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Ponencia de la Magistrada 

ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ.
 
En el juicio por cumplimiento de contrato de opción de compra
venta seguido por los ciudadanos WILLIAM JOSÉ SANTANA
TORREALBA y SANDRA MILAGROS MARTÍNEZ MENDOZA,
representados judicialmente por los abogados Nemesio Rujano Verde y
Colbert A. Rujano Escalante, contra el ciudadano IRIAN SANTIAGO
OSORIO, representado judicialmente por los abogados Fernando Emilio
Rebolledo Márquez y María Josefina Graziani Licett; el Juzgado Superior
Séptimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial
del Área Metropolitana de Caracas, dictó sentencia en fecha 8 de febrero de
2013, mediante la cual declaró con lugar la demanda, sin lugar la apelación
ejercida por el demandado, negada la reposición de la causa solicitada por el
demandado, ordenó dar cumplimiento al contrato de opción de compra venta
de fecha 11 de octubre de 2006, y de esa forma otorgar el documento
definitivo y traslativo de propiedad a favor de los compradores, bajo los
mismos términos acordados en el aludido contrato y previo el pago de la
totalidad del precio pactado en el mismo. En consecuencia, confirmó el fallo
dictado el 14 de julio de 2010, por el Juzgado Cuarto de Primera Instancia en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la misma Circunscripción Judicial, que
declaró con lugar la demanda. Finalmente, condenó en costas a la parte
demandada, de conformidad con lo establecido en el artículo 274 del Código
de Procedimiento Civil.
 
                Contra la referida sentencia de la alzada, la parte demandada anunció

recurso de casación, el cual fue admitido mediante auto del 24 de abril de 2013, y

oportunamente formalizado. Hubo impugnación.

               

                Concluida la sustanciación del recurso, la Sala procede a dictar sentencia

bajo la ponencia de la Magistrada que con tal carácter la suscribe, en los términos

siguientes:

 
 
RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD
I
 
Con fundamento en lo establecido en el ordinal 1° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción de
los artículos 12 y 243 ordinal 5º eiusdem, por cuanto afirma que el juez
superior incurrió en el vicio de incongruencia negativa, conforme a los
siguientes alegatos:
 
“…el sentenciador de alzada si bien menciona cuál fue la postura
procesal asumida por el reclamado al contestar, reproduciendo
incluso sus argumentos de defensa, en modo alguno emitió
pronunciamiento expreso, positivo y preciso sobre los mismos…
…Omissis…
…nada resuelve el fallo recurrido sobre los alegatos de defensa
referidos a que la cédula catastral sólo se hizo exigible en la
oficina de Registro en el mes de enero de 2007; a que la solvencia
municipal había sido tramitada en el mes de diciembre de 2006,
pero como a los actores no les habían aprobado el crédito, tuvo que
tramitarla nuevamente el demandado en el mes de enero de 2007; a
que el registro de vivienda principal sí había sido tramitado, y que
fue expedido el 1º de diciembre de 2006, y que por tener un error
en la nomenclatura del apartamento tuvo que tramitarse
nuevamente; a que la solvencia del servicio de agua potable sí
había sido tramitada y expedida el 5 de febrero de 2007; a que la
no coincidencia del estado civil del demandante en su cédula de
identidad y en el documento de propiedad del inmueble, no
impedía que se llevara a cabo la venta de este último, y que en todo
caso esto se subsanaba al momento de otorgar la venta definitiva
presentando copia certificada de la sentencia de divorcio; a que el
demandante nunca tuvo conocimiento de que el Banco Industrial de
Venezuela hubiere suscrito el documento de venta del inmueble, y;
a que a los demandantes no les habían aprobado oportunamente el
crédito bancario para la compra del inmueble…”.
 
De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el
formalizante delata el vicio de incongruencia negativa, por cuanto afirma que
el juez superior si bien “…menciona cuál fue la postura procesal asumida
por el demandado…”, no obstante “…nada resuelve sobre los alegatos de
defensa referidos a que la cédula catastral sólo se hizo exigible en la oficina
de Registro en el mes de enero de 2007; a que la solvencia municipal había
sido tramitada en el mes de diciembre de 2006, pero como a los actores no
les habían aprobado el crédito, tuvo que tramitarla nuevamente el
demandado en el mes de enero de 2007; a que el registro de vivienda
principal sí había sido tramitado, y que fue expedido el 1º de diciembre de
2006, y que por tener un error en la nomenclatura del apartamento tuvo que
tramitarse nuevamente; a que la solvencia del servicio de agua potable sí
había sido tramitada y expedida el 5 de febrero de 2007; a que la no
coincidencia del estado civil del demandante en su cédula de identidad y en
el documento de propiedad del inmueble, no impedía que se llevara a cabo
la venta de este último, y que en todo caso esto se subsanaba al momento de
otorgar la venta…”. 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
                Al respecto del vicio denunciado, esta Sala estima importante
definir los supuestos de procedencia del mismo, para luego transcribir la
parte pertinente de la sentencia recurrida, a los fines de constatar si
ciertamente el juez de alzada omite pronunciarse sobre los alegatos
identificados por el recurrente.
 
Al respecto del requisito de congruencia del fallo, es preciso
señalar que el mismo se encuentra previsto en el artículo 243 ordinal 5° del
Código de Procedimiento Civil, el cual establece que toda sentencia debe
contener decisión expresa, positiva y precisa, con arreglo a la pretensión
deducida y a las excepciones o defensas opuestas.
 
Así, la congruencia del fallo significa la conformidad que debe
existir entre el fallo respectivo, el asunto controvertido y los hechos alegados
oportunamente por las partes, y sólo sobre tales alegatos, que a su vez fijan
los límites de la controversia o thema decidendum.
 
En este sentido, cabe acotar que la Sala de manera reiterada ha
establecido que la sentencia es congruente cuando se ajusta estrictamente a
las pretensiones de las partes, tanto del actor como del demandado,
independientemente de si es acertada o errónea su petición. Por tanto, no se
puede apreciar, más ni menos, de las cuestiones controvertidas y
trascendentales en la solución de la controversia. (Vid. Sentencia N° 790 de
fecha 12 de diciembre de 2012, caso: Estimulaciones y Empaques S.A.,
(E.Y.E.S.A.), contra Pedro Jesús Castillo Rivas y otros).
 
Asimismo, cabe añadir que el requisito de congruencia debe ser
examinado conforme al principio de exhaustividad, según el cual el juez
tiene prohibido omitir decisión sobre alguno de los pedimentos formulados
por las partes, o extenderse sobre peticiones no formuladas, pues siempre
deberá ajustarse a las pretensiones fácticas planteadas tanto por la parte
actora como por la demandada, pues su deber es mantener el equilibrio entre
las partes al momento de apreciar y valorar las cuestiones controvertidas.
 
Como puede advertirse, las disposiciones antes citadas, sujetan el
pronunciamiento del juez estrictamente a todos los alegatos formulados por
las partes, sin que a éste le sea posible dejar de decidir alguno de ellos
(incongruencia negativa), o por el contrario, extender su decisión sobre
excepciones, argumentos de hecho o defensas o peticiones no formulados en
el proceso u excederse en lo solicitado oportunamente por las partes
(incongruencia positiva (caso: Vid. Sentencia N° 409 de fecha 15 de julio de
2013, Blanca Esther Los Arcos contra Machinery Care de Venezuela, S.A.).
 
Además, cabe agregar en cuanto a los alegatos presentados por las
partes en los informes, que la Sala ha extendido el requisito de congruencia
sólo respecto de los argumentos expuestos en estos escritos, siempre que
hubiesen sido de imposible presentación en el libelo y contestación, y
resulten determinantes en la suerte de la controversia. (Vid. sentencia N° 274
de fecha 2 de mayo de 2012, caso: Ysmeldy del Coromoto Gordon contra
Tecnokia, C.A y otra).
 
Una vez precisado los supuestos de procedencia del vicio delatado,
esta Sala estima fundamental trascribir la parte pertinente de la sentencia, a
los fines de constatar la omisión o no de pronunciamiento en relación con los
alegatos expuestos por el demandado. En este sentido, el juez superior
mediante sentencia de fecha 8 de febrero de 2013 estableció lo siguiente:
 
“…Marcado ‘B’, (f. ‘a’: 10; ‘b’: 11 al 12; ‘c’: 13 al 14; ‘d’: 16 al
18), ‘a’ Original de la Cédula Catastral del bien inmueble objeto de
la presente controversia. Dicho documento fue presentado a la
parte demandada y por cuanto no fue cuestionada mediante prueba
en contrario se tienen por legal por ser documentos
administrativos… asimismo, es pertinente por cuanto dentro del
contenido del mismo se evidencia la identificación del bien
inmueble ubicado en el Parque Residencial Juan Pablo II, Edificio
Parque Uno, piso 12, apartamento 2D-18, ubicación Montalbán, a
nombre del demandado, ciudadano IRIAN SANTIAGO OSORIO,
ya que guarda relación con los hechos controvertidos relativos al
incumplimiento de la serie de recaudos conforme a la clausula
quinta del contrato de opción de compra-venta y así se decide.- ‘b’
Original de Solvencia de Derecho de Frente, emanado de la
Superintendencia Municipal de Administración Tributaria (Sumat),
del bien inmueble objeto de la presente controversia. Dicho
documento, fue presentado a la parte demandada y por cuanto no
fue cuestionada mediante prueba en contrario se tienen por legal
por ser documentos administrativos… asimismo, es pertinente por
cuanto dentro del contenido del mismo aparece identificado el bien
inmueble objeto de la presente pretensión, a nombre del
demandado, ciudadano IRIAN SANTIAGO OSORIO, ya que
guarda relación con los hechos controvertidos relativos al
incumplimiento de la clausula quinta del contrato de opción de
compra-venta y así se decide. ‘c’ Copia Simple del Registro de
Vivienda Principal del bien inmueble objeto de la presente
controversia. Dicha documental fue presentada a la parte
demandada la cual no impugnó en su oportunidad procesal
correspondiente, la cual se tiene como fidedigna a su original,
siendo legal de conformidad con lo establecido en el segundo
aparte del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.
Asimismo, es pertinente por cuanto se desprende del mismo, el
incumplimiento por parte de la demandada de entregar todos y cada
uno de los recaudos para el perfeccionamiento del contrato de
opción de compra-venta, razón por la cual se le otorga pleno valor
probatorio y así se decide.- ‘d’ Original de Solvencia de
Hidrocapital, del bien inmueble objeto de la presente controversia.
Dicho documento, fue presentado a la parte demandada y por
cuanto no fue cuestionada mediante prueba en contrario se tiene
por legal por ser documento administrativo de conformidad con lo
establecido en la sentencia de la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia de fecha 16 de mayo de 2003, Exp Nº
2001-000885. Asimismo, es pertinente por cuanto dentro del
contenido del mismo aparece identificado el bien inmueble objeto
de la presente pretensión, a nombre del demandado, ciudadano
IRIAN SANTIAGO OSORIO, ya que guarda relación con los
hechos controvertidos relativos a los requerimientos que debió
presentar la parte demandada para darle cabal cumplimiento a la
cláusula quinta del contrato de opción de compra-venta y así se
establece.
…Omissis…
La parte demandada en el lapso probatorio promovió:
Promovió mérito favorable de autos de los instrumentos que se
encuentran anexos al presente expediente; este sentenciador
considera que, conforme a lo establecido en el artículo 509 del
Código de Procedimiento Civil, el principio de exhaustividad
probatoria, así como el principio de adquisición probatoria
establece la obligatoriedad del juez de analizar tantos medios
probatorios como sean promovidos, por lo tanto carece de
relevancia probatoria invocar el mérito. Así se establece.
…Omissis…
De lo antes mencionado, cabe destacar que la parte demandada
argumentó que no ha incumplido con la cláusula quinta antes
mencionada, que los documentos los presentó oportunamente,
ahora bien, de lo antes analizado esta Alzada puede aseverar que
dio derecho al accionante a demandar el cumplimiento de contrato
de opción de compra-venta por el incumplimiento de la cláusula
quinta, siendo que la parte demandada no probó nada que le
favoreciera sobre la entrega oportuna de los documentos
respectivos, llegando a la conclusión este sentenciador que la parte
actora alegó y probó a los autos el incumplimiento de la parte
demandada de la cláusula quinta del contrato de opción de compra-
venta, al no aportar prueba alguna tendente a desvirtuar el alegato
de la parte actora, aunado a ello, la mencionada cláusula especifica
el vendedor tenía la carga u obligación de presentar los
documentos con quince (15) días de anticipación, a los efectos de
la fecha del otorgamiento del documento definitivo de compra-
venta, compartiendo el criterio sostenido por el Tribunal a quo de
declarar con lugar el presente juicio y así se decide”.
 
 
 
De la sentencia recurrida parcialmente transcrita, se observa que el
juez superior relacionó todos los alegatos planteados tanto en la demanda
como en la contestación, y confrontó tales argumentaciones con el material
probatorio aportado por las partes, de allí que en atención a los alegatos del
demandado estableció expresamente que la “…parte demandada argumentó
que no ha incumplido con la cláusula quinta… y que los documentos los
presentó oportunamente…”, no obstante “…esta Alzada puede aseverar que
tiene derecho el accionante a demandar el cumplimiento de contrato de
opción de compra-venta por el incumplimiento de la cláusula quinta, siendo
que la parte demandada no probó nada que le favoreciera sobre la entrega
oportuna de los documentos respectivos, llegando a la conclusión este
sentenciador que la parte actora alegó y probó a los autos el incumplimiento
de la parte demandada de la cláusula quinta del contrato de opción de
compra-venta, al no aportar prueba alguna tendente a desvirtuar las
afirmaciones del actor…”. Más aún por cuanto “…la parte demandada no
probó nada que le favoreciera sobre la entrega oportuna de los documentos
respectivos…”.
 
Como puede advertirse de lo anterior, el juez superior sí se
pronunció en relación con los alegatos planteados por el demandado, pero en
sentido adverso a su defensa de cumplimiento de “…la entrega oportuna de
los documentos y solvencias del inmueble objeto del negocio en cuestión,
tanto de los impuestos tasas y contribuciones así como de los servicios
públicos con los cuales cuenta…”. En efecto, el recurrente sostiene que no
recibió respuesta del juez de alzada en cuanto a sus afirmaciones siguientes:
“…1) la cédula catastral sólo se hizo exigible en la oficina de Registro en el
mes de enero de 2007; 2) que la solvencia municipal había sido tramitada en
el mes de diciembre de 2006, pero como a los actores no les habían
aprobado el crédito, tuvo que tramitarla nuevamente el demandado en el mes
de enero de 2007; 3) que el registro de vivienda principal sí había sido
tramitado, y que fue expedido el 1º de diciembre de 2006, y que por tener un
error en la nomenclatura del apartamento tuvo que tramitarse nuevamente;
4) que la solvencia del servicio de agua potable sí había sido tramitada y
expedida el 5 de febrero de 2007; y, 5) que la no coincidencia del estado
civil del demandante en su cédula de identidad y en el documento de
propiedad del inmueble, no impedía que se llevara a cabo la venta de este
último…”.
 
No obstante, contrario a las anteriores afirmaciones esta Sala pudo
constatar que el juez superior emitió pronunciamiento expreso y positivo en
relación con éstas al establecer que “…en relación al cumplimiento de la
cláusula quinta de la opción…” que “…la parte demandada no… entregó
oportunamente… los documentos respectivos… a los que se contrae el
mencionado acuerdo....”.
 
En virtud de lo anterior, a criterio de esta Sala no se configura el
vicio de incongruencia negativo delatado. En todo caso, si lo pretendido por
el formalizante es cuestionar el establecimiento de un hecho positivo y
concreto por parte del sentenciador, respecto de las actas y pruebas que
cursen en autos ha debido circunscribir sus razones a la correspondiente
denuncia de casación sobre los hechos.
 
En consecuencia, la Sala desestima la denuncia de infracción de los
artículos 12 y 243, ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil. Así se
establece.
 
 
 
 
 
 
II
 
Por razones prácticas, esta Sala procederá a acumular en este
capítulo las denuncias identificadas como segunda y tercera del recurso por
defecto de actividad contenido en el escrito de formalización, por cuanto
éstas presentan similar fundamentación en el sentido de cuestionar los
motivos ofrecidos por el sentenciador respecto del material probatorio.
 
Al amparo del ordinal 1° del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción del artículo 243
ordinal 4º eiusdem, pues por una parte, en su criterio el juez superior no
expresó los motivos de lo decidido, y por el otro, dado que asegura que el
juez superior incurrió en el “vicio de petición de principios” bajo la
argumentación siguiente:
 
“En el caso que nos ocupa, la alzada valoró el material probatorio
allegado (sic) a las actas extrayendo del mismo una serie de
conclusiones que no estuvieron sustentadas materialmente en
ningún razonamiento. 
…Omissis…
…la recurrida después de hacer una reseña de las pruebas
aportadas por la parte demandante en forma adjunta a su libelo
identificadas con la letras ‘B’, pasa a valorar cada una de ellas, y
las subdivide…
El caso es, que realmente la sentencia censurada no expresa ningún
razonamiento en torno al por qué el juez de alzada considera y
concluye que del análisis de esos instrumentos quedó demostrado
el incumplimiento de las obligaciones contractuales asumidas por
el demandado, pues de la lectura detenida de lo ya trascrito, no es
posible deducir, ni desde el punto de vista fáctico, ni desde el
punto de vista jurídico, qué basamento sustenta la conclusión
tomada, lo que denota que no existe materialmente ningún
argumento que permita entender el por qué de lo decidido.
En otras palabras, debió el juez explicar por qué al analizar la
cédula catastral y la solvencia municipal pudo determinar que
guardan relación al incumplimiento de la cláusula quinta del
contrato de opción de compra, y para arribar a tal conclusión debió
fundamentarse en hechos específicos: por ejemplo, en las fechas en
que fueron expedidas: en si estaban en poder de los demandantes o
del demandado; en si eran requisitos que según el contrato debían
ser entregados por el reclamado o si eran nuevos requisitos que de
manera sobrevenida fueron luego exigidos por la Oficina de
Registro… debió explicar el juez por qué al valorar el registro de
vivienda principal pudo entender que del mismo se desprende el
incumplimiento por parte de la parte demandada de entregar todos
y cada uno de los recaudos para el perfeccionamiento del contrato
de opción de compra-venta, explanando a tales efectos una
fundamentación que evidenciara que apreció, por ejemplo, la fecha
en la que este recaudo fue expedido, si contenía errores, si estaba
en poder del reclamado o de los actores, en fin, si del verdadero
análisis de su contenido podía efectivamente probarse algún
incumplimiento imputable al demandado de autos. Y en idéntico
sentido, debió el juez de alzada explicar en su fallo por qué la
solvencia de Hidrocapital guardaba relación con los hechos
controvertidos relativos a los requerimientos que debió presentar la
parte demandada para darle cabal cumplimiento a la cláusula
quinta del contrato de opción de compra-venta, no bastando, para
tener una adecuada motivación, que expresara una conclusión tan
genérica, sino que era necesario pasar realmente a explicar de qué
manera la lectura de este soporte podría evidenciar un
incumplimiento del demandado al contrato objeto de la presente
acción judicial, razonando a tales fines, si la fecha en la que fue
expedida era tardía, y si además tal recaudo pudo emitirse antes,
situación ésta que fue desatendida por la recurrida y que sin duda
afecta de nulidad a la misma.
Lo mismo se aprecia en el análisis de los recaudos identificados
con las letras ‘C’ y ‘F’, por cuanto la alzada concluye que del
contenido del primero la parte actora efectuó unos depósitos a
nombre de la Oficina Subalterna del Tercer Circuito, lo que
permite entrever que se cumplió con el traslado de los funcionarios
de dicho Registro para dar cumplimiento a lo establecido en la
cláusula quinta del antes mencionado contrato de opción de
compra-venta; y que del contenido del segundo, se desprende la
voluntad de la parte accionante de cumplir cabalmente con los
requerimientos necesarios para la venta definitiva del bien
inmueble, siendo estas meras conclusiones especulativas que no
vienen antecedidas de ningún tipo de razonamiento, explicación,
análisis o ponderación que le permita a mi mandante entender
cómo pudo el juez alcanzar las mismas, ya que ni siquiera explica
la recurrida cual es el contenido concreto de estos papeles, y qué
parte de ese contenido lo conlleva a adoptar tal determinación….”.
…Omissis…
Como es fácil entender, si los alegatos plasmados en la
demanda que fueron tajantemente negados en la contestación,
conformaban los elementos que debían ser probados por los actores
a lo largo del proceso, por ser estos parte esencial de los
fundamentos de hecho de su pretensión, era obvio que tenían estos
la obligación de promover medios probatorios atientes a evidenciar
en el expediente tales afirmaciones; es decir, tenían los
demandantes la carga de demostrar que el demandado
efectivamente no había entregado a tiempo cada uno de los
recaudos descritos en la referida cláusula quinta del contrato,
aunado a que debían probar, adicionalmente, que lo habían
notificado de la fecha en la que se llevaría a cabo la firma del
documento definitivo de compra venta, y que en éste, además,
debía intervenir el ente bancario que les concedió el préstamo
hipotecario, todo lo cual constituía a su vez la acreditación de que
los demandantes habían cumplido con sus cargas contractuales,
siendo que en realidad la anterior actividad probatoria no fue nunca
llevada a cabo, y de hecho el sentenciador no menciona elemento
probático alguno que le permita dar por demostrado,
principalmente, que el demandado fue efectivamente informado de
la fecha en la que se llevaría a cabo la firma del documento de
compra-venta, y que a los actores el banco señalado les había
aprobado el crédito referido, siendo que la recurrida da por
probadas tales alegaciones simplemente porque no hay elementos
de convicción que demuestren lo contrario, dispensando así a los
accionantes de su carga probatoria muy a pesar que las
mencionadas afirmaciones fueron negadas radicalmente en la
contestación de la demanda, dando así, consecuencialmente, por
probado aquello que debía ser efectivamente demostrado, no con
medios de prueba, sino con la sola afirmación del hecho plasmada
en el libelo de demanda…”.(Cursivas del recurrente).
 

De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el


formalizante delata por una parte, el vicio de inmotivación en su forma
ordinaria, y por el otro, que existe petición de principio en el fallo, por las
siguientes razones: por cuanto la recurrida “…después de hacer una reseña
de las pruebas aportadas por la parte demandante en forma adjunta a su
libelo identificadas con la letras ‘B’, pasa a valorar cada una de ellas, y las
subdivide en pruebas marcadas con la letra ‘a’ (cédula catastral), ‘b’
(solvencia municipal), ‘c’ (registro de vivienda principal), y ‘d’ (solvencia
de Hidrocapital); puntualizando que todas ellas son pertinentes, y en
específico concluye que las dos primeras (cédula catastral y solvencia
municipal) ‘guardan relación al incumplimiento de la cláusula quinta de la
opción de compra venta’, que de la tercera (registro de vivienda principal)
se desprende ‘el incumplimiento por parte de la demandada de entregar
todos y cada uno de los recaudos para el perfeccionamiento de la venta… y
que la cuarta (solvencia de Hidrocapital) ‘guarda relación con los hechos
controvertidos relativo a los requerimientos que debió presentar la parte
demandada para darle cabal cumplimiento a la cláusula quinta…”, luego en
relación con “…los recaudos ‘C’ y ‘F’ la alzada concluye que del contenido
del primero la parte actora efectuó unos depósitos a nombre de la Oficina
Subalterna del Tercer Circuito, lo que permite entrever que se cumplió con
el traslado de los funcionarios de dicho Registro para dar cumplimiento a lo
establecido en la cláusula quinta del antes mencionado contrato de opción
de compra-venta; y que del contenido del segundo, se desprende la voluntad
de la parte accionante de cumplir cabalmente con los requerimientos
necesarios para la venta definitiva del bien inmueble, siendo estas meras
conclusiones especulativas…”, en definitiva, el recurrente sostiene que lo
anterior evidencia que “…no existe razonamiento, explicación, análisis o
ponderación que le permita a mi mandante entender cómo pudo el juez
llegar a tales conclusiones…”. Además, el recurrente afirma que el juez
incurrió en petición de principios, toda vez que “…en la contestación fueron
negados tajantemente los hechos de la demanda…”, por tanto correspondía a
los actores “…probar que… el demandado efectivamente no había entregado
a tiempo cada uno de los recaudos descritos en la referida cláusula quinta…
además que le habían notificado de la fecha  en la que se llevaría a cabo la
firma del documento definitivo de compra venta…”, situación ésta que no se
verificó en la causa. 
 
Para decidir, la Sala observa:
 
Al respecto de los argumentos ofrecidos por el formalizante para
sostener sus denuncias de inmotivación por carencia absoluta de razones en
relación con lo decidido, así como de petición de principios, resulta
fundamental explicar en primer orden la naturaleza y supuestos de
procedencia de éstos, para luego distinguirlos de los vicios de fondo, y en
particular de aquellos atientes al examen del material probatorio, todo esto
con el objeto de verificar la debida fundamentación exigida, que habilite a la
Sala a conocer una denuncia como la planteada.

Al respecto del vicio de inmotivación, es importante aclarar que el


mismo constituye un vicio atinente a los requisitos formales de la decisión.

 
En este sentido, cabe aclarar que el ordinal 1° del supra artículo
313 contiene expresamente los vicios o errores in procedendo, los cuales
vienen determinados por los errores que puede cometer el juez en el proceso
propiamente dicho o en la sentencia objetivamente considerada; así, los
primeros se refieren a los quebrantamientos de formas sustanciales con
menoscabo del derecho a la defensa, esto es, en el modo, lugar y tiempo en
que deben ser cumplidos los actos procesales; y los segundos, a los
cometidos en la elaboración de la sentencia, al desatender los requisitos
mínimos de ésta previstos en los artículos 243 y 244 del Código de
Procedimiento Civil.
Como puede observarse, los vicios contenidos en el ordinal 1°
del supra artículo 313, son errores estrictamente de forma de la decisión o
relativos al proceso, y de ninguna manera comportan un examen del material
probatorio o de control respecto del fondo de la controversia. De modo que,
la labor de la Sala en cuanto a tales vicios de forma, parte de una verificación
de los mismos, por tanto si se trata de una denuncia de inmotivación la Sala
deberá constatar si objetivamente el juez ofreció razones o argumentos que 
permitan comprender lo decidido, sin que esto implique análisis de la
validez o legalidad de tales motivos, pues en este último caso se estaría en
presencia de una denuncia de fondo y no de forma.
 
               En este sentido, cabe precisar que el requisito de motivación de la
sentencia, está previsto en el artículo 243, ordinal 4° del Código de
Procedimiento Civil, el cual dispone que toda sentencia debe contener los
motivos de hecho y de derecho que sustentan la decisión.
 
               Así, la motivación del fallo constituye la prueba del razonamiento
lógico que siguió el sentenciador para establecer el dispositivo. De allí que se
afirme, que la finalidad de la motivación no es otra sino impedir la
arbitrariedad.
 
En este sentido, cabe añadir que la motivación exigua o
insuficiente no genera el vicio de inmotivación. Así, esta Sala en relación
con la motivación exigua o aparente ha establecido que “…para que una
sentencia se considere inmotivada, debe carecer en forma absoluta de
fundamentos. Deben ser totalmente inexistentes las razones tanto de hecho
como de derecho…”, pues “…No basta entonces, para considerarla
inmotivada, lo ‘…insuficientes…’ y ‘…aparentes…’ que resulten para el
formalizante los motivos dados en la recurrida para declarar sin lugar, pues
se insiste debe carecer por completo la decisión objetada, tanto de las
razones de hecho (“…comprobación de las alegaciones de las partes y de las
pruebas producidas por ellas a lo largo del desarrollo del proceso, para
luego constatar que tales elementos probatorios evidencian esos
hechos…), como de las razones de derecho (‘…el encuadramiento de las de
hecho, en las normas jurídicas aplicables al caso de que se trate…’). (Vid.
Sentencia N° 113 de fecha 22 de marzo de 2013, caso: INEO, C.A.,
contra GTME de Venezuela, C.A.).
Ahora bien, cabe acotar las modalidades ordinarias bajo las cuales
puede configurarse el vicio de inmotivación. Al respecto, esta Sala de forma
reiterada ha establecido que la inmotivación en el fallo, consiste en la falta
absoluta de fundamentos, y que ésta puede manifestarse de distintas maneras,
a saber: a) que la sentencia no presente materialmente ningún razonamiento;
b) Que las razones dadas por el sentenciador no guarden relación alguna con
la acción o la excepción y deben tenerse por inexistentes jurídicamente. c)
Que los motivos se destruyan los unos a los otros por contradicciones graves
e irreconciliables y, d) Que todos los motivos sean falsos. (Vid. Sentencia N°
255 de fecha 16 de junio de 2011, caso: Freddy Dugarte Chocrón contra
Proyectos Y Construcciones Albric C.A).
 
Por otra parte, cuando se hace referencia al vicio de petición de
principios, de forma tradicional es tratado como una forma de inmotivación
que quiere significar que el sentenciador da por demostrado aquello que
requiere ser probado, y tan sólo se conforma con la simple afirmación o
negación de las partes. (Vid. Sentencia N° 648 de fecha 10 de octubre de
2012, caso: Guillermo Ortega Arango contra Elizabeth Ortega Caruso
Scannella y otro).
 
               Una vez precisado lo anterior, esta Sala debe advertir la
trascendencia de distinguir los vicios estrictamente de forma de la decisión
de aquellos atinentes al fondo de la controversia, los cuales se encuentran
previstos en el ordinal 2° del citado artículo 313. Efectivamente, una mezcla
indebida de denuncias haría nula de manera a priori, la posibilidad de que
pueda ser conocida una denuncia de fondo o de casación sobre los hechos,
por ausencia de material probatorio con argumentación propia de un error por
defecto de actividad.
 
Precisamente, para conocer la Sala de los referidos errores de
juicio, se exige que la denuncia cumpla con determinada técnica
argumentativa que conduzca la labor juzgadora a evidenciar el vicio
delatado. Así, los vicios descritos en el supra ordinal 2° son los siguientes:
errónea interpretación, falsa aplicación, falta de aplicación o violación de
una máxima de experiencia. Estos quebrantamientos de ley consisten
particularmente en: a) error de derecho propiamente dicho, que se verifica en
la interpretación y aplicación de las normas sustantivas o adjetivas para
resolver el asunto debatido; b) el error de derecho al juzgar los hechos, que
comprende la infracción de las normas que regulan: b.1) el establecimiento
de los hechos, b.2) la apreciación de los hechos, b.3) el establecimiento de
las pruebas, y b.4) la apreciación de las pruebas; y, finalmente c) los errores
de hecho o de percepción en el juzgamiento de los hechos, que conducen por
vía de consecuencia a un error de derecho, que son los tres casos de
suposición falsa previstos en el artículo 320 del Código de Procedimiento
Civil: c.1) atribuir a un acta o instrumento del expediente menciones que no
contiene, c.2) establecer hechos positivos y precisos con pruebas que no
existen, y c.3) fijar hechos con pruebas inexactas. (Vid. Sentencia N° 408 de
fecha 8 de junio de 2012, Exp. Nro. 2012-000137, caso: Franklin Alberto
Pineda Carvajal contra Lancaster Pineda Carvajal).
 
En todos los casos antes señalados, el formalizante debe plantear
ordenadamente y en forma unívoca las denuncias, además de razonar de
forma clara y precisa en qué consiste la infracción, esto es, señalar cómo,
cuándo y en qué sentido ésta se produjo. Además deberá precisar en el caso
de los errores de juzgamiento, si la norma denunciada fue infringida por
errónea interpretación, falsa o falta de aplicación, así como demostrar que el
error de juicio fue determinante en el dispositivo del fallo.
 
Las anteriores consideraciones resultan importantes, por cuanto si
la Sala advierte el incumplimiento de la técnica exigida en casación,
contenida entre otros, en los artículos 317 y 324 del Código de
Procedimiento Civil, deberá desecharla por inadecuada fundamentación.
 
En el presente caso, se observa que el formalizante denuncia
expresamente el vicio de inmotivación por cuanto sostiene que “… la
recurrida después de hacer una reseña de la pruebas aportadas por la parte
demandante… las subdivide en pruebas marcadas como letra ‘a’ (cédula
catastral, ‘b’ (solvencia municipal), ‘c’ (registro de vivienda principal), y
‘d’ (solvencia de Hidrocapital); puntualizando que todas ellas son
pertinentes, y en específico concluye que las dos primeras (cédula catastral y
solvencia municipal) ‘guardan relación al incumplimiento de la cláusula
quinta de la opción de compra venta’, que la tercera (registro de vivienda
principal) se desprende ‘el incumplimiento por parte de la demandada de
entregar todos y cada uno de los recaudos para el perfeccionamiento de la
venta…”, así, lo anterior evidencia en criterio del recurrente“…que el juez de
alzada no expresa ningún razonamiento en torno al por qué considera y
concluye que del análisis de esos instrumentos quedó demostrado el
incumplimiento de las obligaciones…” específicamente “..las fechas en que
fueron expedidas, si estaban o no en poder del demandante o demandado, si
eran requisitos que según el contrato debían ser entregados por el
demandado o si eran requisitos que de manera sobrevenida fueron luego
exigidos por la oficina de registro…”. 
 
Como puede observarse de lo anterior, el formalizante para
sostener su denuncia de inmotivación se centra en la valoración que realizara
el juez de alzada respecto del material probatorio supra reseñado, y
particularmente manifiesta su desacuerdo respecto a las conclusiones a las
cuales arriba luego de tal examen, lo cual de ninguna manera constituye
soporte válido para el vicio de forma delatado. En todo caso, si lo pretendido
es delatar el error en la valoración de tales probanzas ha debido plantear la
correspondiente denuncia de error de juzgamiento.
 
Aún más, el propio formalizante relaciona los motivos dados por el
juez ad quem, no obstante los considera insuficientes cuando alega el juez
superior no expresa “…las fechas en que fueron expedidas tales
documentales, si estaban o no en poder del demandante o demandado, si
eran requisitos que según el contrato debían ser entregados por el
demandado o si eran requisitos que de manera sobrevenida fueron luego
exigidos por la oficina de registro…”, respecto de lo cual tal como se
expresó anteriormente la motivación exigua no configura el vicio de
inmotivación.
 
En virtud de todo lo anterior, la Sala desecha la denuncia de
inmotivación por inadecuada fundamentación. Así se establece. 
III
 
Con fundamento en el ordinal 1º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil, el formalizante denuncia la infracción de los artículos
15 y 506 eiusdem, así como del artículo 1.354 del Código Civil, pues en su
criterio el juez de alzada se equivoca al “…distribuir la carga de la
prueba…”, así para fundamentar su delación expone lo siguiente:
 
“…la alzada tenía la obligación de apreciar primeramente que el
tema de la prueba se refería precisamente a la necesidad de
demostrar la entrega tardía de los recaudos señalados en la cláusula
quinta del contrato de opción de compra venta por parte del futuro
vendedor, sobre los cuales el demandado sostuvo que no los
entregó con retraso, apoyándose al efecto en las mismas fechas
aducidas por la actora como de emisión de los mismos. Además,
era coyuntural entender que parte del tema de la prueba y de los
hechos que quedaron discutidos por haber sido alegados en el
libelo y negados en la contestación, eran los referidos a que los
actores habían cumplido sus obligaciones contractuales, y que por
ende le habían notificado al demandado de la fecha en la que debía
firmarse el contrato definitivo de compra venta; que le habían
indicado que su crédito hipotecario había sido aprobado a tiempo;
que le habían informado que el referido contrato también lo
suscribiría el Banco Industrial de Venezuela; y que en la Oficina de
Registro habían exigido que se presentara copia certificada de la
sentencia de divorcio del reclamado, hechos estos que repito,
fueron negados expresa y rotundamente al contestarse la demanda.
El yerro de la recurrida está en que a pesar de la claridad de las
posturas procesales asumidas por los litigantes, al momento de
asignar las cargas probatorias en referencia a los hechos que
conformaban el tema de la prueba en el proceso, equivocadamente
dispensó a los demandantes de probar parte de las alegaciones que
sustentaban su pretensión y que fueron negadas en la contestación,
como lo fueron la de sostener, se repite, las siguientes
afirmaciones:
i).- Que los recaudos le habían sido entregados tardíamente; ii).-
que habían notificado al demandado de la fecha en la que se
firmaría la compra-venta definitiva; iii).- que le habían indicado
que su crédito hipotecario había sido aprobado a tiempo; iv).- que
le habían informado que el referido contrato también lo suscribiría
el Banco Industrial de Venezuela, y; v). - que en la Oficina de
Registro habían exigido que se presentara copia certificada de la
sentencia de divorcio del demandado. Y no conforme con esto, el
fallo censurado le impuso al demandado la carga de desvirtuar tales
afirmaciones, cuando realmente las mismas habían sido rechazadas
en la contestación y por ende debían ser probadas por los
accionantes…”.
 
 
De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el
formalizante delata la infracción de las normas relacionadas con la
distribución de la carga de la prueba, por cuanto afirma que a pesar de que el
demandado negó las posturas del actor, exigió a los demandados probar los
siguientes hechos “…i).- Que los recaudos le habían sido entregados
tardíamente; ii).- que habían notificado al demandado de la fecha en la que
se firmaría la compra-venta definitiva; iii).- que le habían indicado que su
crédito hipotecario había sido aprobado a tiempo; iv).- que le habían
informado que el referido contrato también lo suscribiría el Banco
Industrial de Venezuela, y; v). - que en la Oficina de Registro habían exigido
que se presentara copia certificada de la sentencia de divorcio del
demandado…”.
 
Para decidir, la Sala observa:
 
Al respecto de la denuncia planteada por el formalizante
específicamente al amparo del ordina 1° del artículo 313 para proponer una
transgresión de las normas relacionadas con la distribución de la carga de la
prueba, esta Sala reitera, las razones expuestas en el capítulo II del recurso
por defecto de actividad de esta decisión, en cuanto a la importancia de
distinguir entre errores propiamente de forma de aquellos relacionados con
el fondo de la controversia so pena de que sea desechada la denuncia.
 
Sobre el particular, la Sala ha dejado claro que debido a la
complejidad e importancia del recurso de casación, resultan exigibles
especiales condiciones subjetivas y objetivas contenidas en los artículos 317
y 324 del Código de Procedimiento Civil. Así, el primer artículo
mencionado, impone una serie de requisitos, con el objeto de que la
formalización contenga el orden, las especificaciones y razonamientos
lógicos necesarios, para la comprensión y conocimiento subsecuente de las
denuncias, y el segundo, demanda una determinada preparación al abogado
formalizante, todo esto debido a la trascendencia del recurso de casación,
cuya finalidad inmediata es la nulidad del fallo de alzada o de única
instancia dictado en contravención de la ley. (Vid. Sentencia N° 342 de
fecha 19 de junio de 2013, caso: Constructora Ulises C.A., contra Pedagro
S.R.L., y otras).
 
Aún más, respecto de las denuncias que pretendan hacer
objeciones acerca de la carga de la prueba, esta Sala mediante sentencia N°
393 de fecha 16 de julio de 2009, caso: Miguel Humberto Hurtado Alzate
Contra Inmobiliaria Prontirenta, S.R.L., estableció lo siguiente: “…en
reiterada jurisprudencia, ha declarado que la infracción de las reglas de
distribución de la carga de la prueba, son censurables por este Alto
Tribunal, por la vía de un recurso de fondo, y no de
forma...”; efectivamente “…en el caso de que el recurrente formule una
denuncia, en la cual pretenda hacer valer alegatos dirigidos a determinar a
quién le corresponde la carga de la prueba, deberá efectuarla mediante un
recurso de fondo; de lo contrario, habrá de ser declarada improcedente.
Ello en razón de que a través de una denuncia por defecto de actividad, no
le es posible a la Sala descender a las actas del expediente, a los fines de
analizar si efectivamente la alzada violó alguna regla de derecho de
aquellas que regulan el establecimiento o la valoración de la prueba, pues
sólo así podrá este Alto Tribunal, verificar la veracidad del error
delatado…”.
 
En virtud de lo anterior, la Sala desecha la denuncia de infracción
de los artículos 15 y 506 del Código de Procedimiento Civil, así como el
1.354 del Código Civil, por inadecuada fundamentación. Así se establece. 
 
RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY
 
I

Por razones de método, esta Sala procede a agrupar en este capítulo


la primera y segunda denuncia contenida en el capítulo del escrito de
formalización titulado “Casación de Fondo”, por cuanto ambas presentan
similar argumentación dirigida a cuestionar el material probatorio aportado
por la parte demandante en relación con el incumplimiento alegado.

En el marco de lo establecido en ordinal 2º del artículo 313, en


concordancia con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, el
formalizante denuncia por una parte, que la decisión recurrida se encuentra
viciada por falta de aplicación de los artículos 12 y 509 eiusdem, “…
incurriendo así… en el vicio conocido como silencio de pruebas…”, y por la
otra, existe falta de aplicación de los artículos 7° de la Ley Orgánica de
Procedimientos  Administrativos y 507 del Código Adjetivo al quebrantar las
reglas de valoración de los documentos administrativos,  conforme a los
siguientes alegatos:
 
“…Con basamento a lo dispuesto en el numeral 2° del artículo 313
del Código de Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo
320 del mismo texto adjetivo legal, denuncio la violación, por falta
de aplicación del artículo 509 de ese mismo cuerpo legal, en
concordancia con el artículo 12 eiusdem, incurriendo así la
recurrida en el vicio conocido como silencio de prueba, toda vez
que el sentenciador de alzada si bien mencionó y estableció la
pertinencia y legalidad de importantes pruebas documentales
allegadas a las actas, nunca pasó efectivamente a valorarlas o
estimarlas para determinar si de ellas se extraía la acreditación de
algún hecho que formara parte del tema de la prueba.
…Omissis…
Pues bien, en primer lugar, se aprecia que en el decurso del proceso
la parte demandante aportó válidamente a las actas, en forma
adjunta a su libelo de demanda, una serie de instrumentos que
fueron marcados con la letra ‘B’, que a su decir no habían sido
entregados oportunamente por mi mandante, sobre los cuales el
demandado al contestar, hizo una serie de apreciaciones en base a
las que, luego de analizar el contenido de estos instrumentos,
concluía que no había ningún incumplimiento de su parte a la
cláusula quinta del contrato de opción de compra-venta cuya
ejecución estaba siendo peticionada. Estos documentos se
identifican así: 1).- Cédula catastral rielante (sic) al folio 10 del
expediente; 2).- Certificados de solvencia municipal rielantes (sic)
a los folios 11 y 12 del expediente; 3).- Certificados de vivienda
principal rielantes (sic) a los folios 13 y 14 del expediente; 4).-
Recibos de pago y solvencia del servicio de agua expedidos por
Hidrocapital… que van del folio 15 al 18 del expediente.
…Omissis…
…si el sentenciador hubiera analizado tales instrumentos de
manera detallada, sin limitarse a sostener que eran legales y
pertinentes, hubiera podido concluir, por ejemplo, que la cédula
catastral del inmueble se entregó oportunamente, pues se empezó a
exigir en la Oficina de Registro en el mes de enero de 2007 y fue
precisamente en ese mes que se expidió; o que la solvencia
municipal fue expedida en el mes de diciembre de 2006; o que el
registro de vivienda principal también se expidió en el mes de
diciembre de 2006, (con un error que luego fue corregido); o que la
solvencia de Hidrocapital se emitió el 5 de febrero de 2007; todo lo
cual claramente podría cambiar y modificar el dispositivo del fallo,
ya que podría llevar al órgano decisor a entender que realmente el
demandado no incumplió sus obligaciones contractuales y que
entregó a tiempo todos estos recaudos, de allí que tal omisión deba
entenderse como realmente determinante en el dispositivo del fallo.
Igualmente, y en segundo lugar, de haber analizado íntegramente la
recurrida las planillas de registro que el actor dice haber pagado y
que anexó a su libelo marcada con la letra ‘C’. en concatenación
con el instrumento que en la etapa de promoción probatoria marcó
con la letra ‘F’, se hubiera podido concluir que aquellas fueron
canceladas el 22 de febrero de 2007 una, y el 30 de marzo otra, y
que la fecha de la firma de la compra-venta había sido fijada en la
Oficina de Registro inicialmente para el 10 de marzo de 2007,
siendo todas esta fechas posteriores al 18 de febrero de 2007,
entendida esta como la fecha tope para que los demandantes
materializaran el cumplimiento de sus obligaciones, lo cual
tampoco fue mencionado, analizado ni establecido por el
sentenciador.
…Omissis…
…el sentenciador analiza estos recaudos ponderando su pertinencia
y legalidad, pero sin analizar su contenido de forma íntegra para
extraer de este las conclusiones a las que arribé…”.
            …Omissis…
…las normas fueron infringidas por la recurrida al no aplicar
ninguna de ellas, ya que siendo las probanzas ya especificadas
unos documentos administrativos que no tienen una regla de
valoración expresa para ser analizados, debió la alzada valorarlos a
la luz de las reglas de la sana crítica, y en consecuencia, debió
pasar a leer detalladamente su contenido y apreciar sus fechas de
emisión y su vigencia, así como, ponderar en manos de quien
estaban, para así poder formarse un criterio en relación a su
contenido visto de forma integral, que a su vez le permitiera
extraer de estos las conclusiones que derivaran de un esquema de
aplicación de la lógica y las reglas de experiencia común.
Pero lejos de lo anterior, la recurrida se limita a mencionar la
existencia de estos documentos en las actas, a indicar que son
pertinentes y legales por tratarse de documentos administrativos, y
a subdividirlos…
Esta manera de alcanzar tales conclusiones, sin estar precedida del
análisis integral de cada documento, denotan una estimación
probatoria realizada bajo una libre convicción, más que una
estimación derivada de la aplicación de una sana crítica, y es allí
donde se aprecia la delación que se denuncia, pues, se insiste, era
deber del sentenciador analizar todos estos documentos en forma
pormenorizada para apreciar, por ejemplo, las fechas en que fueron
expedidas: si estaban en poder de los demandantes o del
demandado; si eran requisitos que según el contrato debían ser
entregados por el reclamado o si eran nuevos requisitos que de
manera sobrevenida fueron luego exigidos por la Oficina de
Registro; en fin, debió razonar la recurrida fáctica y jurídicamente,
aplicando la lógica y la experiencia común, el por qué tales
documentos le permitieron adoptar la  conclusión asumida en el
fallo….”.
De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el
formalizante delata por una parte el vicio de silencio de pruebas, por cuanto
afirma que “…si bien las pruebas instrumentales aportadas fueron
mencionadas en la sentencia recurrida, el sentenciador ad quem se esmeró
únicamente en describir su pertinencia y legalidad, pero al momento de
valorarlas y estimarlas en cuanto a su mérito probatorio, esto es al momento
de realmente analizarlas, nada dijo el sentenciador de su contenido…”;  y,
por la otra delata que hubo error en la valoración de los documentos
administrativos, por cuanto “…siendo las probanzas ya especificadas unos
documentos administrativos que no tienen una regla de valoración expresa
para ser analizados, debió la alzada valorarlos a la luz de las reglas de la
sana crítica, y en consecuencia, debió pasar a leer detalladamente su
contenido y apreciar sus fechas de emisión y su vigencia, así como ponderar
en manos de quien estaban…”. Efectivamente, “…la recurrida se limita a
mencionar la existencia de estos documentos en las actas, a indicar que son
pertinentes y legales por tratarse de documentos administrativos, y a
subdividirlos en pruebas marcadas ‘a’ (cédula catastral, ‘b’ (solvencia
municipal), ‘c’ (registro de vivienda principal) y, ‘d’ (solvencia de
Hidrocapital) concluyendo que las dos primeras (cédula catastral y
solvencia municipal) ‘guardan relación con el incumplimiento de la cláusula
quinta del contrato de opción; que de la tercera… -de los cuales- se
desprende el incumplimiento de la parte demandante de entregar todos y
cada uno de los recaudos para el perfeccionamiento del contrato de
venta…”.          

 
Para decidir, la Sala observa:
 

Al respecto de las denuncias de silencio de pruebas  y error en la


valoración de las pruebas, esta Sala estima fundamental definir los supuestos
de procedencia de cada una de éstos, para luego revisar la sentencia de
alzada con el objeto de verificar si hubo pronunciamiento respecto de las
pruebas, así como si se verifica algún error en la apreciación de los
documentos administrativos mencionados.

En este sentido, respecto del silencio de pruebas, esta Sala ha


sostenido que el mismo constituye un error de infracción de ley que se
produce “…cuando el sentenciador ignora por completo el medio
probatorio, o hace mención de él pero no expresa su mérito probatorio, pues
el representante del órgano jurisdiccional está en la obligación de valorar
todas y cada una de las pruebas presentadas por las partes con
independencia de quien la promovió…”. (Vid. Sentencia N° 129 de fecha 4
de abril de 2013, caso: César Simón Villarroel Núñez contra Makro
Comercializadora, S.A.).

Asimismo, cabe añadir que el error debe resultar determinante en


el dispositivo del fallo, tal como lo exige el último aparte del artículo 313 del
Código de Procedimiento Civil, de lo contrario la denuncia deberá ser
desestimada.

En cuanto al error en la valoración de la prueba, tal como se


mencionó en el capítulo II del recurso por defecto de actividad, el mismo
constituye un supuesto autónomo de quebrantamiento de ley, que se produce
cuando son quebrantadas las normas que regulan por ejemplo la tarifa legal
de las mismas, es decir, las normas de valoración son aquellas que le indican
al juez cómo debe proceder para  valorar una determinada prueba, tal es el
caso de los artículos 1.401 y 1.402 del Código Civil –de la prueba de
confesión- o del artículo 508 del Código de Procedimiento Civil, de la
prueba testimonial, entre otros. (Vid. Sentencia N° 672 de fecha 24 de
octubre de 2012, caso: Inversiones Cachamay C.A., contra Marcos Ángelo
Petricca De Matteis).
 
En el presente caso, se observa que el formalizante delata por una
parte el silencio de pruebas, y por la otra denuncia el error de valoración de
los documentos administrativos, por cuanto afirma que el juez superior “…si
bien menciona las pruebas instrumentales aportadas…” no obstante “…al
analizarlas nada dice de su contenido…”, además señala que dentro de estos
documentos aportados algunos corresponden a la categoría de documento
administrativo los cuales “…tienen una regla de valoración expresa para ser
analizados, es decir, debió… valorarlos a la luz de las reglas de la sana
crítica, y en consecuencia, debió pasar a leer detalladamente su contenido y
apreciar sus fechas de emisión y su vigencia, así como ponderar en manos
de quien estaban…”.
 
Una vez precisado lo anterior, la Sala procede a transcribir la parte
pertinente de la sentencia dictada por el juez superior, con el objeto de
verificar la infracción delatada. Así, el juez ad quem  estableció lo siguiente:
 
“…DE LAS PRUEBAS
…Omissis…
Marcado ‘B’, (f. ‘a’: 10; ‘b’: 11 al 12; ‘c’: 13 al 14; ‘d’: 16 al 18),
‘a’ original de la Cédula Catastral del bien inmueble objeto de la
presente controversia. Dicho documento fue presentado a la parte
demandada y por cuanto no fue cuestionada mediante prueba en
contrario se tienen por legal por ser documentos administrativos de
conformidad con lo establecido en la sentencia de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 16 de
mayo de 2003, Exp Nº 2001-000885. Asimismo, es pertinente por
cuanto dentro del contenido del mismo se evidencia la
identificación del bien inmueble ubicado en el Parque Residencial
Juan Pablo II, Edificio Parque Uno piso 12, apartamento 2D-18,
ubicación Montalbán, a nombre del demandado, ciudadano IRIAN
SANTIAGO OSORIO, ya que guarda relación con los hechos
controvertidos relativos al incumplimiento de la serie de recaudos
conforme a la clausula quinta del contrato de opción de compra-
venta y así se decide.- ‘b’ Original de Solvencia de Derecho de
Frente, emanado de la Superintendencia Municipal de
Administración Tributaria (Sumat) del bien inmueble objeto de la
presente controversia. Dicho documento, fue presentado a la parte
demandada y por cuanto no fue cuestionada mediante prueba en
contrario se tienen por legal por ser documentos administrativos de
conformidad con lo establecido en la sentencia de la Sala de
Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia de fecha 16 de
mayo de 2003, Exp Nº 2001-000885. Asimismo, es pertinente por
cuanto dentro del contenido del mismo aparece identificado el bien
inmueble objeto de la presente pretensión, a nombre del
demandado, ciudadano IRIAN SANTIAGO OSORIO, ya que
guarda relación con los hechos controvertidos relativos al
incumplimiento de la cláusula quinta del contrato de opción de
compra-venta y así se decide. ‘c’ Copia Simple del Registro de
Vivienda Principal del bien inmueble objeto de la presente
controversia. Dicha documental fue presentada a la parte
demandada la cual no impugnó en su oportunidad procesal
correspondiente, la cual se tiene como fidedigna a su original,
siendo legal de conformidad con lo establecido en el segundo
aparte del artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.
Asimismo, es pertinente por cuanto se desprende del mismo, el
incumplimiento por parte de la demandada de entregar todos y cada
uno de los recaudos para el perfeccionamiento del contrato de
opción de compra-venta, razón por la cual se le otorga pleno valor
probatorio y así se decide.- ‘d’ Original de Solvencia de
Hidrocapital del bien inmueble objeto de la presente controversia.
Dicho documento, fue presentado a la parte demandada y por
cuanto no fue cuestionada mediante prueba en contrario se tiene
por legal por ser documento administrativo de conformidad con lo
establecido en la sentencia de la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia de fecha 16 de mayo de 2003, Exp Nº
2001-000885. Asimismo, es pertinente por cuanto dentro del
contenido del mismo aparece identificado el bien inmueble objeto
de la presente pretensión, a nombre del demandado, ciudadano
IRIAN SANTIAGO OSORIO, ya que guarda relación con los
hechos controvertidos relativos a los requerimientos que debió
presentar la parte demandada para darle cabal cumplimiento a la
cláusula quinta del contrato de opción de compra-venta y así se
establece.
• Marcado ‘C’ (f. 19 al 22), copia simple de dos (2) planillas de
traslado de los funcionarios del Registro. Dicho medio de prueba
documental fue presentada a la parte demandada la cual no
impugnó en su oportunidad procesal correspondiente, la cual se
tienen como fidedignas a su original, siendo legal de conformidad
con lo establecido en el segundo aparte del artículo 429 del Código
de Procedimiento Civil. Asimismo, es pertinente por cuanto se
desprende dentro del contenido del mismo, que la parte actora
efectuó dicho depósitos a nombre de la Oficina Subalterna del
Tercer Circuito, lo que hace entrever a este sentenciador que sobre
los traslados de los funcionarios de dicho Registro para dar
cumplimiento a lo establecido en la cláusula quinta del antes
mencionado contrato de opción de compra-venta, razón por la cual
se le otorga pleno valor probatorio y así se decide.
             …Omissis…
De lo pactado por las partes en la cláusula quinta –discutida- del
documento de opción compra-venta, se evidencia que la parte
actora demanda el cumplimiento del contrato de opción de compra-
venta a su decir, por cuanto la parte demandada incumplió con la
cláusula quinta debido a que las gestiones fueron hechas con
tardanza y debían entregarles con quince (15) días continuos de
anticipación a la protocolización de la compra-venta los
documentos requeridos por el Registro, pero la parte demandada
manifestó en la contestación, que no ha incumplido con la cláusula
quinta del contrato de opción de compra-venta pretendido por la
parte accionante.
               …Omissis…
…cabe destacar que la parte demandada argumentó que no ha
incumplido con la cláusula quinta antes mencionada, que los
documentos los presentó oportunamente, ahora bien, de lo antes
analizado esta Alzada puede aseverar que dio derecho al accionante
a demandar el cumplimiento de contrato de opción de compra-
venta por el incumplimiento de la cláusula quinta, siendo que la
parte demandada no probó nada que le favoreciera sobre la entrega
oportuna de los documentos respectivos, llegando a la conclusión
este sentenciador que la parte actora alegó y probó a los autos el
incumplimiento de la parte demandada de la cláusula quinta del
contrato de opción de compra-venta, al no aportar prueba alguna
tendente a desvirtuar el alegato de la parte actora, aunado a ello, la
mencionada cláusula especifica el vendedor tenía la carga u
obligación de presentar los documentos con quince (15) días de
anticipación, a los efectos de la fecha del otorgamiento del
documento definitivo de compra-venta, compartiendo el criterio
sostenido por el Tribunal a quo de declarar con lugar el presente
juicio…”.
 
De la sentencia recurrida parcialmente transcrita, se observa que el
juez superior se pronunció en relación con las “pruebas marcadas “B”
contentivas de la cédula catastral, de la solvencia de derecho de frente, de la
copia del Registro de Vivienda Principal y solvencia de Hidrocapital, y
respecto de las cuales estableció para cada una de éstas “…que dichas
pruebas no fueron cuestionadas mediante prueba en contrario se tienen por
legales por ser documentos administrativos… asimismo del contenido –de
aquéllas- se evidencia la identificación del bien inmueble ubicado en el
Parque Residencial Juan Pablo II, Edificio Parque Uno, piso 12,
apartamento 2D-18, ubicación Montalbán, a nombre del demandado… -las
cuales- guardan relación con los hechos controvertidos relativos al
incumplimiento de la serie de recaudos conforme a la clausula quinta del
contrato de opción de compra-venta…”.
 
Como puede observarse de lo anterior, el juez superior sí se
pronunció en relación con todas las documentales supra mencionadas,
específicamente cuando establece que ellas constituyen “…documentos
administrativos… y que de su contenido se desprende identificación del bien
inmueble –objeto de la controversia-…”, la titularidad de los mismos, y
específicamente en relación con los hechos que son capaces de acreditar
estableció que “…guardan relación con los hechos controvertidos relativos
al incumplimiento de la serie de recaudos conforme a la cláusula quinta del
contrato de opción de compra-venta…”.
 
Además, el juez ad quem luego de relacionar el material probatorio
estableció que visto que “…la parte demandada al momento de dar
contestación a la demanda enerva el incumplimiento alegado por la parte
actora respecto a la cláusula quinta… -procede a transcribir la cláusula en
cuestión-… QUINTA: Sujeto a los términos y condiciones previstos en este
contrato, ‘EL OPCIONANTE’ se compromete a entregar el inmueble objeto
del presente contrato a ‘LOS OPCIONADOS’, libre de todo gravamen,
medidas de embargo, prohibiciones de enajenar y gravar, secuestros; y
completamente solvente en los pagos de impuestos, tasas o contribuciones
nacionales, estadales o municipales, y se obliga a transmitirle a ‘LOS
OPCIONADOS’ la plena propiedad, dominio y posesión del inmueble objeto
de esta Opción de Compra al momento de la protocolización del Documento
Definitivo de Venta. ‘EL OPCIONANTE’ deberá entregar a ‘LOS
OPCIONADOS’ con no menos de QUINCE (15) DÍAS de antelación a la
fecha de protocolización del Documento Definitivo de Compra-Venta por el
Registro respectivo la Solvencia de Derecho de frente, Registro de Vivienda
Principal, R.I.F., Solvencia de Hidrocapital y Recibos Cancelados. Así
mismo, para el momento de la protocolización, ‘EL OPCIONANTE’ debe
entregar a ‘LOS OPCIONADOS’ fotocopia de los últimos recibos
cancelados de los servicios tales como Condominio-Agua, Electricidad-Aseo
Urbano y Gas”.
 
De allí que el juez superior afirmara que si bien “…la parte
demandada argumentó que no ha incumplido con la cláusula quinta antes
mencionada, que los documentos los presentó oportunamente…” no
obstante “…esta alzada puede aseverar que –tiene- derecho el accionante a
demandar el cumplimiento de contrato de opción de compra-venta por el
incumplimiento de la cláusula quinta…” pues “…la mencionada cláusula
especifica que el vendedor tenía la carga u obligación de presentar los
documentos con quince (15) días de anticipación, a los efectos de la fecha
del otorgamiento del documento definitivo de compra-venta…”, sin
embargo “…la parte demandada no probó nada que le favoreciera sobre la
entrega oportuna de los documentos respectivos…”.
 
Ahora bien, esta Sala observa que el formalizante para soportar su
denuncia de silencio parcial de pruebas y error en la valoración de los
documentos administrativos sostiene que “…si el sentenciador hubiera
analizado tales instrumentales… hubiera concluido… que la cédula catastral
del inmueble se entregó oportunamente pues se empezó a exigir en la Oficina
de Registro en el mes de enero de 2007 y fue precisamente en ese mes que se
expidió, o que la solvencia municipal fue expedida en el mes de diciembre de
2006, o que el registro de vivienda principal también se expidió en el mes de
diciembre de 2006 (con un error que luego fue corregido...) o que la
solvencia de Hidrocapital se emitió el 5 de febrero de 2007… todo lo cual
claramente podría cambiar y modificar el dispositivo…”.   
 
A propósito de lo anterior, la Sala debe advertir que el
cumplimiento oportuno o no de la consignación de los recaudos por parte del
opcionante se verifica con una simple constatación entre el tiempo pactado
por las partes para su entrega y la fecha de tales solvencias y recibos.
 
Así, la Sala pudo constatar que la cláusula quinta de la opción de
compra venta establecía (folio 8 del expediente ) que “…el opcionanate –
debía- entregar a los opcionados con no menos de quince (15) días de
antelación a la fecha de protocolización del documento definitivo de compra
venta por el respectivo Registro Solvencia de derecho de frente, Registro de
Vivienda Principal, solvencia de Hidrocapital…”; además se observó que en
la cláusula tercera de la opción de compra venta antes referida, las partes
acordaron que “…el lapso para el otorgamiento del documento definitivo de
venta ante el Registro Inmobiliario respectivo era de ciento veinte días
continuos y consecutivos contados a partir de la autenticación…”,  esto es, a
partir del 11 de febrero de 2007.
 
Luego, de las actas del expediente se pudo evidenciar que los
recaudos a que se hace mención en la cláusula quinta en cuestión fueron
expedidos en las siguientes fechas: 1) la cédula catastral del inmueble (folio
10) expedida por la Alcaldía del Municipio Libertador, Dirección de Gestión
Urbana fue recibida en receptoría el 18 de enero de 2007 y expedida el 5 de
febrero de 2007; el certificado de solvencia N° 308808 emanado de la
Superintendencia Municipal de Administración Aduanera y Tributaria fue
liquidado el 12 de  enero de 2007 y expedida el 26 de enero de 2007 (folio
11), la Solvencia de Servicio de Agua Potable y Saneamiento emitida por
Hidrocapital fue cancelado y emitido en fecha 5 de febrero de 2007 (folios
17 y18), lo anterior evidencia que los trámites requeridos para la obtención
de los recaudos a los que se contrae la cláusula quinta de la opción en
cuestión no se realizaron con suficiente antelación antes del vencimiento del
término de la opción de compra venta, que garantizará contar con todos las
solvencias y recaudos atinentes al inmueble objeto de la negociación.
 
De allí que la conclusión ofrecida por el sentenciador de alzada
cuando establece “…que hubo incumplimiento de la cláusula
quinta…” resulte acertada.
 
Ahora bien, en cuanto al Registro de Vivienda Principal emanado
de la Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria,
efectivamente la Sala pudo constatar  que existen dos registros de esta
especie, uno de fecha 1° de diciembre de 2006 y el otro del 21 de febrero de
2007 (folio 13), el primero presenta ciertamente un error material en relación
con el segundo, específicamente en cuanto a la identificación del número de
apartamento, lo cual denota un error en la expedición, en principio no
imputable al solicitante del trámite –demandado-, sin embargo tal error no
resulta determinante para cambiar el dispositivo, toda vez que del resto de las
solvencias y otros recaudos previamente mencionados, se evidenció que no
fueron consignados a tiempo los recaudos atinentes al inmueble.
 
En todo caso, se observa que lo realmente pretendido por el
formalizante es manifestar su desacuerdo respecto a lo decidido,
específicamente cuando aquél afirma que “…si el juez superior hubiera
revisado los detalles antes mencionados… hubiera cambiado el
dispositivo…”.
 
Ciertamente, el formalizante expresa que si el juez “…hubiera
analizado el documento aportado en la etapa de promoción probatoria
marcado ‘F…”’, contentivo “…del documento de crédito hipotecario,
autenticado por ante la Notaría Pública Interna del Banco Industrial de
Venezuela… de fecha 1.2.2007… hubiese llegado a distinta conclusión…”, lo
anterior lejos de evidenciar un posible error de la recurrida confirma que la
exigencia de las solvencias de impuestos relacionados con el inmueble, así
como los recibos de pagos de los servicios públicos demandaban una
tramitación oportuna no sólo por la previsión contractual, sino a los efectos
de la tramitación del crédito hipotecario para el pago del precio. 
 
En efecto, es un hecho notorio que los requisitos para la
tramitación de los créditos hipotecarios se encuentran publicados por las
distintas entidades bancarias en sus páginas web, siendo coincidentes entre
tales entidades requerir que las solvencias y recibos se encuentren vigentes
para la oportunidad de la protocolización del documento en cuestión, lo cual
exige la debida diligencia por parte de los titulares del inmueble. Además,
tales exigencias no resultan caprichosas sino que responden a la normativa
técnica que se ha venido dictando para el otorgamiento de créditos
hipotecarios, conforme a las disposiciones de la Ley del Régimen
Prestacional de Vivienda y Hábitat.
 
Aún más, cuando el formalizante argumenta, entre otros, “…que la
solvencia municipal fue expedida en diciembre de 2006… lo cual evidencia
su cumplimiento…” pretende confundir la obligación contractual con la
obligación tributaria. Al respecto, cabe advertir que dicho impuesto
inmobiliario u obligación tributaria se fija por anualidades y se liquida el
primero de enero de cada año, por tanto el vencimiento del término
contractual pactado en este caso se verificaba el año siguiente, de allí que tal
argumento para sostener su cumplimiento con una solvencia del año anterior
carece de fundamento.
 
Finalmente, en cuanto a la denuncia de infracción del artículo 7° de
la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, contentivo de la
definición de actos administrativos, la Sala pudo constar de los argumentos
expuestos por el formalizante que su objetivo no es cuestionar la naturaleza
de la cédula catastral, del registro de vivienda principal o de las solvencias
municipales sino atacar las conclusiones a las cuales arriba el sentenciador,
específicamente cuando establece “…la falta de cumplimiento en la entrega
oportuna de tales solvencias conforme a la convención…” a partir de la
información que se desprende de tales probanzas. De allí que tal como se
expresó anteriormente sí hubo incumplimiento en la entrega de tales
solvencias y demás recaudos tal como se verificó de las actas del expediente
antes relacionadas.
 
En consecuencia de todo lo anterior, la Sala desestima las
denunciad de silencio de pruebas y error de valoración, así como de
infracción del artículo 7° de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos. Así se establece.
 
II
 
Al amparo del ordinal 2° del artículo 313 en concordancia con el
artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, el formalizante denuncia
que la sentencia impugnada incurrió en error de interpretación del artículo
1.359 del Código Civil, fundamentando su delación de la siguiente manera:

 
“Puede apreciarse que la parte demandante en la fase probatoria
aportó marcado ‘F’, un instrumento público que llamó de préstamo
hipotecario, que corre agregado a los folios 83 y siguientes del
expediente, sobre cuyo contenido la alzada se limitó a decir lo
siguiente:
‘…En el capítulo tercero, promovió Marcado ‘F’ (f. 83 al 97),
Documento de Préstamo Hipotecario, autenticado por ante la
Notaría Pública Interna del Banco Industrial de Venezuela en
fecha 1.2.2007, luego protocolizado por ante la Oficina
Subalterna de Registro del Tercer Circuito del Municipio
Libertador del Distrito Capital. Dicha documental fue
presentada a la parte demandada la cual no impugnó ni tachó
de falso en su oportunidad procesal correspondiente, razón por
la cual es legal de conformidad con lo establecido en los
artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil en concordancia con
lo estipulado en el artículo 429 del Código de Procedimiento
Civil.
Asimismo, es pertinente por cuanto se desprende del mismo
la voluntad de la parte accionante de cumplir cabalmente
con los requerimientos necesarios para la venta definitiva
del bien inmueble, razón por la cual  se le otorga pleno
valor probatorio y así se establece …”.
El caso es, que el sentenciador no se percata de dos importantes
detalles en referencia a este documento, el primero, que éste
solamente fue otorgado ante un Notario Público, y no ante un
Registrador; y el segundo, que tal documento no es firmado por los
demandantes, sino solamente por un funcionario del ente
denominado Banco Industrial de Venezuela.
…Omissis…
El caso es, que si la recurrida pretendía valorar este instrumento de
acuerdo a la regla que en el mismo fallo se señaló y que es la
recogida en la antes transcrita norma, no podía extraer de ella
conclusiones inciertas, y debía antes que nada, observar que tal
documento no fue suscrito ni firmado por los demandantes, sino
únicamente por un funcionario de una entidad bancaria, de manera
que jamás podría interpretarse que no habiendo los actores
participado en su formación, hubiera podido extraerse del mismo la
acreditación del cumplimiento, de su parte, de los requerimientos
necesarios para la venta del inmueble. En otras palabras, lo único
que la alzada podía concluir del análisis de tal instrumento, al
aplicar correctamente su regla de valoración, era que el Banco
Industrial de Venezuela lo había suscrito, pues solamente de tal
hecho jurídico hay constancia, y es solamente tal evento el que el
funcionario público declaró haber visto u oído, de manera que
extender esa apreciación a la adopción de una conclusión ajena al
contenido de la norma violentada, esto es, entender que de          la
lectura de ese instrumento se demuestra que             los
demandantes cumplieron sus obligaciones contractuales sin ser
parte del mismo, es sin duda interpretar equivocadamente el
artículo 1.359 del Código Civil…”. (Subrayado y negrillas del
formalizante).
 
                De la denuncia parcialmente transcrita se observa que el
formalizante delata el error de interpretación por cuanto afirma que “…en la
fase probatoria la parte demandante aportó marcado ‘F’ un instrumento
público que llamo préstamo hipotecario…”, respecto de lo cual “….el juez
superior no se percata que sólo fue otorgado ante un notario público y no
ante un Registrador y que el referido documento no está firmado por los
demandantes, sino sólo por un funcionario de Banco Industrial de
Venezuela…”, de allí que el juez ad quem sólo podía extraer “…la siguiente
conclusión que el documento no está firmado por los demandantes, sino sólo
por un funcionario de la entidad bancaria, de manera que jamás podría
interpretarse que no habiendo los actores participado en su formación,
hubiese podido extraerse… la acreditación del cumplimiento de sus
obligaciones contractuales…”.
 
Para decidir, la Sala observa:
 
                Al respecto de los argumentos ofrecidos por el formalizante para
sostener su denuncia de error de interpretación de las reglas de valoración del
documento público, esta Sala considera importante definir los supuestos bajo
los cuales se configura éste, para luego distinguirlo del error en la valoración
de la prueba; asimismo, será necesario transcribir la decisión recurrida con el
objeto de constar si se produjo la infracción delatada.
 
             En este sentido, cabe destacar que el error de interpretación se
produce en la labor de juzgamiento de la controversia, especialmente por la
falta que puede cometer el juez al determinar el contenido y alcance de una
regla que fue correctamente elegida y aplicada para solucionar el conflicto
surgido entre las partes, bien sea en la hipótesis abstractamente prevista en la
norma, o en la determinación de sus consecuencias jurídicas, esto es, “…
cuando no le da a la norma su verdadero sentido, haciendo derivar de ella
consecuencias que no concuerdan con su contenido…”. (Vid. Sentencia N°
547 de fecha 6 de agosto de 2012, caso: Smith International de Venezuela
C.A. contra Pesca Barinas C.A.
             En cuanto al error en la valoración de la prueba, esta Sala reedita los
supuestos desarrollados en el capítulo I del recurso por infracción de ley de
esta decisión, en particular cuando se menciona que el referido error se
produce cuando son quebrantadas las normas que la regulan, por ejemplo, la
tarifa legal de determinada prueba, como puede ocurrir con las reglas del
instrumento público, contenida en el artículo 1.359 del Código Civil.
 
             En cualquiera de los casos antes señalados, cabe reiterar que
constituye un presupuesto de procedencia de tales errores, que los mismos
hayan sido determinantes en el dispositivo del fallo, tal como lo exige el
último aparte del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil. 
 
             Como puede observarse de todo lo anterior, el error de valoración o
apreciación de la prueba es autónomo e independiente del error de
interpretación; respecto del cual como se explicó, constituye estrictamente un
error de derecho en el juzgamiento de fondo de la controversia, mientras que
si lo pretendido es atacar la apreciación que realizara el juez de una prueba,
sin duda la denuncia debe estar enfocada en este último sentido.   
 
             Ahora bien, en el presente caso la Sala observa que el recurrente
argumenta que “…el demandante en la fase probatoria aportó marcado F un
instrumento que llamó crédito hipotecario…” pero “…es el caso que el
sentenciador no se percata de dos importantes detalles… el primero que fue
otorgado ante un notario de la Notaría Interna del Grupo Financiero del
Banco Industrial de Venezuela C.A… y segundo que el documento no está
firmado por los demandantes…” de allí que “…al estar firmado sólo por
funcionarios de la entidad financiera… jamás podría interpretarse …o
extraerse el cumplimiento… de los requerimientos necesarios para la venta
del inmueble…”.
 
Como puede evidenciarse, lo pretendido por el formalizante es
plantear el error en la valoración del instrumento marcado “F”, de manera
que esta Sala en obsequio a la tutela judicial efectiva procederá a conocer
esta denuncia en estos términos.
 
             Sobre el particular, la Sala pasa a transcribir la parte pertinente de la
decisión recurrida con el objeto de revisar la apreciación que hiciera el juez
respecto del referido documento marcado ‘F’. Así, el juez ad quem estableció
lo siguiente:
 
“DE LAS PRUEBAS
La parte actora junto al libelo de la demanda presentó:
…Omissis…
En el capítulo tercero, promovió Marcado “F” (f. 83 al 97),
Documento de Préstamo Hipotecario, autenticado por ante la
Notaría Pública Interna del Banco Industrial de Venezuela en fecha
01.02.2007, luego protocolizado por ante la Oficina Subalterna de
Registro del Tercer Circuito del Municipio Libertador del Distrito
Capital. Dicha documental fue presentada a la parte demandada
(sic) la cual no impugnó ni tachó de falso en su oportunidad
procesal correspondiente, razón por la cual es legal de conformidad
con lo establecido en los artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil
en concordancia con lo estipulado en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil. Asimismo, es pertinente por cuanto se
desprende del mismo la voluntad de la parte accionante de cumplir
cabalmente con los requerimientos necesarios para la venta
definitiva del bien inmueble, razón por la cual se le otorga pleno
valor probatorio y así se establece…”.
 
De la sentencia recurrida parcialmente transcrita, se observa que el
juez superior en relación con el documento marcado “F” atinente al
“Documento de Préstamo Hipotecario” expresó que el mismo “…fue
autenticado ante la Notaría Pública Interna del Banco Industrial de
Venezuela en fecha 1° de febrero de 2007…” en consecuencia, lo aprecia “…
al no haber sido impugnado ni tachado por la contraparte -adquiere validez
para el proceso- razón por la cual es legal de conformidad con lo establecido
por los artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil”, en consecuencia el juez
estableció que de éste “…se desprende… la voluntad de la parte accionante
de cumplir cabalmente con los requerimientos necesarios para la venta
definitiva del bien inmueble…”.
 
A propósito de lo anterior, la Sala pudo constatar que ciertamente
el instrumento al que se hace referencia no contiene la firma de los
otorgantes, capaz de acreditar el cumplimiento per se de las obligaciones
económicas contenidas en el contrato, pero sin duda el mismo revela el
estadío de un trámite administrativo tendente a cumplir con tales
obligaciones.
 
En efecto, el documento de crédito es presentado ante un órgano
denominado Notaría Pública Interna del Grupo Financiero del Banco
Industrial de Venezuela, y específicamente ante un notario para dar certeza,
entre otros, de la elaboración del documento definitivo de compra venta y de
la fecha de presentación, de manera que si bien no puede calificarse como un
instrumento público strictu sensu y en consecuencia asignarle la tarifa legal
correspondiente, no obstante esto no quiere decir, que el mismo no tenga un
valor para el proceso, pues, sin duda el objeto de dicha probanza no es
acreditar el negocio jurídico allí contenido, sino aportar elementos de
convicción en relación con la diligencia de los interesados en la consecución
del crédito, para honrar oportunamente las obligaciones económicas suscritas
mediante la respectiva opción de compra venta.
 
Evidentemente, el documento no puede dar fe de la compra venta o
de su concreción, pero sí puede acreditar el estado del trámite del crédito
hipotecario, en la consecución de los recursos necesarios para el
cumplimiento de las cláusulas económicas.
 
Por lo tanto, cuando el formalizante argumenta que “…del
documento no podía extraerse conclusiones inciertas … pues únicamente
aparece suscrito por un funcionario del Banco… jamás podría interpretarse
que no habiendo los actores participado en su formación… pudiera
extraerse  la acreditación de cumplimiento de su parte…”, tal afirmación
carece de sustento, máxime si se parte de que la obtención de un crédito
hipotecario ante una entidad financiera para la adquisición de vivienda, no se
otorga de manera espontánea sino previa solicitud y acreditación oportuna
por parte del interesado de todos los requerimientos económicos, financieros,
administrativos y conexos exigidos por dicha entidad.
 
En consecuencia, si bien es cierto –se insiste- que tal
documento “…de crédito hipotecario…” no puede ser calificado de manera a
priori como un instrumento público strictu sensu, sin embargo, no puede
negarse su naturaleza documental capaz de acreditar las gestiones realizadas
por los opcionados, en la consecución de los recursos pactados para dar
cumplimiento a la opción de compra venta, y particularmente del status, del
trámite que se venía realizando, razón por la cual aun cuando existe el error,
éste no altera el dispositivo del fallo.
 
 
Por todo lo anterior, la Sala desestima la denuncia de infracción del
artículo 1.359 del Código Civil. Así se establece.
 
III
 
Con fundamento en el ordinal 2º del artículo 313 en concordancia
con el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, el formalizante delata
que el juez superior incurre en la falta de aplicación de los
artículos 431 eiusdem, 1.371 y 1.372 del Código Civil, así como la falsa
aplicación de los artículos 444 del Código Adjetivo, 1.363 y 1.364 del
referido Código Civil, y para soportar su denuncia alega lo siguiente:
 
 
“Efectivamente, la recurrida al valorar los medios instrumentales
de prueba que los demandantes aportaron en la etapa probatoria, y
en específico, el que acompañaron marcado con la lera ‘G’, que
riela a los folios 99, 100 y 101 del expediente, expresa lo siguiente:
'Marcado ‘G’, (f. 98 al 100), comunicación dirigida al
Vicepresidente de crédito hipotecario del Banco Industrial de
Venezuela…'
…la alzada concluye que de tal instrumento se demuestra la
voluntad de los actores de cumplir con sus obligaciones
contractuales, valorando éste como un medio instrumental privado
emanado del demandado, el cual no fue desconocido.
Pues bien, al entender la recurrida que este recaudo, que en
realidad es una misiva dirigida por los mismos demandantes a un
tercero, debía reputarse como un instrumento privado que se le
opuso al demandado y que quedó reconocido, se infringieron los
artículos 444 del Código de Procedimiento Civil, y 1.362 y 1.363
del Código Civil, todos por falsa aplicación, puesto que todas esas
normas regulan la valoración del instrumento privado que una parte
le opone a la otra como emanada de ella, y en este caso el
documento equivocadamente valorado es una misiva dirigida por
los actores a un tercero, es decir, el juez aplicó a esta situación
unas normas de valoración que no prevén este supuesto en su
estructuración fáctica.
Asimismo, al no percatarse la recurrida que realmente esta prueba
era una carta misiva dirigida por una de las partes litigantes a un
tercero ajeno a la litis, dejó de aplicar los artículos 431 del Código
de Procedimiento Civil, y 1.371 y 1.372 del Código Civil, normas
estas que exigen que cuando una prueba emana de un tercero, debe
ser ratificada en juicio por vía testimonial, aunado a que si ésta es
una carta misiva no emitida y recibida entre los mismos litigantes,
debe el tercero que la suscribe autorizar expresamente su
presentación en el juicio en el cual aquél no es parte….”.
 
 
                De la denuncia parcialmente transcrita, se observa que el
formalizante delata expresamente la falta de aplicación de los artículos 431
del Código de Procedimiento Civil, 1.371 y 1.372 del Código Civil, y la falsa
aplicación de los artículos 444 del Código Adjetivo, así como de los artículos
1.363 y 1.364 del referido Código Civil, por cuanto afirma que el juez
superior se equivoca al valorar el instrumento marcado “G” “…como un
instrumento privado emanado del demandado que no fue desconocido…”,
toda vez que este contiene en realidad “…una misiva dirigida por los
demandantes a un tercero –Vicepresidente del Banco Industrial de
Venezuela-… ajeno a la litis… de modo que debía ser ratificada en juicio
mediante prueba testimonial…” y no “…tratarla como un instrumento
privado reconocido entre las partes…”. De allí que “…aplicara falsamente
los artículos -supra indicados- 444, 1.362 y 1.363…“.
 
                Para decidir, la Sala observa:
 
                Al respecto de la denuncia de falsa aplicación de los artículos 444
del Código de Procedimiento Civil, 1.362 y 1.363 del referido Código
sustantivo, contentivos “del reconocimiento de instrumentos
privados”, definición y efectos frente a terceros de tales instrumentos,
respectivamente; y de falta de aplicación del artículo 431 del referido Código
Adjetivo contentivo del establecimiento de los documentos privados
emanados de terceros, esta Sala estima importante desarrollar en primer
orden, los presupuestos bajos los cuales tales errores se configuran, para
luego transcribir la sentencia de alzada a los efectos de revisar si se produjo
la infracción delatada, así como su trascendencia en la controversia.
                En cuanto a la falta de aplicación, la Sala ha indicado que ésta se
produce cuando el juzgador niega la existencia o la vigencia de una norma
dispuesta para resolver el conflicto. Sobre el particular, esta Sala se ha
pronunciado de manera reiterada, al señalar que “…si la denuncia está
referida al vicio de falta de aplicación de una norma jurídica, es porque
ésta, aun cuando regula un determinado supuesto de hecho, se niega su
aplicación o subsunción en el derecho, bien porque el juez la considera
inexistente, o por desconocimiento de su contenido, o porque presume que no
se encontraba vigente, aun cuando ella estuviese promulgada o no hubiese
sido derogada. Esta omisión conduce a la violación directa de la
norma, pues, bajo este supuesto, la situación sometida a conocimiento, ha
debido ser decidida de conformidad con el precepto legal que efectivamente
planteaba la solución y que el juez respectivo no aplicó…”. (Vid. Sentencia
N° 754 de fecha 4 de noviembre de 2012, caso: Ana Ramona Montoya de
Hernández contra Alejandro Guillermo Jiménez).
 
Por su parte, la falsa aplicación se produce cuando el juzgador
incurre en una falsa relación entre los hechos contenidos en los autos y los
previstos como supuesto de la norma jurídica que se aplica, es decir, cuando
el juez aplica una determinada norma jurídica a una situación de hecho que
no es la contemplada en ella (Vid. Sentencia N° 184 de fecha 28 de junio de
2013 caso: Comunidad de Propietarios del Centro Plaza contra Escritorio
Inmobiliario Plaza 10 C.A.).
 
                En el presente caso, se observa que el formalizante delata, entre
otras, la infracción de las reglas atinentes al establecimiento de los
documentos privados emanados de terceros, específicamente por cuanto en
su criterio el juez superior no ha debido “…concluir que como el documento
no fue desconocido por el demandado… demuestra la voluntad de los actores
de cumplir con sus obligaciones…”.
 
                Al respecto, es importante revisar la decisión recurrida a los
efectos de constatar el error denunciado y su influencia en la correcta
resolución de la litis. Así, el juez superior estableció lo siguiente:
 
“DE LAS PRUEBAS
La parte actora junto al libelo de la demanda presentó:
…Omissis….
Marcado ‘G’, (f. 98 al 100), Comunicación dirigida al
Vicepresidente del Crédito Hipotecario del Banco Industrial de
Venezuela, Vicepresidente Andrés Galíndez. Dicho instrumento
fue presentado a la parte demandada y por cuanto no manifestó su
reconocimiento expreso o negación formal en su oportunidad
procedimental correspondiente, es legal de conformidad con lo
establecido en los artículos 1.363 y 1.364 del Código Civil en
concordancia con lo estipulado en el artículo 444 del Código de
Procedimiento Civil. Asimismo, es pertinente por cuanto del
contenido del mismo, se desprende la voluntad de los accionantes
de dar cumplimiento a la cláusula quinta del contrato de opción de
compra-venta, en el sentido que le explican al Vicepresidente el
motivo por el cual no se ha perfeccionado la venta del bien
inmueble objeto de la presente controversia, razón por la cual se le
otorga pleno valor probatorio y así se establece”.
 
                De la sentencia recurrida parcialmente transcrita, se observa que el
juez superior trató la comunicación “…dirigida por los actores al
Vicepresidente de Crédito Hipotecario del Banco Industrial de Venezuela,
Vicepresidente Andrés Galíndez…”, como si se tratara de un instrumento
privado que comprendía a ambas partes del juicio, cuando establece que “…
fue presentado a la parte demandada y por cuanto no manifestó su
reconocimiento expreso o negación formal en su oportunidad... es legal…”,
no obstante, la Sala observa que el referido artículo 431 denunciado no
resulta aplicable en este caso, toda vez que la comunicación no emanaba del
tercero sino que iba dirigida a éste.
 
             En efecto, cabe precisar que los artículos 1.371 y 1.372 del Código
Civil, atinentes al establecimiento y apreciación de las cartas misivas y de los
requisitos de validez para que éstas puedan ser producidas en juicio,
respectivamente, presuponen por una parte que la misiva que se pretende
incorporar esté dirigida por una de las partes a la otra, y siempre que en ésta
conste la obligación de que se trate a algún hecho controvertido, y el segundo
de los artículos mencionados dispone que no puede requerirse la presentación
de una carta dirigida a un tercero por alguno de los interesados en juicio, o
por personas extrañas, si el tercero y el autor de la carta no presenta su
consentimiento para ello, respectivamente.
 
             Como puede observarse de los artículos referidos no estamos en
presencia de una misiva dirigida por una de las partes a la otra, y tampoco
frente a una carta que cuenta con la autorización del tercero para ser
presentada en juicio,  por el contrario estamos en presencia de una simple
misiva elaborada de manera unilateral por los actores en fecha 22 de mayo de
2007, es decir, posterior a la introducción de la demanda y dirigida a un
tercero, la cual se circunscribe a narrar los distintos eventos ocurridos y que
han impedido la liquidación del crédito.
 
                Por su parte, los artículos 444 del Código de Procedimiento Civil,
1.363 y 1.364 del Código Civil, contentivos del reconocimiento del
instrumento privado cuando emana de determinada parte y se quiera hacer
valer contra ella, el valor probatorio del instrumento privado reconocido y
del procedimiento para obtener su reconocimiento, requieren que tal
“instrumento privado”   emane de la parte contra la cual se quiera oponer sus
efectos, y como quiera que la prueba en cuestión es una misiva dirigida   a un
tercero tales normas no resultan aplicables en la causa. De allí que,
ciertamente tales reglas no resulten aplicables al caso. 
 
                En todo caso, tal como se ha referido en los capítulos precedentes
del recurso por infracción de ley de esta sentencia, las denuncias
comprendidas en este supuesto deben ser determinantes en el cambio de
dirección de la litis so pena de que sean desestimadas.
 
                Efectivamente, para saber si una determinada prueba tiene
influencia directa en la causa, es importante revisar los principios de
pertinencia y conducencia o idoneidad de éstas, a los efectos de acreditar los
hechos alegados por las partes. En este sentido, será conducente si sirve de
vehículo para trasladar los hechos a los autos, es decir, para demostrar la
pretensión; y será pertinente si existe coincidencia de los hechos objeto de la
prueba con los controvertidos, pues de lo contrario carecerá de valor para el
proceso, aun si pretenden sumar hechos indirectos que no aportarán mayores
elementos de convicción al juez.
            
             Lo anterior resulta importante en este caso, pues debe  considerarse
la pertinencia y congruencia de dicha prueba con los hechos controvertidos,
máxime si del resto de las pruebas válidamente aportadas al proceso,
verbigracia las constancias de las solvencias de impuestos y pagos de
servicios públicos, así como de los trámites directos del crédito hipotecario,
guardan relación directa y son capaces de demostrar los hechos
controvertidos.
  
                En virtud de todo lo anterior, la Sala advierte que el error delatado
no resulta determinante en el dispositivo del fallo, toda vez que la
comunicación dirigida por los actores al Vicepresidente de Crédito
Hipotecario del Banco Industrial de Venezuela contiene en esencia una
relación de los distintos eventos ocurridos por los cuales aún no se ha
liquidado el crédito hipotecario, de allí que ésta individualmente considerada
no constituye una prueba idónea para acreditar cumplimiento o no de las
obligaciones demandadas.
 
                Pues, si bien es cierto que tal misiva no puede ser considerada tal
como lo afirmó el juez ad quem “…prueba de la voluntad de los accionantes
de dar cumplimiento a la cláusula quinta del contrato de opción de compra-
venta…”, no debe obviarse que del resto de las pruebas válidamente
aportadas al juicio, verbigracia el “Documento de Préstamo Hipotecario
marcado F” o de los recaudos y solvencias del inmueble, entre otros, se
constató por una parte “…la voluntad de la accionante de cumplir
cabalmente con los requerimientos para la venta definitiva…”, y por la
otra “…que el demandado no probó nada que le favoreciera sobre la entrega
oportuna de los documentos relativos al inmueble…”, de allí que, tales
conclusiones resulten acertadas.   
 
                Por todo lo anterior, la Sala desestima la denuncia dado que el
error delatado no modifica el dispositivo del fallo. Así se establece.
               
 
DECISIÓN
 
Por todas las razones antes expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela por autoridad de la ley, declara SIN
LUGAR el recurso de casación anunciado y formalizado por la parte
demandada contra la sentencia dictada el 8 de febrero de 2013, por
el Juzgado Superior Séptimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Se condena al recurrente al pago de las costas procesales del
recurso, de conformidad con lo establecido en los artículos 247 y 320 del
Código de Procedimiento Civil.

 
Publíquese y regístrese. Remítase el expediente al tribunal de la
causa, Juzgado Cuarto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas.
Particípese dicha remisión al juzgado superior de origen, de conformidad con
lo establecido en el artículo 326 del Código de Procedimiento Civil.
 

Dada, firmada  y sellada en  la  Sala  de  Despacho  de  la  Sala de
Casación  Civil  del Tribunal  Supremo  de  Justicia,  en   Caracas,  a  los 
veintisiete (27) días del mes de noviembre de  dos mil trece. Años: 203º de
la Independencia y 154º de la Federación.
 
Presidenta de la Sala,
 
 
__________________________
YRIS PEÑA ESPINOZA
 
 
 
Vicepresidenta-ponente,
 
_____________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
                                       
 
 
Magistrado,
 
 
 
____________________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ      
                                                   Magistrada,
 
 
_____________________________
AURIDES MERCEDES MORA    
 Magistrada,
 
 
______________________
YRAIMA ZAPATA LARA
Secretario,
 
 
________________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
Exp. Nro. AA20-C-2013-000299
Nota: Publicado en su fecha a las
 
Secretario,
 
 
 
 
 
 
                  El Magistrado Luís Antonio Ortíz Hernández, aun cuando
comparte la declaratoria sin lugar del recurso de casación ejercido, consigna
el presente “voto concurrente” al contenido de la anterior decisión, de
conformidad con lo previsto en el artículo 104 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia y en el artículo 62 del Reglamento Interno del
Tribunal Supremo de Justicia, con fundamento en las siguientes
consideraciones:
 
                Quien disiente, comparte la decisión suscrita por la mayoría que
declara “sin lugar” el recurso anunciado y formalizado por la demandada,
pero, considera que no han debido acumularse denuncias,  esto con base a
que no menos importante que el fondo lo es la forma. Si bien los nuevos
postulados constitucionales nos obligan a apartarnos de formalismos no
esenciales ello no debe constituirse en excusa para destruir las formas que
durante el tiempo ésta Sala ha desarrollado en la confección de sus
decisiones y allí es donde se encuentra el efecto práctico de la separación de
la resolución de las denuncias planteadas.
 
                   Tradicionalmente los Magistrados que componemos ésta Sala, al
momento de elaborar nuestros proyectos de sentencia, hemos agrupado
denuncias dirigidas a plantear el mismo vicio, por lo que no comparto la
acumulación de la segunda y tercera denuncia de actividad, las cuales, si bien
puedan tener similar fundamentación atacan vicios distintos como lo son el
vicio de inmotivación y el de petición de principios. Tampoco comparto la
acumulación de la primera denuncia de fondo dirigida a atacar un presunto
silencio de prueba y la segunda dirigida a atacar una regla de valoración de
los documentos administrativos.

Por las razones anteriormente señaladas, considero que ésta Sala de


Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, ha debido conocer cada una
de las denuncias planteadas separadamente.

 
     Queda así expresado el voto concurrente del Magistrado que
suscribe.

 
     Fecha ut supra.
 
Presidenta de la Sala,
 
 
_________________
YRIS PEÑA ESPINOZA
 
Vicepresidenta,
 
 
_____________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
 
 
                                                                                          Magistrado,
 
 
 
__________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
                                               
Magistrada,
 
 
 
______________________
AURIDES MERCEDES MORA
Magistrada,
 
 
 
_______________________
YRAIMA ZAPATA LARA
 
Secretario,
 
 
 
 
_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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