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Bendito sea Jehová, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla y
mis dedos para la guerra – Salmos 144: 1.
Con la autoridad del nombre del Señor Jesús, declaro que mis manos
están listas para enfrentar la batalla, mis dedos están preparados para tensar
el arco y disparar tu Palabra.
Declaro que Soy Una Guerrera entrenada en la palabra de Dios, mis
decretos en unidad con el Espíritu Santo cambian los tiempos establecen
tiempos.
Mis armas de guerra no son ordinarias ni naturales; he sido establecida
legalmente en la tierra para destruir fortalezas con el poder de Dios.
Le notifico a satanás y sus demonios que han sido derrotados por el
sacrificio perfecto del Señor Jesús.
Todo enemigo que se levante en guerra contra mí lo hace sin la
autoridad de Dios, por eso los declaro ilegales y les doy la orden de salir de
mi territorio en el nombre Todopoderoso de Jesús.
No peleo en la dimensión de la carne, sino en la dimensión eterna
donde todo me es posible.
Señor Jesucristo, haz tronar tu voz sobre el enemigo y hazlos correr,
que desde la eternidad llueva granizo y carbones de fuego sobre las murallas
del infierno.
Declaro que soy librada de enemigos invisibles y visibles; ahora mismo
soy trasladada a lugares espaciosos donde pueda crecer y llevar mucho fruto.
En tus manos Dios soy un martillo de guerra que rompe cadenas de
maldición, pobreza, enfermedad y toda clase de pecado.
Cambio mi mentalidad defensiva por un estado mental de constante
adiestramiento y avance.
2
Señor Jesucristo por medio de tu preciosa sangre venimos ante ti. Nos
basamos en tu palabra en Gálatas 3: 13 dice: Cristo nos redimió de la
maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros (pues está escrito:
“maldito todo el que es colgado en un madero”).
Te damos gracias Señor Jesús por ese sacrificio en la cruz por nosotros
y ahora clamamos que tu preciosa sangre rompa todas nuestras maldiciones.
Por la autoridad que se me ha dado yo rompo las siguientes
maldiciones: enfermedad, dolencia, torpeza, todo pacto satánico que hayan
hecho mis antepasados los anulo en el nombre de Jesús, pobreza, idolatría,
ansiedad, angustias, depresiones, vanidad, altivez, trastornos mentales, (…)
Nota: Haga una lista de espíritus. En primer lugar, los espíritus pueden no
manifestarse si no hasta que usted se aproxima al décimo espíritu, entonces
usted notará que las personas comienzas a dar gritos, temblar o a apretarse
el estómago. A medida que usted continúa los espíritus empezarán a salir.