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5/2022
IUE 340-463/2014
VISTO:
RESULTANDO:
d.- dice adjuntar un informe realizado por el Área Criminalística del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos de la Nación (República Argentina), que le
fue presentado por la familia de la adolescente C. B..
1.17.- Por dec. N° 101/2020 fueron puestos los autos de manifiesto (vta. fa.
3306), que se revocó por el num. 2 de su similar N° 186/2020, en mérito a
que aún no había sido cumplida totalmente la interlocutoria de enjuiciamiento,
ordenándose lo correspondiente a tal fin (fa. 3309), requiriéndose
aclaraciones sobre medios probatorios ofrecidos por el Ministerio Público
anteriormente, lo que se produjo por su actuación N° 106/2020 (fs. 3330 y
sgte.).
1.18.- Por res. N° 1620/2020, fueron puestos de manifiesto los presentes autos
(fa. 3362).
1.25.- Por dec. N° 107/2022 (fa. 3545), se dispuso la citación de las partes
para sentencia, pasando los autos al Despacho con fecha 9/3/2022 (nota de
cargo; vta. fa. 3545).
1.26.- Por auto N° 325/2022 de fecha 23/5/2022 (vta. fa. 3545), se dispuso la
agregación de las interlocutorias N° 320/2022 y N° 321/2022 dictadas los
días 19/5/2022 y 22/5/2022 respectivamente, en las actuaciones
presumariales caratuladas “C., L. L. – Su muerte”, IUE 340 – 53/2019,
tramitadas ante este Juzgado Letrado, lo que se cumplió (fs. 3546 a 3573).
d.- El día 14/1/2015, a poca distancia del lugar donde fue hallado el cuerpo
de C. B., es ubicada la mochila que transportaba cuando caminaba por la
playa el día de su muerte, en cuyo interior se encontraron efectos personales
que se detallan (entre ellos, una toalla), y en las adyacencias, ocurre lo
mismo con su monedero, el que contenía su documento nacional de
identidad (o DNI), una tarjeta de su prestador de salud, y otros efectos que
también se describen.
Lo declarado por M. M. “(...) sin dudas tiene vaivenes propios de quien quiere
eximirse de responsabilidad por tan atroz hecho, pero también dice verdades
contrastables que sólo alquien que estuvo en el momento de los hechos las
puede saber (...)”, pues “(...) del análisis de sus declaraciones se constata
que el mismo va ingresando con más detalle en los hechos a medida que
van transcurriendo los interrogatorios (...)” (fa. 3522).
Apunta la fiscal Pereira, que M. M. “(...) sin concierto previo (...) con los
autores, coautores o cómplices, los ayudó a estorbar las investigaciones de
las autoridades, a sustraerse a la persecución de la Justicia y a eludir su
castigo (...)” (vta. fa. 3525).
Por auto N° 1799/2019, la jueza Ortega resuelve iniciar sumario penal con
perjuicio de la libertad, por la presunta coautoría de un delito de “homicidio”,
al que concurría la agravante genérica de la “alevosía”.
d.- En lo que hace referencia a los hechos que el Ministerio Público tiene por
probados, las Defensoras afirmaron que no surje probado “(...) que el Señor
Moreira se hubiere encontrado con la adolescente L. C., mucho menos que
hubiere mantenido una conversación con la misma ofreciéndole
estampitas. (...)”, no obstante (y hasta el momento de la contestación de
la demanda acusatoria), efectivamente estaba probada la presencia de otra
persona no identificada, en virtud del rastro genético hallado en la toalla y en
el DNI de la víctima. Científicamente fue descartada la presencia de M. M. en
el lugar del hecho.
Es decir.
h.- Los distintos operadores judiciales que a lo largo del tiempo han
intervenido en el presente proceso, han sostenido que las manifestaciones
respecto a la presencia de M. M. en la escena del hecho, no cuenta con
sustento probatorio.
l.- El Ministerio Público afirma que fueron dos o más personas los que
cometieron el ilícito, tomando como punto de partida las conclusiones
periciales, pero ello resulta irrelevante a la hora de la acusación de M. M..
Pero a su vez, se trata de teorizaciones, lo que no significa que
efectivamente haya ocurrido con pluriparticipación de sujetos.
6.1.- El firmante permaneció con licencia médica entre los días 24/3/2019 y
24/6/2019 (constancia, vta. fa. 1242), con certificación médica por integrar la
población de riesgo al COVID 19, entre los días 18/3/2020 y 11/8/2021 (vta.
fa. 1486), licencia extraordinaria por Código 06 entre los días 26/11/2021 y
10/12/2021 (constancia; vta. fa. 3512), reglamentaria entre los días 7/4/2022
y del 5/5/2022 al 10/5/2022 y por enfermedad entre los días 6/6/2022 y
17/6/2022 (constancia; vta. fa. 3596).
El día 22/3/2021, la Psic. Sandra Da Silva del ITF Rivera, entendió que el
objeto de la pedida ya había sido evacuado (fa. 3428), por lo que por res. N°
348/2021 se ordenó que la cumpliese el ITF Montevideo (fa. 3429), por lo
que se ingresó la solicitud N° 17298/2021 (fa. 3432), a la vez que la Oficina
Actuaria procuró la coordinación necesaria para que el examen se llevara a
cabo con la mayor prontitud posible (fa. 3433).
CONSIDERANDO:
1.4.- El art. 83.3 CPP 1980 en la redacción dada por el art. 3 de la ley N°
19.196 de 25/3/2014, permitió el acceso al presumario penal y la oferta de
medios de prueba en tal etapa, entre otros al damnificado, lo que en el caso
de autos debió ocurrir hasta el dictado de la interlocutoria N° 1798/2019 (fa.
3096), en que se inició el sumario penal, y no en lo posterior (fs. 3226 y sgte.,
3294 y sgte., 3302 y sgte., 3341, 3352 a 3359, 3371 y sgte., 3382 y sgte.,
3499 y 3505, a modo de ejemplo).
Los indagados F., T. y F. S. (fs. 73, 140 a 161; 72, 162 a 178 y 125 a 129
respectivamente), no prestaron su consentimiento para que sus
declaraciones fueran grabadas en video, al igual que el testigo T. M. (fs. 110
a 115), por lo que a su respecto, se trató de un medio probatorio que se
dispuso pero no se llevó a la práctica por ausencia de voluntad de la persona
a examinar.
Aquí podemos situar el inicio del problema, pues con el argentino Clariá
Olmedo, debemos indicar que la declaración indagatoria en principio es un
medio de defensa (Clariá Olmedo, Jorge; “Derecho Procesal Penal”, tomo II,
1ª ed., Rubinzal – Culzoni, Santa Fe, 2008, pág. 326), en donde en un
sistema procesal penal como el nuestro, no encuentra limitantes a la hora de
su contenido. Y en la presente oportunidad procesal, cuando se produce el
dictado de la decisión definitiva, es en la cual debe concretarse la valoración
de los medios probatorios reunidos, previo a lo que, deben evaluarse las
garantías emergentes de la Constitución de la República y del instrumento
procesal penal, con aquellos y sus distintos momentos anteriores
(verbigracia: oferta, producción, etc.).
El art. 20 de la Constitución de la República (presente en nuestra Carta
Magna desde el art. 111 del texto de 1830), en armonía con el art. 185 CPP
1980 (visualizable como fuente de los incs. "h" e "i" del art. 64 CPP 2017),
reconocen que todo indagado no puede ser obligado a decir la verdad de lo
que se le pregunte. Es el indagado, el único sujeto procesal a quien en el
orden penal se le permite mentir sin que ello tenga consecuencias negativas
para sus intereses (en el mismo sentido, Garderes; y Valentín; "Código...",
pág. 465). Mientras el testigo, estatutariamente está obligado a decir la
verdad, y lo declarado dolosamente falso puede significar su responsabilidad
penal, el indagado tiene un espectro que se inicia con el silencio, sigue por
limitarse a contestar las preguntas que se le hagan o las que él quiera
responder, hasta confesar, pero todo sin que pueda agravarse bajo ningún
concepto su situación jurídico – procesal, por adoptar una u otra postura.
La actuación de L. M., fue ordenada como una pericia, por lo que se trata de
un medio cuya finalidad debe ser "(...) conocer o apreciar algún hecho o
circunstancia (...)", para lo cual sean necesarios o convenientes "(...)
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica. (...)", de acuerdo
al art. 187 CPP 2017. Lamentablemente, como el oferente no manifestó la
conducencia en el diligenciamiento del medio probatorio, y la misma línea
siguió la decisora, su finalidad debe deducirse.
El lenguaje gestual para Ferrari, "(...) [tiene] más significado que los verbales.
En cualquier situación comunicativa, la comunicación no verbal es inevitable.
En los mensajes no verbales predomina la función expresiva o emotiva sobre
la referencial. En culturas diferentes hay sistemas no verbales diferentes.
Existe especialización de ciertos comportamientos para la comunicación. (...)"
(citado por Torres Gómez, Rita; "El lenguaje corporal como herramienta de
análisis para el criminólogo", en Rev. Exlege N° 3, Univ. De la Salle,
Guanajuato, 2019, pág. 155).
La valoración de los medios de prueba, por imperio del art. 174 CPP 1980 debe
llevarse a cabo mediante la denominada sana crítica, que parte de un
razonamiento lógico desprovisto de arbitrariedad y nutrido por las máximas de
la experiencia, como sostenía Bermúdez (citado por Valentín y Garderes;
"Código...", pág. 448).
La Dra. D., observó tres heridas cortantes a nivel de cuello, (mientras que la
autopsia practicada en el ITF Rocha, cuatro; como surge de fa. 22). Para
dicha perito, la primer herida presenta una "(...) larga cola de ratón la cual
marca la dirección del corte de izquierda a derecha. (...) Evoca arma de filo
importante. (...)", en la segunda, el "(...) cuchillo de escaso filo (...)", al igual
que la tecera (fa. 1121), concluyendo que "(...) pudieron haber sido 2 armas
distintas y también la posibilidad de 2 agresores (fa. 1122).A su vez, dató el
deceso entre 6 y 9 días antes de su examen (2/1/2015), por lo que entonces
el insuceso se habría producido entre los días 24/12/2014 y 27/12/2014 (fa.
1121), lo que contradice toda la restante prueba de autos.
Para el Dr. B. R. por su parte, "(...) la expresión "cola de ratón" utilizada por
colegas (...) se la observa en el degüello suicida cuando quien se auto
agrede va perdiendo su fuerza, o sea que no es para nada apropiada esta
designación en heridas que como las presentadas por L. son superficiales y
finas en toda su extensión y hetero – agresivas. (...)" (fa. 1156).
Entiende que "(...) No hubo móvil sexual, eso es certero, y el móvil de robo
no parece lógico (...)" (fa. 1160).
Concluye que "(...) puede tratarse de un único agresor (...) de sexo femenino,
con un móvil que no fue sexual ni de robo (...)" (fa. 1160) "(...) no pudiendo
obviamente descartar un agresor de sexo masculino, aunque no parece
encuadrarse en el modelo esperable. (...)" (fa. 1161).
En la fase legal que mencionó Gorphe , la ley estableció cuáles eran los
medios para acreditar los hechos, como así también el poder convictivo de
cada uno de ellos, con un reinado triste y prolongado de la confesión. Luego,
"(...) surge la fase científica, la del porvenir, cuya prueba por excelencia la
proporciona la labor pericial y que no pretende tan sólo establecer los hechos
delictivos, sino explicarlos asímismo, de modo metódico, mediante resultados
experimentales. (...)" (Gorphe; obra citada, pág. 2 y sgte.). Pero el autor
galo, afirma que el juez debe realizar un análisis crítico de las pruebas, con
la mayor cantidad de herramientas que se coloquen a su alcance.
Es decir.
La empresa Abitab, informó los giros realizados por M. M. entre los días
1/1/2014 y 9/4/2015, ninguno de los cuales fue hecho desde el Departamento
de Rocha (fs. 1583 y 1584).
En esa misma oportunidad, dijo sobre la víctima de los presentes autos, "(...)
No la conozco. La vi por fotos. (...) No se quién es L.. La vi por televisión y
celular. (...)" (misma declaración; fa. 1551).
La fotografía que M. M. pide que se le exhiba por segunda vez es la que fue
agregada a fa. 324 y que fue tomada (junto a otras también incluidas en el
expediente), por parte de la madrina de la víctima, F. (fs. 330 a 333 inclusive,
y sus vtas.), cuando C. B. llegó al balneario Barra de Valizas el día
27/12/2014.
Esto nos señala, que el bolsito que M. M. dice ver en la fotografía de fa. 324,
jamás estuvo en la playa del balneario Barra de Valizas. C. B. lo trasladó
consigo desde la terminal de Retiro en la Ciudad de Buenos Aires, hasta
Plaza Cuba en Montevideo, y de ésta en un taxímetro hasta la terminal de
Tres Cruces en la misma ciudad, y desde allí hasta el balneario mencionado
anteriormente, permaneciendo en el inmueble que T. y F. arrendaron, para
luego de su deceso, ser entregado a sus padres. No existe otra posibiidad,
dado el material probatorio emergente de la instrucción presumarial y del
sumario que anteceden.
Cuando M. M. dice que vio a C. B. vestida "(...) como en la foto, con esa ropa
que tiene (...). con un pantalón como el de la foto y esa mochila estaba al lado
de ella. La mochila negra. El monedero no lo vi, nunca lo vi. (...) No vi la
mochila de la foto. Se ve (...) negra en la foto. Negra. Estoy seguro. (...)
Negra. Estaba al lado. Yo me acerqué. No quise llegar. No avisé a nadie. (...)"
(fa. 1559). Y en la misma declaración vuelve a repetir que la mochila era de
color negro (fa. 1563, in fine), al igual que en la siguiente (fa. 1572), no hace
otra cosa que delinear la teoría del anclaje que manejó la Defensa Pública al
contestar la demanda acusatoria. Hay que recordar que en esa foto que se le
exhibió al enjuiciado, la mochila no se visualiza.
Entonces.
Ninguno en principio.
¿Es lógico que en una zona balnearia una adolescente camine por la playa
con una botella de agua? Claro que la respuesta no puede ser más que
afirmativa, pero no hay certeza de ello. Y en el terreno de las hipótesis, no
resulta lógico que quien sustrajo el dinero que C. B. llevaba, se hiciera de
una botella chica de agua sin gas, pero no se apropiase de un
portadocumentos y billetera o un protector solar, nuevos.
Es decir.
La figura deliciva del art. 197 CP, contiene dos tipos de encubrimiento: el
personal y el real, con dos verbos nucleares: ayudar y asegurar, mediante
cuya conjugación el sujeto activo debe lograr pertubar la función judicial,
estorbando las investigaciones de las autoridades, logrando que el sujeto
activo del delito anterior se sustraiga de la persecución de la Justicia o eluda
o evite el castigo, o bien, se produzca el ocultamiento, supresión o alteración
de los indicios de un delito, los efectos que resulten su producto o los
instrumentos utilizados para ejecutarlo.
Cuando para mejor proveer, y tras la sujeción penal de S. C. en los autos con
IUE 340 – 53/2019, es convocado al presente y declara en presencia de su
Defensa que no conoce a M. M., o a una persona apodada "Cachila", como
tampoco reconoce a ninguna de las personas cuyas fotografías se le
exhibieron (entre las que se encontraba la del enjuiciado en este proceso),
lisa y llanamente termina de confirmar lo antes indicado.
1.11.- Existe otro tópico que termina por excluir a M. M. del círculo de la
responsabilidad penal, y que recibe luz a través del contenido del actual
sumario penal tramitado ante este Juzgado Letrado y por el cual se
encuentra cumpliendo prisión preventiva S. C..
Los hechos narrados en las interlocutorias N° 320/2022 y N° 321/2022
dictadas en dicho expediente, tienen como sustento una determinada
acumulación de medios probatorios, que despliegan una cierta secuencia
histórica y con relevancia penal, teñida obviamente de provisoriedad, y
dependiente de las siguientes y eventuales probanzas que se diligencien.
2.- Colofón:
FALLO: