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PERMISO DE SALIDA

La regulación del permiso de salida no es muy antigua. Podemos encontrar entre sus
antecedentes al Decreto LeyNº 175881 de 1969 contemplado en su artículo 22º,
posteriormente el Decreto Legislativo Nº 330 de 1985 en su artículo 51º otorgaba el
permiso de salida para los internos por un término de hasta 48 horas; en la actualidad
nuestro Código de Ejecución Penal, Decreto Legislativo Nº 654, que en su artículo 43º
otorga el permiso de salida por un plazo de 72 horas.

Es una institución del Derecho de Ejecución Penal, por el cual se autoriza al interno a salir
del centro de reclusión por un breve período de horas o días.

Para ELÍAS NEUMANN el permiso de salida es "un avance penológico considerable y


sus resultados son provechosos, siempre que se otorguen con tino mediante una
adecuada fiscalización. Consiste en permitir por distintos motivos a uno o más reclusos, el
abandono temporal del establecimiento donde se alojan, para trabajar durante el día en
oficinas, talleres e incluso organismos ministeriales o municipales sin que nada denote su
procedencia; en segundo lugar pro razones de humanidad a fin de calmar la ansiedad del
condenado derivada de circunstancias familiares (enfermedades graves o muertes); en
tercer lugar, para armonizar las necesidades sexuales; etc.

"Esta ayuda al interno a no sentirse prisionero y lejano de la socoedad, de tal forma que al
momento de egresar del establecimiento penitenciario los lazos con la sociedad no se
vean afectados y que sun comportamiento en su nueva vida de libertad no se vean
perturbados por el hecho de verse privado de su libertad o el recuerdo de su reclusión
penitenciaria.

La concesión del permiso de salida no es una decisión tomada a la deriva por la autoridad
penitenciaria, es necesario que concurran en ella ciertos requisitos y causales de
procedencia; debido a que, lo que se busca no es poner en riesgo a la sociedad con la
presencia de un recluso peligroso y lejano de ser rehabilitado, sino, que esta medida
contribuya a su tratamiento y le dé cierto avance en su rehabilitación.

IMPORTANCIA.- El proceso de reinserción del interno a la sociedad encuentra un apoyo


importante en este beneficio. El tratamiento penitenciario, se encuentra complementado
con la interacción efectuada por el interno con su familia o con la sociedad a través de las
salidas transitorias del establecimiento penitenciario motivadas por el deseo de trabajar
como una persona en libertad, o por nacimiento de un hijo, enfermedad, entre otros.

MODALIDADES.- En la doctrina penitenciaria se distinguen dos modalidades:


A).- Salidas Transitorias o Permisos de Salida Ordinarios; por los que se
autoriza a los internos a salir del centro de reclusión, cada cierto tiempo y por un
número de horas determinado, para visitar a sus familiares, generalmente en
determinada fase del régimen progresivo, siempre que no constituya un riesgo para
la sociedad y sea provechoso para su rehabilitación. Puede ser salidas cada fin de
semana que se conceden en la última etapa o el tercer grado del régimen abierto.

B).- Permisos de Salidas Extraordinarios; permiten la salida del interno por


causas humanitarias y en forma excepcional, en cualquier etapa de la ejecución de
la pena, de acuerdo al criterio del Director del establecimiento.

En nuestra legislación, en la mayoría de los casos se trata de permisos de salida


extraordinarios para salir del centro penitenciario hasta por un lapso de 72 horas.

CASOS EN QUE SE CONCEDE PERMISOS DE SALIDA EN EL CEP. PERUANO.- Estos


permisos se conceden al interno procesado o sentenciado, por el Director del
establecimiento penitenciario, en los siguientes casos:

1. Enfermedad grave, debidamente comprobado con certificado médico oficial,


o muerte del cónyuge o concubino, padres, hijos o hermanos internos.-
Evidentemente que los fundamentos de este permiso para salir del establecimiento
penitenciario son de caracter humanitario, y debe ser autorizado por un plazo
perentorio, siempre que se cumpla los requisitos exigidos. Además hay que anotar
que se trata de un permiso especial o extraordinario, que no está basado en
hechos o necesidades frecuentes, permiso al que probablemente muchos no se
podrían acoger al no darse las condiciones que la justifiquen.

De las condiciones, la relativa a la enfermedad grave puede se material de duda,


ya que en este caso interpretamos que el propósito del texto legal es facultad tal
permiso cuando se halle en riesgo la vida del familiar, aun cuando este estado sea
consecuencia por ejemplo de un accidente laboral, automotriz o de cualquier
índole. Mientras que puede darse el caso de enfermedad grave como un cáncer, un
TBC, entre otras, pero que dada la evolucion del mal en dicho momento no está en
peligro inmediato la vida del paciente, porque el mal está controlado.

Otro aspecto problemático es el concerniente al vínculo familiar de tipo conyugal.


En el caso de estar conformado por las formalidades legales del matrimonio no
habría mayor dificultad para acreditarse, pero en los casos de "concubinato",
reconocidos tardíamente a partir de nuestra constitucion del 79, pero que no fue
considerado por el CEP. De 1985 y si por el vigente, su acreditación puede ser
materia de discusión.

2. Nacimiento de hijos del interno; la razón para concederse este permiso es


también comprensible, sin embargo existe algunas situaciones de conflicto. En una
extensiva interpretacion entiende que se trata de hijos producto de un matrimonio o
de un "unión de hecho", o de alguna otra forma de relación no estable que da lugar
al nacimiento de un vástago, y que por tanto el interno padre se acoge a este
permiso. Nosotros consideramos que las dos primeras situaciones de paternidad
avalan claramente la posibilidad de este permiso, y que en el tercer se tendría que
acreditar fehacientemente en cada situación, para evitar simulaciones.

3. Para realizar gestiones personales de carácter extraordinario que demanden


la presencia del interno en el lugar de la gestión.- Esta es una condición
probablemente sujeta a interpretaciones más diversas y factible de ser aplicada
irregularmente, como ha ocurrido en diversos casos, dada la no precisión de que
es gestión personalísima de carácter extraordinario.

4. Para realizar gestiones con el propósito de la obtención de trabajo y


alojamiento ante la proximidad de su liberación. debemos precisar en ese
caso el tiempo que supone "la proximidad de su liberación".- Que podría ser
entre uno o dos meses antes y no periodos más lejanos por razones compresibles.

Este es el único caso en que prácticamente casi todos los reclusos podrían
solicitar estos permisos de salida, excepto los condenados a cadena perpetua. Sin
embargo en la práctica es relativamente poco requerido, probablemente debido a que un
número importante de internos sale del establecimiento carcelario, meses o años
antes de cumplir su condena, mediante los beneficios penitenciarios de semilibertad
o liberación condicional, lo que da lugar a que muchos internos no recurran a este
permiso.

Los tres primeros casos son realmente extraordinarios o excepcionales, y sobre


todo los dos primeros son aleatorios. El cuarto no es un permiso extraordinario sino
que puede ser considerado ordinario. Sin embargo, tales permisos regulados por el
CEP., son para casos excepcionales y debería ampliarse o incluirse el permiso de salida
ordinario o salida transitoria, de tal forma que sea factible su accesibilidad para un
mayor número de internos y en forma más periódica.
Al respecto ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA; "propone un inciso adicional
"5"que estipule lo siguiente; "para visitar a sus familiares, siempre que tenga
domicilio u hogar conocido, cada treinta o setenta días, de conformidad con su
conducta y el tiempo de pena cumplido que no debe ser inferior al exigido para la
liberación condicional".

AUTORIDAD QUE LA OTORGA

La autoridad encargada de otorgar estos permisos de salida es el Directo del


establecimiento penitenciario, pero dando cuanta al Ministerio Público y en su caso al
Juez que conoce del proceso. El CEP. De 1985 estableció dicha potestad al Juez de
Ejecución Penal, pero la vigente ley al eliminar dicho magistrado y probablemente con la
esperanza de alcanzar mayor celeridad en el trámite de este beneficio, que por razones
obvias requería una resolución rápida, encargó al Director del establecimiento carcelario,
que se halla en contacto más cercano y permanente con el interno, la decisión de resolver
este pedido.

El Director puede conceder el permiso solicitado o bien denegarlo. En el primer caso debe
señalar ciertas reglas o recomendaciones, y sobre todo adoptar las medidas necesarias
de custodia durante la salida del interno, bajo responsabilidad.

Generalmente el interno sale bajo vigilancia de dos miembros del INPE o policías.
Además es importante que se le otorgue una constancia que justifique, ante cualquier
autoridad que los requiera, su permanencia fuera del establecimiento.

En caso que se le deniegue el permiso de salida, el interno puede plantear un Recurso de


reconsideración ante el mismo Director quien debe resolver en un término perentorio.

CONCLUSIÓN

A lo largo del estudio de legislación nacional sobre beneficios penitenciarios, podemos


deducir que tienen como característica general, el objetivo de buscar reinsertar al penado
a la sociedad, y lograr así la ansiada rehabilitación, por medio de actividades socio
educativas y productivas que genere el habito al trabajo licito y propicie labores de índole
académico y/o cultural. Sin embargo quienes hemos podido observar la realidad
carcelaria, sabemos que ello no es así, por una razón primordialmente de idiosincrasia, la
ley es claro, los mecanismos y el procedimiento también lo son, más por el contrario no
existe la infraestructura ni los recursos que posibiliten el cumplimiento eficiente de los
beneficios y en consecuencia los fines de readaptación social, que se espera, no se
pueden concretar en la población penitenciaria.

BIBLIOGRAGFIA

• SOLIS ESPINOZA, Alejandro; Ciencia Penitenciaria y Derecho de Ejecución Penal,


Editora FECAT, 5ta edición, Lima 1999.

• DECRETO LEGISLATIVO Nº 654; Código de Ejecución Penal, Promulgado 02-08-


91, Jurista Editores, 4ta edición Lima, 2004.

• MENZALA PERALTA, Walter; Derecho Penitenciario, UNMSM, Lima, 2001.

• NEUMAN, Elías; El problema sexual en las cárceles, Editorial Universidad, Buenos


Aires, Argentina, 1997

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