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La afectación y estadística con relación a las empresas privadas en Panamá

durante l pandemia

El 13 de marzo de 2020, el Gobierno de la República de Panamá declaró la cuarentena


gradual por la crisis sanitaria por coronavirus y se establecieron disposiciones legales
temporales para mitigar el impacto en el mercado laboral y en miras de que, en el corto
plazo, la crisis sanitaria podría tener impacto en la tasa de desempleo. A través del
Decreto Ejecutivo 81, del 20 de marzo de 2020, se estableció la suspensión de los
contratos de los trabajadores de empresas cerradas, como medida preventiva ante la
prolongación de la crisis sanitaria. Posteriormente, mediante la Ley 157, del 3 de
agosto de 2020, se establecieron las medidas temporales de protección del empleo y
las condiciones de trabajo ante el cierre de empresas y actividades productivas como
resultado del Estado de Emergencia sanitario. Según las proyecciones y simulaciones
el desempleo, en el caso de Panamá, se elevará hasta el 25%, mientras que la
informalidad alcanzaría un 55% (Forbes Centroamérica, 2020). Todo ello como
resultado del cambio de los patrones de movilidad de las personas por debajo del
promedio de América Latina Según datos del Informe de movilidad de las comunidades
ante el COVID-19 , esto afectó los patrones de movilidad de la población en Panamá,
en mayor proporción, en las actividades de esparcimiento/ocio y redujo la movilidad en
parques (-49%), estaciones de transporte (-45%), tiendas y ocio (-44%). También, en
menor proporción, afecto la movilización hacia los lugares de trabajo (-38%),
supermercados y farmacias (- 20%) y zonas residenciales (+17). El impacto del COVID
19 fue diverso según sectores y actividades. En los sectores como la industria, las
comunicaciones, la agricultura, que también fueron afectados, los impactos no están
claramente identificados. En el sector terciario, los segmentos económicos más
afectados incluyen actividades como comercio, turismo, El impacto de la pandemia en
la economía panameña fue demoledor (Cuero, 2020). Hasta mayo de 2020, los efectos
de la suspensión de contratos y los cierres de empresas fueron los siguientes: (i) siete
sectores económicos que emplean a 878,000 mil personas, que representan el 55%
asalariados del país, afectados por la pandemia; (ii) suspensión temporal de los
contratos de 213,390 mil trabajadores; (iii) paralización de las operaciones de 13,136
mil empresas del sector privado (Fermín, 2020). Sin embargo, en el caso de Panamá,
los efectos de la cuarentena total, primero, y parcial después, tanto en las empresas
como en el empleo no son claros, en especial porque no se cuenta en tiempo real con
una base de datos sobre el cierre de las empresas grandes, medianas y pequeñas,
incluido el total real de contratos suspendidos, que en su conjunto permita establecer
preliminarmente cuánto se incrementó del desempleo.

La Pandemia COVID-19, ha tenido impacto negativo a nivel mundial, ya que después


del sector salud, el sector empresarial ha sido uno de los más afectados, por las
cuantiosas pérdidas de carácter económico y laboral que ha sufrido. Así se expresa en
la Sala de Prensa de la OIT (Organización Internacional del Trabajo): “El COVID-19
destruye el equivalente a 14 millones de empleos y desafía a buscar medidas para
enfrentar la crisis en América Latina y el Caribe” (OIT, 2020, p. 1). Estas cifras
alarmantes demuestran la grave situación que se vive tanto en Panamá como en el
resto de los países de América Latina y el Caribe. Muchos países de la región han
estado afrontando problemas sociales y económicos, siendo el desempleo uno de
estos problemas más graves, que con la pandemia COVID-19, se ha estado
agudizando, como así se expresa en la obra: América Latina ante la crisis COVID-19
vulnerabilidad socioeconómica y respuesta social, señalando lo siguiente: Como ya se
ha señalado, en los últimos cinco años las tendencias en materia de empleo en la
mayor parte de los países de América Latina presentaban un importante deterioro.
Tanto el aumento del desempleo como la meseta y luego caída en las tasas de empleo
muestran que para muchos países de la región la pandemia y sus efectos
La modalidad del teletrabajo El teletrabajo es una modalidad de trabajar fuera de la
empresa, que conlleva una forma remota, lo que le permite al colaborador realizar
funciones y tareas para el puesto que ocupa en la organización. Existen diferentes
definiciones, entre ellas, la que expresa el autor Téllez (2020): “El teletrabajo es una
actividad profesional desarrollada por personas que no están presentes físicamente en
la empresa para la que trabajan. Esto exige, además de un perfil profesional, un
dominio de las nuevas tecnologías de información y comunicación” (p.2).
Definitivamente, que el teletrabajo requiere del manejo de la tecnología y también que
la empresa cuente con los sistemas adecuados para cumplir con los controles
administrativos.
El sector privado de Panamá rechazó la nueva cuarentena para frenar el avance
descontrolado de la covid-19, consideró que llevará a la quiebra a centenares de
empresas y pidió al Gobierno que presente un plan "coherente y estructurado" para
hacer frente a la pandemia.
"No podemos bajo ninguna perspectiva aceptar que la cuarentena es la dirección
correcta, debemos identificar como país medidas efectivas que permitan mejores
resultados, reduzcan la incertidumbre y detengan el deterioro del sector productivo
formal", dijeron la treintena de cámaras representadas en el Consejo Nacional de la
Empresa Privada (Conep).
"El virus no se va a ir, tenemos que convivir con el virus", afirmó el presidente del
Conep, Julio de la Lastra, en una conferencia virtual en la que destacó que la
recuperación económica "no solo es importante para la empresa privada y los
trabajadores sino también para el Estado".
Los representantes de las distintas cámaras empresariales resaltaron que la
cuarentena no es la única vía para hacer frente al nuevo coronavirus, y se quejaron de
que han sido ignoradas las propuestas que en ese sentido han presentado al Ejecutivo
de Laurentino Cortizo prácticamente desde que comenzó la pandemia.
Panamá, un país de 4,2 millones habitantes que acumula 233.705 casos de la covid-19
y 3.892 muertos, vive desde noviembre un fuerte repunte de la pandemia que ha
llevado al límite al sistema sanitario y que las autoridades están enfrentando con
nuevos confinamientos.
Las medidas restrictivas más severas regirán durante las dos primeras semanas de
enero en las provincias de Panamá, donde está la capital, y la contigua Panamá Oeste,
las más pobladas y también las más afectadas por el nuevo coronavirus.
El Conep pidió al Gobierno que "implemente una estrategia integrada, coherente y
viable que conjugue las variables sanitarias, económicas y sociales, donde las acciones
una vez implantadas permitan al país salir de la crisis" que enfrenta.
La crisis alegada por los empresarios queda patentada en las cifras oficiales de
desempleo, del 18,5 % hasta octubre, la mayor tasa en 20 años, e informalidad (52,8
%), y un derrumbe del 20,4 % del producto interno bruto (PIB) entre enero y
septiembre.
"Luego de diez meses de paralización del sector productivo establecer una nueva
cuarentena generará un continuo deterioro del sector productivo formal, el cierre
definitivo de operaciones de cientos de empresas, empleos perdidos y aumento de la
informalidad", alertaron las patronales en un comunicado.
Los sectores no esenciales de la economía de Panamá fueron cerrados en marzo
pasado, con lo que se aplicaron mecanismos como la suspensión de contratos privados
(más de 270.000 según las cifras oficiales), y tras un accidentado proceso se permitió
su reapertura a mediados de octubre pasado.
Pero las autoridades han reconocido que la reactivación ha sido mucho más lenta de lo
esperado, con poco más de 100.000 contratos reactivados en los últimos meses,
mientras que los sindicatos denuncian que los derechos de los trabajadores han sido
vulnerados.
Los empresarios exigieron este martes al Gobierno "presentar de manera urgente el
Plan de reactivación económica al país, informar sobre el cronograma de aumento de
capacidad del sistema de salud para los próximos treinta días y el plan de vacunación"
ante la expectativa de que las primeras dosis llegaran en el primer trimestre de 2021.
"La gran pregunta es después" del 14 de enero, cuando culminará la cuarentena total
de 14 días impuesta en las provincias de Panamá y Panamá Oeste, "qué va a pasar? Y
durante el cierre, qué se va hacer, cuáles son los resultados que buscamos con esta
medida en particular? Necesitamos un plan estructurado y coherente y eso no lo
tenemos", dijo el dirigente.
El sector privado también pidió "ser consultado y ser parte activa en la toma de
decisiones" en materia "jurídico -laboral y en temas de reactivación económica que
pueda impactar la sostenibilidad de las empresas y las fuentes de empleo".
"No pretendemos co-gobernar, pero permítannos aportar", afirmó el presidente del
Conep.
En la actualidad, las empresas privadas están saliendo lentamente del modo de crisis y
planeando sus estrategias de recuperación. Están considerando un reajuste
fundamental en una serie de áreas de negocio. Estas incluyen el compromiso con el
cliente, la transformación digital, la gestión de la cadena de suministros, la planificación
de la fuerza laboral y el control de costos. COVID-19 está desafiando a todas las
empresas a reconsiderar cómo mantienen sus bases de clientes y se ganan la lealtad
de sus clientes. Muchos modelos de negocio tradicionales que antes se basaban en el
contacto cara a cara pueden ser menos factibles, rentables y relevantes en el futuro.
Durante la crisis, los clientes a menudo no tuvieron otra opción que adquirir bienes y
servicios en línea. Como resultado, es posible que hayan abandonado marcas que
carecían de una presencia efectiva en línea. Este cambio en el comportamiento de los
clientes requiere que las empresas reinventen la forma de llegar a sus clientes,
potencialmente utilizando enfoques innovadores. Dado que el mercado en línea es
altamente competitivo, también deben considerar cómo pueden diferenciarse
claramente de sus rivales. Ofrecer una buena experiencia será clave para crear
confianza y retener a los clientes, y significará que la empresa no tendrá que soportar
el pesado costo de tener que atraer continuamente nuevos negocios.
El cambio tecnológico ya se estaba produciendo a un ritmo rápido antes de que
COVID-19 llegara. Se ha acelerado aún más durante la pandemia. Con las
organizaciones obligadas a adoptar a escala las herramientas de videoconferencia y
basadas en la nube, hay una mayor conciencia de cuántas actividades y procesos
empresariales pueden realizarse realmente de forma virtual.

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