Está en la página 1de 2

Liceo Nº10 Carlos Vaz Ferreira, 6to SE1 Filosofía

Docente: Santiago Hoyo


Prejuicios y Bullying

El término “bullying” fue definido por primera vez en el año 1986 por el Dr. Dan Olweus,
conocido por dedicar su vida a combatir este fenómeno, desde que a finales de los 60 realizara en
Europa (Suecia y Noruega) las primeras investigaciones acerca de la violencia escolar. Es preciso
señalar que en nuestro idioma se puede encontrar el término “bullying” traducido de varias formas:
acoso escolar, intimidación, matonismo escolar, etc. Aquí utilizaremos “acoso escolar” como
sinónimo de “bullying”. Olweus señala que el fenómeno que aquí nos ocupa ha ocurrido siempre pero
hasta los primeros años de la década de los 70 no fue objeto de estudio por investigadores. En 1978
explica que “la victimización o maltrato por abuso entre iguales es una conducta de persecución física
y/o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos
ataques. Esta acción negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente
pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas
efectos claramente negativos: descenso en su autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros
depresivos, lo que dificulta su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los
aprendizajes”1. Más adelante, en 1986, define el acoso escolar de la siguiente forma: “Un estudiante
es víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada a lo largo del tiempo, a acciones
negativas por parte de otro u otros estudiantes.(…) Las acciones negativas pueden consistir en
contactos físicos, palabras o gestos crueles, o en la exclusión del grupo”.2

David Farrington, doctor en psicología y profesor de Criminología de la Universidad de


Cambridge, define el acoso escolar como “la opresión reiterada, tanto psicológica como física hacia
una persona con menos poder, por parte de otra con un poder mayor” 3. En este caso, encontramos una
definición que enfatiza la desigualdad de poder entre los actores implicados en la relación.

Existe una gran cantidad de definiciones para el acoso escolar, pero todas ellas se basan en la
de Olweus. Algunos autores como Marano (1995) y Pörhöla (2010) coinciden en una serie de criterios
que deben tener todas esas definiciones para delimitar el fenómeno del bullying 4:
“1.- El acoso consiste en un comportamiento agresivo, actos negativos y procesos de
interacciones dolorosas que dañan a otro física, emocional y/o socialmente.(…)
2.- El acoso se da reiteradamente y a lo largo del tiempo. (…)
3.- El acoso surge en relaciones interpersonales caracterizadas por un desequilibrio de poder
(…).”

1
SERRATE, Rosa. Bullying. Acoso escolar. España: Laberinto, 2007. Pp. 15-16.
2
OLWEUS, Dan. Una revisión general. En: SERRANO, Ángela. Acoso y Violencia en la escuela. Barcelona: Ariel,
2006. Pp. 80-81.
3
CALVO, A. R. y BALLESTER, F. Acoso Escolar: Procedimientos de Intervención. Sevilla: EOS, 2007. P. 24.
4
PÖRHÖLA, M. y KINNEY, T. A. El Acoso. Contextos, consecuencias y control. Duato, Raquel (trad.). España: Aresta
y UOC, 2010. Pp 22-23.
Liceo Nº10 Carlos Vaz Ferreira, 6to SE1 Filosofía
Docente: Santiago Hoyo
“Siempre se ha entendido mal «El infierno son los demás». Han creído que con ello quería decir que
nuestras relaciones con los demás siempre estaban envenenadas, que siempre eran relaciones
infernales. Y sin embargo, lo que quiero decir es algo bien distinto. Quiero decir que si las relaciones
con el otro están torcidas, viciadas, entonces el otro sólo puede ser el infierno. ¿Por qué? Porque los
demás son, en el fondo, lo más importante en nosotros mismos, para nuestro propio conocimiento de
nosotros mismos. Cuando reflexionamos acerca de nosotros, cuando intentamos conocernos, en el
fondo usamos conocimientos que los demás ya tienen acerca de nosotros, nos juzgamos con los
medios que los demás tienen —nos han dado— para juzgarnos. Diga yo lo que diga acerca de mí,
siempre el juicio ajeno entra en ello. Sienta yo lo que sienta de mí, el juicio ajeno entra en ello. Lo
que quiere decir que, si mis relaciones son malas, me coloco en una dependencia total respecto del
otro y entonces, en efecto, estoy en el infierno. Y existe cantidad de gente en el mundo que está en el
infierno, porque depende demasiado del juicio ajeno. Pero eso no quiere decir en absoluto que no se
puedan tener otras relaciones con los demás, sólo señala la capital importancia de todos los demás
para cada uno de nosotros.”
Jean-Paul Sartre, 1964

También podría gustarte