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El Retejador del Primer Grado por M.·. M.·.

José David Santana Alaniz

TEMA: El Retejador del Primer Grado

AUTOR: A∴M∴ Carlos Francisco Ortiz Carvajal

A∴ L∴ G∴ D∴ G∴ A∴ D∴ U∴

INTRODUCCION

Hablar del Retejador del primer grado, a juicio de éste aprendiz, es una materia de un profundo
sentido iniciático masónico que difícilmente puede ser agotada en una plancha grabada por un
aprendiz de masón.

He Intentado abordar esta materia desde dos fuentes: una teórica contenida en los libros y
revistas masónicas – experiencias y conocimientos de otros QQ∴HH∴- , y otra práctica basada en
mi experiencia al interior del templo masónico, procurando desde ambas fuentes arribar a un
breve todo armónico y coherente entre el exoterismo y esoterismo del simbolismo del Retejador
del primer grado. Desde mi condición de aprendiz, trataré de dar respuesta a cuatro interrogantes
que considero básicas y fundamentales en la búsqueda de todo conocimiento y, particularmente,
para esta plancha sobre el Retejador del primer grado, siendo estas: el ¿qué?, el ¿por qué?, el
¿cómo?, y el ¿para qué? del Retejador.

Sirva esta pancha misma como Retejador del primer grado para un aprendiz que aspira a sondear
el simbolismo iniciático de la orden francmasónica y su expresión en el grado en el cual trabaja.

DESARROLLO

“Paracelso decía que el fuego y la vida se parecían en que para subsistir, ambos debían
alimentarse de otras vida; así la palabra para mantenerse viva necesita alimentarse
permanentemente de ideas y de pensamientos” ¿Qué es retejar? En sentido profano, es decir,
entiéndase incluido el aprendiz al interior del templo masónico, retejar es recorrer los tejados
poniéndole las tejas que les faltan, vale decir, es un examinar prolijamente el techado para
reconocerlo en su justo y perfecto estado.

En sentido masónico retejar es, antes que todo, un reconocimiento. Un reconocimiento que ha
sorteado con éxito el examen del techo que en éste caso es un símbolo que cubre o protege al
hombre que como aprendiz desea ingresar al templo.

Retejar es ponerse a cubiertode la indiscreciónde quienes como profanos no han sido iniciados en
los misterios de nuestra orden y no están preparados para recibir la intensidad de la luz masónica,
como así mismo, retejar es un auténtico código cifrado ante la curiosidad de los iniciados que por
imprudencia o falta de discreción traicionen los secretos que se les ha confiado.
Retejar va más allá de un procedimiento puramente mecánico y cotidiano de control a quién toca
las puertas del templo, retejar es en sí mismo un ritual, una disciplina que encierra el arte y la
ciencia iniciática de estar consigo mismo y con los demás, fundado en la observación profunda de
la psicología y de la naturaleza humana – un conocerse a sí mismo para llegar a conocer y
reconocer a los demás más allá de sus ropajes y paramentos – siendo en el fondo un poderoso
medio de docencia y educación en la orden francmasónica, que tiende a crear en cada hermano el
perfecto control de su palabra y de su acción.

En dicho ritual participan: elretejador – tejador, hombre que hace el trabajo -; el retejado, que es
el aprendiz (un profano con mandil) que desea ingresar al templo; y el retejamiento, que es la
forma o procedimiento mediante el cual se examinada al aprendiz para reconocerle como tal.

El Retejador, que por la naturaleza de su labor es un hombre despierto - caso contrario


difícilmente un ciego podría reconocer el arte, la ciencia y la luz – examina al retejado – al aprendiz
– por el Signo, la Palabra y el Toque; siendo estos tres elementos los que componen el Retejador
del grado que nos fue entregado en el Ritual de iniciación, en el secreto ceremonial.

Retejar es reconocer por el Signo, la Palabra y el Toque, el simbolismo del secreto masónico. ¿Por
qué se reteja? El Retejador del primer grado nos recuerda nuestra naturaleza animal –
pasiones/emociones - y a la vez nuestra naturaleza mental - mente/energía – llamada por algunos
espíritu.

Se reteja, entonces, porque somos animales de costumbre, imperfectos y simbólicos, por tanto,
animales en tránsito hacia el ideal de hombre al cual aspira la orden francmasónica universal, que
paradójicamente no es la piedra cúbica, puesto que la piedra que sirve es la piedra útil.

Al ser animales de costumbre, como bien ya lo decía Charles Dickens y muchos otros escritores y
filósofos, cuando llegamos a repetir una y otra vez la misma rutina, llegamos a efectuarla sin
pensar, en forma automática, creamos zonas de confort en nuestra consciencia, perdiendo
gradualmente el arte de pensar, razones, crear y sentir; ante esta realidad es que necesitamos del
rito y del ritual para no caer y regresar al estado de sueño en cual nos encontrábamos momentos
antes de recibir la luz masónica en el ritual iniciación, por tanto, el Retejador del grado como un
ritual en sí mismo nos invita al rito que nos mantiene despiertos en la luz iniciática de nuestra
orden.

Al ser animales imperfectos, todo hombre que llega a golpear desordenadamente las puertas de
un Templo masónico, viene pletórico de imperfecciones, de egoísmos, de pasiones desenfrenadas,
de falsos valores, que son las características, el fondo y la forma de la vida humana.

Ante nuestras imperfecciones humanas, necesitamos del examen permanente del Retejador del
grado, como luz de control, faro y guía, para evitar caer en la imprudencia o en la falta de
discreción que revela los secretos que se nos han confiado, o de aquellos secretos que por nuestra
intuición e incesante búsqueda hemos ido descubriendo progresivamente, en virtud de las
herramientas de las cuales nos ha ido dotando la francmasonería.
Al ser animales simbólicos en un doble sentido (profano e iniciático) nos podemos preguntar ¿Por
qué adoran los Egipcios a los animales?, ¿Por qué adoran los cristianos al cordero y a la paloma?...
Quiso la humanidad huir lejos de la animalidad del Egipto, con Israel, hacia el desierto de la "razón
pura" y sigue errando hoy con Israel. Ya el filósofo neokantiano Ernst Cassirer para definir la
naturaleza del ser humano nos describe como animales simbólicos, basándose en el principio de
que la característica principal del hombre es su capacidad de simbolización y que la mejor forma
para entenderlo es el estudio de los símbolos que crea en su vida en sociedad.

Conscientes de nuestra condición de animales simbólicos, necesitamos de la luz del Retejador del
grado para elevarnos progresivamente de nuestra condición instintiva, hacia la condición
intelectual, y de la condición intelectual, proyectarnos hacia el estado de nivel de la intuición. La
evolución progresiva instinto –intelecto –intuición, importa uno de los secretos del por qué del
Retejador del grado.

¿Cómo se reteja? El Retejamiento es el arte de ir poniendo las piezas (niveles de consciencia) en el


techado (mente-mosaico) siempre inconcluso del hombre.

Se Reteja, se hace el Retejamiento, erguido de pie, en posición Al Orden, o sea, haciendo un Signo,
mediante un Toque misterioso con las manos y transmitiendo de boca a oído la Palabra Sagrada.

Los pies trasladan al hombre a su destino – el templo y su transitar simbólico-iniciático a través de


la bóveda celeste -; las manos crearon el fuego frotando dos pedernales – purificación e iniciación
por el fuego -; y las palabras transmiten nuestro mensaje a los demás y a la mente universal – en el
principio era el Verbo, y el Verbo era con ∴ y el Verbo era ∴-. Se reteja por el Signo, la Palabra y
el Toque: trilogía de reconocimientos.

El Signo, El signo encierra figuras geométricas esotéricas. Nadie entra aquí si no conoce la
geometría. Esta era la advertencia que apartaba de la escuela de Platón a los neófitos.

El signo engendra en su interpretación a su vez tres trilogías. Él Signo tiene una forma y un fondo.
Un cuerpo y un espíritu. Una apariencia y un doble significado.

Al hacer el signo se manifiestan en él tres figuras geométricas que significan Justicia, Igualdad y
Progreso Social, esto lo representamos por la Escuadra, lo asociamos al Nivel, y a la perpendicular
o plomada.

Esotéricamente significa el castigo que preferiría el aprendiz antes de revelas los secretos que le
fueron confiados. Representa además el silencio que voluntariamente guarda el aprendiz en el
aprendizaje y practica del Arte Real: saber, querer, osar y callar.

La Palabra, nuestra Palabra Sagrada B∴ significa Fuerza, o en Él la Fuerza, ésta palabra es


innombrable, no puede pronunciarse si no deletrearse de una forma muy particular, a este
respecto y su explicación nos enseña el método de enseñanza de la Francmasonería que pone al
Aprendiz en el camino de la verdad, dándole, simbólicamente, la primera letra de la Palabra
Sagrada; debe por sí mismo, encontrar la segunda; después se le enseña la tercera a fin de que
busque la cuarta; y puesto que el aprendiz no sabe leer ni escribir, es entonces que su palabra
sagrada B∴ debe ser simplemente deletreada.
La palabra es Verbo, expresión, pensamiento que construye y da forma a nuestro universo mental.
Nuestro Egregor, creado con y por la palabra-pensamiento, es nuestro verdadero vigilante,
inteligencia del Verbo que aprende y se perfecciona; así el cosmos, la creación entera, contiene
una cara oculta: su estructura invisible y misteriosa que lo hace posible y que es su realidad
esotérica. En el Verbo ∴ está la obra.

Por ello, la palabra es la medida del hombre pues cuando se zarandea la criba, quedan los
residuos: así los desechos de un hombre aparecen en sus palabras. El horno pone a prueba los
vasos del alfarero, y la prueba del hombre está en su conversación. El árbol bien cultivado se
manifiesta en sus frutos, así la palabra expresa la índole de cada uno. No elogies a nadie antes de
oírlo razonar, porque allí es donde se prueban los hombres, incluso, a los Arcanos de la naturaleza.

Las palabras son el mensajero y de ningún modo el mensaje. El Toque universal de Aprendiz es
antiquísimo y es por donde empieza siempre toda prueba o examen de reconocimiento.
Expresando a través del sentido del tacto el sentimiento de pertenencia y nuestra calidad de
aprendiz de masón.

El toca o tocamientos más allá de ser un requisito del Reteje, constituye una forma de
exteriorización – en la vida y en el mundo profano - de la calidad de iniciado en la orden
francmasónica.

El toque es la forma en que se manifiesta el vínculo fraternal hacia aquellos a quienes se está
unido por lazos de hermandad, de esta forma la Caridad es el valor principal y la virtud masónica
por excelencia, que se manifiesta en los momentos difíciles que vive un hermano, que no consiste
sólo en una dádiva de dinero o especies. Hay otras actitudes humanas que, sin incluir una ni otras,
pueden encerrar una mayor generosidad, y exigir una mayor generosidad, cordura y madurez de
parte de los iniciados. Me refiero a una forma intelectual de la caridad: el consejo.

El Toque simboliza los hechos, las obras, los frutos de las manos del aprendiz, la relación armónica
entre pensamiento, palabra y acción. Así pues, por sus frutos los conoceréis ∴. ¿Para qué se
reteja? Lo que el aprendiz debe aprender, el único y principal trabajo del aprendiz, para el
aprendiz y con el aprendiz es enseñarle a despertar, sin ello, todo lo demás resultará inútil.

El imperativo Socrático de Conócete a ti mismo adicionado al imperativo de Conoce también a los


demás,son una invitación para el aprendiz a comenzar la más grande sus batallas que es batalla
contra sí mismo, invitación y mensaje cuyo simbolismo está contenido en el Retejador del primer
grado.

Aprender a despertar es comenzar a reconocer nuestro origen y naturaleza. En lenguaje simbólico


somos fruto – como iniciados en la orden francmasónica – de la cópula del ángel luz y una hembra
humana. El Hijo de la Viuda. La raza de “los descendientes de la primera luz” o Hijos del Fuego.

En el gran drama del Ilustre Hermano Goethe, Mefistófeles le dice a Fausto: “Soy el espíritu que
desea siempre el mal y la maldad y, no obstante, hace siempre el bien”. A través de la intervención
de nuestra oscuridad interior es como podemos finalmente hallar el camino de la luz.
El Retejador del primer grado, que está compuesto por el Signo, la Palabra y el Toque, tiene por
noble trabajo y misión, el contener el simbolismo del secreto masónico del despertar de la
consciencia oculta y dormida en las entrañas de la piedra bruta:“Visita interiora Terra Rectificando
Invinies Occultum Lapidem“.

CONCLUSION

Habiendo intentando trazar en esta plancha una aproximación al simbolismo iniciático masónico
que encierra el Retejador del primer grado, me es posible concluir:

a) Que el Retejador del primer grado nos acompaña durante todo el transcurso de nuestro camino
iniciático, puesto que él contiene en su simbolismo el secreto masónico.

b) Que el Retejador, tanto en su dimensión exotérica como esotérica, constituye en su simbolismo


un método de docencia y técnica de enseñanza masónica.

c) Que el Retejador es un auténtico código cifrado, ante la curiosidad del profano y de los iniciados
que por imprudencia o falta de discreción traicionen los secretos que se les ha confiado.

d) Que el Retejador contiene en su simbolismo las herramientas que le permiten al aprendiz trazar
su recorrido por el mosaico de la vida iniciática.

e) Que el Retejador contiene en su trilogía perfecta, el simbolismo del secreto masónico para el
despertar de la consciencia del aprendiz. Para reconocer su origen y su naturaleza.

Así y de esta forma he intentado caminar por el Retejador del primer grado, buscando encontrar
luz sobre el secreto de su simbolismo. He golpeado y se me han abierto las puertas ∴ he pedido y
se me ha dado la Luz ∴ y he buscado alcanzando a vislumbrar el camino de la Verdad ∴ “He vivido
adornado por la belleza de la muerte” S∴F∴U∴

BIBLIOGRAFIA:

- El Retejador del primer grado. Revista Masónica de Chile, Nº 9-10. 1988. Páginas 32 - 35.

- El Libro del Aprendiz de Oswald Wirth.

- Pensamientos y reflexiones propias.

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