24/05/2022

García Canclini – Las culturas populares en el capitalismo, pp. 109-132.

61-87
Sobrevaloración de componente biológicos y telúricos: populismo nacionalista burgués:
identificar sus intereses con los de la nación, encubrir dependencia imperialista y negar los
conflictos de clases al interior de un país.
Entender las culturas populares en conexión con los conflictos entre las clases sociales y las
condiciones de explotación de la producción y el consumo.
Objeto de investigación: desigualdades y conflictos entre manifestaciones simbólicas de
clases. La participación conjunta en un mismo sistema no las permite ser completamente
autónomas.
Bronzini: “La misma subalternidad está históricamente diferenciada. Como estado
socioeconómico sofoca la cultura, como conciencia de clase la suscita”.
No es posible definir el arte o la cultura populares solo por su oposición al arte culto o de
masas, sino a partir del sistema que engendra a todos ellos, que les atribuye lugares
distintivos, los reformula y combina. Existencia de un campo artístico.

109-132
Hegemonía capitalista: sujeción militar, desigual competencia económica, consentimiento a
la violencia y explotación.
Además, fragmentación cultural y producción de otras divisiones: económico y simbólico;
producción, circulación y consumo; individuos y marco comunitario inmediato.

El parentesco y la religión: la superestructura que domina funciona como relación de

producción.
Artesanos que trabajan dentro de la unidad doméstica: conservación de la propiedad de los
medios de producción, pero dependencia del capital comercial.
Pueblos campesinos de raíz indígena: considerar de forma conjunta lo material y lo ideal, las
determinaciones de clase y agrupamientos transclasistas: origen natural (raza, edad, sexo) o
social (lengua, etnia).
Separación de los aspectos materiales e ideales de la producción: pérdida de su propiedad
económica y de su propiedad simbólica sobre el objeto.

Artesanías insertadas en el mercado: tres etapas:

1. prevalece el valor de uso para la comunidad que lo fabrica, asociado al valor cultural del
diseño e iconografía dentro de la comunidad.
2. predomina el valor de cambio del mercado.
3. predomina el valor cultural (estético) del turista, quien las inscribe en su sistema simbólico
diferente.

Reflexiones
García Canclini hace hincapié en la necesidad de aprehender de forma relacional la categoría
de cultura popular, en tanto sus producciones -materiales y simbólicas- se insertan en un
sistema relativamente diversificado y heterogéneo (más allá de la tendencia a la
homogeneización en industrias culturales). Esto reviste una doble importancia: por un lado,
representa una ruptura con el pensamiento sustancialista, que lleva a buscar algún tipo de
propiedad intrínseca y esencial al objeto de estudio (sea un grupo, una comunidad, un
pueblo); por el otro, al privilegiar las relaciones (de producción, de intercambio), es posible
dar cuenta de las relaciones de dominación ancladas sobre la sujeción militar, la desigual
competencia económica, la violencia y la explotación. Pero no sólo eso, además puede
rastrearse la construcción de las divisiones que operan sobre esas relaciones de dominación,
que, según García Canclini, contribuyen a reforzarlas, como la separación entre lo económico
y lo simbólico, los individuos y su marco comunitario (la firma del artista/artesano) y las
etapas de producción, circulación y consumo.
Objeto de investigación: desigualdades y conflictos entre manifestaciones simbólicas de
clases. La participación conjunta en un mismo sistema no las permite ser completamente
autónomas.

La división de las etapas de producción, circulación y consumo y la separación de los

aspectos materiales e ideales de la producción favorecen la pérdida, por parte del artesano, de
su propiedad económica y de su propiedad simbólica sobre el objeto.

Inexistencia de lectura originaria. Relecturas históricas de las obras culturales. Sin embargo,
estos procesos de resignificación están atravesados de relaciones de dominación.