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REVOLUCIÓN
FRANCESA
REALIZADO POR:
Sección: EJR-MB-12
Periodo: 2-2021
DESARROLLO
Al igual que los derechos civiles y políticos, los derechos sociales se remontan
al siglo XVIII, y podría decirse que mucho más allá. A lo largo de la época medieval y
principios de la moderna, la pobreza se consideraba una condición legal que daba
derecho a los pobres a recibir asistencia. Irónicamente, fue durante la época de la
Ilustración cuando los derechos sociales perdieron gran parte de su legitimidad. Ni la
Carta de Derechos inglesa de 1689, surgida de la Revolución Gloriosa, ni la Carta de
Derechos estadounidense de 1791, promulgada tras la Revolución Americana, los
reconocían.
Este consenso sobre los derechos sociales ocultó las profundas divisiones
sobre cómo financiarlos. La Constitución de 1793, que incluía los derechos al trabajo,
a la subsistencia y a la educación, convertía a la “sociedad” en portadora de
derechos. Sin embargo, nadie sabe qué significa “sociedad”. ¿Se refería a los
individuos filántropos o al Estado fiscalmente redistributivo?
A lo largo de los siglos XIX y XX, los republicanos se mostraron cada vez más
dispuestos a adoptar medidas de provisión social, pero sólo como una cuestión de
gobierno, no como una cuestión de derecho. Alexis de Tocqueville hizo hincapié en
esta distinción en un discurso ante la Asamblea Nacional en la Revolución de 1848.
Contra los socialistas, se inspiró en la Revolución de 1789, cuyos objetivos sociales,
insistió, se habían limitado a “introducir la caridad en la política”. Con la caridad, los
receptores no tienen derechos sobre los dadores. “No hay nada [en la revolución de
1789] que dé a los trabajadores un derecho respecto al Estado [...] nada que autorice
al Estado a intervenir en la industria, a imponerle restricciones”. Los socialistas, por
su parte, sólo tenían un compromiso mínimo, si es que lo tenían, con los derechos
sociales. Muchos consideraban que los derechos humanos no eran más que una
patraña “burguesa”. Al igual que los liberales del libre mercado de la Ilustración,
tenían una visión de una sociedad moral y económicamente autorregulada. Pero, a
diferencia de aquellos liberales, no utilizaban el lenguaje de los derechos para
expresarla.