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Capitulo II

TRASTORNO SOMATOMORFO
CONSECUENCIA PSICOSOCIALES PROVOCADO OR ENCIERROS
PROLONGADOS
Los trastornos somatomorfos son aquellos que teniendo su origen en algún tipo de
sufrimiento psíquico se expresan fundamentalmente a través de síntomas físicos. Esto
ocurre porque el paciente presenta una barrera emocional que le impide expresar y
verbalizar sus conflictos, son entidades que no se comprenden totalmente, ya que no se
han investigado lo suficiente para entender su etiología y su fisiopatología.
Los diferentes sistemas de clasificación de las enfermedades mentales utilizan diferentes
términos para referirse a SMI, somatización, conversión y síndromes funcionales, lo que
constituye un tema controvertido para los profesionales de la salud (Fortes et al., 2019,
Tofoli, Andrade & Fortes, 2011).
La somatización es un conjunto de características clínicas y conductuales, indicando que
una persona tiene trastornos psicológicos a través de síntomas físicos, es decir
somáticos, por lo general cuando se presentan dichos síntomas es de manera
inconsciente, entonces esto es caracterizado por presentar una serie de síntomas físicos,
que son psicosociales y normalmente estás personas asisten frecuentemente a consultas
médicas.
La Conversión es un trastorno que se caracteriza por presentar síntomas que afectan a
la actividad motora o sensorial, también se presenta alteraciones en la coordinación, el
equilibrio, parálisis, debilidad en el cuerpo, disfagia, retención urinaria, etc.… además,
está relacionado con la histeria, todo esto es remplazado con el término de “trastorno de
somatización”
El trastorno de somatización está caracterizado por presentar síntomas que son
inexplicables y afectan a varios órganos, mientras que el trastorno de conversión
generalmente presenta síntomas pseudoneurológico, es decir está presente una
enfermedad neurológica.
Síndromes somático funcional se definen como diversos síndromes sobrepuesto
caracterizados por síntomas, sufrimiento y discapacidad, y en menor medida, por
anomalías específicas de las enfermedades de la estructura o función, se relaciona con
físico y lo psicológico.
Esta afección se subdivide además en trastornos de somatización, somatomorfos
indiferenciados, hipocondríacos, neurovegetativos somatomorfos, dolor somatomorfo
persistente, otros trastornos somatomorfos y somatomorfos no especificados. La CIE-10
caracteriza el trastorno somatomorfo por la presencia de síntomas físicos que persisten
durante meses o años, que sugieren la presencia de enfermedades clínicas o quirúrgicas,
pero que no se explican por ninguna patología orgánica, ni por otro trastorno mental o
por consumo de sustancias. (Organización Mundial de la Salud, 2014).
Las personas que presentan este trastorno están preocupadas por sus síntomas e
invierten una cantidad excesiva de tiempo y energía en estos síntomas y en problemas
de salud e incluye varios síntomas, esto hace que las personas presenten angustia
considerable e interfiere con el desarrollo de sus actividades diarias.
La aparición de síntomas físicos que no tienen explicación y son recurrentes, es muy
común en niños y en adolescentes, ya que con mucha frecuencia tienen dificultades en
expresar sus sentimientos y emociones, relacionándose con factores psicológicos que
causa en las personas la búsqueda constante de ayuda médica
El dolor es el síntoma predominante en el trastorno es el dolor, puede causar
alteraciones en la vida diaria del paciente y en su conducta, las personas que tienen
dolor relacionado con una depresión severa y los que asocian el dolor con una
enfermedad terminal causa varios casos de suicidio.
El dolor causa la inactividad, aislamiento social, problemas psicológicos adicionales,
reducción de la actividad física, fatiga, etc...
El aumento del sedentarismo, la anulación de la interacción social, el riesgo de aumento de la
ingesta alimentaria y el malestar psicológico son algunos signos de un pronóstico desfavorable.
Abraham Maslow, psicólogo nacido en Nueva York conocido como uno de los fundadores de la
psicología humanista, desarrolló una teoría en la cual plantea que los seres humanos, además
de buscar la satisfacción de necesidades básicas o fisiológicas, desarrollan necesidades y
deseos más elevados, tales como la seguridad, el entorno social, el empleo, los vínculos
afectivos, la autorrealización, por ejemplo. El ser humano, frente a la imposibilidad de suplir
sus necesidades, sufre un malestar psíquico.

Los profesionales de la salud consultados sostienen que el aislamiento trae aparejados riesgos
de contraer o agravar una enfermedad no transmisible o un trastorno mental. La información
disponible en fuentes oficiales confirma esta visión.

Durante esta pandemia, la salud mental de los ciudadanos se encuentra en riesgo dado que los
psicólogos expresan que el encierro puede aumentar la sensación de angustia, pensamientos
catastrofistas e incluso generar síntomas depresivos. Sin embargo, es demasiado pronto para
saber cómo la situación actual está cambiando y todavía no existen datos suficientes porque
nadie se atreve a aventurar cuáles serán las consecuencias de esta crisis en la salud mental de
los ciudadanos. (Nadal, 2020)

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