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Reflexión personal: El Gerente Social: perfil y competencias conscientes.

Evelin Yokaira Pache Núñez.

Ciertamente que el conocimiento personal es una tarea inacabable y cada vez más
urgente, nunca acabamos de conocernos, pero también es bien sabido que no es una
actividad del todo deseable por algunos.
Somos seres en relación y por lo tanto en constante construcción, en busca de la
trascendencia que es algo casi que inherente a nosotros. No solo somos un ente
biológico, somos cuerpo mente y emociones, un ser integral que para gozar de un
rendimiento óptimo y en máxima eficacia personal, profesional o académica,
requerimos que nuestros estados físico, mental y emocional actúen en equilibrio
coherentemente y en armonía, a lo que es lo mismo que gozar de bienestar.
Como estudiantes del diplomado Gerencia Social Ignaciana hoy se nos ofrecen varias
herramientas que nos pueden ayudar a potenciar nuestro “yo” para llegar a vivir con
plena conciencia de lo que somos y de los que seguiremos conociendo de nosotros
mismos. Esas herramientas propuestas inician estimulándonos al autodescubrimiento
del “yo” y del “ser”. Algo que me llamó la atención fue el hecho de que se nos invitaba
a “darnos el permiso” de dejarnos tocar, dejarnos interpelar por cada una de tareas y las
evoluciones propuestas. Pero también debe ser un compromiso que debemos asumir
con responsabilidad y diligencia, no basta con querer, hay que asumir todo lo eso
conlleva. Y es que la verdad, los más grandes beneficiados en todos estos procesos
somos nosotros, porque llegamos a ser mejores personas, seres humanos más sanos,
libres y sobre consientes de todo nuestro potencial. Y lo mejor de todo es el impacto tan
importante que llega hasta nuestros espacios de vida personal y laboral. Este camino de
conocimiento personal es el mejor regalo que podemos darnos y dar a los demas.
La tarea inicia con La Rueda de la vida, esto con el proposito de medir y hacer un
balance de cómo estamos en el aquí y ahora de nuestra vida, desde cada uno de los
aspectos que componen nuestro quehacer diario y de esta forma poder visibilizar
nuestras prioridades, en que aspectos estamos más estancados y en cuales tenemos que
seguir creciendo. Esta actividad me tocó mucho, me gustó mucho hacer esta actividad
porque no solo lo pude hacer en aspectos de mi vida personal, sino también a nivel
profesional y fueron interesantes los hallazgos que pude tener. Continuamos con el
trabajo de conocer y reconocer nuestros valores, estos son aquellos que nos guían a lo
largo de todas nuestras acciones y decisiones, e incluso en nuestra lista de prioridades
vitales, y, colectivamente, nos ayudan a avanzar como sociedad.
Los valores humanos son todos positivos y son los que nos permiten convivir con otras
personas de un modo justo, con el fin de alcanzar un beneficio global como sociedad.
No podemos verlos como un rasgo únicamente individual, sino todo lo contrario, un
valor resulta tan útil y beneficioso para nosotros como para el resto de nuestros
semejantes y existen en cualquier sociedad sin importar el país, la cultura o la religión,
en otras palabras, son aquellos aspectos de nuestra educación que consideramos
buenos, personalmente pude describir mis valores como son la empatía el respeto la
solidaridad y el optimismo.

Pero de igual forma como existen valores que son oportunidades para seguir creciendo
hay otras situaciones presentes en nosotros los seres humanos que obstaculizan un poco
ese crecimiento. Aquí nos hablaron específicamente de la procrastinación qué es la
acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse
sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Es por tanto uno de
los ladrones del tiempo con el que tenemos que lidiar en nuestro día a día. Y eso se va
convirtiendo en un problema serio. Después de todo como gerentes sociales
entendemos los retos de tratar de encontrar tiempo para conseguir realizar todo el
trabajo, pero si perdemos tiempo en tareas triviales, como una manera de eludir tareas y
responsabilidades importantes, podemos caer en la tentación de caer el inmediatismo y
un caso más grave, podemos caer en la mediocridad. necesitamos encontrar la manera
de romper estos hábitos que aniquila en el éxito mientras que no es fácil para un
procrastinador cambiar apenas conseguir que sea consciente de ello es a menudo un
desafío es posible.
Por otro lado, abordamos el tema de “las creencia”, es decir somos lo que creemos.
Estudios realizados demuestran que antes de cumplir los 7 años de vida, asumimos el
80% de las creencias o patrones mentales que regirán nuestra existencia, estas serán
determinantes en nuestro camino. Sin embargo, habrá muchas de esas creencias que
nos limitan a la hora de lograr nuestro desarrollo y nuestra felicidad, las creencias
generan nuestros pensamientos dominantes, esos pensamientos dominantes nos
impulsan a actuar de una determinada forma, por tanto, mientras más fuertes y sanas
sean nuestras creencias, tenemos mejores resultados tendremos en nuestro caminar.
Necesitamos seguir creciendo, seguir avanzando y no podemos hacerlo solos, tenemos
una herramienta llamada Coaching que es un proceso de construcción mediante el cual
el coach, gracias a un conjunto de recursos ontológicos, acompaña, motiva y asiste a la
persona para alcanzar aquellos resultados deseados, ya sean estos de índole personal o
profesional. Esto con miras a cambiar el mundo y no solo el mundo exterior donde
vivimos, sino ese mundo que nosotros mismos hemos creado y que muchas veces nos
hace esclavos sin sentido, ese mundo de creencias falsas, de miedo e inseguridades. No
podemos hacerlo solos, pero es nuestro deber y tarea.

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