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Sentencia Nro.

5/2022
IUE 340-463/2014

Rocha, 20 de junio de 2022

VISTO:

Para sentencia definitiva de primera instancia, estos autos caratulados “M.


M., A. E. – Un delito de homicidio agravado por la alevosía en calidad de
coautor” (IUE 340 – 463/2014), incoados en el Juzgado Letrado de primera
instancia de Rocha de 2º turno contra A. E. M. M., por la presunta de un
delito de “Encubrimiento”, con la intervención de la Fiscalía Letrada
Departamental de 2º turno, representada por las Dra. Patricia Sosa Bouvier y
Jessica Fabiana Pereira sucesivamente, la Defensa Pública a cargo de las
Dras. Helena María Cóppola y Yésica Ximena Biquez (por cambio de destino
funcional de la última nombrada fue designada la Dra. Ibis Puñales en su
lugar), sustituida por la privada a cargo del Dr. Ignacio Martín Morena (fa.
3576) y los representantes procesales de la familia de L. L. C. B., Dres.
Jorge Carlos Barrera y Juan Raúl Williman.

RESULTANDO:

1 .- Actuaciones incorporadas al proceso:

1.1.- El día 28/12/2014 a la hora 23:05, C. M. F. compareció ante el


Destacamento de Barra de Valizas de la Prefectura Nacional Naval
denunciando que la adolescente L. L. C. B. se había retirado caminando del
inmueble en que residían temporalmente, con destino al balneario Aguas
Dulces, no retornando (oficio Nº 103/31/XII/14 de la Prefectura del Puerto de
La Paloma; fa. 24).

1.2.- El día 29/12/2014, por oficio Nº 1351/2014 de la Comisaría 4ª, se


comunica a la Prefectura del Puerto de La Paloma, que, en esa jornada, F.
había denunciado la desaparición desde la hora 14:00 del día 28/12/2014 de
la adolescente mencionada (fa. 3).

1.3.- El día 30/12/2014, alrededor de la hora 20:00, la entonces Juez de Paz


de la 4ª Sección Judicial del Departamento de Rocha, Dra. Marcela Sena,
informa a la Dra. Marcela López Moroy (titular de este Juzgado Letrado y
actuando en feria en ese momento), que entre los balnearios Barra de
Valizas y Aguas Dulces, personal militar de la Prefectura Nacional Naval
había ubicado un cuerpo sin vida, y que podría tratarse de la adolescente C.
B., cuya ausencia había sido denunciada en los días inmediato anteriores
(acta de conocimiento; fa. 1).

Constituidas las Magistradas mencionadas en la escena del hecho, en


compañía de la entonces titular de la Fiscalía Letrada Departamental de
Rocha de 2º turno, Dra. María Soledad Barriola, el Comando de la Jefatura
de Policía de Rocha y el de Policía Científica, dejan constancia en el acta
correspondiente que “(…) donde fuera encontrado un cuerpo sin vida (debajo
de un montículo de arena), divisándose únicamente una pequeña parte de
tela de color celeste jean. (…). se dispone se despeje la arena y las hojas
secas (…) [apreciándose] un cuerpo sin vida, de sexo femenino,
aparentemente menor de edad, la cual se encontraba vestida con un short
corto deflecado, color celeste jean y la parte superior de un bikini color azul y
blanco; portando en su tobillo izquierdo una tobillera. El cuerpo se encontraba
en posición casi fetal, sobre su lado derecho (...)” (fa. 2).

1.4.- El día 14/1/2015, la autoridad policial pone en conocimiento de la


entonces titular de la Sede Letrada de Rocha de 2º turno, Dra. Silvia Virginia
Urioste, que había sido ubicada la mochila que la adolescente C. B. llevaba
el día 28/12/2014, al momento de su egreso del inmueble en que se
encontraba temporalmente residiendo, enterrada en la zona circundante al
sitio en que fue ubicado su cuerpo (fs. 551 a 553).

En el mismo acto, fueron hallados otros objetos pertenecientes a dicha


adolescente (documento nacional de identificación argentino, un libro,
protector solar, toalla, billetera, prendas de vestir, etc.).

1.5.- El día 18/2/2015, el Servicio de Gestión de Calidad del Ministerio del


Interior, recepciona una llamada telefónica anónima, en donde una mujer
informa que “(...) el sujeto debido a las descripciones que dio la Policía, son
semejantes al masculino A. E. M. M., CI 4.789.682 – 4, alias el (Cachila), el
cual se esconde en el Departamento de Rivera (...)” (formulario N°
1771/2015; fa. 1522).

1.6.- El día 8/4/2015, A. E. M. M. fue indagado en presencia de su Defensora (fs.


1545 y 1549 a 1558, 1559 a 1564, 1571 a 1575, 1576 y 1577, 1598 a 1604,
1627 a 1629, recuperando su libertad ambulatoria al así disponerse por res. N°
628/2015 (fa. 1635).

1.7.- Por Acordada N° 7937 de 23/10/2017 de la Suprema Corte de Justicia,


se estableció que aquellas causas iniciadas con antelación al día 1/11/2017
ante el Juzgado Letrado de primera instancia de Rocha de 2° turno, pasarían
a ser competencia de este Juzgado Letrado, en virtud de lo que, por mandato
verbal N° 500/2017, se remitieron (fa. 2775).

1.8.- Comparece el entonces titular de la Fiscalía Ltda. Dptal. Rocha 2° turno,


Dr. Jorge Fabio Vaz (fs. 3058 y sgte.), en libelo que carece de nota de cargo,
y en cuyo tenor pide:

a.- la convocatoria a audiencia en calidad de indagados a M. M. y a R. A. G.


C..
b.- ofrece prueba pericial en el área de la Semiología a cuyos efectos solicita
la presencia en la audiencia, de un perito, que utilizará video – filmación de
las declaraciones u otro medio que entienda necesario.

c.- el registro de la audiencia en el sistema AUDIRE, dado que la pericia


semiológica se ve altamente desvirtuada cuando la documentación se
produce en acta, lo que permite (sic) “armar” la respuesta, es decir, pensarla.

Transcribe el art. 308 CPP 1980.

d.- dice adjuntar un informe realizado por el Área Criminalística del Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos de la Nación (República Argentina), que le
fue presentado por la familia de la adolescente C. B..

1.9.- Por dec. N° 1770/2019, la Dra. Rossana Ortega (Juez Suplente),


dispone la conducción de M. M. y G. C. para el día 20/5/2019 a la hora
15:00, que deberán comparecer con asistencia letrada, citando a la
Semióloga (fa. 3073), lo que se comunicó a la autoridad policial por oficios N°
115/2019 y N° 116/2019 (fs. 3075 y 3076), notificándose a la Fiscalía (fa.
3079), Defensa Pública (fa. 3080), Defensor del segundo indagado
mencionado (fa. 3081) y representante de la familia de la víctima (fa. 3082).

1.10.- El día 20/5/2019, se celebra la audiencia fijada, la que se documenta


en el sistema Audire, como consta en el Sistema de Gestión de Juzgados del
Poder Judicial (fs. 3089 y sgte.).

En dicha audiencia, estuvo presente la Crio. (PT) M. I. L. M. del Ministerio del


Interior, para la práctica de una pericia “semiológica” y el análisis gestual de
las personas que declarasen (pista 0, minuto 4:42). Corresponde indicar, que
con dicha finalidad, la jueza Ortega manifestó que no había permitido a
las Defensoras Públicas mantener una conversación privada previa a
dicho acto procesal, en virtud que la declaración debía ser espontánea (pista
0, minuto 5:40).
Al inicio de la pista 2, la Dra. Cóppola (Defensora Pública), aclaró que le
había solicitado a la Sede Judicial mantener una conversación en privado con
M. M., en virtud que se le dijo que no se encontraba en calidad de detenido,
lo que le fue negado. Tal incomunicación, entiende que resulta vulneratoria
del debido proceso y lesiva del derecho al ejercicio de la Defensa.

Finalizadas las declaraciones del ahora testigo G. C. y del indagado M. M., el


fiscal Vaz, entiende presente la semiplena prueba constitucionalmente
requerida con respecto a M. M. y su participación en el hecho que se
investigaba, solicitando su detención y el otorgamiento de una vista (pista 40,
al inicio), lo que se otorga.

Seguidamente, y en un nuevo conjunto de pistas de audio, el Ministerio


Público solicita el inicio de sumario penal con perjuicio de la libertad
ambulatoria respecto de M. M., imputado prima facie y sin perjuicio de
ulterioridades, de la presunta comisión de un delito de “homicidio muy
especialmente agravado” en tanto lo establecido en el art. 312.4 CP (pista 0,
minuto 0:35), relacionando los hechos en los que fundaba su pretensión
(pista 1).

1.11.- Corrido traslado de la pretensión fiscal, la Defensa contestó en tiempo


y forma (fs. 3091 a 3095), en la que, sucintamente expuso que no existía
semiplena prueba de la participación de M. M. en el delito que se le
pretende imputar, no habiéndose diligenciado medio probatorio alguno que lo
sitúe en la escena del hecho, salvo su propia declaración del año 2015, las
que resultaron contradictorias y poco creíbles.

Pide en definitiva, el rechazo de la pretensión fiscal.

1.12.- Por interlocutoria N° 1798/2019 de fecha 22/5/2019, se sujetó a


proceso penal con privación de su libertad, a M. M., por la presunta
comisión de un delito de “homicidio”, entendiendo la jueza Ortega en tal
etapa procesal la concurrencia de la agravante prevista en el art. 47.1 CP,
difiriendo la expresión de sus fundamentos (fa. 3096).

Por su similar N° 1799/2019, se expusieron los fundamentos de la


interlocutoria mencionada (fs. 3097 a 3118), la que se notificó a las partes y a
los representantes legales de la familia de la víctima (fs. 3119 a 3123).

1.13.- Por oficio N° 340/2019, la Dirección de la Unidad N° 22 del INR,


informó del ingreso y traslado al Centro de Ingreso, Diagnóstico y Derivación
de la Zona Metropolitana del INR, de M. M. (fa. 3130), resolviendo la Junta
Nacional de Traslados, por su res. N° 923/2019, el alojamiento en la primer
centro de reclusión mencionado (fa. 3132).

El día 28/5/2019, M. M. fue valorado en la emergencia del Hospital Vilardebó


por parte de la Dra. Ángela Dopico, quien diagnosticó en forma primaria
“trastorno de la personalidad”, disponiendo tratamiento farmacológico (fs.
3136 a 3138).

1.14.- Contra la decisión inicial del sumario penal, se alzó tempestivamente la


Defensa de M. M. deduciendo recursos de reposición y apelación, e
interponiendo demanda incidental anulatoria (fs. 3144 a 3158), otorgándose
traslado a la Fiscalía Departamental actuante (res. N° 1955/2019; fa. 3159),
que la evacuó por su actuación N° 438/2019 (fs. 3160 a 3203).

1.15.- Por interlocutoria N° 2153/2019 de fecha 24/6/2019, se rechazaron el


recurso de reposición interpuesto y la demanda incidental de nulidad,
franqueándose la apelación subsidiariamente planteada para ante el
Tribunal de Apelaciones en lo Penal que correspondiera (fs. 3219 a
3223), recayendo el azar en el órgano colegiado de 4° turno (nota de cargo;
vta. fa. 3246), que por su providencia N° 756/2019, confirmó la atracada (fs.
3279 a 3293).
1.16.- Agregada planilla del RNAJ, resulta que M. M. era primario absoluto al
momento de su sujeción al sumario penal contenido en el presente (fa.
3247).

1.17.- Por dec. N° 101/2020 fueron puestos los autos de manifiesto (vta. fa.
3306), que se revocó por el num. 2 de su similar N° 186/2020, en mérito a
que aún no había sido cumplida totalmente la interlocutoria de enjuiciamiento,
ordenándose lo correspondiente a tal fin (fa. 3309), requiriéndose
aclaraciones sobre medios probatorios ofrecidos por el Ministerio Público
anteriormente, lo que se produjo por su actuación N° 106/2020 (fs. 3330 y
sgte.).

1.18.- Por res. N° 1620/2020, fueron puestos de manifiesto los presentes autos
(fa. 3362).

El día 7/9/2020, la Defensa de M. M., ofrece prueba pericial psicológica y


psiquiátrica de su representado, fijando su objeto (fa. 3365 y su vta.).

Por dec. N° 1699/2020, se tuvo presente lo que antecede, disponiéndose el


pase de los presentes al Ministerio Público (fa. 3367), quien, en su actuación
N° 205/2020 ofreció prueba testimonial (D. L., J. B. y la hermana del
prevenido M. M.), documental (historia clínica de la fallecida) y pericial (se
agregue el informe de la Crio. (PT) L. M. respecto del testigo G. C.) (fa.
3368).

1.19.- Por auto N° 1801/2020 de 25/9/2020, se ordenó el diligenciamiento de


los medios probatorios ofrecidos por las partes (fa. 3369), el que resulta
complementado por el N° 1926/2020, cuando la Sede Judicial tuvo
conocimiento del prestador de salud en que era asistida la adolescente
fallecida (fa. 3385).

El día 5/10/2020, con los N° 63802/2020 y N° 63821/2020, se solicitaron


las pericias psiquiátrica y psicológica de M. M. al ITF Rivera respectivamente
(fs. 3375 a 3377), que las rechazó sin cumplir el día 14/12/2020 (fs. 3420 a
3422), por lo que se reiteró el pedido según los correlativos N° 4554/2021 y
N° 4564/2021 (fs. 3423 y sgte.).

El día 20/10/2020, se recogió la declaración testimonial de la hermana del


prevenido, M. D. C. D. S. M. (fs. 3392 y sgte.).

En la misma audiencia, la juez Delos (suplente), comunicó a las partes la


falta de ubicación de los testigos J. B. y D. L., ofrecidos por el Ministerio
Público, quien solicitó la averiguación de sus respectivos paraderos (fa.
3384), lo que se dispuso por el término de 30 días (dec. N° 1926/2020; fa.
3385), librándose el oficio N° 890/2020 (fa. 3387), sin que hubiese noticia
ulterior al respecto.

El día 18/3/2021, se practicó el examen médico – psiquiátrico con fines


periciales del enjuiciado (fs. 3426 y sgte.) y el día 5/9/2021 el psicológico (fs.
3465 a 3468).

1.20.- Por dec. N° 1045/2021, pasaron los presentes al Ministerio Público


conforme lo establecido en el art. 233 CPP 1980 y siguientes por el término
legal (vta. fa. 3495), cuya prórroga pidió por actuación N° 486/2021 (fa.
3496), que fue otorgada por res. N° 1178/2021 (fa. 3497).

En la misma actuación fiscal y en virtud que la anterior Defensora Pública –


Dra. Biquez – fue trasladada de destino funcional, se pidió el traslado de M.
M. desde la Unidad N° 12 del INR (Departamento de Rivera), a la ciudad de
Rocha para mantener una entrevista en conjunto con la nueva Abogada, Dra.
Ibis Puñales (fa. 3496), lo que inicialmente se fijó para el día 13/12/2021
(segundo párrafo de la res. N° 1178/2021; fa. 3497), postergándose para el
día 15/12/2021 (dec. N° 1179/2021; fa. 3503).

1.21.- El día 14/12/2021, comparecen en forma conjunta la fiscal Jessica


Pereira y las Defensoras Públicas Cóppola y Puñales, solicitando prórroga de
la señalada (fa. 3512).

1.22.- Por interlocutoria N° 1197/2021, se revocó lo dispuesto en cuanto al


traslado del encausado M. M. desde la Unidad N° 12 del INR hasta esta
ciudad para entrevistarse con la titular de la Fiscalía Letrada Departamental
de Rocha de 2° turno y con su nueva codefensora pública. Asimismo, se
estableció que las notificaciones no debían comprender a la familia de la
víctima en tanto la etapa procesal que se transitaba (sumario penal), de
acuerdo a lo establecido en el art. 83 CPP 1980, en la redacción dada por el
art. 3 de la ley N° 19.196, reintegrándose el expediente a la Fiscalía a los
efectos del art. 233 CPP 1980 y siguientes (fs. 3513 y sgte.).

1.23.- Por actuación N° 491/2021, el Ministerio Público dedujo demanda


acusatoria (fs. 3519 a 3529).

1.24.- Por auto N° 1263/2021 (vta. fa. 3529), se confirió traslado de la


pretensión fiscal a la Defensa (fa. 3530), que contestó en tiempo y forma (fs.
3534 a 3544).

1.25.- Por dec. N° 107/2022 (fa. 3545), se dispuso la citación de las partes
para sentencia, pasando los autos al Despacho con fecha 9/3/2022 (nota de
cargo; vta. fa. 3545).

1.26.- Por auto N° 325/2022 de fecha 23/5/2022 (vta. fa. 3545), se dispuso la
agregación de las interlocutorias N° 320/2022 y N° 321/2022 dictadas los
días 19/5/2022 y 22/5/2022 respectivamente, en las actuaciones
presumariales caratuladas “C., L. L. – Su muerte”, IUE 340 – 53/2019,
tramitadas ante este Juzgado Letrado, lo que se cumplió (fs. 3546 a 3573).

1.27.- El día 25/5/2022, comparece M. M., designando como su nuevo


Defensor al Dr. Ignacio Martín Morena (fa. 3576), y el mismo día, se presenta
la Dra. Ibis Puñales (Defensora Pública y hasta entonces representante del
prevenido de autos), expresando que su defendido se había comunicado
por teléfono con ella, manifestándole que firmó un documento que le
presentaron en el establecimiento de reclusión en el que está alojado
(Unidad N° 12 del INR en el Departamento de Rivera), pero que dada su
condición de analfabeto, desconoce su contenido. Acotó que otro recluso le
leyó el escrito, y que se trataba del cese de patrocinio y la designación de un
Defensor privado, por lo que M. M. le manifestó que esa no era su voluntad
(constancia; vta. fa. 3576).

Por lo expuesto, por res. N° 334/2022, se comete al homólogo de Rivera que


corresponda, para que recabe la manifestación de voluntad del enjuciado
(vta. fa. 3577), por lo que se libro el oficio N° 339 – 21/2022 (fa. 3579).

Mediante el exhorto N° 328 – 35/2022, el similar de Rivera de 2° turno,


informó que M. M. designó al Dr. Morena como su nuevo defensor (fs. 3580 a
3585), al que se tuvo por designado, disponiéndose la notificación de la
Defensa saliente (res. N° 341/2022 (vta. fa. 3597), lo que se cumplió (fa.
3587).

1.28.- Por auto N° 340/2022, para mejor proveer, se recabará la declaración


del encausado L. D. S. C. con asistencia letrada (vta. fa. 3579).

1.29.- El día 2/6/2022, se celebró la audiencia con S. C. (fa. 3593), a quien se


le exhibieron las fotografías remitidas por el Dpto. Policía Científica de la
Jefatura de Policía de Rocha adjuntas a su oficio N° 282/2022, habiéndole
asignado aleatoriamente el N° 11 (fs. 3589, 3591 y 3592), manifestando
“(...) No [conozco] a ninguno. (...)”, y preguntado concretamente por una
persona apodada “Cachila”, dice “(...) No. No se quién es. Me enteré por la
televisión. Se que era cuidacoches en Valizas. No lo conozco. (...)”, pero que
no lo vio nunca en la playa (fa. 3593).

1.30.- Por dec. N° 368/2022, se dispuso nuevamente el pasaje de los


presentes al Despacho para el dictado de la presente decisión definitiva de
primer grado, retornando con fecha
2.- Medios probatorios diligenciados:

2.1.- La acreditación de los hechos historiados precedentemente surge del


diligenciamiento de los siguientes medios probatorios:

2.1.1.- declaraciones de familiares de la víctima D. C. (fs. 40 a 44, 1188 a


1200), A. C. B. (fs. 45 a 50, 1227 a 1234) y P. C. (fs. 55 a 62).

2.1.2.- declaraciones indagatorias de M. M. en presencia de su Defensor (fs.


1544 y sgte., 1549 a 1558, 1559 a 1564, 1571 a 1575, 1576 y sgte., 1598 a
1604, 1627 a 1629) y de los coindagados L. C. R. S. (fs. 65 a 70), J. L. G. C.
(fs. 117 a 124), J. P. F. S. (fs. 126 a 129), C. M. F. (fs. 141 a 161, 1746 a
1761), H. T. (fs. 163 a 177, 1762 a 1771), A. M. R. (fs. 240 a 242, 785), J. N.
S. D. L. S. (fs. 259 a 270), M. E. D. B. R. (fs. 271 a 274, 883), J. M. R. B. (fs.
275 a 277, 884), R. A. G. C. (fs. 486 a 496), R. G. G. F. (fs. 817 a 820), C.
C. A. (fs. 832 a 835, 853), P. C. A. (fs. 836 a 838, 852), M. B. C. D. (fs. 849),
H. A. B. (fs. 885 a 893), H. D. B. F. (fs. 1266 y sgte.), V. H. B. O. (fs. 1990 a
1994, 2033 a 2039), H. E. G. S. (fs. 2214 a 2223, 2260 y sgte., 2279 a
2281), I. C. D. (fs. 2234, 2265 a 2271), H. O. N. (fa. 2322), L. T. Giamberini
C.(fs. 2641 y sgte.), N. E. C. R. (fa. 2868), O. O. M. R. (fs. 2981 a 2988) y L.
D. S. C. (fa. 3593); con las mismas garantías procesales.

2.1.3.- Testimonial: C. D. M. G.(fs. 51 a 54), S. A. P. L. (fa. 63 y su vta.), R.


G. G. F.(fs. 74 a 79, 231 a 237, 470 a 473), D. M. C. S. (fs. 80 a 88, 134 a
137, 1204 a 1215, 1225 y sgte.), V. T. M. (fs. 90 a 103, 1796 a 1805 por
traslado desde las fs. 921 a 930 del IUE 340 – 144/2015), H. A. T. M. (fs. 110
a 115, 460 a 466, 786), F. T. L. (fs. 130 a 133), V. M. (fs. 215 a 223), R. C. R.
(fs. 225 a 230), E. C. R. G. (fs. 238 y sgte.), M. C. V. (fs. 278 a 281), Estela
C. V. (fs. 282 a 284), L. F. A. (fs. 456 a 459), R. C. I. F. (fs. 474 a 479), C. A.
G. G.(fs. 480 a 485), J. L. B. (fs. 503 y sgte.), A. C. S. (fs. 757 a 760), M. C.
S. (fs. 761 a 767), S. C. S. (fs. 768 y sgte.), M. B. C. D. (fs. 770 a 777), V. G.
C. (fs. 778 a 782), M. G. C. (fs. 783 y sgte.), L. T. G. C. (fs. 787 a 790), J. L.
G. C. (fs. 814 a 816), I. C. A. (fs. 847 y sgte.), L. G. S. G. (fs. 1216 a 1221),
E. D. C. C. (fs. 1222 a 1249), A. A. D. G. (fs. 1255 a 1258), M. M. (fs. 1297 a
1299), A. M. S. I. (fs. 1300 a 1305), H. J. M. A. (fs. 1306 y sgte.), D. E. R. Da
R. (fs. 1309 a 1313), G. G. A. (fs. 1314 a 1318), M. A. C. M. (fs. 1319 a
1325), F. F. G. (fs. 1451 a 1455), M. F. M. M. (fs. 1456 a 1459), M. A. T. (fs.
1484 a 1486), R. M. S. S. (fs. 1487 a 1490), M. G. A. A. (fs. 1491 y sgte.), J.
P. D. S. M. (fs. 1533 y sgte., 1677 y su vta.), W. D. S. M. (fs. 1535 y sgte.,
1678 y su vta.), A. K. R. T. (fs. 1537 a 1540, 1679 a 1680 y sus vtas.), L. G.
M. M. (fs. 1541 y sgte., 1681 y su vta.), O. D. B. (fs. 1546 y sgte.), Mirtha E.
R. R. (fs. 1615 a 1619, 2323 a 2327), L. M. H. M. (fs. 1620 a 1623), C. T.
T.(fs. 1814 a 1816), G. B. B. R. (fs. 1817 a 1825), J. M. A. D. R. (fs. 1826 a
1830 y 2635 y sgte.), G. M. S. M. P. (fs. 1998 a 2000), L. D. L. S. E. (fs. 2019
a 2022, 2229 a 2231), M. I. L. M. (fs. 2023 y sgte., 2249 y sgte., 2257 y
sgte.), M. O. (fs. 2025 y sgte.), V. C. R. (fs. 2027 a 2029), E. B. O. (fs. 2043 y
sgte.), G. A. Z. M. (fs. 2251 a 2254), M. E. P. F. (fs. 2328 y sgte.), M. E. P.
(fs. 2420 a 2423), G. I. F. P. (fs. 2637 y sgte.), J. I. L. B. (fs. 2639 y sgte.), G.
C. (en Audire), A. M. N. R. (fs. 3352 y sgte.), W. B. V. (fs. 3354 y sgte.), J.
R. B. S. (fs. 3356 y sgte.), G. N. F. (fs. 3358 y sgte.) y M. D. C. D. S. Moreira
(fs. 3392 y sgte.).

2.1.4.- Documental: actas de conocimiento y de constitución (fs. 1 y 2, 551 a


553, 1253); oficios Nº 1351/2014, Nº 1359/2014, Nº 1360/2014, Nº
1358/2014, Nº 1352/2014, Nº 8/2015, Nº 5/2015, Nº 12/2015, Nº 24/2015,
Nº 49/2015, Nº 65/2015, Nº 114/2015, Nº 260/2015, Nº 261/2015, Nº
337/2015, Nº 346/2015, Nº 437/2015, Nº 588/2015, Nº 621/2015 y copia
del Nº 189/2015 de la Comisaría 4a (fs. 3, 5, 6, 8 a 11, 12, 194 y su vta., 198
y 199, 246 a 257, 317 a 322, 453 a 455, 679, 680 y sus vtas.; 829 a 831 y
845, su vta. y 846, 1203 y su vta., 1448, 1450, 1662, su vta y 1663, 1670,
1876, 2046, 2072, 2577 a 2578); oficios Nº 157/2014, Nº 158/2014, Nº
1/2015, Nº 4/2015, Nº 7/2015, Nº 8/2015, Nº 9/2015, Nº 10/2015, Nº
11/2015, Nº 12/2015, Nº 13/2015, Nº 15/2015, Nº 14/2015, Nº 17/2015,
Nº 19/2015, Nº 25/2015, Nº 26/2015, Nº 27/2015, Nº 29/2015, Nº
30/2015, Nº 31/2015, Nº 32/2015, Nº 34/2015, Nº 35/2015, Nº 42/2015,
Nº 47/2015, Nº 44/2015, Nº 43/2015, Nº 70/2015, Nº 74/2015, Nº
76/2015, Nº 75/2015, Nº 72/2015, Nº 95/2015, Nº 96/2015, Nº
97/2015, Nº 98/2015, Nº 111/2015 e impresos del contenido fotográfico de
un CD, Nº 132/2015, N° 134/2015, Nº 136/2015, Nº 261/2016 y su copia, Nº
287/2016, Nº 328/2016 y Nº 642/2016 de la Dirección de Investigaciones de
la Jefatura de Policía de Rocha (fs. 7, 179, 180, 544, 1128, 1173, 1175,
1178, 1184, 1244, 1245, 1332 y su vta., 1338, 1358, 1363, 1399, 1401,
1403, 1405, 1407, 1414, 1416, 1417, 1440, 1478 y su vta., 1513, 1516,
1519, 1776, 1779, 1783, 1786, 1846, 1944, 1946, 1948, 1950, fs. 2146 a
2196, 2213, 2320, 2388, 2463 y su vta., 2469 y sgte., 2488, 2498, 2568);
oficio Nº 11/2015 de la Comisaría 7ª de la Jefatura de Policía de Rocha (fa.
281 y su vta.) y memorando Nº 43/2015 de la Comisaría 1ª de la Jefatura de
Policía de Rocha (fs. 1330 y sgte.); oficios Nº 100/29/12/14, Nº 103/31/XII/14
y Nº 101/31/XII/14 de la Prefectura del Puerto de La Paloma (fs. 4, 24, 37);
oficios Nº 664/2014, Nº 663/2014, Nº 525/2014, Nº 1/2015, Nº 12/2015, Nº
35/2015, Nº 12/2015, Nº 46/2015, Nº 57/2015, Nº 223/2015, Nº 17/2015,
copia de los Nº 664/2014, Nº 12/2015 y Nº 46/2015, Nº 57/2015 y Nº
617/2016 del Dpto. Investigaciones Complejas de la DGLCO e Interpol (fs.
25 a 29, 30 a 34, 38, 104 y 105, 518 y su vta., 569, 1135, 1252, 1431, 1438
y su vta., 1941 y sgte., 2658 a 2662, 2670); informe Nº 1/2015 de la Sección
Delitos Tecnológicos del Dpto. Investigaciones Complejas de la DGLCO e
Interpol (fs. 106 a 108, 516 y sgte.); memorandos Nº 2481/2014 y Nº
105/2015 del Dpto. Informático de Identificación Criminal de la D.N. de
Policía Científica (fs. 39, 732); informe de distancias confeccionado por
personal de Policía Científica de Rocha (fa. 181); oficios Nº 1/2015, Nº
235/2015, Nº 219/2015, Nº 361/2015, Nº 1037/2015, Nº 1075/2016 y N°
282/2022 con fotografías de personas sujetas a proceso penal y/o
formalización del Dpto. Policía Científica de Rocha (fs. 182, 1460, 1467,
1667, 2391, 2572 y su vta., 3589 a 3592); acta de incautación de un rifle sin
marca, cal. 22, Nº fabricación 9451838 con mira telescópica (fa. 196);
declaraciones administrativas de T. M. (fa. 13, 18, 287), F. (fa. 14 y su vta.),
T. M. (fa. 15), H. T. (fa. 16 y su vta.), B. (fa. 17 y su vta.), A. M. R. (fa. 197 y
su vta.), G. A. (fa. 209), R. R. A. N. (fa. 210), P. F. V. P. (fa. 211), M. G. M. R.
(fa. 212), E. R.A. (fa. 289), E. R. V. (fa. 291), S. D. L. S. (fs. 293 a 295), C.
A. G. G. (fs. 296 y su vta.), R. C. I. F. (fs. 298, su vta y 299), G. M. B. F. (fa.
300), M. I. D. L. S. S. (fa. 301), M. A. C. R. (fa. 304), W. S. L. (fa. 305), G. D.
D. B. G. (fa. 306), I. F. D. H. (fa. 307), W. B. R. G. (fa. 308), J. M. R. B. (fa.
313 y su vta.), C. G. D. B. R. (fa. 314 y su vta.), M. D. B. R. (fa. 315 y su
vta.), M. V. C. V. (fa. 316 y su vta.), M. N. D. S. (fa. 457 y su vta.), G. C. (fa.
452 y su vta.), Sa. I. (fa. 674 y su vta.), D. H. M. P. (fa. 676 y su vta.), M. A. T.
(fa. 677), M. C. V. (fa. 678), C. C. A. (fa. 844 y su vta.), S. G. R. (fa. 1201), M.
A. A. C. (fa. 1202), M. J. K. (fs. 1278 y su vta.), N. J. N. M. (fs. 1381 y su
vta.), H. N. O. (fs. 1382 y su vta.), C. S. N. R. (fa. 1383), C. T. T. (fa. 1447),
L. G. M. M. (fa. 1526 y su vta.), W. D. S. M. (fa. 1527), J. P. D. S. M. (fa.
1528 y su vta.), R. T. (fa. 1529), M. M. (fa. 1530 y su vta.), H. M. (fs. 1580 y
su vta.), S. A. M.(fa. 1653 y su vta.), M. A. P. M. (fa. 1654), A. W. V. C. (fa.
1655), A. R. M. A.(fa. 1656), C. A. G. O. (fa. 1657), A. M. O. M. (fa. 1658), C.
E. V. C. (fa. 1659), R. O. C. M. (fa. 1668), O. M. R. (fa. 1669), B. G. G. B. (fs.
1936 a 1939, 2591 a ), Z. M. (fs. 1952 a 1954, 2500), A. A. F. R. (fa. 1969 y
su vta.), K. A. S. D. (fa. 1970 y su vta.), M. E. D. L. S. B. (fa. 1971 y su vta.),
W. S. C. (fa. 1972), J. P. D. D. L. S. (fa. 1973 y su vta. 2678), V. H. B. O.
(fa. 1982 y su vta.), R. D. R. P. (fa. 2064), D. T.L. A. (fa. 2065 y su vta.), R.
R. (fa. 2290 y su vta.), A. C. O. M. (fa. 2445), N. N. D. C. F. (fa. 2446), A. I.
M. C. (fa. 2447), J. I. F. M. (fs. 2448 y su vta.), M. E. F. D. (fa. 2536 y sgte.),
N. F. V. F. (fa. 2538 y su vta.), C. J. V. C. (fa. 2539 y su vta.), C. A. S. P. (fa.
2540 y su vta.), V. M. S. R. (fa. 2541), L. G. V. F. (fa. 2542), S. P. P. D. (fs.
2672 y su vta.), J. M. R. M. (fa. 2877), G. I. G. A. (fa. 2878) y F. S. F. P. (fa.
2941); correos electrónicos entre autoridades policiales locales y procedente
del Consulado argentino en Maldonado (fs. 19, 20); actas Nº 000090 y Nº
000091 de los exámenes de alcoholimetría practicados a E. R. A. (fa. 290) y
a R. V. (fa. 292); recibo de entrega de prendas de vestir por parte de D. L. S.
S. (fa. 302); fotocopia auténtica de una fotografía de L. L. C. (fa. 323);
fotografías de la misma adolescente (fs. 324 a 329); carpetas Nº 1265/2014,
Nº 18/2015, Nº 28/2015, Nº 87/2015, Nº 113/2015, Nº 179/2015, Nº
531/2015, N° 998/2015, N° 554/2019 y N° 560/2019 del Dpto. Policía
Científica de Rocha (fs. 334 a 339, 341 a 354, 362 a 373, 877 a 882, 901 a
905, 1333 a 1336, 1847 a 1865, 2292 a 2295, 2990 a 3000, 3002 a 3056);
solicitud de estudio de ADN (fa. 414); identificaciones faciales Nº 1/2015, Nº
2/2015 y Nº 3/2015 del Dpto. de Planimetría de la D.N. de Policía Científica
(fs. 423 a 426; 445 a 447); oficio Nº 14/2015 de la Prosecretaría de la
Suprema Corte de Justicia (fa. 526); expediente Nº 1/2015 de la Suprema
Corte de Justicia (fs. 527 a 535); informe requerido al INUMET (fs. 538 a 542,
571 a 574, 747 a 752); oficios Nº 2/2014, Nº 1/2015, Nº 18/2015, copia del
oficio Nº 18/2015, Nº 36/2015, Nº 68/2015, Nº 70/2015, Nº 174/2015, Nº
177/2015, Nº 190/2015, Nº 191/2015, Nº 192/2015, Nº 207/2015, Nº
246/2015, N° 237/2015, N° 269/2015, Nº349/2015, Nº 269/2015, Nº
346/2015, Nº 269/2015, Nº 315/2016, Nº 378/2016 y copia del Nº 315/2016
de la Unidad de Análisis de Hechos Complejos de la Jefatura de Policía de
Montevideo (fs. 543, 604, 1384, 1481 a 1483, 1581 y su vta., 1614 y su vta.,
1956, 1957, 1978 y sgte., 1988, su vta y 1989, 2004 y su vta., 2138 y su
vta., 2198 y su vta., 2291, 2321 y su vta., 2406, 2410 y su vta., 2411, 2444 y
su vta., 2508, 2532 a 2535, 2543); fax de G. S. (fs. 545); listado de pasajeros
del ómnibus de la empresa argentina “Pullman Gral. Belgrano” SRL, en que
viajó la adolescente C. B. hacia la terminal Tres Cruces de la ciudad de
Montevideo (fa. 558); informe sin numerar de la Unidad Análisis de Hechos
Complejos de la Jefatura de Policía de Montevideo (fs. 681, 682 y sus vtas.);
fotografías correspondientes a la carpeta Nº 189/2015 del Dpto. Inspección
Pericial de la D.N. de Policía Científica (fs. 791 a 813); ficha Nº 5760/2015 de
la Asesoría de la Autoridad Central de Cooperación Jurídica Internacional del
Ministerio de Educación y Cultura, que incluye la nota Nº 994/2015 del
Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina,
actuación de la Delegación Departamental de Investigaciones de E. E., en
torno a la declaración ante la autoridad policial por parte de M. E., en la que
afirma haber visto a la adolescente C. B. a mediados del mes de setiembre
del año 2014, en barra de Valizas (fs. 856 a 869); testimonio de la
partida de defunción de la adolescente C. B. (fa. 875); informe Nº 9/2015
del Dpto. Fotografía Forense de la D.N. de Policía Científica (fs. 990 a 1004);
oficio Nº 188/2015 del Dpto. Inspección Pericial de la D.N. de Policía
Científica (fa. 1008 y su vta.); nota de Forestier Pose SA (fa. 1117);
testimonio de la declaración indagatoria de G. F. en los autos caratulados “G.
F., R. G. – Antecedentes”, con IUE 340 – 6/2015 (fs. 1146 a 1152); informe
médico – legal del Dr. G. B. B. R. a pedido de los progenitores de la
adolescente C. (fs. 1153 a 1161); información contenida en el SGSP al
13/2/2015 sobre E. I. T. P. y A. M. H. B. (fs. 1262 a 1265 y 1430), al 6/5/2016
sobre Y. M. P. V., M. M. F. S., M. A. O. E., M. T. A. C., P. J. B. F., P. A. A. G.
y L. N. A. R. (fs. 2481 a 2487), al 4/5/2008 sobre J. C. A. (fs. 2808 y sgte.), al
17/12/2017 sobre J. M. R. M. (fs. 2811 y sgte.), al 19/12/2017 sobre G. I. G.
A. (fs. 2831 a 2833); aerograma Nº K 17/2017 de la embajada uruguaya ante
la República Argentina y documentación adjunta (fs. 1349 a 1353); oficios Nº
10/2015 y Nº 136/2016 de la Brigada de Narcóticos de la Jefatura de Policía
de Rocha (fs. 1364, 2555); tráfico telefónico del celular XXXXXXX (fs. 1408 a
1413); información sobre servicios de internet brindada por ANTEL (fs. 1427
a 1429); nota de SAETA TV Canal 10 (fs. 1432 a 1437); información sobre
titularidad de servicios telefónicos móviles brindada por ANTEL (fs. 1475 a
1478); fotografías del circuito cerrado de televisión de la terminal de ómnibus
de Tres Cruces de la ciudad de Montevideo (fs. 1508 a 1512); copia
auténtica del memorando Nº 1771/2015 del Servicio de Gestión de Calidad
del Ministerio del Interior (fa. 1522); oficios Nº 122/2015, Nº 126/2015, Nº
314/2015, Nº 54/2016 y Nº 891/2016 de la Dirección de Investigaciones de
la Jefatura de Policía de Rivera (fa. 1523 y su vta., 1531, 1532 y sus vtas.,
1975 a 1977, 2453, su vta y 2454, 2679); copia del acta de allanamiento del
domicilio de M. M. (fa. 1525 y su vta.); reporte de giros de Abitab realizados
por M. M. entre los días 1/1/2014 y 9/4/2015 (fs. 1583 y 1584); copia simple
del plano del padrón Nº 1645 del Departamento de Rocha (fa. 1647); copia
simple de la resolución de fecha 23/2/2015 de la Gerencia de la Regional
Lavalleja del Instituto Nacional de Colonización (fa. 1652); notas de
COMERO IAMPP fechadas el 20/3/2014 y el 1/11/2016 (fs. 1660 y 2596 a
2598); nota de la Dirección de ASSE Castillos fechada el 25/3/2015 (fa.
1661); documentación fotográfica correspondiente a la carpeta Nº 148/2015
del Dpto. Policía Científica de Chuy (fs. 1686 a 1703); oficio Nº 46/2015 del
Dpto. Policía Científica de Chuy (fa. 1704); oficio Nº 193/2015 del Laboratorio
Biológico de la D.N. de Policía Científica (fa. 1708); oficios Nº 210/2015, Nº
216/2015, Nº 1168/2015, N° 220/2018, N° 375/2018 y N° 419/2018 y su
copia, N° 648/2018, originales de N° 419/2018, N° 648/2018 y N° 86/2019 de
la DGLCO e INTERPOL (fs. 1711, 1716 y sgte., 2859, 2895, 2897, 2955,
vta. fa. 2956, 2959, 2962, 2973); expediente Nº AX 2251 del Dpto. Asuntos
Internacionales de la DGLCO e INTERPOL (fs. 1712 y sgte.); memorando Nº
32/2015 del Dpto. Asuntos Internacionales de la DGLCO e INTERPOL (fa.
1715); oficios Nº 76/2015, Nº 1920/2015, N° 241/2018 y N° 243/2018 de la
Jefatura de Policía de Rocha (fs. 1718, 1875, 2906, 2915); testimonio del
acta de la audiencia preliminar celebrada el día 11/5/2015 ante el Juzgado
Letrado de primera instancia de Rocha de 2º turno en competencia en
Adolescentes infractores, en los autos con IUE 340 – 144/2015 (fs. 1791 y
sgte.); testimonio de los dec. Nº 82/2015 y Nº 84/2015 dictados en los autos
con IUE 340 – 144/2015 (fs. 1793 y 1806); copia simple del resultado de
examen de ADN realizado al entonces adolescente T. M. en el laboratorio de
genética y reproducción Fecunditas de la ciudad de Buenos Aires en la
República Argentina (fs. 1794 y sgte.); facsímil del memorando Nº 5693/2015
del Servicio de Gestión de Calidad del Ministerio del Interior (fa. 1810);
listado técnico de tráfico de servicios móviles (fs. 1833 a 1843); memorandos
Nº 321/2015 y Nº 359/2016 del Laboratorio Biológico de la D.N. de Policía
Científica (fa. 1869 y su vta.); memorando Nº 276/2015 de la Dirección de
Asuntos Internos del Ministerio del Interior (fs. 1887 y 2495 y su vta.);
memorandos Nº 1885/2015, Nº 1886/2015, Nº 292/2015 y Nº 1949/2015 del
Centro de Comando Unificado del Ministerio del Interior (fs. 1891, 1892, 1895
y 1896); oficio Nº 1373/2015 de la Dirección de Asuntos Internos del
Ministerio del Interior (fa. 1898); oficio Nº 2581/2015 de la Jefatura de Policía
de Florida (fa. 1923); nota de Red Pagos sin membrete o algún otro tipo de
identificación (fa. 1955); memorandos Nº 118/2015 y Nº 167/2015 de la
Dirección de Información Táctica (fs. 1960 y 2136); acta del allanamiento del
domicilio de D. D. L. S. (fa. 1968); novedades Nº 1.487.611, Nº 3.664.046, Nº
3.676.358, Nº 3.657.191, N° 2.501.359, N° 3.683.351, N° 3.687.884,
N° 3.687.901, N° 5.535.249, N° 5.538.436, N° 96.552, N° 989.645, N°
1.090.621, N° 2.069.381, N° 3.284.371, N° 3.242.538, N° 3.341.084, N°
3.703.269 y N° 4.680.016 del Sistema de Gestión de Seguridad Pública (fs.
1983 a 1987, 2204 y su vta., 2205 y sgte., 2207 a 2211, 2814 a 2855); listado
emitido por la empresa MOVISTAR del celular de B. O (fs. 2001 a 2003);
informe de análisis gestual sobre B. O. (fs. 2005 a 2018); oficio Nº 500/2015
de la Comisaría 11ª de la Jefatura de Policía de Rocha (fa. 2032 y su vta.);
oficio Nº 1227/2015 de la Comisaría 5ª de la Jefatura de Policía de Rocha
(fa. 2066); testimonio de las partidas de matrimonios civiles celebrados
ante la Jueza de Paz de la 4ª Sección Judicial del Departamento de
Rocha entre los días 23/12/2014 y 31/12/2014 (fs. 2069 y sgte.); memorando
Nº 811/2015 de la Comisaría 4ª de la Jefatura de Policía de Rocha (fa. 2071
y su vta.); nota del Director de la RAP Rocha de fecha 6/8/2015 (fa. 2080);
testimonio parcial de los autos caratulados “G. B., B. – Un delito de rapiña
especialmente agravada”, IUE 395 – 62/2015, incoados ante el Juzgado
Letrado de primera instancia de Tacuarembó de 1º turno (fs. 2081 a 2120);
información sobre C. D. y G. S. extraída del SGSP el día 10/9/2015 (fs. 2199
a 2203); copia simple del oficio Nº 201/2015 del DIAP (fs. 2408 y sgte.);
copia simple de informe de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio
especializada en conflictos sociales, familiares y delitos contra la integridad
sexual Nº 4 del Departamento Judicial de La Matanza de la Provincia de
Buenos Aires (fs. 2418 y sgte.); fotografías agregadas por la testigo Pascal
(fs. 2425 a 2427, 2428, 2429, 2433), capturas de conversaciones agregadas
por la misma testigo (fs. 2431 y sgte.), denuncia presentada ante la
Comisaría Distrital Noreste 2ª de la Policía de la Provincia de Buenos Aires
(fa. 2436 y su vta.); impresiones de la cuenta de facebook de F. M. (fs. 2449
a 2452); oficio Nº 1016/2016 de la Dirección Nacional de Migración (fs. 2473
y sgte.); movimientos migratorios de Pascal (fa. 2475); información brindada
por la empresa Telefónica (fs. 2476 a 2480); oficio Nº 2033/2016 del CIDD
de la Zona Metropolitana del INR (fa. 2501); exhortos Nº 1712 y Nº 328 –
842/2016 del Juzgado Letrado de primera instancia de Rivera de 2º turno (fs.
2502 a 2507, 2608 a 2612); expediente Nº 2015 – 4 – 31 – 0002722 de la
DN de Identificación Civil (fs. 2556 a 2564); fotografía de la adolescente C. B.
descendiendo en la terminal de Valizas (fa. 2567); oficios Nº 824/2016, Nº
826/2016 y Nº 890/2016 de la Unidad Nº 22 del INR (fs. 2570, 2571, 2574);
copia del memorando Nº 19/2016 del Dpto. Policía Científica de Chuy (fa.
2573 y su vta.); memorando Nº 264/2016 de la Dirección de Investigaciones
de la Jefatura de Policía de Rocha (fa. 2576); facsímil del oficio Nº 1255/2016
y su original de la Jefatura de Policía de Tacuarembó (fs. 2583 y sgte., 2595
y su vta.); memorando Nº 623/2016 de la Unidad Nº 4 del INR (fa. 2586);
oficio Nº 910/2016 de la Unidad Nº 4 del INR (fa. 2587 y su vta.); oficio Nº
4726/2016 de la Comisaría 19ª de la Jefatura de Policía de Montevideo (fa.
2552); memorando Nº 931/2016 de al Unidad Nº 26 del INR (fa. 2590);
oficios Nº 7830/2016, Nº 8405/2016, N° 8327/2016, N° 1466/2017, N°
835/2018 y N° 836/2018 con fotografías de imágenes satelitales adjuntas de
la DN Policía Científica (fs. 2613 y su vta., 2673 a 2675, 2730, 2732, 2786,
2791 a 2795); oficio Nº 461/2016 del Dpto. Policía Científica de la Jefatura de
Policía de Rivera (fa. 2646); información sobre cuentas de Twyter (fs. 2663 a
2669); notas de la Dirección del Dpto. Médico – Criminológico en respuesta a
los oficios Nº 2018/2016 y N° 423/2018 del homólogo de Rocha de 2º turno y
de esta Sede Judicial, por el cual se informa que dicho Departamento no
cuenta con un equipo multidisciplinario para la confección d eun perfil del
posible autor del delito (fa. 2653 y 2788); oficios N° 32/2017 y N° 594/2018
de la Dirección de la Policía Nacional (fs. 2731 y 2924 y su vta.); notas de
INTERPOL Argentina, oficios N° 74/2017 y copia del N° 164/2018 y original,
de INTERPOL Uruguay (fs. 2734 a 2738 y 2747 a 2751, 2778 a 2782, 2798
a 2802); correo electrónico de UNATEC respecto a la ausencia de respaldo
de información del año 2015 (fa. 2803 y sgte.); captura de pantalla de la red
social Facebook del usuario J. M. R. M. (fa. 2826 a 2830); informe elaborado
por la Crio. (PT) Ledesma Mesías (fs. 2856 y sgte.); informe del entonces
Director de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Rocha, Crio. Marcos
Martínez (fs. 2860 a 2862); oficios N° 592/2018, N° 591/2018, N° 600/2018,
N° 649/2018, N° 1232/2018 y N° 1259/2018 de la Dirección General de
Información e Inteligencia Policial (fs. 2863 a 2867, 2875 y sgte., 2879 y
sgte., 2910, 2948 y sgte.); nota del Instituto Nacional de las Mujeres del
Ministerio de Desarrollo Social de la República Argentina (fs. 2927 a 2939);
oficio N° 2908/2019 de la Dirección Criminalística de la D.N. Policía Científica
con material fílmico en disco compacto (fs. 3272 y 3274); informe elaborado
el día 28/2/2020 por la Psic. Ana María Núñez de la Unidad N° 12 del INR y
nota N° 54/2020 de la Oficina de Reclusión de la misma Unidad (fs. 3325 y
sgte,); resolución y orden de presentación y/o allanamiento en subsidio
emitidas por el Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 11 (fs. 3401 a
3403); acta inicial labrada por personal policial de la Comisaría Vecinal 12
“A” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (fa. 3407), documentación
policial argentina referida a la entrega de la historia clínica de C. B. por parte
de su prestador de salud (fs. 3409 a 3414) y dicho documento agregado por
cuerda (nota de cargo; vta. fa. 3415).

2.1.5.- Pericial: protocolo de la autopsia médico – legal del cuerpo de C. B.


(fs. 21 a 23) y dictamen médico – legal elaborado por la Dra. Zully
Domínguez del ITF Montevideo, respecto del mismo objeto pericial (fs. 359 a
361, 1120 a 1123); y autopsia psicológica de la misma persona (fs. 2363 a
2385); dictámenes de los exámenes médico – legales de R. S. (fs. 36), T. (fa.
285), M. P. (fa. 1348) y M. M. (fa. 1548); médico – psiquiátricos de de P. C.
A. (fa. 850 y sgte.), M. M. (fs. 1631 a 1633), G. S. (fs. 2262 y sgte., 2618 a
2621) y M. M. (fs. 3426 y sgte.); psicológicos de M. M. (fs. 1724 a 1728, 2339
a 2343, 3465 a 3468), L. G. C. y J. L. G. C. (fs. 2348, 2349 y sus vtas.),
F.(fs. 2350 a 2354), T. (fs. 2355 a 2358), T. M. (fs. 2359 a 2362) y G. S. (fs.
2456 a 2459); de la junta de peritos médico – forenses integrada por los
Dres. D., M. y C. R. respecto del cuerpo de la adolescente C. B.y su copia
(fs. 1445 y sgte., 1722 y sgte.); carpetas Nº 3980/2014, Nº 7/2015, Nº
30/2015, Nº 66/2015, Nº 119/2015, Nº 189/2015, Nº 680/2015, Nº
3473/2016 y Nº 3840/2016 del Dpto. de Inspección Pericial de la D.N. de
Policía Científica (fs. 375 a 413, 428 y su vta., 440 a 444, 536 y su vta y 684
a 697, 701 a 731, 912 a 953, 1587 a 1595, 2601 a 2604, 2624 a 2633);
informes Nº 1302/2014, Nº 5/2015, Nº 22/2015, Nº 36/2015,Nº 1306/2014, Nº
35/2015, Nº 37/2015, Nº 27/2015, Nº 43/2015, Nº 38/2015, Nº 73/2014, Nº
105/2015, Nº 105/2015 (ampliación), Nº 151/2015, copias de los informes Nº
1306/2014, Nº 27/2015 y Nº 43/2015, ampliación del informe Nº 73/2015, Nº
298/2015, Nº 283/2015, Nº 433/2015, Nº 437/2015, Nº 959/2015, Nº
1245/2015 y su original, N° 1257/2015, Nº 1418/2015, copia de la ampliación
del Nº 55/2003, Nº 1116/2016, Nº 1625/2016, N° 1684/2016, N° 1707/2016,
copia del N° 1625/2016, copia del N° 3743/2016, N° 1005/2018, N°
1042/2018, N° 1041/2018 y N° 2073/2018 del Laboratorio Biológico de la
D.N. de Policía Científica (fs. 415 a 421, 655 a 662 y 976 a 977, 1388, su vta
y 1389, 435 y sgte y 597 y sgte; 449 y su vta., 548 y sgte., 580 a 583, 601,
642 a 644, 649 a 652 y 979 a 980; 594 a 596, 599 y sgte y 627 a 631, 602 su
vta y 603 y 619 a 623, 605 a 608, 614 a 616, 635 a 638 y 647 y su vta., 742
a 744, 954 a 966, 968 a 973, 1164 a 1168, 1283 a 1288, 1462 y sgte., 1469 a
1471, 1641, su vta y 1642, 1913 a 1917, 2074 a 2077, 2287 y sgte. y 2297 a
2299, 2313 y su vta., 2394 y su vta., 2493, su vta y 2494, 2511 y su vta.,
2648 y 2649, 2716 a 2719, 2723 a 2724, 2743 y sgte., 2753 a 2756, 2874 y
su vta., 2885 y sgte., 2888 y su vta., 2945 y su vta.); informes Nº 1/2015, Nº
2/2015, Nº 12/2015, Nº 40/2015 y Nº 72/2015 del Laboratorio de Análisis
Informático (fa. 430 y su vta., 432 y sgte., 699, 984 a 989 y su vta., 2049 y su
vta.); memorandos Nº 2481/2014 y Nº 178/2016 del Departamento
Informático de Identificación Criminal de la D.N. de Policía Científica (fs.
438, 2526); informe Nº T001/2015 del Departamento de Química y
Toxicología del ITF (fs. 509 y sgte., 909 y sgte.); informes de la Dirección del
ITF respecto al no diligenciamiento de la autopsia psicológica ordenada (fs.
566, 1251 y 1327 a 1329, 1356 y sgte.); memorandos Nº 9/2015 y Nº
28/2015 del Laboratorio de Registro Nacional de Huella Genética (fs. 734 a
739, 1268); memorando Nº 110/2015 del Dpto. Decadactilar de la D.N. de
Policía Científica (fa. 1269).

2.1.6.- Inspecciones judiciales: autorizaciones para ingreso al domicilio de A.


M. R. (fa. 195), G. A. (fa. 207), M. R. y A. N. (fa. 213); ordenes de
allanamiento de los domicilios de G. F. (fa. 202), F. y T. (fs. 204 y 205), de la
madre de M. D. B.fa. 309), M. N. D. S. (fa. 311), E. S. L. y J. P. F. (fa. 514),
G. G. (fa. 668), M. P. (fa. 670), G. C. (fa. 672), los hermanos C. A. (fa. 842),
H. O. N. (copia; fa. 1380), M. M., W. D. S. M. y J. P. D. S. M. (fa. 1524) y J. P.
D. D. L. S. (fa. 1967); de la zona adyacente al último domicilio temporal de la
adolescente C. B. (fa. 754 y su vta.); de la zona del pueblo Barra de Valizas
con el encausado M. M. (fa. 1578 y su vta., y su transcripción
mecanografiada de fs. 1576 y sgte.); oficio Nº 736/2015 de la ex Cárcel
Departamental de la Jefatura de Policía de Tacuarembó (fa. 1940 y 2594);
carpeta N° 446/2015 y oficio N° 887/2015 del Dpto. Policía Científica de la
Jefatura de Policía de Lavalleja (fs. 2307 a 2310); y análisis semiológico N°
14/2019 y N° 25/2020 de la Sección Semiología de la D.N. de Policía
Científica (fs. 3231 a 3244 y 3391 a 3395).

2.1.7.- Reconocimiento: acta de los practicados por T. M. (fa. 467 y sgte.), G.


F. (fa. 469 y sgte., 825 y sgte.), C. D. (fs. 821 y sgte.), V. G. C. (fs. 812 y
sgte.), T. M. (fs. 827 y sgte., 1608), G. G. (fa. 1609), S. C. S. (fa. 1610), C. D.
(fa. 1611), V. G. C. (fa. 1612), C. S. (fa. 1613), T. T. (fs. 2227 y sgte., 2255 y
sgte.), Z. M. (fa. 2232, 2259), A. B. (fs. 2274 a 2276) y S. C. (fs. 2277 y sgte.)
y S. C. (fs. 3589, 3591 y 3592).

2.1.8.- Careo: entre S. D. L. S. y G. C. (fs. 497 a 502) y entre G. S. y Z. M.


(fs. 2272 y sgte.).

3.- Conclusiones de la demanda acusatoria:

3.1.- La demanda acusatoria fiscal reputa plena y legalmente probado que


(fs. 3519 a 3529 inclusive y sus vtas.):

a.- El día 28/12/2014, alrededor de la hora 15:00, la adolescente de


nacionalidad argentina L. L. C. B., de 15 años de edad, caminaba por la
playa desde el balneario Valizas hacia Aguas Dulces.

b.- En la zona conocida como “Arinos”, se cruza con A. E. M. M. que


caminaba en sentido contrario, manteniendo una conversación, en cuyo
curso le ofreció la compraventa de estampitas.

c.- En determinado momento, y por motivos no determinados al momento de


la demanda, C. B. es trasladada hacia la zona de médanos, en donde
personas no ubicadas ni identificadas, le dan muerte mediante asfixia
mecánica por sofocación.

Relaciona las conclusiones a las que llegaron los distintos profesionales


médicos actuantes a nivel forense, en donde se menciona la hipótesis de la
presencia de dos agresores.

d.- El día 14/1/2015, a poca distancia del lugar donde fue hallado el cuerpo
de C. B., es ubicada la mochila que transportaba cuando caminaba por la
playa el día de su muerte, en cuyo interior se encontraron efectos personales
que se detallan (entre ellos, una toalla), y en las adyacencias, ocurre lo
mismo con su monedero, el que contenía su documento nacional de
identidad (o DNI), una tarjeta de su prestador de salud, y otros efectos que
también se describen.

En el DNI y en la toalla, existen rastros sanguíneos, lográndose determinar


que se trata de un único perfil genético masculino (en el primer caso,
mezclado con el correspondiente a C. B.), que al momento de la
presentación de la demanda acusatoria, no se había determinado a quién
pertenecía.

La persona que revisó el monedero como la mochila de la víctima, tenía su


sangre mezclada con la de ésta, lo cual da la pauta de que fue partícipe del
hecho, ya que probablemente también se lastimó al herirla.

Es posible concluir entonces, que el deceso de C. B., ocurrido el día


28/12/2014, tiene etiología homicida con la participación de al menos dos
personas.

e.- M. M. se encontraba en el balneario Valizas al momento de los hechos, lo


que surge de sus propias declaraciones y de lo expresado por O. O. M. R.,
apodado “Peteca” (fa. 1670), y de sus familiares directos, con quienes no
permanecía en esa época.

f.- Sostiene que “(...) De la evidencia colectada es dable concluir que el


imputado MOREIRA estuvo presente antes, y después del homicidio; sin
perjuicio de no poder acreditar su participación en otro tipo de grado (...).
En efecto, de las declaraciones brindadas por el imputado se desprende
que este estuvo con L. en momentos en que ésta se encontraba con vida, y
posteriormente cuando ya no lo estaba. Los detalles brindados por
MOREIRA respecto al lugar donde se encuentra con la víctima, y el contexto
de ello, sólo puede tenerlo quien efectivamente estuvo allí. (...)” (fa. 3521).
M. M. declara que C. B. llevaba una botella chica de agua y que colocó
su calzado dentro de la mochila, que en la zona había equinos
pastando, la vegetación del lugar, etc., todo lo que resulta conteste con
las evidencias colectadas.

g.- No hay una prueba directa de la participación del enjuiciado en el


homicidio de la adolescente, pero “(...) todos los indicios recabados
conducen sin mayor hesitación a la conclusión de que efectivamente
estuvo en el lugar de los hechos y tuvo conocimiento de estos. El
imputado Moreira a través de sus declaraciones introdujo datos que jamás
salieron en la prensa y que nadie sabía ni podía saber de no haber visto a la
víctima y estado en el lugar (...) ”, ejemplificando con el hecho que el
encausado dijo que C. B. había permanecido de rodillas, tal y como lo
declaró el médico B. R., la altura de la adolescente, el lugar donde fue
ubicado el cuerpo (vta. fa. 3521).

Lo declarado por M. M. “(...) sin dudas tiene vaivenes propios de quien quiere
eximirse de responsabilidad por tan atroz hecho, pero también dice verdades
contrastables que sólo alquien que estuvo en el momento de los hechos las
puede saber (...)”, pues “(...) del análisis de sus declaraciones se constata
que el mismo va ingresando con más detalle en los hechos a medida que
van transcurriendo los interrogatorios (...)” (fa. 3522).

M. M. “(...) va cambiando de declaración: a fa. 1550 da a entender que él


vio el cuerpo de L. en una ciudad (...) comentando a continuación “era
una playa chica, yo vi de lejos (...) (fs. 1555). En la segunda declaración
cambia la versión manifestando, en relación al lugar donde estaba el
cuerpo de L.: “Faltaba dos metros para que el agua la tocase” (...) (fs.
1559) (...) donde encontraron el cuerpo de L. se podía acceder ”parado”
(fs. 1560). En este último punto, nótese que para ingresar a la “cueva”
adonde encontraron el cuerpo de C. una persona de estatura debía
agacharse, pero alguien de estatura mediana o pequeña como el
imputado (1,65 metros) podía entrar erguido. (...)” (fa. 3522 y su vta.).

En la segunda declaración, M. M. hace una descripción que a juicio de la


Fiscalía, “(...) coincide con el caserío denominado “Malvinas” – situado en las
afueras de Valizas en dirección a aguas Dulces – (...)” (vta. fa. 3522).

En la tercer versión, el imputado sostiene que conversó con C. B. en el lugar


donde apareció su cuerpo. Y en su cuarta declaración dice “(...) Se tambaleó
y cayó. Ahí ya estábamos abajo del árbol, pero afuera de la cueva (...)” (fa.
1599).

La Fiscalía, entiende que más allá de las declaraciones contradictorias, M. M.


estuvo en Valizas y en el lugar de los hechos, habiendo tomado
conocimiento de la situación y adoptado una actitud omisa frente a ello,
obstaculizando el accionar en debida forma de la Justicia y contribuyendo
con los autores del maleficio para eludir las consecuencias jurídico – penales
correspondientes.

h.- Entiende en definitiva, acreditado que M. M., luego de la comisión del


homicidio de C. B., y sin concierto previo con sus autores, coautores o
cómplices, en conocimiento de lo ocurrido, los ayudó a estorbar las
investigaciones llevadas adelante por las autoridades, con lo que lograron la
sustracción de la persecución y evitar el castigo legal, todo cuanto se adecua
típicamente a lo establecido en el art. 197 CP.

i.- Relaciona la prueba producida anteriormente.

j.- Menciona que cuando asumió la titularidad de la Fiscalía Letrada


Departamental de Rocha de 2° turno, M. M. se encontraba cumpliendo
prisión preventiva imputado de la presunta comisión de un delito de
“homicidio” agravado genéricamente por la circunstancia de la “alevosía”,
como se dispuso mediante la interlocutoria N° 1799/2019, pero que, de la
prueba colectada, la participación del enjuiciado resulta incluida en el art. 197
CP.

Apunta la fiscal Pereira, que M. M. “(...) sin concierto previo (...) con los
autores, coautores o cómplices, los ayudó a estorbar las investigaciones de
las autoridades, a sustraerse a la persecución de la Justicia y a eludir su
castigo (...)” (vta. fa. 3525).

Cita jurisprudencia nacional de segundo grado penal, como así también


doctrina comparada, con respecto a la interpretación de las declaraciones de
los indagados.

k.- Refiere las pasajes y conclusiones de los dictámenes periciales


psicológicos y psiquiátricos a los que fue sometido el hasta ahora prevenido
(vta. fa. 3527, fa. 3528 y su vta.).

l.- Entiende concurrente la primariedad absoluta como atenuante genérica de


la conducta en vía analógica.

ll.- Pide la condena de M. M. como autor penalmente responsable de un delito


de “encubrimiento”, a la pena de 10 años de penitenciaría, con descuento
de la preventiva cumplida y demás complementarias legales que
correspondan.

4.- Conclusiones de la contestación de la demanda:

4.1.- Al contestar la demanda, las entonces responsables de su patrocinio,


las Defensoras Públicas Dras. Cóppola y Puñales (fs. 3534 a 3544 inclusive,
y sus vtas.), sostuvieron que:

a.- No existe medio probatorio alguno en autos, que posibilite responsabilizar


a M. M. el delito de “encubrimiento”, ni de cualquier otra conducta
penalmente reprochable.
b.- Primariamente, su defendido declaró en calidad de indagado,
recuperando el ejercicio de la libertad ambulatoria en calidad de emplazado
(fa. 1635), frente a la inexistencia de elementos convictivos que permitieran
incriminarle conducta penal alguna.

Posteriormente, el día 23/5/2019, el Ministerio Público solicita el


enjuiciamiento de M. M., pretendiendo imputarle provisoriamente la coautoría
de un delito de “homicidio muy especialmente agravado”.

Por auto N° 1799/2019, la jueza Ortega resuelve iniciar sumario penal con
perjuicio de la libertad, por la presunta coautoría de un delito de “homicidio”,
al que concurría la agravante genérica de la “alevosía”.

Apunta que se solicitó “(...) el auto de procesamiento por un delito


de homicidio muy especialmente agravado y ahora deducir acusación
solicitando que se le condene a Ángel Moreira como autor penalmente
responsable de un delito de encubrimiento (...) nos lleva a concluir que no
existieron elementos de semi plena prueba para el auto de procesamiento, ni
existe al día de la fecha probanza alguna que pueda devenir a la
conclusión de que [nuestro defendido] (...) tiene responsabilidad en la muerte
de la víctima L. L. C. (...)”, cita al Colegiado de segundo grado que confirmó
la interlocutoria de inicio del sumario penal, para cuyos integrantes “(...) en el
caso persisten muchas incógnitas que deberán despejarse o por lo menos
intentar hacerlo en el desarrollo del proceso penal (...)”, lo que a su juicio no
se logró, siendo una clara muestra de ello, que la propia Fiscalía modifica
radicalmente la tipificación de la conducta de M. M., de un delito de
“homicidio muy especialmente agravado” a un delito de “encubrimiento”(vta.
fa. 3534).

c.- La conducta desplegada por M. M. no resulta incluida en figura típica


penal alguna, relacionando distintos autores nacionales sobre el punto.

d.- En lo que hace referencia a los hechos que el Ministerio Público tiene por
probados, las Defensoras afirmaron que no surje probado “(...) que el Señor
Moreira se hubiere encontrado con la adolescente L. C., mucho menos que
hubiere mantenido una conversación con la misma ofreciéndole
estampitas. (...)”, no obstante (y hasta el momento de la contestación de
la demanda acusatoria), efectivamente estaba probada la presencia de otra
persona no identificada, en virtud del rastro genético hallado en la toalla y en
el DNI de la víctima. Científicamente fue descartada la presencia de M. M. en
el lugar del hecho.

Es decir.

No hay pruebas ni de su participación en el homicidio imputado


primariamente, ni en el encubrimiento cuya condena ahora se busca.

e.- M. E. R. R. (fs. 2323 a 2327), fue quien se comunicó telefónicamente con


el Ministerio del Interior en tres oportunidades para denunciar a M. M.,
habiendo mantenido un vínculo sentimental con la esposa de éste, A. K. R.
T., durante el período en que estuvieron distanciados, concluyendo que “(...)
la denuncia que involucra al Señor Moreira en el proceso e investigación
carece de verosimilitud y tiene como móvil la enemistad que mantiene con
[la denunciante] (...)” (vta. fa. 3537).

f.- La testigo L. M. H. M. (tía del prevenido), dijo que el día 27/12/2014, M. M.


viajó a la ciudad de Rivera (fa. 1620), el 31/12/2014 cuando lo llamó
telefónicamente a su celular, se encontraba en dicha capital departamental
(fa. 1621).

g.- Por oficio N° 70/2015 de la Unidad de Análisis de Hechos Complejos, se


informa que el celular de M. M. según lo aportado por ANTEL, no reportó
movimientos en el Departamento de Rocha entre los días 26/12/2014 al
31/12/201, sino en Rivera (fa. 1614 y su vta.).

h.- Los distintos operadores judiciales que a lo largo del tiempo han
intervenido en el presente proceso, han sostenido que las manifestaciones
respecto a la presencia de M. M. en la escena del hecho, no cuenta con
sustento probatorio.

i.- M. M. negó en varias oportunidades haber conocido a C. B., expresando


por ejemplo que “(...) En Investigaciones me dicen tantas cosas. La vi en la
foto en la tele. Yo no sabía que tenía novio. Le estoy diciendo ahora la
verdad. Ayer mentí. Estoy tan nervioso. Pasé todo el día allá y ahora acá. Yo
inventé. Yo nunca pasé con problemas como el de ahora. (...)”.

En la reconstrucción del hecho, su defendido constantemente dijo no haber


estado en esos lugares.

En los distintos reconocimientos que se practicaron, ningún testigo lo ubicó.

La perito psiquiatra Y. D., concluyó que el peritado presenta una


tendencia a la mitomanía.

j.- Controvierte el alcance de lo declarado por M. R. en cuanto a la


identificación de M. M. en el balneario Barra de Valizas.

k.- Su representado en todo momento, negó su participación en el crimen.

En su declaración, expresó que la mochila era de color negra, cuando en


verdad es fucsia, pero en otro tipo de dato, sus expresiones coincidieron
con la evidencia, lo que tiene como punto de partida que le fueron exhibidas
fotografías de la mochila, del lugar del hallazgo del cuerpo, de la víctima, etc.,
lo que conceptualiza como “anclaje”, en donde “(...) el cerebro toma como
verdadera y queda anclada en su memoria, por lo que los restantes
pensamientos de la persona quedan condicionados. De haber visto Moreira la
mochila, jamás hubiera dicho que era negra, ya que lo negro no era lo que
resaltaba en la misma, siendo negras sólo sus asas y siendo la misma de
color fucsia debiendo tenerse presente que además la misma apareció
semana posterior a que se encontrara el cuerpo de la víctima. Si efectivamente
Moreira hubiera conocido a L., y le hubiera entregado una estampita, recordaría
exactamente el color de la mochila ya que la misma la hubiere guardado dentro
de esta o de su billetera, hecho que jamás sucedió no existiendo probanza
alguna a que entre las pertenencias de L. se encontrara una estampita y ello
resulta porque ese encuentro jamás existió (...)” (fa. 3540 y su vta.).

l.- El Ministerio Público afirma que fueron dos o más personas los que
cometieron el ilícito, tomando como punto de partida las conclusiones
periciales, pero ello resulta irrelevante a la hora de la acusación de M. M..
Pero a su vez, se trata de teorizaciones, lo que no significa que
efectivamente haya ocurrido con pluriparticipación de sujetos.

Cuando la Junta de peritos “(...) refiere “la existencia de más de un


agresor”, “pensamos en más de un atacante de complexión delgada no
muy musculoso”, refiere a una teoría sin respaldo científico por lo cual no
debe tenerse por probado (...). Se hace una teoría y se buscan sólo las
pruebas que la confirmen, y en el caso tales probanzas no existen, sino
simplemente conjeturas sin respaldo científico. (...)” (fa. 3541), entendiendo
que “(...) no existe prueba científica en los presentes que acredite el ataque
por más de dos personas por lo cual en definitiva no es más que otra
evidencia de que Moreira no sólo no estuvo allí, sino que no participó como
autor de un delito de encubrimiento. (...)” (vta. fa. 3541).

ll.- La prueba semiológica, no parte de una ciencia exacta y como lo afirma la


jurisprudencia, resulta complementaria y no como un elemento probatorio de
convicción para considerar la inocencia o no de una persona. Lo contrario,
implicaría que se trate de una probanza preceptiva, a partir de la cual,
fácilmente extraer conclusiones.

Considera los informes de Ledesma producidos a lo largo del expediente,


como juicios de valor y no datos científicos.
m.- El delito de encubrimiento, tiene como presupuesto la ejecución de una
actividad ilícita previa, con tres referencias subjetivas o fines, siendo esencial
la existencia de aquel y que el sujeto activo lo conocía, a partir de lo que,
comienza la conjugación del verbo nuclear.

La conducta de M. M., no resulta atrapada en el tipo penal del delito de


encubrimiento, dado que no conoció la existencia del delito anterior, ni ayudó,
colaboró contribuyó o facilitó a su autor, con la finalidad de sustraerlo de la
acción de Justicia.

La Defensa Pública se cuestiona por los hechos en concreto que su


entonces representado realizó y que permitieron estorbar las investigaciones
para que el autor evite su sometimiento a la jurisdicción, eludiendo las
consecuencias represivas y legales.

Que al momento de la demanda acusatoria, no hayan sido identificado el


autor del homicidio, no puede aparejar responsabilidad penal para M. M., por
cuanto éste no suprimió indicios, efectos o instrumentos del delito, ni
colaboró, ni ayudó a otras personas para que la Justicia no pudiese actuar.

Cita doctrina nacional en cuanto a la necesidad de acción del sujeto activo


del delito de encubrimiento para que resulte responsabilizado, y no el tipo
omisivo que admitía Bayardo Bengoa, por lo que concluye que su defendido
deberá ser absuelto.

n.- En otro orden de cosas, entiende desproporcionada la pena requerida por la


acusadora pública, que sitúa en el máximo legalmente posible para este
delito, sin explicar el razonamiento por el cual llegó a tal conclusión.

La pretensión punitiva fiscal, le parece corresponder al delito que se imputó


en primer término y que no se pudo probar.

o.- Relaciona la prueba a partir de la cual construye su acto de proposición.


p.- Pide en definitiva, la absolución de su entonces representado,
ordenándose su inmediata libertad.

5.- Situación procesal del imputado:

5.1.- Por interlocutoria N° 1799/2019 de fecha 23/5/2019, se sujetó a proceso


penal por la presunta comisión de un delito de “homicidio”, con restricción del
ejercicio de la libertad ambulatoria, lo que se mantiene al momento del
dictado del presente pronunciamiento de grado.

6.- Otras circunstancias:

6.1.- El firmante permaneció con licencia médica entre los días 24/3/2019 y
24/6/2019 (constancia, vta. fa. 1242), con certificación médica por integrar la
población de riesgo al COVID 19, entre los días 18/3/2020 y 11/8/2021 (vta.
fa. 1486), licencia extraordinaria por Código 06 entre los días 26/11/2021 y
10/12/2021 (constancia; vta. fa. 3512), reglamentaria entre los días 7/4/2022
y del 5/5/2022 al 10/5/2022 y por enfermedad entre los días 6/6/2022 y
17/6/2022 (constancia; vta. fa. 3596).

6.2.- Por auto N° 1801/2020 de 25/9/2020, se ordenó el diligenciamiento de


los medios probatorios ofrecidos por las partes en la etapa del manifiesto (fa.
3369), entre los que se encontraba el peritaje psicológico.

El día 5/10/2020, con los N° 63802/2020 y N° 63821/2020, se


solicitaron las pericias psiquiátrica y psicológica de M. M. al ITF Rivera,
respectivamente (fs. 3375 a 3377), que la rechazó sin cumplir el día 14/12/2020
(fs. 3420 a 3422), por lo que se reiteró el pedido, según los correlativos N°
4554/2021 y N° 4564/2021 (fs. 3423 y sgte.).

El día 22/3/2021, la Psic. Sandra Da Silva del ITF Rivera, entendió que el
objeto de la pedida ya había sido evacuado (fa. 3428), por lo que por res. N°
348/2021 se ordenó que la cumpliese el ITF Montevideo (fa. 3429), por lo
que se ingresó la solicitud N° 17298/2021 (fa. 3432), a la vez que la Oficina
Actuaria procuró la coordinación necesaria para que el examen se llevara a
cabo con la mayor prontitud posible (fa. 3433).

Por res. N° 684/2021 de 9/8/2021, la juez Delos, dispuso la comunicación de


los retrasos en el cumplimiento de la pericia psicológica, a la Dirección
General del ITF (fa. 3447), lo que se cumplió por el oficio N° 339 – 50/2021
(nota de cargo, vta. fa. 3447).

El día 12/8/2021, el Departamento de Medicina Criminológica, comunicó por


su oficio N° 12/2021, que la solicitud de la práctica de la pericia psicológica,
se había trasladado al ITF Tacuarembó (fa. 3451), que la realizó el día
5/9/2021 (fs. 3465 a 3468).

CONSIDERANDO:

1.- Calificación jurídica:

1.1.- La plataforma fáctica descripta en la demanda acusatoria respecto de A.


E. M. M. , su contestación y el cúmulo de medios probatorios diligenciados,
deben tamizarse con el material normativo aplicable en la especie, como
tránsito necesario para arribar al presente pronunciamiento definitivo de
primera instancia, y, al decir de Döhring, alcanzar la conceptualización del
cuadro conjunto de lo que ocurrió (Döhring, Erich; “La prueba. Su práctica y
apreciación”, – traducción de Tomás Banzhaf –, El Foro, Buenos Aires, 1998,
pág. 407), cuyo apartamiento llevaría a un esquicio de la realidad.

La piedra de Rosetta de todo juicio, está dada por el resultado comparativo


del tipo penal abstractamente considerado, con la proyección emergente
de los medios probatorios producidos, debiendo ésta encastrar en aquel
para el amparo de la demanda, mientras que su disparidad significará su
rechazo.

1.2.- Existen una serie de consideraciones preliminares al análisis susancial de


la cuestión, que este decisor considera pertinente exponer.
1.3.- El día 25/9/2020 se ordenó entre otros medios probatorios, el
diligenciamiento de una pericia psicológica a M. M., el que se ya se
encontraba alojado en la Unidad N° 12 del INR con asiento en el
Departamento de Rivera, por lo que, y conforme a normas administrativas
que regulan la actividad del ITF, debía llevarse a cabo en el correspondiente
a dicha capital departamental.

Por las razones expuestas en el subcapítulo 6 del Resultando, el examen


pericial se practicó el día 5/9/2021, lo que significó un evitable retraso en la
duración del proceso.

1.4.- El art. 83.3 CPP 1980 en la redacción dada por el art. 3 de la ley N°
19.196 de 25/3/2014, permitió el acceso al presumario penal y la oferta de
medios de prueba en tal etapa, entre otros al damnificado, lo que en el caso
de autos debió ocurrir hasta el dictado de la interlocutoria N° 1798/2019 (fa.
3096), en que se inició el sumario penal, y no en lo posterior (fs. 3226 y sgte.,
3294 y sgte., 3302 y sgte., 3341, 3352 a 3359, 3371 y sgte., 3382 y sgte.,
3499 y 3505, a modo de ejemplo).

Si bien no hubo objeciones de las partes, no correspondía la intervención de


los representantes procesales de la familia de la víctima, más allá del
presumario.

1.5.- En su primera declaración indagatoria, M. M. dijo haber estado sujeto a


proceso penal tres años antes (lo que aproximadamente sería en el año
2011), por agredir físicamente a una persona con un arma blanca, y que le
fueron impuestas medidas sustitutivas a la prisión preventiva (declaración del
8/4/2015; fa. 1551).

Tal dato resulta incluido en el cuerpo de la demanda acusatoria, indicándose


su enjuiciamiento por la presunta comisión de un delito de "lesiones
personales", lo que habría ocurrido el día 30/12/2011 por disposición del
Juzgado Letrado de primera instancia de Rivera de 2° turno (vta. fa. 3527).

Ambas afirmaciones, la del propio hasta ahora prevenido y la de la


acusadora pública, no se ajustan con la constancia que emerge de la planilla
del Registro Nacional de Antecedentes Judiciales, que nos noticia que jamás
fue sometido a proceso penal, por lo que, a los efectos de la presente
decisión reviste la condición de primario absoluto (fa. 3247).

1.6.- El día 20/10/2020, se recabó la declaración en calidad de testigo de M.


D. C. D. S. M. (fs. 3392 y sgte.), hermana de M. M., sin que fuera advertida o
preguntada sobre si ejercería o no la facultad de abstención de declarar
establecida en el art. 219.3 CPP 1980, cuyo fundamento es compartido con el
art. 156.1 CGP, y que "(...) como ha señalado la doctrina [persigue] evitar la
violencia que pueda sufrir un sujeto si se le obligase a declarar en un proceso
penal en el que un pariente cercano es imputado. (...)" (Valentín, Gabriel; y
Garderes, Santiago; "Código del Proceso Penal. Comentado", 1ª ed., La ley,
Montevideo, 2012, pág. 535).

En el instrumento proceso penal vigente para este proceso, no está


expresamente consagrada la solución del art. 150.2 CPP 2017, que apareja
la nulidad de la declaración de determinados parientes del imputado cuando
previamente no ha sido informado de la facultad legal que posee, como lo ha
señalado el Colegiado en lo Penal de 1° turno en su sent. N° 267/2019
(publicada en la BJN). No obstante, Clariá Olmedo enseña que existe "(...) La
necesidad de mantener la cohesión familiar y de evitar la encrucijada entre
destruirla o mentir, orienta a la legislación a evitar, absoluta o relativamente,
el testimonio del pariente en contra del imputado. Para algunos códigos, la
restricción es facultativa (...), mientras que para otros es absoluta dentro del
restringido núcleo familiar: cónyuge, ascendientes, descendientes, hermanos.
(...) La inobservancia se conmina con nulidad (...)" (Clariá Olmedo, Alberto;
"Derecho Procesal Penal", tomo II, Rubinzal – Culzoni, Santa Fe, 1998, pág.
315).
El convocado al juicio bajo el estatuto del testigo, y que manifiesta tener un
determinado lazo de parentesco con el indagado, debe ser noticiado – por el
tribunal a mi juicio –, que puede abstenerse de declarar sin que ello le
apareje consecuencia negativa de ninguna especie a sus intereses. El
problema surge, en lo que Taruffo denominaba "formación de la prueba", que
ocurre cuando la ley prevé un procedimiento específico para que válidamente
pueda ingresar el medio probatorio al proceso, y se produce un apartamiento
de aquel (Taruffo, Michele; "La prueba de los hechos", 2ª ed., Trotta, Madrid,
2005, pág. 380; en el mismo sentido, Maier, Julio; "Derecho Procesal Penal",
tomo III, 1ª ed., Del Puerto, Buenos Aires, 2011, pág. 134 y sgte.).

Cuando D. S. M. no fue advertida de su derecho a abstenerse de brindar


testimonio en un proceso penal en el que su hermano se encontraba
indagado por su presunta vinculación a la comisión de un delito, lo así
declarado adolece de nulidad insanable.

1.7.- En el transcurso del presumario correspondiente a los presentes autos


caratulados, la llamada "pericia semiológica" ha recibido distintos
tratamientos.

Los indagados F., T. y F. S. (fs. 73, 140 a 161; 72, 162 a 178 y 125 a 129
respectivamente), no prestaron su consentimiento para que sus
declaraciones fueran grabadas en video, al igual que el testigo T. M. (fs. 110
a 115), por lo que a su respecto, se trató de un medio probatorio que se
dispuso pero no se llevó a la práctica por ausencia de voluntad de la persona
a examinar.

Corresponde mencionar que T. y F. designaron a los mismos profesionales


para que ejercieran sus defensas (los dres. Gustavo Bordes Leoni y Gastón
Chavez Hontou), y en circunstancias que se pretendió diligenciar el medio
probatorio en cuestión respecto del primero nombrado, no lo consintió, lo que
aparejó el dictado del auto N° 18/2015 de fecha 1/1/2015, revocando lo
ordenado (fa. 142). En el caso de F., directamente no se planteó el punto.
En lo que corresponde a M. M., el Ministerio Público pidió el diligenciamiento
de un examen pericial semiológico y la filmación de la audiencia de
declaración indagatoria del día 20/5/2019 (fs. 3058 y sgte.), lo que se ordenó
por res. N° 1770/2019 (fa. 3073), que se notificó a su entonces Defensora
(fa. 3080), sin que fuera observada y/o impugnada la decisión. En las
anteriores declaraciones indagatorias (fs. 1544 y sgte., 1549 a 1558,
1559 a 1564, 1571 a 1575, 1576 y sgte., 1598 a 1604, 1627 a 1629), no se
pidió ni se dispuso de oficio.

Tanto en la oferta probatoria formulada por el anterior titular de la Fiscalía


actuante, como en la providencia que la admitió y ordenó, no se estableció el
objeto del examen, lo que no resultó motivo de cuestionamiento por parte
de la Defensa ni para el Oficio, como hubiese correspondido, en tanto la
propuesta debe sortear el examen de admisibilidad en cuanto a la
conducencia, pertinencia y necesariedad.

En las conclusiones que en la propia audiencia la perito Ledesma Mesías


expone (pistas 35 a 37 inclusive), refiere a que es especialista en Lenguaje
Gestual y Corporal, y que se ha especializado en Semiología.

Aquí podemos situar el inicio del problema, pues con el argentino Clariá
Olmedo, debemos indicar que la declaración indagatoria en principio es un
medio de defensa (Clariá Olmedo, Jorge; “Derecho Procesal Penal”, tomo II,
1ª ed., Rubinzal – Culzoni, Santa Fe, 2008, pág. 326), en donde en un
sistema procesal penal como el nuestro, no encuentra limitantes a la hora de
su contenido. Y en la presente oportunidad procesal, cuando se produce el
dictado de la decisión definitiva, es en la cual debe concretarse la valoración
de los medios probatorios reunidos, previo a lo que, deben evaluarse las
garantías emergentes de la Constitución de la República y del instrumento
procesal penal, con aquellos y sus distintos momentos anteriores
(verbigracia: oferta, producción, etc.).
El art. 20 de la Constitución de la República (presente en nuestra Carta
Magna desde el art. 111 del texto de 1830), en armonía con el art. 185 CPP
1980 (visualizable como fuente de los incs. "h" e "i" del art. 64 CPP 2017),
reconocen que todo indagado no puede ser obligado a decir la verdad de lo
que se le pregunte. Es el indagado, el único sujeto procesal a quien en el
orden penal se le permite mentir sin que ello tenga consecuencias negativas
para sus intereses (en el mismo sentido, Garderes; y Valentín; "Código...",
pág. 465). Mientras el testigo, estatutariamente está obligado a decir la
verdad, y lo declarado dolosamente falso puede significar su responsabilidad
penal, el indagado tiene un espectro que se inicia con el silencio, sigue por
limitarse a contestar las preguntas que se le hagan o las que él quiera
responder, hasta confesar, pero todo sin que pueda agravarse bajo ningún
concepto su situación jurídico – procesal, por adoptar una u otra postura.

La actuación de L. M., fue ordenada como una pericia, por lo que se trata de
un medio cuya finalidad debe ser "(...) conocer o apreciar algún hecho o
circunstancia (...)", para lo cual sean necesarios o convenientes "(...)
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica. (...)", de acuerdo
al art. 187 CPP 2017. Lamentablemente, como el oferente no manifestó la
conducencia en el diligenciamiento del medio probatorio, y la misma línea
siguió la decisora, su finalidad debe deducirse.

El lenguaje gestual para Ferrari, "(...) [tiene] más significado que los verbales.
En cualquier situación comunicativa, la comunicación no verbal es inevitable.
En los mensajes no verbales predomina la función expresiva o emotiva sobre
la referencial. En culturas diferentes hay sistemas no verbales diferentes.
Existe especialización de ciertos comportamientos para la comunicación. (...)"
(citado por Torres Gómez, Rita; "El lenguaje corporal como herramienta de
análisis para el criminólogo", en Rev. Exlege N° 3, Univ. De la Salle,
Guanajuato, 2019, pág. 155).

¿Es posible someter a examen pericial la declaración del indagado?


Los medios de prueba, por definición, tienen utilidad en tanto confirman o
descartan la producción de un hecho alegado por las partes. Y de este modo,
lo manifestado por parte del indagado en su declaración, básicamente tendrá
dos contenidos: la confesión, entendida como la manifestación contraria a los
intereses de la persona, y por la cual admite su participación en el delito, o,
un relato distinto y contrario a la imputación o atribución de participación en el
reato.

El colegiado en lo Penal de 1° turno, sostuvo que “(...) La voluntad humana es


indisponible, y la prueba [del polígrafo en ese caso] tiene por objeto el
decaimiento de cualquier defensa sicológica para que el individuo quede
“incapaz de mentir” o de ocultar la verdad (...). De todos modos, un método
probatorio que consiste en anular la facultad de decidir y ordenar la propia
conducta de una persona debe reputarse ilícito por conculcar derechos
inherentes a la personalidad. (...) el enjuiciado tiene derecho a no declarar
y tiene derecho a mentir, y los Jueces debemos garantizar el derecho a la
no autoincriminación. (...) En éste proceso, AA ha negado firmemente su
participación en la llamada “banda BB”. (...) [por lo tanto, el medio probatorio
por el que se procure en este aspecto limitar el derecho del indagado] Es
prueba inadmisible. (...)" (sent. N° 66/2010 en BJN; en la misma línea de
análisis se pronunció la sent. N° 94/2010 del TAP 3°).

Tales conceptos son egregiamente trasladables a la llamada pericia


semiológica, por cuanto margina la voluntad del indagado, prevaleciendo las
conclusiones a las que arribe el examinador, lo que se contrapone con el
estatuto procesal penal que sobre aquel colocó el constituyente, lo que
resulta inadmisible en un sistema garantista.

Este tipo de medio probatorio, pretende jaquear el concepto de debido


proceso, entendido como un conjunto de garantías principalmente tejidos en
protección de los derechos del indagado, el que no sólo puede mentir o
guardar silencio, sino que también puede practicamente manifestar lo
que su libre albedrío le sugiera, como se ha mencionado. Esta posibilidad le
fue vedada a M. M. cuando sin preguntarle y sin permitirle que su Defensora
le explicase lo que acontecería, se lo sometió a un examen de su gestualidad
corporal.

Como afirmó recientemente el órgano colegiado en lo Penal de 4° turno, el


momento procesal en el cual se valora la declaración del indagado, con el
contenido que la voluntad de este le haya dado, es en la sentencia definitiva
(interlocutoria N° 595/2021; en BJN), y el único constitucionalmente
autorizado y a la vez obligado a ello, es el juez natural. Lo contrario, apareja
que el juez abandone los ejidos de aquello que la ley le impuso cuando juró
su cargo.

Quien valora si un testigo o un indagado miente o dice la verdad es el juez,


pues así lo ha establecido el legislador, sin que se le permita delegar tal
función, que no es otra que la propia jurisdicción.

La declaración de un indagado sujeta a una valoración de su gestualidad


corporal, resulta nula absolutamente, y la misma suerte deben correr los
restantes informes producidos por L. M. en cuanto a las declaraciones de
testigos y de otros indagados, sobre las que debe concluirse en idéntico
sentido.

1.8.- La producción de medios de prueba resulta clave y central a la hora de


las distintas decisiones que el tribunal debe adoptar, que al decir de Valentín
y Garderes, tienen como punto de partida el Principio de Inocencia que
protege a toda persona que resulte indagada (Valentín; y Garderes;
"Código...", pág. 434 y sgte.). Su objetivo primordial entonces, es la
averiguación de la verdad material sobre una determinada y concreta
imputación.

La valoración de los medios de prueba, por imperio del art. 174 CPP 1980 debe
llevarse a cabo mediante la denominada sana crítica, que parte de un
razonamiento lógico desprovisto de arbitrariedad y nutrido por las máximas de
la experiencia, como sostenía Bermúdez (citado por Valentín y Garderes;
"Código...", pág. 448).

En el ámbito del presumario, se produjo la intervención de tres peritos en


Medicina Legal, designados por la Sede, y de un cuarto, cuyo auxilio fue
requerido por los padres de C. B. y admitido por el tribunal.

La Dra. D., observó tres heridas cortantes a nivel de cuello, (mientras que la
autopsia practicada en el ITF Rocha, cuatro; como surge de fa. 22). Para
dicha perito, la primer herida presenta una "(...) larga cola de ratón la cual
marca la dirección del corte de izquierda a derecha. (...) Evoca arma de filo
importante. (...)", en la segunda, el "(...) cuchillo de escaso filo (...)", al igual
que la tecera (fa. 1121), concluyendo que "(...) pudieron haber sido 2 armas
distintas y también la posibilidad de 2 agresores (fa. 1122).A su vez, dató el
deceso entre 6 y 9 días antes de su examen (2/1/2015), por lo que entonces
el insuceso se habría producido entre los días 24/12/2014 y 27/12/2014 (fa.
1121), lo que contradice toda la restante prueba de autos.

Para el Dr. B. R. por su parte, "(...) la expresión "cola de ratón" utilizada por
colegas (...) se la observa en el degüello suicida cuando quien se auto
agrede va perdiendo su fuerza, o sea que no es para nada apropiada esta
designación en heridas que como las presentadas por L. son superficiales y
finas en toda su extensión y hetero – agresivas. (...)" (fa. 1156).

Las lesiones que C. B. presentó a nivel de su brazo derecho, para B. R.


fueron producidas en la mecánica del ataque, pues afirma que "(...) Por la
dirección de izquierda a derecha de la víctima, y su predominio en lado
izquierdo de su cuello (...) si fuera la persona atacante diestra, es posible que
fueran hechas tomándola desde atrás y la víctima elevando su brazo derecho
recibe las heridas, también superficiales (2), descritas en brazo (...)" (fa. 1156 y
sgte.).

Asimismo, sostiene que al no haber descripción de petequias en el dictamen


médico – forense inicial, le sugiere que el deceso ocurrió por inhibición
debido al ingreso de un cuerpo extraño (en este caso arena) en la vía aérea.
Relata que la asfixia es un proceso, que en su criterio se vio interrumpido por
la inhibición que desencadenó la muerte (fa. 1157).

Entiende que "(...) No hubo móvil sexual, eso es certero, y el móvil de robo
no parece lógico (...)" (fa. 1160).

Concluye que "(...) puede tratarse de un único agresor (...) de sexo femenino,
con un móvil que no fue sexual ni de robo (...)" (fa. 1160) "(...) no pudiendo
obviamente descartar un agresor de sexo masculino, aunque no parece
encuadrarse en el modelo esperable. (...)" (fa. 1161).

A nivel comparado, se alude al nexo causal en Medicina Legal, como el


vínculo entre una determinada lesión o la muerte y el fenómeno que la
produjo, entendido éste como su causa, trazando distintas hipótesis al
respecto. "(...) El análisis y el establecimiento del nexo causal constituye una
parte fundamental de la labor pericial. (...) Para el establecimiento del mismo,
los peritos han de conocer la historia natural de las lesiones o enfermedades,
ser objetivos en el momento de interpretar pruebas diagnósticas o
documentos médicos e imparciales, y ante todo, deben tener sentido común
y prudencia a la hora de establecer conclusiones. (...)", como sostiene Ortiz
Bescós (Victoria; "Introducción al análisis del nexo de causalidad médico –
legal", en Rev. Aragonesa de Medicina Legal N° 14, Inst. Fernando el
Católico, Zaragoza, 2017, pág. 15).

Y luego anota, que existen lesiones unicausales en donde la explicación


resulta sencilla, pero la realidad de la Medicina da cuenta que los factores de
producción se pueden presentar en conjunto (Ortiz Bescós; citada, pág. 18;
en el mismo sentido, Álvarez Martínez, Héctor; y Pérez Campos, Eduardo;
"Causalidad en Medicina", en Rev. Gaceta Médica de México N° 4, vol. 140,
Academia Nacional de Medicina, México DF, 2004, pág. 467 y ss).
Gorphe sostuvo hace ya practicamente un siglo, que la base del arte de
juzgar, estaba en el método judicial, pero "(...) particularmente al que debe
seguirse para apreciar las pruebas en juicio (...)" (Gorphe, François;
"Apreciación judicial de las pruebas", 3ª reimpresión de la 2ª ed., Temis,
Bogotá, 2004, pág. 1).

En la fase legal que mencionó Gorphe , la ley estableció cuáles eran los
medios para acreditar los hechos, como así también el poder convictivo de
cada uno de ellos, con un reinado triste y prolongado de la confesión. Luego,
"(...) surge la fase científica, la del porvenir, cuya prueba por excelencia la
proporciona la labor pericial y que no pretende tan sólo establecer los hechos
delictivos, sino explicarlos asímismo, de modo metódico, mediante resultados
experimentales. (...)" (Gorphe; obra citada, pág. 2 y sgte.). Pero el autor
galo, afirma que el juez debe realizar un análisis crítico de las pruebas, con
la mayor cantidad de herramientas que se coloquen a su alcance.

Una lectura apresurada de los párrafos precedentes, podría llevar a una


conclusión desacompasada del pensamiento de este decisor. No se trata de
puntualizar errores en los dictámenes médico – legistas de los distintos y
prestigiosos profesionales que intervinieron. Al contrario, han sido claros
nutrientes de la investigación que se ha llevado a cabo en el
transcurso del presumario y el sumario, pero que necesariamente deben ser
contrastados en forma conjunta con los restantes medios probatorios que se
han producido.

En solitario, los dictámenes periciales y el informe introducido por un


profesional a requerimiento de la familia de la víctima, permiten esbozar
trazos de lo ocurrido, pero no logran el cuadro completo, sin la yuxtaposición
del resto de las probanzas.

1.9.- Como relaciona la acusadora pública en su libelo de demanda, la


recolección en la escena del hecho de material genéticamente útil para la
identificación humana, daba cuenta de la presencia de un único perfil
masculino, y que hoy, a la luz de las interlocutorias N° 320/2022 y N°
321/2022, sabemos que pertenece al enjuiciado L. D. S. C. como emerge del
sumario penal con IUE 340 – 53/2019.

Es decir.

Por tal medio probatorio, M. M. no resulta presente en la escena del hecho,


lo que nos lleva a otear en los otros que han sido diligenciados hasta el
dictado de la presente, para verificar la acreditación o no de la base fáctica
descrita en la demanda.

Contrariamente a lo que se expone en la acusación (lit. "e" del subcapítulo 3


del capítulo del Resultando y que concuerda con lo declarado por el testigo
G. C. en la audiencia del 20/5/2019, pista 10, minuto 4:18), el entonces
indagado M. R., apodado "Peteca", quien obtenía su sustento económico
cuidando automóviles en la vía pública en el balneario Barra de Valizas en la
época en que se produjo la muerte de C. B., ante las preguntas "¿Conoce al
Cachila" y "¿A Angel Eduardo M. M.?", la respuesta fue negativa (fa. 2984).

Cuando M. M. fue puesto a reconocimiento personal de T. M. (fa. 467 y


sgte.), G. F. (fa. 469 y sgte., 825 y sgte.), C. D. (fs. 821 y sgte.; 1611), V. G.
C. (fs. 812 y sgte.; 1612), T. M. (fs. 827 y sgte., 1608), G. G. (fa. 1609), S. C.
S. (fa. 1610), C. S. (fa. 1613) y S. C. (fs. 3589, 3591 y 3592), ninguno lo
señaló como presente en la playa, en el balneario o como persona de su
conocimiento, según correspondió.

En el ámbito de la inspección de la zona en la que fue hallado el cuerpo de C.


B., y en distintos lugares del balneario Barra de Valizas (fa. 1578 y su vta., y
su transcripción mecanografiada de fs. 1576 y sgte.), M. M. dijo que nunca
estuvo allí, o que no conoce la zona.

Los testigos que declararon en el presente proceso, no mencionan a M. M., y


cuando lo hacen, como por ejemplo G. C. (audiencia del 20/5/2019; pista 9,
minutos 1:08 y 1:59; pista 10, minuto 2:20; pista 12, minuto 9:30), indica que
no lo conoce, que lo vio por televisión al difundirse su imágen o que lo que
narra es producto del relato de terceros, de quienes no quiso aportar datos
para su ubicación.

El oficio N° 70/2015 de la Unidad de Análisis de Hechos Complejos de la


Jefatura de Policía de Montevideo, informa que ANTEL no reportó
movimientos en el Departamento de Rocha del celular que M. M. utilizaba en
esa época, entre los días 26/12/2014 al 31/12/201, y si estuvo presente en el
similar de Rivera (fa. 1614 y su vta.).

La empresa Abitab, informó los giros realizados por M. M. entre los días
1/1/2014 y 9/4/2015, ninguno de los cuales fue hecho desde el Departamento
de Rocha (fs. 1583 y 1584).

Esto nos conduce a la propia declaración indagatoria del prevenido, lo que se


constituye así en el único medio probatorio ingresado al proceso que lo sitúa
en la escena del hecho.

Al demandar la condena, el Ministerio Público sostiene que ha sido probado


que M. M. caminaba por la playa desde Aguas Dulces hacia el balneario
Barra de Valizas cuando se encuentra con C. B., que lo hacía en sentido
opuesto (lit. "b" del subcapítulo 3 del capítulo del Resultando), lo que se
contrapone cuando sostuvo que "(...) mi mujer se volvió a Rivera [desde
Barros Blancos en el Departamento de Canelones] a nuestra casa y después
vine yo para Rivera. El último viaje que tuve fue para Maldonado. Después no
viajé más (...)" (declaración del 8/4/2015; fa. 1549), desconociendo si estuvo
o no en el Departamento de Rocha, pues dice "(...) Y sólo viajé a Maldonado
el último día. Capaz vine acá a Rocha pero no se (...)", y de la aparición del
cuerpo tomó conocimiento "(...) En el informativo y agarraron un tipo que
nada que ver. Mostraron todo. Lo acusaron de la muerte. (...)" (fa. 1550).

En esa misma oportunidad, dijo sobre la víctima de los presentes autos, "(...)
No la conozco. La vi por fotos. (...) No se quién es L.. La vi por televisión y
celular. (...)" (misma declaración; fa. 1551).

Y seguidamente, ante la pregunta si se aproximó al lugar donde fue hallado


el cuerpo, contesta negativamente, y que permaneció una semana más, pero
manifiesta "(...) no se cómo es el nombre de este pueblo. (...)", en referencia
a esta capital departamental (fa. 1553), y luego niega haber estado en Barra
de Valizas (fa. 1555), pero luego lo admite (fa. 1561).

Cuando se le exhibe la fa. 324, en la que consta la fotografía de C. B. luego


de descender de un ómnibus de la empresa Rutas del Sol en la terminal de
Barra de Valizas a su llegada, dice "(...) Sólo por foto en la televisión. (...). No
la conozco. Nunca tuve contacto. No se ni quién es. Sólo por foto. L.. (...)"
(misma declaración; fa. 1554).

En la misma jornada del 8/4/2015, se produce su segunda declaración (fs.


1559 a 1564), en donde manifiesta "(...) Vi la muchacha de costado con la
pierna para abajo, y el bolsito al lado. Ese que está en la foto, ¿ me muestras
de nuevo la foto? El que tiene ella ahí [del acta surge que señaló el objeto
que C. B. tiene en la mano izquierda en la foto de fa. 324, que parece un
buzo oscuro] (...)" (fa. 1559).

Este tramo de la declaración, merita una primer consideración.

La fotografía que M. M. pide que se le exhiba por segunda vez es la que fue
agregada a fa. 324 y que fue tomada (junto a otras también incluidas en el
expediente), por parte de la madrina de la víctima, F. (fs. 330 a 333 inclusive,
y sus vtas.), cuando C. B. llegó al balneario Barra de Valizas el día
27/12/2014.

El objeto de color negro que en la fotografía porta la adolescente en su mano


izquierda, con su billetera, no es un buzo, sino que es el estuche que
contenía el ukelele que sus padres le obsequiaron (declaraciones de D. C. y
de A. B.; fs. 1189 y 1234, respectivamente), y que trajo a nuestro país como
surge claramente de las imágenes del circuito de videovigilancia de la
terminal de Tres Cruces de Montevideo agregadas a fa. 1509.

El ukelele, de acuerdo a lo declarado por T. y F., no fue llevado a la playa por


C. B., permaneciendo en el inmueble que habían arrendado (fs. 141 a 161,
1746 a 1761; y 163 a 177, 1762 a 1771).

Esto nos señala, que el bolsito que M. M. dice ver en la fotografía de fa. 324,
jamás estuvo en la playa del balneario Barra de Valizas. C. B. lo trasladó
consigo desde la terminal de Retiro en la Ciudad de Buenos Aires, hasta
Plaza Cuba en Montevideo, y de ésta en un taxímetro hasta la terminal de
Tres Cruces en la misma ciudad, y desde allí hasta el balneario mencionado
anteriormente, permaneciendo en el inmueble que T. y F. arrendaron, para
luego de su deceso, ser entregado a sus padres. No existe otra posibiidad,
dado el material probatorio emergente de la instrucción presumarial y del
sumario que anteceden.

La misma conclusión debe ensayarse sobre "(...) la vi enterrada sólo las


piernas y donde ella estaba había una casa de madera (...)" (fa. 1559), dado
que, al no mediar elementos de prueba que permitan afirmar que la muerte de
C. B. ocurrió en otro sitio que aquel en que su cuerpo fue habido, el crimen
ocurrió allí, en donde no existen construcciones de madera (ni de otro material),
en las proximidades.

Cuando M. M. dice que vio a C. B. vestida "(...) como en la foto, con esa ropa
que tiene (...). con un pantalón como el de la foto y esa mochila estaba al lado
de ella. La mochila negra. El monedero no lo vi, nunca lo vi. (...) No vi la
mochila de la foto. Se ve (...) negra en la foto. Negra. Estoy seguro. (...)
Negra. Estaba al lado. Yo me acerqué. No quise llegar. No avisé a nadie. (...)"
(fa. 1559). Y en la misma declaración vuelve a repetir que la mochila era de
color negro (fa. 1563, in fine), al igual que en la siguiente (fa. 1572), no hace
otra cosa que delinear la teoría del anclaje que manejó la Defensa Pública al
contestar la demanda acusatoria. Hay que recordar que en esa foto que se le
exhibió al enjuiciado, la mochila no se visualiza.

En la pretensión condenatoria (vta. fa. 3521), se afirma que el prevenido dijo


que C. B. estuvo de rodillas (declaración; fa. 1572), y que el ex Médico
Forense B. R. deduce lo mismo al analizar el cuerpo. No obstante, el galeno
no afirmó que la fallecida haya permanecido de rodillas, sino que, al analizar
las lesiones cortantes que presenta a nivel de cuello, "(...) Todo indica que las
heridas fueron estando de pie o arrodillada (aunque no hay lesiones en las
rodillas), ya que no hay corrimiento de sangre lateral al cuello y nuca, ni a la
arena y si "chorretes" en miembros inferiores (...). Como algunos "chorretes"
en pierna son transversales al eje axial (longitudinal) de la misma, puede que
estuviera arrodillada. (...)" (fa. 1156).

Lo que dijo B. R., claramente es una hipótesis: pudo o no estar de rodillas al


momento en que la lesionaron en el cuello, y como tal hay que tomarlo, en un
contexto determinado y brindándole la valoración que corresponda. El propio
B. R. en ese informe señala lo que a su juicio son dos posibles secuencias
de los hechos que desembocaron en la muerte de C. B..

Además, si contextualizamos ambas afirmaciones, es decir, la de M. M. y la


del médico B. R., mientras que el primero habla de una caída desde su
altura, apoyo de rodillas en la arena y lateralización del cuerpo; el ex
Catedrático puntualiza que durante el ataque con arma blanca que
provocaron las heridas a nivel de cuello, C. B. pudo permanecer de pie o de
rodillas. No se trata de relatos complementarios o coincidentes, salvo por la
eventualidad (que el médico no afirma con certeza, claro está), de la
permanencia de rodillas.

La conclusión de B. R. no parte de la posición de rodillas, sino del sangrado


generado a partir de las heridas, que no se dirige hacia la nuca. En su misma
línea de análisis, pudo haber concluido que la atacada quizás permanecía
sentada o que no se encontraba acostada, todo cuanto no abandona el
terreno de las hipótesis de investigación.

No sólo las declaraciones de T., F., G. F. y los hermanos G. C. que


encontraron el cuerpo de C. B., y la documentación fotográfica del Dpto.
Policía Científica de Rocha, ilustran que la última ropa que vistió la
adolescente era otra, sino la lógica. M. M. no pudo haber visto a C. B.
vestida con pantalón largo en la playa. Pero luego, cuando se le exhibe la
fotografía N° 14 de la novedad N° 3980/2014 del Dpto. Policía Científica (fa.
386), y se le pregunta por la ropa, dice "(...) Si. Esa ropa y ese short, ahora
estoy mirando bien. (...)" (fa. 1560).

Entonces.

Espontáneamente, luego que le muestran la fotografía de C. B. en la terminal


de omnibuses de Barra de Valizas, habla de la vestimenta consistente en un
pantalón largo y negro (o al menos oscuro), pero cuando se le muestra la
fotografía del cuerpo, vestido de short claro (o de jean celeste), cambia su
declaración y opta por esta última.

Tal declaración carece de espontaneidad y verosimilitud. M. M. opta por una


ropa y luego por otra.

Lo mismo corresponde concluir sobre el color de la mochila. Es posible


deducir de la observación de la fotografía de fa. 324, C. B. lleva una mochila
en su espalda (además del estuche del ukelele), y que las asas, tiras o
brazos eran de color negro, pero el resto del accesorio (y que no aparece en
la imágen) era de color rosado o fucsia. La diferencia con respecto a la
vestimenta, es que no se le mostró una fotografía de la mochila.

Cuando le preguntan si el cuerpo estaba cerca del mar, contesta a dos


metros, lo que se opone al lugar de hallazgo, y a su vez, una secuencia
distinta de la producción de los hechos que puede llegar a deducirse o
presumirse (salida a caminar, muerte y hallazgo del cuerpo), ocurridos en un
período no inferior a las 48 horas, resulta teñido de inverosimilitud. Otro punto
a tener en cuenta, es que a dos metros del agua, estaría en plena playa, a la
vista de quien estuviera allí.

Pero el cuestionamiento que corresponde sobre estos puntos es: ¿qué


sentido tiene que M. M. afirme en su declaración que la adolescente vestía un
pantalón largo o portaba una una mochila color negra, o que la encontró a dos
metros del agua?

Ninguno en principio.

Tal parece, una especie de construcción de un discurso, pues en la propia


audiencia del día 8/4/2015 la fotografía de fa. 324 le es exhibida en dos
oportunidades, luego de lo cual, comienza el relato que se enfrenta con otras
probanzas, sin alcanzar a sortearlas.

Cuando se le pregunta si en el lugar había árboles, arena, un camino y un


camping (nótese que no se le dijo que describiera el lugar o que
confeccionara un dibujo, cróquis, o similar), las respuestas son afirmativas en
todos los casos, en un estilo de interrogar similar a la absolución de
posiciones del Código General del Proceso, en donde el interrogado ve
limitado su posibilidad de contestar. El problema, está dado porque próximo
al lugar donde fue encontrado el cuerpo de C. B., no existía un camping, y
tratándose de una playa, obviamente había arena, por ejemplo.

En su tercera declaración (día 9/4/2015; fs. 1571 a 1575), M. M. expresa que


estuvo dialogando con la adolescente C. B., en el sitio en donde fue hallado
su cuerpo por el lapso de una hora, pero también dice que Aguas Dulces es
una playa, y que "(...) estoy hablando por hablar (...)", que ocasionalmente se
encontraron y le ofreció una estampita, lo que fue rechazado por la jóven (fa.
1571).

El tenor de la conversación que M. M. describe, no coincide con la


personalidad que los padres de la adolescente han mencionado en sus
respectivas declaraciones (puntualmente en ser una persona distante con
desconocidos), como tampoco – a modo de ejemplo – que portase una "(...)
botella chica de agua sin gas (...)" mencionada (fa. 1572), cuyo retiro del
inmueble arrendado por T. y F. no pudo establecerse (declaraciones de
fs. 141 a 161 y 163 a 177, respectivamente).

¿Es lógico que en una zona balnearia una adolescente camine por la playa
con una botella de agua? Claro que la respuesta no puede ser más que
afirmativa, pero no hay certeza de ello. Y en el terreno de las hipótesis, no
resulta lógico que quien sustrajo el dinero que C. B. llevaba, se hiciera de
una botella chica de agua sin gas, pero no se apropiase de un
portadocumentos y billetera o un protector solar, nuevos.

M. M. introduce en su relato un elemento a analizar: que C. B. le


obsequió un cigarrillo marca "Nevada" o "Coronado", cuando los
padres de la adolescente (tampoco su madrina ni la pareja de ésta), no
mencionaron que su hija consumiera cigarrillos de tabaco, y menos, de
procedencia uruguaya.

Pero en la misma declaración, frente a la pregunta de la certeza de lo


que venía relatando, menciona "(...) Si no fui yo que la vi, tengo que decir
que sí, sino me voy a pasar todo el día acá. Yo preso no quiero ir por algo
que no hice. (...) Ahíestá el problema. Yo estuve con ella. Yo estoy hablando
por hablar. Para decir la verdad, yo nunca vi a la mina. Nunca estuve con
ella, pero me ponen la presión. A la muchacha nunca la vi. No la
encontré muerta. (...)", y respecto a su discurso detallado indica que "(...) En
Investigaciones me dicen tantas cosas. La vi en la foto de la tele. (...)" (pág.
1573).

¿Qué le dijeron en Investigaciones? No le preguntaron.

En la siguiente declaración (9/4/2015; fs. 1627 a 1629), producida luego de la


inspección en el balneario Barra de Valizas y en la zona en donde fue
encontrado el cuerpo de C. B., manifiesta que fue presionado por parte de
funcionarios policiales "(...) hay un tema que la Policía me apretó. Si hablo,
fui. (...)" (fa. 1628). Tampoco se le pregunta por lo ocurrido en sede
administrativa.

Los elementos probatorios producidos en el proceso, van a establecer una


distancia entre la escena del hecho y la presencia física de M. M., como
esferas cuyos límites no se cruzan, tal y como lo ha consignado el Ministerio
Público en su demanda acusatoria.

1.10.- Para la acusadora pública, las exposiciones que el hasta ahora


enjuciado ha vertido respecto a su presencia en el balneario Barra de Valizas
y específicamente en la escena del hecho, como así también la toma de
conocimiento de la situación y su actitud omisa ante ella, genera su
responsabilidad penal, por cuanto entiende que su conducta resultó
contributiva con evitar las consecuencias legales por parte de quien cometió
el delito de homicidio, lo que arroja como resultado el encastre conductual en
los extremos del art. 197 CP.

La figura delictiva por la cual el Ministerio Público pretende responsabilizar a


M. M., tiene como punto genético la ausencia de participación criminal de su
sujeto activo en el momento previo o durante la ejecución del otro delito.

Es decir.

Por definición, el autor de un delito de encubrimiento no participa de ningún


modo en el reato que encubre, pues otro vínculo tendría con el respectivo
iter criminis, y su responsabilidad jurídico – penal se ubicaría en un título
ajeno (autor, coautor o cómplice) a los que corresponden al delito
principal (en tal sentido, Bayardo Bengoa, Fernando; "Derecho Penal
Uruguayo", tomo V, CED, Montevideo, 1966, pág. 142 y sgte.).
Esto quiere decir, que al pretender la imputación por el delito de
"encubrimiento", la Fiscalía actuante entiende que la ayuda de M. M., no es
anterior ni contemporánea a la muerte de C. B., sino, necesariamente
posterior. Y tal posterioridad, parte del aspecto ontológico del delito de
encubrimiento, pero también de la redacción que Irureta Goyena plasmó "(...)
El particular (...) que, después de haberse cometido un delito y sin concierto
previo a su ejecución con los autores, coautores o cómplices (...)".

Empero, en la demanda acusatoria no existe un relacionamiento claro y


concreto de los hechos que a juicio del Ministerio Público desarrolló M. M. y
que resulten calificables dentro de los límites del art. 197 CP. Tampoco
consta el material probatorio que lo acredite específicamente, como
legalmente corresponde y así se exige por nuestra jurisprudencia (a guisa de
ejemplo, sent. N° 94/2021 y N° 189/2013 de los Colegiados penales
nacionales de 3° y 1° turno respectivamente).

La figura deliciva del art. 197 CP, contiene dos tipos de encubrimiento: el
personal y el real, con dos verbos nucleares: ayudar y asegurar, mediante
cuya conjugación el sujeto activo debe lograr pertubar la función judicial,
estorbando las investigaciones de las autoridades, logrando que el sujeto
activo del delito anterior se sustraiga de la persecución de la Justicia o eluda
o evite el castigo, o bien, se produzca el ocultamiento, supresión o alteración
de los indicios de un delito, los efectos que resulten su producto o los
instrumentos utilizados para ejecutarlo.

En el caso ventilado en autos, la Fiscalía señala que la conducta de M. M. ha


estorbado las investigaciones de las autoridades y ha posibilitado la
sustracción de la persecución penal, a los autores del delito principal,
conclusión que este decisor no tiene el honor de compartir.

H. T. declaró que el día 28/12/2014, alrededor de la hora 12:30, almorzó


en un inmueble que arrendó en el balneario Barra de Valizas, con la
adolescente C. B., su pareja C. M. F., y sus hijos V. y B. (fa. 169), para
luego, y alrededor de la hora 13:00, la primera mencionada, salir a
caminar por la playa con destino a Aguas Dulces (fa. 170).

La perito D., practica un examen médico – legal del cuerpo de C. B., e


indica que la hora del fallecimiento se produjo entre “(…) 2 y media y 3 y
media horas luego de su última ingesta (...)” alimenticia, lo que a su entender
sería entre las 16:00 y las 18:00 horas del día 28/12/2014 (fa. 360). Empero,
si complementamos la declaración de T. con dicho dictamen pericial, la
muerte debió ocurrir (aproximadamente) entre las 15:00 y las 16:00 horas del
día 28/12/2014, lo que termina por reafirmar la ausencia de M. M. en tal
momento, y restar toda verosimilitud a sus propias expresiones mediante las
cuales pretendió colocarse en la escena del hecho, potenciando aquellas en
que narró lo drásticamente opuesto.

La indagatoria tanto en sede de presumario como del sumario, fueron


centralizadas hacia la determinación de los partícipes directos del delito
principal, no existiendo probanza alguna que permita concluir con la certeza
jurídica constitucionalmente necesaria, que M. M. desplegó una conducta
que permitió al autor de aquel, apartarse de la persecución penal o eludir el
castigo.

Cuando para mejor proveer, y tras la sujeción penal de S. C. en los autos con
IUE 340 – 53/2019, es convocado al presente y declara en presencia de su
Defensa que no conoce a M. M., o a una persona apodada "Cachila", como
tampoco reconoce a ninguna de las personas cuyas fotografías se le
exhibieron (entre las que se encontraba la del enjuiciado en este proceso),
lisa y llanamente termina de confirmar lo antes indicado.

1.11.- Existe otro tópico que termina por excluir a M. M. del círculo de la
responsabilidad penal, y que recibe luz a través del contenido del actual
sumario penal tramitado ante este Juzgado Letrado y por el cual se
encuentra cumpliendo prisión preventiva S. C..
Los hechos narrados en las interlocutorias N° 320/2022 y N° 321/2022
dictadas en dicho expediente, tienen como sustento una determinada
acumulación de medios probatorios, que despliegan una cierta secuencia
histórica y con relevancia penal, teñida obviamente de provisoriedad, y
dependiente de las siguientes y eventuales probanzas que se diligencien.

No obstante, a partir de tal elenco de elementos prácticos (que vale la pena


tener presente, resultan los mismos que los que nutren la presente), se
constituiría en un clarísimo error analítico y de interpretación, afirmar que M.
M. luego de la muerte de C. B., ayudó o colaboró de alguna forma para el
entorpecimiento de las investigaciones, logrando que S. C. se sustrajera de la
persecución judicial, evitando que fuera sometido a proceso penal. O aún,
que suprimió, alteró u ocultó los indicios u objetos del delito. Las pruebas
producidas en este proceso, dicen lo contrario.

Gorphe enseñó que "(...) La arbitrariedad, la incertidumbre, el peligro de


equivocarse, todo ello falsea la Justicia, y hay que esforzarse por reducirlo
al mínimum; y en eso debe consistir el progreso del arte tan delicado como
el de juzgar. La apreciación de las pruebas constituye una cuestión de hecho
o, más exactamente, un conjunto de cuestiones de hecho, por lo menos en
la medida en que la ley deja al juez en libertad para decidir conforme a su
convicción. (...) Los fenómenos de la naturaleza y las acciones humanas,
integrantes de los elementos de las pruebas, están no obstante regidos
por leyes físicas y psicológicas; y resultaría inadmisible proceder a
examinarlos de manera empírica, sin principios ni método. (...)" (Gorphe; pág.
3).

El juez, está llamado a motivar su decisión, "(...) a exponer las razones de su


opinión (...)", también por el intrínseco derecho al recurso que tiene todo
justiciable (Gorphe; pág. 4; sent. N° 189/2013 del TAP 1°, en BJN por
ejemplo). Pero la decisión judicial, no puede ser más que el resultado lógico
de un razonamiento realizado a partir de las pruebas que se hayan reunido
en un determinado juicio. Con la misma convicción que se señaló que el
indagado tiene el derecho a guardar silencio, a contestar lo que entienda
pertinente en su indagatoria, o a confesar, también el mismo estatuto exige a
los jueces, explicar el motivo de la sentencia, cuyo cimiento debe brotar de
las pruebas.

La sola voz de M. M., relatando hechos poco creíbles por un lado, y


contradictorios con respecto a las pruebas que se han acumulado, demuelen
cualquier estructura seria que pretenda responsabilizar con certeza jurídica a
una persona de la comisión de un delito. Prestarle oído, sería juzgar con la
ley del encaje, al decir de Cervantes.

1.12.- No existe duda en la decisión que se está adoptando, sino, certeza.


Certeza de la ausencia de pruebas que permitan concluir que M. M. es
responsable de un delito de "encubrimiento", aún sin la declaración de S. C.,
siendo la absolución del primero la única posibilidad ajustada a Derecho (en
el mismo sentido, sent. N° 80/2021 del TAP 4°; N° 127/2020 del TAP 3° y N°
189/2013 del TAP 1°, a modo de ejemplo).

Recientemente, el Colegiado en lo Penal de 3° turno ha sostenido que "(...)


En el proceso penal interesa especialmente la certeza positiva, fundada en
pruebas y explicada racionalmente, sobre la existencia del delito y la
culpabilidad del acusado, pues sólo ella permitirá que se le aplique la pena
prevista. Si tal grado de convencimiento no se alcanza (...), no se puede
condenar (in dubio pro reo): habrá que absolver. Como enseña Tommasino
“preferimos aludir a la “sentencia” y no a la “condena” porque la verdadera
finalidad del proceso criminal, más que aquella de la “verdad material” que se
invoca tantas veces, consiste en alcanzar un fallo dictado conforme a la ley,
aunque para ello resulte necesario (...) desechar una realidad penal y una
responsabilidad (...) no suficientemente acreditadas. Es exacto que el
proceso se propone alcanzar la prueba plena de la comisión de un delito y de
la participación culpable de una determinada persona; pero también lo es que
paralelamente se trata de llegar a la conclusión de la imposibilidad de
obtener esta certidumbre indispensable, como plataforma obligada de un fallo
absolutorio. Fundamentalmente se trata de investigar la verdad y sancionar al
culpable. Pero no de condenar a cualquier costo, porque comunitariamente,
filosóficamente sigue siendo cierto que por sobre toda otra consideración,
debe evitarse (...) la condena de un inocente. (...). La sentencia, como
decisión final en el curso del proceso penal, debe dar cuenta de una
valoración racional de la prueba y de que ha cumplido con el estándar exigido
para condenar. Afirmar que la hipótesis acusatoria está probada, debe
mostrar una relación adecuada entre la prueba y los hechos, dar cuenta de
manera clara, lógica y explicativa de las premisas que justifican la aceptación
de la conclusión. (...)" (sent. N° 94/2021, en BJN).

La ausencia de pruebas que acrediten la demanda, obligan a su rechazo


como única posibilidad que la razón se imponga al arbitrio.

2.- Colofón:

En mérito a los fundamentos expuestos y a lo dispuesto por los artículos 12,


15 y 80.4 de la Constitución de la República; 1, 3, 18, 46.13, 60, 69, 85 a
87, 197 y concordantes del Código Penal; 1 a 24, 35, 172 a 232, 234,
240, 245 a 247 y concordantes del Código del Proceso Penal; 11 de la ley
Nº 17.726 de 26 de diciembre de 2003; 23.3 de la ley Nº 19.293 de 19 de
diciembre de 2014; y las Acordadas Nº 6.884 de 8 de agosto de 1986, Nº
6.934 del 24 de junio de 1987 y Nº 7.529 de 13 de octubre de 2004;

FALLO:

2. 1.- A B S O L V E R a A . E . M . M . d e l d e l i t o d e “ENCUBRIMIENTO” que


se le imputó, disponiéndose su inmediata libertad en forma provisional y bajo
caución juratoria.

2.2.- Cométase al similar de Rivera que corresponda, recabar la caución


juratoria.
2.3.- Notifíquese.

2.4.- Ejecutoriada, practíquense las comunicaciones de estilo, teniendo por


definitiva libertad que goce el absuelto.

2.5.- Cumplido, remítase en consulta a la Suprema Corte de Justicia (art.


23.3 CPP 2017 y Acordada Nº 6.884).

2.6.- Fecho, archívese.

Dr. Juan M. GIMENEZ VERA


Juez Ltdo. Rocha 1er. tno.

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