legitimidad del daño: El interés lesionado debe ser lícito o legítimo.
Únicamente debe repararse el daño que se derive de una situación licita.

2. Relevante o significativo.
El daño debe tener una entidad mínima proporcionada a la actividad que deberá
desplegarse para obtener su reparación.
No son daños en sede de responsabilidad civil: Aquellas incomodidades y molestias que
son consecuencia ordinaria de la vida en sociedad; es necesario que éstas excedan el
límite de la normalidad.
El daño civilmente reparable es únicamente el significativo.

3. Cierto: Certeza del daño.


El daño debe ser real y efectivo, se rechaza la reparación de daños eventuales o
hipotéticos.
La certeza hace referencia a la realidad, la existencia del daño y no a su cuantía o
actualidad.
Pueden ser ciertos los daños actuales, como los daños futuros.
Es indemnizable el daño futuro, pero solo en la medida en que, al momento en que se
dicta la sentencia, haya certeza de que necesariamente sobrevendrá. La certidumbre del
daño debe ser actual, pero el perjuicio puede ser futuro.

Al momento de dictarse sentencia el daño:


1. Puede estar produciéndose y puede esperarse razonablemente que continúe en el
futuro.
2. Puede que aún no se haya producido, pero sea posible que ocurra.

Si se trata de un daño futuro que con probabilidad cercana a la certeza va a ocurrir, la


víctima no necesita esperar que se materialice y puede demandar su reparación
anticipada, porque se trata de un daño suficientemente cierto.

Quien demande la reparación del daño, debe acreditar su sufrimiento, es decir, probarlo.

4. Relación directa entre el daño y el hecho o la omisión que lo genera.


Solo son indemnizables los daños DIRECTOS, no así los indirectos.
Daños directos: Aquellos que son consecuencia inmediata y directa del incumplimiento
obligacional.
Daños indirectos: Aquellos que sean consecuencia indirecta o remota del incumplimiento.

EXTENSIÓN DAÑOS INDEMNIZABLES:


a. Si el daño ha sido producido con CULPA, solo es indemnizable el DAÑO PREVISTO O
PREVISIBLE, en el momento de la contratación.
b. Solo son resarcibles los DAÑOS PREVISTOS O PREVISIBLES, cuando concurra culpa del
deudor.
Art. 1558 del CC.
Si concurre DOLO O CULPA GRAVE, se indemnizan daños directos PREVISTOS como
IMPREVISTOS.

5. Subsistencia
Requisito referido a la necesidad de que el daño no haya sido reparado, no puede
indemnizarse un mismo daño dos veces, ya que provoca un enriquecimiento injusto.

6. Carácter personal.
Supone que únicamente quien lo hay sufrido puede demandar su indemnización, sin
perjuicio de que los herederos de la víctima reclamen la indemnización del daño sufrido
por ésta en la medida en que actúan como sucesores de la acción que correspondía al
perjudicado

7. Ocasionado por persona diferente de la víctima.

TIPOS DE DAÑOS:

1. Daños patrimoniales: Aquellos que afectan a bienes que tienen un significado económico.
Consiste en una pérdida pecuniaria, en un detrimento del patrimonio.

Se subclasifican en:
a. Daño emergente: Pérdida actual en el patrimonio.
Una disminución patrimonial, ya sea derivada de una pérdida del valor de los activos o
de un aumento de los gastos o pasivos.

Hace referencia a los gastos ocasionados como consecuencia del evento dañoso; las
pérdidas efectivamente sufridas y los desembolsos realizados en atención al daño.

La concurrencia de estos daños debe ser probada, recayendo la carga sobre la parte
demandante en aplicación del art. 1698 CC.

b. Lucro cesante:
Frustración de una legítima utilidad que hubiera incrementado el patrimonio de no
haber sucedido el hecho dañoso.

La jurisprudencia ha entendido por lucro cesante “La pérdida cierta de la ganancia


probable” “La utilidad, ganancia, provecho o beneficio económico que la víctima del
hecho culposo dejó de obtener”.

DIFICULTADES PARA SU DETERMINACIÓN:


Son daños contingentes, que se derivan de una proyección o previsión hipotética de
que el sujeto perjudicado habría obtenido determinadas ganancias de no ocurrir el
hecho dañoso.
La delimitación ha de efectuarse, conforme a un juicio de probabilidad o verosimilitud
atendiendo un curso normal de las cosas, es decir, atendiendo al curso normal u
ordinario de los acontecimientos en el caso concreto deberá determinarse si esas
ganancias aparecen como probables o se trata de meras posibilidades de ganancia no
susceptibles de indemnización.

La concurrencia de estos daños debe ser probada, recayendo la carga sobre la parte
demandante en aplicación del art. 1698 CC.

2. Daños no patrimoniales: Se refiere al daño moral, que es aquel daño no patrimonial, capaz
de comprender otros menoscabos que no admiten apreciación pecuniaria directa, por
ejemplo, el daño corporal o biológico, el daño a derechos de la personalidad, el perjuicio
estético o la pérdida del gusto vital, la pérdida de los placeres de la vida.

CUANTIFICACIÓN DAÑO NO PATRIMONIAL:

Los tribunales se enfrentan a la dificultad de traducir un concepto intangible en una realidad


monetaria. Frente a estas dificultades se ha desarrollado sistemas de tarificación previa de los
daños no patrimoniales.

En Chile existe una iniciativa que se denomina BAREMO JURISPRUDENCIAL DAÑO MORAL; es una
herramienta no vinculante, que permite el acceso a jurisprudencia, estadísticas y tablas de montos
indemnizatorios mínimos y máximos fijados en materia de daño moral respecto de casos con
resultado de muerte o lesiones derivados de delitos, cuasidelitos, responsabilidad extracontractual
del Estado o responsabilidad estatal, accidentes del trabajo, enfermedades profesionales y
responsabilidad médica.

PÉRDIDA DE OPORTUNIDAD:

La doctrina y jurisprudencia en Chile, aceptan hoy la Teoría de la Pérdida de oportunidad, siendo


especialmente utilizada en ámbitos como la falta de servicio en materia sanitaria.

La pérdida de oportunidad hace referencia al “Daño que sufre quién ve comprometida una
posibilidad real de obtener un beneficio o evitar un menoscabo”.

Menoscabo sufrido por quien pierde la oportunidad de obtener una ganancia, un beneficio.

La Teoría no podrá utilizarse ni cuando existan altas posibilidades de que el autor haya producido
el daño, ni cuando las posibilidades sean mínimas o despreciables. Aplicarse cuando existe dudas
en la causalidad al no poder afirmarse con certeza si el autor produjo o no el menoscabo.
En esos supuestos de incertidumbre causal se reconozca a la víctima el derecho a un resarcimiento
parcial por la oportunidad perdida. La teoría de la pérdida de oportunidad se configura como una
construcción teórica que pretende ayudar a la víctima evitando la exoneración del agente dañoso
en supuestos de incertidumbre causal.

Se reconoce una indemnización proporcionalmente reducida en función de la probabilidad de que


al agente a quien se imputa el daño no causara la lesión.

NECESIDAD DE PRUEBA DEL DAÑO:

Acreedor quien debe probar el daño: Art. 1698 CC.

Excepciones:

1. Cuando exista una cláusula penal: art. 1542 CC.


2. Cuando la indemnización tenga carácter moratorio y se trate del incumplimiento de una
obligación de dinero: Art. 1559 N°2.

LA PRUEBA DEL DAÑO:

Uno de los requisitos del daño es la necesidad de su prueba, recayendo esta carga sobre el
acreedor.

Daños patrimoniales:

Ya sea daño emergente o lucro cesante, la doctrina y jurisprudencia coinciden en exigir su prueba
al demandante con base en el art. 1698 CC.

En el daño moral:

Existe una fuerte tendencia jurisprudencial a relajar la exigencia de la prueba del daño moral. Se
sostiene que es necesaria una mayor flexibilidad a la hora de ponderar la prueba de este tipo de
perjuicios. De todas formas, igual debe probarse este daño.

Incluso en sede de daños no patrimoniales producidos en el ámbito de la responsabilidad


extracontractual, la jurisprudencia excluye la necesidad de su prueba en supuestos de daños
corporales y daño reflejo derivado del fallecimiento de persona con la que existía un vínculo
próximo.

TERCER REQUISITO: Relación de causalidad entre el incumplimiento contractual y los perjuicios


ocasionados.

Causalidad: Elemento indispensable en RC, existencia de una relación de causalidad entre el


incumplimiento contractual y el menoscabo producido.

La exigencia de la relación de causalidad deriva de los arts. 1556 y 1558 CC.


El incumplimiento del contrato, su cumplimiento defectuoso o tardío debe considerarse como
causa del daño que se demanda.

Si el daño no es considerado efecto del incumplimiento del contrato, no habrá responsabilidad


contractual.

TEORIAS:

1. Teoría Empirista: Tratan de explicar la causa con base en la naturaleza y sus leyes físicas.
También conocida como Teoría de la Conditio Sine Qua Non. Usa el procedimiento de la
“Supresión mental hipotética”.
Debe considerarse como uno de los factores que intervino en la producción, debe
reconstruirse la situación sin considerar dicho factor. Si el daño se produjera igual, el
factor no sería considerado causa del resultado. Pero si el menoscabo no se produjese, ese
factor debe considerarse como causa.

La causa es “Toda condición sin la cual el efecto no se habría producido”.


Todos los factores concurrentes presentan el mismo valor, son equivalentes y necesarios
para la producción del daño.

En los supuestos de omisión debe realizarse una reconstrucción causal hipotética inversa;
figurarse cuál hubiera sido el curso de los acontecimientos si no hubiera faltado la “Acción
positiva omitida”.

La omisión será considerada causa cuando “producido el hecho positivo omitido, el daño
no se habría producido” y no tendrá tal consideración cuando, a pesar de la omisión, el
daño se siga produciendo.

Teoría acogida por la generalidad de la jurisprudencia y cierta doctrina clásica pero


rechazada por la doctrina más actual.

2. Teoría Normativa: Van más allá de la causalidad física, realizando valoraciones de tipo
normativo.
ELEMENTO FÁCTICO (Relación causal estricta) + ELEMENTO JURÍDICO (Imputación Causal).

a. Nivel de causalidad, nivel factico: Determinar si la acción u omisión del causante del daño
se configura como “Antecedente físico o material” del menoscabo producido, es decir, si
fue conditio sine qua non del resultado.
Si el nexo no se produce, no habrá responsabilidad; pero si existe nexo habrá que dar otro
paso y observar el siguiente nivel.

b. Nivel normativo, nivel jurídico: Determinar la imputación objetiva. Es decir, habrá que
establecer si el daño es jurídicamente imputable a un sujeto y si, en consecuencia, debe
responder por él.
En los últimos años, la doctrina chilena se ha mostrado favorable a esta teoría.

Sin embargo, la generalidad de la jurisprudencia parece ajena a esta tendencia y sigue


utilizando un “Concepto global de causalidad jurídica” que engloba a la vez lo puramente
fáctico y lo jurídico y resuelve los problemas de causalidad basándose en la teoría de la
conditio sine qua non.

CUARTO REQUISITO: Imputabilidad del daño al deudor.

Requisito para atribuir responsabilidad es la existencia de un criterio de imputación subjetiva.

IMPUTACIÓN SUBJETIVA: Necesidad de establecer un nexo entre el incumplimiento


contractual que generó el daño y el deudor, pues éste “Es responsable porque no hizo aquello
que era necesario, pues si lo hubiera hecho, el daño no hubiera ocurrido”.

Existe un juicio de valor sobre lo que podría llamarse la conducta adecuada en el cumplimiento
contractual y la comparación entre esa conducta que se toma como modelo y la conducta
concreta realizada.

En sede de responsabilidad civil existen básicamente, dos criterios conforme a los cuales se
puede imputar la producción del daño a una persona:

a. La culpa (incluyendo el dolo): Responsabilidad subjetiva.


b. Otros criterios de imputación no basados en la culpa: Responsabilidad Objetiva.

RESPONSABILIDAD SUBJETIVA: Hace referencia a que la imposición de la reparación del daño


depende de la concurrencia en el presunto responsable de ciertos requisitos subjetivos o morales
que permitan imputarle el hecho.

Para atribuir responsabilidad se exige un vínculo subjetivo -culpa en sentido amplio- entre el
agente y el daño, no bastando su mera intervención en la producción del menoscabo; el agente
sólo responde si se ha comportado de forma jurídicamente reprobable.

Doctrina y jurisprudencia consideran que el sistema de Rc existe en Chile responde a una


configuración subjetiva. Se trata de un sistema de responsabilidad en donde el criterio general de
imputación es la culpa; teniendo la responsabilidad objetiva carácter excepcional, utilizándose
únicamente cuando exista norma que expresamente lo prevea.

Dos criterios de imputación:

a- Culpa (Sentido estricto)


La configuración de la culpa se realiza a partir de un parámetro objetivo de
comportamiento exigible por el ordenamiento: la diligencia.
Culpa es: La falta de diligencia de una persona en el cumplimiento de una obligación o en
la ejecución de un hecho.

GRADUACIÓN DE LA CULPABILIDAD:
En chile esta la configuración tripartita de la culpa en la RC: art. 44 CC.

1. Culpa grave: (Culpa lata) art. 44 CC.


Consiste en no manejar los negocios ajenos con aquel cuidado que las personas
negligentes y de poca prudencia suelen emplear en negocios propios”. Impone un
cuidado menor al deudor, ella se da únicamente en caso de máxima negligencia.

Art. 44 inciso 2° CC: En materias civiles la culpa, cuando es grave, equivale al dolo.

a. Se agrava la responsabilidad del deudor, que responde de los perjuicios


imprevistos.
b. Si hay culpa grave de varios deudores, la responsabilidad es solidaria entre ellos.
c. La culpa grave es irrenunciable de ante mano.
d. ¿Se presume la culpa grave?
Punto controvertido.
Predomina en doctrina y jurisprudencia, que la asimilación de la culpa grave al
dolo no llega al terreno de la prueba y que, en consecuencia, el acreedor que la
alega está amparado por la presunción legal.

2. Culpa leve:
Es el término medio de negligencia.
En Chile es la regla general, y por ello el inciso 3° del artículo 44 del CC declara: “La
culpa o descuido sin otra calificación, significa culpa o descuido leve”, y agrega: “el que
debe administrar un negocio como un buen padre de familia es responsable de esta
especie de culpa.

Si la ley ordena una diligencia o cuidado ordinario o mediano, se responde de esta


clase de culpa.

3. Culpa levísima:
Impone el máximo de responsabilidad, ya que para no incurrir en ella el deudor
necesita emplear la mayor diligencia.

Art. 44 inciso 5° “La falta de aquella esmerada diligencia que un hombre juicioso
emplea en la administración de sus negocios importantes. Esta especie de culpa se
opone a la suma diligencia o cuidado”.

¿DE QUÉ CULPA RESPONDE EL DEUDOR?

1- De la culpa a que se haya obligado.


Las partes pueden, en virtud del principio de autonomía de la voluntad, alterar las reglas
de responsabilidad establecidas (con limitaciones) inciso final art. 1547 CC.

2- Si las partes no han establecido nada.


Art. 1547 CC: tipo de culpa dependerá del tipo de contrato.
Art. 1547 CC: Según a quién beneficia el contrato, diverso es el grado de responsabilidad
del deudor, y así tenemos:
a. Contratos en beneficios del acreedor.
El deudor responde únicamente de la culpa grave, o sea, su responsabilidad es
mínima, pues incurre en ella si su negligencia raya en mala fe; se justifica que se le
imponga tan poco cuidado o diligencia, pues no obtiene beneficio del contrato.

b. Contrato en beneficio de ambas partes.


El deudor es responsable de la culpa leve en los contratos que se hacen para beneficio
recíproco de las partes.

c. Contratos solo beneficia al deudor.


El deudor es responsable de la culpa levísima, en los contratos en que el deudor es el
único que reporta beneficio.

¿CÓMO SE APRECIA LA CULPA?

Apreciación en abstracto: Se compara la conducta del sujeto con un modelo ideal:

a. Padre de familia.
b. Personas negligentes y de poca prudencia.
c. Hombre juicioso en la administración de sus negocios importantes.

LA PRUEBA DE LA CULPA:

Presunción de la culpa contractual:

Inciso 3° art. 1547 del CC: La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido
emplearlo; la prueba del caso fortuito al que lo alega.

Art. 1761 CC: Siempre que la cosa perece en poder del deudor, se presume que ha sido por hecho
o por culpa suya.

La culpa (de cualquier tipo incluso la grave) se presume siempre.

Será el deudor quien deba probar que utilizó la diligencia debida.

El acreedor no está obligado a acreditar la culpa, sino que el deudor debe establecer que no
incurrió en ella probando el debido cuidado o diligencia empleado en el cumplimiento.
b- Dolo: art. 44 CC.

La prueba del dolo: Art. 1459 CC.

El dolo debe probarse salvo en los casos especialmente previstos por la ley.

En materia contractual el Acreedor debe probar el dolo.

Doctrina tradicional:

Dolo: Existe una intención deliberada, un efectivo propósito en el agente de causar un daño en
la persona o propiedad de un tercero. Si el agente no quiso el daño (aun cuando hubiera
podido preverlo o haya actuado sabiendo que su acción u omisión debía generar un daño) no
concurre dolo; pues no basta la conciencia de que se pueda causar un daño, es menester la
intención de dañar.

No existe DOLO cuando el sujeto si bien no tuvo la intención de dañar, pudo representarse
que su actuar produciría un daño (dolo eventual).

Doctrina moderna.

Se inclina por un concepto más amplio de Dolo, entendido como “La conciencia de hacer lo
injusto”, de manera que si el agente tiene intención de actuar contra derecho existirá dolo,
aun cuando no tenga un ánimo específico de causar daño.

Es decir, basta que el sujeto se haya representado como posible el resultado lesivo y lo haya
querido, aunque a su pesar, como resultado directo de su acción.

La intención de dañar, comprende también la aceptación voluntaria del ilícito con conciencia
de la antijuridicidad de acción.

Doctrina moderna rechaza el carácter necesario del animus nocendi en el elemento volitivo
del dolo.

CONSECUENCIAS DEL DOLO:

Agrava la responsabilidad: Art. 1558 CC.

Si concurre Dolo (o culpa grave) se responde por TODOS los perjuicios directos tanto
PREVISTOS COMO IMPREVISTOS. Si concurre CULPA se responde de todos los perjuicios
directos PREVISTOS O QUE PUDIERON PREVERSE al tiempo del contrato.

Impide establecer una cláusula que elimine la responsabilidad (el dolo no se puede renunciar
anticipadamente).

No es válida la cláusula exoneratoria de responsabilidad cuando concurra DOLO: Art. 1465 CC


no permite la condonación del dolo futuro.

En caso de varios deudores – responden SOLIDARIAMENTE (art. 2317 inciso 2°).


Dolo se aprecia en concreto.

APRECIACIÓN SEGÚN TRIBUNALES:

Dolo: considerada la concurrencia de dolo en cada caso específico, atendidas las concurrentes
y que evalúa el juzgador libremente o en conformidad a las normas reguladores de la prueba,
según la materia en que incide el conflicto.

CULPA: se determina en abstracto, comparándola con un modelo ideal de conducta definido


en la ley.

RESPONSABILIDAD OBJETIVA:

Aquella que establece la responsabilidad del autor del daño con independencia de que éste haya
actuado de manera culpable o no.

Es decir, no se basa en la culpa del agente. Prescinde de la culpa para fundar la imputación.

Si no se basa en la culpa ¿Sobre qué criterio se construye?

Los factores propuestos son:

a. Teoría del riesgo-beneficio: La responsabilidad tendría su fundamento en el


aprovechamiento pecuniario de una actividad riesgosa o susceptible de causar daños. El
responsable es el beneficiado por la producción del riesgo que determinó el resultado
dañoso.
b. Teoría del riesgo creado: La responsabilidad se fundamenta en el simple hecho de haber
generado un riesgo particular o haber agravado un riesgo ya existente.

REGLA GENERAL: RESPONSABILIDAD SUBJETIVA O RESPONSABILIDAD POR CULPA

La responsabilidad objetiva debe ser establecida por una norma legal.

En nuestro sistema no puede haber objetivación de la responsabilidad por analogía o


interpretación judicial, siendo necesaria la intervención del legislador. En los casos dudosos, habrá
de seguirse el criterio de la responsabilidad subjetiva.

QUINTO REQUISITO: Mora del deudor.

Art. 1557 y 1538 del CC.

Doctrina y jurisprudencia mayoritarias consideran que la concurrencia de mora es requisito de la


RC Contractual.

Excepción:

Obligaciones de no hacer no se requiere la constitución en mora (art.1557 CC), debido a que aquí
la indemnización se debe desde el momento de la contravención.
La mora ha sido considerada tradicionalmente como uno de los rasgos diferenciadores entre la
responsabilidad contractual y extracontractual, al no ser exigibles en esta última.

La mora: Es el retardo imputable en el cumplimiento de la obligación unido al requerimiento o


interpelación por parte del acreedor.

Requisitos:

1. La existencia de una obligación positiva o de hacer.


2. Que se trate de una obligación cierta, vencida y líquida.
3. Que se produzca un retardo en el cumplimiento imputable a la culpa o dolo del deudor.
4. Que el acreedor haya cumplido su obligación (o se encuentre próximo a hacerlo).
5. Que el deudor sea interpelado por el acreedor.

Causales de excención de la responsabilidad contractual:

1. Caso fortuito o fuerza mayor.


2. Estado de necesidad. (El deudor deja de cumplir para evitar un mal mayor. Nuestra
legislación no contempla para efectos civiles esta institución, por lo que acogerla debe
asimilarse a alguna otra situación reglamentada, como la ausencia de culpa o el caso
fortuito).
3. Ausencia de culpa.
4. Mora del acreedor.

Caso Fortuito o Fuerza Mayor: art. 45 CC “el imprevisto a que no es posible resistir”.

Requisitos del Caso Fortuito:

a. Un hecho extraño a la voluntad de las partes (inimputable).


b. Su imprevisibilidad.
c. La imposibilidad de resistirlo.

Si se cumplen los requisitos del caso fortuito (inciso 2° art. 1547 CC e inciso 2° art. 1558 CC).

El deudor queda totalmente liberado de su responsabilidad por su incumplimiento.


No puede exigírsele el cumplimiento forzado ni la indemnización de perjuicios.

Excepciones efecto liberatorio del caso fortuito:

Hay casos en que no obstante haber mediado un caso fortuito, el deudor es responsable.

1. Cuando el caso fortuito sobreviene por su culpa: art. 1547 inciso 2° CC.
2. Cuando el caso fortuito ocurre durante la mora del deudor: art. 1547 inciso 2° CC.
3. Cuando se haya convenido que el deudor responda del caso fortuito: arts. 1547 y 1558 CC.
Una cláusula agravatoria de la responsabilidad del deudor perfectamente licita y aceptada
por la ley.
4. Cuando la ley expresamente hace responder al deudor del caso fortuito: art. 1547 inciso
final.

Convenciones que alteran la responsabilidad del deudor:

a. Cláusulas exoneratorias.
b. Cláusulas restrictivas o limitativas.
c. Cláusulas agravatorias.

Cláusulas que agravan la responsabilidad:

Las cláusulas agravatorias: Con carácter general son lícitas.

Estas cláusulas persiguen diversos objetivos:

a. Hacer responder al deudor de un grado mayor de culpa que el establecido por la norma.
b. Hacer responder al deudor del caso fortuito.
c. Hacer responder al deudor de perjuicios de los que normalmente no se indemnizan.

No pueden ampliarse los plazos de prescripción.

Cláusulas limitativas:

Por regla general son válidas.

Pueden celebrar los siguientes acuerdos entre las partes:

1. Disminuir el grado de culpa de que responde el deudor.


2. Se puede limitar la indemnización de que responde el deudor a suma determinada.

Cláusulas exoneratorias o eximenes de responsabilidad:

Liberan al deudor de toda responsabilidad por el incumplimiento de su obligación.

La mayoría de la doctrina señala que estas cláusulas serían válidas, de conformidad al artículo
1547 del CC., que permite alterar las reglas normales de responsabilidad.

No son válidas las cláusulas exoneratorias de responsabilidad en los siguientes supuestos:

1. Cuando la ley las excluye expresamente.


2. En cuanto al daño de las personas: estas se consideran excluidas del comercio, y de ahí
que se rechacen las estipulaciones con ellas relacionadas.
3. En caso de que concurra dolo o culpa grave.

Responsabilidad extracontractual:

Proviene de un hecho ilícito perpetrado por una persona en perjuicio de otra, que no constituye la
violación de un deber contractual. El deber de reparar surge de la trasgresión, no de una
obligación propiamente tal, sino de un deber genérico de no dañar a otro (alterum non laedere),
que es un principio general de todo ordenamiento jurídico.

Arts. 2314 y ss CC.

También podría gustarte