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Tepoztlan

Historia
Se dice que Tepoztécatl nació de una princesa cuyo embarazo fue producto del amor de un
pajarillo, conoce la Leyenda del Tepozteco:
Hace tiempo un grupo de los tlahuicas emigró más allá de las fronteras del Valle de México hasta
llegar a establecerse a lo que hoy conocemos como Tepoztlán. El líder o caudillo de esa comunidad
era el padre de una bella princesa tlahuica quien era una doncella tan bella como la misma luna;
ella era custodiada por una guardiana quien le protegería de cualquier mirada indiscreta, pero un
día al encontrarse bañándose en las frescas aguas del río Atongo.
Llegó un pajarillo de color rojo que descendía de las faldas del Cerro del Aire, se posó en las ramas
de un árbol cerca del rio donde se encontraba la princesa, y comenzó a entonar hermosos trinos
mientras ella se bañaba. Así se hizo una costumbre al paso de los días, era como una cita en donde
ambos disfrutaban la presencia uno del otro.

Un día, mientras ella veía su rostro reflejado en el


espejo de agua, el pájaro dejo caer una de sus
coloradas plumas y la princesa con sus manos la recogió
y la colocó en su cabeza junto a las flores que solía
portar en el pelo, ese fue el último día que el pájaro
rojo dejo de venir al cerro a entonar su canto, la
nostalgia y tristeza se hizo dueña de la princesa.
Al tercer mes, los padres de la princesa notaron
cambios en su rostro, había perdido lozanía y se veía
demacrada, así que llamaron al curandero de la
comunidad para saber qué tendría su hija; este a su vez les dijo que ese cambio de apariencia y su
baja estima, eran el reflejo de que se en su seno crecía ya una nueva vida.
La madre se desmayó ante la noticia y el padre, solo le invadió la negación ya que aseguraba que
su hija era pura y mandó a desaparecer a la guardiana. Con el tiempo y a pesar de todo, la princesa
engendró a un robusto niño.
El padre al tener al bebé en sus manos y para evitar el escándalo y la mancha en la familia, decidió
desaparecer a la criatura y lo arrojó a un hormiguero, pero estos insectos lejos de devorarlo, lo
alimentaron con los cientos de migajas que tenían como parte de sus provisiones.

Al siguiente día, el padre solucionó deshacerse del niño colocándolo en un maguey para que los
candentes rayos del sol lo quemaran quitándole la vida; Sin embargo, la planta inclinó sus pencas
para cobijarlo y darle sombra, además de proporcionarle gota a gota la deliciosa leche del
aguamiel y lo fortalecería.
En un tercer intento por desaparecer al pequeño, el caudillo lo colocó en una canasta y lo arrojó al
rio; sin embargo aguas abajo, una pareja de ancianos lo recogieron y decidieron quedarse con él
para darle todo ese cariño que jamás habían podido manifestar ya que nunca pudieron procrear.
Así fue como el pequeño creció en medio de la naturaleza y el humilde jacal de los ancianos, como
era un niño que había sido engendrado por el dios del viento, envestía poderes mágicos, una
simple flecha que él lanzara al aire, bastaba para obtener del cielo aves y frutos que permitían
proporcionar sustento a él y a la pareja de ancianos.
Por aquella época, habitaba un temible gigante en el pueblo cercano de Xochicalco, los pobladores
para mantenerlo alejado debían proporcionarle cada semana a un hombre de los alrededores
quien luchara contra él para mantenerlo alejado y evitar una matanza múltiple. En todos los casos
no regresaban los hombres ya que eran devorados por el gigante.
Cierto día le llegó el turno al anciano quien con tanto cariño había cuidado al ahora vigoroso joven
príncipe hijo del viento, quien ahora debía despedirse de sus ancianitos para enfrentarse al
monstruoso gigante. En el camino se detuvo a juntar varias lajas de filosa obsidiana negra para
prevenirse de ser devorado.
Así al llegar frente al gigante, en ese primer encuentro, el joven príncipe fue devorado, sin
embargo, en el interior sacó sus navajas y comenzó a cortar las entrañas del maléfico ser, hasta
realizar un enorme hoyo para salir por ahí, pero en forma de viento.
El joven héroe subió al cerro para prender una fogata cuyo humo blanco anunciaría la muerte del
gigante y la victoria como hijo del viento; Desde entonces, la tribu lo eligió como el rey de
Tepoztlán, y en honor al viento nombraron al cerro como “El Tepozteco” en donde se escucha su
soplo y frecuentemente se mira aquella nube blanca simulando el humo de la victoria.
Cuando vayas a Tepoztlán no olvides escalar el cerro para encontrar la zona arqueológica del
Tepozteco, un antiguo adoratorio prehispánico en las alturas dedicado al dios Ometochtli
Tepuztecatl, uno de los dioses del pulque.

Costumbres y tradiciones
El Cerro del Tepozteco es un lugar que por su mística resulta casi purificante; además de la
inigualable vista desde la cima del pequeño templo dedicado al dios Tepoztecatl.
Tepoztlán te sorprenderá pues también es un Pueblo Mágico de fiestas, así lo dicen sus danzas,
con los Chinelos que son su música y sus vibrantes colores te harán sentir la vida de las
tradiciones.
 
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CALENDARIO DE FESTIVIDADES
Mes Dia Barrio / Fiesta o Tradición
Barrio de los Reyes: por la noche hay velada en la que participan los «pastores» de
5 diferentes barrios.
Enero 6 Barrio de los Reyes: Fiesta en honor a los Santos Reyes.
 
  12 Barrio de Santo Domingo: Fiesta del Barrio de Santo Domingo.
  20 Barrio de San Sebastián: Fiesta patronal del Barrio de San Sebastián.
 
  21
    Barrio de San Sebastián: Brinco de los tiznados
Ubicación
El municipio de Tepoztlán limita al norte con la ciudad de México, con la delegación Milpa Alta, al
oeste con los municipios de Huitzilac y Cuernavaca, al sur con Jiutepec y Yautepec, al este con
Tlayacapan y Tlalnepantla.

Habitantes
Las localidades más grandes (ciudades, pueblos y aldeas) son:

Nombre Censo de Población 2010


Tepoztlán 14,131
Santa Catarina 4,521
Unidad Habitacional Rinconada Acolapa 3,205
Loma Bonita 2,332
San Juan Tlacotenco 1,890
Santo Domingo Ocotitlán 1,541
Tetecolala 1,449
San Andrés de la Cal 1,383
Colonia Obrera 1,316
Colonia Ángel Bocanegra (Adolfo López Mateos) 1,235
Amatlán de Quetzalcóatl 1,029
Total de la Municipalidad 41,629
Tepoztlán 
es un pueblo en el centro-sur de México. El pueblo funciona como asiento gubernamental del
municipio del mismo nombre. La cabecera tiene una población de 14 130 habitantes, mientras la
municipalidad cuenta con 46 946 habitantes, de acuerdo con el censo de 2017.
El pueblo es un destino turístico popular, debido a su cercanía con la Ciudad de México y su muy
agradable clima. Es famoso por los restos de la pirámide construida en la cima de la montaña
el Tepozteco, y también por los exóticos helados preparados por la gente del pueblo, así como sus
artesanías. Tepoztlán es considerado como un lugar místico por sus leyendas y sus tradiciones que
aún se respetan por los mismos habitantes, mucha gente lo visita ya que todo el año está lleno de
festejos que la gente hace dependiendo el barrio en el que viva. Una de las festividades más
esperadas es el Día de Muertos en la que la gente sale con sus hijos a "pedir calaverita" llevando
un tradicional chilacayote en forma de calavera.
Otro de los destinos que hace a Tepoztlán famoso es "el Dado", una saliente de roca en forma de
cubo que forma parte de un cerro ubicado en Meztitla. A los pies del cerro, se encuentra una zona
para campismo controlada por guardabosques y equipos de rescate en prevención de cualquier
accidente. Junto a "el Dado" hay otra saliente un poco más pequeña a la que la gente del pueblo y
en especial los turistas llaman "el Dadito" esta igualmente tiene forma de cubo, sin embargo, no se
aprecia de forma clara. En esta zona se realizan actividades de montaña tales como rápel, escalar y
largas caminatas. Así mismo, en época de lluvia, la cantidad de agua aumenta y se forma un río
que atraviesa el cerro.
Tepoztlán fue nombrado "Pueblo Mágico" en 2002, pero perdió el título en 2009 por no cumplir
con las reglas, en particular lo referente a la presencia de vendedores ambulantes. En 2010
Tepoztlán recuperó la categoría de Pueblo Mágico.

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