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Facultad de Derecho

“Albacea Testamentario”

Nombre: Gabriela Tobar P.


Fecha: 10 de julio del 2018
Paralelo: DER810-1

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En el presente ensayo se va a realizar un profundo análisis del tema
correspondiente que es el Albacea Testamentario, se va a exponer
detalladamente todo lo que respecta a esta figura del derecho sucesorio como
un elemento importante dentro de la sucesión por causa de muerte, para ello
es de primordial necesidad iniciar el desarrollo de las características básicas
del derecho sucesorio; como su origen histórico sus elementos, definiciones,
sujetos, capacidades, indignidades, entre otros.

Desde tiempos inmemorables, partiendo desde el nacimiento de la humanidad,


el fallecimiento de una persona ha generado considerables consecuencias
jurídicas, sociales y familiares, lo que iniciado por la costumbre se ha ido
reglamentando en las distintas legislaciones de los países y en conformidad en
la época en que ocurre, protegiendo a los parientes del muerto quienes
demuestran interés en sus bienes, es decir todo el patrimonio del cujus, que
también hay que recordar se constituye tanto de derechos como deudas, que el
causante ha mantenido, cuidado, protegido y defendido en su persona,
patrimonio y expectativas.

El antecedente con el que se inicia la figura del albacea testamentario tiene


origen en el Derecho Romano Antiguo, pues, en estos inicios los testamentos
se realizaban en comicios por curias entendidos como: “parlamentos de
patricios que se reunían para tratar de sus asuntos privados”. (Bossano, 1983,
p.112).
En los mencionados comicios se concedían los testamentos, recordando que
en las leyes romanas se sucedía a una persona, en primer lugar, los herederos
suyos es decir sus hijos; y al no existir éstos, el siguiente sucesor era quien se
hallara bajo la patria potestad, y en ausencia de estos, los gentiles. Con el
transcurso del tiempo el Derecho Romano se universalizó, y aparecieron
escenarios jurídicos no previstos en el Derecho Civil, por la cual surgió la figura
del “pretor peregrino”, quien era un magistrado designado para lograr una
solución basada en la equidad en los casos que la Ley civil no lo permitiera.
En la legislación italiana por primera vez se reconoce la relación entre el
causante y la persona encargada de cuidar sus bienes luego de generarse su
fallecimiento. En esta misma teoría también se sostiene que el albacea es un

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mandatario o representante, sino como un cargo privado de oficio con más
status que los mencionados.
1. Origen Etimológico
Es importante delimitar la definición de la palabra Albacea. Se puede constatar
que en el Título VIII del Código Civil nos menciona sobre los Ejecutores
Testamentarios, pero, se debe tomar en cuenta que en el artículo 1301, al
delimitar la institución, se hace uso del término Albacea en detrimento de
Ejecutor Testamentario. En la doctrina, muchos tratadistas estudiosos del tema,
no se han detenido en el análisis del origen etimológico de esta palabra,
transcribiendo concepciones ajenas. Para el chileno Barros Errazuris, el origen
de la palabra es árabe, "aluaseia" y, finalmente “albacea”, palabra que quedó
fijada en nuestro glosario. Esta aportación es la más acertada, por ser clara y al
haber pasado el proceso seguido para que la primitiva voz árabe se
transformara y diera lugar a la palabra Albacea.
2. Definición
Ahora bien, debemos destacar que el fundamento jurídico del Albacea
testamentario, se ubica en la libertad de testar que este tiene, y que está
garantizada en nuestra Legislación, y a través de la misma se reconoce el
derecho de una persona para poder disponer sobre el destino de sus bienes
después del fallecimiento. Determinada la libertad de testar, su efecto radica en
la facultad del testador de elegir a una persona de su entera confianza, que
ejecutará su última voluntad.
El tratadista Francisco Ricci hace una reflexión en cuanto al fundamento del
albacea testamentario y nos muestra que se encuentra en las costumbres y en
la evolución familiar, cree que el testador: "puede disponer de sus bienes del
modo que más le agrade, pero sólo para el tiempo en que cesando de ser
suyos, comienzan a ser de otros". (Ricci, 2010, p. 287). Se debe distinguir que
cuando las cosas están en posesión de los herederos, el testador no dispone
de ellas.
El origen de la Institución nace en las costumbres, más no en una ley
específica en la Antigüedad, pero es relevante señalar que tanto las
obligaciones y los derechos tiene su origen de la Ley.
Las legislaciones modernas y la legislación nacional, estipulan el principio de la
libertad de testar y se pronuncian sobre el derecho del testador para nombrar

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uno o más Ejecutores Testamentarios siendo erróneo afirmar la existencia de
fundamento jurídico.
En el Derecho ecuatoriano, la sucesión puede ser en forma intestada o
testamentaria, en la segunda manera el testador determina las asignaciones y
tiene la posibilidad de realizar declaraciones, como es el asignar o nombrar un
ejecutor testamentario, quien se denomina albacea, tal y como se puede
visualizar en los siguientes artículos:
Artículo 1293 del Código Civil:

“Ejecutores testamentarios o albaceas son aquellos a quienes el


testador da el encargo de hacer ejecutar sus disposiciones.”

Artículo 1309 del Código Civil:

“El albacea encargado de pagar las deudas hereditarias, lo hará


precisamente con intervención de los herederos presentes, o del curador
de la herencia yacente, en su caso.”

Por lo tanto, el albacea es una persona que ha sido nombrada para


desempeñar un cargo específico, especialmente para custodiar los bienes de la
sucesión hereditaria, con el objeto de que estos no sufran pérdidas o
deterioros, o en el caso de que los herederos que tienen conocimiento de su
valor los sustraigan para que estos no ingresen a la masa herencia, como
veremos a continuación en el siguiente apartado.

Art.1305 del Código Civil:

“Toca al albacea velar sobre la seguridad de los bienes; hacer que se


guarden bajo llave y sello el dinero, muebles y papeles, mientras no
haya inventario solemne; y cuidar de que se proceda a este inventario,
con citación de los herederos y de los demás interesados en la
sucesión; salvo que, siendo todos los herederos capaces de administrar
sus bienes, determinen unánimemente que no se haga inventario
solemne.”

Se puede verificar que el albacea tiene la obligación de asegurar y proteger los


bienes testamentarios, con el fin de que los bienes no sufran pérdidas o daños,
lográndolo por medio de una adecuada administración. Además, otra función
trascendental de la administración del albacea testamentario, es la cooperación

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durante el proceso de apertura de testamento, posterior inventario y partición
de los bienes hereditarios, cuando la herencia perdura aún yacente.

Entonces es necesario definir en que consiste esta figura para lo cual nos
remitimos a la doctrina proporcionada por distintos autores:
En el diccionario jurídico de Cabanellas se interpreta al albacea como: “El que
tienen a su cargo cumplir y ejecutar lo que el testador ha ordenado en su
testamento u otra forma de disposición de voluntad.” (Cabanellas, 2001, p. 374)
Pérez Contreras nos proporciona un concepto muy acertado: “El albacea es la
persona nombrada por el autor de la herencia con objeto o fin de ejecutar y
hacer cumplir su voluntad en los términos de su testamento. Será el encargado
de custodiar los bines del haber hereditario y hacer la distribución de estos
entre los herederos y / o legatarios, conforme a la voluntad del testador. El
albacea tendrá que aceptar su cargo en la sucesión, por lo que podemos
afirmar que se trata de un cargo voluntario, y habiéndolo aceptado se
constituye en la obligación de desempeñarlo. Está obligado a dar cuenta de su
encargo a los herederos, por lo que hace el cumplimiento de las obligaciones
encomendadas por el testador.” (Pérez Contreras, 2010, p. 227).

Larrea Holguín lo concibe como: “La albacea es la institución destinada a


asegurar el cumplimiento ordenado en la última voluntad del causante.” (Larrea
Holguín, 2015, p. 68).
El doctrinario Rodríguez Grez menciona lo siguiente: “Los albaceas o
ejecutores testamentarios podrían ser definidos como aquellas personas
designadas por el testador, encargadas de asegurar los bienes de la sucesión,
pagar las deudas hereditarias, y hacer cumplir las disposiciones legales y
testamentarias relativas a la distribución de los bienes, sustituyendo en estas
funciones a los herederos del causante.” (Rodríguez Grez, Pablo, 1994, p.
218.).

En nuestro Código Civil en el Artículo 1293 de este cuerpo manifiesta que los
ejecutores testamentarios o albaceas, son aquellos a quienes el testador da el
encargo de hacer ejecutar sus disposiciones.
En cuanto a la ejecución y el absoluto cumplimiento de la voluntad del testador
inmerso en la exigencia legal, se encarga los herederos, pero puede haber el
caso de que una persona sin ser heredero, sea quien vigile la ejecución de lo

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determinado en el testamento, es a partir de esta premisa aparece el
albaceazgo. El nombramiento de albacea se erige en el sentido de confianza
que el testador pone sobre el designado, es un cargo “intuito personae”, puesto
que quien ha sido designado por el testador es quien puede desempeñar el
cargo de albacea testamentario, existiendo la prohibición de que el albacea
delegue su obligación a otros.
Partiendo del anterior párrafo cabe ahora analizar que el albaceazgo es de
carácter personalísimo, significa que no es transmisible o delegable, ya se
funda en la voluntad del testador, pues este nombra a una persona en
particular y para que ejecute y haga cumplir sus últimas disposiciones, es
porque el cargo no se trasmite ya que podría recaer el cumplimiento de esas
funciones en personas desconocidas para el testador, quienes no poseen la
confianza del mismo.
Siguiendo con la ejecución o cumplimiento de lo dispuesto por el testador, los
herederos son los llamados a ejecutar las mismas; sin embargo, lo que ocurre
con frecuencia que no lo realizan, postergando su cumplimiento, especialmente
cuando están privados de algunas facultades en la administración de los
bienes de la herencia, o puede ser el caso que sus intereses son contrapuestos
a los intereses de los acreedores del testador, a los de los legatarios y
beneficiarios de otros cargos, por lo que se fundamenta que el testador designe
a alguna persona de su entera confianza para que ejecute sus disposiciones y
cumpla como árbitro para evitar los conflictos entre herederos mal avenidos.
Con referencia a esto Puig Brutau considera que: “la institución del ejecutor
testamentario o albacea afecta la situación jurídica del heredero, en cuanto
mediante ella se le arrebata a éste y se transmiten a un tercero importantes
funciones relacionadas íntimamente con dicha situación, de modo que tal
institución puede ser configurada como una tajante limitación de la situación
normal del heredero.” (Puig Brutau, 1996, p. 217).
3. Objetivo del albacea
Sáenz de Santa María Tinture habla sobre el objeto de esta figura al respecto
menciona: “El albacea tiene la obligación de administrar los bienes, y
administrarlos como un buen padre de familia, con la diligencia, sagacidad,
cuidados y honorabilidad que caracterizan a un padre éticamente responsable
del porvenir de todos cuantos integran ese fundamental y primer núcleo social,

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evitando incurrir en negligencia o descuido que acarrearían perjuicios
irreparables y, por ende, su responsabilidad hasta la culpa leve. En lo esencial
debe cumplir y hacer cumplir las disposiciones testamentarias, procurando
interpretar con exactitud y honestidad la voluntad expresa del causante”.
(Sáenz de Santa María Tinture, 1953, p.118).
Las obligaciones del albacea son las siguientes:
1. Custodiar los bienes del cujus con responsabilidad, y responderá de
la culpa leve en el desempeño de sus atribuciones.
2. Ejercer la tenencia de los bienes que se haya determinado y
encargado el testador.
3. Cumplir con la obligación de conservación en buen estado de los
bienes ya estados, sin imputar esa responsabilidad a terceros.
4. Efectuar la disposición del testador con precisión.

El albacea debe proteger los bienes dejados por el testador, y realizar un


inventario de los mismos con citación de los herederos, legatarios y demás
interesados. “En el caso de existir herederos ausentes, menores o que deban
estar bajo de una curatela, el inventario debe ser judicial”. (Bossano, 1983, p.
104).
En la legislación ecuatoriana, el Código Civil reglamenta sobre las funciones
que se mencionó, son las siguientes:
1. Velar sobre la seguridad de los bienes; hacer que se guarden bajo
llave y sello el dinero, muebles y papeles, mientras no haya inventario
solemne.
2. Cuidar de que se proceda a este inventario, con citación de los
herederos y de los demás interesados en la sucesión; salvo que,
siendo todos los herederos capaces de administrar sus bienes
determinen únicamente que no se haga inventario solemne.

Si se presenta un litigio legal, el albacea actúa como custodio de los bienes; al


momento que realiza esta acción tiene la responsabilidad que no sufran los
bienes pérdidas o daños o que algún heredero o terceras personas sustraigan
los bienes. Por lo cual en un litigio legal debe existir un juicio de inventario, en
el cual se designa un perito y el mismo realiza el inventario de todos los bienes

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que están en el testamento, una vez hecho el inventario el albacea entrega los
bienes con sentencia, a su vez si no se encuentran los bienes en un inventario
el albacea es el encargado de custodiar todos los bienes, los cuales no se
pueden trasladar a los herederos mientras no se ejecute dicha acción.
En la realización del inventario en un litigio legal, todas las partes deben ser
notificados, caso contrario no se puede proceder.
El artículo 1300 de Código Civil establece que:
“El albacea tiene derecho de asistir al inventario y debe entenderse tanto
para el caso de que él lo haya solicitado, como cuando hayan sido los
herederos u otro interesado quienes lo pidieron”.
El albacea por ende tiene derecho fundamental de asistir a la creación del
inventario de los bienes, ya sea que él lo solicite o los herederos; debe cuidar y
administrar los bienes determinados en el inventario hasta que sean
entregados con sentencia para los herederos; y que estos bienes estén a ese
momento en óptimas condiciones.
4.Características

Es necesario empezar indicando que el albaceazgo es un cargo temporal, esta


limitación temporal está determinada en los siguientes artículos del Código
Civil:

Artículo 53.- “La duración del albaceazgo la fija primeramente el testador; Si el


testador ha guardado silencio, durará un año desde que haya comenzado a
ejercer su cargo”.

Artículo 1324 del Código Civil, señala: “el albaceazgo durará el tiempo cierto y
determinado que se haya prefijado por el testador”.

En concordancia, Somarriva sostiene: “El albaceazgo es un cargo cierto y


determinado, está sujeto a un plazo, llegado el cual deberá expirar es una
cargo a plazo fijo, por lo que corresponde al testador es un inicio fijar el plazo
de duración de este cargo, ya que frente al silencio de éste, se le concederá el
plazo de un año, contado desde el día en que el albacea haya comenzado a
ejercer el cargo (Rodríguez, P. 1993, pág.541”), tal y como lo dispone el
artículo 1325 del Código Civil “Si el testador no hubiere prefijado tiempo para la

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duración del albaceazgo, durará un año contado desde el día en que el albacea
haya comenzado a ejercer el cargo”.

El juez puede prorrogar el plazo fijado por el testador, cuando el tiempo


resulte insuficiente para el desempeño del cargo. Según el artículo 1326 del
Código Civil: “El juez, con conocimiento de causa, podrá prorrogar el plazo
por un año más. El juez está investido para tal caso, de prorrogar dicho
plazo ya sea el fijado por el testador o por la Ley, en caso de que no se
haya señalado el primero”. Ante esto el plazo fijado por el testador o
ampliado por el juez, se comprende sin perjuicio de la partición de los
bienes y de su distribución entre los partícipes. Hay que tomar en cuenta
que la designación de un albacea no significa un obstáculo para la partición
y, al contrario, tiende a facilitarla, así lo dispone el artículo 1327 del Código
Civil: “El plazo prefijado por el testador o la Ley, o ampliado por el juez, se
entenderá sin perjuicio de la partición de los bienes y de su distribución entre
los partícipes”.

También el albaceazgo podrá expirar antes del vencimiento del plazo, cuando
el albacea haya cumplido su encargo.

Además, la doctrina plantea otras características que caben mencionar:

a) Es intuitu personae: El testador designa a un albacea, en función de la


confianza de lo que va a desempeñar, ya que el causante no podrá fiscalizar la
actuación de su albacea.

b) Es intransmisible: Como se dispone en el art. 1279 que el albaceazgo no


se transmite a los herederos del albacea.

c) Es indelegable. No podrá delegar el albacea el encargo que le hizo el


causante, a menos que éste hubiese autorizado expresamente la delegación.
Este principio general, es reconocido por nuestra ley en el artículo 1301, inciso
primero del Código Civil, admite, no obstante, que: “El Albacea facultado
expresamente en un acto testamentario por el testador, puede delegar sus
funciones”.

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d) No confiere más atribuciones que las señaladas por la ley. Las leyes
relativas al albaceazgo pertenecen a un orden público, pues la ley impide al
testador ampliar las facultades del albacea ni exonerarse de sus obligaciones,
previstas unas y otras por el CC (art. 1298).

e) Es remunerado. El cargo de albacea es remunerado según el art. 1302 del


Código Civil. Par lo cual las reglas son las siguientes:

 La remuneración que hubiere fijado el testador;


 A falta de una determinación por el testador, se otorga al juez la
facultad de fijar la remuneración del albacea, según estos dos
aspectos:

f) Pueden existir varios albaceas. En los artículos 1281 a 1283 se ponen en


el caso de existir dos o más albaceas. Se dispone la responsabilidad de los
albaceas conjuntos:

 Por regla general, los albaceas responderán solidariamente.

 No responderán solidariamente, si el testador los hubiera exonerado y si el


juez hubiere dividido las atribuciones de los albaceas. Pues, de conformidad
con el artículo 1282 del Código Civil, los albaceas podrán dividir las funciones
que les corresponden. Casualmente el juez será quien divida las atribuciones
de los albaceas, a petición:

 De cualquiera de los albaceas; o

 De cualquiera de los interesados en la sucesión (herederos o legatarios).

g) El albacea no está obligado a aceptar el cargo. Así se dispone en el


artículo 1277 del Código Civil: “el albacea puede aceptar o rechazar el
encargo, según lo estime conveniente. Sin embargo, podría ocurrir que el
albacea sea también asignatario del testador, caso en el cual, de rechazar el
encargo sin probar inconveniente grave para desempeñarlo, se hará indigno de
suceder al causante”. La aceptación del encargo puede ser expresa o tácita
(artículo 1278).

5. Derechos del albacea testamentario

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El albacea dispone de algunas facultades que la ley le otorga para el ejercicio
de su cargo y al velar con el cumplimiento de las disposiciones que el causante
o testador le ha requerido.

1. Derecho a asistir al Inventario y a reclamar contra él


 El Art. 1278 del Código Civil Ecuatoriano, mencionan que: “el albacea
tendrá derecho de asistir al inventario, ya sea personalmente o a través
de su representante”, es decir, que en el inventario en el que el albacea
estará presente se hará relación de todos los bienes raíces y bienes
muebles de la persona cuya hacienda se inventaría, particularizándolos
uno a uno, o señalando colectivamente los que consisten en número,
peso o medida, con expresión de la cantidad y calidad, y con las
explicaciones necesarias para poner a cubierto la responsabilidad del
guardador.
El causante, por medio de un albacea, busca que sus disposiciones sean
acatadas, y en cuanto a bienes, que sean distribuidos como el testador
dispuso, por lo que es indispensable que el albacea, asista al Inventario de los
bienes del testador, para que avale que están detallados en cantidad y calidad,
y si el inventario está inexacto, el albacea tiene el derecho de reclamar contra
este, pues si observa un desvarío, se puede declarar la nulidad en el inventario
y determinarse que se realice uno nuevo, saneando los errores del anterior.

2. Derecho a ejercer o excusarse de su cargo


 El Art. 1298 y 1299 del código Civil en su primer inciso dispone:
“El albacea nombrado puede rechazar libremente el cargo.”
“Si lo rechazare sin probar inconveniente grave, se hará indigno de
suceder al testador, con arreglo al artículo 1013 inciso segundo”.
 Conforme al Art. 1297 del Código Civil:
“El juez, a instancia de cualquiera de los interesados en la sucesión,
señalará un plazo razonable dentro del cual comparezca el albacea a
ejercer su cargo, o a excusarse de servirlo; y podrá el juez, en caso
necesario, ampliar por una sola vez el plazo.”

El albacea tiene el derecho de aceptar o rechazar el cargo que el causante le


ha dejado, pero se debe tener en cuenta que este derecho es limitado. Se

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entiende por inconveniente grave, una situación de fuerza mayor que obligue a
una persona a dejar de ejercer sus funciones, pero el Código Civil no reconoce
los supuestos considerados como “inconvenientes graves”, por ende queda al
criterio del Juez, aceptarlo o rechazarlo.

Lo ideal sería que se fijará un plazo de tiempo, para que el albacea pueda
aceptar ejercer todas sus actividades y garantizar el cumplimiento de la
voluntad del testador, en caso de rechazar, el Doctor Larrea Holguín en su libro
“Manual Elemental de Derecho Civil del Ecuador” alude a esto: “La sanción por
la no aceptación sin motivo grave, o por la renuncia sin motivo grave, consiste
en la indignidad para heredar al testador; sanción indudablemente severa ya
que puede implicar notable perjuicio económico y entraña cierto carácter
deshonroso, como indica el mismo nombre indigno. Si bien el albacea puede
no aceptar el cargo, en cambio los herederos no pueden impedirle que acepte
o renuncie, ya que ellos deben necesariamente acatar el nombramiento hecho
por el testador, siempre que haya recaído sobre persona capaz”. (Larrea
Holguín, 1985, p. 74).

3. Derecho a constituir mandatarios:

En el Art. 2020 del Código civil se dispone que el albacea: “podrá constituir
mandatarios que obren a sus órdenes; pero el albacea será el responsable de
las operaciones de éstos”. Los mandatarios no sustituyen al albacea, estos
serán sus ayudantes y cumplirán algunas funciones que el albacea les asigne,
y estos podrán trabajar a título gratuito o por remuneración.

4. Derecho a pedir división de atribuciones:


 El Art. 1302 del Código Civil establece:
“el causante tiene la potestad de nombrar más de un albacea, quienes
compartirán una responsabilidad conjunta y común, a menos de que el
testador haya singularizado las atribuciones a cada albacea”
 El Art. 1303 del Código Civil establece:
“el juez podrá dividir las atribuciones, en ventaja de la administración y a
pedimento de cualquiera de los albaceas o de cualquiera de los
interesados en la sucesión.”

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Si el testador no determinó las atribuciones para cada albacea, ellos pueden
solicitar al juez la división de atribuciones, con el fin de mejorar la calidad de la
administración de los bienes, y cumplir con su objetivo, que es el cumplimiento
de las disposiciones de causante.

5. Derecho a la venta de los bienes, para pagar deudas o legados:

 El Art. 1314, del Código Civil Ecuatoriano, dispone:

“Si no hubiere de hacerse inmediatamente el pago de especies legadas,


y se temiere fundadamente que se pierdan o deterioren por negligencia
de los obligados a darlas, el albacea a quien incumba hacer cumplir los
legados, podrá exigirles caución.”

Otra de las obligaciones de los albaceas es el pago de las deudas, y si el


dinero que administra, dentro de la herencia no es suficiente para el pago de
las mismas, está facultado a vender los bienes del testamento, para subsanar
los gastos. Los herederos pueden oponerse a la venta cuando dispongan del
dinero necesario para costear las deudas.

Carlos Auguro Gonzalez en su libro habla de la forma de venta de los bienes:


“es la misma que la exigida para la enajenación de bienes menores u otros
incapaces sometidos a guarda, y se prohíbe como en aquellos casos, que el
albacea o su cónyuge o parientes cercanos o socios de comercio adquieran los
bienes que se venden.” (Gonzalez, 1975, p. 96).

Existe una excepción en la venta de los bienes, puesto que el albacea debe
procurar que en la venta se genere un precio justo y sin ningún interés
profesional ni personal, de ahí nace la prohibición tanto a él, a su cónyuge y
socios, la compra de los bienes que son parte del testamento.

6. Derecho a una remuneración:

El albacea al realizar una función determinada, tiene el derecho a una


retribución, puesto que, esta labor como cualquier otra demanda las
capacidades de la persona nombrada como albacea, en nuestro Código Civil
se reconoce este derecho en el Art. 1323.

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En Ecuador el testador de antemano puede establecer cuál será la
remuneración del albacea, al culminar con lo encomendado, y si no estableció
la remuneración, el albacea por ley, será acreedor al 4% de los bienes que
estén bajo su custodia, y si hay más albaceas el 4% se repartirá en igualdad
entre ellos.

7. Derecho a cobrar el saldo que a su favor resultare:

El Art. 1331, del Código Civil determina:

“el albacea al culminar sus funciones y tras la respectiva rendición de


cuentas, de hallarse saldos encontrados en su contra, este tendrá la
obligación a devolverlos, pero por otro lado si existen saldos a su favor,
tiene el derecho a cobrar dicho saldo, recordando que el albacea no
puede exigir estos pagos anticipados sino siempre y cuando haya
terminado honradamente y satisfactoriamente sus funciones”.

6. Clasificación de los albaceas testamentarios.

Solo pueden ser testamentarios. Pueden ser:

1. Albaceas con o sin tenencia de bienes.


2. Albaceas fiduciarios y generales.

6.1 Albaceas con bienes y sin bienes.

Conservan la tenencia de todos o parte de los bienes herenciales, o la tenencia


de algunos bienes. Su deber primordial es tratar de que por parte de los
herederos cumplan con lo dispuesto en el testamento. Si es con tenencia de
bienes, su responsabilidad será la misma que la del curador de la herencia
yacente. “Está sujeto a todas las obligaciones de los guardadores con
tenencia, debe formar un INVENTARIO de los bienes y deben prestar
CAUCION. Puede pedir que se le entreguen los legados impuestos a entregar
y las sumas suficientes para dicho pago”. (Somarriva Undurraga, 2009, p.85).

Funciones del albacea sin tenencia de bienes:

1. Informar la apertura del testamento.

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2. Solicitar la conformación de la hijuela para pago de deudas reconocidas por
la ley.

3. Entregar los legados adjudicados.

4. Comparecer en juicio únicamente en defender la validez del testamento.

5. Velar por la seguridad de los bienes de la herencia.

6.2 Albaceas con tenencia de bienes

El testador podrá otorgar al albacea la tenencia una parte de los bienes o bien
de todos ellos en conjunto. El albacea contará con los mismos derechos y
obligaciones que dispone el curador de la herencia yacente; pero rendirá
caución. Como se puede percatar, este albacea cuenta con dos tipos de
derechos y obligaciones:

1. Los del Curador de la herencia yacente.

2. Los mismos del Albacea sin tenencia de bienes.

Facultades del albacea con tenencia de bienes

Las facultades del albacea con tenencia de bienes, son similares a las
facultades del curador de la herencia yacente:

1. Goza de autonomía frente a los herederos con relación a los actos de


administración y conservación

2. Puede exigir la entrega de los bienes, tanto judicial como extrajudicialmente.

3. Debe cubrir el valor de las obligaciones que surjan de su administración,


como es el pago de las deudas hereditarias solo si se le ordeno esta función.

4.Puede hacer prorroga de los legados y fideicomisos, así como de bienes para
el pago de deudas ordenadas, hasta cuando se cumpla el plazo del día o
condición pendiente.

5. Restitución de los bienes a los adjudicatarios.

6. Cuenta con atribuciones del secuestre.

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7. El albacea podrá designar bajo su responsabilidad los dependientes que
sean necesarios para el buen desempeño del cargo e indicar funciones.

6.3 Albaceas fiduciarios

Se denominan albaceas secretos o confidenciales, por su labor prudencial y


reservada entregada por el testador. Se hace la entrega de ciertos bienes para
cumplir encargos del testador, aunque este no es considerado asignatario
modal, puesto que no es la persona favorecida con el modo, sino que se le
impone a carga de cumplirlo. En lo que respecta a la revelación del secreto
asignado a él, el artículo 373 del C.C. dispone que: “El albacea fiduciario no
estará obligado, en ningún caso, a revelar el objeto del encargo secreto, ni a
dar cuenta de su administración”. Para Larrea Holguín el albacea fiduciario:
“Tendrá las calidades necesarias para ser Albacea y Legatario del testador,
pero no obstará la calidad de eclesiástico secular, con tal que no se halle en el
caso de (incapacidad especial). Además, deberán expresarse en el testamento
las especies o la determinada suma que ha de entregarse para el cumplimiento
de su encargo. Faltando uno de estos requisitos no valdrá la disposición”.
(Larrea Holguín,1985, P. 78).

7. Extinción del albaceazgo

El albaceazgo culminará por:

a) El cumplimiento del plazo.


b) Haberse realizado del encargo.
c) Por destitución debido a la culpa o dolo, acompañado de un
previo incidente.
d) Incapacidad sobreviviente.
e) Por muerte.
f) Por renuncia.
g) Por el rechazo del cargo en el plazo determinado por el juez.
8. Herencia yacente

Es una figura jurídica reconocida en el Código Civil en el artículo 1263, donde


nos proporciona su definición:

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“Si dentro de quince días de abrirse la sucesión no se hubiere aceptado
la herencia o una cuota de ella, ni hubiere albacea a quien el testador
haya conferido la tenencia de los bienes y que haya aceptado su
encargo, el juez, a instancia del cónyuge sobreviviente, o de cualquiera
de los parientes o dependientes del difunto, o de otra persona
interesada en ello, o de oficio, declarará yacente la herencia; se
insertará esta declaración en un periódico del cantón, si los hubiere, y en
carteles que se fijarán en tres de los parajes más frecuentados del
mismo; y se procederá al nombramiento del curador de la herencia
yacente. “

Cuando hay dos o más herederos y acepta uno de ellos, este tiene la
administración de todos los bienes hereditarios proindiviso, previo inventario
solemne; y con la aceptación absoluta de los coherederos, y suscribiendo el
inventario, tomarán parte en la administración. Si hay conflicto entre ellos, el
juez designará un administrador.

Guillermo Cabanellas en su diccionario lo determina como: “Se designa con


este nombre la herencia cuya posesión no ha entrado todavía el heredero
testamentario o ab intestato o aquella que no se han hecho las particiones de
haber varios herederos”. (Cabanellas, 2010, p. 77)

Entonces se refiera a que cuando fallece el causante, sus bienes quedan sin la
potestad de adquirir sus bienes el heredero en ese periodo de que fallece el
causante hasta que legalmente lo sucede o se puede darse que por no aceptar
la herencia los herederos, o como también nos dice que no se divide todavía
entre los herederos que les corresponda de la masa hereditaria.

Podemos entender que la herencia yacente se da cuando no se ha realizado la


posesión efectiva de los bienes por la muerte del titular, ninguno de los
herederos ha aceptado o repudiado la herencia dentro de los 15 días siguientes
a la apertura de la sucesión.

En concordancia con el código civil en su Artículo 1263:

“Si dentro de quince días de abrirse la sucesión no se hubiere aceptado


la herencia o una cuota de ella, ni hubiere albacea a quien el testador

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haya conferido la tenencia de los bienes y que haya aceptado su
encargo, el juez, a instancia del cónyuge sobreviviente, o de cualquiera
de los parientes o dependientes del difunto, o de otra persona
interesada en ello, o de oficio, declarará yacente la herencia.”

El Código Civil detalla lo que refiera a la herencia yacente y su plazo desde la


apertura de la sucesión que es de 15 días. No se acepta la herencia por un
heredero sea el caso de existir algunos herederos basta que uno acepte la
herencia se relega la administración de todos los bienes que comprenda dicha
herencia.

Como también nos expresa el código que puede ocurrir que no ha dejado el
causante un albacea que tiene la responsabilidad de cumplir y ejecutar las
disposiciones del testador y puede encargar los bienes hasta la aceptación de
la herencia, pero que debió aceptar su encargo de custodiar dichos bienes.

El albacea en este caso tiene las facultades y obligaciones que el curador de la


herencia yacente, pero no está obligado a rendir caución. Mientras los
herederos no hayan aceptado toda la herencia de igual manera no está
obligado el heredero que administre a rendir caución de igual manera que el
albacea, pero si cuando hay motivo de sospechar del heredero que administre
los bienes peligren en su administración.

Por lo cual a pedido de las partes interesadas en la herencia o como dice en el


concepto del código puede efectuarse a pedido del conyugue sobreviviente, o
dependiente del causante a pedir la Herencia Yacente o también se puede dar
de oficio. Como también para que pueda ser Herencia Yacente debe cumplir
algunos requisitos como:

1. Como se decía anteriormente que el albacea no haya aceptado el cargo


o también que no exista albacea alguno dejado por el testador

2. Para que se lleve a cabo la herencia yacente como decíamos que debe
pedirse por parte del conyugue o parientes que sobreviven.

3. También se puede hacer de oficio por parte del Juez.

4. O como también por cualquier persona que tenga interés puede pedir
que se declare yacente la herencia.
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El doctor Héctor F. Orbe “Es la herencia yacente cuando al no aceptar ha
quedado la masa herencial sin un administrador por haber muerto y no haber
quien realmente le seda. Así se conozca a las personas que jurídicamente
pueden suceder y con derecho al de cujus o estos sean inciertos o
indeterminados.” (Orbe, )

Este autor entrega otra idea lo que representa la herencia yacente ya que se
puede entender que es cuando no es aceptada por los herederos y por esta
razón se da un problema dejado por testador a los herederos o conyugue
sobreviviente, parientes, dependientes del difunto o persona que le pueda
interesar. Por lo cual la herencia yacente procura ayudar para que los bienes
dejados no se queden sin un representante y se puedan destruir por el tiempo,
e incluso pretende esta institución jurídica que se pueda encontrar su titular de
los bienes dejados por testador en disputa.

Hay dos formas de asignar al albacea:

 Primero, el testador determina a la persona que se encargara o


bien los legitimados a heredar designan uno.
 La segunda, cuando no se ha designado una persona que se
encargara de custodiar los bienes, el juez o persona competente
asignará de tal forma que los bienes de la herencia no queden en
libre albedrio.

En la realización del inventario se debe tener presente que tanto los bienes
inmuebles como los bienes muebles del causante deben tener detalle en el
color, el tamaño, número de bienes y los activos y pasivos, es decir las deudas
y pendientes por pagar que el causante tenía.

También es relevante que, para que la herencia sea una herencia yacente
existe el caso donde se cumple una condición suspensiva la misma que deberá
cumplirse con cabalidad y de igual manera hasta que se cumpla con la
condición estipulada por el testador los bienes estará custodiados por el
curador de la herencia.

De la capacidad para ser albacea

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En el Código Civil se determina que, por regla general, sólo las personas
naturales pueden ser albaceas.

La incapacidad del menor. En lo dispuesto en el artículo 1272, los menores de


edad no podrán ser albaceas. Por lo tanto, se ponen en práctica las reglas
generales, sobre la incapacidad de los menores.

Incapacidad de las personas: Se determina en el inciso segundo del artículo


1272 del Código Civil, que las personas designadas en los artículos 497 y 498
no pueden ser albaceas. Son los siguientes:

 Los ciegos.
 Los mudos.
 Los dementes, sin estar bajo interdicción.
 Los fallidos, mientras no hayan satisfecho a sus acreedores.
 Los que están privados de administrar sus propios bienes por
disipación.
 Los que carecen de domicilio en la República.
 Los que no saben leer ni escribir.
 Los de mala conducta notoria.
 Los condenados por delito que merezca pena aflictiva, aunque
se les haya indultado de ella.
 Los que han sido privados de ejercer la patria potestad según el
artículo 271.
 Los que por torcida o descuidada administración ha sido
removidos de una guarda anterior, o en el juicio subsiguiente a
ésta han sido condenados, por fraude o culpa grave, a
indemnizar al pupilo.

Conclusiones:

1. La figura jurídica del albacea se ha ido desarrollando con el


trascurso de los años, adecuándose a la legislación actual,
llenando los vacíos jurídicos existentes en el derecho civil y así
solventando cualquier inconveniente que se presente en este
tema, ya que con los cambios que sufre la sociedad esta

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institución se ha ido perfeccionando y progresando conforme a
las legislaciones de cada país, ante las cuales el albacea se ha
ido formando, estructurando y obteniendo la debida forma a
tenido adoptarse.
2. El albacea ha sufrido cambios significativos, así como en su
precepto en los cuales se ha ido forjando en función de donde
se utilicen, toman en cuenta el carácter general y las bases de
donde ha emergido, tomando como principio en el derecho
canónico fue su eje fundamental, de lo que hoy se denomina
albacea.
3. Las funciones que tiene el albacea son 4 muy detalladas: Velar
por la protección de los bienes, encargarse de que se deposite
el dinero con llave y sello; además que se custodien los muebles
y papeles; y finalmente estar al pendiente con la realización del
inventario de los bienes, citando a los herederos y a las demás
personas que puedan tener interés en la sucesión.
4. El derecho sucesorio generado relevancia en varios ámbitos
como el social, económico y político, además guarda una
estrecha relación con el derecho de propiedad, podemos
discernir que las sucesiones influyen notoriamente en la
adjudicación de la tierra y de otros bienes inmuebles.
5. Además, el derecho sucesorio tiene un largo recorrido histórico
pues, ha pasado de generación en generación, empezando por
la prehistoria, el derecho romano, hasta la época post moderna
en donde se puede denotar que aún permanecen las
instituciones que son útiles en casos concretos.

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