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SESIÓN 4

PRINCIPIO DEL DERECHO A LA INTIMIDAD

Es la parte reservada a lo más particular de los pensamientos, afectos o asuntos interiores de


una persona, familia o comunidad. Se refiere a una realidad de índole inmaterial, relativa a
lo más nuclear de la persona humana y que, además de ser reservada, tiene el valor de ser
genuina.

Buena parte de las argumentaciones en defensa de la intimidad se centran en la relación


entre el respeto a la misma y el respeto a la dignidad de la persona. Esta línea de
pensamiento sostiene que el bien de la intimidad está profundamente conectado con el
reconocimiento del carácter moral de la persona, su dignidad, su integridad, su unicidad y
su autonomía. Todo eso es lo que estaría en juego en el respeto a la intimidad.

Es una experiencia humana muy general la necesidad de mantener un mundo interior


propio, oculto a los demás, constituido por sentimientos, hechos, ilusiones o frustraciones;
interioridad que parece necesaria para vivenciarse como persona. La persona necesita tener
el poder de establecer la línea fronteriza entre lo oculto y lo público. La apertura total
parece psicológicamente insoportable, y cuando se fuerza, cuando alguien penetra en ese
mundo interior por la fuerza, tal invasión es vivida como una violación de la persona.

COMPONENTES

El sentido más amplio incluye tres componentes o dimensiones:


La intimidad entendida como LIBERTAD frente a intrusos en el entorno inmediato.

La intimidad puede entenderse también como un margen para la autonomía personal. En


este sentido incluiría la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, y también la
libertad de decidir y actuar, sin intervenciones ajenas, en aquellos asuntos que no desbordan
el ámbito de lo privado.

El tercero de los componentes es la restricción de la información acerca de uno mismo.


La persona es capaz de socializar o compartir su intimidad cuando se garantiza la
PRIVACIDAD, es decir el profesional de enfermería brinda condiciones mínimas durante
la atención.

Ejemplo:
Consulta personalizada en espacio exclusivo para enfermera-paciente.

Producidas las condiciones mínimas para la atención, lo siguiente que se produce es la


CONFIDENCIALIDAD, que es el ámbito de lo íntimo pertenece a la persona, que es
quien normalmente controla o decide la información que revela. Con frecuencia, en el
contexto de relaciones personales o profesionales, decide develar una parte de esa intimidad
a alguien, con carácter de exclusividad; es decir se lo confía sólo a él. Estamos ante una
confidencia.

El respeto a la intimidad física exige una determinada actitud de respeto por parte del
profesional de enfermería. Las situaciones propias del cuidado profesional de la salud
exigen con frecuencia una desvelación de aspectos de la intimidad corporal, aspectos que
normalmente quedan reservados para esas relaciones especiales y limitadas de familiaridad
y complicidad. El enfermero o enfermera no debe olvidar esto, por mucho que para él las
situaciones sean repetidas. La rutina no debería nunca llegar a impedir que se actúe
respetando el pudor del paciente y con la delicadeza que exige la intimidad de las personas.
En concreto, el cuidador debe procurar que la desvelación de la intimidad corporal se
limite a los aspectos indispensables: por ejemplo, como sabe todo buen profesional, para
hacer la cama a un enfermo desnudo no es preciso dejar plenamente al descubierto su
desnudez; y sobre todo, se limite a las personas indispensables por participar en el cuidado.
Probablemente, lo que más molesta a la persona enferma es verse expuesta a personas
ajenas,

La confidencia es un don, porque el otro nos entrega en ella parte de lo más profundo de sí
mismo. Y debe suscitar en nosotros el respeto propio de estar ante algo en cierto modo
único y sagrado, el misterio de la persona, y por ello ser tratada con lealtad, que exigirá no
compartir con otros sin permiso esa confidencia.
EL SECRETO PROFESIONAL:

Definición: Es el compromiso (obligación) correspondiente al profesional de enfermería en


no divulgar aquello que es conocido mediante el desempeño de la profesión (confidencias
del usuario).

Tipos:

Secreto natural: Aquel que viene exigido por la propia naturaleza de su contenido; es
decir, el que tiene por objeto lo que pertenece al ámbito íntimo de la persona:
pensamientos, afectos, asuntos interiores, entorno inmediato y autonomía.

Secreto prometido: Basado en la existencia de una promesa, que es efectuada al


interesado por parte de quien recibe la información después de haber conocido ésta. La
promesa no existía antes de que se tuviera acceso a la información objeto del secreto.

Secreto confiado o pactado: fundamenta en la existencia de un pacto o contrato más o


menos explícito por el cual una persona transmite información y la otra se comprometa a no
revelarla. La promesa de secreto es previa al conocimiento del asunto y una condición bajo
la cual se obtiene la información.

El secreto profesional es considerado por lo general como una variante del secreto pactado,
por entenderse que, al asumir una profesión o al entablar relación profesional con un
cliente, se establece un acuerdo tácito por el cual la información que el profesional conoce
debe ser guardada bajo secreto. El secreto profesional consiste, pues, en el compromiso de
no divulgar aquello que es conocido mediante el desempeño de una profesión; compromiso
que es adquirido por el profesional mediante un pacto tácito que realiza con la sociedad por
el hecho de asumir la profesión.

La discreción se ha considerado siempre una virtud importante en enfermería. Y desde que


esta profesión ha empezado a reconocerse a sí misma como tal y a darse una ciertas normas
condensadas en forma de códigos, en ellos ha figurado el deber de mantener el secreto
sobre la información obtenida en el ejercicio profesional. Ya en el llamado Juramento
Florence Nightingale, redactado en 1893, se dice:
Consideraré como confidencial toda información que me sea revelada en el ejercicio de mi
profesión, así como todos los asuntos familiares de mis pacientes.

Parece obvio que hay que tener especial cuidado con aquello que, si se diera a conocer,
podría resultar para el interesado (o allegados) perjudicial, humillante o deshonroso. Pero
en realidad cualquier cosa que él desee mantener oculta a los demás, es objeto del secreto.
Y por ello, cuando no conozcamos su voluntad, lo más acertado será actuar con la máxima
discreción.

Cuando la Enfermera/o se vea obligada/o a romper el secreto profesional por motivos


legales, no debe olvidar. que moralmente su primera preocupación ha de ser la seguridad
del paciente y procurará reducir al mínimo indispensable la cantidad de información
revelada y el número de personas que participen del secreto

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