Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Esta es una copia digital de un libro que, durante generaciones, se ha conservado en las estanterías de una biblioteca, hasta que Google ha decidido
escanearlo como parte de un proyecto que pretende que sea posible descubrir en línea libros de todo el mundo.
Ha sobrevivido tantos años como para que los derechos de autor hayan expirado y el libro pase a ser de dominio público. El que un libro sea de
dominio público significa que nunca ha estado protegido por derechos de autor, o bien que el período legal de estos derechos ya ha expirado. Es
posible que una misma obra sea de dominio público en unos países y, sin embargo, no lo sea en otros. Los libros de dominio público son nuestras
puertas hacia el pasado, suponen un patrimonio histórico, cultural y de conocimientos que, a menudo, resulta difícil de descubrir.
Todas las anotaciones, marcas y otras señales en los márgenes que estén presentes en el volumen original aparecerán también en este archivo como
testimonio del largo viaje que el libro ha recorrido desde el editor hasta la biblioteca y, finalmente, hasta usted.
Normas de uso
Google se enorgullece de poder colaborar con distintas bibliotecas para digitalizar los materiales de dominio público a fin de hacerlos accesibles
a todo el mundo. Los libros de dominio público son patrimonio de todos, nosotros somos sus humildes guardianes. No obstante, se trata de un
trabajo caro. Por este motivo, y para poder ofrecer este recurso, hemos tomado medidas para evitar que se produzca un abuso por parte de terceros
con fines comerciales, y hemos incluido restricciones técnicas sobre las solicitudes automatizadas.
Asimismo, le pedimos que:
+ Haga un uso exclusivamente no comercial de estos archivos Hemos diseñado la Búsqueda de libros de Google para el uso de particulares;
como tal, le pedimos que utilice estos archivos con fines personales, y no comerciales.
+ No envíe solicitudes automatizadas Por favor, no envíe solicitudes automatizadas de ningún tipo al sistema de Google. Si está llevando a
cabo una investigación sobre traducción automática, reconocimiento óptico de caracteres u otros campos para los que resulte útil disfrutar
de acceso a una gran cantidad de texto, por favor, envíenos un mensaje. Fomentamos el uso de materiales de dominio público con estos
propósitos y seguro que podremos ayudarle.
+ Conserve la atribución La filigrana de Google que verá en todos los archivos es fundamental para informar a los usuarios sobre este proyecto
y ayudarles a encontrar materiales adicionales en la Búsqueda de libros de Google. Por favor, no la elimine.
+ Manténgase siempre dentro de la legalidad Sea cual sea el uso que haga de estos materiales, recuerde que es responsable de asegurarse de
que todo lo que hace es legal. No dé por sentado que, por el hecho de que una obra se considere de dominio público para los usuarios de
los Estados Unidos, lo será también para los usuarios de otros países. La legislación sobre derechos de autor varía de un país a otro, y no
podemos facilitar información sobre si está permitido un uso específico de algún libro. Por favor, no suponga que la aparición de un libro en
nuestro programa significa que se puede utilizar de igual manera en todo el mundo. La responsabilidad ante la infracción de los derechos de
autor puede ser muy grave.
El objetivo de Google consiste en organizar información procedente de todo el mundo y hacerla accesible y útil de forma universal. El programa de
Búsqueda de libros de Google ayuda a los lectores a descubrir los libros de todo el mundo a la vez que ayuda a autores y editores a llegar a nuevas
audiencias. Podrá realizar búsquedas en el texto completo de este libro en la web, en la página http://books.google.com
TIS
B R I
เป็น
ehu1111...- 1111
AMMIN
Told
GE A
Nabun
Want .SAIN
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
5323119689
LA RELIGION
CONSIDERADA EN SUS RELACIONES
CON
EL ABATE F. DE LA MENNAIS .
PRIMERA PARTE .
5 4
2R955
1099
CON LICENCIA .
11
I
D
PROLOGO DEL TRADUCTOR .
1 Acaso
.caso con mas razon que Ho
racio podemos decir nosotros que in
cedimus super ignes cineri suppositos,
caminamos sobre volcanes, y la tierra
que pisamos está minada y socavada.
En sus tenebrosas concavidades estan
ocultos los enemigos de Dios y de los
hombres, y en ellas , á favor de las ti
nieblas, trabajan y preparan sus pla
nes para destruir , si les fuera posible,
de un solo golpe toda idea de órden,
de justicia y de virtud. Allí afilan los
puñales para acabar con todas las Mo
narquías, con todos los Reyes y Sa
cerdotes , y con todos los hombres
buenos. Es necesario estar ciegos para
IV
no ver que hay un poder , y un po
der harto formidable , oculto é invisi
ble , que lucha y combate constante
mente el poder visible de los Reyes:
satélites y agentes de este poder invi
sible son esos hombres que resisten
toda autoridad que no sea la suya , y
á quienes su orgullo no les deja su
frir yugo alguno. ¡ Desgraciada Euro
pa , y desgraciados Reyes si no abren
pronto los ojos , y no advierten que
estan amenazados de una espantosa
revolucion , cual no conocieron los
hombres !
2 Gracias al cielo que se muestra
siempre propicio con la España, como
con su nacion predilecta. Y gracias a
nuestro amado Rey que , constante en
sus desvelos por el bien general, acaba
de dar un paso muy avanzado que nos
conduzca a la felicidad ; y solo él ca
paz de cortar de raiz la hidra de la
revolucion siempre naciente.
3 Tal contemplo la instalacion del
Consejo de Estado , de quien debemos
esperar que correspondiendo a la con
fianza que ha depositado en el s . M.
(que Dios guarde) se penetrará de que
la seguridad del Trono y del Altar , y
la felicidad de la nacion , y quizá de
la Europa entera , depende de la con
solidacion ó no consolidacion del Go
bierno de España. He aquí el blanco
á donde se dirigirán las solicitudes y,
trabajos del Consejo. La legitimidad de
los Tronos es la que se ve atacada , y
el Consejo de Estado tratará de soste
nepla , bien persuadido de que desco
nocerla y ofenderla es rasgar con un
puñal las entrañas de nuestra amada
patria.
4 Tal es la confianza que inspira á
VI
la nacion el solo anuncio de su insta
lacion ; pero no nos durmamos , por
que el poder invisible extiende su do
minacion por toda la tierra , y sabe
vestirse de todos los colores. Todos los
sabios y literatos de la nacion , todos
los hombres buenos deben arrimar el
hombro , y ayudar al Gobierno con
sus luces ; rodear al Trono y defen
derle á costa de sus vidas, sino por
deber y amor , por su interés propio,
con el inexpugnable escudo de las sa
nas doctrinas , y los principios verda
deramente monárquicos y religiosos.
Guiado por estos principios, creo ha '
cer un servicio á mi Rey y patria dan
do á luz la traduccion de la obra del
célebre Abate La Mennais , bien cono
cido en el orbe literario , y tenido en
Francia por el Fenelon de estos tiem
nos. Quizá parecerá un poco difusa, y
VII
que extiende demasiado sus conses
cuencias ; pero si este es un lunar,
bien merece disculpa. Nos pinta el es
tado de la Francia con su tan celebra
da Carta , é infiere de aquí, que á su
abrigo es ateo su gobierno , ateas sus
leyes , y que ateos serán cuantos se
gobiernen por semejantes principios.
Los españoles que hemos querido
tambien gobernarnos por nosotros
mismos , y que tan caro nos ha costa
do semejante ensayo , veremos en esta
obrita el término á que nos hubieran
arrastrado con la constitucion los for
jadores de repúblicas , empeñados en
trastornar los planes de la Providen
cia. Aunque los literatos harán con
facilidad la aplicacion de los princi
pios que sienta La Mennais , con sola
su simple lectura , sin embargo , he
creido conveniente poner algunas no
VIII
܀vi j
CON
CAPITULO PRIMERO.
CAPITULO SEGUNDO .
#
Ν Ο Τ Α.
:: نہ ہونه
LA RELIGION
CONSIDERADA EN SUS RELACIONES
CON
SEGUNDA PARTE .
CON LICENCIA .
T!
LA RELIGION
CONSIDERADA EN SUS RELACIONES,
CON
CAPITULO QUINTO,
Consecuencias de lo dicho con respecto
al gobierno de la Iglesia y å las rem
laciones de los Obispos con el Papa,
centro y vinculo de la unidad
católica,
I la
audacia de los anarquistas que siempre va
en aumento , las máximas que sostienen,
los proyectos que propalan y las esperan
zas que abiertamente manifiestan , deben
persuadir a los que hace algunos meses
creian exagerados nuestros temores , que
jamás ha estado mas amenazado ni en ma
yor riesgo el orden social. Vendida ó akan
donada la verdad , apenas hay quien la
4
defienda: el error triunfa casi sin oposi
cion ; no se oye mas que su voz ni se sien
te mas que su accion ; asombra á los que
no rinde , y penetrando poco a poco en sus
espíritus los arrojará bien pronto á resolu
ciones violentas. Las gentes buenas, con
tentándose con algunos cortos instantes de
sueño , procuran cerrar los ojos por no ver
la crisis que se prepara ; no osan temerla
recelosas de verse precisadas á hacer un
esfuerzo para prevenirla , ó si no logran
tranquilizarse enteramente , se sepultan en
su misma cobardía como en el asilo mas
seguro : ſtan nula es para ellos la esperiencia!
2. Es tambien cierto que es pedir de
masiado y mas de lo que se debe esperar
de los hombres que dirijan sus miras mas
allá de lo presente; que descubran con su
pensamiento el gérmen de lo por venir у
adivinen lo que sucederá por lo que suce
de. Ignoran por lo comun como se forman
las revoluciones políticas, y sobre todo las
religiosas; por que son muy pocos los que
saben apreciar el poder del espíritu de
las instituciones y la naturaleza de las
doctrinas
de y preveer' sus efectos ; á pesar
que nada que sea de alguna considera
5
cion suçede ni se establece , ni se destruye
en el mundo sino por su influjo. Siempre
viene de arriba el impulso de los acon
tecimientos que conmveven la sociedad
entera , y lo que el brazo del hombre abate
ya el pensamiento lo tenia trastornado.
3. Obligado como se ha visto el Esta
do en Francia á sufrir todas las consecuen
cias del principio democrático sancionado
por las leyes , no ofrece mas que una vasta
agregacion de individuos sin lazo alguno;
al paso que para mantener bajo el nom
bre de libertad la democracia de opiniones,
še proclama sin limitacion alguna el prin
cipio del juicio privado igualmente des
tructivo de todo yínculo en el orden es
piritual.
4. Conviene considerar esto mucho
mas que las objeciones envejecidas y fasti
diosamente repetidas de la filosofía contra
el cristianismo, para comprehender el ori
gen de esta violenta oposicion y ódio des
enfrenado contra la religion católica. Fun
dada sobre la autoridad proscribe á un
mismo tiempo la soberanía política del
pueblo y la soberanía de la razon , que no
es otracosa que la independencia absolu
6
ta del Ser supremo. El deseo de esta in
dependencia, o de la extincion total de la
sociedad humana, atormenta á una' turba
de insensatos , y es por su misma confesion
el blanco constante de todos sus esfuerzos.
Espanta decirlo , Dios y el hombre se pre
sentan y se trata de saber por quién que
dará el imperio . A
( 1 ) Constitucional de 28 de Mayode1825 .
tan propia para realzar la dignidad del
obispado, trae naturalmente á la memoria
la célebre carta del Cardenal de Clermont
Tonerre, recogida por el consejo de estado.
Ello es que cuando la imprenta es libre para
todo el mundo , cuando hasta el último fran
cés puede, arreglándose á las leyes , que
ciertamente no se tacharán de severas, pu
blicar sus pensamientos y opiniones; cuando
la Francia está inundada de libros, diarios
у folletos en que se vierte á borbotones el
desprecio y ridículo sobre los objetos mas
sagrados, se ha declarado solemnementeque
un obispo no tiene derecho a esplicar sus
votos en favor de la Religion; se le hace un
crímen de los mismos deseos que la fe le
manda aunque él no los tenga en su cora
ya tiempo, al parecer, ó de cesar de
zon . Es
oprimir tan tiránicamente á la Iglesia , ó
de ponderar la proteccion que se la presta.
18 Dos ministros del interior se han
empeñado á un mismo tiempo en invadir
hasta la enseñanza ( 1 ), exigiendo de los
obispos que hagan que los profesores de teo
( 1 ) Mr. Lainé en 1818 y Mr. Corbiere
CA 1824.
logía y dirrctores de los seminarios suscri +
ban á promesas incompatibles con las ne
glas conservadoras de la fe y formularios
de doctrinas formados á nombre de la auto
ridad temporal (a ). Uno de los fenómenoš
mas curiosos de nuestro siglo es ver á dos
abogados querer remedar á Enrique visi.
Siguiendo sus ideas las oficinas del interior
se convertirían en un concilio ecuménico
permanente , presidido por un ministro
amovible en calidad de Papa civil; y hu
bieramos visto á Mr. de Corbiere adorna
da su frente con la tiara ministerial des
pues de haber invocado las luces del es
píritu que en otro tiempo inspiró á los
parlamentos , libelar y refrendar ordenan
zas dogmáticas obligatorias, salva la ape
lacion á las cámaras , para las almas couis
titucionales de los franceses.
19. Todo esto movería á risa si no nos
demostrase la experiencia que lo ridículo
y absurdo són garantías muy débiles con
(a) Tambien nuestros revolucionarios me,
tieron la hoz en esta mies que no era suya ,
y reprendieron agriamente á varios obispos
por que no se enseñaba en los seminarios por
los libros señalados por las córtes. ( Tr.)
23
tra las consecuencias de ciertos errores que
se insinúan en las mismas leyes y que la
fuerza los apoya . Con ocasion de tan te
meraria empresa, que nos sugiere estas re
flexiones, į no se ha presentado en los tri
bunales un periódico estimable , cuyo úni
co delito era haber publicado la reclama
cion de un arzobispo por insinuacion del
mismo ? No podemos mirar como máxi
mas de la magistratura los principios que
entonces estableció el Procurador del Rey,
que intentó hacer recibir contra la Iglesia
bajo el reinado de los Borbones una ley de
la república abrogada por Buonaparte. ¡Has
ta este estremo se dejan llevar algunos hom
bres de su zelo ! " Atendiendo, dice el re
quisitorio , á que el artículo de este diario
presenta en el todo y en sus partes los
caractéres de provocacion a la desobedien
cia á las leyes , especialmente cyando , no
obstante las disposiciones del edicto de
Marzo de 1682 y de la ley de 8 de Abril
de 1802 en que se encarga á los obispos
bagın que se enseñe en las escuelas ecle
siásticas y seminarios de sus diócesis la
doctrina contenida en las cuatro proposi
ciones del clero de Francia , dice en el ar
24
tículo 1.º que la autoridad civil no tiene
derecho para fijar á los obispos lo que de
ben prescribir para la enseñanza ensus se
minarios.” 2.° & c. ( 1 ). No podemos decirlo
bastante claro , que si es un crímen en
Francia sostener la proposicion que conde
na aqui el Procurador del Rey, es un cri
men en Francia ser católico. Pero gracias
á Dios aun es permitido serlo , y todos los
tribunales del reino mirarán con indigna
cion la máxima que se ha atrevido á pre
sentar como un axioma de su jurispruden
cia. No , la autoridad civil no tiene derecho
para fijar á los obispos lo que deben pres
cribir para la enseñanza ensus seminarios.
No ha dicho Dios á la autoridad civil: Dom
cete omnes gentes, ni la autoridad civil es
el fundamento y regla de la fe , ni es la
iglesia de Jesucristo , la iglesia universal
infalible. ¡Se intentará acaso bajo el pre
texto de libertades religiosas formar un
nuero cristianismo al gusto y placer del
poder temporal ! ¡ Nuestra creencia varia
rá segun sus intereses y caprichos , y habrá
dogmas de ayer , dogmas de hoy y de
( 1 ) Monitor de 14 de Julio de 1824.
25
mañana! Se notificará á los obispos la doc
trina revelada por el soberano, ó se les
mandará disponer la enseñanza en sus se
minarios , y los Procuradores del Rey se
entrometerán en esto (a )! Con razon se de
fienden tales libertades si está ya resuelto
abolir en Francia toda Religion. A lo menos
ellas conducen directamente á la destruc
cion del catolicismo y á la mayor servi
dumbre, cual es la de una iglesia nacio
nal,
todas
cuyo establecimiento ha producido en
partes la ignorancia y la corrupcion
en el pueblo , en las clases elevadas un
deismo vago y en el gobierno el ateísmo.
20 A este punto nos arrojan , destru
yendo la gerarquía y separando en cuanto
se puede el obispado de su cabeza , centro
y vínculo de la unidad , de donde como
se sabe reciben los obispos toda su fuerza.
Una desconfianza cismática se obstina en
disminuir la influencia saludable de la san
ta Sede y en arrebatarle poco a poco el
(a ). ¿Y por qué no ? diria nuestro estático
Villanueva, isi nuestros obispos no han leido
loque debian , y su educacion se ha formado
por malos libros ? Claro es que para el solo
eran buenos los libros de los jansenistas. (Tr.)
26
egercieio de su divina jurisdiccion. ¿ Se per
mitirá recurrir á su autoridad en las cau
sas mayores aun cuando por falta de tri
bunales competentes no puedan ser juzga
dos en los pueblos en primera instancia?
Para los franceses se detienen en la fron
tera el orden y poder gerárquico (a). ¿Qué
medio canónico hay en Francia para pro
ceder a la deposicion de un obispo noto
riamente berege? Sin einbargo este medio
debe existir , y , ó no hay gobierno en la
Iglesia de Jesucristo, ó está abandonado, siq
policía y sin leyes , á todos los desórdenes
que introduzcan en él libremente el error
y las pasiones humanas; y esta es otra de
las libertades religiosas que dicen debemos
conservar con el mayor esmero .
do
por hacer de cuanto puede servir al G
(1 ) El Conde de Maistre.
58
y autoridad de los papas. Los enemigos del
órden social, los revolucionarios de todos
colores no ignoran ninguna de estas verda
des, razon porque los espanta el solo nom ,
bre de Roma: tal cs la causa de la guer
ra que nuevamente la han declarado. Pero
para comprender bien cuáles fueran las
consecuencias de tan detestable guerra , si
Dios
que se rie del impío ( 1 ) no hubiese
fijado el término de donde no pasará , es
necesario considerar á los soberanos ponti,
fices bajo otra relacion , y demostrar que
sin ellos no hay Iglesia , que sin Iglesia ng
hay cristianismo , y sin cristianismo no hay
religion para el pueblo que fue cristiano,
y por consecuencia no hay sociedad ; de
suerte que la vida de las naciones europeas
tiene su único origen en el poder pontifi
cio. En verdad que este asunto es muy
sério , de grande interés y demasiado gene ,
ral para que dejemos de examinarle por
algunos momentos. Pedimos á los hombres
sincéros que nos presten una atencion tan
séria como las cuestiones que vamos á tra
S I.
Sin Papa no hay Iglesia ( 1 ).
I La verdadera religion antes de Je
sucristo se conservaba por una tradicion
de las familias ; y solos los judíos tenian
una iglesia públicamente constituida, imá
gen y tipo de la que el Salvador del gé
nero humano debia establecer en toda la
tierra para fundar en ella el reino de Dios,
unir las naciones у elevarla segun la espec
tacion general á un estado mas perfecto
bajo el imperio de una ley divina é inmu
table (2). Para realizar tan gran designio
( 1 ) Las ideas de este párrafo se des
envolverán en el' t. del Ensayo sobre la
indiferencia .
(2) Nec erit alia lex Roina : alia Athe,
nis, alia nunc , alia posthac ; sed et omnes
gentes, et omni tempore, una lex , et sem
piterna , et immutabilis continebit ; unus
que erit communis quasi magister et im
perator omnium Deus ; ille hujus legis in
ventor , disceptator , lator , cui qui non pa
rebit ipse se fugiet , ac naturam hominis
60
de misericordia y amor , concebido desde
la eternidad en la mente de su Padre , for
mó el Hijo de Dios una sociedad espiritual
destinada a reunir á los que creyesen en
él, instituyendo para su gobierno un nue
vo sacerdocio y un cuerpo de pastores en
cargados de derramar su palabra y de ad
ministrar sus sacramentos. "Id y enseñad
á todas las naciones , bautizando en el nom
bre del Padre, del Hijo y delEspíritusanto,
y enseñándoles á guardar todo lo que yo
os he enseñado , id a todo el universo y pre
dicad a toda criatura. El que crea y se bau
tizáre se salvará ; y el que no crea será con
denado. Todo cuanto atareis sobre la tierrà
será atado en el cielo , y lo que desatareis
en la tierra será desatado en el cielo ."
Que en efecto exista esta sociedad
hace diez y ocho siglos, y que siempre ha
sido gobernada por un sacerdocio deposi
tario de la doctrina , dispensador de los sa
cramentos, y que sin la menor interrup
cion ha ejercido el poder de atur y desatar,
aspernatus , hoc ipso luet maximas penas,
etiain si cætera suplicia , quæ putantur effa
gerit. Cic. apud Lact. lib. 6. cap. 8.
61
un poder soberano de jurisdiccion sobre
sus miembros , son hechos tan notorios que
nadie pensará en disputarlos. Tampoco se
negará que esta sociedad ha reconocido
constantemente por sus gefes á los suceso-,
res del Apostol, á quien Jesucristo dijo:
"Tu eres piedra , y sobre esta piedra edifi
caré mi Iglesia , y las puertas del infierno
no prevalecerán contra ella ; y te daré , las
llaves del reino de los cielos , y cuanto ata
res en la tierra será atado en el cielo , y lo
que desatáres en la tierra será desatado en
el cielo :" y aun mas : " Apacienta mis cor
deros , apacienta mis ovejas:" usando de
las mismas expresiones con que confirió
el poder espiritual al cuerpo de los pasto
res, pero dirigiendo entonces la palabra leá
solo, Pedro , sometió a este poder de que
invistió particularmente los corderos y las
ovejas, es decir , á los fieles y á los mismos
pastores, como unos y otros lo han creido
siempre ( 1 ).
S. II.
S. III.
CAPITULO SÉTIMO.
De las libertades galicanas.
I Apesardede lala uni
-pesar formidaddela
uniformidad de la
disciplina general ,puede haber en ciertos
lugares algunos usos antiguos y costum
bres particulares , ó apropiadas á necesida
des tambien particulares ó indiferentes en
sí ; costumbres muy legítimas cuando la
autoridad las tolera , y mas cuando las
aprueba , de lo que nos ofrecen muchos
egemplos los rescriptos de los papas y las
actas de los concilios. Pero para quien co
noce bien la unidad de la Iglesia católica
ó universal , y el espíritu de su
su gobierno,
es cuando menos palabra estraña la de li
bertades ; por que supone por una parte
que el que no goza de ellas sufre una es
pecie de servidumbre , y por otra que no
puede egercerse en toda la Iglesia el poder
soberano , sea cual fuere , con igual exten
sion ; ó que una porcion de la Iglesia ha
tenido el derecho que no ha tenido toda
ella de limitarle arbitrariamente. De estas
dos aserciones , sobre que sería necesario
93
decidirse si se tomase en sentido riguroso
la palabra libertades, la primera es escan
dalosa, y herética la segunda.
2 Esta simple observacion nos autoriza
para creer , y aun nos impone la obliga
cion de pensar antes de entrar en su exá
men , que ó las libertades galicanas no son
de origen eclesiástico , ó que el clero fran
cés, siempre adherido á la unidad de la
Iglesia y al romano Pontífice , que es su
centro , entendia por ellas alguna cosa muy
diferente de lo que en muchas épocas han
querido entender algunos espíritus turbu
lentos é inquietos. Se disputa , en efecto,
hace mas de doscientos años sobre saberen
qué consisten estas libertades ; cuestion tan
obscura é incierta , hoy acaso mas que lo
era en 1605 , cuando los obispos, asustados
del abuso que se hacia de esta palabra vaga
suplicaron al Rey biciese arreglar y deter
minar lo que se llama libertades de la
Iglesia galicana ( 1). Cuya demanda repitie
(1 ) Es muy notable que jainás se ha oido
hablar de libertades de la Iglesia de Alema
nia , de Ungria , de &c. Fuera de la iglesia
galicana no se conoce, hoy otra que la de
94
ron muchas veces en los años siguientes.
* Vuestros jueces , decian , han obscurecido
„de tal manera las libertades, que lo quc
debiera servir de proteccion se ha conver
stido ent ' opresion de la Iglesia ; lo que
» procede de la obscuridad de la materia
» de la perplexidad en que maliciosamente
»han mantenido los espíritus, para con
neste pretesto atentar mas facilmente con
»tra la jurisdiccion eclesiástica (1)." La mis
ma súplica dirigieron al Rey en 1614 (2).
Tan graves y notorios eran los abiisos de
que se quejaban los prelados! Por desgra
cia se olvidaron pronto tan justàs deman
das, y el desórden fue en aumento . Susci
tose entre los parlamentos y el obispado,
obligado á defender contra aquellos sus
mas sagrados derechos, una lucha que duró
hastafines del último siglo. Jamás ha habi
do guerra de este género, ni mas durade
ra ni mas viva , y su ' influencia sobre
los Paises Bajos que tenga estas libertades;
gracias a la inunificencia de un príncipe cal
vinista
(1 ) Memorias del clero, tomo 13.
(2) Correcciones y adiciones á los nuevos
opúsculos.de Fleuris pag. 68.
95
nuestros destinos ha sido tan grande, que
merece que nos detengamos un momento
en examinar su causa , íntimamente ligada
con el asunto de que tratamos .
- 3. Los parlamentos al principio eran
un simple cuerpo judicial, establecido para
hacer justicia á nombre del Rey ; y cuan
do con el tiempo lograron erigirse poco á
poco en un poder muy diferente , conti
nuaron siempre' egerciendo de una manera
irreprensible tan nobles funciones. La gra
vedad de costumbres , la integridad , la
ciencia , que tanto distinguian a la magisa
tratura francesa , le habian grangeado , con
respeto y la confianza de los pueblos, la
mayor consideracion en la Europa entera.
Estas ventajas, y las virtudes con que se
las merecieron , las debieron al espíritu ver
daderamente imonárquico y cristiano que
brillaban en su institucion ; pero es preciso
confesar que este espíritu se alteró progre
sivamente de muchos modos, por efecto de
las mudanzas que ocurrieron en la socie
dad . Se ha visto que tratando de separar
la política de la Religion , y aislando á las'
naciones que el cristianismo trataba de reu
nir , y luchando contra el orden de civili ?
96
zacion que el mismo produjo , y que el
poder pontificio se empeñaba en defender
y llevarle á su perfeccion , como que de
él dependian la paz y la felicidad de los
pueblos , y hasta la existencia del cristia
nismo , los principes hicieron una verdade
ra revolucion en la cristiandad , sustituyen
do en el gobierno , sin el conocimiento con
veniente , á las leyes invariables de la jus
ticia el sistema'variable de los intereses. De
aqui la desconfianza general, la ambicion
sin freno , y los continuados atentados de
los soberanos contra los vasallos , y de los
vasallos contra el soberano. La fuerza fue
el único árbitro de los derechos, y el des
potismo llegó á apoderarse de la monar
quía. Los parlamentos levantaron su poder
sobre las ruinas de su primitiva constitu
cion ; y necesarios al monarca para poder
dar un caracter legal á las agresiones con
tra el poder espiritual y las instituciones
del estado , vieron acrecentarse su impor
tancia y autoridad hasta el punto de abu
sar de ella contra los mismos reyes , al paso
que venian abajo las antiguas barreras , que
una justicia igual para todos habia levan
tado en derredor del trono . No puede for
97
marse una justa idea de estos grandes cuer
pos , sin distinguir en ellos dos cosas ente
ramente distintas ;, como defensores y jue
ces de los intereses particulares, nada mas
admirable , pero como instrumentos de
la política del príncipe, ellos son los que
han acelerado la ruina de la monarquía.
Entregados al poder real , fundamento de
su propio poder , procuraron estenderle
sin límites , sacrificando en su obsequio
todos los demas derechos: sujetaron ente
ramente la nobleza al trono , que fue lo
mismo que destruirla como institucion po
lítica ; y trabajaron incesantemente con
mayor ardor para oprimir á la iglesia:
proyecto, que á haberse llevado a cabo,
hubiera levantado en el seno de la Euro
pa un despotismo peor que el despotisme
oriental
4 Las turbaciones que causó el cis
ma del occidente , y la deplorable con
fusion que introdujo en la Iglesia , favore
cieron la empresa de los parlamentos con
tra su autoridad , que tomó un caracter.
aun mas hostil y dogmático á principios
del siglo XVII , época en que el espíritu
del protestantismo se apoderó7 de la ma
98
gistratura (1), á cuya causa deben atribuir
se las disposiciones revoltosas que manifesa
tó despues en tiempo de la Honda. Repri
midas por Luis XIV ,
las dispertó el janse
nismo (2),que tuvo en su origen una intima
( 1 ) " Desde el edicto de Nantes hasta los
tiempos que precedieron á su revocacion , y
en que se empezaba ya á violarle , compo
nian en parte los parlamentos los Hugono
tes ; en cuyo periodo era natural que estos
cuerpos se hubiesen mostrado tenaces y ania
mados de un espíritu republicano y opuesto
á la corte. Expelidos los Hugonotes, no se
expelió con ellos su espíritu, y los parla
mentos estaban ufanos de su influencia y del
ensayo que habian hecho de sus fuerzas. No
es esta la única causa de la conducta ulte
rior del parlamento , pero contribuyó mucho
a ella. Entre ellos se conservó el espíritu de
independencia , y entre ellos, se encontró en
1788.” Ensayo sobre el espíritu é influencia
de la reforina por Villers.
( 2) Una inemoria dirigida por Fenelón á
Clemente XI contiene pormenores curiosos
acerca de los progresos que hizo el jansenis
mo en 1705 en los parlamentos , y en espea
cial en el de París. Entre los magistrados
afectos á la secta dice Fenelon que el canci
ller, el primer presidente y el procurados
99
afinidad con el calvinismo , cuyas sediciosas
doctrinas renovó en muchos puntos : pare
cíanse sobre todo en su genio inquieto , in
capaz de prestarse á la obediencia, y siem
pre pronto á sublevarse. " Esta peligrosa
» faccion , decia el abogado general Talon,
» nada ha omitido por espacio de treinta
» años para disminuir la autoridad de las
general eran mas jansenistas que el mismo
Jansenio. Los abogados generales y muchos
presidentes y consegeros eran del mismo par
tido , por lo que no es estraño que los prin
cipales iniembros del parlamento se 'hayan
opuesto con tanto calor en presencia del mis
mo Rey á la aceptacion en forma de un bre .
ye de V. Santidad contra la respuesta de
cuarenta doctores. Creian perdidas las liber .
tades galicanas.con reconocerse en Francia
P
la autoridad de una constitucion de la San !
ta Sede que la Francia no habia solicitado:
¡cómo si el médico no debiese curar sino al
enfermo que le pida la salud ! ¡cómo si el
Vicario de Jesucristo , en fuerza del deber
que le impone la solicitud de rodas las igle
sias, no debiese hablar ni obrar porque la
enfermedad de la Francia sea tal que des
precieel Socorro del médico !, Memorialo
Sanctissimo D. N. clam legendum. Feuel
t , 12, P 609 y 10.
100
» potestades eclesiásticas Y seculares , que
» no le son favorables ( 1 ).” Despues vino la
filosofía á acabar lo que habian comenzado
Ja reforina у el jansenismo. De las antiguas
instituciones monárquicas solo subsistia la
Iglesia, y contra ella se declaró la guerra
con todo el furor protestante , modificado
por las ideas filosóficas del tiempo. Mar
chaban á grandes pasos hacia su término; la
gerarquía política no existía , y el Rey y el
pueblo se observaban : los parlamentos al
abrigo de los principios democráticos , que
se derramaban por toda la nacion, preten
dieron al principio representar alpueblo, 1
y usurpar con este título el poder legisla
tivo ; es decir , que intentaron alzarse con
la soberanía , ó sustituir en provecho suyo
un despotismo oligarquíco al despotismo de
uno solo. Pero no podia ya detenerse el
niovimiento de destruccion , y mipadas por
espacio de muchos siglos las bases de la
sociedad , se precipitó toda entera en el
abismo que los mismos reyes y parlamen
tos habian abierto.
5 Tales fueron los destinos de estos
§. I.
(1) Bossuet.
( 2) Dei enim minister sibi est in bonum
Roman . 13. 4.
120
la potestad ordenada para un fin (1), que es
la conservacion de la sociedad para el reino
de la justicia , ó de la ley divina , encierra
en sí siempre la idea de derecho , y de un
derecho divino , que es lo que la distingue
de la fuerza , que, material é incapaz de
constituir un derecho , no puede ser una
verdadera potestad ni verdadera soberanía.
2. En saliendo de aqui todo es abis
mo , por que pretender que el poder vie
ne originalmente , lo mismo que la ley , del
pueblo , es querer qué .nada haya justo
sino lo que quiere el pueblo ; y suponer
que la fuente de la soberanía está en el
soberano , es ponernos en la precision de
decir del hombre todo lo que hemos dicho
de Dios; á saber , que el hombre es el prin
cipio de su derecho, y que este derecho
no tiene límites ; que su voluntad es el
órden social, la justicia y la ley ; que todo
le es permitido, y que en nada debe re
sistirsele ; y que debe obedecerse á cual
quiera que mande , y que quejarse de él
sería una impiedad. En una palabra , no
(1 ) Quæ autein sunt , á Deo ordinata
sunt . Ibid .
121
( 1) A
, viso de la Asamblea general del
clero de Francia á los señores arzobispos y
obispos dét réino.
196
35 Esto es lo que habian hecho siem
pre é hicieron treinta años despues , cuan
do fueron condenadas por Inocencio x las
cinco proposiciones de Jansenio. " Desde
„ los primeros tiempos escribian ellos con
»;esta ocasion al Pontifice romano , la Igle
sia católica apoyada en la comunion y
"autoridad sola de Pedro , suscribió sin
» detenerse á la condenacion de la heregía
" pelagiana , pronunciada por Inocencio en
rsu decreto dirigido á los obispos de Afri
rca , á que se siguió otra carta del Papa
» Zozimo, dirigida a todos los obispos, del
»;universo. Sabia ella , no solo por la pro
mesa de nuestro Señor Jesucristro hecha
má Pedro , sino tambien por las actas de
los antiguos pontifices, y por los anate
» mas con que el Papa Damaso condenó úl
» timamente á Apolinario y Macedonio,
rantes que ningun concilio ecuménico los
, hubiese condenado ; sabia que los juicios
„ dados por los soberanos pontifices en res
? puesta á Jas consultas de los obispos
»- para establecer una regla de fe , gozaban
„ igualmente ( sea que los obispos hayan
bereido deber explicar su parecer en su
» consulta , sea que lo hayan omitido) de
197
" una divina y soberana autoridad en la
„ Iglesia universal: autoridad a la que to
» dos estan obligados á someter su espíri
» tu. Nosotros , pues , penetrados de los
" mismos sentimientos y de la misma fe,
utendremos cuidado de que la constitucion
„dada por inspiracion divina por vuestra
»santidad... sea promulgada en nuestras
» Iglesias y diócesis, y estrecharemos á su
"egecucion ( 1)."
36 En otra carta dirigida el año si
guiente á los obispos y arzobispos del
reino se leen estas palabras: “ No hay ne
» cesidad de razones ni de otras indaga
» ciones; basta leer la constitucion ponti
» ficia , que basta por sí misma para deci
„ dir la cuestion .”
37 En tiempo de Richelieu no habia
variado aun la doctrina de la Iglesia de
Francia . El misrno dictó á Richer la re
tractacion en que este doctor declara “ que
s'se somete al juicio de la Iglesia católi
rca y á la Silla apostólica , que reconoce
( 1 ) Carta de los obispos de la Iglesia ga
licana al Papa Inocencio x , año de 1653.
Vide Argantre' . colec. judit. etc. t. 3. art. 2 .
198
" por madre y; maestra de todas las Iglesias,
” y por juez infalible de la verdad (1).”
38. " La opinion de que el Pontífice
romano es infalible , dice Marca , es la
„ única que se enseña en España é Italia,
"; y en todas las demas, provincias de la crise
tiandad . De suerte , que el juicio de los
doctores de París no pasa de la línea de
»opiniones toleradas... Todas las universi
„ dades, fuera de la antigua Sorbona , re
econocen unánimes en los pontífices ro
umanos autoridad para decidir las cuestio
rnes de fe con un juicio infalible. Y aun
zen el dia vemos a la Sorbona enseñar esta
2: misma doctrina de la infalibilidad del som
berano Pontífice ; pues en 12 de Diciem
„ bre de 1660 se sostuvo públicamente esta
" proposicion , á saber , que Jesucristo es
CAPITULO OCTAVO .
.
I ada mas comun en el dia que
juzgar de las ideas de otro tiempo y de
otra sociedad , sin hacer caso de las varia
ciones que han sufrido todas las institucios
nes y la marcha general de las cosas, que
modifica los efectos y muchas veces cam
bia la naturaleza de lo que hay mejor en
ella. No hay para muchas gentes , ánima
das por otra parte de las intenciones mas
šanas; un origen mas fecundo de errored
260
que este: Inmóvil en medio de un movimi
miento universal, no acierta su espíritu á:
salir del círculo de lo pasado. Confunden
un estado políticamente ateo con un esta-,
do cristiano , la república con la monar
quía , el despotismo ministerial con la au
toridad real, un gobierno constituido con
cada una de las muchas formas que puede
tomar la revolucion ; de aqui nacen las
estrañas equivocaciones en que caen cuan ,
do se trata de valuar ciertos hechos que
solo vén por entre los celages de la ilusion
que los ciega .
2. La Francia tiene obispos , curas, se
minarios dotados por el estado , y sin dudla
todo esto es bueno , pero vamos adelante,
y consideremos a que se reduce esta dota
cion , y nos hallaremos con que , habién
dose de renovar todos los años , no es fija
y puede pegarse como concederse; que es
necesario que en todas las sesiones se vote
la existencia de la Religion , que se inquie
ra por el excrutinio si se quiere que con
tinúe; y hacer que dependan la fe, el cul
to y la moral del pueblo , de una bola
blanca ó negra . El ateismo profesado pura
mente , sería menor ultraje a la divinidad
261
que esta especie de juicio anual al que se
sujeta su ley. ¿ Y en qué nacion se vió ja
más poner periódicamente en cuestion la
sociedad entera , que no tiene otra base quo
esta ley inmutable é imprescriptible? ¿Cono
servará la Francia templos , sacerdotes y
altares ? ¿Consentireis que a lo menos por
un año se epseñen á los franceses la fe de
sus padres y las obligaciones eternas del
hombre ? Ésto es lo que se pide a los pares
del reino y á los diputados de los depar
tamentos. La primera , y sin duda la más
importante de las instituciones sociales,
depende de las pasiones “políticas de los
partidos y opiniones, que en este siglo son
otras tantas pasiones, sin 'otra garantia que
un artículo del presupuesto de hacienda.
La Religion recibe todos los años permiso
para s11 permanencia ,y por gracia especial
se la señala un sueldo provisional. Sus mi
Tristros, que deberian presentarse con una
dignidad respetuosa , 'se presentan como
unos asalariados de la última clase del cor
go
bierno. ¡Se cubre de oprobrio á los pasto
res de los pueblos, y luego se admiran de
la impiedad y corrupcion de los pueblos!
3 La situacion precaria del clero , el
262
abatimiento a que se vé reducido , no son
los únicos resultados del modo que se ba
adoptado para su dotacion : Pagando el
estado á cada uno en particular su sueldo,
y teniendo de antemano cada centima mar
cado su destino , resulta que el clero bajo
la tutela de la administracion , que no co
noce sino individuos, no dispone,realmen
te ,de fondo alguno , ni tiepe negocios co
munes ni vínculos de corporacion ; y que
los, obispos separados anosde otros no vén
mas que su propia diócesis, en donde se
les preparan demasiados tropiezos y emba
razos', para que temerosos de que se las
multipliquen , no se ocupen en los intere
ses generales de la Religion: no puede re
petirse demasiado, que esta es una de las
mayores plagas de la Iglesia en Francia.
Hay en ella hombres que gobiernan en lo
espiritual un territorio determinado , al
modo que los prefectos administran en lo
civil, sus departamentos, pero no hay obis
pado.Puramente pasiva la Iglesia no puede
en su situacion presente , y mientras que
los obispos no tomen medidas para unirse ,
ni hacer presentes, sus quejas , ni esponer
Bus necesidades , ņi reclamar sus derechos.
263
4. Sin embargo de su triste estado, se
teme su influencia , y aunque la necesidad
de aumentar las sillas está reconocida por
la comision de la Cámara de los Diputados,
á quien se debió la ley de 4 de Julio
de 1821 (1); aun se obstinan en privar á
: ( 1 ) "Esta ley , decia M , Bonald , relator
de la comision , es todavia provisional , por
» quç escrito que no saldremos de este
westado , y como que una fuerza secreta nos
„detiene en él á pesar nuestro. Esta tierra,
utan tnovida por la revolucion , ¿ será , como
9dice Bossuet , incapaz de consistencia que
uno podamos atrevernos á construir sobre ella
con solidez ? Creo sin embargo que con mas
sconfianza en sí mismo , en nosotros , y , sobre
todo , en la fuerza infinita de la verdad y
de la''razón , quizá con menos indulgencia
con esas doctrinas , que en otro tiempo me
Stieron tanto ruido en el mundo , y que para
whacerle, qun , desesperando de hacerse escu
uchar , ban querido hacerse temer arrojándo
-se en las intrigas políticas , creo yo que el
ugobierno bubiera podido proponer en favor
„ de la Religion una ley mas decisiva y com
„ pleta que la Francia esperaba como un be
neficio , y aguardaba la Europa como una
» garantía. Relac. de M. Bonald , ses. de 7
de Mayo de 1821 .
264
la Francia de este poderoso medio de re
generarse. Varias ciudades han ofrecido to
mar á su cargo parte de los gastos que
ocasionarian las nuevas erecciones, y han
sido despreciadas sus ofertas, y no se per
dona medio para impedir en todas partes
la manifestacion del deseo general. Vengan
ahora los ministros á hablarnos de sus
buenos deseos contenidos , como dicen á lá
gente sencilla , por mil obstáculos que no
se conocen ; ¿quién se dejará engañar de
semejante lenguage ? No engañan sino a los
que quieren dejarse engañar. El único obs.
tículo es la voluntad de los que gobier
nan , y las atenciones que por su interés
creen deben guardar con la revolucion.
¿No necesitan que los sostengan un poco
por todas partes ? Alguna cosa es la Reli
gion ; pero mas son sus destinos. Eneas al
ver abrasada su ciudad cargó con sus dio
ses; y en el incendio de toda la Europa,
ellos no piensan en otra cosa que en sus
carteras.
FIN.
20
inte ) (نک اهر
۱ ::
*
1
TABLA DE LOS CAPITULOS:)
PRIMERA PARTE.
Pág.
Prólogo del Traductor. ..... III.
PREFACIO ........... IX.
nismo... 72 .
S. III. Sin cristianismo no hay Reli
gion , à lo menos para et pueblo
que fuecristiano, Y.por consiguien
te no hay sociedad , . ……. … ...83. )
Capítulo sétimo. De las libertades
galicanas.. . post.... 922)
$. I. Examen de esta proposicion :
La soberania temporal es por ins )
titucion diuina enteramente inder
pendientede la potestad espiritual. 1 18)
S. II. Examen de esta proposicion:
--El concilio es superior al Papa.d. , 158.
Capítulo octavo,De las Iglesias nas :
cionales. .. 220 .
Capítulo noveno. Reflexiones sobre vie
algunos actos del Gobierno , relati
vos á la Religion................... 259.
Capítulo décimo. Conclusione soc...12990
A
A
fo
AM
o
m
st ohl
Co
m
u. ta o
pve
t
cta
Ula
aledi
imlllaa
Oh
ali
rnicus
meno
mit
squamag
et
tasbro
cubro
abras
citi
Cr
CANE