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Durante la primera parte del siglo XX, la economía de Honduras se vio abrumada
por organizaciones estadounidenses, como la United Fruit Company, la Standard
Fruit Company y la Cuyamel Fruit Company, que se apoderaron de inmensas
fincas bananeras a lo largo de la costa norte. Estas organizaciones
inmediatamente convirtieron a las bananas en el producto básico principal del país
a cambio de grandes concesiones de los conservadores. En ese sentido, el capital
desconocido, la vida en las haciendas bananeras y los tradicionalistas fueron
elementos determinantes en las cuestiones gubernamentales hondureñas desde
1928 hasta mediados del siglo XX.
Manuel Bonilla llegó a la administración de Honduras, usando armas. Una vez en
el poder, terminó siendo un compañero superior a las organizaciones bananeras
que su antepasado, Terencio Sierra. Durante su organización, estas
organizaciones obtuvieron excepciones de cobro y autorización para fabricar
muelles y calles, así como consentimiento para adquirir los contratos para el
desarrollo del nuevo Ferrocarril Nacional de Honduras. Entre sus logros más
notables está la delimitación de la frontera con Nicaragua, particularmente en el
espacio de La Mosquitia, por el cual hubo una larga disputa.1
Durante la organización de Miguel Rafael Dávila Cuéllar, Estados Unidos intentó
detener las contiendas centroamericanas a través del Tratado de Amistad y Paz
Centroamericana de 1907. No obstante, de 1920 a 1923 hubo diecisiete
levantamientos o intentos de derrocamiento en Honduras. Esto se sumó a la
precariedad política del país. Vicente Mejía Colindres se puso manos a la obra en
1929 con grandes expectativas para su organización y su país. Honduras parecía
encaminarse hacia el avance político y financiero. En todo caso, una parte
importante de las expectativas de Mejía Colindres se corrieron con el inicio de la
Gran Depresión.
El Especialista y General Tiburcio Carías Andino administró Honduras
opresivamente durante la Gran Depresión, hasta 1948. Durante su gestión, la
coyuntura financiera de la nación obró en la escolarización específica, modernizó
las fuerzas armadas y marginalmente trabajó en la fundación de Honduras.
Además, trajo demanda y una relativa armonía que el país no había tenido,
aunque para ello tuvo que valerse de constricción. Obligado por la autoridad
pública de los Estados Unidos de América, el General Carias cumplió decisiones
libres en el país. En todo caso, Carías buscó formas de capitalizar su influencia y
nombró al abogado Juan Manuel Gálvez como aspirante al Partido Nacional.