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“LA RATITA PRESUMIDA”

Había una vez una ratita que era muy presumida estaba un día barriendo la puerta
de su casa cuando se encontró con una moneda de oro, cuando la vio empezó a
pensar que es lo que haría con ella.
Ratita: Uhm podría comprarme unos caramelos, pero mejor no me dolerá la barriga,
podría comprarme unos alfileres, pero mejor no porque me pincharía, ¡Ya se! Me
comprare una cinta de ceda y hare con ella unos lasitos
Y así lo hizo la ratita, con un lazo en la cabeza y otro lazo en la colita la ratita salió al
balcón para que todos la vieran. Entonces apareció por ahí un burro
Burro: ¡Buenos días ratita! Que guapa estas hoy
Ratita: Muchas gracias señor burro
Burro: te quieres casar conmigo
Depende y como harás en las noches
Burro: (sonido de burro)
Ratita: Uy nonono que me asustaras
Dijo la ratita con su voz presumida, entonces el burro se fue triste y en ese momento
llego un gallo
Gallo: Buenos días ratita hoy estas especialmente guapa, tanto asi que tengo que
pedirte que te cases conmigo, ¿aceptaras?
Ratita: Tal vez y como harás por las noches
Gallo: (cacareo de gallo)
Ratita: Ay no, es que me despertaras
El señor gallo salió igual de triste que el señor burro, entonces llego su vecino un
ratoncito
Ratoncito: Buenos días vecina
Ratita: Hola vecino
Ratoncito: Hoy estas muy bonita
Ratita: Gracias, pero no puedo entretenerme hablando contigo hoy estoy muy
ocupada
El ratoncito se fue de ahí abatido, y entonces llego el señor gato
Gato: ¿Hola ratita estoy hoy deslumbrante, querrás casarte conmigo?
Ratita: No lo se señor gato, como harás por las noches
Gato: Miau, Miau
Ratita: Claro que si contigo me quiero casar
El día antes de la boda el señor gato, invito a la ratita a un picnic en el bosque,
mientras el gato preparaba el fuego, la ratita cogió la canasta para poner la mesa y
de pronto…
Ratita: Pero la canasta esta vacía, solo hay un plato un tenedor y un cuchillo
Gato: Aquí tu eres la comida
Ratita: HAAAAAAA auxilio auxilio
Pero afortunadamente el ratoncito que había sospechado del señor gato, los había
seguido hasta el bosque entonces al escuchar que la ratita pedía ayuda, tomo un
palo y lo coloco en la fogata prendiéndole fuego y quemándole la cola al señor gato,
quien salió corriendo logrando de esta manera salvar a la ratita.
Ratita: gracias ratoncito
Ratoncito: ¿de nada ratita, te querrás casar ahora conmigo?
Ratita: ¿y como harás por las noches?
Ratoncito: ¿Yo? Dormido y callado ratita, dormido y callado
La ratita y el ratoncito se casaron y vivieron muy felices y colorín colorado este
cuento se ha acabado

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