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UNIVERSIDAD REGIONAL DEL SURESTE

ESCUELA DE ENFERMERÍA Y OBSTETRICIA

LICENCIATURA EN ENFERMERÍA

PROCESO ATENCIÓN DE ENFERMERÍA A PACIENTE CON


INSUFICIENCIA RENAL AGUDA

MATERIA:
ENFERMERÍA EN MEDICINA CRITICA TEORIA Y PRACTICA CLINICA.

NOMBRE DE LA PROFESORA:
LIC. ENF. SARAI SOTOMAYOR FIGEROA

NOMBRE DE LAS ALUMNAS:

RAMIREZ BAUTISTA SOLEDAD


RIVERA SÁNCHEZ MALHK ITANDEHUI
SANTIAGO DENI ANDEHUI

FECHA DE ENTREGA:

GRADO: 6° GRUPO “C
ANATOMÍA DEL RIÑON

UBICACIÓN
Los riñones están situados en el abdomen a ambos lados de la región dorsolumbar de la
columna vertebral, aproximadamente entre la 12ª vértebra dorsal y la 3ª vértebra lumbar,
situándose el derecho en un plano inferior al izquierdo, debido a la presencia del hígado. La
cara posterior de cada riñón se apoya en la pared abdominal posterior formada por los
músculos posas mayor, cuadrado de los lomos y transverso del abdomen de cada lado, su
cara anterior está recubierta por el peritoneo, de ahí que se consideren órganos
retroperitoneales.
El riñón derecho se relaciona con la vena cava inferior, la segunda porción del duodeno, el
hígado y el ángulo hepático del colon, con los dos últimos a través del peritoneo.
El riñón izquierdo se relaciona con la arteria aorta abdominal, el estómago, el páncreas, el
ángulo esplénico del colon y el bazo.

INERVACIÓN E IRRIGACIÓN
La inervación de ambos riñones corre a cargo de los nervios renales que se originan en el
ganglio celíaco, estructura nerviosa del sistema nervioso autónomo simpático situada sobre
la arteria aorta abdominal, a ambos lados del tronco arterial celíaco, justo por debajo del
diafragma. Los nervios renales forman el plexo renal que penetra en los riñones
acompañando a las arterias renales, la mayoría son vasomotores (inervan vasos
sanguíneos), de manera que regulan el flujo sanguíneo renal.
La irrigación de los riñones es muy abundante en relación a su peso y se debe a la función
de depuración sanguínea que éstos realizan; las arterias renales derecha e izquierda son
ramas de la arteria aorta abdominal, de la cual se originan a nivel de la primera vértebra
lumbar, al penetrar por el hilio renal forman parte del pedículo renal. Ambas arterias
aseguran un aporte de sangre de unos 1200 ml por minuto, en reposo, volumen que
representa entre un 20 y 25 % del gasto cardíaco en reposo. El retorno venoso de los riñones
se produce a través de las venas renales derecha e izquierda que drenan a la vena cava
inferior.

MORFOLOGÍA EXTERNA
Los riñones son de color rojizo, tienen forma de habichuela, en el adulto pesan entre 130 g y
150 g cada uno y miden unos 11cm. (de largo) x 7cm. (de ancho) x 3cm. (de espesor). En
cada riñón se distingue un polo superior y uno inferior; dos caras, la anterior y la posterior;
dos bordes, el externo o lateral convexo y el medial o interno cóncavo que presenta en su
porción central el hilio renal, éste es una ranura por donde entran y salen nervios, vasos
linfáticos, vasos arteriovenosos y la pelvis renal, estos últimos constituyen el pedículo renal
que se dispone de la siguiente forma, de delante a atrás: vena renal, arteria renal y pelvis
renal.
Envolviendo íntimamente al parénquima renal se encuentra primero la cápsula fibrosa, por
fuera de ésta se encuentra la cápsula adiposa y aún más externamente se sitúa la
aponeurosis renal.

MORFOLOGIA INTERNA
En un corte frontal del riñón observamos una cavidad llamada seno renal, cuyo orificio es el
hilio renal y el tejido llamado parénquima renal, que a su vez presenta dos zonas de distinto
aspecto y coloración: la corteza renal lisa y rojiza, en la periferia y la médula renal de color
marrón, situada entre la corteza y el seno renal.

SENO RENAL
Es la cavidad del riñón que se forma a continuación del hilio renal, contiene las arterias y
venas renales segmentarias e interlobulares, los ramos nerviosos principales del plexo renal
y las vías urinarias intrarrenales los cálices renales menores y mayores y la pelvis renal,
todos ellos rodeados de tejido graso que contribuye a inmovilizar dichas estructuras.

PARÉNQUIMA RENAL
Es la parte del riñón que asegura sus funciones, está constituido por las nefronas.

CORTEZA RENAL
Es la zona del parénquima situada inmediatamente por debajo de la cápsula fibrosa, tiene un
aspecto liso, rojizo y un espesor aproximado de 1cm. En la corteza y las columnas se
disponen los corpúsculos renales y los conductos contorneados de las nefronas, además de
los vasos sanguíneos más finos.

MÉDULA RENAL
Es de color marrón y textura estriada, consta de 8 a 18 estructuras cónicas, las llamadas
pirámides renales o de Malpighi, cuyos vértices, dirigidos hacia el seno renal, se denominan
papilas. En las pirámides se sitúan las asas de Henle, los conductos colectores y los
conductos papilares, todos ellos conductos microscópicos que forman parte de las nefronas.
Dentro de cada riñón, la arteria renal sufre sucesivas divisiones, dando ramas de calibre
cada vez menor. La denominación de cada subdivisión arterial es como sigue: de la arteria
renal nacen, a nivel del seno renal, las arterias segmentarias; éstas, a nivel de las columnas
renales, se ramifican en arterias interlobulares; de éstas se forman las arterias arciformes
que rodean las pirámides renales entre la corteza y la médula, a su vez, a nivel de la corteza
renal, las arciformes se ramifican en arterias interlobulillares, que emiten las arteriolas
aferentes y éstas, los capilares glomerulares o glomérulo en íntimo contacto con la cápsula
de Bowman de las nefronas.
A diferencia de otros órganos, aquí los capilares glomerulares no confluyen en una vénula,
sino que dan lugar a la arteriola eferente de la cual se origina la segunda red capilar renal,
los llamados capilares peritubulares, además de algunos capilares largos en forma de asa
que acompañan las asas de Henle de las nefronas y que reciben el nombre de vasos rectos.

LAS NEFRONAS: CORPÚSCULOS, TÚBULOS Y APARATO


YUXTAGLOMERULAR
Cada riñón está constituido por más de 1 millón de elementos tubulares plegados y
ordenados, sustentados por tejido conjuntivo muy vascularizado, que denominamos
nefronas.
En función de la posición en el parénquima se distinguen las nefronas corticales las nefronas
yuxtamedulares que tienen el corpúsculo situado en la zona de la corteza próxima a la
médula y el asa de Henle larga que penetra profundamente en la pirámide medular.
Cada nefrona consta del corpúsculo renal y del túbulo renal.

CORPÚSCULO RENAL
Está constituido por los capilares glomerulares alojados en una cápsula esférica llamada la
cápsula de Bowman.
La pared visceral, en íntimo contacto con la pared de los capilares, que forman la membrana
de filtración y por fuera la pared parietal, entre las dos capas está el espacio capsular que se
continua sin interrupción con la luz del túbulo renal.
La arteriola Aferente que precede al glomérulo y la Eferente que le sigue, se sitúan ambas al
mismo nivel y constituyen el polo vascular del corpúsculo, opuesto a éste se encuentra el
polo urinario con el inicio del túbulo renal. En el corpúsculo sucede la filtración del plasma
sanguíneo y la formación del filtrado glomerular

TÚBULO RENAL
Nace a continuación de la cápsula de Bowman, presenta cuatro segmentos con
características histológicas, funcionales y topográficas distintas, su función es la de
concentrar el filtrado hasta conseguir una orina definitiva ajustada a las necesidades
homeostáticas de la sangre.
TÚBULO CONTORNEADO PROXIMAL
Es un tubo sinuoso de 13 mm de longitud aprox., se dispone a continuación del corpúsculo
renal, Su función principal es la de reabsorber el 80% aprox. del filtrado glomerular.

ASA DE HENLE
Está constituida por dos ramas en forma de horquilla: la rama descendente que parte a
continuación del tubo contorneado proximal y la rama ascendente, a continuación, que
retorna hacia la corteza renal.

TÚBULO CONTORNEADO DISTAL


Es de epitelio cuboide simple con algunas células principales poseedoras de receptores para
las hormonas antidiurética y aldosterona. Este segmento sigue la rama ascendente del asa
de Henle y en su porción inicial se sitúa entre las arteriolas aferente i eferente, la confluencia
de estas tres estructuras forma el denominado aparato yuxtaglomerular que presenta células
muy especializadas reguladoras de la tasa de filtración glomerular.

TÚBULO O CONDUCTO COLECTOR


Es un tubo rectilíneo que se forma por confluencia de los túbulos contorneados distales de
varias nefronas, a su vez, varios túbulos colectores confluyen en un conducto papilar que
junto con otros similares drena en un cáliz menor. Estos conductos, se prolongan desde la
corteza hasta la papila renal, atravesando en altura toda la pirámide.
FISIOLOGÍA RENAL Y MANTENIMIENTO DEL AMBIENTE INTERNO.
Si bien el concepto de "función renal" incluye todas las actividades desarrolladas en el riñón
para el mantenimiento de la homeostasis (Tabla 1), si tuviésemos que elegir un concepto que
refleje la función renal, este sería su capacidad para mantener la homeostasis liquida en
nuestro organismo a través de la capacidad para depurar sustancias circulantes en el plasma
sanguíneo. Esta es una actividad estrechamente relacionada con la capacidad de los riñones
para regular la concentración de agua, la composición de iones inorgánicos, y mantener el
equilibrio ácido-base.

Como una consecuencia de esta actividad reguladora del medio líquido, los riñones excretan
productos como la urea, generada del catabolismo de proteínas, el ácido úrico producido a
partir de ácidos nucleicos, la creatinina, derivada en gran medida de la actividad muscular, o
productos finales de la degradación de la hemoglobina. También a través de los riñones, se
eliminan drogas y otras sustancias químicas, como los aditivos utilizados en alimentación.
Proceso renal básico: Formación de orina
Los riñones procesan un volumen enorme de sangre cada día. Cada minuto, el flujo
sanguíneo que llega a los glomérulos renales es de unos 1200 mililitros de sangre, de los
cuales, 650 ml corresponden a plasma sanguíneo y de este, una quinta parte
aproximadamente será filtrado en el glomérulo. Esto implica que cada 24 horas, los riñones
filtran más de 60 veces todo el plasma sanguíneo.
Para evitar el enorme coste que la perdida de líquidos y otros elementos esenciales puedan
derivarse del proceso de depuración renal; tras el filtrado glomerular, la formación de orina se
completa con la reabsorción y filtración tubular, de forma que la orina contenga finalmente
menos del 1% de la parte liquida filtrada, y no se eliminen sales, iones y otros metabolitos
que puedan ser útiles (Figura 4).

4. FORMACIÓN DE LA ORINA. FILTRADO GLOMERULAR


Desde una perspectiva funcional, la formación de la orina se inicia en la cavidad glomerular,
en la que se puede distinguir una capa parietal externa de epitelio escamoso simple, que
contribuye a su mantenimiento estructural pero no participa en la formación de la orina; y una
capa visceral, en la que la red capilar vascular y las estructuras glomerulares prácticamente
forman una unidad funcional gracias a la actividad de células epiteliales ramificadas
altamente modificadas llamadas podocitos, que literalmente, van a abrazar a los capilares
glomerulares.
4.1 Proceso de filtración
La filtración glomerular es un proceso pasivo. De hecho, este proceso de filtración no tiene
apenas gasto energético para el organismo, por lo que podríamos considerarlo un proceso
meramente mecánico en el que la presión hidrostática de la arteria aferente empuja
literalmente a la sangre contra la membrana de filtración glomerular.
4.1.1 Membrana de filtración glomerular. Esta membrana constituye una barrera que evita el
paso al túbulo renal de células y de la mayor parte de las proteínas plasmáticas, generando
un ¿ultrafiltrado¿ compuesto fundamentalmente por agua y elementos de pequeño tamaño
circulantes en la sangre. Para realizar esta función, la membrana de filtración consta de un
endotelio capilar fenestrado, es decir, con poros capilares cuyo tamaño impide el paso de
células o la mayor parte de las proteínas.
4.1.2 Membrana basal. Situada entra la capa endotelial y la epitelial. Presenta un grosor de
240 a 340 nm. Está constituida fundamentalmente por colágenos de tipo IV y V,
glicoproteínas, y proteoglicanos como el heparán sulfato. Esta composición hace que
presente una carga electro-negativa que repele a pequeñas proteínas y otros elementos
cargados negativamente que hubiesen atravesado la barrera endotelial fenestrada.
4.1.3 Membrana podocitaria. Los podocitos son células polarizadas, con una parte apical
orientada hacia el espacio de la cápsula de Bowman y otra hacia la lámina basal del
endotelio. Presentan un citoplasma aplanado, que emite multitud de prolongaciones a modo
de dedos que literalmente abrazan a la lámina basal del endotelio, constituyendo los ¿pies
interdigitados¿. Estos pies, suelen contactar con otros ¿pies¿ de podocitos vecinos mediante
complejos moleculares para formar diafragmas de ranura, a través de los cuales moléculas
de pequeño tamaño y elementos líquidos pasaran de la estructura glomerular al túbulo.
Los podocitos mantienen una baja actividad mitótica, y su número permanece prácticamente
invariable al estar reprimida su capacidad replicativa. Pero esto no quiere decir que sean
células funcionalmente inactivas. De hecho, sintetizan y liberan entre otras moléculas
colágeno de tipo IV, fibronectina, laminina, o heparán sulfato, que hacen que presenten una
carga electro-negativa muy importante y colaboren en la actividad funcional de las células de
la membrana basal.
Pero quizás la actividad más relevante de los podocitos en el filtrado glomerular sea la ligada
a su función en la arquitectura de la capsula glomerular. De una parte, al abrazar mediante
los pies interdigitados a los capilares glomerulares, contribuyen a que estos soporten la
presión hidrostática, ya que los podocitos tienen un citoesqueleto formado sobre todo por
filamentos de actina que al formar el complejo actina-miosina modulan la respuesta de los
capilares a la presión hidrostática. Por otra parte, a través de las ranuras que dejan estos
pies podocitarios, el líquido y las pequeñas moléculas que atraviesan las membranas
precedentes salen del glomérulo renal. Para ello, resulta clave la distribución homogénea de
las podocitos mantenida gracias a su baja actividad replicativa, y también que en las ranuras
podocitarias se expresen moléculas de adhesión y proteínas de superficie que mantienen
una constante interacción entre podocitos vecinos.
Como resultado del proceso de filtración en la estructura glomerular, las moléculas de menos
de 3 nm de diámetro, como el agua, la glucosa, aminoácidos y desechos nitrogenados,
atraviesan este filtro; mientras que las moléculas más complejas y con cargas eléctricas
como proteínas o ciertos oligoelementos, permanecen en la sangre, lo que resulta clave para
el mantenimiento de la presión coloidal osmótica en la misma, entre otras ventajas.
4.2 Presiones que afectan al filtrado glomerular.
Al tratarse de un proceso físico dependiente de presiones, los principios que rigen la filtración
glomerular no difieren de los establecidos para cualquier otro lecho vascular, y por tanto
depende de los siguientes factores:
4.2.1 Presión hidrostática sanguínea: La presión hidrostática en capilares glomerulares es
esencialmente la fuerza principal que empuja a la sangre contra la barrera de filtración
glomerular. Por esta razón, la presión sanguínea en el glomérulo renal es excepcionalmente
elevada (aproximadamente 55 mmHg) en comparación con la observada en otros lechos
capilares que es de 26 mmHg. Para mantener esta elevada presión hidrostática sanguínea,
arteriolas aferentes y eferentes en el glomérulo presentan unas diferencias en su diámetro
importantes. Esto hace que se dificulte el drenaje capilar por la arteriola eferente, y se
mantenga en todo el lecho capilar glomerular una elevada presión hidrostática, generándose
a nivel de arteria eferente una presión promedio de 30 mmHg.
4.2.2 Presión hidrostática capsular: es la presión hidrostática ejercida contra la membrana de
filtración por el líquido del espacio capsular. Esta presión se opone a la filtración hacia el
túbulo renal y oscila alrededor de 15 mm Hg.
4.2.3 Presión osmótica coloidal en los capilares glomerulares: es la presión ejercida por las
proteínas en la sangre, que tiende a recuperar el agua filtrada. A nivel de la capsula
glomerular se mantiene de forma más o menos constante una presión coloidal de
aproximadamente 30 mmHg.
Como se muestra en la (Figura 5), las presiones anteriores determinan la presión de filtración
neta. Esta representa el resultado de la suma de las presiones que favorecen o se oponen al
filtrado glomerular. En definitiva, a nivel capilar renal se genera una fuerza de empuje
extremadamente elevada y constante de unos 10 mmHg.

4.3 Regulación del filtrado glomerular


Como hemos comentado con anterioridad, el proceso de filtrado glomerular está
condicionado por la presión hidrostática capilar, que tiene que ser constante para garantizar
una actividad funcional eficaz de los riñones. Pero la presión sanguínea glomerular depende
de la presión sanguínea sistémica, y ambas presiones no siempre van a ir paralelas. Por
ejemplo, si aumenta la presión hidrostática glomerular, se producirá más filtrado y en
consecuencia, más orina y una reducción en la volemia con el consiguiente descenso de la
presión sistémica. Por lo tanto, el mantenimiento de la presión capilar renal depende de la
regulación nerviosa y endocrina que regula la presión sistémica, pero también cuenta con un
sistema de autorregulación local o intrínseco que garantiza su mantenimiento (Tabla 2):

4.3.1 Controles intrínsecos.


La arquitectura glomerular requiere que, para mantener una tasa de filtración casi constante,
la presión hidrostática capilar presente mínimas diferencias. Para ello, la red capilar
glomerular cuenta con un sistema de autorregulación que compensa las fluctuaciones que
pueda sufrir la presión sistémica. La autorregulación renal utiliza dos mecanismos diferentes
de control:
a) Control miogénico. Depende de las células musculares lisas presentes en la pared de los
capilares aferentes. Estas células poseen canales de sodio/calcios sensibles al estiramiento,
de forma que, frente a un aumento de presión sistémica, las células musculares se contraen
disminuyendo la luz capilar y con ello, el flujo vascular. Por el contrario, un descenso en la
presión sistémica provoca la dilatación de las arteriolas aferentes.
b) El sistema de retroalimentación túbulo-glomerular actúa cuando las células de la mácula
densa en el túbulo distal detectan un incremento en sodio y/o cloruro. En respuesta a este
incremento de electrolitos, las células de la macula densa secretan sustancias
vasoconstrictoras como adenosina, ATP y/o tromboxano, que por mecanismos mal
conocidos llegan a la arteria aferente provocando vasoconstricción y con ello un descenso de
la presión capilar glomerular y de la filtración glomerular.
Estos mecanismos de autorregulación son muy eficaces para mantener la presión
hidrostática glomerular prácticamente constante, con independencia de las fluctuaciones que
sufra la presión sistémica; en consecuencia, mantienen el flujo renal sin estar condicionados
por mecanismos sistémicos cuando la presión arterial sistémica se mantiene en rangos entre
80 y 180 mmHg, Sin embargo, son incapaces de compensar grandes fluctuaciones de
presión. Cuando la presión arterial cae por debajo de 80 mm Hg, cesa la autorregulación
intrínseca, y se activan los mecanismos reguladores sistémicos que tienden a preservar la
actividad de elementos fundamentales como el corazón o el sistema nervioso central.
4.3.2 Mecanismos de regulación extrínsecos o sistémicos
a) Mecanismos neurogénicos. El control del sistema nervioso simpático mantiene la
homeostasis vascular sistémica independiente de lo que ocurra a nivel renal. Sin embargo,
cuando el volumen de líquido extracelular es extremadamente bajo (como en el shock
hipovolémico durante una hemorragia severa), la actividad del sistema simpático provoca
una vasoconstricción general, que hace que se limite el flujo sanguíneo glomerular hasta el
punto de dañar los riñones, con independencia de la actividad del control intrínseco renal.
b) Sistema renina-angiotensina-aldosterona. Frente a una caída importante de la presión
sistémica, la secreción de renina hace que se pierda la capacidad de regulación intrínseca
por diferentes vías:
- La actividad de retroalimentación con el sistema nerviosos simpático.
- Un efecto sobre las células de mácula densa que, frente al descenso de filtrado glomerular,
dejan de producir elementos vasoconstrictores.
4.4 Tasa de filtración glomerular
La cantidad de filtrado glomerular que se forma en todos los corpúsculos renales de ambos
riñones por minuto es la tasa de filtración glomerular (TFG), que suele ser de unos 125
mL/min, en los hombres, y algo menor, unos de 105 mL/min, en las mujeres. Esta TFG se
mantiene relativamente constante. Si se eleva de forma importante, el ultrafiltrado glomerular
sería tan alto que se dificultaría la actividad de reabsorción tubular que veremos a
continuación. Si es muy baja, un exceso de reabsorción en el túbulo dificultaría la excreción
de productos a este nivel.
La TFG depende básicamente de tres condicionantes (Figura 5). La presión hidrostática
sanguínea con la que el agua y los solutos son empujados contra la membrana de filtración;
la longitud o extensión de esta membrana de filtración, y la permeabilidad de la misma. En
condiciones fisiológicas, la membrana glomerular presenta muy pocas diferencias en su
extensión o en su permeabilidad, por lo que la presión de filtración neta, es decir, la presión
total que promueve la filtración, es regulada fundamentalmente por:
- La presión hidrostática sanguínea en los capilares glomerulares. Su valor suele ser alto, en
tono a los 55 mm Hg.
- La presión hidrostática capsular ejercida contra la membrana de filtración por el líquido que
ha penetrado en el espacio capsular. Esta presión se opone a la filtración y su, valor
promedio es de 15 mm Hg.
- La presión osmótica coloidal de la sangre. También se opone a la filtración, y es de unos 30
mm Hg.
Así pues, la presión neta es de unos 10 mm Hg, y mantenerla estable hace que el filtrado
glomerular sea continuo y eficaz. Por ejemplo, una pérdida importante de sangre reduce la
tensión arterial media, y con ello, la presión hidrostática glomerular. Si esta desciende por
debajo de 45 mm Hg, cesa el filtrado, y con él la actividad renal en gran medida. Sin
embargo, en el sentido contrario los elementos de regulación de la presión glomerular son
muy eficaces. Cuando la tensión arterial sistémica se eleva por encima de lo normal, la
presión de filtración neta y la TFG aumentan muy poco, y en la práctica, son capaces de
trabajar con rangos de presión sanguínea entre 80 y 180 mm Hg.
Aspectos relevantes en el proceso de filtración renal
Se realiza en el corpúsculo renal en la nefrona. Su principal característica es poseer un dintel
máximo de filtración de aproximadamente 4,5 nm de diámetro, y mantener una carga
electrostática que repele a proteínas y otros elementos.
Para ello cuenta con: a) Un endotelio capilar capaz de mantener estable el flujo y a presión
sanguínea, con poros de 50 a 100 µm de diámetro que permita la salida de elementos del
plasma; b) Una membrana basal glomerular, con células cargadas electronegativamente; c)
Una capa de células podocitarias, contráctiles, que envuelven a los capilares regulando la
actividad capilar y dejando a su vez entre ellas espacios libres que permitan el paso de
pequeñas substancias.
Cuantificación del proceso de filtración: Se consigue calculando la depuración de un soluto
indicador que se filtre totalmente a su paso por el riñón. Por ejemplo, la inulina o la creatinina,
utilizada habitualmente en clínica que, aunque es secretada parcialmente en los túbulos
(entre un 10 y un 15%), se compensa con la sobrevaloración entre un 10 y 15% en el método
colorimétrico de su medida. Se calcula que cada glomérulo mantiene una TFG media de 125
ml/ min., que va disminuyendo a medida que aumenta la edad.
La filtración glomerular sigue fundamentalmente leyes físicas reguladas por presiones que
afectan al flujo plasmático, estando implicadas:
Presión hidrostática del capilar glomerular, se mantiene muy estable por la capacidad de
regulación de la resistencia de la arteriola aferente como en la de la eferente. Su valor
promedio es de 55 mm de Hg
Presión hidrostática en la cápsula de Bowman, con un valor prácticamente despreciable en
condiciones fisiológicas ya que el líquido filtrado pasa inmediatamente al túbulo.
Presión oncótica de las proteínas plasmáticas, que, aunque crece ligeramente hacia el final
del glomérulo por la disminución de volumen líquido filtrado, suele mantenerse estable salvo
en estados de deshidratación, hipoproteinemia, etc.

FISIOPATOLOGÍA.

La causa más frecuente de IrA es la llamada prerenal o funcional que se produce por
disminución del gasto cardíaco o hipovolemia, sabemos que el riñón recibe el 25%
del gasto cardíaco y de volumen sanguíneo llamado flujo sanguíneo renal, 1,250
mL/min(8). Sin embargo, no todas las causas que producen esta injuria conllevan la
IRA, pero sí alteran su función y disminuye el flujo sanguíneo renal pero el riñón
puede autorregular su flujo intrarrenal, al disminuir éste en la corteza y sólo mantener
sus funciones en los glomérulos medulares, que sólo necesitan del 30 al 40% de este
flujo, lo que se manifiesta por bajas del flujo urinario o diuresis, con aumento de
elementos azoados (urea, creatinina), pero nunca disminuye la depuración de creatinina
menos de 15 mL/min y en la embarazada de 30 mL/min.; esto es lo que se llama
disfunción renal pero no es IRA y es lo que antiguamente era llamada insuficiencia
prerrenal o funcional(7,9). En ocasiones los pacientes pueden mantener flujo urinario
normal o aumentado pero si la depuración de creatinina de uno, dos, cuatro, seis, 12 o 24
horas(10) es menor de 15 mL/min. más algún marcador elevado el paciente tiene una
IrA poliúrica o de gasto alto; esto quiere decir que para que exista IRA hay una causa
que produce una injuria, esto lesiona el riñón en los diferentes componentes del
glomérulo y que se manifiesta por la insuficiencia o la falla renal, esto se traduce
como riesgo o causa, injuria, lesión e insuficiencia que puede llevar a la muerte a los
pacientes graves si se acompaña del síndrome de falla orgánica múltiple; cuando la IRA
es única la recuperación de la función renal es total y sólo puede quedar con daño
cuando es una agudización en un paciente con enfermedad renal crónica

F
BIBLIOGRAFÍA
Blanca Cutillas Arroyo. (--). SISTEMA URINARIO ANATOMIA. 21-05-21, de COLEGIO
OFICIAL ENFERMERAS Y ENFERMEROS BARCELONA Sitio web:
https://www.infermeravirtual.com/files/media/file/103/Sistema%20urinario.pdf?1358605607
DEPARTAMENTO DE GENÉTICA, FISIOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA, UNIVERSIDAD
COMPLUTENSE/INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN SANITARIA HOSPITAL 12 DE
OCTUBRE (IMAS12),
DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA DE SISTEMAS, FACULTAD DE MEDICINA Y CIENCIAS
DE LA SALUD (IRYCIS), UNIVERSIDAD DE ALCALÁ, ALCALÁ DE HENARES, MADRID.
https://www.nefrologiaaldia.org/es-articulo-fisiologia-renal-335

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