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Reflexión sobre la unidad 2: Problemas, retos, peligros y factores de éxito de las

pequeñas empresas.

Al momento de iniciar con una pequeña empresa esta debe velar por tener los
conocimientos relevantes, respecto al negocio que ha puesto en marcha. Por lo tanto, es de
vital importancia que los dueños de pequeñas empresas conozcan los problemas que pueden
llegar a la empresa en su etapa inicial, al igual que los retos a los cuales se van a enfrentar,
además de los peligros de fracaso que posee. Pero también, debe conocer el otro extremo: los
factores de éxito de su negocio y las estrategias que debe implementar para lograrlo. Así que,
a continuación, se explicarán cada uno de los asuntos, antes mencionados, de manera
reflexiva.

Como ya se ha estudiado, en la unidad anterior, uno de factores que contribuye al fracaso


de las PYME es las pocas habilidades y competencias que posea el gerente o la mala gestión
que este realice. Sin embargo, existen más condiciones que provocan problemas y el fracaso
de la pequeña empresa; tanto así que solo el 10% de las empresas que inician se van a la
quiebra. Los problemas empiezan que inician las actividades y se extienden hasta su primer
aniversario, por lo que es indispensable reconocer sus causas, comprenderlas para estructurar
y poner en marcha estrategias que ayuden a sobrellevar, soportar o eliminar y hasta evitar lo
que genera el problema.

Este estudio se puede hacer desde dos perspectivas: la del empresario que ve las causas del
fracaso como los retos y amenazas; mientras que, desde el punto de vista de analistas, quienes
presentan una lista de debilidades de la empresa que llevan al fracaso. Normalmente, los
dueños y gerentes no perciben las debilidades en su empresa que pueden provocar problemas.
Mayormente, cuando este surge es que se preguntan las razones, las cuales son difíciles de
percibir, pues se manejan discretamente o no se acepta que la actuación de alguien pueda
provocarlo. En este último caso suele darse en los dueños de negocio, quienes, como dueños,
piensan que saben todo y que nadie tiene derecho a darle sugerencias o a corregirles lo mal
que esté haciendo.

Algunas de las debilidades más importantes son:

Problemas en la planificación, donde la falta de visión estratégica, de diseño y desarrollo


de un plan, la falta de personalidad moral, el diseño de una estructura organizacional
deficiente, establecer mal las estrategias, proponerse objetivos irreales, la falta de planes
alternativos, de previsión o de estudios de preinversión puede acabar con cualquier negocio,
recién iniciado. Por eso, antes de hacer una inversión en una pequeña empresa es prudente
realizarla en la mente para prepararse y obtener los conocimientos necesarios que eviten el
futuro fracaso de la PYME. Aprender a planificar es una de las más importantes actividades
que debe manejar un nuevo empresario para lo que necesita preparación en esos ámbitos.

Problemas de gestión suelen ser otra gran debilidad, pues el gerente o administrador, quien
normalmente es el dueño puede ser incompetente, por la falta de conocimiento en el tipo de
negocio o en la administración. También puede haber negligencia, dificultad para elegir el
personal adecuado, excesiva inversión en activos fijos, deficientes políticas de personal o de
mejoras continua, la poca preparación gerencial, la resistencia al cambio, resistencia a
consultar con personas externas, sacar mucho dinero del negocio o seleccionar mal a los
socios. Asimismo, la mala actitud ante los colaboradores genera conflictos que desembocan
en la mala realización del trabajo, muchas veces hasta a propósito o en el descuido y la poca
productividad. En muchos casos se les imponen tareas que no les corresponden realizar o se
convierten en nepotistas con estos.

Por último, problemas para controlar el fraude, los gastos innecesarios, los errores graves
en el manejo de la seguridad o el manejo inadecuado de los créditos y las cobranzas. Pueden
ocurrir que no se controle el mal manejo de los inventarios y de presupuesto. Así como fallos
en los controles internos o mala gestión en materia de endeudamiento o de los fondos. Y,
finamente, un desastre natural.

En consecuencia, el mayor reto de las PYME es mantenerse viva, pero hay otros retos que
se deben conocer. Entre estos están: el alto nivel de competencia que provoca la nueva
economía, el aumento de la complejidad de los mercados. En este último punto el nuevo
empresario debe estar dispuesto a la capacitación e innovación continua para evitar el fracaso.
Además, otro reto es la proliferación de nuevas tecnologías, las cuales debe conocer y adquirir
para no quedarse desfasado o anticuado en los servicios. En ese sentido, la presión por la
productividad en masa y por la calidad es otra de las exigencias que retan las PYME, a lo que
se le suma los deficientes programas de ayuda que dan a las pequeñas empresas, como la falta
de financiamiento para la inversión y el capital de riesgo y las pocas que existen tienen altos
costos. En cambio, en vez de ayudar, los gobiernos imponen excesivos controles y altas tasas
de interés. por lo que, contar con estos es la peor decisión. Antes bien, hay una gran falta de
política industrial integral, de legislación que promuevan la inversión privada en el sector
industrial.
Otros grandes retos son: el aprender a decidir la metodología y las herramientas que
utilizará, que sean adecuadas a su realidad, el romper con la resistencia al cambio y el
fomentar profesionales capaces de romper con los paradigmas organizacionales que permitan
transformar la empresa. Lograr que, aunque haya temor a lo desconocido, los colaboradores y
gerentes sean capaces de adaptarse y asumir un cambio es uno de los retos más difíciles, pues
son muchos los que prefieren una zona de confort a los retos que resultan de cambio. Sin
embargo, este mismo cambio puede ser la oportunidad de crecimiento para muchos, pues se
aprende de cada reto, se adquieren nuevas habilidades y es muy probable que se consigan
resultados positivos para la empresa que se está forjando.

Es necesario saber que siempre se corre peligro de fracasar en una empresa en la que se
haya invertido. Pero este se afianza cuando no se alcanzan los resultados esperados por las
malas decisiones que se han tomado los dirigentes de esta. Así que, cuando el que toma las
decisiones no visualiza la fina línea entre el riesgo y el peligro se pone a la pequeña empresa
en riesgo, por un peligro latente que le puede causar la muerte. Un empresario nuevo no debe
ser tan confiado y debe medir el peligro para arriesgarse menos. Para ello debe capacitarse
con anticipación y continuar haciéndolo. Pero cuando una empresa asume un riesgo, el
proceso de colaboración, participación proactiva y el cambio es difícil. Para no poner en
riesgo la empresa se debe tener un plan estratégico claro para conocer la dirección y el orden
de las actividades. Sin embargo, el dueño puede tomar medidas para mitigar los riesgos que
suelen ser muchos: de propiedad, del personal, de mercado, financieros, entre otros.

Para analizar los factores de éxito y las estrategias de las pequeñas empresas hay que
clasificarlos en: factores internos de la empresa que favorecen el éxito de esta y los internos
del empresario. Los factores internos de éxito son un conjunto de elementos interrelacionados
en la organización para el logro de los objetivos. Estos pueden ser estructurales internos para
el éxito y los culturales internos. La estructura debe ser horizontal y sencilla con un buen
sistema de comunicación, con jerarquía de acuerdo con el número de empleados, con
capacidad para desempeñar varias funciones. Mientras que los culturales son los aspectos que
se refieren al conjunto de tradiciones, hábitos, actitudes y costumbres que este y su familia
posean, ya que la mayoría de las PYME son familiares. La familia y la empresa suelen ser
binomios de éxito para la economía de la sociedad. Los factores internos del empresario son
su filosofía y valores, su liderazgo, talento y especialización, sus conocimientos de
organización y sus procesos, la toma de decisiones correctas y el compromiso con la empresa
y los colaboradores.

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