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E L IN T E R R E G N O
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trágico cómico satírico narrativo sentencioso didáctico heroico lírico
duda, puesto que no me parece cierto que cada especie de modo pase por
cada especie de medio, o que pase por cada especie de materia»13. En un
segundo estadio se tratará, pues, de ver a cuáles de entre estas combina
ciones aritméticas posibles corresponden determinados géneros literarios
empíricos. De ese modo constata que la combinación de la palabra sola
con el modo no da lugar más que a un único género, la epopeya, que co
rresponde a la combinación de la palabra con el modo mixto. Y esto por
dos razones: por un lado, el único género que sólo recurre a la palabra es
la epopeya; por otro, la epopeya obedece al modo mixto. Las demás po
sibilidades de combinación entre la palabra sola y el modo son, por tan
to, casillas vacías. Francois Leclercle demostró, por lo demás, que Cas-
telvetro amalgama las categorías del medio y del modo: a cada categoría
del medio hace corresponder un solo modo. D e ahí que las combinacio
nes del medio con el modo queden reducidas a cinco clases efectiva
mente existentes en vez de las quince posibles; de parecida manera, las
combinaciones del objeto con el medio y el modo se reducen a quince
en vez de a cuarenta y cinco. No tenemos la intención de entrar a dis
cutir el sistema de Castelvetro, y si lo hacemos es únicamente para hacer
notar dos cosas. Por una parte, sobrepasa el ámbito poético propiamen
te dicho, puesto que el género determinado por el ritmo solo es la dan
za, lo mismo que el ritmo y la armonía dan lugar a la música. Por otra
parte, y eso es lo más importante, el doble proceder de Castelvetro, cálcu
lo abstracto por un lado, puesta en correspondencia de las posibilidades
calculadas con los géneros instituidos por otra, muestra palpablemente,
inclusive el hecho de sus casillas vacías, el estatus radicalmente distinto
de las intersecciones definidas estructuralmente y de los géneros litera
rios instituidos que vienen, o no, a alojarse en tales espacios. Castelvetro
puede que sea un clasificador loco, pero permanece fiel al proceder es
tructural de Aristóteles.
b) La enumeración empírica. Muy extendida durante la Antigüedad,
la volveremos a encontrar una vez más en el Renacimiento y en la Edad
Clásica. Contrariamente al sistema en árbol o a la combinatoria, que pre
suponen una toma de conciencia mínima del estatus de las categorías ge
néricas, la enumeración empírica se contenta con aceptar esas categorías
como datos evidentes, poniéndolas en relación con los géneros instituidos:
de ahí, por ejemplo, la ausencia de todo cuestionamiento concerniente a
un eventual principio de clasificación. A lo sumo podemos advertir que,
a partir del Renacimiento, es decir, a partir del redescubrimiento de Aris
tóteles, se establece la distinción entre los grandes géneros que son la epo
peya y la tragedia (a los que se puede añadir la comedia) y los géneros me
nores, o sea, todos aquellos de los que Aristóteles no ofrece análisis alguno
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