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EL BARCO

DE VAPOR

ER �1t1rrnbre lobo
de \)LiiijJciJra

Ilustraciones de
Alex Pelayo
El hombre lobo de Quilicura
Pepe Pelayo
!fostr<'!ciones: Alex Pelayo
Dirección de Publicaciones Generales: Sergio Tanhnuz
Edición: Catalina Echeverrfa
0.irección de Arte: Carmen Gloria Robles
Diagramación: Kevln González
Producción: Andrea Carrasco

Primera edición: octubre de 2015


© José Pela.yo Pérez, 2015
© Ediclones SM Chile S.A., 2015
Coyancura 2283, ofidna 203,
Providencia, Santiago de Chile
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Teléfono: 600 38113 12
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Registro de edición: 259.003
[SBN: 978-956-349-909·4
impresión: Quadgraphics Chile S.A.
Av. Gladys M.irín Millie 6920, Estación Central
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160952
SE APOSTÓ JUI"-.JTO A LA PUERTA de la entradíJ
principcd para tratar de detene1; o al menos detnorar,
al denwnlo cuyas enibestidas hadan estremecer la
madera de la puerta. En sus oídos sonaban como eco
los resoplidos de la bestia.
De pronto la puerta cayó y apareció el monstruo,
híbrido de honibre y buey. Em el instante que dehf,J
aprovechar. I"or eso lanzá con toda sufuerza la peloto
de büÜmce.�to, como lo hubiera hecho J11son Iúdd .w
jugadorfavorito de la fv/3.fi antes, o IVlarw Ginóbili,
su ídolo despué:,� o .leBron James, su preferido en la
actualir.:íad� en un dec1ú1Jo tiro de tres puntos antes
de sonar el pito jinal del juego. La pelota pegó entre
los cuernos del atacante, exactamente donde se les
da·va la puntilla a las pobres reses en· los nwtacleros,
haciéndolo caer al piso, cmno un toro [[n plaza de li­
c!t'a. Sin embargo, no contó con la descomunalfuerza

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de aquel Mt"nobuey que se levantó amenazante, gol­ su edad-, ver el can1pe(>nato de la NBA; leer,
peando varias veces con su pata delantera el suelo en pero solo libros policiales, porque poseía una
se1íal de ataque. Entonces, ton lafi,ná de ... innata habilidad para la deducción y la investi­
-¡Rickyl ¡Ricky� despierta! -escuchó una lsación en general y, por supucsto. las b.roma�:. Se 1

voz conocida, al 1nismo tiempo que sentía unas pas��ba rn:ucho tic111po creando y practicando d
punzadas extrañas en su abdomen. arte de hacer brornas, sobre todo con su primo
El niño abrió los ojos y lo primero que vio Dante, un ser muy inocentón, grave y confiado,
frente a él fue a un par de bueyes, a un costado J
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l· r.1ea .. . ..JXDO
-
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"\i, "lCUlTla.
al pri1no Dante hablándole y al perro Shogún, -Pues deben1os .ir, porque quedainos en que
el cual lo pinchaba con una ramita que sostenía en el almuerzo le pediríam.os permiso a los abue­
entre sus dientes. Entonces recordó cómo se ha­ los para pasarnos varios días pintando y arre­
bía dormido debajo de aquel nogal, observando glando n1i oficina de (�yilicura.
cómo engullían lentarnente d pasto aquellas -ul\lh oficina de Qülicura"
bestias de tracción de su abuelo, ya casi olvidadas -lo imi.tó el niño, bur- ...--\"""·"1,-.
a causa de los modernos tractores. H.ndo:;;;; de su prin1(\
t� ( �"1' ()

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I .,:;,;,,.:··· 1.íf·
-Vamos, niño flojo y haragán -bromeó con y oe;;pues se 1;uzo . un '/."'°?\:t'Jt·: ,,·J f.'
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dulzura Dante-. Debemos volver a la casa, que poco el enojado-.
��t .��r�::da� o ;-
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ya la abuela llamó para almorzar.
-¡Pero si yo no tengo hambre! -dijo Ricky 0
�7�,a; :��'. rl�
0

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levantándose.

!��::1::i::iª!:::: l.it�t�j.:
111:'

Ricardo Fuenzalida Sotolongo, conocido ca­


riñosan1ente por su familia, sus vecinos y sus
/
\ J 1, I
compañeros de curso como Ricky, era un niño de departamento chico ---·''\\} _::
doce años, hijo de padre chileno y madre cubana. quearrendastepé1ra in- ¡ ,. ,,1
Sus actividades preferidas eran jugar baloncesto ��\.. ,.... .¡¡¡'j:fJ :·'· :·
depen d.1:,:arte d.e los a.b uc- kt't���� �:��· "·1r.�;.: · ·
-a pesar de ser un poquito bajo de estatura para los. ¡l\ mi no rne engaña�:! ·-:.: '"-·'·�-····���.::::,·

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-Te dije que si saqué n1i 1 iccncia como inves­ mismo año (verano allá por estar esa isla en el
tigador privado, tengo que tener una oficina para hemisferio norte), y dicha aventura fue bauti�a­
recibir a mis clientes. da por los medios de comunicaciones cubanos
-Entonces, búscate un lugar para trabajar, no como "En las garras de Los Mataperros".
para vivir -dijo Ricky. En fin, un joven tnenos ágil de mente que su
-Voy a usar el mismo lugar para las dos co­ primito, pero muy protector de este.
sas, porque estoy en1pezando y no tengo dinero -· Oye, Dante, en serio, ¿crees que los abuelos
para rnás. me darán permiso para estar unos días contigo?
Dante Fuenzalida, un joven alto, fuerte, con --¿Por qué no, Ricky? Yo tengo veintiséis
conocimientos de defensa personal y artes 1nar­ años, soy un hombre hecho y derecho, 1nuy res­
cialcs, fue primero guardia de seguridad de un ponsable y puedo cuidarte sin problen1as. Ade­
banco y también cartero de la iviunicipalidad de más, en �ülicura no hay ningún tipo de peligro.
Pirque, pero ahora se creyó el cuento de que tenía Sin dudas, el joven no tenía la menor idea de
talento para ser detective y quiso probar esa pro­ lo que les esperaba.
fesión, sobre todo al verse protagonizando, junto
a su primito Ricky, dos grandes "aventuras poli­
ciacas" 1 una en las vacaciones de. verano del año
pasado, conocida en los n1edios de comunicacio­
nes chilenos co1no el caso de "El chupacabras
de Pirque,,, y que cotno premio por descubrir al
asesíno de animales, Dante se quedó con la cus­
todia de Shogún, un especial n1astín napolitano
con mucho pedigrí; y una segunda aventura en
Cuba, donde llevaron a Shogún a una cornpe­
tencia internacional canina y se lo robaron. Eso
ocurrió durante las vacaciones de invierno de ese

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2

DANTE MIRÓ DE REOJO A RrCKY que andaba


entretenido llevando a Shogún por la cadena y
sonrió. Se pasó ambas manos por la cara y con­
tínuó a1 frente de la caminata por la calle José
Francisco Vergara. Algo incómodo por el calor)
se agachó un poco para mirarse por el espejito de
un auto estacionado y se pasó de nuevo la n1ano
por la amplia frente, con el objetivo de sacarse el
brillo que le producía la transpiración. Su enor­
me frente, o incipiente calva, sietnpre era motivo
de burla de su primo. Se aplastó un poco el pelo.
Pelo cortado bien bajito, casi estilo mílitar. El sol
ya comenzaba a castigar bastante, porque a pe�
sarde estar en pleno abril, aún llegaban días bien
calurosos.
Se detuvieron en la esquina par.a cruzar y en­
trar al supermercado a comprar algo de comida

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para esos días de arreglos en el departa1nento, y
se pusieron a conten1plar a un adolescente que
hacía malabares con unas pelotas, encima de un
1nonociclo, en plena calle, n1ientras el sen1áforo
estaba en rojo.
De improviso un estruendo metálico n1uy
cerca de ellos hizo que Dante se sobresaltara y sa­
liera abrupta mente de sus cavilaciones, al mismo
tic;mpo que el instinto de conservación le hiciera
dar un paso atrás y proteger a los suyos.
Era el primer susto que sentía en (htilicura.
Por suerte no se le ocurrió contar los otros que
vendrían después.
Pasada la primera y breve reacción, los pri111os
buscaron con su nürada el origen de aquel ruido
y vieron un auto color verde oscuro con el tapa­
barro derecho abollado en medio de la calle, en
tanto una camioneta, que arrastraba un trailer
con una embarcación, esquivaba a otros dos ve­
hículos y se alejaba a gran velocidad.
Los ojos de Dante regresaron enseguida al
auto averiado, justo a tic1npo para ver que la
puerta del chofer se abría y, con difi<..--ultad, emer­
gía una señora de unos cuarenta y tantos años, al
parecer atontada por el impacto. El joven pensó
en llevarse de allí a su primo, pero pudo más el
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instinto solidario. Por eso le ordenó a Ricky que
.
rno'.;ayudarla a encontrar 21.ez:i: fresco v. d�scarado
tornara a Shogún de la correa y no se separara de que le abolló su auto y :x� dio a la fuga -proptu;o
él ni un segundo, corriendo enseguida a auxiliar üantc.
a la dama. -¿l'\Io n-¡e digas? -y la mujer le puso aten­
-¿Está usted bien, señora? -preguntó Dan­ ción a aquel joven, por p.rin,era vez--.•�Cómo
te cuando estuvo a su lado, mientras la sostenía piensan hacer eso?
por el codo de su brazo izquierdo_ -\h:rá usted, yo :;oy detective privado y i-;6
-Si ... sí... creo que ha sido el susto más que el córno encontrar a las persona::::. Ade1nás, rne
golpe ... -musitó la mujer a todas luces in1pre­ ;.con1p:aña 1ni prin10 Ricky, que es un genio.
sionada todavía. -Tienen 1a p:::1tente de la can1ioneta, l�no?
-¿�ierc que llame a una ambulancia? -preguntó la darna con 3Jgo r..1e sorna en su en-
-insistió el nuevo detective. tonación,.
-No ... no es necesario... de verdad que estoy -Es verdad que no pude ver la patente ? pero
bien -dijo aproximando su cuerpo al de Dante si rne fijé en el non:1hre y la matrícula. que .::s-·
y aferrándose a su brazo buscando apoyo, por lo tahan ue-rabados en la p·-opa
- de h1 lancha 01ue iba
que este pudo percibir un agradable perfume. sobre el ttailer --re::;pondió Ricky sonriendo--.
-¡Es increible! -· exclarnó la mujer-. ¡Po­ Con csrn: deme:nto� 1 21J.gun�1s indagaciones y u.n
brecitos mis nervios! ¿Puede creer que para mí poco de :;ucrte1 el fugitivo es nuestro en rnuy
lo que chocó con mi auto fuc un barco? poco ucrnpo.
-.Fue una lancha que iba sobre un trailer,quc -¡Vaya! -exclamó la ffrujer9 ahora n1irando
a su vez era arrastrado por una camioneta, seño­ �, Dante de arriba abajo--·. ¡lVüra qué suerte, p3,­
ra -respondió Ricky, llegando · hasta ellos con
Shogún. .....,
... -
rece que me encontré con gente ff1uy astuta!
.
-·tJrac1as, senora.
-lvlenos mal que había una explicación lógi­ -¡QEé jóvenes rnás interes�u1tes he conocido!
c�. Ya me veía con una catnisa de fuerza, je, je... -insistió la rnujer sin poder ocultar su curirnüd:-Y..:l
-Señora, usted disculpe, pero nosotros pode·· v dirieién.dose a Dante, preguntó sonriendo-:
.¡ r:;_) -·

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¿Ta1nbién eres 1nenor de edad? nos pod:ríamos sentar para hablar de negocios?
--No, yo sola1nente -terció el niño y añadió Los primos se n1ira:ron; pero sin de.mostrar las
señalando al perro primero y a su primo des­ ganas de saltar y gritar de alegría al ver frente a
pués-. Shogún tiene tres años que son veintiu­ ellos :m primer caso. Claro� no sabian que pronto
no en edad de perro y el señor acá tiene treinta y se ;;wrepentirían_ de aceptdr d. contrato.
dos años. Fueron H..i cky., Shogún y la darna hacia una
-¿Cuántos? -se asombró Dante, sabiendo C'1. t.
... t.':'! . ,.....
�,',�¡-�r¡
-�---, ,.u. f'fl
-- -- f'C''l
_.-..;o:.� n-
.... ·.11•1's
. 1·1
. _·1- ....
� r"'ll,:,
.... o, ..:.,... , P('"i'{l_
_- J,- .,1.....1(-"
e ..,. [��''"i"/-"' (;"'
,c.1�1 .... �.., ._1}¡
.,.

que solo eran veintiséis-. Pero si. .. ofreció a estacionar d auto de Martha.
-Bueno, lo vas a cumplir a final de año -lo
interrumpió Ricky guiñándole un ojo con com­
plicidad.
-¡Ah, sí! -exclamó el joven a.l darse cuenta
de la mentira, pero sin entender por qué la dijo.
-De todas maneras parecen muy jóvenes,
por lo que me imagino que deben ser inexp ertos,
¿no es cierto? -comentó la dama sin dejar de
sonreír.
-¡Pero puede usted ponernos a prueba y
no se arrepentirá! -soltó Dante, pasándose la
n1ano con rapidez por la frente pata elilninar el
brillo del sudor.
-Miren, chiquillos, de verdad que necesito
un detective para que n1e encuentre algunas co­
sas que tengo perdidas por ahí. Me.llamo Marthi­
ta. Con "h" después de la primera "t". !vlarthita
Pozio y co1no me cayeron bien, los invito. ¿Dónde

18
3

LA MUJER SABOREÓ UN CAFÉ cortado y los prí­


mos sendos jugos de fra1nbucsa.
Ella tenía la piel bronceada, su pelo era casta­
fio, con visos teñidos de rubio y corte escalona­
do a "lo casual". Llevaba una camiseta amarilla
de tirantes ajustada al cuerpo, iba con un short
crernita y en chalas, con suelas altas de corcho y
arriba una tira gorda transparente. En su cuello
lucia una gargantilla bañad� en oro y con circ�n.
Ta1nbién Llevaba aros dorados, reloj deportivo y
una pulsera de bolitas de oro, pero co1no sí fuera
un collar enredado en su antebrazo.
--Bueno, directo a lo que nos reúne -propu­
so la mujer.
-Usted desea que encontren1os al de la ca­
mioneta, ¿no es cierto? -quiso as_egurar Dante
antes de continuar.
-No, quiero otra cosa --respondió ella-.

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-¡l"'�o� no! -saltó la dama arrugando la na­
Resulta que yo pertenezco a una fundación que
riz-. El es una especie de prirno, que por un
se dedica a recolectar dinero para ayudar a los
tie1upo lo he dejado vivir en la casa, en lo que
perros.
decidía su futuro.
--¿Ayuda para perros? -se extrañó Ricky y
-¿y se robó el dinero de este roes? -intentó
Shogún paró sus orejas debajo de la n1esa.
adivinar de nuevo el novel investigador.
-Perros callejeros, abandonados. Yo .soy la
-¡No! Bueno, no sé... el problema es que de­
tesorera de esa fundación. Entonces junto pla­
sapareció con la plata. Y hace dos días que no sa­
ta �cnsuahnente de donaciones de empresas y
bernos nada de éL
p�rtlcuiares y se la envío a nuestra presidenta, 1a
Dante comenzó a sentir esa cos­
señora Kathy.
ouillita en el cstórnaQ·c;. '\l ima-
-¿Caty? -dudó Dante. -i. 0' ¡ A .

ginarsc que este podría ser


-No, Kathy, una gringa avecindada en este
un caso dificil, enredado, y
país porque va a casarse con un chileno.
que ellos rcsolverfan des­
-¿Y le robaron? -trató de adivinar Dante.
pués de tensiones y roisce­
-Escucha) h ndo -ella suspiró ante6 de con-
rios. Por eso miró a Rickv.,
tinuar-. El caso es que yo siempre envío ese
con 1nucho brillo en sus
dinero con Dicguito, un joven que tenía vivien­
OJOS.
do en casa desde hace n1eses y me hacía favores,
-Un n10111ento, sefiora
etcétera.
rvfarthita -dijo el niño,
-Una pregunta, señora... --quiso hablar
girando un poco st1 cuerpo
Dante.
para ponerse de frente a ella
-Dime lvlarthita, por livor.
y 1nirarla bien a los ojos-.
-Bueno, señora lv1arthita, ¿usted y él. .. ? -el
Dí gan1e., toor favor, (�,.,.i por c1ué
joven terminó de explicarse con n1ínüca, unien­ ,
no lo han denunciado a la
do y separando en breves movimientos, los costa­
policfa?
dos de los dedos índices de cada n1ano.

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-Porque 1ni marido es un personaje público,
-I',1o, es un lí bro hueco donde coloco el di­
un prestigioso y exitoso empresario de este país
nero, los papeles y hasta el inforrne 1nensual
y no lo pueden involucrar en ningún escándalo.
-respondió M:arthita-, Es como una cajita
Además, la señora Kathy es la esposa de alguien
que forro con ny Ion corno hacen en las librerías.
demasiado im.portante tan1bién v ni a ella ni a
Y.o solo le cambio la portada con fotocopiJ5 a co­
nuestra fundación nos conviene �nlodarnos con
ese tipo de situaciones. lores de libros.
-Déjeme preguntarle otra cosa, por favor
-¿Cuál erad título del libro en esta oca�.ión?
-preguntó Ricky.
--::-siguió interrogándola Ricky-: ¿esa señora
Kathy recibió el dinero?
-Este rnes era El libro de la selva, de Kipling
-No, yo le pregunté por teléfono y me dijo -respondió ivfartha, y al instante se escuchó un
que no. fuerte suspiro proveniente de abajo de la n1esa,
corno si Shogún recordara con nostalgia esa
-¿El dinero estaba en efectivo? -continuó
el nifio. obra-. Después la señora Kathy tne envía el li­
--Bueno, había de todo: billetes1 cheques, va­ bro ·vacío, yo le cambio la portada y asi...
-Perdón, pero... ¿para qué tanto trabajo?
les vista, depósitos a plazos ...
-Para yo tener una idea: ¿usted hizo un --quiso saber Dante.
-Por dos razones: una� para que Dieguito
paquete, como todos los 1neses, se lo entregó al
o cualquier mensajero nunca sepan lo que va
Dieguito ese/ le dijo que se lo llevara a la presi­
denta? -ordenó la historia el niño--. ¿Fue asi? adentro; y dos, porc1ue es una fonna rni��teriosa.¡
-No, yo todos los meses le envío a la señora de novela de intriga. ¡1v1e encanta! Además. ta�m­
1

Kathy un libro con el dinero adentro. bién da un toque rnás cultu.ral. ¿110 es cierto?
1

-¿Lo pone todo entre las hojas del libro? --Si, claro -aceptó él, sonriendo amable­
-el niño preguntaba y Dante escribía en su cua- mentcj aunque criticando para sí la tontería de
derno de notas, más por pose de profesional, que aquellas rr1ujeres-. Pero díganle una cosa, ¿está
por necesidad. segura de que .Dieguito no sabía del contenido
del libro?
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-No, si él no lee ni las revistas. Es 1nuy in­ cucntren a él, o encuentren <:Jdinero. Preferible­
culto. .mente las dos cosas. Solo para eso.
-Me refería al contenido de dinero, señora -¿,Y cuánto.. ,? -insinuó Dante.
1
f\ Iarthita. -No se preocupen que va a ser más de lo que
-¡Ah, no! lmposible que supiera. No tenía se ímaginan.
cú1no. El joven 1niró a im prirno, como cornmhando�
-¿Élsc llama así? ¿Dieguito? -intervino al y ante la leve afirrnación de cabe2�a que recibió
fin Ricky. del nifio, habló:
-No, se llama Diego Silvar. Yo les dije que era --Híen, aceptaroo!:> ...
prin10 n1ío, pero no es exacto. La madre es An i­ ---Y d primer paso es que nos diga dónde vive
tan1aría Rivíera, una íntima amiga de mi tnamá. él --di jo Ricky.
Dieguitv le salió 1nedio loquillo y travieso, por -Espérense, busco papel y lápiz en mi car­
decirlo de alguna manera, y como el muchacho tera ... Aunque debe de estar en Viña del Mar
abandonó los estudios, llegando a los diecinueve ahora -dijo ella abriendo.su boho.
aflos sin asentar cabeza, Anitamaría y 111i madre -¿Víve en \liña? -quiso saber el niño.
1ne pidieron que lo tuviera conmigo un breve -Bueno, en r�a1idad la residencia permanen-
tiempo en Santiago, hasta que él se encausara por te de los Silvar es por aquí n1.ismo, por Q2=-�ilicura.
el buen ca111ino. -¿Aquí en G:Yilicura? -saltó Dante-.
-Parece que no lo logró, ¿no es así? -co­ ¡(>ué casual idad s en esta con1una tenernos nues­
!nentó Ricky. tr.a oficina! ¡Bien cerca de aquí!
-Yo todavía tengo esperanza de que lo hayan -Sí, aquí viven ellos, pero en un barrio que
raptado o cualquier cosa, menos que se haya atre­ vale la pena, lindo. Pero a veces pasan tempora­
vido a robarme. das en un departarnr:nto que poseen en Viña del
-Bien, ¿y específicamente qué desea de noso­ l\!lar. Por eso ahora están allá.
tros? -la apuró el niño. -Por favor, IVlarthita� si pudiera adelantar no�;
-ivlira, lindo, yo los contrato para que lo en- uno�, billetes, porque como tenemos que viajar y
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esas cosas... --dijo Dante, como avergonzado.
-¡Claro! Les daré un cheque junto con la di­
rección ...
El joven la vio escribir y sintió una infantil
ansiedad, unas ganas enormes de ponerse ya a
investigar. "¡ Un caso de verdad!, ¡el primero de
muchos! '1, se dijo. "Claro, es un sitnple robo, pero
diez veces 1nejor que la ubi.ca(:ión de un chofer
ÜhTA CHAPACON LA IMAGEN de la cabeza de un
en fuga y mil veces mejor que nada'',pensó.
Jobo, �1.dosada al rnarco derecho de la puerta le
Su alegria era tal, que no se dio cuenta de la
dio curíosidad i pero no dijo nada y volvió a tocar
llamada de su instinto, el cual llevaba un buen
el timbre. Ricky y Shogún, a su lado, se rnante­
rato sonando, como una alarmita en su interior.
nían casi inn1óvilcs, envueltos cada uno en sus
pcm;an1icn tos.
Co1no la puerta no �;e abrió ni con el cuarte)
tirnbrnzo, Dant,� cotnenzó a mover de un lado a
otro su cabc:ca, en s�ñal de dc�;aliento por el fra­
caso de su prírncra pe:::cp..ús�t.
Al bajar por las escalera$, con10 prefexía Sho­
gún (en realidad lo ponía de 1nal genio viajar en
ascensor}.�. Ric:ky se le o.-.:urrió una idea al ver al
portero al fin.al del trayecto.
-Señor, por favor, lvio usted salir a Dieguito,
el del trescientos dos? -le preguntó.
--I·,Jo., hoy no lo he visto... -negó el portero
también con la cabeza.

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Y cuando Ricky ya estaba convencido de que
su idea no tuvo éxito, el hombre agregó: · El portero lo observó unos segundos n1ás y,
-Pero casi a n1edíanoche sí lo vi salír y apu :­ co1no le inspiró confianza, confesó:
radísín10. -Debe haber ido a Valparaíso1 al bar de la ca­
Lo tres detu�icron en seco el tnutis que ya lle Cacán.
. _ _ :
m1craoan, sus OJOS se abrieron, sus rostros res­ -¿Cacán? -se extrañó el joven.
plandecieron y una s onrisa se dibujó en las co­ -Bueno, en realidad la calle no se Barna así,
misuras de sus labios. Shogún con1enzó a mover pero en. Valpo todo e1 mundo la conoce de esa
con rapidez su cola mocha. Enton{'es Ricky se manera, porque allí dicen que sale el espectro de
·volvió hacia el e1npleado y le preguntó: u.na mujer con cabeza de perro, asustando a los
-¿No le dijo adónde iba? nrnrineros de los barcos que andaban en d puer­
-No ... ni siquiera 111e vio -trató el portero to y la Harnaban asi: La Cacán, porque dearnbu­
de h�rgar en su n1emor1a-, pero supongo que laba con su Cabeza de can.
haya ido adonde siempre. Shogún se acercó a fas piernas de Dante y se
-¿Sabe usted el sitio que.Dieguito frecuenta acurrucó entre dlas, c1nitiendo un ge1nido agu­
más? -quiso saber Dante. do. Siernpre hacía eso ante las historias de terror,
-¿Para qué lo quieres saber? -se enserió el sobre todo las de fant.:\sma:� de perros.
hombre y arrugó el entrecejo. --¡Cacán! -repitió Ricky, y preguntó ensa­
,.-!'-,!o se preocupe ) amigo -y Dante le pal� yando 1a más ingenua de sus sonrisas-: ¿Seríi
n�e? el hrnnbro al portero-. Dicgui y yo so1nos w;ted tan arnable de indicanne dónde está esa
v1eJos co1npañeros de juergas y carretes en San­ calle y cuál es el nornbrc del bar?
tiago. Lo que pasa es que hace varios días estov Con los datos e indicaciones que le dio el. por­
· aquí, vaca��onando con mi familia, y él me dij; tero, ubicaron fücilmente el sitio donde se refu­
qu e ta�b1en pensaba venir. Pero ahora es que giaba habitualtnente Dieguito cuando venía al
tengo t 1�rnpo para verlo y divertirnos un poco litoral centrat a pesar de que el lumínico con
_
-volv10 a 1nentir, con una sonrisa pícara. el nombre de "La sirenita traviesa" estaba con
• '
vanas letras apagaoas ·1 y l a segund a '�' t .,, n1ed.10
30
31
[,°"'
G,."'¡•,
,.:0·'
desprendida r.obre la estrecha puerta de entrada
¡;l tugurio.
-0--1;!édense aquí, que a estos lugar�s no dejan
entrar niños ni anünales -ordenó Dante y de
mala gana Ricky y Shogún fueron hasta la para�
da de buses a pocos pasos del lugar., para sentan;e
a esperar lo.
I---»11 1'.l'I'E T::;N'I'P o/ B t\ 10' L()" ,;;> 'l'l,' ,·�.1>.::Q
_ ... .&..l • . .•• .t:.,J, ' i.:.... ' =,.., ("<.
-'-. '-, ..,.. ..',_.:.
... l.) f"tl<J.
. n' ec...,. q: llf'.,. d'1-
,�.
baú al salón y tuvo que detenerse unos tninutos
para que sw; pupílaf; r:e adaptaran a la semioscu­
ridad.
Al cabo, y a pesar de la débil luz rojiza que
únicamente iluminaba el casi de�úerto recinto,
pudo divisar, de pie en la esquina de la barra rnás
prÓícima a .la entrada, a una figura fer.o.enina que
mataba su aburrüniento hablándole en voz baja

32
al vaso que tenía delante, cuyo contenído era de sentado en un pequeño sofá de espuma de goma. 1

un sospechoso color rojizo, tal vez por el tono de tornando una cerveza y aplaudiendo a otra rubía
la luz arnbiental, quizás porque ese era el color que bailaba muy 1nal un antiguo rnambo.
·�r· dd · b'" ·
del líquido, o a lo mejor porque estuviera rubori­ .::,1 es ver a que c�:e txpo tam 1en quiere ver
zado por lo que le confesaba la mujer. a Diego� sabe n1uy bien cómo esperarlo,,, exclamó
Era una rubia platinada al estilo de }vladonna, fftentalm.cnte entre sorprendido y divertido.
de edad imposible de adivinar y exageradamen­ Corr10 no quiso ir1a:erru1npirlo1 optó por sen­
te maquillada. El joven se acercó a la mujer y le ta.rse en la barra, pedir un agua mineral y esperar
preguntó sin más preámbulos: a Dieguito, o ver qué hacía el tipo cuando acaba­
-Dígan1e usted, señorita, ¿ha visto a Diegui­ ra d espectáculo.
to por aquí, por favor?
.Nladonna interrmnpió las confesiones, segu­
ran1ente con alivio para el vaso, miró de sosla­
yo al que la interrogara y levantó su cabello con
ambas 1nanos, mientras se volvía de frente a él
para responder:
-Parece que Diego está muy solicitado hoy,
porque hay otro joven que lo anda buscando.
-¿,Qgién lo busca tan1bién?
-Aquel --señaló con un movimiento de
barbilla a una mesa cercana-. Y dijo que si no
venía, lo iría a buscar él mismo.
Dante miró para donde la mujer le señala­
ra, 1nientra� ella reanudaba su monólogo con
el vaso, pero lo que distinguió en la pcnutnbra
fue un joven, de unos diecinueve o veinte años,

34 35
6

DANTE LE HIZO UNA SEÑAL al barman, dejó el


dinero sobre la barra y enrumbó hacia la puer­
ta de salida. Tomando todas las precaudones, les
avisó a sus compañeros de aventura y siguieron
al joven con la mayor discreción posible.
El tipo subió a su Jaguar y partió a gran ve­
locidad, pero por suerte, el semáforo en rojo le
cortó el ünpulso, lo que aprovecharon Dante,
Ricky y Shogún para tomar un taxi en la puerta
del bar y seguirlo.
Llegaron a Viña del Mar en más tiempo de lo
que se imaginaron. El tipo subió por Agua San­
ta hasta un punto en que dejó su auto y co1nen­
zó a caminar. Los primos y el perro hicieron lo
mismo.
La tarde iba cayendo y las sombras comenza­
ban a adueñarse de la casi desierta calle por la
que perseguido y perseguidores ascendían hacia
37
un cerro cercano. En ese instante, un gato muy damente aparecieron de entre las sombras tres
engrifado, chilló al ver al perro y salió huyendo sujetos.
cuando el mastín napolitano se lanzó ladrando -¡Suelten todo lo que llevan o dense ·por
hacia él, arrastrando la cadena con la que Ricky muertos I -gritaron en medio de una sarta de
lo llevaba. El sorpresivo escándalo provocó que palabras subidas de tono.
el tipo se volviera a ver qué ocurría. -· ¡Vengan a buscarlo 1 -respondió el joven,
-¿Por qué me están siguiendo? -gritó en también en ese cono y sin preguntarle a Dante y
tono agresivo y volviendo sobre sus pasos, en me­ a Ricky, que se sorprendieron un poco, pero no
dio de unas cuantas palabrotas. les quedó más rernedio que aceptar la situación.
-No te esta1nos siguiendo .-respondió Dan­ De esta manera y por imprevisible y capricho­
te, algo inseguro. so designio del destino, o por lo que fuere, el tipo
-¿Ah 1 no? -gritó aún n1ás 1nolesto el y los primos que un segundo antes estuvieron a
tipo-. Desde que saü del bar están detrás de 1111. punto de enfrascarse en una pelea, ahora estaban
¿Ustedes creen que soy tonto? obligados a unir sus esfuerzos en defensa de sus
-Lo que pasa es ... este ... -tartamudeó Dante. pertenencias y de sus vidas.
-¡No me mientas! ¿Por qué me siguen? R.icky dio unos pasos hacia atrás y los dos jó­
-gritó d tipo. venes se situaron espalda con espalda y se dispu­
-Porque andamos buscando a Dieguito y me sieron a repeler el ataque de dos de los asaltantes,
dijeron que tú sabes dónde está -explicó Ricky. quienes ya los rodeaban como manada de lobos
-¡No te creo, niño! ¡A 1ní no n1e engañan! al acecho. El tercero) de pañuelo atado en su ca­
-y adoptó posición de combate. beza, se había quedado apartado conte1nplando
Dante no era cobarde, pero c01nprendiendo la todo con los brazos cruzados en su pecho.
inutilidad de liarse a golpes con un desconocido, El primero en lanzarse fue un mocetón de ros­
alzó el brazo derecho en señal de tregua para in­ tro cetrino y con una gorra calada hasta las tu­
tentar darle una explicación convincente al otro. pidas cejas, que estaba por el lado del joven, pero
Intento que fue interrumpido, porque inespera- retrocedió cuando el atacado le largó una patada.

38 39
El otro sujeto se abalanzó contra Dante, pe­ los efectos del alcohol o de otra cosa peor, lo que
gándole un cabezazo en la frente que lo dejó hicieron los antisociales fue reagrupar sus fuer­
aturdido. Por suerte, en ese momento se apareció zas alrededor del hombre del pañuelo en su ca­
Shogún, que había abandonado la persecución beza, el cual mostraba ahora con 1naligno alarde
del gato y al ver la pelea y el peligro que corría una pistola en sus rnanos.
su amo, se lanzó como una fiera a defenderlo, con Pero los su jetos no contaban con un nuevo
unos ladridos que hicieron temblar de terror a invitado. Un estremecedor aullido se escuchó y
los delincuentes, que se tuvieron que replegar. de la oscuridad más profunda de las s01nbras del
Entonces el de rostro cetrino volvió a la carga, cerro hizo su entrada un eno1·me lobo.
pero el joven, nlás libre, giró y le paró el impulso
con su antebrazo izguierdo1 para enseguida po­
ner por delante el puño derecho donde lucía un
anillo con una gran piedra, el cual se incrustó li­
teralmente en plena cara redonda y achatada del
cetrino, haciéndolo caer sentado con expresión
de dolor.
Lejos de an1ilanarlos, la última y frustrada
acción los enfureció más y ahora atacaron al
unísono, pero el joven, se defendió rnuy bien con
tnuchos ganchos y dcrechazos junto a certeras
patadas. Tantos golpes repartió el joven descono­
cido, que hasta un codazo fue a dar a la frente
de Dante, lo que provocó que este abandonara la
pelea por aturdimiento y 1nareos, sentándose ahí
1nis1110 en el suelo.
Pero la calma duró poco. (�izás por estar bajo

40 41
7

LA BEST1A, CON EL PELO erizado y los belfos re­


traídos, fijó sus OJOS amarillo-rojizos en los delin­
cuentes con expresíón de profunda rabia. Unos
segundos después avanzó hacia ellos, provocan­
do la histérica y desordenada huida de los tres,
nüentras el del pañuelo arrojaba su pistola, la
cual se disparó al caer, produciendo aún n1ás te­
rror entre los que se alejaban.
De más está decir que la fuerza y habilidad de
Dante y de Ricky apenas alcanzaba para retener
a Shogún, que con los pelos erjzados y los ojos en
blanco, daba vueltas v, vueltas sobre sí mismo a
rnucha velocidad.
Los primos lograron trasladar un poco el eje
central de las vueltas de su perro, con el objetivo
.de esconderse detrás d.e su compañero de equipo,
al ver cómo la fiera cambiaba de dirección y se
dirigía ahora hacia ellos.
43
---No se preocupen -les dijo el joven son�
riendo-. No es un sin1ple lobo co1no piensan.
-Si no es un lobo, ¿qué es? ¿Un oso polar?
·--dijo Ricky con susto.
-Es un hon1bre lobo, o lobisón, como lo lla­
man -explicó el tipo-.() lobisome, con10 le di­
cen en Brasil.
-¿Y no nos hará nada, dices? -quiso sabe
Dante.
--Nada. Ya verás -contestó el joven-. Yo sé
lo que hay que hacer para dominarlo. Lo llamaré
por su nombre de infancia y lo trataré con mu­
cha dulzura, como a un bebé. i\r1iren ...
El tipo avanzó despacio hacia el lobo, que se
mantenía parado, pero amenazante.
--·Hola, Panchito -le diJo con ternura al ani·­
maL
-Grrrr -el Iobisón le contestó ya con sus
fouces abiertas.
-¿0�1é pasa, Panchín? -insistió el joven,
tan dulce y juguetón como pudo-·. Ven acá Pan··
chirín, nü Panchitintín ... tiiiintínnnn ...
De repente, el terrible animal dio media vu.cl-·
ta y se alejó, perdiéndose en las sombras del ce­
rro. Unos segundos más duraron las vueltas del
n1astin napolitano.

45
Dante y Ric.ky no podían creer lo que veían, 8
ni podían expresarlo, porque las palabras no les
brotaban de sus gargantas, por más que lo inten­
taban. Y cuando lograron vencer aquel estado
de pánico, sucedió otra cosa que no se esperaban
tampoco.

Qy1zÁs POR CAUSA DEL DISPARO casual de la


pistola al caer, o p or la llamada de algún veci­
no, se presentó un auto patrulla, del cual salieron
dos policías apuntándoles a todos con sus armas.
Dante apareció por detrás del joven, junto a
Ricky y Shogún, y levantando los brazos .mur­
muró:
-jAhora sí estamos fritos!
-No te preocupes tampoco -le respondió el
otro en el 1nismo tono y con la misma sonrisa
que antes.
Dante no imaginó que la simple rutina de se­
guirle los pasos a alguien, lo cual prácticamente
era el pan de cada día para un investigador priva­
do, fuera a generar toda una se.ríe de desagrada­
bles sucesos en tan poco tiempo. Pero allí estaba,
después de enfrentar a tres male�·ntes, a un lobo
feroz� adolorida la frente, con los brazos en alto
46 47
junto a un desconocido y frente a dos policías de Siendo blanco de las miradas de todos, la si­
boscas expresiones, que se acercaban apuntándo­ lueta de un individuo alto, aunque algo encorva­
les. "Cuando se enteren lo.s abuelos de esto, sobre do, con los brazos separados del cuerpo, se bajó
todo del peligro en que he expuesto a Ricky, me del vehículo, se acercó a los agentes, se identificó .,
,,
matan", penso. conversaron un poco 1nás y los poiicías regre­
-¡De espaldas y las 1nanos contra la pared! saron al auto patrulla, lo pusieron en marcha y
-gritó un policía, recogiendo el anna que los abandonaron el lugar. Así de sencillo y fácil Sin
pandilleros abandonaron, mientras el otro liega-­ dudas, el hon1bre del 4 x 4 tenía un buen poder
ba hasta los jóvenes y el niño para registrarlos, de convencimiento.
después de ordenarles que abrieran n1ucho sus Se viró para el grupo y le hizo señas al joven
piernas. para que se acercara a él.
En ese instante se escuchó un chirrido de 11eu­ -Espérenme aquí -le dijo a los primos su
n1áticos producto del frenazo de un 4 x 4 gris compañero de pelea.
plateado llegando al lugar, proyectando sobre Fue al encuentro de la silueta recortada por
,:.llos sus potentes luces delantera�, y hasta un par las luces del vehículo, aunque se mantuvo a pru­
de reflectores instalados sobre d techo. dencial distancia,n1ientras parecían discutir algo
que ni Dante ni R1cky alcanzaron a escuchar.
Tenninada la breve charb ) el extraño y temi­
do personaje volvió sobre sus pasos para subir
a la camioneta y sentarse ante el volante. Unos
segundos después, el joven desconocido hizo un
gesto despreciativo hacia el vehículo que se per­
día en la oscuridad de la siguiente cuadra.

49
9

--HNo SIEMPRE VOY A ESTAR detrás de ti" -el


joven hizo una i1nitación del hombre, poniendo
una voz muy grave y una expresión de burla.
-¿Ese quién es? -preguntó Dante, todavía
impresionado, cuando el joven regresó junto a él.
-Es el hombre que mi abuelo emplea para
protegerme. Pero rnejor olvídcnlo.
-¡¿Cómo quieres que lo olvidemos, si pasa­
mos un susto terríble? ! -confesó Rícky.
--No obstante, olvídenlo, les repito. Es un
consejo sano que les doy -dijo el joven.
---Oye, lo siento, pero tengo demasiadas du­
das con todo esto ---insistió el niño.
-Yo les puedo aclarar algunas, pero prünero
me tienen que decir a mí por qué buscan a Die­
guito y por qué saben que yo lo buscaba ta1nbién.
-Bueno, nosotros necesitamos encontrarlo
porque me estafó -mintió Ricky-. Yo confié

51
en él y se perdió con tnis �horros que tenia guar­
-Ca1ni, ¿tú eres pariente de Diego? -dijo
dados en una alcancía para cornprarme un com­
lticky sin darle importancia a la pregunta.
putador. -¿Yo? ¡No! ¿,Estás loco, chiquillo?
-Claro -siguió improvisando Dante-. Yo
-Entonces, ¿por qué sabes todo de su fami-
le prometí a mi primito ayudarloi por eso esta­
lia? -lo cuestionó el niño-. ¿Y por qué Nano
mos en esta ciudad. De ahí que cuando entré al obedece a tu abuelo y te ayuda siempre, como nos
bar y 1ne informaron que tú también habías pre­
l... . ?
c4�re.
guntado por éC te seguiino��- . .
-¡Porque todos ellos son muy atnigos de m�
-Pucs i sí, te dijeron bien. Ese desgraciado le
abuelo v el tata le pide que n1e cuide! ¡Co1no s.1
robó plata a mí familia y, por lo que me dicen
vo fuer� un niño o un anormal! -gritó movien­
ustedes, parece que lo hace con frecuencia, 2,no?
do los brazos con energía.
-y el joven sacó un chicle, rnctiéndoselo en la
-¡Cálmate, cálmate! ¿A ti el chicle te pone
boca sin brindarle a nadie.
belicoso? -bromeó Dante.
-¿Có1no ce llamas? --quiso saber Ricky.
-No, no te preoc..-upes -y comenzó a can1i­
-Camilo Lindisky Pareada, pero todos me
nar·-. ¡Vamost Los voy a llevar a la guarida del
conocen por Caini.
monstruo.
--Oye ) Cami -continuó el niño-, ¿n1e pue­
-¿,A dónde? -saltó Dante.
des decir quién es ese hombre del 4 x 4?
-A donde me dijeron que se esconde nuestro
-En serio, es alguien que mi abuelo tiene
amiguito -sonrió el joven-. Yo estaba dando
para protegerme. El imbécil se lla111a Nano, es un rie1npo para asegurarme que está ahí.
excorond y el mejor dato para ti es que... ¡es el
hermano mayor de Dieguito ! -hizo un globito
con el chicle, recreándose del efecto de su noti­
cia-. Sin embargo, a pesar de ser un perfecto
pesado, e1 tipo en el fondo es buena persona, lo
tengo que reconocer. Por lo menos connügo...

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53
10

·-i\1E PARECE BIEN, pero discúlpame Cami, hay


algo den1asiado extraño en todo esto -insístió
Ricky.
-¿Q.gé cosa?
-¿Cómo es que aparece ese lobo para ayudar-
nos en el momento preciso? ¿()Eé hace el lobo
de Capcrucita Roja en n1edio de Viña? ¿Y cómo
sabías su nombre? ¿Por qué se fue sin atacarnos?
¿Cómo se explica toda esta .locura, Cami? -!o
ametralló con sus preguntas e1 niño.
-¡Cálmate� chiquillo! En este país no hay
lobos, pero sí. hombres lobos -respondió el jo­
ven--. ¿Ustedes no lo sabían?
-¡¿Qyé? ! -exclamó Dante.
-Si eso todo el nn.1ndo lo sabe en Chile, aun-
que no se acepte públicamente-explicó el Ca­
milo-. Ya les contaré sobre ese tema, pero ahora
lo principal es agarrar a Dieguito. ¡Vamos!

55
sin que nos vea el cuidador. ¿De acuerdo, prim i­
-¡Espera! -lo detuvo Ricky por el brazo-.
tos? ¡ Y mantengan callado a ese perro!
Dime una C1ltima cosa: ¿por qué tú sabes tanto de
-No te preocupes -le contestó Dante.
hombres lobos? Ni te asustaste cuando lo viste,
Se dirigieron casi agachados hasta las inme­
y más tarde cuando venía hacia nosotros te diste
diaciones del edificio y se escondieron detrás de
una vuelta y lo llamaste por su nmnbre co1no si
un árbol. La garita se veía alun1brada por una
fuera un bebé. ¿,Me puedes explicar eso también?
triste ampolleta de sesenta watts, pero así y todo
-Esas son cosas que aprendí de niño.Pero ya
se distinguía al vigilante hojeando una revista,
les dije que les contaré. ¡Va1nos, vamos!
mientras escuchaba en la radio un reguetón.
-De acuerdo -aceptó Dante, no 1nuy con­
-¡Vamos, agáchense rnás! -ordenó el joven
vencido y pensando en que de nuevo pondría
en un susurro y avanzó en cuatro patas hacia la
en peligro a Ricky. Se culpó de haber aceptado
garita.
cuando el niño le pidió acompañarlo. Aunque en
-No entiendo para qué ir directo hacia el
�ealidad nunca se in1aginó, ní remotamente, que cuidador, si podemos pasar por detrás de la ga­
iban a estar en rnedio de tiros, peleas, policias, ¡y
rita sin que nos vea -le susurró al oído Ricky a
hasta de hombres lobos!
suprimo.
Guiados por Camilot ascendieron sin dificul­
-No sé -le respondió Dante de igual
tad el cerro, gracias a que la luz blanquecina de
modo-·, Pero sigárnoslo, ya que quizás cono�ca
la luna llena iluminaba el camino.
una vía más cómoda o 1nás segura, qué sé yo.
-Es por aquí -dijo el joven-. Me dijeron
No tuvieron que esperar mucho para enterar­
que el tipo duerme en un edificio construyéndo­
se de lo que tenía en mente Camilo, pues el joven
se, ya casi tern1inado.
se abalanzó hacia el interior con una piedra en la
-Entonces debe de ser aquel -señaló Dante
mano. Enseguida salió sonriente:
hacia un edificio oscuro a media cuadra de ellos !
--A este le venía bien un sucñit9, chiquillos.
cuya silueta se recortaba contra la bahía.
¡ Vamos, antes de que despierte!
-Debe ser, si -dijo Camilo lanzando el chi­
Se dirigió al edificio y los primos lo siguieron�
cle rnascado a la calle-. Ahora hay que llegar
57
56
íntercambiando miradas de preocupación1 por­ se hallaban y le ten,blaron las piernas... Temblor
que al pasar, miraron de reojo hacia la garita y que subió enseguida por su cuerpo al escuchar
vieron al guardia tirado en el sudo con un tre­ un prolongado aullido no muy lejano.
tnendo chichón en la cabeza.
Subieron sigilosamente la escalera sucia y sin
pintar, revisando cada piso con facilidad, debido
a que todavía no habían instalado la8 puertas. Por
suerte, de tramo en tramo habían instalado débi­
les ampolletas incandescentes, pues el ahunbra­
do definitivo aún no estaba dispuesto.
Algo cansados llegaron al piso nueve y ahí fue
donde vieron un pequeño resplandor al final del
departamento de la derecha.
-Espéra111e aquí con Ricky -dijo Dante-.
Yo voy primero a hablar con él.
-No, loquillo, vamos todos juntos -respon­
dió Camilo.
Entraron despacio, en silencio y con n1ucha
precaución. No se habían equivocado. Allí esta­
ba Dieguito, en la senlipenumbra, apoyado a la
entrada del baño (ya tenía construido e instalado
casi todo), algo ansioso eso si, al decir de sus ma­
nos que agarraban y soltaban su ropa repetida­
mente, como sí algo le quemara en ellas.
Ricky se dio cuenta de lo lejos que estaban de
la casa de sus abuelos y del lugar sórdido en que

58 59
11

RICKY REVISÓ CON LA VISTA la guarida de Diego


y observó varías botellas vacías, una radio, unas
tnantas, E1 libro de la selva en un ríncón y, encíma
de una caja de cartón cerrada, estaban unos reci�
pienres plásticos con restos de t.:omida.
Sin dudas, Dieguíto S1lvar tenía pensado es­
conderse allí 1nuy poco tiempo.
-¡Hola,loco! --le dijo Camilo parándose de�
lante ele él.
Del susto, Díeguito palideció y comenzó a
te1nblar aún más. Entonces, esquivando a Carni
intentó huir, pero Dante le cortó el camino.
-· ¿A dónde vas, loco? -el joven del eter­
no chicle en la boca volvió a hablar, girando su
cuerpo-. No sé por qué ese apuro 1 si tenemos
que hablar tanto todavía.
-¿Q__ui. .. quiénes son es ... esta gente? -tar"·
tamudeó Diego señalando a los prirnos.

61
·1
. ... t... an110 .
-¿No 1os conoces ')r -se cxtrano
,.r,
1 m1� dores, mientras se estudiaban para atacarse.
rando a Dante con el entrecejo fruncido. En un instante, encontrándo�e frente al baño
Ricky comprendió que debfa inventar algo, :ün puertJ., Dante intentó co!oca�de una derecha al
por eso se dirigió hacia el libro. n1entón de su contrincante, pero resbaló, perdió
-¿Ya lo leíste, Dicguito? --sonrió, señalán­ d equilibrio y cayó sobre el favarnanos, dándose
dolo-. ¿Te gustó? un golpe en b frente, quedando n1edio noquea­
Diego pensó que aquel niño le quitaría el li­ do. Diego quedó algo confuso, lo que aprovechó
bro y se lanzó sobre éL Pero no contó con la rapi­ Camilo para lanzarle un gancho de arriba hacia
dez de movimientos de Dant•�, que lo inrerceptó abajo por la tnan.díbula ... que hi:io trastabillar .a!
y a1nbos rodaron por el sudo. Cornenzaron a muchacho, lo suficiente para tropezar con la tina
golpean;<::: !;eguido1 pe.ro sin mucho efecto al estar de espaldas� darse u:n golpe fuerte en la cabeza al
uno pegado al otro en un inform.e amasijo. caer en su interi.01\ quedando inmóvil y con las
Camilo disfrutaba el espectáculo con una son- piernas para arriba.
. ·
nsa constante en su rostro1 mientras mtogra e fiaba Dante se rccu.pe.ró, miró a su alrededor, recor­
la pelea con su cdular. Ricky sostuvo bien a Sho­ dó í:odo y al ver a su oponente en la tina, se acercó
gún, el cual comenzaba a dar rnuestras de estar a ··· �,·u...,,t.� d.C)..
c:.L.J·
t:· ·'-·�..

punto de enloquecer -y enloquecer a todos-, ---¿Lo rnata�:te? ---·le preguntó Cami en tono
con sus escandalosos ladridos. irónico.
Al fin los c01nbatientes lo­ Dante le ¿1pretó el cuel.lo a I)ieguito con su
graron ponerse de pie, m.ás dedo índice y �.1 del rnedio para comprobar si es­
arañados y adoloridos por taba o no vivo. C;unilo aprovechó para fotogra­
el piso arenoso, que por fiarlm; a .ém1bo.s en esa ::ituación.
los goípcs que se p1·opi­ -Solo e<: tá desrnayado --dijo el novel detective.
na ron mutuamente. ---Así que Dieguito no lrn; conocí�\, ¿ch? ¿(�é
Pero continuaron en raro? ¡Y eso que fe robó lo�, ahorros al niño!
�ruardia, como boxea-
,:;J --dijo el jovr::n caminando por la habitación.

63
con10 despreocupadan1ente, guardando su telé­ 12
fono en el bolsillo.
Entonces Ricky se percató de que Can1i se
acercaba a donde estaba el líbro y se lanzó a re­
cogerlo antes que él. Pero cuando lo hizo, este lo
agarró, lo in1novilizó contra su cuerpo y miró
desafiante al prin10 mayor.
·-Ahora tne vas a decir toda la verdad, ¿para
qué buscan a Dieguito? ¿O._!tiénes son ustedes?
NADIE LE RESPONDIÓ. El joven solo vio CÓfflO
Dante y Shogún se descomponían y tomaban
una actitud belicosa y con mLrada de odio,. avan­
zando hacia él.
El joven no era cobarde� ya lo había demostra­
do,pero sabía que tenía las de perder con esas dos
bestias a punto de saltar sobre él. Por ello, tornó
una decisión en un par de segundos. Le arrebató
el libro de las manos a Ricky1 lo empujó hacia sus
atacantes y corrió a toda velocidad buscando las
escale1as.
-¡Ataca, Shogún ! -grító Ricky.
---¡(�lieto, Shogún! ¡Q\üeto, Shogún! -gritó
Dante y abrazó al niño.
Un aullido de lobo bien cerca hizo que todos
temblaran de terror.
--¿Q��é ... qué pasó aquí,prímo? -preguntó
Ricky casí en un susurro.
64
65
-Apareció de la nada -Dante, algo páli­ -Sí, y más, nuestro Shogún es mil veces más
do, señaló hacia la escalera-. Corrió detrás de inteli ...
Cami, como un bólido, pero yo alcancé a verlo. No pudo terminar la frase. Recordando al
Después aulló. chupacabras y preocupados por el ho1nbre lobo
-¿Seguro gue era un lobo o un hombre lobo? y lo que acabaron de pasar, los primos se habían
-preguntó el niño. olvidado de su perro. Entonces al mencionarlo
-No sé, era idéntico al lobo que hizo huir a la Ricky, an1bos lo miraron y lo que vieron los hizo
pandilla hace un rato. reír de buena gana: Shogún se n1antenía dando
-Esto está muy raro, Dante -dijo Ricky, pa- vueltas y vueltas sobre su eje a toda velocidad,
sándose las n1anos por la frente. con los pelos eriza.dos y los ojos cerrados.
-Ese gesto es mío -aclaró el joven. Sin embargo, el momento de relajo les duró
-Perdón, lo he visto tanto que se me pega. poco. Un balbuceo de Dieguito en la tina, como
-No, importa, úsalo también si quieres. comenzando a salir del desmayo, los hizo ir ha­
-Gracias. Te decía que este lío es distinto a lo cia a él.
que nos sucedió con el chupacabras de Pirque, ¿te -¿Nos lo lleva1nos para interrogarlo? -con­
acuerdas? sultó el joven a su primo.
-¡Có1no no n1e voy a acordar! ¡Tú nunca -¡Aquí nadie se lleva a nadie! ¡No se muevaµ,
creíste que existía! o les doy un martillazo en el crineo! -les gritó
-Y aún pienso que no existe, Dante. Por eso alguien, con la enorme herra1nienta amenazan­
digo que esto me tiene lT.lllY confurtdido. do la cabeza de Dante.
-Claro, porque al ho1nbre lobo lo estamos Ricky miró bien al hon1bre y reconoció al vi­
viendo, es un hecho -afirmó el joven. gilante del edificio. El chichón en la cabeza era
-Ve1nos a un lobo, no a un hombre lobo, para una inequívoca prueba de su identidad.
que no empieces con tus fantasías. -Niño, tú y el perro ese se me pegan a la pa­
-¿Pero conoces un lobo tan amaestrado re:d ¡ahora mismo! -ordenó el guardia.
como este? Ricky obedeció, arrastrando a Shogún con él.

66 67
-Yo no he hecho nada malo; señor -atinó a
decir Dante.
-¿No? -le respondió el hornbre, señalán.­
dole hacia la tina con una mano, sin dejar de
a:menazarlo con el 1nartillo-. ¿Y esto, desgracia­
do? ¿Así que no le hiciste nada malo a Dieguito ?
¿Eh? ¿Y esto, desgraciado? �se señaló ahora el
chichón en su cabeza.
-¡Mire, sefror ... ! -gritó Dante rnicntras gi­
raba su cuerpo para estar de frente al hornbrc,
poniendo en práctica un plan demasiado infan­
til, pero sin tiempo para ilnprovisar otra cosa-.
Fíjese bien en la cadena de ese 1nuchacho. ¿Ve la
n1edalla con la cabeza de un lobo que lleva ... ?
Y en el 1nornento en que el guardia del edific10
cambiaba por un instante la vista hacia Diego,
Dante golpeó con fuerza el antebrazo del hom··
bre, que de inn1cdíato soltó d 111artillo, agarrán�
dolo el joven.
-Disculpe, amigo -dijo Ricky, acercándo­
se, mientras su pri1no se pasaba la mano por la
adolorida frente, ahora con la situación controla­
da-. De.me su cinturón para a1narrade las ma ...
nos, por favor.

68
Cuando tuvo al hombre bien reducido, le hizo 13
una señal con su mano a Dante y todos salieron
como un cohete de aquel lugar.
El caso se tornaba cada vez más complicado.

DANTE ABR.IÓ LA VENTANA del balconcito de su


oficina para que entrara bien la noche y respiró
profundo. Le encantaba salir del baño en verano�
ponerse cualquier cosa e ir directo al aire libre.
Miró hacia la calle. Ya en toda Qyilicura cornen­
zaban a apagarse los televisores.
-Me van a quitar la licencia de detective pri­
vado y hasta n1e van a meter preso -se quejó
con tristeza.
-¡No te va a pasar nada! -le contestó su pri­
rno desde e1 computador instalado en el co1ne­
dor-despacho.
-El guardia ese ya me tiene que haber dela­
tado esta mis1na noche, tú lo sabes.
-Es muy probable que se quede callado, por­
que en un final él nos dejó pasar y él dejaba que
Dieguito viviera ahí, ¿no?

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71
-¿Tú crees? -el joven entró para ir hasta rnos a encontrar y nos confesará todo 1nansito,
Ricky.. mansito.
--íObvío! Incluso hasta puede que le hayan -¡Cuidadito con él, Dante, ya viste que es un
pagado para pennitir que ese tipo se quedara es­ tipo peligroso!
condido ahí. ¿No viste que 1nencionó su nombre -Sí, de acuerdo. Pero me las va a pagar por el
con10 si lo conociera bien? susto que me dio cuando te agarró.
-Sí, es posible -y Dante le dio un beso en la -Y ni una palabra de esto a los abuelost ¿eh?
cabeza a su pritno-. Eres un genio, Ricky. -¡Por supuesto que no, Rickyl ¡Prefiero que
-Sí, está bien ... Ahora lo que tene1nos que me quiten la licencia y 1ne n1etan preso antes de
hacer es dedicarnos a buscar a Can1i. l�l es nues­ ver lo que me harían esos viejosl
tra única pista. -¡Aló! -dijo ]Vlartha en la pantalla-. ¿Eres
-¿Y si buscamos a Dieguito para interro­ tú, Dante?
garlo?
-Ese loco, con lo cobarde que es, ya debe es­
tar escondido en el mismo infierno, al cuidado de
su mamita y su misterioso hennanote. Además,
nos interesa Cami, porque ahora él tiene el libro
con el dinero.
-¿Y dónde lo encontrare1nos?
-Eso te lo dirá tu amiga Marthita.
-¿Tú crees, Ricky?
-Obvio. Van1os a llamarla ahora mismo por
Skype.
-¿Estará despierta? Si responde le voy asa­
car toda la información sobre ese tipejo. Lo va-

72 73
14

-Sí, HOLA -SE APRESURÓ a ponerse en cátna­


ra el joven, y Ricky a quitarse.
-Yo los hacía en Viña -dijo la rnujer-.
¿Encontraron a Dieguito?
-Este ...
-¿�ieres venir? -lo cortó ella tomando
de un vaso y ar.reglándose el pelo.
-No, gracias, no puedo ahora . -respondió
Dante algo ruborizado.
_La mujer se alejó de la cámara del coinputa­
dor para servirse tnás híelo. Dante miró a su lado
donde estaba Ricky y este le hizo una seña de
que hablara. Entonces Dante decidió .i nterrum­
pir aquello e ir directamente al asunto:
-¡Hcy! Perdone, l'vlarthita -dijo con cor­
tesía, aunque con gravedad· en el tono-. Debo
conversar asuntos muy delicados e importantes
con usted.

75
-¿Encontraron a Dieguito? No me respon­ "·¡Je;ús., Marfa y José! ¡En qué lío nos estamos
diste cuando te pregunté--habló cambiando de rnetiendo F \ exclam.6 Dante para sí, aunque su
tono. r:�xpresión no ddató 1o qne est"ba pensando.
-No, no lo encontramos -dijo, mientras -¿Sabe., pues1 dónde podemos encontrar a
,.-.., . . ? . . .;
entraba también a cámara su primo-. Pero sa­ T!
t. ,arnr, -· mquuw ci mno, • ,,

bemos de alguien que puede ayudarnos a encon­ IVlarthita Pozio tedeó en el chat de S.kype)
trarlo. rn�entras decía;
- ¿�ién? -se interesó Martha. -Esta es la dirección del juez Pareada .. E� en
: -Se llan1a Camilo. Estuvimos hablando con 0.�íiicura. A lo meter Kathy puede indicarles
él en un ... un restaurante de allá -fue lo pri­ dónde encontrar a su nieto"
mero que se le ocurrió a Rícky-. Ü..!:ledó con -Gracias 1 señora Marcha -sonrió Dante-.
nosotros en 1 levarnos a donde estaba Dicguito j La r11antendren1os al tanto de nuestras pesquisas.
pero cuando salimos fuimos asaltados por unos --Espero que asi lo hagas, querido.
delincuentes, cada cual tuvo que huir por su lado Dante intentó una rnirada cortés, tratando
y después no lo vünos n1ás. A lo mejor usted lo �fo esconder sus pensa1nientos y le salió una ex­
conoce. presión rarísin1a. Se despidió de 1a mujer. R.icky
-¿Cómo es él? -preguntó lvlartha. luzo lo mismo y se desconectaron.
· -Alto, delgado, pdo oscuro, lacio y largo, ca­ -Ya sabe1nos dónde ub.icar a ese desgraciado
bezón, nariz enorme, boca ancha y mastica cnu­ --comentó el joven.
chos chicles -detalló el niño. --¡Nada menos que el nieto de un famoso
-Sí -asintió la tnujer un tanto meditabun"­ juez! --�mltó el niño-. ¡Esto se pone cada vez
da-, sé quién es Catnilo. Es nada menos que el peori
nieto de Kathyt la presidenta de la fundación, la
esposa de don Jorge Pareada.
-¿�ién es él? -preguntó Ricky.
-Un reconocidísüno juez -respondió ella.

76 77
15

-¿Nos VAMOS A DORMIR? -sugirió Dante.


-Espérate, prin10. Saliste del baño al balcón
y nos pusimos a hablar enseguida con Martha,
así que no he tenido tiempo de contarte.
-¿Contanne, qué?
-. Qpe mientras te estabas duchando, inves-
tigué en Internet y sí, hay casos de lobisones en
Chile. Los hay en Santiago y específica1nente me
enteré de que aquí en �ilicura aparece uno a
cada rato, que tiene a los vecinos 111uy asustados.
Ya sé, no me lo digas: debo aceptar la evidencia
de algo sobrenatural por primera vez en nli vida.
-¡Nol ¿Lo aceptas?
-No estoy muy convencido, porque no lo he
visto yo con mis propios ojos, pero parece que es
ciei-to.
-lVIuy bien -. quedó satisfecho Dante y al
volver a pcnsaJ en las palabras de su prüno, aña-

79
->L:vJa,, que cu�mdo suba luego d lobo des-
dió---: ¡Así que un hombre lobo en este misrno (.,

puéi de �dmuerz.o lo::; tre.�; que e::;taban ahi --aúa-


barno ! ¡�1é suerte la nuestra!
---Bueno, pero hay otra cosa que investigué: dió n1.ordiéndose los labios.
- ¿· I.•r,,:
.. ,, u_y•.-?
�-' . ¿F�¡ ··-,,.::.·1[,
··- t.lT"?
·-�' .
vi las noticias en todos los noticiarios onlinc, las
-Lo::; mü,rnos que cada si<;-mprc antes el lobo
radios, incluso .me metí en las páginas de las co­
de sin querer con ello::: -·-siguió el niño tapándo-
misarías de Viña del J'vlar.l y no se sabe de alguien
t· -:..... Cl 1�.... t:-·le.., ·¡ ..-, ("=• ···:1
';r" l ·1 bq,-·.4 ·, 1 11·1 º
--!...· ..... ,;:;;;1.J. !.. ,...
que le digan Dieguito, ni de un vigilante noctur·· ... ,.., 't.� l.,,, ·�.,'L' >

--¿Q:�ie sin querer c¡ué lobo de quf? i:Ch1é ra­


no golpeado en Agua Santa. Por lo tanto, no se ha
yos estás diciendo, Eicky'? ¡fvie V3�,; a volver loco':
dfnLmciado nada, lo que significa que la policía
El ni:óo no pudo más y salió corriendo a ence­
no nos busca.
rrarse -�n i-;u pieza a reír.
-¡Eso es rnuy extraño!
-Sí, es verdad ... Ahí tuvo que suceder algo
que evitó que no hubiera denuncia -el niño
cerró el c01nputador y se levantó de la mesa-.
¿Pero qué podría ser?
-Nosé ...
-Bueno, ya lo averíguare111os. Ahora lo que
importa es que pode1nos salir a la calle más con­
fiados.
--Menos n1al.
--¡Por lo tanto, mañana 1nis1no buscamos a
ese Can1ilo Lindisky! ¿De acuerdo?
· -De acuerdo.
· --Sin en1bargo, tú no lo to1naste así con todos
ahora -añadió Ricky muy serio.
-¿(..h1é dices?

80
16

AL OTRO DÍA BIEN TEMPRANO, los. prirnos y


Shogún estaban ya en la calle, buscando la direc­
ción de la señora Kathy, en su 1nisma comuna de
QHilicura, pero en una zona residencial apartada
y al parecer con dueños de casonas con gran po­
der adquisitivo.
Cuando al fin la encontró, se pararon detrás
de un poste en la esquina, con la visibilidad sufi ..
ciente para ver quién entraba y salía de la írnpo­
nentc casona.El plan era interceptar a Camilo en
la calle, sin que tuvieran que presentarse delante
de los dueños de casa 1 para hablar con él.
Casi dos horas pasó sin que se notara el me­
nor movimiento. Se fueron desesperando. Ya
habían preparado una mentira para tocar y pre­
guntar directamente por Ca1ni, cuando la puer­
ta se abrió y una mujer en uni.fonne típico de

83
cn1pleada dornéstica, baJÓ los esca1ones de n�á:r­ 1\demás, sí dices que conoces al niño ya no tengo
m.ol que llegaban hasta el portón de la entrada. dudas en hablarte. Perdona, pero es peligroso. El
Dante tuvo una idea1 sln pensado dos veces, otro día rnismo un delincuente ...
con un gesto ordenó que los otros no se movieran ·-Perdón, ¿,a qué niño se refiere?
de allí y corrió hasta ella, que se dirigía al !mper­ -J\ Cami, claro está.
mercado.
-·-¡Ah!... ¿Le pido un favor? ¿Le puede decir a
-Hola -Ie di.jo ca1ninando a su fado. ..., .
Cam1 que....?
-Hola -contestó ella, una ínujcr COffLO de
-¡Pero si el niño no está ahora en la casa!
treinta años 1 de pelo castaño, atado en un gracio­ --detuvo su cuerpo 1lgo pasadito en carnes y lo
so moño.
miró a los ojos.
-Disculpe, la vi salir de fa casa y quise pre­ --¿,No? ¿Y dónde está'? -preguntó Chayán,
guntarle algo. Yo soy amigo de Carrü y hace tiem­
quitándose e1 brillo de la frente con la �ano..
po que no nos veinos. �iero darle una sorpresa.
-No sé, salió bien tempranito. i\1e 11nag1no
Yo soy lVííriom ... Míriorr1 Hcrnández, pero me
que fue a casa de su novia. Anoche llegó n1uy tar­
dicen Chayán.
de y se puso a hablar con ella por teléfono largo y
-¡Como el cantante! ¡Qgé simpático! . Pues
tendido. �o es que yo rne ponga a escuchar lo que
yo soy 1VIichelle. Michelle Bachelet, pero mi no .me importa, a mí eso no me gusta, pero uno
nombre completo es Paula Miguela Gazzari IVIe­
no es invisible -y se señaló sonriendo-. Por
linao.
ejemplo, yo a él lo vi cuando le llevé un vaso de
-Mucho gusto, Michelle. Disculpa el chiste,
lerhc caliente a la carr1a y, cuando fui a recogerlo
pero quise ca�rte bien. Mi verdadero non1bre es tnás tarde, todavía estaba hablando con ella. Es
Pedro Pablo Larraín Irarrázabal. ¿Podemos ha­
rnuy extraño, porque parecen enamorados, sin
blar?
ernbargo ...
-Mira, Chayán, normalrnente yo no hablo
(hii�ce minutos tnás tarde Dante sabía que
con extraños en la calle, pero pareces un joven de­
Cami y su novia, Sherry l'vfaría, ya se encont�a��n
cente -su cara era 1nuy expresiva y sin1pática-.
camino al aeropuerto, que la muchacha d1ng1.a
84
85
Tour lV[undo Viaja, una agencia de viajes que ve­ al aeropuerto, yo te espero allí y sacamos los bole­
nía de una fa1nilia muy acomodada de Santiago, tos para ese lugar y volarnos para allá, porque te­
y otros chismecillos más. nc1nos que hablar sí o sí con ese hon1bre ) quitarle
Dante se despidió de la mujer muy agradecido d libro y sacarle toda la verdad, ¿de acuerdo?
y volvió donde estaba su prüno y su perro y los -De acuerdo. Pero tú no vas a ningún via­
puso al día enseguida. je, Ricky. Se necesita autorización de los padres
-Entonces hay que averiguar para dónde para que un niño viaje al extranjero. Y eso sí no
viajaron y seguirlos -dijo el niflo entusiasn1ado. lo poden1os hacer.
--Pero no tenemos rnucho dinero, P,,.ickv. -Tienes razón.
-Pues llarna a lV!an:hita y l.e pides mi(; '., ¿de -Pero no importa, primito. Yo hago todo y
acuerdo? regreso enseguida. Incluso me puedes llaniar
-Pero rne va a ore2'untar, ¿··y si para ir anal izando los hechos paso a paso.
-De acuerdo, Dante. Eres el mejor, ¿sabes?
Ji: ---� . ;

lo hace qué le digo?


-(�Je tienes que ir al sur -¡Q1e me lo digas tú, el genio de la farnilia,
/ o al norte, qué sé yo, per­ es un honor!
sigu i,�ndo a Dieguito le -¡Cállate! ¡El brornista aquí soy yo, no tú!
dices, para no tener que
contarle otra cosa.
-Está bien.
-Mientras tanto yo
buscaré la agencia por
Internet, llarnaré y ave­
riguaré a qué país fue d
grupo que voló hoy. ¿En­
tiendes? La cosa es que tú
de casa de l\!Iarthíta te vas
87
17

CUMPLIENDO EL l'LAN ACORDADO, en quince


minutos más o menos, el joven detective llegó a
la casa de Martha.Ella no estaba, o no quiso aten­
derlo, pero la e1npleada le dio un sobre a nombre
de él con bastante dinero y un papel escrito,don­
de le daba secamente las gracias por sus gestiones
hasta ahora > ínformándolc que ya Dieguito Sil­
var hahía aparecido con el dinero y tern1inaba la
nota con la fipica frase: "lamento profundamen­
te finiquitar el contrato'� y sin más explicaciones
aparecía su firma.
Perplejo y sin poder concentrarse, Dante sin­
tió, como sie1npre, la necesidad de hablar con su
primo. Por ello, saliendo de la casa, de inmediato
y con ncrviosis1110 lo llatnó por celular.
-¿Aló?
-Ricky... ()ye, esto se acabó.
-¿De qué hablas?

89
metemos en un lío, Dante! ... Además, averi güé
-¡Nos sacaron del caso! ¡lvlarthita n1cpagó y
otra cosa.
me echó!
-¿�écosa?
-¡Uf!
-Qge esa fundación para socorrer perros ca-
-Como lo oyes. Y no solo eso, dice que apare-
llejeros no existe.
ció Dieguito con.el dinero.
-¡¿Qié?!
-¡Es muy probable que eso sea mentira!
-· ¡Co1no lo oyes tú ahora! Por eso vuela para
-Sí) pero algo pasó que no quiere que investi-
allá urgente a buscar a ese tipo.
guemos n1ás el asunto.
-¡Está bien!... ¿,Pero a cuál país tengo que ir
-Tenemos que averiguarlo, Dante.
a buscarlo?
-Oye) ¿por qué no lo denunciamos todo a la
-¡Nada de otro país! ¡Averigüé y es dentro de
policía, Ricky? Chile! ¡Anota ahí, porque hasta te reservé en el
-No nos creerán. No tene1nos pruebas de
mistno hotel donde se debe hospedar ese desgra­
nada y recuerda que ellos son poderosos y con
ciado!
influencias.
-Es cierto. Bueno, entonces voy para la ofici­
na y allá pensamos có1no seguimos.
-· ¡No, nada de eso! ¡Con ese dinero que te dio
Marthita te vas ahora mismo p ara el aeropuerto!
-¡¿�é?!
-¡Claro, tienes que encontrar a Cami y sacar-
le la verdad, ahora 1nás que nunca!
-¿Pero por qué tengo que hacer eso?
-Porque necesitamos pruebas. Y otra cosa:
estamos a expensas de que cuando a él le dé la
gana te acuse; con las fotos que te sacó puede in­
ventar una 1nentira, te enjuicia su abuelito ¡y nos
91
90
18

TRANSCURRIDOS UNOS CUARENTA tninutos


aproximadamente desde que el avión aterrizó 1 ya
Dante se estaba registrando en la recepción del.
1-Iotel Diego de Alinagro, en Antofagasta� a unas
cuadras del centro de la ciudad, donde le reser­
vara Ricky.
Luego de instalarse en una habitación sencilla
del segundo pisot la más barata que pudo conse­
guír, regresó al rnesón de información y ensayan­
do su sonrisa más encantadora e ingenua, logró
sacarle a la aniablc recepcionista que el grupo de
la señorita Sherrv, María había salido del hotel
hacía una hora rr1ás o menos y que los fueron a
buscar en bus.
Con el portero, enfundado en un vistoso uni­
fonne lila y amarillo, con larga capa y alto so1n­
brero de copa del n1isn10 color, consiguió después

93
de una agradable charla, la información de que la 19
empresa de los buses era Flechas de Cobre.
Dio las gracias al portero, quien se quedó espe­
rando con rostro desconsolado una propina por
el dato, y volvió a entrar al hotel pa.ra buscar la
guía telefónica, llan1ó entonces a la empresa de
buses y dos minutos después salió con la direc­
ción escrita que necesitaba.
Caminaba jugando con el papel. Se pasó la LA TARDE IBA CAYENDO gradualmente cuando
mano por la frente para quitarse el brillo; aun­ Dante se bajó de un taxi frente a un viejo caserón
que también para tocarse disitnuladamente el de un apartado y costero barrio, en el extrenw
lugar donde Cami le dio el codazo durante la pe­ sur de Antofagasta, medio oculto detrás de una
lea con los asaltantes. "Todavía me queda mucho constnteción, que a pesar del abandono aparente
espacio en la frente para más porrazos", pensó y en todo su exterior, conservaba aún la prestancia
una sonrisa nerviosa afloró en su rostro. de una pasada opulencia social.
Sin dudas, presentía de algún modo el mundo Echó una ojeada a su alrededor y le pareció
siniestro al cual se iba a introducir. extraño que trajeran a un grupo de turistas a esa
vieja propiedad con paredes despintadas, pero
sobre todo le l la1nó la atención los lujosos auto­
n1óviles esté�cionados en la explanada frente a la
puerca principal.
"/��é interés puede tener un sitio así para un
grupo de turistas de todo Chile, por muy espe­
cializada que sea esta agenda de viafes? ¡A no ser
que el grupo sea de arquitectos o gente interesada
en monumentos históricos o edificaciones anti-
94 95
11
guas ! se preguntó y respondió. Y enseguida se
1
dadt lo hizo de la forma m.ás natural que pudo.
dispuso a averiguarlo, por lo que avanzó resuel­ Pero la razón la descubrió al pasar entre ellos,
tamente hacia el portón de la entrada, cuando un cuando un tufo alcohólico le llegó por ambos
aullido terrible lo paralizó. flancos.
"¡¿Eso qué es? f'\ se dijo. lvliró a todas partes Al desembocar en el enorme salón de estar, se
1
entre sorprendido y asustado. �Puede ser una encontró con una especie de reunión, en la que
grabación a todo volumer1 o está un chupacabras todos los ...oresentes bebían, fuinaban y conversa�
o un lobo cerca", pensó, y no muy convencido ban en voz baja.
reinició su marcha. Se mezcló entre los ailí reunidos con una im­
Al llegar) fue interceptado por dos individuos, puesta falsa sonrisa, mientras se preguntaba de
sin dudas del equipo de seguridad de la casa, pero nuevo la razón por la cual ese grupo de personas,
antes de que le preguntaran, él se les adelantó al parecer todas pudientes por su aspecto y las
para decirles con desenfado lo que ya tenfa pre­ ropas que vestían, habría de viajar tantos kiló­
parado en su rnente: metros para disfrutar de tan inocentona velada.
-Soy a1nigo de Carni y Sherry f\1aría. Yo de­ Sin borrar la sonrisa se internó por el pasillo
bía haber venido ayer con ellos y los demás, pero central y sin llamar la atención, debido al mo­
asuntos irnprcvistos rr1e retrasaron y acabo de vimiento de personas por toda la casa. Vio una
lleg· ar. i.Están ahi todavía, no es cierto?
\.> puerta abierta correspondiente a un supuesto
Pensó que tendría que dar más convincentes dormitorio, se asomó y lo que allí observó lo dejó
explicac10nes de su presencia allí, sobre todo por pasmado.
las caras de intransigentes que tenían aquellos Pasaron unos minutos para que se .i;epus1era
tipos, mas para su sorpresa, los energúmenos le de la itnpresión.
franquearon la entrada, diciéndole: Era una saia de regular tarnafio, en cuyas pa­
-Adelante, a1nígo, adelante. redes estaba montada una especie de exposición
Como no iba �- detenerse a preguntarles la ra­ fotográfica de niños y jóvenes. Pero no eran ni­
z.ón por la que lo dejaron entrar con tanta facili- ños y jóvenes normales los que allí vio, sino que
96 97
todos mostraban sus cuerpos, y en algunos casos
hasta sus rostros, cubiertos con una espesa pc­
la1nbre, además de que se notaba en la mayoría
de ellos un desarrollo exagerado de los dientes,
sobre todo de los colmillos.
Después de observar toda la exposición, quiso
visitar los dcrnás salones.
Con aparente displíccncía cornenzó a hojear
libros, leer letreros, ver murales, proyecciones y
otras forn1as de exponer. Incluso volvió a escu­
char el mismo aullido que oyó al acercarse al lu­
gar y cornprobó que provenía de un video.
En los salones no había nadie, porque ]os par­
ticipantes disfrutaban del descanso antes de la
comida, la cual estaba a punto de servirse.
Así, Dante se pudo enterar sin n1uchos incon­
venientes de que aquello era una especie de con­
greso, seminario o encuentro de hombres lobos
de Chile. ¡Se había rnetido en las mismisimas pa­
tas de los caballos! ... o en las garras de los lobos,
para decirlo mejor. A duras penas logró contener
el terror que lo invadía .

98
20

PoR SUPUESTO, MANTUVO al tanto de todo a su


primo por el celular.
''Aprende del ten1a si puedes", le dijo Ricky,
y él asilo hizo. Supo entonces que los lobisones
eran de origen europeo, que salían de noche, aun­
que algunos al dar las doce exactas, otros con el
agregado de que solo lo hacían en las noches de
luna llena. Esas diferencias estaban dadas debi­
do a que habían evolucionado en el transcurso
del tiempo y por la lógica adaptación a las tierras
sud a1ncricanas.
Leyó que los niños lobisoncs habían entrado
en la historia como fundadores de la ciudad de
Roma: Rón1ulo y Remo. Se conocían también
casos registrados desde el siglo XIV 1-Iubo casos
de niños lobos capturados y estudiados por cien­
tíficos de fines del siglo XVIII. La posición que
adoptaban no era eréctil, tenían el pelo y las uñas

101
n1uy largas y se expresaban con gruñidos co1no rno hijo un 29 de febrero, tatnpoco cargaría con
los lobos. Así fue el caso de El salvaje de Aveyron, ese mal.
estudiado en Francia. Apuntó tan1bién en su cuaderno que a nadie
Dante pudo ver con ason1bro córno la ciencia se le podía aparecer un hombre lobo tres veces
hablaba de una enfermedad cuyos sínton1as eran seguidas, porque aunque le hablara con ternura
el rechazo a la luz, por lo que el afectado tenía y le dijera su nombre o apodo de niño, como hi­
que vivir en las tinieblas de la noche. Iba aco1n­ ciera Ca1ni aquella noche en el cerro, no evitaría
pañado de una excesiva pelan1bre en todo el que atacara y descuartizara.
cuerpo, afecciones que lo obligaban a desplazarse Por supuesto, averiguó entre tanta inforn1a­
casi en cuatro patas, a.sí como producir una sus­ ción que pasaba ante sus ojos, la respuesta a una
tancia rojiza en las uñas y crecüniento de dientes pregunta crucia.l: ¿cómo se mataba a un lobisón?
que le daban un aspecto espeluznante. ¡Algo inaudito! Con una bala de plata o cargan­
'Ia1nbién el joven detective copió en su libre­ do el arn1a con cuentas de un rosario '�esas boli­
tita que los seres hurnanos infectados con rabia, tas que se ensartan en un hilo y que se utilizan
tienen actitudes similares a los perros, lobos para rezar", se dijo.
y otros cánidos. De ahí que si una persona era Después de esas y otras anotaciones, guardó el
mordida por un lobisón, se convenía también en celular con el que había fotografiado todo, para
hombre lobo o 1nujer loba > según fuera el caso. dejar constancia, y se desligó de tantos datos so­
Pero además de historia. Dante se enteró de bre los hombres lobos, para no dar oportunidad
datos muy interesantes. Tener un séptimo hijo a que lo pillaran dentro de algún salón.
varón era la forn1a natural de traer a esta vida Deambuló por la casa para tratar de despejar
un hombre lobo. Pero si a ese séptin10 hijo va- su 1nente y tratar de encontrar a Camilo, por su­
,,· /
. 1 1,.·a
ron, uno l. e poma e1 nombre de �'B en· 1· et· ·)" y er puesto.
ccrcn1onia del bautizo lo sostenía en brazos el De pronto, al pasar por una puerta semiabierca
hermano mayor, uno podría deshacerse del ma­ escuchó una conversación proveniente del inte­
leficio de que saliera lobisón. O si na.cía ese sépti- rior. En el diálogo, la voz de un hombre se dirigía
102 103
a su interlocutora lla1nándola �'señorita Sherry ·-Guárdan1e "el perro,,, Félix -le dijo ella al
Marí�/'. Hablaban sobre el ex.tenninío de perros cocinero que se mantenía serio y callado-. Y vaya
callejeros en fa ciudad de Punta Arenas. l",Jo dudó para la cocina que va a co1nenzar el aln1ucrzo.
ni un segundo y entró. Entonces vio a un cocine­ La joven recogió la cartera y el computador,
ro sirviéndole un perro caliente a una herrr1.osa luego de lo cual se dirigió al patio trasero de la
joven, que e3taba �:ientada a una n1esa, frente a un casona. Dante la siguió. Al llegar a un banco de
cornputador portátil conectado. mármol en un lugar del arenoso patio; se detu­
--c))ónde diablos está Carrá? -la abordó vieron. Sherry María caminó en círcuios varias
Dante:, yendo directo hacia ella. veces alrededor del banco y se sentó después de
La joven cerró el con1putador n1.ecánicamcn­ la sexta vuelta. Colocó el bolso de mano a un
tc, rníentras miraba sorprendida al recién Hega- lado, el computador sobre los 111uslos y 111iró a
ao
1 y su cara se 1• 1ummo. . ., Dante con una sonrisa.
-¿['Jos puede dejar solos por un rato? -le
dijo Dante al cocinero., que también tenia expre­
sión de r;orpresa.
-)Qui.én eres? --prefzuntó Sherry Ivfaría en
...._, i.__ (] '?

un tono falso.
-Un an1igo de tu novio, que tiene un.a deuda
pendientt: con él -respondió el joven.
-Tú eres u no de los pri.mitos, ¿_no es cierto?
--siguió ella sonriendo, sin poder disirnular su
alegría.
-1',lo ... sí. .. Sov,· Dante .
-1V1ira D..1n·ce r,,_, 111c1·· 0·1.·· ·1·r· ::-i ,·c)"'v· ,.. ).. t'"'r ,.,1· P'"''"1·0
, • ':' ,. � "J a,LI ,� · - . (.. -· J, .. ,_ • :.,J4"1:. rt)I., f.','.&.,f..,

-·propu.so Shcrry IVfaría.


-1.L'�sta'b'1en.

105
21

--POR FAVOR, ¿dónde está Carni? -repitió el


joven sentándose a su lado, después de extrañarse
por la forma de tomar asiento de ella.
-¿Para qué lo necesitas? -Sherry lvlaría
alzó sus cejas y comenzó a ólisquear seguido,
arrugando la nariz y alzando la cabeza.
-Creemos que hablando con él podemos
averiguar muchas cosas importantes para nues­
tra investigación.
--Bueno, él 1ne acompañ.ó hasta aquí
y después se fue a Concep­
ción, para organizar allá
otro congreso como este;

Pero ya 1nañana mismo
estará en Rancagua para
una reunión, n1e dijo
-sacó una cajetilla de
cigarros de la cartera, tomó uno, se lo puso en 1a le picaba.
boca y comenzó a buscar cón10 encenderlo. -¡Adelante entonces! ¡Soy todo oídos! -dijo
-¿Estás segura? -preguntó Dante. Dante, esparciendo con la mano el hu1no del ci­
-Claro que estoy segura. Estoy tratando de garro de ella, que una leve brisa le llevó hasta la
recordar el nombre del hotel donde se hospe­ cara--. ¡Pero te repito, si algo no me convence,
dará en Rancagua. En un rato me acuerdo, no te vas a tener graves proble1nas !
preocupes. -Ya lo sé. Mira, el asunto es que yo organiza­
-le lo agradeceríamos mucho. Claro, espero ba y era jucza de peleas de perros.
que no sea un engaño. Me decepcionarías. -¿Y?
-De verdad que quiero ayudarlos. Es más, si -¡Q.ye eran peleas clandestinas! Claro, pero
quícres, yo puedo reunirme p�sado mañana con solo para gente con mucho billete.
él en Santiago, dónde tú n1e digas, para que lo pi­ -Ah ...
lles desprevenido -al fin logró encontrar una -Sin embargo, nadie de mí familia, ni de mis
caja de fósforos en el fondo de su cartera y pren­ anügos, sabían de 111i doble vida -y comenzó a
dió el ógarrillo, inhalando todo lo más que pudo hacer círculos con el hÚmo que expulsaba por su
en la primera chupada. boca, los ctiales flotaban bastante sin perder su
-¿Por qué lo estás traicionando así, tan fácil- forma-. Yo estudiaba tercer año de íngeniería y
1nente? ¿Tú no eres su novia? la gente rne llamaba al celular que compré solo
-Sí -respondió entre las toses que le provo­ para ese negocio ...
có el humo inhalado. -Disculpa la interrupción, ¿pero qué necesi­
-¡Pues si eso es amor, estamos muy mal! dad tenías de hacer eso?
-Es que es una historia muy larga -y co- -Porque era la única forma de estudiar y
menzó a rascarse el cuello inclinando la cabeza ayudar a 1nis padres -contestó con rapidez
hacia un lado, uni�ndo con fuerza sus dedos de la y botando el cigarro al suelo para pisarlo con la
n1ano derecha y en 1novímientos breves, rápidos planta de su zapato.
y continuos se pasó las uñas por el lugar donde -No entiendo, yo supe que tu fanülia tenía

108 109
n1ucho dinero -comentó Dante, recordando lo -Porque a la cuarta o quinta v�z que nos en­
que le dijo la empleada de la casa de Camilo. contran1os en un hotel me esperaba con un ho1n­
-Eso es pura fachada. Mis padres fueron bre. El dueño de Tour l'v1undo Viaja. Entonces me
ahora.
gente de plata, sí, pero mi hermano menor los propusieron este negocio en el que estoy
arruinó al perderlo todo en el casino de Viña Yono ...
-tnientras hablaba, volvió a sacar otro cigarri­ -Espérate -· Dante se molestó un poco al
llo y a encenderlo-. Sin embargo, han querido ver que la dirección del viento habfa cambiado
1nantener las apariencias. A costa mía, claro. lo suficiente para recibir de nuevo, en plena cara,
-Bien, continúa, porque aún no veo cón10 e1 humo del cigarro de ella. Se echó ahora hacia
encaja en la historia nuestro querido Cami atrás--. Dime prin1ero en qué consiste esto de la
-ironizó el joven, esparciendo de nuevo el agencia, que de solo pensado 1ne dan escalofríos.
humo que le llegaba al rostro di.rectamente, por -Bueno, la agencia organiza este tipo de con­
ente que
lo que decidió inclinarse hacia delante, pero sin gresos; es decir, .reúne a un g.rupo de g
dejar de mirada. 1naneja negocios turbios en su mayoría, a los cua­
-Pues así: un día. n1e llama una dienta para les les interesa reclutar niños y jóvenes lobisoncs,
una apuesta, yo voy y resulta que su pareja era o también pagan para que a los niños normales,
Canü. No puedo negar que n1e atrajo enseguida y secuestrados de la calle, donde viven los pordio­
eso hizo que comenzara a aceptar sus frecuentes seros, sean 1nordidos por reconocidos hombres
invitaciones. lobos, con el fin de entrenarlos desde pequeños
ca aces de
-Se enatnoraron. para convertirlos en sicarios suyos, p
-¿La verdad? Él nunca se enamoró. Ya ni si- hacer todo tipo de trabajos sucios ...
quiera creo que le gusté especialmente en algún -¿Trabajos sucios? ¿�é clase de trabajos su­
1nomento -y se sacó con el índice y el pulgar, . ?
Cl0S.
un par de picaduras de la boca, aco1npañando la -Bueno... intimidar, asustar... y hasta 1norder
acción con expresiones de asco. letal mente.
-¿Por qué lo dices?

110 111
-¡No lo puedo creer! ¿,Dónde está la concien­ -Estás muy nerviosa.
cia de esa gente? -Sí, lo estoy, pero muy contenta también.
-No te muevas de ahí, que tengo que hacer
-0!:iíenes tienen este tipo de negocios care- una llarnadita rápido -dijo Dante sacando su
cen de conciencia, Dante. celular.
-¡Es increíble! Yo los agarraría ...
-Así.es.
-¿De dónde sacan tantos niños?
-Tengo entendido que existe una fundacíón
que se encarga de recogerlos en Argentina, Uru­
guay, Paraguay y aquí en Chile princípalmen­
tc. Como la mayoría de estos 1nuchachitos son
abandonados por sus padres, esta organización
de fachada benéfica los acoge con el pretexto de
darles "piadoso asilo y vida digna".
Dante iba a preguntarle a Sherry María si esa
fundación sería por casualidad la que presidía la
abuela de Cami, pero prefirió no hacerlo por lo
obvio de la respuesta.
-¡Increíble el asunto este! -se limitó a ex­
clamar aún impresionado-. ¡Ahora me explico
las fotos y todo lo que vi allá adentro!
-Pero te aseguro que esto es un negociazo,
¿sabes?, tanto para la fundación como para Tour
Mundo Viaja -dijo, m1entras encendía otro ci­
garro con el anterior.

112 113
22

--BUENO, AHORA ME VAS a contar de ti -dijo


Dantet sentándose de nuevo al lado de la joven.
_-¿�é quieres saber? -ella suspiró.
-¿Por qué caíste en esto?
-Eso es lo que te iba a decir hace un momen-
to -apagó el cigarro anterior con el zapato y
acto seguido comenzó a escarbar en el suelo con
sus dos pies, echando la tierra encima del ciga­
rro-. La noche que Cami me presentó al dueño
de Tour Mundo Viaja en el hotel, los dos me en­
señaron unas cuantas fotos mías en las peleas d.e
perros y me an1cnazaron con entregárselas a la
policía si no me encargaba del puesto de produc­
tora general de estos congresos.
-Eso lo puedo entender. Pero lo que no com­
prendo es por qué te hiciste novia 9e Cami.
-Porque no somos novios. Ese es otro trabajo
bien pagado. Él tiene engañado a todo el mundo,

115
incluyendo a sus abuelos, de que es un joven ho­ -Mira, si los destruyes a los dos, entonces
nesto, decente y a punto de casarse con una mu­ yo podré estudiar tranquilamente y retomar de
chacha "de bien", como aparento yo. Para eso me nuevo mis peleas de perros, sin tener n1ás cargos
paga-y volvió a toser. de conciencia por esta inmoralidad.
-Ya, de acuerdo, pero dime: -Pero insisto, Sherry María, ¿por qué debo
¿por qué debo creerte esa creer que todo lo que dices es verdad, si me estás
historia tan bien hilvanada, confesando que si te sales de esto volverás a tu
viniendo de alguien para actividad ilegal?
quien la moral no es, pre- -¡Pero si no es malo lo que hago, Dante!
císamente, un valor im­ -¡Pero tú estás locar ¡Có1no va a ser bueno
portante? echar a pelear a esos anünalitos ... ! Bueno, 1io voy
-¡Hey! ¡Yo tengo mu­ a discutir contigo eso en este momento. Ahora
cha moral! Mira, te lo solo respóndeme: ¿por qué debo creerte?
explicaré de manera -Porque te voy a entregar esto -y ella botó
muy simple. Yo estoy el cigarro para abrir el computador y encenderlo.
hasta el último pelo de -¿�é es eso? -y e1 joven se apuró en apa­
la cola de esta inmundicia gar la colilla con el zapato.
y si tú puedes atrapar a Ca­ -En la memoria de este con1putador están
milo y a Don Sigfrido ... todos los datos que quieras sobre la agencia, sus
-¿A quién? dueños, su historia, el nombre de todos los lobi­
-A Sigfrido Morelli. Él es el gerente de esta sones chilenos, de cómo se contactan a los ºre­
agencia, el encargado de los negocios que se ha� clutadorcs'', a los proveedores y muchas cosas
cen en estos congresos. más que ni te imaginas. Incluso, ahí hay hasta un
-¡Ah! -y Dante se paró para evitar el humo listado de los dientes que utilizan nuestros ser­
que ya le tenía los ojos con ardores. Después sacó vicios desde otros países. ¿�é te parece?
la libretita y anotó e.l n01nbre. -Es tentador -dijo Dante y se acercó para
116 117
ver mejor la pantalla, aunque no entendía muy
- · Por qué ahora conmigo traicionas a esta
bien lo que allí decía.
gente¿y no lo hiciste antes si te sentías así?
-Además, te daré un video del lugar donde -¿Te digo la verdad? -dijo la joven emoc10-
entrenan a los niños lobos, ahí verás a Cami y a
nada-. Jamás pensé que algu ien de afuera llega­
otros. !vlejor prueba que esa no existe.
ra tan lejos en una investigación para descubrir
Ella sacó de su bolso un disco nuevo y grabó a estos criminales. El pánico, el terror, te mata
toda la información. Al terminar sacó el disco y
hasta las esperanzas. Y yo sola no podría hacer
se lo entregó.
nada, me tienen constantemente vigilada. Por
-Si me das esto, estarás en peligro tú -ad­
eso cuando te vi entrando en la cocina hace un
virtió el joven enarcando una ceja.
inomento, sentí que era posible mi libertad. No
-No, si tne dejas amarrada y amordazada en
sabes lo que significa para 1ní lo que hacen. Ellos
una habitación. Así no tendré problemas. Sün­
están preocupados por lo que ustedes han log:ª:
plementc diré que me la quitaste -y ella se do descubrir. Por lo tanto, si no los ayudo, ah1 s1
puso de pie, expectante por la decisión del joven
jamás n1e podré mirar en un espejo ...
detective.
--Me convenciste con ese discurso -di jo
-Ese plan rne gusta, pero espérate un poco
Dante con un nudo en la garganta tan1bién y tra­
-contestó él, sacando otra vez su celular del tando de reponerse, añadió-: ¿No has recordado
bolsillo.
el nombre del hotel?
Habló un par de minutos con Ricky, paseán­ -No, lo siento. Pero no se preocupen! en cuan­
dose por el patio, sin dejar de vigilar a Shcrry to me acuerde te llan10.
María. Después regresó a su asiento.
--De acuerdo. Bueno, varnos.
-Me vas a contestar una pregunta y ahí veré
Fueron hasta una de las habitaciones del se­
si te creo o no.
gundo piso. Sherry María le hizo una especie de
-¿�é quieres saber? -arrugó las cejas la salvoconducto a Dante, por si los energúmenos
1nu1er.
lo para?an en la entrada. Como la idea salió de

118
119
-Cuidado con ella. Su n1arido es Sigfrido, el
la misma n1ujer, el joven se sintió más tranquilo dueño de la agencia, c01no te dije.
y confiado. -¡¿Q.ié? ! ¡¿l\tfarthita es la mujer de ese ho1n­
De todas fonnas la amarró y amordazó, deján­ bre? !
dola acostada en la cama. -Así es. Y otro dato rnás: él es el administrador
Iba a salir con su botín, contento por lo que del centro de entrenamiento de los niños lobos.
acababa de obtener, cuando se dio cuenta de que -iJesús, María y Josél ·¡Con qué gente más
no había indagado nada sobre la situación en mala estamos involucrados!
aquel edificio, la pelea, las fotos. -Y uno de los peores es el Carni.
Volvió a cerrar la puerta por dentro y regresó -Menos mal que recobró el dinero, debe es-
a la cama. Le liberó la boca a Sherry l\1aría para tar más calmado, ¿no?
preguntarle: -No, si escuché que dijo que el libro estaba
-Perdón 1 pero se m.e olvidaba hacerte una totalmente vacío.
pregunta: ¿qué te contó Cainí de su aventura en -¡¿Qyé? ! Eso quiere decir que todos segui­
Viña del i\1ar con nosotros? rán buscando el dinero, ¿no?
-IV.le dijo que tú y el perro lo habían atacado -Eso es seguro. Pero no creo que el dinero sea
y tuvo que huir de allí -la joven, al ser liberada lo principal, para 1ní que en el libro había otra
de su mordaz.a comenzó a respirar con rapidez, cosa mucho más importante para ellos.
como sofocada, sacando n1ucho la kngua y ba-· -Pero Cami sí busca el dinero, ¿no? -quiso
beándose. saber Dante algo confuso ante tanta informikión.
-¿No te contó nada de Dieguito? -A Cami le entra otra buena cantidad de di-
-Ni n1e lo recuerdes -contestó ella-. Esa . .
nero por otro negocio sucio.
noche al salir del edificio lo capturaron. Está -¿Sí? ¿Cuál?
vivo, pero no lo dejan transfonT1arsc 1nás en hu­ -Él no sabe que yo descubrí que chantajea a
mano y lo tienen enjaulado todo el tiempo. alguien -dijo Sherry María abriendo un poco la
-¡Jesús, María y José! ¡Por eso la sef1ora. .tvlar­ ventana para comprobar si no se acercaba alguien.
tha n1e finiquitó el contrato!
121
120
- ¡()uíén fDodría �;er esa nen;
V ""-- J:.' ona?
-La señora l\llarthita.
--¡Jesús, JVlaría y José 1
-Esa mujer es una víbora -y Slv�rry i\,faría
�:;e pasó la mano por la frente, cosa que a Dante le
dio risa interior-. Una vez sustituvó a su esDoso ) l.

en un cornn·e�;o
e,, y en seeuida se .rnuso a distribuir l.}

el personal a su n-1anera, ninguncándome. R.e-


·y J··t i ll'1. ...' , et.:t"'
. , � .·p,i·�
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1 .... 1.:::1<·- l·J.,c.·,.}J'l,.
.. ...,.,....¡ ''"
cl<�c e::"'.. ......
'-\,(,"¡-,_.
...J�'I-_. .ra�. •i

1
cá., c:rtc p,1 allí .... ¡¡Dantr:': ! !
e .,.,, , --se· asusto
--·-¡¿�ter. · · · con
· · d.. r::tccnve
· ., e1 Joven
el grito de la rnuchacha-. i,�é te pasó?
-¡I\lie acordé del nombre del hotel en Ranca­
gua donde se hm;pedará Can1i 1nañana!
-¿Cuál es?
-El lobo ... ¡estepario!

123
23

'TUVIERON QUE IR A PIRQUE a almorzar en casa


de los abuelos. Imposible negarse. Lo peor de la
velada fueron las 1ncntiritas, sobre todo por omi­
sión y lo que tuvieron que inventar para dejar a
los abuelos contentos y convencidos de que esta­
ban pasando unos días perfectos.
Al llegar de vuelta a la oficina, Ricky y ·sho­
gún subieron enseguida y Dante se quedó re­
cogiendo unos papeles regados en la acera, para
echarlos en el tarro de basura, que se encontraba
a pocos metros del edificio.
Pero algo sucedió en el trayecto: dos ho1nbres
algo sucios y desaliñados lo interceptaron en la
casi desolada calle. Entonces, con el típico voca­
bulario vulgar de los delincuentes, le exigieron
el disco.
Dante dio varios pasos hacia atrás con la mano
sobre el pecho. Los tipos se abalanzaron. El joven

125
investigador se defendió, pero uno sacó una na­ -¡ No te preocupes, primo! -le contestó el
vaja y Dante tuvo que rendirse. El otro le quitó el niño-. ¡Ese no era el disco original!
disco sin inconvenientes. Cuando los delincuen­ --¡¿Q!.ieeé... ? !
tes iban a retirarse, Dante comenzó a gritar de -¡Yo lo cambié en casa de los abuelos!
rabia e impotencia, pero también para avisarle a -¿Entonces ... ?
su primo. Qyizás el grito puso más nerviosos a -¡Entonces alguien va a disfrutar en un rato
los asaltantes, ya que a pesar de lograr su objetivo, más de álgunos temas de Shakira J
uno de ellos le pegó innecesariamente en plena
frente, usando el cabo de st1 navaja. Dante quedó
aturdido y cayó de rodillas en la acera. Pero sin
importarle su indefensión, el otro hombre iba
a remachar con una patada, cuando se escuchó
la voz de Ricky, apareciendo en el balconcito y
mandando al ataque a Shogún, que bajó las es­
caleras a millón para atacar a los agresores de
su an10. Estos, de solo ver la cabeza del 1nastín
napolitano asomar por la puerta, emprendieron
1a fuga de inmediato, llegando a la esquina antes
que Shogún y perdiéndose en un auto hacia el
oriente de la ciudad.
Dante se pasó la nuno por el chichón de la
frente, para aliviarse el dolor, para aclararse un
poco las ideas y para quitarse el brillo, como
siempre.
-¡Rickyl -gritó-. ¡.i\1e han quitado el dis­
co! ¡Estan1os peor que antes!

126 127
24

-¡Tú ME ESTÁS DICIENDO que el di.seo que me


dio Sherry María estaba vacfo?
--Así es, prüno.
-Pero ... ¿pero ella entonces nos engañó con
el disco, como tú los engañaste a ellos?
-Así es, prin10.
--¿T-'u estas seguro.'?
I

-Así es, primo.


---¡Déjate de brrnnas, Ricky! Estoy enoja-
do. ¡Es increíble lo mala leche que me salió la
Sherry María esa!
--No, Dante, ella es buena, el malo de la pelí-­
cula soy yo.
--¿Tú? ... ¡Ah, todo era una bro1na!, ¿no es
.
cierto.?
-Claro, prirno., Si d material que vi es de
prm1era.
--¿En serio?

129
-¡Ni te imaginas lo que se ve en esos entre­ -¿Pero quién te dijo eso? -alzó algo la voz
namientos! el joven.
-¡Jesús, María y José! -¡Nadie! -respondió el niño-. ¡Solo vi que
-¿Y no sabes quién aparece darito, clarito, te quedaste bizco cuando la mencionaste!
recibiendo dinero en ese centro de niños lobos? -¡Eso no es cierto! -casi gritó Dante.
�¿OEién? -¡Seguro que delante de ella se te cayó la
-¡Cami! Así que ya tenemos una contunden­ baba l -siguió Ricky.
te prueba contra él. -¡Eso es n1entira! -· respondió el joven ya
-¡Jesús, Ivlaría y José! Así lo contó Sherry molesto.
María. -¡Apuesto a que cuando te dijo esas palabras
-Exacto. Por eso estaba pensando que debe­ ctnocíonantes, te des1nayaste! -continuó Ricky
mos llama�la para agradecerle, para saber cón10 diciéndole esto en su cara.
se encuentra y para averiguar cómo podríamos -¡No inventas más! -gritó Dante-. ¡Es
encontrar a Canü en estos días, si por fin está muy feo eso de mentir tanto!
aquí en Santiago ... -¿Mentiras? ¡Vas a ver si es cierto o no lo
-Sí, es buena idea. que digo! -dijo Ricky dirigiéndose al perro,
-Ella te dio su número de teléfono, ¿no? guiñándole dos veces el ojo derecho antes de ha­
--Así es, pruno -respondió el joven en . el blarle-. ¡Shogún! ¿Qté hizo Dante en ese patio
mis1no tono de broma que lo hacía Ricky. de Antofagasta? ¡Demuestra!
-¡Bien, Dante! ¡Estás aprendiendo a no ser Y el n1astín napolitano se paró en dos patas,
tan grave! cerró los ojos y se dejó caer al piso como un sa­
-Gracias. co de papa, como si se hubiera desmayado. Lo
-Oye, parece que te gustó Sherry María, ¿no? hizo de una manera tan cómica que hasta Dante
-¡Claro que no! de desternilló de risa.
-¡Sí, te e�amoraste de esa muchacha! -in-
sistió Ricky.

130
131
25

BUENO, VOLVIENDO AL TEMA -dijo Ricky


después de calmarse-. Llama a esa muchacha.
Enseguida Dante buscó el número de ella en
su celular y la llamó.
-¿Aló? ... ¿Sherry .María? ... Es Dante... Hola,
mira, es que necesitamos hablar contigo ... ¿El
disco? ¡Sí., está buenísüno ! �eremos agrade­
cértelo. . . No, se trata de Cam i ... Son dos o tres
preguntas que debemos hacerte, pero no por te-
.,. ·
l cmnoe ... i'-<!:1-e
n, · ,, b ten,
· gracias 1.... ¿CJuan
,, · do....? S'1,
hoy puede ser ... Perfecto .. , ¿Dónde me dijiste? ...
¿,El Santuario de la Naturaleza? ¿Dónde que­
da eso? ... Bueno, el taxista sabrá., . Está bien, en
treinta minutos nos vemos ... Chau.
Solo estuvieron un par de minutos esperando
en la transitada avenida.Dante le dio la dirección
.,

al taxista y se acomodaron los tres en el asiento


trasero del Nissan negro y amarrillo.

133
Cuarenta y cinco minutos más tarde, Dante todavía con restos de los asados familiares del fin
pagaba la entrada al lugar, y can1Ínando se inter­ dese.mana.
naron por una vereda de tierra entre un farellón Shogún llegó a ella corriendo y c01nenzó a la­
y un pequeño abismo, donde se veía correr un drar con10 loco. Los primos llegaron y Dante fue
riachuelo en lo profundo. Guiados po.r las fle­ el que saludó con alegría, al verla con los ojos ce­
chas en los árboles y en las rocas, se dirigieron a rrados, nüentras le tocaba el hombro, como para
la zona de picnic, donde les había dicho la joven despertarla.
que los esperaría. No había nadie por todo aque­ El cuerpo de Sherry María se fue deslizando
llo, quizás por la hora y por ser día lune��. hasta caer doblado al suelo.
Era un lugar precioso, casi virgen, con un pai­ Prirncro pensaron en un desmayo, después en
saje 1nuy irregular, donde se mezclaban los altos una borrachera y cuando llegó a la posibilidad
riscos, las bajadas de agua� los pequeños bosques de la n1uerte, Dante se acercó un poco más e hizo
y la poca fauna autóctona. <:.J acostu1nbrado procedimiento de ponerle el
Llegando al sitio indicado1 Shogún fue el pri­ dedo índice y el del medio en el cuello para de­
mero en descubrir desde lejos a Sherry IvlarfaI tectar signos vitales.
la cual estaba de espaldas� sentada en el suelo y -¡Está viva! -dijo con alivio.
recostada en un árboC entre espacios de césped, -Entonces está drogada -dedujo Ricky.
mesas y bancos rústicos y parrillas algo sucias, --¡l\1ira esto! -Dante señaló boquiabierto el
cuerpo de la joven.
Parte del rostro, brazos y piernas de Shcrry
!Vfaría estaban cubiertos con una suave y lacia
pdambre.
-¡Y 1nira esto también! -dijo el niño, se­
Ci:1lando un papel que sobresalía del bolsillo del
pan talón de la joven.
-Es una nota -aclaró Dante cuando la

135
tomó en sus manos-. Léela tú, Ricky.
El niño agarró e1 papel y leyó:

"Su amiguüa frá directo a acompañar a l)ieguito.


Solofaltan ustedespara completar la reunión. ¿Qyie -:­
ren ir? Una mordidita y serán inmortales. O eso, o
abandonan la investigación en este instante. Es la
última eferta. Siempre los estarnos observando".
l )1 ,.:sPuÉs DE VlAJAn CASI dos horas en bus hasta
1 t.anr:agua, los pri:mos c�uninaron un poco por la
-..,...Creo que están a punto de ... -comenzó a
comentar la nota Dante /\ la rncda, doblaron en la calle Arturo Prat y do:;
-¿Qyéle pasa a Shogún? --lo interrumpió tuadras más allá llegaron a fo entrada principal
Ricky. d1.:·l hotel.
El 1nastín napolitano estaba dando vueltas y Ambos se devanaban los sesos tratando de ha­
vueltas sobre en su eje a toda velocidad, con los llar una fc)rrnula que les permitiera encontrar a
(\uní sin ser indiscretos ante el personal del ho­
pelos erizados y lo.s ojos en blanco.
--jVámonos de aquí, Ricky! tel. 111vo que transcurrir media hora, para que la
Y los tres corrieron como almas que lleva el suerte viniera en su auxilio, antes de que se les
diablo. o.: cdcntara ckrnasiado la cabeza v· se les acalxu·a.
b paciencia.
'.:;aliendo del ascensor estaba d joven con su
cccrno chicle en 1a boca.
Con gesto resuelto Dante �;e adelantó, empu­
¡:111dolo de nuevo hacia adentro. Ricky, llevando a
Shogún, entró también antes de que se cerrara la
pl 1<.Tta y se hizo cargo de lrn; botones dd ascensor.

137
136
-¡Por favor, quítenme a esta cosa de encüna !
El perro estaba de muy 1nalas pulgas por su fobia
Al fin Dante se recuperó, se puso de pie y le
a los ascensores.
dio una orden a su perro.
-¡¿(�é hacen aquí?! ¡¿Cómo me encon­
-¡Suelta, Shogún! ! -le dijo con energía en
traron 7 ! ¡¿Qy.ién les dijo dónde estaba?! -los
sus palabras, aunque tratando de expresarle su
ametralló Camilo con sus preguntas.
agradccüniento al pasarle su mano por el lomo
-¡Cállate, desgraciado mala leche! -di jo el
c(�n ternura, al separarse de Camilo. Este, de in­
mayor de los prirnos y le fue encima.
mediato, adoptó una posición fetal en el piso,
Cami, un experimentado luchador, lanzó en­
cubriéndose la cabeza y el rostro con brazos y
seguida un fuerte dcrechazo, dejándole rliarcado
manos.
su anillo en la frente de Dante, quien perdió el
Cuando Dante consiguió al fin leva.ntar del
balance y cayó al suelo con un insistente zumbi­
piso a Cami, to1nándolo por las solapas de la cha­
do en las orejas.
queta, lo e1npujó hasta apoyarle las espaldas con"
Al ver a Dante en el suelo, Shogún se lanzó
tra la pared del ascensor y lo miró directamente
como una fiera sobre él, lo tomó con ambas patas
a los ojos para emplazarlo:
por los hombros, lo hizo caer, se le subió cncitna
-¡Ahora nos vas a decir de pe a pa lo que sa­
y su bocaza· con gran baba cubrió la n1andíbula
bes de toda esta basura!
de Cami, pero sin cerrar sus colmillos y dientes,
·-Yo... yo no sé nada...
como esperando una orden.
-¡No me hagas perder la paciencia, que si no
-¡OEieto ahí, Shogún! -grito Ricky y diri­
empiezas a Hcantar,, dejo que Shogún te convenza!
giéndose al .iovcn amenazado, añadió-: ¡Ahora -¡No, por favor, esa fiera no! -gritó Cami­
vas a ver, infeliz! ¡Tú no sabes lo que te espera por
lo abriendo exageradan1ente sus ojos, pero algo
golpear a Dante! teatralmente.
Transpirando a mares y con la baba del na­
-Entonces, ¿vas a hablar?
politano rodándole por la cara, Can1iio sacó la
-¡Les juro que no sé nada!
voz a duras penas, sin modular por no mover
-¡Shogún box ... ! -gritó Rocky y el perro se
la quijada.
139
138
levantó sobre dos patas traseras, poniendo las de­
lanteras en guardia típica de boxeo y dando unot; -·\(,I·i ·<L·11�,? _. i. ·-·I..�,'] .)o:qJ1 ,., . ····y•(,•..",,,.., }-tl. -·dJ· r.1ue · C",, �-�..1..111·1 o
pasos hacia Catni. cino:Jlidecier.a al comr,render-. ¡y sí me nicP-c)
Ji: !. '-' " ' ()

-¡No dejes que se 1ne acerque! -·le imploró :1 ayucar ¡ ·¡.o�; t 'l

el joven a Dante, que seguía sujetándolo fuerte­ ·--P.. i,J·�,- C:...:, ·L


¡,. c11sc;..
""· ... _,.1r:.ic:1.a10,:
- ,,, .,1· _(1 1� ·P·.-.• 1·-" iua l,·d .roro ·· qcK · •
mente por las solapas, impidiéndole todo movi­ 11.: :;�v:1ué con Ini cdnlar pegándole al gu:. n-dia de
., ,:ort-;truccton,
l.1 . ,, l :J roto e <1ue . te saque,, con e11 l000 ·1
miento. 1
l.. · Uu
... -··1 1L_ f. ( ,,¡ ..r,Jtll10
-· · .• C·l,.,.
�- 1....,
°¡•PO·
L ,_, . UltU" • ,. ··, ..
-Habla pues,o de lo contrario toco la campa­ {'
....

na para que pelees con Kid Shogún.


("
..,on 1 �\·· rnentu-a, · . fUe r a fl o¡anüos(: ·" 1 e 'l ¡oven · por
...,. ..____ , c.1 _. r111e
1:I' l 11, ir·clc- � ...11
- _. ._ rr;· · e........r.:,<;;¡•: -.[�;'··"-': ·tr-.. )rl ')"::,· r·:'1 ·1(,-
o F....J,;�.'J·-
1 f'l(-:L(l,.
-¡Pero no sé qué contarles! <' ... • -�· ,··1�.... .........
··· .

-Calma, primo -Rícky detuvo a Dante que


amenazó con pegarle, y dirigiéndose a Camilo, Y al ved,.) �1'.Ú., Ricky lo núró con ferocidad.
añadió-: Te propongo algo, 1ni querido cotne­ ·-¡;:;i no no:; lleVílS hasta tu. abu.d.a serás b.om­
chicle. hr<·• 1nncrtr;I - �-· ' . ¡,..r.-, (-'-f1'.' .P' olvol !·Cr111··:·:w! 1·'lle� C...J .
·-·� {-.,)1'P
. ·�·· . ·- t·.c..::il-
• • sJ- .,��,, ••

·-¿C�1é quieres de m.i? -dijo el joven dema­ i:-o! ¡Te haré b vida un yogurtl �gritó Ricky a
siado mansito. ·t··¡··t1··1,�fJ
�- 11.. ,_;¡"' r�i,·
. '"j _1 ,_ t,._._,_..-,)ll,.
¡.1..
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,�·,,·t· 1 l�1 1".., ·,,,·,-". 1·1,:,r:
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--Ci, , C.\-., ¡,j
r.•1... ''l· , ,.,t·l.. '(). •
":... .,,..,. '. "-.,V:.,..

Ricky le n1iró a los OJOS y le contestó 1nuy 1 b::;tzi Dante se ::-1s"1.1:::tó al ver fa rnirach.1. y la e;:pre·­
pausadamente :,:i (\-.-, rlt�1·· 1·1 1· l.-1,··1 n1 i(·' �,' "'') •1t•1·" c -l-::-1 ;·Jrc,,: l·:t F�r-_

-
- � .- . ..... .., -;--- - -,. _.. \!\.
& ,:.... r·r)·l-.l
_.,;.,t,....··�\ lcl·,
.. ...... �........c. . ..-,} "
1 �t ..,.1.. .

-Tú nos ayudarás a cometer u.na locura -le t.¡ .'.··.·¡¡T•i·ev1·f• cÍf·' ::01··11'"1· l') .·1·-1·LH"l"·l··,1 Cl ,.,,l• --:1C('Pl-,•�or q.1"''" 1·1,·'1
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dijo Ricky. \!' 'r , ....1 Vl c-c,q · ·e¡ ·-


I, _l_ t,:... i...• ..,,.>l..�..\. �. I_.,.

·--¿(..¿gé cosa? --····preguntó Carn1.


-¿Qyé estás tramando> loquillo? -quiso sa­
ber Dante tan1bién.
-Vamos a dar un paseo por d bosque para
visitar a la abuelita antes de que se aparezca el
lobo feroz ----les respondió Ricky.

'UiO
11-,l
27

··¡Srí�NTATE, MUJER! ¿Te convido algo?


-- ¿,Có1no vamos a tomarnos un trago, Marthi­
t:t Esto no será una reunión social -la regañó su
r..'.•T.'()S'()
.)['/ . ..
-¿Me puedes decir qué fue exactamente lo
r¡uc te dijo por teléfono ese desgraciado de Cami?
"··-preguntó ella.
--Ya te lo dije -respondió Sigfrido-, que
venían esta noche con urgencia para acá, porque
nos tenía que decir algo muy in1portante de par­
te de la señora Kathy.
-¿(�é podrá ser? Estoy muerta de miedo
·---�confesó Martha y se echó en un butacón fro­
t:ú1dose las inanos ncrviosan1cnte.
·-Nada nos puede pasar -afinnó su espo­
so-.. Nosotros siempre hemos cu1nplido1 ¿no?
·-¡Claro que sí� -aseguró la dueña de casa.

143
-¿Tocaron? -preguntó Si.gf.rido al creer es-·
cuchar un timbre.
--Parece que sL
Los dos guardaron silencio. Un minuto des­
pués se aso1nó una de las emplead.as .
-Señora, es el señorito C:a1ni -anunció an··
tes de desaparecer.
Se miraron furtivarn.ente., :;in que ninguno di­
jera nada ..
El joven, algo ta1nbaleante, entró al living y
se detuvo frente a ellos. Pero no llegó solo. loma�
do de su brazo, como sosteniéndolo, venía Ricky,
mientras con su otra mano traía a Shogún, como
siempre.
-¡Vaya, vaya! -dijo el nifio con una media
sonrisa-. QEé bueno que están aquí los dos.
--¿C,hié es esto, rnocrn,o? ·-·---habló con seque­
dad el dueño de casa.
-¡()iga1 ¡Hábldc con respeto! -dijo Dante
saliendo de la oscuridad por detrás dt.:: Camilo y
llevando a la señora Kathy ton1ada dd b1·azo1 que
hada esfuerzos por soltarse.
Un brinco de asombro mezclado con nüedo y
un grito contenido fue la respuesta de fa pareja.
-Ante todo -dijo Ricky--, usted, sefiora

144
Marthita, dígale a sus �n1pleadas que tienen la -¿No le da lástit.na tener así a una pobre an­
noche libre. ciana? -habló la dueña de casa.
-Pero ... -Le puede dar un infarto o algo así -la se­
-¡Haga lo que le digo, porque esto se puede c u ndó Sigfrido.
poner peor! -alzó la voz el niño. -No creo -contestó Dante, pasándose la
Ricky quiso darle un respaldo a su amenaza y 1 nano libre por la frente-. Si no le dio nada cuan­
zarandeó la cadena de Shogún para que hiciera do la secuestramos mientras realizaba una de sus
algo para apoyarlo, pero el 1nastín napolitano lo "visitas sociales", ahora menos le sucederá algo.
miró con expresión de no entender nada. El niño ·-Ustedes saben que co1nctieron un grave de­
entonces dijo. "¡Ponte bravo! H y ahí si el perro le l1to-se atrevió a decir Sigfrido-. Yo soy ...
gruñó amenazante a los presentes. -· ¡Cállese 1 -exdarnó Dante.
-¡Sentarse! ¡Y en silencio como si no pasara En ese momento Camilo comenzó a dar se-
nada! -ordenó Dante a los presentes y al ver a su 11a lcs de estar recobrándose. Miró a su alrededor,
perro casi acostándose, añadió-: ¡Tú nol Shogún ! se percató de la situación de su abuela e hizo un
Después de que se acomodó 1a pareja en el sofá; gesto de ir en su ayuda, pero el fuerte gruñido de
Camilo medio ido en un butacón con Ricky, y Shogún y el brazo a1nenazantc de Dante le qui­
Shogún detrás. Kathy en otro con Dante sentado taron el impulso.
en el brazo del 1nueble, sin soltar a la aún fuerte -Ahora quiero que todos respondan con la
anciana. pura verdad --dijo Dante-. Es La última opor­
Marthita hízo sonar una carnpanita para lla­ tunidad que les da1nos.
mar a su sirvienta. Cuando esta acudió) le dio la -¿Por qué piensa que le varnos a decir la ver­
orden con la consiguiente alegría de la empleada. dad? --1.o encaró Sígfrido.
-Nluy bien -dijo el niño después de que la -Quierou que ustedes decir touda la verdad
mujer abandonó el lugar-. Llegó el momento ......�dijo la señora Kathy, para sorpresa de todos.
de conversar como buenos amigos. -¡Pero, señora! -saltó el dueño de casa.

146 147
-¡I-Iáganlou les digou r -ordenó la ancia­ 1 h)r lo recaudado en los congresos. Allí se hacen
na-. De nada servir a ellous saberlou, ¿en tender? rn uchos negocios y yo soy la encargada de cobrar
-¿Por qué, abuela? ,k:spués.
-Pourquc le 1nandé una mensaje a mandou --¿,Pero, por qué ella recíbe ese dinero? -in­
míou cuandou yo verte con ellos vcnír hacia mí, •;i�;tió Dante1 frotándose la a111plia frente con la
antes de secuestranne igual a tí. Y ustedes lou marn.,.,1a de la camisa.
counocen, él nou perdouna and vendrá a salvar­ ---¡Porque la tierna y duke "señoura Kathy"
nous y a desaparecer esta gentouza. 1,·'.; una de las cabezas de todo este floreciente ne-·
Las dos parejas y el nieto sonrieron al escu· goc10, primo! ¡Negocio que mcluye la fundación !
cha.r y con1prcnder. Se acomodaron un poco más la agencia Tour Mundo 'Viaja y el centro de cntre­
calmados en sus asientos. lY.uniento! -explicó Ricky-. Seguramente ella
--¡Ya veremous! -dijo Ricky ünítándola, 111cdiaba en complicidad con su n1arido, t�! juezl
mientras se escuchaba cerrarse lapuerta de la para que no tuvieran proble1nas con la legalidad
casa-. Bien, ya estan1os solitos, así que comen­ (k: las actividades, la consabida protección ... ¿Es
. cetnos la tertulia, antes de que venga el juez ... A cierto o no, señoralvlartha?
ver, desde el principio nos van a contar toda la ··--Sí, es más o menos con10 dices ···-respondió
turbia historia de ese sucio y aberrante negocío I1 rnujcr.
de la fundación, de la agencia Tour i\tlundo Via­ ·--Ahora quiero que me diga usted rnisma, se-­
ja, del centro de cntrenam.icnto y de los lobiso­ hor;1 J\,1artha. r ¿por qué nos contrató? --volvió a
nes. Señora Marthita, empiece usted: ¿por qué le ¡ ,rcguntar Dante.
inandaba mensuahnente dinero a esta anciana? i
---Porque Dieguito desapareció con El l bro
-Bueno... -la mujer miró a su marido .!,,, !a selva y pensé que a ustedes les sería fácil
y después a la esposa del juez antes de respon­ et H.:ontrarlo, ya que andaría en sus líos por ahí
der-. El dinero que yo sie1npre le envío a la se­ . . "···respondió la mujer---, Adelnás, los vi tan ni­
.ñora Kathy, es la parte que le corresponde a ella iü!c{, que nunca ímaginé que fueran a investigar

148 149
t�,';·��r-f- 28
e::,. más allá y descubrir otras
'/ ·.i. l\ 6 ··f���l�l] cosas. ' '
�,·� /'�)4;::��.J:;ffl
fo· / '.. .,. ¡ 'l ,.
-Ahí fue donde la c1n-
(,'..'1
barraste, 111ujer -cor.oentó
Sigfrido con sorna.
-¿(hüén iba a pensar
que esto se iba a enredar
tanto? -r,�spondió J\/far­
thita casi llorando. -¡A.si QUE VAN A .METERSE en política ahora!
-Pensar no ser lou tu­ ···-·Ricky fue d prünero en reaccionar.
you, darling -dejó caer -¿(�é importancia tiene eso, primo? -pre­
Kath y.
b ntó con inocencia Dante.
cru
-Bueno, ¿,y por qué -Está claro -volvió Ricky a sacar conclu-
Diefnúto
o robó El libro de siones-. Esta pandilla ... o jauría, mejor dicho,
la selva? -guii)o saber ya está pensando en algo más grande, prin10. Se
Dante. ban vuelto más a1nbiciosos y quieren tener todo
-Él sabia que en ese li­ el poder, quieren don1inar este país. ¿No es cierto,
bro iba un documento n1uy importante esa vez, don Sigfrido?
il10 es derto? -intervino Rid<·y·'.
t, .-fVlás o menos ... --contestó el aludido, ba­
--¿Qié documento es ese? -preguntó Dante. jando la cabeza-. La orden era a1ncnazar a los
-La últin1a acta de la reunión, donde está re- políticos que no quieran corromperse y de paso
dactado d plan ''asesoría a políticos" -respon­ que algunos de los nuestros se introdujeran en
dió Sígfrido, las cúpulas de los partidos políticos para lograr
Duda y miedo era lo que expresaron las rrtira­ 1nás poder.
das que se cruzaron los adultos presentes. -¡Couharde! -espetó la anciana con repug-
e ·"
nancia, al cscuc l1ar .1t a con1es1on.
150 151
-¡Pe.ro usted fue la que nos dijo qu(: hablára­ Cami asintió con la cabeza.
n1os ! --se defendió el dueño de casa. ··- ¿Y qué pinta ese excoronel en todo esto?
-¡Q�é selecto el grupito este! -·comentó ·---preguntó Ricky.
D�,nte. Camilo se ptL<;O pálido con10 una hoja de pa­
-Sí., de fina selección -le contestó Ricky, pd bond y se estremeció perceptiblemente ante
antes de preguntarle a Carni-. Ahor,:.1 tú, rnas­ 1 as miradas de todos los presentes, pero estimu­
cachicle, dinos quién es la cabeza de esta jauria Lido por otra andanada de amenazas de Shogún,
crim1nal. v la rnirada de aprobación de su abuela, 1nusiró
El joven �e dem.oró en responder. El n.ííio z<-1.­ , 011 la voz entrecortada, como si se atragantara:

rarnJ;ó la cadena, Shogún lo miró y volvió a roi­ ··--¡Nano Sílvar es el jefe de la jau.ría!
rar a Ca1rtilo, con10 hasta ahora. Rid::y repitió el ·-¡Jesús, Maria y José! -excla1nó Dante con
zara.ndeo. F.1 perro de nuevo lo rniró, el nifio sus­ el ceño fruncido.
piró rnirando hacia el cielo y ahí fu.e que Shogún -¿No recuerdan el lobo que donüné aquella
reaccionó gruiíéndole con mucha energía al jo­ rnKhe diciéndole ºPanchito'? -continuó Ca-
� \_.
·1,7, ..·1··,-1.. ·,·1' nu1·' � a·' ·��-� l·1, '..,.__}
1v-, c1·de c:,, �,.l..JII. ,J.;,alir�ad
.J,c •• o r:1ui·:--á1c· fun- 1ndo.
l ..e:;(. ..., ...... ..) - "j '-
..1
:J

' .,.
M O � _ ... 0

c1ono· ., 1a an1cnaza., e 1 ca:;o es que e.1 ·Joven con f (:$- O: ---¡¿,Era él?! -volvió a saltar Dante.
-f\,Íano Silvar. ·-You puedou explicarlou -terció la señora
-¿:�tüén '? ¡Repítdo rnás alto que no te e:;cu- Ka1hy adoptando la pose de una verdadera jefa.
ché bien l -casi urzritó eJ nifio.. --·¡Explíquclo, pues! -exigió Dante.
--¡Nano �;ilvarl -repitió ,J_ interrogado, esta Con tono pausado, n1ostrando una confianza
--. 1· . b-lf• .. n Jr-•
,_, ..,.:.(-' 1··-1{)tab·:
-e- "-',) · Cllle'
1
, P''
·,- 1 f'!'""<.l l...O
0&_.::..,. -- --� ·1·-1 .,r)11 .:; ,:, 110
·"" 1-1·. J.�'l,.r-J 1.:li. ;:in.!...,-1
.....J ·--�'- ''-j I-.. J ,_, .. �:. ... -- y tranquilidad increíble, la aparente1nente bon­
le causaba rnicdo be sola pronunr.:.:iación de ese. dadosa y dulce ancianita contó que Nano Silvar
nombre. l'uc el primer lobisón puesto en ma�os de su
-¿Ese fue d excorond. retirado que se apare­ esposo el juez Pareada, por un colega argentino
ció en el 4 x 4 2icruella A noche en Vifw? -recordó a manera de regalo. Entonces ella le entregó el
!'"'-)rd. l·11·e ..• 11ti10 lobo llamado Francisco, aunque le decían
:t52 153
guía en toda Sudamérica, por nacimientos o por
Panchito, a su a1niga }n1.it;,Jnaría que no podía 1 llordidas, rnientras la agencia Tour l\llundo Viaja
tener hijo y la obligó a ella y a su .n-1�.rido Arturo "e encargaba de organizar los congresos a las que
Silvar a guardar absoluto silencio y a jurar eter­ .tsi��tían los interesados en reclutarlos.
na fidelidad. Ellos lo bautizaron otra vez con el ·-·-Entonces no es verdad que Nano Silvar
nombre de t,Iano. h:1� a sido el hermano de Dieguito -apuntó
1

Para ver si podía s?,.car algún beneficio.; a ella. 1 );mte-. ¿O sí?


se le ocurrió entrenar al niño lobo de los Silvar · --Nano es el hijo adoptivo de los padres de
para utilizarlo como sicario en el negoc�.o que Dicguito -respondió Ca.mi.
deseaba crea r1 y le dio tan buenos resultados por ·--Dieguitou también ser hijou adoptivou.
su fortaleza física, feroddad, ausencia dt senti­ 1 tue otrou de los lobisounes que la fundación
n1ientos y, sobre todo, obediencia, que de ahí. a conseguir y Anita nos lou pedir para adoptar
la idea de conseguir rnás lobisones y montar un 1ambién1 pourque a cllous gustar la experiencia
centro de entrenamiento rue e Enton-
. . ....
un pasito · .... cxpli.có la señora Kathy.
ces echó a andar el sustancioso negocio: proveer ---¡Un momento! -saltó el joven detecti­
de hornbres lobos a sus amigos corrupto�, y a los ve y de nuevo se quitó el sudor de la frente con
cri1ninales n1ás diversos, los cuales precü;aban de h I nanga de la can1isa-. No enüendo ... ¿,Por
este tipo de bestías para la buena 1narcha de sus c¡ul· Nano Silvar apresó y castigó tan duro a su
actividades ilícitas ocultas. l 1crmanastro?
En el caso particular de l'·,Jano Silvar, resultó -Porque Dieguito cmnenzó a írsde de las
tan bien entrenado y obediente, que 1o puso de manos y a actuar por su cuenta -esta vez fue
jefe y para respaldar sus actividadr�s1 con la in­ ( :�1 rn i lo quien respondió.
fluencia de su marido le consiguió unos falsos ·-·-¡Claro, la prueba está en que se robó El li­
grados de coronel, aunque nunca pasó por una /110 de la selva con el dinero y los docu1nentos

acadetnia militar ni por un cuartel. 1-.Jano Silvar comprometedores que tenía adentro! -dijo
�;e hi:ro cargo entonces dr: la base de entrena­ 1( icky-. ¡El lobito se rebeló!
miento de los lobisones que la fundación conse-
155
154
29

'"--¡TENGO OTRA DUDA! -dijo Dante-. ¿Có1no


Nano Silvar puede convertirse en lobisón sin ser
dG noche, para entrenar y hacer sus fechorías?
-Nlira, antes se transfonnaban solo los vier­
nes a las doce de la noche y solo con luna llena,
1 lero eso cambió hace tiempo. Eso es para los lo­
h Lsones simples, los 1nás animales. Nano Silvar
csUi tan evolucionado, que con solo rnorderse él
1nismo puede convertirse en hombre lobo a cual­
quier hora.
-¡Jesús,lvfaría y José! -soltó Dante, incrédulo.
-Bueno, continúa, tragachide -ordenó Ricky
dl'. nuevo-. Por ejemplo, ¿qué hiciste con el li­
bro que te llevaste?
-Este ...
-¡¿Cóinou que tú llevar?! -saltó la señora
Kathy, asombrada por la confesión de su nieto
favorito-. ¿Pour qué nou entregar a 1ní?

157
-Perdóname, abuela, es que.. , es que.,. ¡I"Jano
,c.·"
..,1. lvar m.e obl'1go.,, y....!
-¡Ya veou que nou pouder confiar ni en la
1nisn1a sangre de unou ! -lo fulrninó la anciana
con la mirada, haciendo que Cmni se sobrecogiera. \
-¡Por lo que veo -exclamó Dante-., estos •
f,eñoroncs �;e traicionan unos a otros con derna­ A\ i
siada facilidad l
A�.)
¡#;\V; 1
i
r·t
-¡Cuandou salir de estou, tú, t,Janou, tener { ,,- ·º '

que explicar actitud touya y de él! -bramó


Kathy evidentemente furiosa.
-I'·fo hay nada que explicar., señora -se bur­
ló Dante-. ¡Está claro que el coronel lobo y su
nieto taxnbién planeaban n1.ontar negocio apar­
te! ¡Ah! -recordó de repente, levantando el
dedo índice de su n1ano izquierda, pues en la de­
recha seguia apresando a la anciana-. ¿Por qué
J:,,fano Silvar siempre se n-iantiene en las sornbras
. l
su.1 oar J.a cara ,,(
--¡I",Jo quieran ustedes saberlo! -respondió
Can1ilo y de nuevo el terror hizo que su voz se
resquebrajara.
-Ivlí poder explicar csou también -volvió a
terciar la s,.::fiora Kathy, 1nanteniendo su aparente
tranquilidad-. Cuandou l'-Janou excitar ou ;:;n­
furccer, salir de él el lobou que llevar dentrm.1;

158
morder él n1ismou y nou querer ver ustedes en quiero saber, ¿qué pintaba Sherry IVlaría en todo
lou que convertir. y comou�l excitar fácihriente esto?
y tener tan mal carácter. .. -Ella era una muchacha con talento natural
-¡Se transforrna en d hon1bre lobo de Oui- para ocupar la gerencia de Tour Mundo Viaja,
"-··
1"1cura.) -terrnm.. . o'"l. a frase
' t..'"'amilo con un nuevo pero precisamente por su inteligencia se convir-
1 iú en una traidora y en un peligro para nosotros.
tcm.blor de su vm:.
Durante unos .segundos r;c produjo un silencio ( '.nnsultan1os la situación con Nano Silvar y este
( kcidió convertirla en lobisona para que fuera
sepulcral.
,1bediente e incondióonal -saltó Sigfrido.
--¡Un 1r1mnent.o! -lo rompió Ricky-" ¿Por
--¡Cómou 1ne doliu lo de esa níña! ¡Sherry
qué el cuidador del ,;:-dificio y el portero del San­
J\lfary era la pareja perfecta para nü Cami! -co­
tuario de la l\fa.turaleza no avisaron .a la p. olicía?
. . .· . llH:'.lltÓ la anciana.
-1norque Nano Silvar los arnen;:i.zó si se iban
de lengua -contestó Can11i-. ¿Creen ustedes -¡Si nunca fueron novios, señora! -saltó
que algun.o de ellos podía atreverse a contrade­ l)ante.
.
CH1 O! .r)
--- ¿Cón1ou? -se extrañó Kathy.
-No le hagas caso, abuela -terció rápido
--¡Lo supuse! --con1entó Ricky y agregó-:
. c:�tmilo.
¿,Vero para qué quería evitar eso? il"k> era mejor
·--Tengo entendido que los lobisones son los
que nos encarcelaran a nosotros y así sacarnos
sC:pt"i1nos hijos varones ) ¿no? -apuntó Ricky
del camino?
sin interesarse mucho en el lío del noviazgo-.
--1\101 porque �,e pc.idrfr� armar un escán.dalo 1
salir en los n1edíos v) eso..� t.,/ Aunque también pueden ser infectados, claro. ¿A
¡v p. ar:::
· .,.1 q
·"". · uf
. .,.,, G·�irrie•· - arc.:�.,:e
• · ·dg ,_.
ella la mordieron para convertida entonces?
por ustedes que no valen nada� coff1parado con
-La primera vez, sí -aclaró Sigfrido -,
perder el negocio al hacerse público? -contestó
,-...,a1n1. con
.---.. . sanzre f·r1a
,. ' ..
pero co1no no obedecía bien 1 a la señora Kathy
-.:::i
se le ocurrió que con un médico amigo mío le
-1\1uy bien., pues seguimos -dijo Dante� sa-
hiciéra1nos una transfusión, dándole una buena
tir:.fed10 de córno iba aclarándose todo-- ..Al1ora
161
160
porción de sangre rrtaldita, en vez de n1orderla --¡Abuelo! -gritó Cami, entre alegre y mie­
otra vez, para que eí proceso fuera lento y de paso doso.
cxpcrirnentar para cuando le tocara el turno a -¡Buenas, tengan todos! -dijo el juez Jorge
los políticos. Y resultó. Pareada entrando a la sala con una sonrisa en la
-¡Es aborninabk y asqueroso todo lo que boca.
oigo! -exclamó Ricky con repugnancia. -Co1nou en película, de épouca mía -sonrió
-· ¡)egús., iV[arfa y José! ¡Y qué horrible! la señora Kathy-: ¡llegar caballería a salvarnous l
En ese instante se escuchó un aullido que dejó Las miradas iban del juez al ventanal. Des­
congelados a todos, 111.cnos a Shogún, que se puso echando finalmente de mirar al juez, al quedar
a dar vueltas y vueltas sobre su eje a toda veloci­ paralizados viendo al hombre lobo ensu segun­
dad, con el pelo erizado y los ojos en blanco. do aullido.
A través del gran ventanal de vidrio de la sala Dante se lanzó al piso, dándose en la frente
de estar que daba al espacio.so jardín, todos pu­ con la pata de la mesa del centro.
dieron conten1plar a �,.Jano Silvar subido en el te­ -¡Vamos, pri ,no, que yo tengo todo grabador
cho de la casa vecina. Su silueta se recortaba en el -gritó Ricky, al rnismo tiempo que trataba de
cií!lo, bajo la intensa luz de la luna. correr tirando de la cadena del perro-- ¡ Vamos,
Los presentes fueron temerosos testigos de ayúdame con Shogún !
la mordida que se hizo en su propio brazo. Pre­ Dante obedeció y los tres se dirigieron a toda
senciaron estupefactos fa rápida salida de la pe­ ,·docidad hacia el estaciona1niento de autos, en
lambre en todo su cv.erpo, el alargaroiento de los b11sca del Jaguar de Camilo. Se salvaron por un
colrn.illos 1 de las orejas, de su curvatura hasta po­ segundo, ya que casi al salir de la casa, d hombre
nerse en cuatro patas y la transfonnación de su lobo de Q¿J ilícura, en un cnonne salto 1 atravesó
rostro en hocico. d ventanal, haciendo añicos los vidrios y cayen­
M.ientras eso pasaba, I{icky guardó su ce­ do en n1edio de los aterrorizados presentes y el
lular, donde había grabado la in1prcsionante risueño juez.
conversación. Los primos y el perro lograron subirse al ve-

162 163
11Ículo y casi sin ver hacia delante, por ir n1uy 30
escondidos, salieron a la calle abriendo un gran
agujero en el portón de la entrada, con el dolor de
Ca1ni que lamentaba a lágrima viva el destrozo
de su auto, al observar la escena a través del am­
plio espacio que dejó el ventanal destrozado.
-¿Para dónde vamos, Ricky? -gritó Dante
incorporándose en el tin1ón.
-:Con
1
esta grabación vamos a negoda.r una M.1ENTRAS RrcKY Y EL PERRO tomaban un taxi
salida digna, pri1no! -respondió el niño, elucu- :1lc1ándose de allí en sentido contrario, Dante
brando un plan en su mente. tomó rmnbo a la oficina.
-¿Pero qué hacemos ahora? -insistió el · Un rato después, para que no lo vieran entrar
Joven. por el frente, por si lo estaban esperando, el jo­
-Vete a la oficina y recoge todos los papeles, ven estacionó en una calle al fondo y entró por el
sobre todo el computador. Yo voy a hacer algo t:1 l ler n1ecánico que daba al patio de su edificio.
con estas grabaciones, ¿de acuerdo? Saltó la muralla y subió por la escalera de incen­
-¿Pero qué hago después? dio, llegando lo más agazapado que pudo a su ofi­
-Espérame allá, que yo no tardo mucho.... ci na-dcparta1nento. Se sorprendió al encontrarlo
Pero ten cuidado y no te fíes, porque el hombre iodo revuelto y faltando el computador. Eviden-
lobo de �ilicura ya debe estar pisándonos los 1 <.·tnente, Nano Sil var había pasado por allí, antes
talones. de presentarse en la reunión.
Se despidieron con chorros de adrenalina cir­ Sin perder un instante, Dante echó en un par
culando por sus cuerpos. de bolsos todas las pertenencias más in1portantes
que pudo reunir, más los papeles, incluido todo
el dinero que había en el departamento, que no
era mucho.
164 165
"¡l'·,Jo s¿ a dónde podren1os ir si nos persignen, Dante obedeció. Lo hizo a tiempo. La fiera se
porque no podemos llevarle este lío a los abue­ bnzó con toda su furia. El joven se apostó junto
los! 1', pensó angustiado. ;1 la puerta para tratar de detener, o al menos de­
Pero el momento no era apropiado para po­ morar, al de1nonio cuyas etnhestidas hacían es­
nerse a pen(;ar �n más desgracias que las que ya t rernecer la madera de la puerta.
padecfan, por lo que ton1ó el bolso y se paró a En los oídos de Ricky sonaban con10 eco los
esperar en el fondo dd depéu-tan1ento� di:-;puesto resoplidos de la bestia. "Esto ya lo viví'\ se díjo,
a huir por donde vino, antes que aquello se con­ pero sin seguridad. "¡Ah, lo soñé hace unos días,
virtiera en una ratonera. :,ntcs de venir 3. (�ilicura y en1pezar esta histo-
.
Pasaron quince minutos de ansiof!.a y angus­ na.1", record,,o.
tiosa espera. Fue ahí que sintió los chirridos de De pronto la puerta cayó y apareció el n1ons­
u.nos neum.áticos en la call,:. Entró de nuevo al !Tuo, híbrido de hombre y loco. Dante trastabilló
departarneoto y ason1ó la cabecita por detrás de y se golpeó la frente contra la so1nbrerera. �e­
una cortina para ver. Pudo ob:�crvar cón10 d niño dó algo aturdido. Era el instante que debía apro­
pagaba el taxi se dirigfa. hacia él junto a Shogún. vechar el niño. Por eso lanzó con toda su fuerza
..
f.. .,orno . / a ab nr
. .la puer i:a. la pelota de baloncesto, como lo hubiera hecho
--¿Ya tienes todo? --preguntó R..icky. lason Kidd, su jugador favorito de la NBA antes,
--Claro, prirr.1.0� estuve un buen rato solo aquí. o Manu Ginóbili, su ídolo después, o LeBron Ja­
-¿Y este desorden? ¿Lo hiciste tú t Dante? mes, su preferido en la actualidad, en un decisivo
-¡Por supuesto que no! Yo ... ti ro de tres puntos antes de sonar el pito final del
Pero no pudo terminar su explicación . lJn te­ 1ucgo. La pelota pegó entre las orejas del atacante,
rrible aullido y la�; vueltas in terrn i nables de Sho­ txacta1nente donde se les clava la bala plateada
gún en ::�u sitio., afaJTnaron a los n,uchachos. a esas fieras para matarlas. Pero no fue el caso,
-¡Cierra bien la puerta! -logró gritar d solo hizo que el hombre lobo quedara también
nifi.o antes del otro aullido. algo aturdido. Sin embargo, Ricky no contó con

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la desco1nunal fuerza del lobison., que se levantó Cuando escuchó el rnotor de la camioneta
1nostrando varias veces sus belfos espuff1osos y 4 x 4, Dante reconoció al juez Pareada en el vo·
sus cohnillos ainenazantes. lante y sintió más miedo.
-¡Corre, Dante! ¡Corre, Shogún! -el niño El niño también se dio cuenta enseguida de
agarró a su primo por una rnanga y lo empujó lo que pasaba, por lo que ingresó al Jaguar como
hacia el fondo, al mü;m.os tiempo que botaba ha­ una flecha, dejando la puerta abierta para Sho­
cia e1 suelo un fra:,co destapado lleno de chin­ gún. Un segundo después el perro entró. Dante
ches y repuestos de corcheteras, de una n:ae��a de hizo lo rnismo entrando de cabeza a manera de
la oficina-casa. clavado, con tan n1ala suerte que su frente fue a
Entonces ? con la furia típic;}_ de esos se1nihorn­ chocar contra el espejo retrovisor, pero esta vez
bres o semianinialcs, l"lano lobo se lanzó a perse­ controló el aturdirniento rapidísimo, quizás por
guir a los n1uchachos. la adrenalina del mornento.
Pero pisar fas chiches y lo dernás se .hizo muy -¡A Pirque! ¡Y volando! ·-gritó Ricky:
dolorm;o, Al ver sus patas rojas de sangre, la fiera Dante apretó el acelerador, de manera que
se subió en un sillón a aullar y lan1erse las zonas el vehículo saltó hacia delante y se alejó a gran
t�\-,1 . herida:�. velocidad.
Dante guió a Ricky y a Sho­ La salida precipitada del Jaguar sorprendió al'
gfo1 por el rnisn10 canü­ juez, que tardó unos segundos en reaccionar para
no que utili:új.: bajaron iniciar la persecución. Enseguida subió junto a
las escaleras de incen­ ¿'J Nano Silvar, medio convertido en 1obo aún y

dio, saltaron la ro.ura· cojeando.


lla y por el taller de -¿Por qué tardaste tanto en volver? ¡Por
tnecánica salieron poco te pílla en la calle esa bestia! -recrüninó
a la calle. Dieron la l)ante al niño, nüentras se frotaba la adolorida
vuelta a la rnanzana hasta llegar al Jaguar. frente con una mano, nianteniend� la otra en el
-¡Sube! --·le grito al niúo. volante.

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-Luego te explico... Ahora lo irnportante es
llegar aJ. colegio Colonial de Pirque. trellarse contra un poste del alumbrado público.
-Es cierto, porque el diablo y d lobisón se Del interior del 4 x 4 se vio salir a un ser mi­
están acercando -observó el joven a través del tad hombre mitad lobo, que con el rabo entre las
retrovisor. piernas y aullando lastímosam.ente, se perdió en­
Unos segundo� de[)pués la canüoneta se ponía tre los árboles de una plaza. Desmayado sobre el
a la par del Jaguar. Len; pritnos pudieron ver la tünó1:i quedó Pareada.
cara de odio del jue:z Pareada y la mirada de mJl­ El Jaguar llegó al fin al colegio Colonial.
dad del hornbrc lobo de ()uilicura. ·- -Ya 1ne puedes decir por qué vinimos para
acá, ¿no? -quiso saber Dante.
De repente Rícky recordó algo y sacó un ro-
sario de su bolsillo y se lo mostró a f',Jano Silvar. -Porque d único teléfono que tengo de al­
l)espués hizo con10 que cargaba un arma con guien de confianza, aquí en Pirque, es el de Ed­
las bolitas dd rosario en sus piernas, fuera de la mundo Sovino, el dueño de este colegio y lo l lan1é
vista de I··,Tano Silva.r, el cual s� asustó rrmcbo y hace un rato pidiéndole si nos podía ayudar, es­
corncnzó a :;altar dentro del vehículo como si conder y eso, y me dijo que sí. Pensé en Pirque,
se hubiera puesto loco de repente. La cam.ioneta ya que si nos escondemos mucho tie1npo, por lo
ernpezó a bandearse por el pese\ quedándose algo menos estamos cerca de los abuelos.
i"t'.'Tao-'¡r:la. r.,n },·, (''' r·s·,-..r ....
�·"-' b"" __.. >... e;¡ �•-\. 1, - CJ.,
-Buena onda, el Mundo -comentó Dan�
-¡Aguántate! -gritó Dante, aprovechando te-. Desde la época del asunto del chupacabras
el titubeo del 4 x 4., dándole violentas vuelt9.S al siempre ha den1ostrado ser un buen amigo.
timón, -Así es.
El Jaguar casi dobló en ángulo .recto en dos -Lo que me fastidia -n1asculló Dante, ya
ruedas. c11ninando por la vereda de la entrada del Co­
Sorprendido, d vieJü juez trató de imitar la legio-, es que esos desgradados se salgan con la
maniobra, logrando solo perder el control de fa suya y continúe el negocio sucio e injusto de la
dirección, para después de alguno�; tumbos, es- cría de lobisones y esas cosas.
-No se saldrán tan fácil con la suya -res-
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pondió R icky con tranquilidad, y señalando a 31
un gn1po de reporteros de la prensa, la radio y
la televisión, que con sus grabadoras y cámaras
atestaban el saloncito de entrada del colegio-:
¿Ves a esos periodistas?
-Sí, ¿por qué están ahí? ¿Los estudiantes de
Mundo se ganaron otro premio? -contestó el
JOVCil.
-Te equivocas -sonrió el niño-, nos espe­ ·--¡iNOs ESPERAN A NOSOTROS?! ¡¿()Eiénes so­
ran a nosotros, primo. Mundo y su esposa Nena, mos tú y yo para que nos espere toda la prensa
que es relacionadora pública, tatnbién nos ayudó 1. 1 e l pa1s
., 71
..
en eso. A ella fui a ver cuando nos separan1os. Pero m.uy pronto con1prendió a qué se refería
Ricky. Fue entonces cuando su primo abrió un
paquete que llevaba debajo 'del brazo y sacó una
buena cantidad de discos.·
--En estos CD y DVD está toda la informa­
ción que ellos necesitan.
-¿�é vas a hacer? -le preguntó Dante
con los ojos muy abiertos.
-Era la explicación que 111e faltaba darte
·-respondió-. Me den1oré porque en la ernpre­
sa de la señora Nena n1e puse a sacarle copias a
las grabaciones que había hecho en las casas de
Marthita. Después lla1na1nos a !vlundo para que
nos esperara aquí y su mujer llamó a los diarios,
estaciones de radio y de televisión y los citan1os.
172 173
-¡Pero eres un .genio, enano! -exclamó identificó mostrando su credencial-. Debo fe-
Dante, mirándolo cada vez con rnayor orgullo. 1 icitarlos por el seguimiento detectivesco que
Enseguida su rostro se iluminó de esperanza y hicieron. Nosotros llevábamos el caso y moni­
sacó en conclusión-: ¡Eso quiere decir que ya roreamos la actuación de ustedes. Nos ayuda.ron
no tenen1os que escondernos! rnuchísi1no.
-Lo siento -Ricky lo nüró con pena-, -¿Así que durante todo este tier.npo, uste�
pero eso no cambia para nada nuestra situación. des estuvieron detrás de nosotros? -preguntó
Esa gente tiene demasiado poder... Aunque los Ricky.
condenen y envíen a prisión, quizás sigan diri­ -Afirmativo.
gicnd<\ controlando y ordenando del otro lado -¿Entonces los van a tomar preso? -quiso
de las rejas. ¡Bicho malo nunca 1nuere! Por eso saber el niño.
debemos desaparecer por un tien1po. -Ya están detenidos -afirn1ó el hombre.
Dante asintió con tristeza, comprendiendo -¿,El juez también? -preguntó Ricky.
que una vez n1ás Ricky tenía razón. 'larnbién -Ese fue el primero -contestó el otro hombre.
sintió lástin1a por los abuelos, que sufrirfan 1nu­ -¿Y Nano Silvar? -inquirió Dante con temor.
cho cuando se enteraran. -También atrapamos a esa bestia herida en
-Pero esto, en manos de la prensa, podrá ha­ la plaza donde se quiso esconder -contó el pri­
cerles mucho daño -a.ñadió el niño. mero de los agentes.
-Creo que sería mejor que nos diera esa in­ -¡No crean que fue fácil apresarlo!-señaló
fonnación a nosotros ... d otro�. ¡Y con los niños lobos y sus entrenado­
-¡¿Q1é ?' l -los primos palidecieron ante res fue peor1
la sorpresiva presencia de dos horr1bres de pelo -¡Me lo in1agino!-resopló Dante aliviado.
bien corto, gafas oscuras y trajes grises. -¿Pero qué pasará con nosotros? -volvió a
-¿Qüénes son ustedes ? -preguntó Dante interrogar R icky.
a duras penas. -Desde ahora ustedes están bajo nuestra
-Policía de Investigaciones --el hombre se protección. Y no se preocupen que esa jauría no
174 175
dd ra jamás de la cárcel. .. o de un zoológico
i ..

,·:,1)cciaL
,�-· ;,Entonces no nos tenemos que esconder?
'"" saltó Dante.
-,¡Claro que no! -contestó el policía.
Los gritos y saltos de los primos, bailando al­
n.xkdor de Shogún, hizo que se sonrojaran un
poco los dos hombres, ante las miradas de todos
lo.s estudiantes y profesores que se acercaban asa­
ber por qué tanto alboroto en el colegio.
-¡Oigan! -los llamó a la calina uno de los
policías-. Tatnbién les tenemos un gran regalo.
-¿Cómo? -exclan1aron al unísono los dos
ba i I adores.
-Sí, tienen una beca para estudiar en la Es­
cuda Nacional de Investigaciones.
Ricky y Dante quedaron boquiabiertos. Sho­
gún se paró en dos patas, dio un giro en el lugar y
cayó redondito al suelo, sitnulando un des1nayo.
Eso provocó n1ucha risa, lo que ayudó a que reac­
cionara el niño, el cual ton1ó por los hon1bros a
su prin10 para ponerlo de frente a él y le dijo:
-La beca es para ti, Dante. ¿1e das cuenta que
vas a ser un detective de verdad?
-Pero si tú eres el mejor...
--Yo tengo que estudiar aún en el colegio.

177
(�üzás� cuando tern1ine la enscfi�u1za rn�d1a 1
torne la beca tan1bién.
-Tienes razón. Entonce:; yo pronto voy a �;a­
ber n1ás que tú de e�)ta profesión y si un día no!'�
metem.os en un caso cmno este, ¡yo seré d jefe!
¿.·l·J� e -41-'lCJ-1•·-d<'
,.:.J. -- .) ?
.

-¡l)c acuerdo!
Shogún comenzó a dar vueltas y vueh:a�; en el
lur!ar
u a to,da velocidad, con los �nclos erizado� \)')
los ojos r:n blanco. "lodos rieron de la ocurrencia
del peno.
-¡Pare(e que tenc1no:; que celebrar algo!
--dijo Mundo llegJ.ndo al grupo.
-¡¡¡Sí. l ! \ -gritaron todos"
Pero la alegría duró poco, Un fuerte aul tido,
rc">rn(" ri'"" lobJ r� se e·,1.;cui(··l·1f)rrJo· ,. k)r: ,�·.) iTt'·-.(){' r.·1· tU''!<·ln,,.
... . . J -C: - J�-... ...... ._..., -� J, -�· �, ,__.,_,·"-·· � ._¡.._i ,,C.-�-'·'

detrús de las canchas de hockey del (olegio.


Tódos quedaron paralizados. Y nadie volv.ió a
burla.rse de Shogún.

173
,,,. ,?s cornediante y es.cdtor nacido en Cuba. Si
bien es llnge111ern Civil de profesión, su fasdna�
ción por el humor, l.a creaci6n y la lecturn lo ne­
varon a t1·abajar en ia Uteraturn y fon1ento l.ector.. TE CUENTO QUE AtEX PELAYO ...
Af..tualmente dkta taUerr':!s., partidpa en sel1í1ina­ ... e5 un talentoso ilustrador y humorista gráfico.
rios, realiza ch.arlas y visitas tanto a mediadores Comenzó estudiando Artes Plásticas para luego
de la lectura como a lectores, derií:rn y foer.a de dedicarse a la ilustración de libros infantiles. Su
ChHe. obra ha sido publicada en Chile, Perú, Argentina,
H2l obtenido vados premios y dt5tindones 1r1í:er­ Ecuador, Uruguay, España y Turqui'a.
fülcionales por sus lfürns. Junto a su padre formó el dúo de humor gráfico
En SM ha pi.nblicado 2ilgunas de� sus obrasi como la Pelayos, que ha dado vida a un sinfín de historias.
serie del famoso persono.je f�t1ib>i el Htffo álbum En SM publicó el libro No lo puedo creer en coau·
f�@ �@ ��Q8(�do o:�·l?!eiú' y t=.l enñgmaJ d�I hmj�1@ �ser@t-:, en toría con Pepe Pelayo.
!a: serie a;:ul. de la colección lEl Barco ch� Vapor.

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