VOZ: Había una vez una ratita que barría el portal de su
casita. Cuando de pronto encontró una lámpara mágica y se dijo: RATITA: ¿Qué será esta hermosísima lámpara? VOZ: La observó atentamente y vio una mancha así que quiso limpiarla, pero al hacerlo la lámpara comenzó a moverse. VOZ: Pero desde dentro de la lámpara apareció un hada madrina que le dijo. HADA MADRINA: Te concederé un deseo, lo que tú quieras puede hacerse realidad. RATITA: Yo no quiero cosas imposibles, me gustaría tener muchos caramelos, pero se me caerán los dientes, si te pido pasteles me dolerá la barriga...Mejor quisiera un marido, que me acompañe al parque, que me cocine galletas y que no haga ruidos extraños por la noche…. ¿O no? Mejor me gustaría bla bla bla… VOZ: Mientras la ratita seguía hablando sobre lo que ella deseaba tener para poder pedírselo a la hada madrina. La hada madrina se dio cuenta que le quedaba poco tiempo. HADA MADRINA: Ratita, te está tomando demasiado tiempo elegir lo que quieres tener. Darte un marido sería fácil, pero mejor, te daré una lección. HADA MADRINA: Te regalaré este hermoso lazo, que te hará ver mucho más atractiva y con él tú encontrarás un marido. VOZ: La ratita observó el hermoso lazo que le entregó el hada, decidiendo dónde quería usarlo. RATITA: ¡Oh! Qué hermoso lazo el que regaló la bella hada. Me lo pondré en la cola, a ver si encuentro un buen marido. VOZ: La ratita se puso el lazo y se sintió realmente bella, se miró en el espejo y pensó en lo hermosa que se veía con su nuevo regalo. De seguro encontraría un buen marido con su obsequio. Mientras ella se observaba, pasó un perro y le dijo: PERRO: ¡Ratita, ratita, qué guapa estás! RATITA: Hago bien, pues tú no me lo das. PERRO: ¿Te quieres casar conmigo yo que soy tan buen partido? RATITA: ¿Y por la noche qué ruido harás? PERRO: ¡Guau, guau... guau, guau, guauuuuu! RATITA: ¡Ay no, no, con tu fuerte voz me aturdirás! VOZ: El perro se marcha triste, y después pasó un cerdito que le dijo: CERDITO: ¡Ratita, ratita, qué guapa estás! RATITA: Hago bien, pues tú no me lo das. CERDITO: ¡Te quieres casar conmigo yo que soy tan buen partido? RATITA: ¿Y por la noche qué ruido harás? CERDITO: ¡Oink, oink... oink, oink, oink! RATITA: ¡Ay no, no, con tu ronca voz me agobiarás! VOZ: En ese momento pasa un gato; guapo, limpio y muy bien peinado, al ver a la ratita, tan bonita, le dijo: GATO: ¡Ratita, ratita, qué guapa estás! RATITA: Hago bien, pues tú no me lo das. GATO: ¿Te quieres casar conmigo yo, que soy tan buen partido? RATITA: ¿Y por la noche qué ruido harás? GATO: ¡Miau, miau... marramiauuuu! RATITA: ¡Ay sí, sí, con tu voz suave me acariciarás! VOZ: Y así fue como el gato entró en casa de la ratita y se casaron. Vinieron todos los animales de la granja a felicitar a sus amigos por su boda. VOZ: Pero mientras todos bailaban y pasaban un muy buen rato. El gato observaba a su bella y nueva esposa, en eso se dio cuenta que le gustaba tanto, tanto la ratita, que se la quería comer. ¡Entonces comenzó a morderla! Pero la ratita se escapó, corrió y corrió, mientras el gato la perseguía. La persiguió tanto tanto que desde entonces los gatos siguen persiguiendo a las ratitas. Y colorín colorado, el cuento de la ratita y el gato se ha acabado. Fin