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LA NIÑA DE TUS OJOS

"porque el que os toca, toca a la niña de su ojo."


Zacarías 2:8

Salmos 17:8-9 Guárdame como a la niña de tus ojos;


escóndeme bajo la sombra de tus alas,
de la vista de los malos que me oprimen,
de mis enemigos que buscan mi vida.
El ojo es uno de los órganos más complejos y con más detalles, su función
principal es la visión. La niña del ojo es la pupila, que está en la parte central
del iris y hace la función de llevar la luz al ojo, es la parte más delicada ya que
sin ella no podríamos ver, ni reflejar ninguna sombra. La palabra "pupila" en
latín es niñita, por esa razón en algunos lugares a los alumnos se les dicen
"pupilos". Si miramos frente a un espejo y vemos con atención nuestras pupilas,
veremos reflejadas en ellas una pequeñita imagen humana. Si una persona mira
nuestra pupila ven igualmente su imagen reflejada allí, pero muy pequeñita.

Las escrituras dicen que nosotros somos la niña de los ojos de Dios, en el libro
de Zacarías dice que "porque el que os toca, toca la niña de su ojo". El lugar en
el que Dios nos pone es un lugar preferencial, privilegiado y sumamente especial.
Si pudiéramos imaginar ver la pupila de los ojos de
Dios veríamos nuestra imagen pequeñita reflejada en sus ojos, que siempre
están viéndonos, velando por nosotros, cuidándonos y siendo una parte muy
importante para El.

La pregunta es... Te sientes tu niña de los ojos de Dios? No importa si eres


hombre o mujer, somos la niña de sus ojos. Quizás este término se ha utilizado
tanto a través de canciones y alabanzas, lo hemos repetido tanto, que ya no le
damos la importancia que tiene, pero, si nos detenemos a pensar tiene un gran
significado que debería de grabarse en nuestro corazón para no dudar nunca del
amor de Dios hacia nosotros y sobre todo, para que nunca pase por nuestra
mente la duda si realmente Dios nos cuida.

Piensa en este momento en tu entorno, quién es la niña tus ojos?? Puede ser tu
esposo o esposa, un hijo, un amigo... alguien muy muy especial para ti. Pues al
igual, ese lugar tan especial que tiene esa persona en tu vida, así y mucho más
de importante eres tu para Dios. No podemos dudarlo, para Dios somos
importantes, el no es indiferente e indolente ante nuestro correr día a día, El no
cierra sus ojos y se olvida de nosotros ni por un instante, al ser la niña de sus
ojos estamos delante de El día y noche, a toda hora, en todo momento y en todo
lugar.

El ser la niña de ojos de Dios es un gran privilegio, pero también es una gran
responsabilidad, porque nos hace pensar que su mirada nunca se aparta de
nosotros, cuando dormimos, cuando despertamos, cuando comemos,
caminamos, trabajamos, conducimos, hablamos, pensamos, amamos y
pecamos. El está al pendiente de ti y de mi, con lo bueno y con lo malo, se duele
con tu dolor y se alegra con tus logros, el conoce tus afanes, tus preocupaciones
a largo, mediano y corto plazo, El sabe los temores que hay en tu corazón, tus
sueños, tus ilusiones, tus debilidades y todas aquellas cosas que ni tu mismo
sabes, Dios ya las tiene en su corazón.

Dios dice que cuando tocas a Israel, tocas la niña de Mi ojo. Dios está diciendo
que tocas a Israel y estás metiendo el dedo en Mis ojos y eso me irrita … la parte
más sensible de la anatomía humana expuesta, por supuesto. Y así Él está
diciendo que tocas a Israel y tu metes tu dedo en Mi ojo. Tú tocas a la iglesia,
me irritas, es mi iglesia, doy mi vida por esa iglesia, Hechos 20:28, la compró
con su propia sangre. Él es su arquitecto. Él es su constructor. Él es su
fundamento porque nadie puede poner otro fundamento que lo que está puesto
que es Cristo Jesús. Él es la piedra angular viviente.. Dice en Juan 10 que yo soy
el buen pastor y conozco mis ovejas y he conocido las mías. Yo las conozco y
ellas conocen mi voz. Y él dice que ningún hombre puede arrancarlos de mi
mano.

Hoy El Señor habla a nuestros corazones para que recobremos las fuerzas, el
ánimo y la tranquilidad, para que pensemos: Yo soy como la niña de los ojos de
Dios, estoy en el centro de su mirada, si pudiera ver sus ojos de cerca vería mi
imagen reflejada, así tan pequeñita, así tan impotente e indefensa como muchas
veces me siento, pero estoy en el lugar más privilegiado del universo, en el
centro de la mirada de Dios, El conoce y mira todo lo que hay en mi, mira
continuamente mi caminar, así que si de algo debo estar seguro es que a Dios
yo le importo y el me cuidará porque yo soy la niña de sus ojos!

Gracias Señor por darme ese lugar tan especial, porque no hay premio,
reconocimiento o regalo más grande que estar en el centro de tu
mirada. Gracias porque se que siempre me ves, estás al pendiente de
mi y de todo lo que soy día y noche. Yo quiero este día descansar en
esta palabra, te pido que me pueda sentir así, como la niña de tus ojos,
cuando tenga dudas, cuando tenga preguntas, cuando tenga
aflicciones, llévame a recordar que soy esa parte tan importante para
ti y que aunque pase por valles de sombra, no temeré mal alguno
porque tu mirada nunca se apartará de mi. Amén!

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