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CAPÍTULO 7

LA SUMA DE PLAZOS

POSESORIOS PARA PRESCRIBIR

Uno de los requisitos de la posesión es la continuidad, y esta significa mantenerla de una forma
constante y sobre todo ejercer control sobre ella. La continuidad de la situación de hecho de
detentar el bien deberá extenderse por el periodo que señala la ley para que de esa forma pueda
adquirirse la posesión por prescripción adquisitiva.

El artículo 898 del Código Civil establece que la continuidad de la posesión no necesita ser
mantenida por el mismo sujeto, ello porque la norma da la posibilidad de sumar los otros plazos
posesorios anteriores al del accionante.

Lo único que se requiere es que el plazo que se pretende sumar le haya transmitido válidamente el
bien.

La transmisión válida hace alusión a que el negocio jurídico que haya dado origen a la transmisión
de dicha posesión sea estructuralmente perfecto, es decir, sin ningún vicio que afecte su nulidad.

La idea de la suma de plazos posesorios está pensada principalmente en la prescripción adquisitiva


de dominio. Lo que se busca con esta figura jurídica es darle al poseedor la posibilidad de
completar el plazo prescriptorio que requiere la ley.

En efecto, si la lógica solo fuera que la persona que posea el bien, pretenda adquirir la propiedad
por usucapión con la posesión que haya ejercido en todo su periodo, esta no sería suficiente. Por
tanto, la prescripción adquisitiva sería un proceso muy excepcional ya que muy pocos podrían
satisfacer tal requerimiento de temporalidad.

CONCLUSION:

Finalmente, consideramos que esta figura legal resulta ser una forma de premiación al poseedor
para que pueda alcanzar su objetivo de adquirir la propiedad, ya que de lo contrario no habría
posibilidad de que la usucapión llegue a concretarse en el plano fáctico.
I. ADICIÓN DE PLAZOS POSESORIOS PARA GANAR LA USUCAPIÓN

Conforme expresa el artículo ochocientos noventa y ocho del Código

Civil, el poseedor puede adicionar a su plazo posesorio el de aquel que le

transmitió válidamente el bien; debiendo significar que la doctrina ha establecido la coexistencia


de ciertos requisitos para la adición de posesiones; a saber:

a) Quien ejerce la suma debe ser poseedor, haberlo sido o ser

acreedor;

b) Debe existir un anterior poseedor cuyo periodo será sumado;

c) Entrega válida del bien;

d) Las posesiones que se suman deben ser homogéneas.


II. CASOS EN LOS QUE PROCEDE LA SUMA DE PLAZOS

La suma o adición de posesiones ha sido establecida por razones prácticas que conciernen a la
propiedad y a la circulación de la riqueza. En efecto, ella facilita la usucapión o prescripción
adquisitiva, con las ventajas que ello supone para la consolidación del dominio, siendo uno de los
elementos para su configuración la continuidad del tiempo

III. CASOS EN LOS QUE NO PROCEDE LA SUMA DE PLAZOS

El pago de tributos efectuado por los demandados enerva la continuidad, posesión pacífica y
pública del demandante, por ser condición. No hay suma del término posesorio que expresa el
actor, y como el de cujus no ha cumplido con obligación tributaria, por ende, su posesión no es
válida, ya que la relación de padre político no genera derecho de transmisión válida.

IV. PROHIBICIÓN EXPRESA DE ADICIONAR PLAZOS POSESORIOS

“El poseedor puede adicionar a su plazo posesorio el de aquel que le trasmitió válidamente el
bien”, pero, de forma palmaria se tiene que la transferencia de la posesión no es válida, toda vez
que la posesionaria anterior, estaba prohibida de transferir la posesión del inmueble sublitis a
terceros, por lo que la transferencia no es válida, en consecuencia, no es factible adicionar o sumar
el plazo de posesión.

CAPÍTULO 8

EL CARÁCTER DECLARATIVO DE LA PRESCRIPCIÓN

ADQUISITIVA DE DOMINIO

La prescripción adquisitiva opera desde el momento que el poseedor ha cumplido con los
requisitos esenciales que establece el artículo 950 del Código Civil, esto es cuando su posesión
haya sido continua, pacífica, pública y como propietario.

En tal contexto, no deberá tomarse como obligación que el accionante deba iniciar un proceso
judicial para que se le reconozca su derecho de propiedad, porque desde el mismo momento en
que reúna los requisitos de la norma, se deberá entender que se ha adquirido tal derecho.

Esta posibilidad es recogida por el artículo 952 del Código Civil, donde textualmente señala que el
accionante “puede” entablar juicio para se le declare propietario. Esto quiere decir que nuestro
propio código reconoce que esto es una posibilidad que queda dispuesta para ser ejercida por el
detentador del bien.

Existe en la doctrina dos tipos de sentencias, la declarativa y la constitutiva. La primera busca


reconocer una situación de hecho que se viene generando y que se sigue manteniendo, la segunda
busca alterar (cambiando, modificando o extinguiendo) la relación jurídica preexistente.
Teniendo en cuenta esta diferencia, podemos afirmar que la declaración judicial de la prescripción
adquisitiva se limita a reconocer una situación de hecho – la posesión continúa ejercida como
propietario– que genera sus efectos como tal, sin alterarla.

CONCLUSION:

Debemos señalar que nuestra jurisprudencia es muy reiterativa al establecer que resulta
necesario una declaración judicial que respalde la adquisición de la propiedad, sobre todo para
efectos de la inscripción y la oponibilidad ante los terceros. Ello, toda vez que se presume iure et
de iure que todos los derechos registrados en los Registros Públicos son conocidos por todos.

I. LA NATURALEZA JURÍDICA DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA

El cumplimiento de facto de los requisitos contemplados en la ley transforma la calidad de


poseedor en la de propietario a condición de acreditar que efectivamente se han satisfecho tales
requisitos.

La prescripción adquisitiva de dominio opera desde el momento en que se inicia la posesión y no


desde que vence el plazo, lo que sustenta en razón de que el poseedor se comportó
permanentemente como legítimo propietario del bien, resultando cierta la postura en el sentido
de que la propiedad se adquiere con la posesión cualificada, sin necesidad de exigencia formal por
parte de la autoridad o funcionario público.

De acuerdo a los deseos del legislador, el beneficiario puede obtener la propiedad mediante
prescripción, y puede iniciar un proceso judicial para determinar la propiedad; en este caso, el
legislador señaló que La adquisición de una propiedad no requiere la iniciación de procedimientos
judiciales. En cambio, el adquirente está obligado a hacerlo porque su propiedad ha ganado su
tiempo
II. EL CARÁCTER DECLARATIVO DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA

La regulación sobre la potestad del adquirente por esta vía de recurrir al órgano jurisdiccional,
notarial o registral, a fin de obtener sentencia o resolución que reconozca la usucapión, responde
a la necesidad de ofrecerle un mecanismo para un mayor y más amplio reconocimiento a dicho
derecho de propiedad, menos dubitable o controvertible, revistiéndolo de una formalidad que
permite la inscripción de su derecho en los Registros Públicos en donde el efecto erga omnes tiene
una plena extensión publicitaria.

La prescripción adquisitiva cumple una finalidad importante de consolidación de una situación


jurídica vacilante, de modo tal que además de ser una institución jurídica por medio de la cual se
adquiere la propiedad, es una institución que permite consolidarla. De lo que se desprende que no
existe inconveniente alguno para que alguien que ostente un título de propiedad que adolezca de
algún vicio o defecto que impida su inscripción, pueda demandar judicialmente la prescripción.

Reiteramos, la acción de prescripción adquisitiva es evidentemente declarativa en tanto busca el


reconocimiento de un derecho a partir de una situación de hecho determinada o un
pronunciamiento de contenido probatorio que adquirirá certidumbre mediante la sentencia o
resolución, de tal forma que el contenido abstracto de la ley se convierte en una decisión
concreta, estableciendo una relación de derecho entre las partes; de modo que no se puede llegar
a una decisión jurisdiccional por la que se considere que el posesionario se ha convertido en
propietario del bien, por haberlo adquirido por prescripción adquisitiva sin que reciba un título
que lo considere como tal conforme al trámite judicial, notarial o registral correspondiente.

Es necesaria una sentencia judicial firme para que el derecho de propiedad pueda ser plenamente
ejercido y sea oponible a terceros, dado que mientras subsista la inscripción del derecho del
propietario original –en el caso de bienes registrables– este puede ejercer los atributos que otorga
el artículo 923 del Código Civil, dentro de los que se encuentra la reivindicación como la acción
real por excelencia.

No basta con que el poseedor acredite que ha ejercido su derecho de posesión por el periodo de
tiempo previsto en la norma sustantiva para concluir que adquiere la propiedad por su simple
transcurso, pues es a partir de la sentencia firme que se genera una nueva situación jurídica
respecto de la propiedad del bien y su titular.

Es necesaria una sentencia judicial firme para que el derecho de propiedad pueda ser plenamente
ejercido y sea oponible a terceros, dado que mientras subsista la inscripción del derecho del
propietario original –en el caso de bienes registrables– este puede ejercer los atributos que otorga
el artículo 923 del Código Civil, dentro de los que se encuentra la reivindicación como la acción
real por excelencia.

En tanto no exista una sentencia judicial que disponga la cancelación de los derechos registrales
del propietario original, este no encuentra limitación en su derecho a solicitar la entrega del
inmueble, en tanto la acción reivindicatoria es imprescriptible, mientras que la usucapión es una
acción que tiene por objeto transformar una situación de hecho (la posesión) en una de derecho
(reconocimiento de la titularidad) a favor del poseedor que no ha sido interrumpido durante el
tiempo que la poseyó y que cumple los requisitos de continuidad, pacificada y publicidad que
exige la ley.

CAPÍTULO 9

LA PRESCRIPCIÓN Y LA COPOSESIÓN

La coposesión puede tener efectos directos en cuanto a la prescripción adquisitiva de dominio, de


manera que consideramos que deberá aquella deberá ser vista desde don ángulos diferentes.

El primer aspecto hace referencia a la coposesión un bien por dos o más personas que pretendan
iniciar un proceso de prescripción adquisitiva de dominio para adquirir la propiedad, y que se les
declare copropietarios. Esta figura sí resulta posible porque no existe impedimento legal alguno
que de manera expresa lo prohíba. Incluso la Corte Suprema ya ha establecido un criterio
vinculante a través del segundo Pleno Casatorio sobre el tema.

La única condición que se ha requerido para que proceda la usucapión en este caso es la posesión
homogénea de los coposeedores.

El segundo aspecto radica contrariamente en la posibilidad de que uno de los coposeedores


pretenda usucapir la parte alícuota de su copropietario. En estos casos, la jurisprudencia ha sido
muy clara al señalar que según el artículo 985 del Código Civil es imposible la prescripción de los
bienes en común de los copropietarios, ni sus sucesores.
I. LOS COPOSEEDORES PUEDEN SER DECLARADOS COPROPIETARIOS

La correcta interpretación del artículo 950 del Código Civil debe hacerse en el sentido que nada
obsta para que dos o más coposeedores homogéneos puedan usucapir, puesto que de ver
amparada su pretensión devendrían en copropietarios, figura jurídica que está prevista en nuestra
legislación

II. EL COPOSEEDOR NO PUEDE PRESCRIBIR PARTE DEL BIEN COMÚN

Para activos sujetos a un sistema de propiedad común El objeto de división y división, que es
legalmente imposible. Impulsar directamente a los copropietarios de la propiedad para que
obtengan todos Compre productos con receta, porque su propiedad no se limita a Además del
hecho de que la propiedad es su propiedad, tratar de obtener la propiedad dentro de un cierto
rango es absolutamente contraproducente. Nombre de dominio existente
Tratándose de bienes sujetos al régimen de copropiedad que no han sido objeto de división y
partición, no es jurídicamente posible que uno de los copropietarios que conduce directamente los
inmuebles adquiera la totalidad de los bienes por prescripción, puesto que su posesión no está
materialmente circunscrita a un área determinada, además que el bien es de su propiedad,
resultando absolutamente contraproducente pretender adquirir la propiedad de un bien sobre el
que ya se tiene el dominio.

Si más de una persona ostenta derecho de propiedad sobre el inmueble reclamado, la demanda
de prescripción debe dirigirse contra todos los copropietarios, ya que, ante la pretensión
propuesta, entre estos existe un mismo derecho y una misma eventual afectación, es decir, un
litisconsorcio necesario. Por lo que, al no emplazarse a todos los copropietarios, es necesario
anular todo lo actuado hasta la etapa de saneamiento, a fin de que el juez de la causa los notifique
debidamente.

La propiedad que se pretende usucapir se encuentra registrada a nombre de la Sociedad. Ella es,
por tanto, la propietaria del bien, no pudiéndose confundir a dicha sociedad con las socias que la
integran, dado que una cosa es la persona jurídica y otra la persona natural.

En efecto, si bien en ambos casos se trata de sujetos de derecho, la regulación normativa de sus
actos es distinta pues se trata de comportamientos que aluden al actuar humano en forma
conjunta o en forma individual. Lo que adquiriría el demandante como heredero de su causante
son las participaciones sociales, pero no la propiedad del bien, al extremo que no podría ejercer a
título personal los atributos que el referido derecho otorga, esto es: poseer, disfrutar, disponer o
reivindicar el bien, pues tales facultades solo le corresponderían a la alegada sociedad.

La correcta interpretación del artículo 950 del Código Civil debe hacerse en el sentido que nada
obsta para que dos o más coposeedores homogéneos puedan usucapir, puesto que de ver
amparada su pretensión devendrían en copropietarios, figura jurídica que está prevista en nuestra
legislación, empero siempre y cuando la posesión de los demandantes sea ejercida de manera
homogénea; siendo que en el presente caso de estimarse positivamente la demanda, la
declaración de propiedad a favor de la actora, favorecería también al cónyuge de esta, al pasar a
formar parte de la sociedad de gananciales, por adquirirse dentro del matrimonio; lo cual resulta
un imposible jurídico, al no ejercerse la posesión de manera homogénea, tal como lo exige el
criterio vinculante establecido en el segundo pleno casatorio; pues de los fundamentos fácticos
expuestos en los escritos postulatorios, se ha delimitado como hecho que la demandante y el
codemandado son cónyuges, siendo que la posesión de este último se encuentra justificada con la
Escritura Pública de contrato de compraventa.

El artículo 985 del Código Civil, alegando que dicha norma, si bien establece que ninguno de los
copropietarios ni sus sucesores puede adquirir por prescripción los bienes comunes, sin embargo,
solo corresponde aplicar la misma a los copropietarios y sus sucesores, mas no a los terceros como
es el caso de la recurrente, quien no es copropietaria y menos sucesora, sino poseedora del
inmueble materia de la acción interpuesta

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