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Secreto confiado. Es el que nace de la relación entre lo poseedores del secreto con
promesa implícita de no revelación, dada la relación entre las personas. También es
confiado el secreto que se revela de expresa promesa de su guarda. Además de lo
anterior, para que el secreto sea confiado, requiere que su materia sea realmente
secreto, desde antes de su revelación y que la revelación se produzca en el contexto
de una relación personal que exija confianza entre sus miembros, por cualquier
medio de expresión: oral, escrita, gestual, etc.
No obliga guardar el secreto natural cuando está de por medio el bien común o
cuando de su guarda se deriven graves perjuicios para el dueño del secreto o para
otras personas.
El secreto confiado, es el más riguroso de los secretos y obliga guardarlo por estricta,
ya que, como se dijo antes, nace de la confianza en la relación interpersonal. Pero
la obligación de guardarlo, lo mismo que la no obligación de guardarlo obedecen a
razones diferentes, según el tipo de secreto confiado: obliga por dispensa dada,
implícita o explícitamente, por el dueño del secreto.
El secreto de Estado obliga porque por su divulgación afecta el bien común. Nunca
es lícita su revelación
La defensa del bien común, cuando la guarda del secreto le traería grave perjuicio y
dada la prelación que tiene el bien común sobre el particular.
Para beneficio del mismo dueño del secreto, aún en contra de su voluntad, sobre
todo cuando el guardarlo le traiga grave riesgo o daño.
Cuando el no revelar el secreto lleve a peligro cierto daño grave, injusto o
irreparable a una tercera persona inocente, si no hay otra forma de defender del
peligro a la tercera persona.
Para evitar el propio daño grave o injusto en que pueda caer el profesional por
guardar el secreto, a menos que el daño provocado al dueño del secreto por la
revelación del secreto, sea mayor. Sin embargo la valoración del riesgo deber ser
muy cuidadosa, para no agrandar, en perjuicio del dueño del secreto, la magnitud
del daño. Desde este punto de vista, es preferible correr el riesgo propio, que llegar
a una violación de secreto profesion
al.
Los requerimientos de la ley, sobre hechos conocidos con ocasión del ejercicio
profesional. Para los hechos conocidos en razón del ejercicio profesional, no hay
dispensa de guarda del secreto profesional, aún con requerimiento de la ley.