Está en la página 1de 3

 

Defensa de la eutanasia1
Por MAURICIO ARROYAVE (*)
Extraña sobre manera que el Procurador haya dicho que la eutanasia es ‘la verdadera
esencia del Nazismo’.

Esto está patas arriba: en un país en el que es común morir en la guerra, en un ‘ajuste de
cuentas’ o en la sala de espera en Urgencias, iglesias como la católica califican como
‘moralmente inaceptable’ que el ministerio de Salud, por fin, haga valer una sentencia de
la Corte Constitucional para que una pequeña parte de los colombianos pueda
beneficiarse de la eutanasia activa. Y tiene menos sentido, aún, que la eutanasia, aplicada
bajo las condiciones más estrictas y complicadas, como lo establece el ministerio, sea
calificada de herencia del Nazismo.

Es increíble, también, que en pleno siglo XXI y en un Estado de Derecho como dice ser el
nuestro, se utilicen púlpitos y trampas leguleyas para impedir que una persona mayor de
edad, racional y libre, que sufra de una enfermedad terminal o sea víctima de
padecimientos espantosos e irremediables, pueda tener el socorro de un profesional para
terminar dignamente con su vida, si es que así lo desea.

Paradójico, igualmente, saber que, si un ser racional tiene un animalito que padece un mal
que no puede ser curado, sería acusado de crueldad si no le practica la eutanasia; sin
embargo, si ese ser racional es quien sufre de una condición mortal y traumática,
refrendada por criterios profesionales de otros seres racionales, haya quienes consideren
moralmente condenable su muerte por piedad. Es más, hay quienes luchan con toda su ira
y poder público para que esos profesionales sean tratados como asesinos.

A pesar de todo eso hay quienes celebramos la resolución del ministerio de Salud que
establece protocolos para la eutanasia voluntaria en Colombia. La consideramos un paso,
aunque sea tímido y plantee dudas jurídicas para resolver. 

1
Eutanasia  Es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado, con o sin su
consentimiento (como es el caso del coma), con la intención de evitar sufrimiento y dolor. La eutanasia está
asociada al final de la vida sin sufrimiento. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Eutanasia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella "acción del médico que provoca
deliberadamente la muerte del paciente".
Esta definición resalta la intención del acto médico, es decir, el querer provocar voluntariamente la muerte del
otro. La eutanasia se puede realizar por acción directa: proporcionando una inyección letal al enfermo, o por
acción indirecta: no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En ambos casos, la
finalidad es la misma: acabar con una vida enferma. Recuperado de: http://www.aceb.org/Eutanasia/que.html
Esa resolución sobre la eutanasia voluntaria significa que el Estado colombiano empieza a
entender que su papel no es el de ser un intérprete de las convicciones religiosas de
nadie. Cada vez es más claro que los individuos o grupos religiosos, por mayoritarios que
sean, tienen todo el derecho de ser consecuentes con lo que creen, pero no a imponerse
sobre el resto de la sociedad.

Significa que el Estado colombiano empieza a entender que hay ciudadanos respetables
que podemos amar nuestra propia vida con todas las fuerzas, pero que consideramos que
hay momentos en que ésta puede ser un bien temido y no un valor a proteger a toda
costa. Cuando la enfermedad u otras circunstancias accidentales nos destrozan, hay
quienes pediríamos evitar el dolor o la indignidad innecesarios, particularmente cuando la
vida se convierte en una espera monstruosamente inhumana hasta que llegue la muerte.

Puedo llegar a comprender el temor de muchos frente a la posibilidad de que la eutanasia


se convierta en una coartada para asesinar a los más débiles con argumentos como que
son un estorbo personal y económico. Es cierto: de ser así sería espantoso. Sin embargo,
para evitar tal monstruosidad se establecen unos protocolos estrictos y mediados por
profesionales científica y éticamente preparados. En países donde está aprobada la
eutanasia legal esta práctica no ha aumentado el índice de homicidios.

También puedo entender que haya colombianos muy valiosos y respetables que no están
dispuestos a permitir una eutanasia para sí mismos, porque sus creencias no se lo
permiten; pero ellos pueden estar tranquilos porque su decisión de vivir a pesar de
cualquier circunstancia también será respetada. Afortunadamente la ley tiene claro que
sin el consentimiento del paciente sería un delito practicar la eutanasia.

Contra la eutanasia voluntaria hay argumentos de todo tipo, como por ejemplo el que dice
que la medicina ya ha avanzado en el control del dolor y que ese sólo elemento garantiza
una muerte natural, digna y tranquila. Puede ser. Lo único que yo argumentaría en ese
sentido es que el dolor físico no es lo único que haría que yo deseara, racionalmente,
terminar con mi vida; hay otras circunstancias: no me imagino que yo quiera conservar mi
existencia reducido a una cama, absolutamente impedido, alucinado, inconsciente o peor
aún, en uso de todas mis facultades mentales, pero sin un cuerpo que me responda.

Tampoco quisiera ser un ente que sólo respira y sufre, amputado o imposibilitado para
cualquier movimiento, sin poder controlar mis esfínteres o contener el vómito,
alimentado por una sonda, sintiéndome un estorbo o viviendo en una condición que para
mí sea indigna, a pesar de que la medicina me garantice que no sentiré el menor dolor
físico. En esos casos valdría la pena un par de preguntas: ¿a quién beneficiaría el que yo
respire? ¿A mí? ¿A mis seres queridos? ¿O será, mejor, que mi eventual estado
lamentable beneficiaría económicamente a quienes negocian con la salud?
Con estas consideraciones me extraña sobre manera que el Procurador haya dicho que la
eutanasia es ‘la verdadera esencia del Nazismo’. Se confunde y confunde a los incautos
con esa frase sonora y tramposa. Es cierto, los nazis defendieron como eutanasia sus
asesinatos miserables y decían que era su obligación matar a quienes ellos consideraban
que sus vidas no merecían ser vividas. Pero para ellos eutanasia era el eufemismo de
homicidio: se mataba por razones de ‘pureza racial’ o con el asqueroso argumento de que
un viejo o un enfermo le cuesta mucho a la sociedad.

Pero la eutanasia que celebramos hoy en Colombia es otra cosa: hay autorización de quien
va a morir y criterios humanitarios, profesionales y de caridad. Por eso es raro que el
Procurador se confunda: pensé que conocía el pensamiento Nazi y sabía separarlo de la
piedad; creí que sabía diferenciar lo uno de lo otro desde aquella época en la que él, como
los Nazis, quemaba libros que contaminaban la ‘pureza ideológica’.

* Periodista. Autor del Blog http://elojonuclear.co/

Revista Semana

Ejercicio en clase

Después de haber leído el texto anterior, elabore una matriz de análisis polifónico.
Recuerde tener en cuenta las relaciones de fuerza enunciativa y los actos discursivos.

También podría gustarte