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“Composición de lugar: los efectos del Arte de la Memoria en los imaginarios coloniales”.

Constanza Acuña F.
Maier,El alquimista sigue los
pasos de la Naturaleza, Atlanta
Fugiens,1618, Emblema XLII.
Anónimo, grabado que celebra al
alquimista Parcelso (1493-1541),
s.XVI.
Durero, Hierba,1503, Albertina, Viena.
Durero, El pintor estudia las leyes de la
perspectiva,1525.
Durero, La Melancolía I,grabado,1514.
“ Pues hay falsedad en
nuestro conocimiento, y
la oscuridad está en
nosotros tan firmemente
implantada que hasta
Durero, Melancolía I, 1514.
buscando a tientas
fracasamos” De La
proporción humana.
Giordano Bruno, El cielo y la rueda,Triginta sigilli,1583,
Giordano Bruno, De umbris idearum,1886,
Sistema de memoria, de audita physico 1586, Paris. Nápoles.

Sistema de memoria, De imaginum compositione,1591. Frankfurt


El Teatro de la Memoria de Giulio Camillo: los siete pilares de la sabiduría de Salomón.
“Pretende que todas las cosas que la mente humana puede
concebir y que no podemos ver con los ojos corporales, una
vez que se las ha congregado con diligente meditación, se las
puede expresar con determinados signos corporales, de tal
suerte que el espectador puede al instante percibir con sus
ojos todo lo que de otro modo quedaría oculto en las
profundidades de la mente humana”.(El arte de la memoria,
p. 159

Carta escrita por el humanista Vigilius y dirigida a Erasmo de


Rotterdam.
El teatro de la memoria de Camillo se levantaba sobre siete gradas o
peldaños que constituían las siete dimensiones de la creación, de lo celeste
y a lo inferior, y es curioso comprobar que a estas dimensiones en el mundo
supra celeste, Camillo les da el nombre de sefirot. Las gradas estaban
divididas por siete pasarelas que representaban a los siete planetas. En
cada una de las pasarelas se hallaban siete puertas decoradas con temas
mitológicos y mágicos; estas puertas eran los lugares de la memoria
repletos de imágenes. Según Camillo el siete era el número perfecto
“teniendo en cuenta que contiene ambos sexos, ya que está compuesto por
un número par y otro impar” (La idea del teatro, p. 50)
La ciudad santa de Jerusalén representa simbólicamente el cielo en la
tierra, o dicho de otro modo, una tierra celeste

Giulio Camillo dis^ngue entre el Alma del Mundo platónica y el espíritu que ella
con^ene, a éste úl^mo lo denomina “el espíritu de Cristo”, y dice de él que es aquel que
“descendiendo de los canales supracelestes, renueva con su poder todos los cielos y
traslada a los lugares inferiores la impronta y toda la influencia de éstos y con esta
impronta e influencia se de^ene aquí abajo entre los seres vivos… esta es seguramente
aquella ciudad que Juan vio en el sagrado Apocalipsis, que descendía llena de júbilo” (La
idea del teatro, p. 129) La ciudad santa de Jerusalén representa simbólicamente el cielo
en la ^erra, o dicho de otro modo, una ^erra celeste, es decir, la imagen por excelencia
de la obra alquímica de la regeneración.
La imaginación mágicamente animada y el recuerdo despierto
son según Bruno: “la única puerta de acceso y el vínculo de los
vínculos”

La imaginación mágicamente animada y el recuerdo despierto son según Bruno: “la única
puerta de acceso y el vínculo de los vínculos” (De Magia, op. lat. III, p. 453), aquello que
permite unir el alma del hombre con su fuente original, las esencias divinas. Para
confirmarlo, en algunas de sus obras Bruno cita la defensa de la imaginación llevada a
cabo por Sinesius en el Tratado sobre los Sueños:
“La inteligencia encierra en sí las imágenes de las cosas que son, el alma encierra las
imágenes de las cosas que nacen; la imaginación es como el espejo en el que se reflejan,
para ser percibidas por el animal, las imágenes que tienen su asiento en el alma… Es una
gran felicidad tener la intuición de Dios, pero conocer a Dios por medio de la imaginación,
he aquí la intuición por excelencia. La imaginación es el sentido de los sentidos, pertenece
a la vez al alma y al cuerpo”. (Oeuvres de Synesius, p. 351).
Por medio de sus estatuas o sus sellos talismánicos creados para influir en la imaginación y
despertar la memoria, Bruno pretendía provocar el proceso apuntado ya por Marsilio
Ficino en su obra De Amore:
“Así como el espejo, alcanzado de algún modo por el rayo del sol, resplandece e inflama,
por el reflejo de este resplandor, a la lana colocada cerca de él, igualmente, la parte del
alma llamada oscura fantasía y memoria, como un espejo, es alcanzada por el simulacro
de la belleza que toma el lugar del propio sol, por un cierto rayo que entra por los ojos
resplandece e inflama, encendiéndose por ello la facultad de apetecer”.(De Amore, p. 190)

Bruno, al igual que Camillo, transformó el Arte de la memoria y convirtió una técnica racional y
objetiva para aumentar la memoria, en un arte mágico religioso destinado a preparar la
imaginación y despertar el recuerdo adámico sepultado en cada hombre, la débil llama destinada a
atraer el divino fuego, tal y como está explicado en El Zohar, texto que tanto Bruno, ferviente
admirador de Pico, como Camillo conocían perfectamente:
“Mediante el despertar de lo de abajo se produce el despertar de lo de arriba. Ya que nada se
despierta arriba si antes no ha sido excitado desde abajo. Y las bendiciones de arriba no se
encuentran sino allí donde hay algo, y no en lugares vacíos, donde no hay nada” (Zohar, vol. I, fol.
88ª).
Fludd, ilustración de
Teatro secundario,Ars
memoriae,1619
Athanasius Kircher (1602-1680), retrato en Mundus
subterraneus, 1665, Amsterdam.
Gabinete de las Maravillas, Roma Collegio Romano.
Oedipus Aegyptiacus, Roma, 1652-1654.
Bernini, Elefante y obelisco, 1667-69, Plaza Santa Maria Sopra Minerva, Roma.
Obelisco Pamphilio, Roma 1650.
Frontispicio Ars magna lucis et umbrae, Ámsterdam,1671
Frontispicio Turris Babel, 1679, Amsterdam.
Primitiae gnomonicae catoptricae, Aviñón, 1635. un
escrito que trataba sobre el movimiento del sol y de
la luna y que entregaba instrucciones sobre la
construcción y el funcionamiento de los relojes de sol
a través de los reflejos de la luz.

Specula melitensis encyclica, Nápoles, 1638.


una serie de instrucciones para el uso de un
observatorio en el que quedaban condensados todos
los conocimientos de astrología, del arte de navegar,
de la medicina, la botánica y la hermética.

Prodomus coptus sive Aegyptiacus, Roma, 1636.


la primera gramática occidental del copto.

Lingua Aegyptiaca restituita, Roma, 1643.


un escrito sobre el significado de los jeroglíficos.

Ars Magnesia, Würzburg, 1631 y Magnes, sive de


Arte Magnetica, Colonia, 1643.
Gian Lorenzo Bernini,
( 1598 - 1680 )
El éxtasis de Santa Teresa
1647-52
Mármol
Cappella Cornaro,
Santa Maria della Vittoria,
Roma
Bernini, Éxtasis de Santa Teresa, 1647-52, Iglesia Santa María de la Victoria,Roma.
“víale en las manos un dardo de oro
largo, y al fin de el hierro me parecía
tener un poco de fuego;éste me parecía
meter por el corazón algunas veces y que
me llegaba a las entrañas; al sacarle, me
parecía las llevaba consigo y me dejava
toda abrasada en amor grande de Dios.
Era tan grande el dolor que me hacía dar
aquellos quejidos y tan excesiva la
suavidad que me pone este grandisimo
dolor, que no hay desear que se quite, ni
se contente el alma con menos que Dios.
No es dolor corporal,sino espiritual,
aunque no deja de participar el cuerpo
algo, y aun harto. Es un requiebro tan
suave que pasa entre el alma y Dios, que
suplico yo a su bondad lo dé a gustar a
quien pensare que miento.

Santa Teresa de Jesús, Libro de vida


(cap.29,p.131). Madrid:Biblioteca de Autores
Cristianos.
La Verdad, Iconología de Cesare Ripa,1603.

Bernini, La Verdad,1646-1652, Villa Borghese,Roma.


El jardín de Villa d’Este en Tivoli

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