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Si sigues el blog recientemente, sabrás que a nivel personal estoy tratando de reducir los
residuos que genero. Y esto no lo aplico sólo a reducir el plástico de un sólo uso, o a
utilizar servilletas de tela en lugar de papel. La materia orgánica que genero en la cocina
también puede generar problemas mal gestionada.
La buena noticia es que, si la gestiono bien, me da abono para plantas: Gratis, ecológico
y de excelente calidad.
Gracias al compostaje.
Yo cuento con las dos técnicas en casa y ninguna es mejor que la otra. Simplemente se
adaptan a necesidades diferentes.
Y por último, no requiere mucho espacio. Se puede poner en cualquier rincón, incluso
en el interior de casa.
Muchos recipientes son válidos para hacer vermicompostaje. Las puedes comprar ya
prediseñadas o hacerte una propia con materiales que tengas en casa. Lo que sí es cierto,
es que todos los vermicompostadores deben cumplir con ciertos requisitos:
Aireación:
Las lombrices necesitan oxígeno para respirar, pero los microorganismos beneficiosos
que las ayudan a descomponer tus restos de ensalada también. Todo vermicompostador
debe tener agujeros para que el aire pueda entrar. Si el aire escasea, empezar a trabajar
unos microorganismos a los que les gusta mucho esa situación (anaeróbicos). Se
encargarán de descomponer la comida, sí, pero generarán malos olores y enfermarán a
las lombrices.
Forma:
Estamos intentando crear un espacio aeróbico (dicho en otras palabras: con oxígeno)
para que lombrices y microorganismos trabajen a la par. Ante un recipiente del mismo
volumen pero diferente forma, el que tenga una mayor superficie es mejor para el
proceso de compostaje. Es decir, con poca altura y alargado, como con forma de
bandeja, en lugar de alto y estrecho, como un cubo de basura. Esto permite que haya
más contacto de los restos orgánicos con el aire.
Lo ideal: Bandejas apiladas, consigues mayor aireación y mayor cantidad de
compostaje en menos espacio. En cada una de las bandejas hay compost en diferentes
etapas, las lombrices pueden trasladarse de una a otra según les convenga.
Material:
MADERA
Ventajas: respira más que el plástico, con lo cual favorece tener un medio aireado.
PLÁSTICO
BARRO / CERÁMICA
Ventajas: Respira mejor que el plástico y es más duradero que la madera.
Ver video
El sistema es muy sencillo. Aunque yo he hecho mi vermicompostador con 3 bandejas
pequeñas, ya que necesito que encaje en un espacio pequeño, puedes utilizar unas
bandejas más grandes si cuentas con el espacio. También puedes añadirle un par de
bandejas más para poder compostar más cantidad a la vez.
La bandeja inferior se encargará de recoger los lixiviados del proceso. Estos
lixiviados son un líquido resultado del proceso de descomposición que diluido
en agua, sirve como abono para tus plantas.
Las bandejas serán donde se lleve a cabo el proceso de compostaje. Allí iremos
añadiendo los restos de frutas y verduras, primero en la intermedia y cuando ya
este llena, en la de arriba. Las lombrices, cuando acaben con la primera
bandeja, subirán ellas solas a la superior.
Para permitir el paso de las lombrices y el drenaje de los lixiviados, las bandejas
necesitan estar conectadas entre si mediante agujeros. Para ello, haremos
agujeros en la base de las dos bandejas superiores.
Las lombrices necesitarán oxígeno para realizar la descomposición de los restos
que vayamos introduciendo, así que también conviene realizar agujeros en las
bandejas donde se realizará el compostaje, para permitir la entrada de aire.
Una vez tengamos claro dónde debemos realizar los agujeros, los marcamos con un
rotulador y los realizamos con un taladro.
Puesta a punto.
Para empezar con la instalación, necesitamos colocar en la caja donde vamos a empezar
a compostar un lecho. El lecho es la base, donde vivirán las lombrices y donde iremos
añadiendo los restos de frutas y verduras. Hay muchos tipos de lechos posibles, uno
fácil y sencillo es utilizar papel de periódico humedecido.
Para hacerlo el lecho de tu vermicompostador
Evita periódicos que utilicen tintas de color, ya que pueden resultar tóxicas para
las lombrices.
Corta las tiras de periódico en tiras y humedécelas bien.
El resulta debería ser esponjoso y húmedo, no encharcado. El lecho debe permitir que el
aire circule durante todo el proceso. Si ves que se apelmaza, añade tiras más tiras de
papel seco.
Coloca las lombrices en el lecho. Yo encargué las mías en sustrato de fibra de coco,
pero sí las tuyas venían tal cual puedes añadir un par de puñados de tierra o de sustrato.
Es momento de empezar a colocar los restos de comida a compostar.
También resulta útil enterrarlo cada vez en un lugar diferente, con este método las
lombrices son más productivas y es fácil asegurarte de no saturar el sistema. Para ello,
visualizo secciones en la superficie del computador y cada vez que entierro comida, lo
hago en un sitio diferente.
Escoger las lombrices para hacer vermicompostaje
Es muy importante escoger la lombriz adecuada. Hay varias especies que realizan esta
función, pero hay una que es la reina indiscutible.
La Eisenia foetida es la lombriz roja de california. Y este es el nombre que tienes que
buscar en la tienda. Si no lo lleva escrito, es muy probable que no lo sea. Es una lombriz
voraz, muy productiva y resistente. Perfectas para compartir piso/balcón/huerto con
ellas. Aguantan también un buen rango de temperaturas, lo que las hace perfectas para
distintas posiciones y lugares.
Una vez ya las tenemos instaladas y felices en su nuevo hogar… ¿Qué restos podemos
echarles y cuáles no son recomendables?
Yo he utilizado en este posts las palabras: restos de cocina, restos orgánicos o restos de
hortalizas y verduras. Pero es momento de ponerse específicos. Porque los restos de
cocina pueden contener desde macarrones con chorizo a posos de café o restos de
ensalada.
Para que puedas tener la lista de qué restos orgánicos disfrutarán tus lombrices y cuales
es mejor evitar he creado este descargable, que puedes imprimir y colocar junto a tu
vermicompostador.