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Carta a mi hija adolescente es este día de la Juventud.

Mi hija, mi niña, mi princesa hermosa,


Por medio de estas líneas quiero expresar mi más profundo amor hacia ti, si
de pronto ves que soy un poco más firme es porque necesito darte las
herramientas necesarias para que seas la mejor versión de ti misma; nunca
te compares con nadie, vive siendo tú, siempre tú… respetando tu esencia,
escuchando a Dios en tu espíritu, que nadie te diga qué hacer y qué no
hacer porque todo está en la palabra de Dios, que aprendas de tus errores,
que aprendas de los míos y sepas hacerte responsable de tus decisiones.
Jamás limpiaré el camino que elijas andar, pero sí quiero que sepas que del
camino que decidas yo estaré ahí. Si alguna vez te equivocas no tengas
miedo de platicarlo conmigo porque también me he equivocado, si estás en
un momento oscuro, no lo guardes en ti, también conozco esos momentos.
Cuenta conmigo, tal vez no encuentre las palabras que conforten, sólo te
diré: Sea lo que sea vamos a resolverlo con la ayuda de nuestro Dios.
Lo siento si alguna vez no hice lo suficiente…
Perdóname si por un descuido inconsciente llegué a lastimarte.
Gracias por llegar a mi vida y ser mi más grande maestra, Te amo
infinitamente.
Quiera Dios que tanto tú como yo tengamos larga vida, pero como
desconocemos su voluntad, deseo compartir contigo estas ideas y
sentimientos…
Hija mía, tú eres especial. Muy especial. No porque seas mi hija, o porque
hayas llegado a este mundo siendo querida y deseada por tu madre y por
mí. Eres nuestra hija del Dios altísimo, y por tanto formas parte de una
familia muy especial (la familia de Dios Efes. 2.19 ) , sacerdotes y
reyes(1Pedro 2.9).  Esto no te hace superior a los demás, pero te reviste de
dignidad. Sé que habrá muchos momentos en los que tu fe te haga nadar a
contracorriente, en los cuales serás duramente tentada; recuerda la palabras
de San Pablo: “no me avergüenzo del Evangelio, que es fuerza de Dios
para la salvación de todo el que cree” (Rom 1.16). 

Un día tú serás aquella mujer de lo que te alimentes en tu infancia y


juventud; no me refiero al alimento físico, sino a cada palabra, música que
escuches y pronuncies, cada situación que vivas, cada imagen que veas,
cada amiga y amigo del que te rodees. Yo intentaré siempre procurar lo
mejor para ti, pero llegará un momento en que tendrás que empezar a tomar
tus propias decisiones. Elige con sabiduría los libros que lees, la música
que escuchas, las películas que ves, las conversaciones que compartes, los
sitios de internet que frecuentas; que sirvan para hacer crecer el Reino en ti.
Pues si bien hay muchas cosas malas en este mundo, hay otras maravillosas
que no debes perderte de ningún modo.

Sé diligente y esforzada en tus estudios. No es un empeño de tus padres; el


Señor requiere hombres y mujeres como tu inteligentes, que puedan usar
también su intelecto para mejor servirle. Fórmate en aquello que en verdad
te guste, según los dones que Dios sembró en ti, pues debes hacerlos crecer
y explotarlos al máximo.

Mantente firme en la oración, a tiempo y a destiempo. No importa que


sientas algo o no, que estés en época de desierto, de efusión de cuarentena.
Dios espera cada día que le hables, que le compartas lo que vives. Es el sol
que, sin que te des cuenta, te broncea y da luz a tu vida. No lo alejes de ti
bajo ninguna circunstancia. Y si algún día lo hicieras, no olvides que
siempre, pase lo que pase, hagas lo que hagas, Él te estará esperando con
los brazos abiertos.

No sé si Dios te llamará a la vida consagrada, al matrimonio… ten los ojos


y los oídos bien atentos para descubrir su voluntad, pues en cumplirla va la
felicidad de tu vida. De cualquier modo, respecto a las chicos, te diré que
ellos van a usar toda su artillería (palabras) para seducirte pero la decisión
de darle permisos(que te abracen, toquen, etc) esta en ti. Ellos te pedirán
como prueba de tu amor tu cuerpo, ojo nunca la des hasta que no te hayas
casado, esperar hasta casarse es la mejor prueba de amor de un chico para
ti, por su puesto Dios esta guardando uno para ti y no te preocupes por la
popularidad, huye de las situaciones que puedan ponerte en tentación tu
virginidad es valiosísima se capaz de tener dominio sobre ti y tu cuerpo, sí.
un chico no valora ni entiende esto, no es para ti.

Cuando te fijes en algún chico, mira mucho más allá de su físico. Está claro
que ha de parecerte lindo, atractivo. Pero piensa si te gustaría que fuese la
padre de tus hijos. Analiza si es temeroso de Dios, si sería capaz de
desgastarse por su familia, y si es alguien que saca lo mejor de ti, que te
hace crecer. Pues la belleza del físico acaba pasando, y el deseo también. Si
Dios te llama al matrimonio, emprendes un viaje para toda la vida, y en la
maleta requerirás mucho más que una cara linda o un cuerpo esbelto.
Cuando la pasión inicial decrezca, cuando no haya cosquillas estomacales,
no empieces a cuestionarte, como les sucede a tantos, si elegiste bien, si era
el hombre de tu vida. Recuerda que es Dios quien hace que tu esposo sea
hombre de tu vida, el perfecto para ti, pues Él es el garante de vuestra
unión. El amor va mucho más lejos, crece contigo, se transforma y madura
como tú; sólo quienes descubren esto alcanzan una vida en plenitud.

Hija mía, sé una mujer de palabra, íntegra, honrada, prudente al hablar y al


obrar. No busques el reconocimiento de los demás ni la propia gloria, sólo
la de Dios. Y Dios, que ve en lo escondido, te recompensará en público.

Tu papi David, que te ama mucho. Ah, no dejes orar y de leer la Biblia, allí
está la sabiduría, el dinero y la plata que tanto deseamos como humanos.
(Hageo 2.8) Recuerda que las riquezas y la gloria proceden de Dios y en su
mano esta la fuerza y el poder de hacer grande de dar poder a todos. (1
Crónicas 29.12). Te he dejado un regalo en dentro de tu Biblia. Te deseo
muchas bendiciones hija. Dale muchos abrazos a tu mami y a tu hermano.
Bendiciones.

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