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Sigmund Freud (1856-1939)

Primeros años

Nació el 6 de mayo de 1856, en ahora Pribor, Republica Checa

Su padre era un mercader de lana, al fracasar su negocio se mudaron a Leipzig Alemania y luego
cuando Freud tenía 4 años se mudaron a Viena, Austria.

Al nacer, su padre tenía 40 años y su madre 20 (3er esposa del viejo). Su padre era un hombre
estricto y autoritario, Freud recordaba haber sentido hostilidad, odio y rabia en su niñez.

Su madre era atractiva, y era protectora y cariñosa con su hijo. Freud sentía un apasionado apego
sexual hacia ella, una situación que fue el escenario para desarrollar el concepto del Complejo de
Edipo.

Freud tenia una enorme confianza en sí mismo, una intensa ambición de triunfar y sueños de gloria y
fama

Freud resentía y expresaba ira y celos hacia sus hermanos

Desde temprana edad mostró un alto nivel de inteligencia, que sus padres ayudaron a florecer: no se
permitía a sus hermanas tocar el piano para que sus estudios no fueran interrumpidos por el ruido.
Tenía una habitación solo para él, y mientras el resto de la familia usaba velas, su cuarto era el único
que contaba con una lámpara de aceite.

Ingreso a la secundaria un año antes y estaba al frente de la clase, hablaba fluido alemán, hebreo
latín, griego, francés e inglés. Aprendió por si mismo italiano y español.

Tuvo muchos intereses (como la historia militar), pero entre las pocas profesiones a las que tenían
acceso los judíos en Viena, eligió medicina () porque creía que le permitiría hacer una carrera en la
investigación científica donde podía encontrar la fama que deseaba.

Episodio de la cocaína

En la escuela de medicina, experimentó con cocaína (no era una droga ilegal y no se sabía de su
efecto adictivo). La usó e insistió a su prometida, sus hermanas y amigos a usarla. Promocionaba el
fármaco como una droga milagrosa y una sustancia mágica que curaba muchos males y podría ser el
medio para asegurar el reconocimiento que quería.

1884: publicó un articulo acerca de los efectos beneficiosos de la cocaína, que fue considerado como
influencia para el uso epidémico de la droga en Europa y Estados Unidos. Fue duramente criticado
por su participación en la plaga de la cocaína y aunque trató de erradicar su antiguo apoyo, según las
cartas publicadas mucho después de su muerte, continuó usando la cocaína hasta la mediana edad.

Base sexual de la neurosis.

Freud estableció su práctica como neurólogo clínico en 1881 y comenzó a explorar la personalidad
de quienes sufrían perturbaciones emocionales.

Varios meses estudió en Paris con el psiquiatra Jean Martin Charcot (pionero en el uso de la
hipnosis) que lo alertó sobre la posible base sexual de la neurosis (y de los conflictos emocionales).

“Un colega describió la ansiedad de una paciente, que, en opinión del terapeuta, era resultado de la
impotencia del marido, que en 18 años de matrimonio jamás tuvo relaciones sexuales con su
esposa”

¿Abuso sexual en la niñez o fantasía?


1896: Freud estaba convencido de que los conflictos sexuales eran la causa principal de todas las
neurosis. Afirmaba que casi todas las mujeres que eran sus pacientes informaban haber sufrido en
su niñez experiencias sexuales traumáticas, parecidas a la seducción y el seductor solía ser un
familiar, generalmente el padre (hoy en día lo llamamos abuso infantil y puede incluir violación o
incesto). Freud creía que estos traumas sexuales tempranos ocasionaban conducta neurótica en la
adultez.

Un año después de publicar su teoría Freud cambio de opinión. Decidió que la mayoría de los casos
de abuso sexual en la niñez mencionados por sus pacientes en realidad no habían ocurrido, le habían
estado contando fantasías. Esto parecía haber socavado el fundamento de su teoría de la neurosis.
Pero, si lo traumas sexuales infantiles nunca sucedieron ¿Cómo podían ser las causas de la conducta
neurótica?

Al reflexionar, concluyó que las fantasías descriptas por sus pacientes eran muy reales para ellos,
creían que los acontecimientos sexuales espeluznantes realmente habían ocurrido. Y puesto que las
fantasías giraban alrededor del sexo, éste siguió siendo la causa de las neurosis adultas.

1984: casi un siglo después, Jeffrey Masson (psicoanalista) se encargó por un breve período del
Archivo de Freud y lo acusó de haber mentido, y aseguró que sus pacientes sí fueron victimas de
abuso sexual en la niñez. Masson afirmó que Freud dijo que esas experiencias eran fantasías para
lograr que sus ideas fueran mas agradables y aceptables para el público. Disimuló la verdad para
hacer que su teoría de la neurosis sea más aceptable, porque ¿Quién podría creer que tantos padres
y tíos abusaban sexualmente de niñas pequeñas?

En la actualidad el abuso sexual de niños es mucho más común de lo pensado, lo que llevó a muchos
estudiosos contemporáneos a pensar que la interpretación original de Freud era correcta. No
sabemos si Freud suprimió la verdad como afirma Masson, o si en realidad creía que sus pacientes
describían fantasías. Puede ser que “los pacientes que decían la verdad con respecto a las
experiencias infantiles eran más de los que Freud estaba preparado para creer”

Vida sexual de Freud

Es paradójico que siendo Freud quien insistía en la importancia del sexo en la vida emocional,
experimentara conflictos sexuales personales. Su actitud hacia el sexo era negativa.

Escribió sobre los peligros del sexo incluso para aquellos que no eran neuróticos, y exhortó a la
gente a alejarse de lo que llamaba la necesidad animal común por el sexo. “el acto sexual era
degradante porque contamina la mente y el cuerpo”

Abandonó su vida sexual a los 41 años. Había sufrido algunos episodios de impotencia durante su
matrimonio y en ocasiones se abstenía del sexo porque le desagradaban los condones y el coitus
interruptus (métodos normales de control natal).

Culpó a su esposa Martha por la terminación de su vida sexual y muchos años tuvo sueños que
incluían su resentimiento hacia ella por obligarlo a abandonar el sexo. (Martha se embarazaba con
facilidad, se enfermaba durante sus embarazos y se negaba a participar en algún tipo de actividad
sexual que no sea con fines procreativos). Es posible que los episodios de impotencia de Freud se
relacionen con su temor a que Martha vuelva a embarazarse.

Las frustraciones y los conflictos personales con relación al sexo surgían en forma de neurosis, tal
como suponía que las dificultades sexuales afectaban a sus pacientes.
A los 40 experimentó un grave episodio neurótico que incluía “extraños estados mentales
ininteligibles para la conciencia - pensamientos turbios y dudas veladas, apenas con un rayo de luz
por aquí y por allá… Todavía no sé qué me estaba sucediendo”. Lo atormentaban diversos síntomas
físicos: jaquecas migrañosas, problemas urinarios y colon espástico. Temía morir, le preocupaba su
corazon y los viajes y espacios abiertos le provocaban ansiedad.
Diagnosticó su condición como neurosis de ansiedad y neurastenia (condición neurótica
caracterizada por debilidad, preocupación, problemas digestivos y circulatorios), y atribuyó ambos
trastornos a la acumulación de tensión sexual.

En sus trabajos propuso que en los hombres la neurastenia resultaba de la masturbación y la


neurosis de ansiedad era producto de prácticas sexuales anormales como el coitus interruptus y la
abstinencia. La teoría de la verdadera neurosis es en consecuencia una teoría de sus propios
síntomas neuróticos.

Durante 3 años emprendió su propio psicoanálisis mediante el estudio de sus sueños. En este
periodo fue que realizo el trabajo mas creativo en el desarrollo de su teoría de la personalidad. Con
la exploración de los sueños recordó cuanta hostilidad sentía hacia su padre, sus deseos sexuales por
su madre y soñó con un deseo sexual hacia su hija mayor. De esta manera formuló gran parte de su
teoría alrededor de las experiencias de su niñez y sus conflictos neuróticos. “Mi paciente más
importante fue mi propia persona”.

Pináculo del éxito

Formuló su teoría (al menos al inicio) sobre una base intuitiva derivada de sus experiencias y
recuerdos. Constituyó líneas más racionales y empíricas en su trabajo con pacientes al examinar sus
experiencias y recuerdos de la niñez mediante estudios de caso y análisis de sueños. Con este
material formuló una imagen coherente del desarrollo de la personalidad individual, sus procesos y
sus funciones.

Su trabajo se hizo conocido por la publicación de artículos y libros y las presentaciones de sus
investigaciones en reuniones científicas. Freud atrajo a un grupo de discípulos que se reunían con él
cada semana para aprender acerca de su nuevo sistema.

Entre los discípulos estaban Carl Jung y Alfred Adler, que mas tarde desarrollaron sus propias teorías
(Freud los consideró traidores a su causa y nunca los perdonó por cuestionar el psicoanálisis).

1909: recibió el reconocimiento formal de la comunidad psicológica estadounidense, se le invitó a


impartir una serie de conferencias en la Universidad Clark en Worcester, Massachusetts, y a recibir
un grado doctoral honorario.

2 años después de su visita, sus seguidores fundaron la Asociación Psicoanalítica Americana y la


Sociedad Psicoanalítica de New York. En los siguientes años se establecieron sociedades
psicoanalíticas en Boston, Chicago y Washington DC.

Durante las décadas de los ’20 y ’30, alcanzó el pináculo de su éxito, pero al mismo tiempo empezó a
declinar su salud. Desde 1923 hasta su muerte, un cáncer de boca (fumaba 20 cigarros al día) lo hizo
someterse a 33 intervenciones quirúrgicas en las que se retiró parte de su paladar y la quijada
superior, esto le produjo un dolor casi constante, pero se rehusó a usar medicamentos. También
recibió tratamientos con radiaciones y rayos x y se sometió a una vasectomía.

En 1933, cuando los nazis llegaron al poder en Alemania, expresaron públicamente sus sentimientos
acerca de Freud quemando sus libros junto con los de otros supuestos enemigos del estado, como el
físico Albert Einstein y el escritor Ernest Hemingway.

1938: los nazis ocupan Austria, pero Freud se niega a abandonar Viena. Su hogar fue invadido en
varias ocasiones. Solo acepto viajar a Londres luego de que su hija Anna fue arrestada, 4 de sus
hermanas murieron en campos de concentración.

Su salud se deterioró considerablemente, pero permaneció alerta y continúo trabajando hasta casi el
ultimo día de vida. A finales de septiembre de 1939 le dijo a su médico “ahora no queda sino tortura
y nada más tiene sentido”. El médico le había prometido no dejarlo sufrir innecesariamente, así que
en las 24hs siguientes le administró 3 dosis de morfina, mayores de lo necesario para sedarlo,
terminando así largos años de dolor.
Las fuerzas impulsoras de la personalidad

Instintos: elementos básicos de la personalidad, las fuerzas motivacionales que impulsan la conducta
y determinan su dirección. Son una forma de energía (E fisiológica transformada) que conecta las
necesidades del cuerpo con los deseos de la mente

Trieb: término alemán que utilizó Freud para describir este concepto, puede traducirse como una
fuerza de pulsión o impulso.

Los estímulos para los instintos son internos. Cuando se activa una necesidad como el hambre, se
genera una condición de excitación fisiológica o energía. La mente transforma esta energía corporal
en un deseo (representación mental de la necesidad fisiológica) que motiva a la persona a satisfacer
tal necesidad. El instinto no es un estado corporal, es una necesidad corporal transformada con un
estado mental (deseo).

Cuando el cuerpo se encuentra en un estado de necesidad, la persona experimenta un sentimiento


de tensión o presión. El propósito del instinto es satisfacer la necesidad y reducir la tensión. La teoría
de Freud propone que estamos motivados para restablecer y mantener una condición de equilibrio
fisiológico o balance que mantenga al cuerpo libre de tensión.

No es posible escapar a la presión de nuestras necesidades fisiológicas, entonces los instintos


influyen en nuestra conducta.

Hay distintas maneras de satisfacer las necesidades, por ejemplo: la pulsión sexual puede
satisfacerse mediante la conducta heterosexual, homosexual o autosexual, o bien se puede canalizar
con alguna otra actividad.

Freud pensaba que la energía psíquica podía desplazarse a objetos sustitutos (objeto de deseo) y
este desplazamiento tendría gran importancia para determinar la personalidad del individuo.

Tipos de instintos

Freud agrupo los instintos en 2 categorías: los de vida y los de muerte.

Instintos de vida: pulsión que asegura la supervivencia del individuo y de la especie al buscar la
satisfacción de las necesidades de comida, agua, aire y sexo. Se orientan al crecimiento y desarrollo.

La energía psíquica manifestada por los instintos de vida es la libido, que puede asignarse o
invertirse (proyectarse) en objetos (o personas), concepto al que llamó catexis.

El instinto de vida que Freud consideraba mas importante para la personalidad era el sexo, no se
refería al aspecto erótico, sino que incluía casi todas las conductas y pensamientos placenteros.

“La sexualidad está divorciada de su muy cercana conexión con los genitales, y se considera una
función corporal más amplia, que tiene como meta al placer y de manera secundaria llega a cumplir
los fines reproductivos. También se considera que los impulsos sexuales incluyen todos esos
impulsos afectivos y amistosos que aplican al término de amor”.

Freud consideraba que el sexo es nuestra motivación principal. Los deseos eróticos surgen de las
zonas erógenas del cuerpo: boca, ano y órganos sexuales (genitales). Sugería que las personas somos
seres que buscan por encima de todo el placer, y buena parte de su teoría de la personalidad gira en
torno a la necesidad de inhibir o suprimir nuestros impulsivos deseos sexuales.

Instintos de muerte: o de destrucción. La pulsión inconsciente hacia la decadencia, la destrucción y


la agresión.

A partir de su conocimiento en biología, afirmo que todas las cosas decaen y mueren regresando a
su estado inanimado original y propuso que la gente tiene un deseo inconsciente de morir.
Pulsión agresiva: (componente de los instintos de muerte) es el deseo de morir que se dirige contra
objetos diferentes al yo. Nos impulsa a destruir, conquistar y matar.

Freud desarrolló la noción de los instintos de muerte como una reflexión sobre sus propias
experiencias. Sufría debilitamiento fisiológico y psicológico de la edad, su cáncer empeoraba, había
sobrevivido a la Primera Guerra Mundial y una de sus hijas murió a los 26 dejando 2 hijos pequeños.
Todo esto lo afectó y la muerte y la agresión se convirtieron en temas importantes en su teoría. En
sus últimos años, tenia terror a su muerte y mostraba hostilidad, odio y agresividad hacia sus colegas
y discípulos que discutían sus opiniones y abandonaban su círculo psicoanalítico.

Niveles de personalidad

La concepción original de Freud dividía la personalidad en 3 niveles: consciente, preconsciente e


inconsciente.

Consciente: incluye todas las sensaciones y experiencias de las que estamos al tanto en cualquier
momento. Freud lo consideraba como un aspecto limitado de la personalidad, porque solo tenemos
consciencia de una pequeña parte de nuestros pensamientos, sensaciones y recuerdos.
Comparaba la mente con un iceberg, el consciente era la parte sobre la superficie del agua, siendo
apenas la punta del iceberg.

Le atribuía mas importancia al inconsciente, parte mayor e invisible bajo la superficie. Es el foco de
atención de la teoría psicoanalítica. El inconsciente tiene la mayor fuerza impulsora de todas las
conductas y contiene fuerzas que no podemos ver ni controlar.

Entre estos 2 niveles se encuentra el preconsciente, donde se almacenan las memorias,


percepciones y pensamientos de los que no tenemos consciencia en el momento, pero podemos
traer con facilidad a la consciencia. A menudo nuestra atención va y viene de las experiencias del
momento a hechos y recuerdos en el preconsciente (ej. Se está leyendo y se empieza a pensar en un
amigo o en lo que se hizo la noche anterior, se recupera material del preconsciente al consciente.)

La estructura de la personalidad: Ello, Yo y Superyó

Freud revisó la idea de los 3 niveles de la personalidad e introdujo 3 estructuras básicas en la


anatomía de la personalidad: ello, yo y superyó.

Ello: Es el receptáculo de los instintos y la libido (energía psíquica manifestada por los instintos). Se
relaciona de manera vital y directa con la satisfacción de necesidades corporales. Noción inicial que
Freud tenia del inconsciente (aunque el yo y el superyó tengan aspectos inconscientes).

Cuando el cuerpo se encuentra en un estado de necesidad se produce tensión y la persona actúa


para reducirla mediante la satisfacción de la necesidad. El ello opera con el principio de placer: para
reducir la tensión, aumenta al máximo el placer y evita el dolor. Necesita la satisfacción inmediata,
no tolera la demora o posposición de la satisfacción de sus necesidades. Es primitivo, insistente y
egoísta.

No tiene consciencia de la realidad, se puede comparar con un recién nacido que llora y grita cuando
no se satisfacen sus necesidades. La única manera de que el ello pueda tratar de satisfacer sus
necesidades es mediante los procesos primarios de pensamiento: son procesos infantiles, primitivos
e impulsados por la necesidad de maximizar el placer y minimizar el dolor.

El yo: es el maestro racional de la personalidad, su propósito es ayudar al ello a reducir la tensión


provocada por sus impulsos.

El YO decide cuándo y cómo pueden satisfacerse mejor los instintos. Determina lugares, momentos y
objetos apropiados y socialmente aceptables para satisfacer los impulsos del ello.
Opera de acuerdo al principio de realidad: percibe y manipula el ambiente de forma práctica y
realista. Es así como el YO ejerce control sobre los impulsos del Ello. (relación del yo y el ello con un
jinete sobre un caballo).

El Superyó: es el aspecto moral de la personalidad. Se adquiere en la niñez (5-6): es nuestra idea o


percepción de lo bueno y lo malo.

En lenguaje cotidiano lo llamamos conciencia. Consta de las reglas de conducta establecidas por
nuestros padres. Mediante premios y castigos los niños aprenden cuales son las conductas que sus
padres consideran buenas o malas. Así los niños aprenden el conjunto de reglas que obtienen la
aceptación o el rechazo de sus padres.

Con el tiempo, los niños interiorizan estas enseñanzas y luego el control ejercido por los padres es
reemplazado con el autocontrol. Nos comportamos conforme a estas reglas morales, ahora
inconscientes. Siempre que realizamos o siquiera pensamos en realizar alguna acción opuesta a esta
moralidad, experimentamos culpa o vergüenza.

El superyó es implacable e incluso cruel en su búsqueda de la perfeccion moral. Su propósito no es


la posposición de la búsqueda del placer del ello, sino la completa inhibición de todo lo vinculado
con el sexo y la agresión.

No se esfuerza por obtener el placer ni por obtener metas realistas, solo se esfuerza por alcanzar la
perfeccion moral.

El ello presiona para obtener satisfacción, el yo intenta demorarla y el superyó exige moralidad por
encima de todo.

El yo está presionado por 3 lados, amenazado por 3 peligros: el ello, la realidad y el superyó. El
resultado de someter al yo a tanta presión es el desarrollo de la ansiedad.

Yo ideal: incluye los comportamientos buenos o correctos por los que fueron felicitados.

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