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H echo y p o r hacer
Pensar la imaginación
eudeba
Co
p'iJití \Castoriadis
— f— --------------------------------------------------------------
Hecho y p o r hacer. Pensar la 'imaginación
t
“Imaginación radical e imaginario social instituyeme
son significaciones centrales para la reflexión, a partir de
las cuales puede y debe reconstruirse el conjunto de la p en sam ien to
filosofía. Tuede asombrarnos que la imaginación radical contem poráneo
del ser humano singular, de la psique, nunca haya
adquirido el lugar central que le pertenece dentro de la
teoría de la subjetividad. E incluso puede asombrarnos
todavía más que el imaginario social, imaginario radical
inscituyente, haya sido y siga siendo tocalmente ignora
do a lo largo de la historia del pensamiento filosófico,
sociológico y político. Las razones de tal ocultamiento
están profundamente arraigadas en la heteronomía de
las sociedades humanas de la que el pensamiento
heredado no logró despojarse.” C o rn e liu s Castoiiadis.
© *1998
Editorial Universitaria de Buenos Aires
Sociedad de Economía. Mixra^
Av. Rivadavia 1 5 7 1 /7 3 (\ 0 3 3 )
Tel: 383-8025 Fax: 383-2202
Título de la obr^-original
Fait et a faire. L rr nrfrefBars du idbyriñdje *V.
C ornelius C astoriadis
eudeba
P R Ó L O G O A LA E D IC IÓ N CA STELLA N A
1. Puesto que ahora mi interés es presentar este libro, dejo de lado los trabajos que
Castoriadis dedicó al análisis sociohistórico, económico y político de situaciones
concretas. A este respecto puede consultarse, al final de este volumen, la bibliogra
fía que he confeccionado. •->
H echo y p o r hacer
Fernand o U rribarri
Buenos Aires, noviem bre de 1998
ADVERTENCIA AL L E C T O R
Están aquí reunidos mis escritos de los últimos años sobre psi
coanálisis y filosofía. Los p recede “Hecho y por hacer”, texto a la
vez de balance y programa, del cual conviene indicar el origen.
Enu'c los años 1987-88, y por im itación de mi am igo G ioran ni
Busino, varios escritores aceptaron participar en un volumen
colectivo dedicado a m i trabajo. Tanto sus nom bres com o los
títulos de sus aportes se hallan al final de este texto. El conju n
to se publicó en el n° 86 de la R en te eu ro p e en n e des scienccs
sociales , en diciem bre de 1989, y, en un volumen aparte, A u to
nom ía y A u to transform ación de Ja sociedad. La filosofía m ili
tante d e C ornelius Castoríadis (Ginebra, Droz, 1989). Ante la
imposibilidad de reeditarlo en un futuro cercano, vuelvo a pu
blicar aquí mi propio aporte, en el que aproveché la discusión
de algunas de las críticas que me fueron dirigidas para uatar
de echar luz sobre mi recorrid o y sus principales resultados,
esbozando al mismo tiem po nuevas interrogaciones. Confío en
que aquellos amigos que conuibuyeron a la obra colectiva me
perdonen por presentar aq u í las respuestas a críticas que había
que buscar en otro lado. Y espero tam bién que el lector juzgue
que el presente texto puede leerse por sí mismo.
“Ni h ech o, ni por h a cer” era la tradicional protesta de las
p a tro n a s b u rg u esa s a n te a lg u n a fa e n a d e sp ro lija de sus
mucamas. “H ech o y p or h a cer” podría ser el subtítulo de todo
escrito filosófico digno de ese nom bre.
Ju n io de 1996
L os textos h a n sido rep rod u cid os sin m o d ificacio n es, sal
vo en la co rre cc ió n de algunos lapsus calam i. Las notas ori
ginales están señaladas con cifras aráb ig as, y algunas nuevas
co n letras.
C ornelius Castoriadis
H ECH O Y P O R HACER
Sólo puedo agrad ecer a los amigos que quisieron con tri
buir a este volum en expresándoles mi em oción por la canti
dad y calidad de sus testim onios. Con idéntica em oción le agra
dezco a Giovanni Busino h aber tom ado la iniciativa, llevándo
lo a buen puerto a través de innum erables obstáculos y dolo-
rosas circunstancias personales.
Me habría gustado darle más cuerpo a estos agradecim ien
tos respondiéndole en detalle a cada autor. P ero ello habría
exigido, no sólo un segundo volumen de dim ensiones com pa
rables, sino m uchos m eses de trabajo. Por eso p re fe rí —para
facilitarle tam bién la tarea al le cto r- más que h acer de este
texto una serie de observaciones acerca de las que me fueron
dirigidas, organizado en torno de algunos temas correspondien
tes a los grandes ejes de mi trabajo que cubren, al m enos así
espero, buena parte de las críticas recibidas. Es posible que no
haya abordado m uchas de las cuestiones señaladas por los ami
gos aquí presentes, com o así tampoco otras que de por sí me
desvelan en la noche. No por eso dejan de estar en mi m ente,
y confío en p od er hablar de ellas en otra parte. Aun así he
procurado subrayar, en los casos más im portantes, las tareas ro
daría por realizar y las orientaciones para el trabajo futuro.1
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C ornelius Castoñudis
O ntología
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H e ch o y p o r hacer
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C o rn e liu s Castoriadis
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Cornelius Castoriadis
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H ec h o y p o r hacer
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Corn elivs Casioriadis
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¿VüV-'.'-I
H e ch o y p o r hacer
% * s
rep rod u cirse. En su propio plano, la respuesta es correcta'*’”"
p ero in su ficien te para n u estra discusión. En p rim er lugar,
porque no extrae las im plicaciones ontológicas del h ech o , a
saber que el m undo en sf tam bién es organizable y que com
porta lo ensíd ico. Esc no era el problem a de Freud, ni tam po
co un problem a para él, que n un ca dudó de la factura “racio
n al” del m undo físico. P ero luego, y p or sobre todo, su res
puesta en ese plano g en ético que es el suyo, vale para todo
para sí efectivo, para lo viviente en su con ju n to, y sólo vale
para el casi-“sab cr” lim itado que corresponde en cada oportu
nidad a la categoría de lo viviente considerada. La respuesta
de Freud vale para las bacterias, las tortugas marinas, los chim
pancés, ya que si esos seres existen com o vivientes es porque
pu dieron, de una u otra m an era, crearse m undos propios con
los su ficientes puntos de co n ta cto en cuanto a necesidad y
uso con el m undo a secas. Es rigurosam ente im posible “expli
car” de esa m anera el n acim iento de la teoría de los espacios
h ilbertianos de dim ensión n y su incid encia en el m undo físi
co , a m enos que se postule u na hom ogeneidad esencial y sin
ruptura ele la lógica de los infravirus con la lógica einsteniana,
com o tam bién una organización de pu nta a punta ensídica
de todo lo que es. (Es en este sentido que escribí, con irreve
rencia, que “la Estética trascendental es buena para perros, y
p o r supuesto tam bién para nosotros, en la inm ensa m edida
de nuestro parentesco con los perros”: 1986a, p. 4 3 1 ).
La adaptación/selección podría “explicar” cierto desarrollo
de un saber hum ano estrictam ente ensídico y estrecham ente
instrum ental. Pero en realidad no explica ni eso, pues no nene
nada para d ecir acerca de lo propio de los m undos propios
hum anos (de las diversas sociedades instituidas) —a saber que
las S IS q u e los h a c e n se r n o son ni “a d a p ta tiv a s” ni
“antiadaptativas”; ellas son otra cosa. L a propia psique es un
masivo y monstruoso caso de inadaptación. Esta inadaptación
es, mal que bien, dom ada por la institución social y la socializa
ción de la psique —que al respecto, tiene un valor no “adaptativo”
sino de supervivencia: de no haber creado la insdtución, la hu
manidad habría desaparecido corno especie viviente. Claro que
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Cornelius Castoriadis
iií 3¡s
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C ornelius Castoríadis
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R e la c ió n c o n la filo s o fía h e r e d a d a
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C o m etí its Castoríadis
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C orneli us Castoriaclis
• Nombre del grupo y la revista que C. Castoriadis fundó en 1948 junto con Claude
Lefort y que se autodisolvió en 1967.
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llc c h o y p o r hacer r & ; 3 'J . 0 1í t 'w
sli^.
razones es que son tan fecundas las tensiones y aporías
sam icnto aristotélico. -
Aristóteles fija el tope de la filosofía grecoccidental. Y en algu
nos de los temas que considero cruciales se m onta en el y está a
punto de trasponerlo: phantasia (1978b ), n o m o s/p h u sis (1975b).
No lo franquea, se queda en la determ inación: la pura materia,
com o la pura indeterm inación, es un concepto abstracto, límite
del ser y el pensam iento. La idea de creación no tendría sentido
pata él: la teoría de la poiesis y la recliné es esencialm ente una
teoría de la im itación (1973a, pp. 223-226), aun si por m om en
tos se muestra titubeante. Como tal, es obviamente inadecuada a
la cosa, y no es casual que la idea de m im esis reaparezca tantas
veces en aquellos autores contem poráneos a quienes la creación
les sigue resultando un término obsceno (o divino).
Aristóteles piensa el siglo Vo en la Política y en su teoría de
la ju sticia (L ib ro Vu de la Etica a N icórnaco) . R eencu en tra el
siglo V en otro punto -lig a d o al anterior— de capital im por
tancia. No sólo d ebate constantem ente con el gran D cm ócrito
(de q u ien , si d ep en d iéram o s de P latón , org an izad or de la
prim era gran conspiración del silencio en la historia de la filo
sofía, ignoraríam os hasta el n om b re), sino que recu pera posi
tivam en te su h e re n c ia , lo m ism o que la d e H ero d o to , los
hipocráticos y la gran sofística, en la distinción en tre p h u sis y
n o m o s (ob literad a en Platón, que la rem plaza por la de sano y
corro m p id o). N o vale la pena recordar que en su esencia el
pensam iento aristotélico es un pensam iento de la phusis. Pero
que, cuando lleg a a los asuntos hum anos, n o puede no en
contrarse con la cuestión del nom os. Eso explica algunos as
pectos caóticos de su Política, y tam bién que al reflexion ar
acerca de la p o lis y la ju sticia, donde no le es tan fácil en co n
trar su (o una) p h u sis, se lo vea vacilante (1 9 7 5 b ). Lo mismo
ocu rre en el terren o de la psique, cuando descubre la imagi
nación p ero a pesar ele sus esfuerzos no puede, en las partes
mas aporéticas d el P eri psuchés, articularla con u na p h u sis
funcional y racio n al del alm a (1978b ).
C ualquiera q u e hubiese reflexionado ú nicam ente a partir
de la historia de la filosofía y el texto aristotélico, habría podido,
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Co rneli us Coscona dis
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Psique y sociedad
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C orn eliu s C asioriadis
A p rendizaje y progreso
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C o m e lii is Casioriadis
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2 BlBUOtK<
H e c h o y p o r hacer \i
V*v> ,
Otra respuesta p od ría dársele qu e no fu ctaii falsas siiiipífc*ás:;J£¿
del tipo “satisfacer n ecesid ad es” o “ajustar m ejo r el m etabolis
mo con la natu raleza”? Las “necesidades” las d efin e evidente
m ente la institu ción de la sociedad en cada caso (1 9 6 4 -6 5 ); y
los “problem as” tam bién. Los “problem as” que d eb ía resolver
un fiel cristiano a lred ed or del 450 de nuestra era no son los
m ism os q u e los de un ciu d a d a n o aten ien se del 4 5 0 a.C . Y
m ucho m e gustaría que m e m ostraran -sin “d ialéctica” falaz—
cuál es el “p ro g reso ” (o la “acum u lación ”) en tre u no y otro.
El único "p rob lem a” que la institución de la sociedad debe
resolver siem pre y en todas partes, y que resuelve siem pre y en
todas partes, de una m an era que sería prácticam ente inataca
ble si no la perturbaran desde afuera o desde su propio imagi
nario, es el “problem a” del sentido: crear un m undo (“natu ral”
y “social”) investido de sign ificación (1964-65, 1975a, 1982b,
1 9 8 8a). D ecir que ai r e sp e c to pueda h a b er “a cu m u lació n y
progreso”, es suscribir a la in creíb le y banal idea de un “senti
d o” del m undo al que nos estaríam os acercando gradualm en
te. (Y subsidiariam ente, em p ren d er la jerarqu ización d e las so
ciedades observadas, según su mayor o m en o r cercan ía a ese
“verdadero sentido del m u n d o”). A eso tam bién com prom ete
la visión del co n ju n to de la historia com o “racionalización”.
Al sobrevolar el c o n ju n to de la historia hum ana (n o en de
talle: 1973a , pp. 2 3 2 -2 3 7 ), se h a ce ev id en te —y b a n a l- u n a
dim ensión a lo largo de la cual hay “progreso y acu m u lación ”:
la dim ensión ensídica, el leg ein y el teu kh e in , lo lógico-m ate
m ático y lo técn ico (1 9 7 5 a , pp. 365-369). Sólo podríam os ex
traer la co n clu sió n de un “p rogreso” y una “acu m u lación ” a
secas si red u jéram o s el m u n d o y la vida hum ana a entidades
ensídicas —cosa a todas lu ces absurda. P ero incluso con rela
ción a esa dim ensión en síd ica, n o podem os olvidar que el “pro
greso” y su m a n te n im ien to rem iten a cuestiones filosóficas ca
pitales. P or un lado, son ev id en tem en te im posibles sin con d i
ciones cosm ológicas (1 9 8 6 a ): es porque existe una dim ensión
ensidizable de lo ex isten te q u e el en ten d im iento puede eje r
cer su “fan tástica p o te n c ia ”. P or otro lado, su despliegue de
pende del im aginario hum ano, lo mismo que su m a n te n im ie n to
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C o m e tí us C asiorjadis
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H e c h a y p o r h a cer
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Corrí ef¡ us Casroríadis
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(d) Según una tradición cuya fuente no he logrado establecer, durante la conquista
de Egipto, sabedor el rey persa Cambises de que los egipcios veneraban a los
gatos como animales sagrados ordenó a sus soldados que llevaran uno ante su
pecho. Así las cosas, los egipcios no se atrevieron a combatir contra los persas y
fueron vencidos. La historia militar contiene muchos ejemplos de estratagemas
basadas en el aprovechamiento de las creencias del enemigo.
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Coro elms Casroríadis
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C o rn e liu s C asioriadis
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H ech o y p o r hacer ■X aiBUOTS<
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C ornelius Cascoriadis
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C ornelius Casioriadis
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S? ■
a ctu a r y h a b la r sin su fic ie n te d e lib e ra c ió n . P o r eso es qu e ,
n o d ejam o s d e m irarlo .
A propósito de esto se habla —lo m ism o que a propósito de
p o lític a - de “volu ntarism o”. M e d eja h elad o ese térm in o des
preciativo. ¿Puedo reflexion ar sin q u e re r hacerlo? ¿Puedo d e
liberar sin q u e r e r d eliberar? ¿Puedo tratar de ser libre (autó
n om o) si n o q u ie ro serlo? P oltier m e pregunta algo así com o
que p or qu é q u iero ser libre y si n o soy esclavo de mi deseo de
libertad . O si, de acu erd o co n mis ideas, u n a sociedad au tóno
m a n o sería h eteró n o m a al h aberse consagrad o a la au to n o
m ía. Sim ples sofism as infantiles. Cuando Tocq u ev ille d ecía en
u n a frase de ind u d ables an teced en tes clásicos: q u ien quiera
la libertad para algo qu e n o sea la libertad es ind igno cíe ella
¿era “irracion alista” o “b erg so n ian o ”? Hay una posición, una
au toposición inaugural, im posible sin p articip ación de la vo
luntad: reflex io n a r y d elib erar.
Eso que con ju sta razón podem os llam ar voluntarismo, está
muy bien expresado en la m áxim a que m e lanza irónicam ente
B. W aldenfels: W o ein Wille, da ist auch ein Weg, donde hay
voluntad, hay tam bién un cam ino. El sentido es riguroso y claro:
la voluntad en sí misma es cond ición suficiente del cam ino, de la
solución. Si alguna vez lo h u biera pensado, n o h abría pasado
cuarenta y tres años de mi vida preguntándom e sin parar por el
estado y las tendencias de la sociedad en que vivimos, intentando
detectar algo que presagiara autonom ía en las luchas y agrupa
ciones obreras francesas o norteam ericanas, en los pueblos hún
garo y polaco, en los nuevos movimientos estudiantiles, fem eni
nos y ecologistas. Ni le habría adjudicado tanto peso al proceso
privatizador en la sociedad contem poránea (1 9 6 0 ), y a su incrus
tación dentro de u na pesada materialidad histórico-social (1982a,
1987a). Pero B. W aldenfels sí habría podido —aunque al precio
de una reflexión suplem entaria— en co n u a r la verdadera máxi
ma que hago tam bién mía: W o kc in Wille, das ist auch kein W'cg
(sondeen blosses G e sc h e h e n ) , donde n o hay voluntad, no hay
cam ino, sino únicam ente devenir.
Algún racio nalism o in telectu alista reservó la ‘V olun tad” a
la “ética” o a la “razón p rá ctica ”, com o si pudiera h ab er “un
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C orn eliu s C asioi¡aclis
su jeto del pen saín ien t_o puro" sin voluntad —o com o si la “vo
lu n tad ” fu e ra u n a facu ltad “pru sian a” o “b o lch ev iq u e”—. La
volu n tad es la ten sió n h acia... de la subjetividad reflexiva y
d eliberante, es co n stitu tiva de ella. No se trata de “psicología”
en el sentido despectivo de los neokaritianos y husserlianos. Si
la reflexión n o q u ie re algo, no existe co m o reflexión . La bús
queda de la verdad es voluntad d e verdad. (Frase qu e obvia
m en te no tien e ningú n sentido si la verdad es d ispensam icnto
del ser, el cual, com o sabem os dispensa tam bién la no-verdad,
la V erb o rg e n h eii, y si hace falta “sein lassen”, las d os). Se trata
d e la o n to lo g ía de ese m od o del para sf q u e es la subjetividad
reflexiv a y d e lib e ra n te (1 9 8 6 b ). L a b ú sq u ed a de la verdad
presupone la voluntad de verdad, y tam bién u na investidura
d e la verdad (y n o por ejem p lo d e la san tid ad ), y am bas pre
suponen ya cierra id ea de la verdad. En esc nivel n o hay ana
tom ía de la su bjetivid ad —o si se q u iere, esa a n a to m ía sólo
puede m atar a la subjetividad. Los m om en tos de la subjetivi
dad —la su blim ación del deseo co m o voluntad, de la rep resen
tació n co m o p e n sa m ien to , del p la ce r de la rep resen ta ció n
com o placer d e la libertad de h a cer y pensar—son indisociables.
A la pregunta de por qué la au tonom ía y por qué la reflexión
no hay respuesta fundadora, no hay respuesta “río arriba”. Hay
sí, una co n d ició n histórico-social: el proyecto de autonom ía, la
reflexión , la d elib eració n y la razón ya fu eron creadas, están
ahí, p erten ecen a nuestra tradición. P ero esa co n d ició n no es
fu n d a c ió n . Se m e o b jeta ah ora algo que h ace tiem po fui el
prim ero en destacar: que nuestra tradición n o sólo com porta
eso, sino que tam bién com porta el Gulag y Auschwitz (1983b ,
p. 268). Pero yo n u n ca p reten d í “fu n d am en tar” el valor de la
au to n o m ía en “n u estra trad ición ” (lo cual sería una extrañ a
idea): al contrario, el valor de n u estra trad ición está en que
ta m b ién creó el proyecto de autonom ía, la dem ocracia y la filo
sofía. Y tam bién en haber creado, y valorado, la posibilidad de
elección (im posible p or ej. para los verdaderos ju d ío s, cristia
nos o m usulm anes). Esa posibilidad de elección que valoramos
de m anera in con d icion al y em pleam os eligiend o a favor de la
au tonom ía, y en con tra de la h etero n o m ía presente tanto en
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C orneJius CascociadJs
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C o rn e liu s Casroríadis
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F erry ). ¿T ien e sentid o d ecir que tam bién debería serlo en los
de la señ o ra M urasaki o A ristó xen és, tal co m o eran? (Q u e
pueda d e v e n ir lo tras a c u ltu ra c ió n c rea obviam ente presu n
ció n de historicidad y n o de lo co n tra rio ).
L o m ism o o cu rre co n los valores prácticos. ¿Acaso d em o
cracia y au to n o m ía d eb ía n valer para los incas o los habitantes
del reino de D ahotney en el siglo X? E sc enu nciad o es vacío,
sin sentido, ocioso. Para que algo se vuelva u na exigen cia (un
“deber-ser”) se necesita que tenga sen tid o , que p u e d a te n e r
sentido para el d estinatario. D ecir que en el n eo lítico la gen
te d eb e ría h a b e r b u scad o su a u to n o m ía individual y so cial
equivale a d ecir qu e n o ten d ría n que h a b e r sido com o fu e
ro n , sino ser eso que no fu e ro n y que ningún discurso retros
pectivo pu ed e h a c e r de ellos.
D isanto es hoy, ya que cualquiera sea su cultura propia en
principio la gente puede acced er a ese sentido (a esa constela
ción de significaciones creadas en la historia g reco ccid en tal), y
de h ech o lo hace (la d em ocracia que reivindicaron los chinos
en la primavera de 1995 n o p erten ece para nada a su “tradi
c ió n ”). “C on vencerlos razo n ab lem en te" significa ayudarlos a
alcanzar su propia autonom ía. ¿Pero para qué? Porque quere
mos autonom ía para todos —porqu e som etem os todo, incluidas
las instituciones de los otros, a la cuestión del d erecho—. Poltier
se queja diciendo que eso es sostener la superioridad de la cul
tura occidental y no respetar las diferencias. No sostenem os la
su perioridad de la cultura o ccid en tal sino de una de sus di
m ensiones, que sostenem os en contra de otra opuesta, de esta
m ism a cultura. Si alguien n o acep ta esa superioridad le convie
n e igual quedarse en esta cu k u ra porque el azar lo puso en ella
e igual podría haberse h ech o bonzo o sufi, y porque si el día de
m añana los neonazis o los estalinistas quisieran tom ar el poder,
él n o en con traría ningún m otivo razonable para com batirlos
(salvo, eso sí, motivos de com odidad personal).
Es claro que n o respeto, con trariam en te a la tan propagada
e insípida novela rosa de estos tiempos, la diferencia de los de
más sim plem ente com o d iferen cia y sin aten d er a lo que h acen
y son. No respeto la d iferen cia del sádico, llámese E ich m an n o
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Con? e//us Castoriadis
A u t o n o m í a : Ja ética
(e) Ejemplo típico de casuística ética tradicional. Si no entrego los valores niego una
situación que de generalizarse los haría imposibles. También es imposible presentar
mi acto como instancia de aplicación de una máxima universal.
* Sobre la ética también puede el lector remitirse al articulo “Miseria de la ética"
(1992). único estrictamente dedicado al tema, en El Avance de la Insignificancia,
Eudeba, de esta misma colección. (F. U.) •.
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C o n i e l i U S C sstnriadis
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q u e n o s e n fr e n ta m o s a u n a e x ig e n c ia im p o s ib le d e n'o
relativizar.
El su jeto kantiano, lo m ism o que el platónico y el cristiano,
sólo re c o n o c e su p r o p io co n flic to —p ero en realidad no hay
co n flicto , ya que no plantea n in g ú n verdadero p roblem a, por
que “en d e re c h o ” todos se resuelven de an tem ano—. Si sufre
es p orqu e “q u e rría ” h a cer el B ien (qu e co n o ce o debe c o n o
cer s ie m p r e ) , p ero n o “p u e d e ”, y si “p u ed e” es a p artir de
“d eterm in acion es em píricas” y n o puras. P ero en verdad, n in
gún p ro b lem a se resuelve de a n tem a n o ; ten em os que crea r
el b ien en con d icion es inciertas y mal conocid as, el proyecto
de au to n o m ía es nuestro fin y maestra guía, p ero no resuelve
p o r nosotros todos las situaciones efectivas.
En ese punto, ¿cóm o no sentirse im presionado, em ocion a
do ante la insuperable profundidad del Filósofo? “I.a virtud es
una disposición adquirida ( exis ) deliberativa... definida por el
logos y tal com o la definiría el ph ro n im o s". La exis es una dispo
sición que no es “pura” ni “espontánea”: es, y debe ser, adquiri
da (de a h í el papel decisivo de paideia y n o m o s). Es proairéüke'
en dos sentidos: en el de su “o b jeto ”, transitivam ente se refiere
a la elección, es un h a b itus que lle\a a elegir bien. Pero tam
bién es proairétiké, deliberativa, porque es un hábito de deli
b e ra c ió n (reflex iv o y d e lib e ra tiv o ). N o es sim ple h a b itu s,
autom aticidad m ecánica, sino que conserva la proairésis, que es
in ten ció n y elección. Se d efin e por el logos —y por lo tanto co n
tie n e un e le m e n to ra z o n a b le y d is c u tib le . P e ro n o es ni
m ecanizadle ni m eram en te universalizable, sino tal com o la
definirá el p h ro n im o s, aquél que posee la phronésis. Está claro
que Aristóteles n o sabe lo que dice: si hay logos, ¿qué necesidad
de p h ro n im o s ? ¿Q uién y a partir de qué definirá el p h ro n im o s ?
Perdonem os al pobre Aristóteles: n o tuvo la suerte de le e r a los
autores del siglo X X declinante.
La p h ró n e sis n o “fu n d a” la a u to n o m ía ni tam poco se d eja
“d ed u cir” de ella. P ero sin p h r o n é s is n o hay ni au to n o m ía
efectiva ni p ra xis en el sentid o que le doy al térm ino. Ni m u
ch o m en os p e n s a m ie n to te ó ric o q u e re a lm e n te valga. Sin
p h ro n é sis teórica se avecina el d elirio (ver H egel).
iZ o m e li us Cas loria drs
77
C ornelius Cascoriadis
• *
78
H e c h o y p o r hacer
7.9
C ornelius C asiohadis
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H e d ió y ¡jor hacer
A u to n o m ía : la política
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Com etíus Cas toríaclis
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H e c h o y p o r hacer
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C ornelias Castoriltdis
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H e c h o y p o r hacer
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C ornelius Castoriad is
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C ornelius Castoriadis
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H e c h o y p o r ha cer
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í i t r n e l i u s CaMoríadis
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H e c h o y p o r hacer
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C ornelius Cascan'aclis
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H e c h o y p o r h acer
H oy
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C o rn e liu s Cas lo r ia d o
F. F e h e r n o d eb e tem er q u e yo q u ie ra “im p o n e r” n in gú n
“m od elo único de socialism o”. Un m ovim iento que in ten tara
estab lecer una sociedad au tó n o m a n o p od ría h acerse sin dis
cu tir y con fron tar propuestas provenientes de distintos ciuda
danos. Y com o soy un ciudadano fo rm u lo las m ías.
¿Por qu é h acerlo en una Forma qu e a algunos les p arece
tan precisa y a otros tan vaga? D ejan d o de lad o las carencias
del autor, y so bre tod o que una institu ción asi' sólo puede ser
ob ra de una actividad colectiva y d em ocrática, h u bo dos consi
deracion es que guiaron mis esfuerzos desde 1957, e inclu so
antes. E n parte fren te a los h orrores del “socialism o real”, el
d escréd ito en qu e cafa la idea, las críticas de los adversarios y
el silencio de los “clásicos”, m e p areció y m e sigue parecien d o
capital m ostrar que el proyecto de a u to n o m ía no es cualquier
cosa, qu e pu ed e darse los m edios para sus fines y que hasta
d on d e puedo ver no presenta n in gu na an tin om ia, in co h e re n
cia o im posibilidad internas. P or otra parte, serta tan absurdo
co m o rid icu lo d escrib ir u na u topía seud o c o n c re ta cu an d o
los datos cam bian día a día y el alfa y el om eg a del asunto es el
despliegue de u na creatividad social que de desencadenarse
d ejaría tras de sí tod o lo que hoy podarnos pensar.
P ero por otro lado, y aun con las form u lacio n es específicas
que le di, ese proyecto no es “el m ío ”. M ío es sólo el trabajo de
elucid ación y con d en sació n de u na ex p e rien cia histórica que
co m en z ó h ace v ein ticin co siglos y se hizo p a rticu la rm en te
densa y rica a partir de los últim os d oscientos años. Q uienes
crean que m e insp iro exclusiva o esen cialm en te en la historia
antigua dem uestran n o h aberm e lcid o. Mi reflexión n o em
pezó con la d em ocracia aten ien se (sob re la que trabajé real
m e n te re cié n d esd e 1 9 7 8 ), sino co n el m ov im ien to o b re ro
con tem p orán eo . C itar los textos qu e la con signan desde 1946
sería citar los ín d ices de los o ch o tom os d e mis escritos en
S o cia lism o o Barbarie; esas tres mil páginas n o co n tie n e n a
cada paso una alusión a T u cfd id es y otra a Platón. L o que allí
se discute, describe, analiza y piensa es la exp erien cia m oder
na: la rusa por supuesto, pero tam bién las grandes o pequeñas
luchas de los obreros occidentales desde 1945, las revoluciones
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H e ch o y p o r hacer
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Co m eli us Cas 10na dis
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H e c h o y p o r hacer 'Á’.ÜV-
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C o m e tí u s C a sio ria dis
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H e c h o y p o r hacer
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PSIQUE
D E L A M Ó N A D A A L A A U T O N O M ÍA '
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C o m efi us Castoriadis
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C ornelius C ssiorisdis
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H ech o y p o r hacer
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C om e]ius Castoriadis
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H echo y p o r hacer t BÍ9U016C
\>?V
visión, un m odo de ser de los fenóm enos psíquicos com o
que no podem os red u cir al m odo de ser de los fen óm en os
somáticos. F.so es absolutam ente claro y evidente, com o clara y
evidente es cierta p erm a n en te y esencial in terd ep en dencia.
No es sólo si le agu jeream os la cabeza a alguien el proceso
psíqu ico se in terru m p e; tam bién es co n statab le cu an tío le
damos alco ho l a una persona y se pone a con tar cosas que de
otro m odo n o contaría; o se le dice algo y en rojece, o nos da
una bofetada, realiza un m ovim iento corporal.
A nivel filosófico no puede haber distinción definitiva y esen
cial en tre alm a y cu erp o, en tre psique y som a. Com o decía
Aristóteles, “el cadáver de Sócrates n o es Sócrates”, por más
que todavía este tibio. Es im posible c o n c e b ir la menLe de
Sócrates en el cu erp o de Ava G ardner, y viceversa. T e n ía ra
zón Aristóteles cuando d ecía que el alm a es la form a de un
cuerpo vivo. El alm a es en prim er lugar la vida, y la vida es la
existencia m ism a del cuerpo. En el sim ple viviente, a partir
de determ inado m om ento, el cuerpo se redobla con una re
presentación del am bien te, del m edio am bien te, del en to r
no, de un m odo específico de ser afectado y de un em puje.
En el 99,9% de los casos, en el simple viviente eso perm anece
dentro del m arco estricto de la funcionalidad biológica. En
cam bio, en el ser hum ano hay despegue. Hay una ncoplasia,
un cán cer que no es sólo resultado de la expansión cuantitati
va del sistem a nervioso, sino al m ism o tiem po de la extraordi
naria com plejización de su organización, y probablem en te de
otras cosas m ás. Ese c á n c e r se traduce n o tanto por un au
m ento de las capacidades lógicas (una burrada tradicional dice
que “el hom bre es un anim al racional”, cuando en realidad es
m ucho m enos racional que los anim ales), sino en un inm enso
d e s p lie g u e d e la im a g in a c ió n . Y d e u n a im a g in a c ió n
defu nrionalizad a, qu e h abita el cuerpo del sim ple viviente,
del no-hum ano. Los insectos ven colores. A hora bien , en el
h ech o de ver colores u o ír sonidos hay creació n . Cosa que la
filosofía siem pre descuidó, obsesionada co m o está co n el pro
blem a de las cualidades prim arias y secundarias: gustos y co
lores n o im p ortan, lo im p o rtan te es ese trozo de cera que
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Clorncl: us CastoriadiS
110
H e c h o y p o r hacer
111
Corrí e l n .< C astoriadis
E x is te a lg o q u e u í s iq u ie r a es n e c e s a r i o lla m a r
“in co n cie n te ” p orqu e el térm in o está definitivam ente sella
d o p o r F re u d . D e m a n e ra p ro v is o ria , lla m é m o s lo n o -
c o n c ic n tc h u m a n o , qu e ni siqu iera es n ece sa ria m e n te no-
con ciern e y tie n e un estatuto extrañ o en parte rad icalm en
te in c o n c ie n t e , sin lle g a r n u n c a a s e r v e rd a d e r a m e n te
co n ciern e , salvo en form a de d o lo r o p lacer. Q u ien tenga
u na en ferm ed a d en un órg an o p ro fu n d o n o es c o n cie n te
de ella, de lo ú n ico que s í es c o n cien te es del dolor. Lo mis
m o pasa con el p lacer, incluido el p lacer de ó rg a n o y el pla
cer más g en eral de estar cada u n o en su cu e rp o y b ien . Hay
algo más todavía. L eibn iz decía cosas bastante análogas sobre
“las p ercep cio n es infinitesim ales de las m ón ad as”.
Hay una su erte d e globalidad del ser h u m an o que es al
mismo tiem po cuerpo y alma, donde en cierto sentido el cuer
po siem pre es psíquico y en ciertos aspectos la psique siem pre
somática. No puede describirse esto sim plem ente en la pola
ridad co n cien tc/ in co n cicn te, y m ucho m en os todavía repri-
m ido/no rep rim id o . No rep rim o el fu n cio n a m ien to de mi
corazón, sencillam en te late sin h acer m ucho ruido. M ientras
así suceda, sen tiré esa especie de vago e infinitesim al bienes
tar de un organism o que funciona bien. P ero cuando ese fun
cionam ien to se descom pone, ya se no se trata de un sonido
de baja intensidad, sino de taquicardia, arritm ia, etc. Me pa
rece cierto que a h í hay algo que no es p u ram en te som ático.
Por esa vía tal vez algún día podam os en ten d er, o más bien
pensar, no sólo los aspectos filosóficos de la cuestión, sino fe
nóm enos m u ch o más precisos corno la conversión histérica,
las enferm edades psicosom áticas o las autoinm unes. No creo
que los dem ás m am íferos registren casos de en ferm ed ad es
autoinm unes. D isfuncionalización psíquica, organism os defen
sivos que se vuelven en co n tra del p ro p io su jeto. T ra ició n .
C onflicto in tern o. Resultado: esclerosis en placas, alergias, etc.
Agrego una frase para intensificar la paradoja de ese hom
bre “que es dos qu e son uno”. Es el sim ple record ato rio de
algo que e scrib í sobre la m ónada psíquica en el capítulo 6 de
La In stitu ció n im aginaria de la sociedad, en “El estado actual
112
H acho y p o r hacer
(a) Las Encrucijadas del laberinto, III: El mundo fragmentado, París le Seuil, 1990,
pp. 189-226.
(b) Ver en el presente volumen, “ Imaginación, imaginario, reflexión”, p. 267.
113
C o m e ¡tus Cas ro ria dis
m anera casi reprim ida con relación a la p oten cia fantasm ática,
alucinaran a, etc. Sólo así pueden en ten d erse la anorexia del
Lactante y toda una serie de otras cosas. E stá esa dehiscencia.
¿Estamos hablando de sujeto psíquico y sujeto corporal o de
“yo psíquico" y “yo corp oral”? El yo es algo m ucho más preciso,
más elaborado —inclusive en la con cep ción freudiana—que se
construye o se crea gradualm ente m u ch o más tarde.
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H ech o y p o r hacer
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Oorncti us Castoriadis
JÍ6
H e ch o y p o r hacer
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C orn eliu s Castorinciis
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C o m e tí as Castoríadis
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Cornelius Castoriadis
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C orneli us C a sto ría dis
P r e g u n ta : ¿ E sa s in te r v e n c io n e s s o n s ie m p r e d e o r d e n
interpretativo?
C.C.: Casi siem pre son com o índices o avances de una inter
pretación. P arten del principio de que el paciente n o puede
m edir la exten sión de su con stru cción fantasm ática si en un
m om en to u o tro no se le opone algo que no lo es. D ejar que
lo descubra solo podría llevar fácilm en te sesenta años... No
h a b lo de p sic ó tic o s , sino de b u e n o s n e u ró tic o s y b u en as
neuróticas. Hay m om entos en los que u na de las funciones
del analista consiste en hacer ap arecer el fantasm a en tanto
que fantasm a.
En cuan to a lo político, son muy profundas las repercusio
nes sobre el con ten id o. Las form ulaciones que in ten te dar en
textos com o p o r ejem plo “Poder, p olítica y au tonom ía”, en El
m u n d o fra g m e n ta d o m uestran a las claras que todo el con te
nido de la p o lítica y la actividad política m isma p u ed en y de
ben ser reconsid erad os a partir de u na idea, de un objetivo
de au tonom ía cuya inspiración es a todas luces d oble, a la vez
psicoanalítica e histórico-política. A u tonom ía social e indivi
dual q u iere d ecir: h acem os nuestras leyes, la colectividad es
efectiv am en te so b eran a y los individuos efectivam en te libres
e iguales en cu an to a su p a rticip a ció n en el p o d er. E n los
12S
H e c h o y p o r hacer
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■
'
I-A C O N S TRUCCIÓN D EL M UNDO EN I-A PSICO SIS
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Coi») cf i us Gastaría dis
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H ec h o y p o r hacer
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Con? élius (Sastori&dis
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H ech o y p o r hacer
• Nota de! revisor técnico: se traduce la expresión francesa “taire sens” como “dar
sentido'. Conviene indicar que la expresión francesa es más impersonal, cercana a
la expresión castellana hacer (que algo) “tenga sentido”. La participación del sujeto
que implica no es la de la interpretación.
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Cornelius Castoriadis
Q u e d a r ía p o r e x a m in a r o tr a lín e a d e d e fe n s a
11anti psic oana lírica ” co n cern ien te a la psicosis: los fen óm en os
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H ech o y p o r hacer
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C o rrí cIjus C astoriadis
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Cjorncli <»s G asto ría d i s
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C o rrí elius C asioriadis
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PASIÓN Y C O N O C IM IE N T O '
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C ornelius Cas ¡orí:idis
L a p a r a d ó jic a r e la c ió n e n t r e p a s ió n y c o n o c im ie n t o
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H e c h o y p o r ha ce r
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C o rn e liu s Czscoriadis
vista niosófico para afirm ar, en una prim era aproxim ación ,
qu e la verdad tien e que ver con los resultados del co n o cer.
Aquí' es d o n d e rea p a recen las paradojas. L a pasión p or la
verdad no puede separarse de la pasión por los resultados
en que esa verdad se en ca rn a o p arece en carn arse para el
investigador, el cien tífico y el pensador. Claro que la verdad
puede llevarlo, com o ocu rre la m ayoría de las veces, a que
darse fijado a esos resultados (suyos) con los que se id entifi
ca p oco o m ucho, al p u m o que cuand o se los cuestiona pue
de sentir que se está cu estion an d o su propia id entidad, su
p ro p io ser. El narcisism o del su jeto n ecesariam en te se ex
tiende hasta en g lo bar —y no sólo en el terren o del co n o ci
m ie n to - los prod uctos clcl su jeto, ele a h í en más o b jeto de
una investidura categ órica e in con d icion al.
Sin em bargo esa investidura, que transform a a la verdad en
objeto poseído, y que sobre todo en filosofía, pero no exclusi
vam ente, se convierte en adhesión al sistema, es contradicto
ria con el motivo y el m otor iniciales de la búsqueda de la
verdad. P o r lo tanto n o le queda más que d eten er el movi
m iento de la interrogación prohibiénd ole rem itirse a sus re
sultados, y sobre todo a los postulados que los hicieron posi
bles. Esa es u na de las rafees de dogmatismos y fanatism os en
el ám bito del conocim iento.
Existe una salida a este dilema:
-apasionarse p or esos resultados sin los cuales la verdad si
gue siendo un espectro (o, en el m ejo r de los casos, una idea
kantiana reguladora con sus correspondientes antinom ias) aun
a riesgo de quedarse fijado a ellos;
-¿apasionarse p or la búsqueda de la verdad m isma, y en
con secu en cia por la interrogación ilimitada, a riesgo de olvi
dar que a falta de algunos puntos fijos quedaría suspendida
en el aire?
La respuesta es múltiple. En el plano filosófico im pone una
novedosa idea de la verdad com o relación abierta de una inte
rrogación y sus resultados, com o movimiento sui generis que va
y viene en tre procesos y estaciones, entre búsqueda y encuen
tro (“correspon d en cia”). E n el plano psicoanalítico o b lig a a
150
H e c h o y p o r hacer
A s p e c to s filo s ó fic o s
4. Ver mi texto "Epilegómenos a una teoría del alma que ha podido presentarse como
ciencia” (1968). en Psicoanálisis: proyecto y elucidación, Nueva Visión.
5. Platón. Apología de Sócrates, 29c-d. 38a. Sócrates considera dos veces en el
citado texto el caso de que le ofrecieran el sobreseimiento (o el exilio) a condición de
quedarse tranquilo, y en ambos casos se niega.
151
Cornelius Casioríadis
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H e c h o y p o r hacer
V í 's
153
C o rn e liu s C ascan aeiis
C re e n c ia , c o n o c im ie n t o , v e r d a d
i 54
H e c h o y p o r hacer
explícita y con creta. Pero e n los hum anos esa creen cia va m u
ch o más allá del ser perceptible de las cosas del m undo y sus
relaciones . 1 T am b ién y por sobre todo es creen cia en las signifi
caciones que m an tien en unido al m undo, la sociedad y la vida y
m uerte de los individuos. L a creen cia es la contrapartida subje
tiva de la institución im aginaria de la sociedad. E n su casi totali
dad, sus contenid os (u objetos) son de origen y naturaleza so
cial. Son individuales sólo e n form a marginal y accidental, en la
m edida en qu e d ep en d an de la ex p erien cia individual y las
idiosincrasias. P or eso son incuestionables casi siem pre y en to
das partes. Podem os cuestionar hechos m ateriales, p ero nunca
las significaciones im aginarias de la sociedad. 1 .a institución de
la sociedad siem pre se fundó y fue sancionada en y a través de
la religión, en el sentido am plio de la palabra ,6 y ningún cre
yente pone en duda los dogm as de su religión. Incluso en so
ciedades más o m enos libres de influencias religiosas, com o al
gunas de las con tem porán eas, es enorm e la cantidad de ideas
que un ciudadano norm al n o pensana ja m á s en p on er en duda.
C ree en ellas, sin siquiera saber necesariam ente que cree, por
que en realidad cree que sabe.
En sentido estricto, qu e es el único que a q u í nos im porta,
el co n o cim ie n to em p ieza cu an d o se em p ren d e un p ro ce so
de in terro g ación e ind agación que cuestione las creen cias de
la u'ibu y abra u na b rech a en el nicho m ctafísico que la colec-
úvidad constituyó para sí. El co n o cim ien to está n ecesariam en te
apoyado en la creen cia . C om o señalan B o h r y H eisen berg, las
rarezas de la reladvidad g en eral y la teo ría cuántica su p on en
el m undo de la ex p e rien cia com ú n y deben ser confirm adas
en él. P ero el co n o cim ien to tam bién cuestiona la creen cia , y
por regla gen eral subvierte las significaciones y el sistem a de
donación de sentid o establecidos.
S eg u ram en te, la d istin ció n n o siem p re es tan ta ja n te en
la efectividad h istó rica, y existen zonas in term ed ias e n tre los
155
O o m eli lis O rs ío ria a ’ís
7. Por eso Agustín (Conlesiones, XII, XVL) acepta discutir con todos los posibles
oponentes, pero no con quienes niegan la autoridad de las Sagradas Escrituras.
156
H ech o y p o r hacer
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Cornelius Castoriadis
10. Ver por ej. G .W . XIII, 269 (Das Ich und das Es), XIV, 478 (Unbehagen in der
Kultui), XVI, 22 (Warum Krieg) y 88 (Endliche und unendliche Analyse)':
158
H e c h o y p o r hacer
159
C o r rí si tus Cascoríadis
en el an im a l y v ariab le en el h u m a n o . S in te m o r a eq u iv o
ca rn o s p o d em o s a firm a r q u e e n cad a e sp ecie a n im al la re
p r e s e n ta c ió n “re p re se n ta tiv a " de la p u lsió n es fija , d e te r
m in ad a y ca n ó n ic a . La e x c ita c ió n sexual es provocada en cada
caso p o r las mismas representaciones estim ulantes, y en su esen
cia el desarrollo del acto escá estandarizado. (Cosa que tam bién
podríam os d ecir de las necesidades nutricion alcs, e tc .). Y si bien
hay excepcion es, en realidad se trata de excep cion es o aberra
ciones. Pero p o r así decirlo, en los hum anos la ex cep ció n es
regla. E n térm inos psicoanalfucos, no hay rep resen tan te can ó
n ico de la pulsión a través d e la esp ecie, ni siqu iera para el
m ism o individuo en circunstancias o m om en tos distintos.
A la p reg u n ta de por qu é la d iferen cia es fácil co n testa r
qu e la fu n c ió n rep resen ta tiv a —c o m p o n e n te e s e n c ia l d e la
im agin ación — le brin d a al anim al siem pre los m ism o produc
tos, m ientras qu e en el hum ano siem p re está suelta, liberad a
o en lo q u ecid a, com o se quiera. El viviente eri g en eral posee
una im agin ación funcional con los pro d u ctos fijos, m ien tras
que el hum an o tiene u na im ag in ación d esfu n cion alizad a a los
productos ind eterm inados. E n el h u m a n o , esto c o rre p a re jo
con otro rasgo decisivo: el p lacer de rep resen ta ció n tien d e a
p re d o m in a r resp ecto al p la ce r de ó rg a n o (u n a en so ñ a ció n
pu ede ser tanto o más fu ente de p la cer que un c o ito ). A su
vez este h e c h o es co n d ició n n ecesa ria (p e ro n o su ficie n te )
del su rgim ien to de otro p ro ceso ca ra cterístico de los hu m a
nos (y al qu e F rcu d le re co n o ce a la vez im p o rtan cia y oscu ri
d ad ): la su blim ación. Para el ser h u m a n o son fu e n te de pla
c e r (y capaces de d om inar sus n ecesid ad es biológicas e in clu
so op onerse a su sim ple con servación ) investiduras de o b jeto s
y actividades q u e n o sólo no p ro cu ra n ni p o d ría n p ro cu ra r
nin gú n p la ce r de órgano, sino cuya crea ció n y v alo ració n es
social y su d im en sión esencial n o p e rc e p tib le ." 1
i 60
H e c h o y p o r h a ce r
12. Ver La Institución imaginaria de la sociedad, cp. cit. capítulo VI, pp. 371-420.
161
C o rn e liu s Cas lo nacíis
para ella, todo eso que parece presen társele sin orden ni rela
ción. La cuestión del origen es cuestión de orden y sentid o en
la dim ensión tem poral ( “h istó rica ”) . La cuestión del o rig en
p erfo ra la plenitud d el p resen te, presu p on e p o r en d e la crea
ció n de u n horizon te tem poral p ro p iam en te d ich o (o b ra de
la im aginación radical del su jeto ): horizonte río arriba, n aci
m iento y com ienzo, y h orizon te río a b a jo , h orizon te del pro
y e c to p e r o ta m b ié n d e la m u e r te . P o r s u p u e s t o , e s ta
tem poralización sólo puede h a cerse com bin ad a paso a paso
con la socialización de la psique, que le brinda y la obliga a
re c o n o ce r u n m u n d o cada vez m ás d iferen ciad o . P e ro a q u í
n o vamos a tratar ese aspecto.
Q u e el niñ o respon d a a la curiosidad sexual con u n a teoría
sexual in fan til es un in te n to de in stau rar el d o m in io de su
p en sam ien to sobre su o rig en , en otras palabras, esbozar un
scn ü d o de su historia. Esto se p ro lon g ará a través del tiem po
co m o p regu n ta a cerca del o rig en d e todo, p reg u n ta para la
que siem p re ten d rán respuesta la teo lo g ía y co sm o lo g ía so-
cialm cn te instituidas. D igám oslo de otra m an era: la cu riosi
dad sexual tien d e a cie rto d o m in io , y com o tal el d o m in io
siem pre está tam bién sexu alm en te con n otad o. (N o vam os a
tratar aq u í los avatares p or los cuales todo ello se vincula a un
con trol instrum ental de gran im p o rtancia para Freud, co m o
se ve en El P o rven ir d e una ilu sió n ).
Se trate de curiosidad sexu al, d om inio o fu entes de p lacer,
la ruptura con la an im alid ad está con d icion ad a p or el surgi
m ien to de la im aginación radical de la psique singular y del
im aginario social com o fu e n te de las instituciones, vale d ecir
d e lo s o b je t o s y a c tiv id a d e s q u e p u e d e n a lim e n ta r a la
sublim ación. Ese su rgim ien to destruye la regu lación “instinti
va” de lo anim al, le agreg a al p la ce r de órgano p lacer de re
p resen tación , h ace b io la i la ex ig en cia del sentido y la signifi
cación y le resp on d e con la crea ció n , a nivel colectivo, de las
sign ificaciones sociales im aginarias que dan cu en ta de todo lo
que pueda en cada caso presen társele a la socied ad con sid e
rada. Esas sig n ificacio nes, p ortad as p or o b jetos so cialm en te
instituidos, d esexualizad os y ese n c ia lm e n te im -p ereep tib les,
162
H e c h o y p o r hacer
C o n o c i m i e n t o y p a s ió n p o r la v e r d a d
13. Ver los textos citados en nota 11. El término "sublimación" aparece por primera
vez en Freud en los Tres Ensayos.
163
Corneljv s C ascoriad is
165
Cornelias Casioriaciis
Está cla.ru que el proceso <Jc con ouin liento presupone dos
con d icion es vinculadas con el ser m ism o, y de las que curiosa
m en te sólo una fue puesta en evidencia por la filosofía hereda
da. Para que haya con ocim ien to , algo del ser tiene que ser al
m enos cognoscible, ya que visiblem ente ningún sujeto podría
co n o cer nada de un m undo totalm en te caótico. Pero tam bién
h ace falta que el ser n o sea ni “transparente” ni por com pleto
cognoscible. Así com o la m era existencia de seres para sí nos
asegura cierta estabilidad y ord en am ien to de al m en os un es
trato del ser —ese p rim er estrato n atu ral co n que tie n e qu e
enfrentarse el viviente—, tam bién la existencia de la historia del
c o n o c im ie n to tien e fu ertes im p lic a c io n e s on toló g icas, pues
dem uestra que el ser no es algo que se agote en una prim era
interrogación o un prim er esfuerzo de con ocim ien to. Si vamos
más a fond o, veremos que esos h echos sólo son pensables pos
tulando una estratificación y fragm en tación del ser.15
L a co n d ició n histórico-social tien e qu e ver con la ap arición
de sociedad es abiertas que cu estion an las instituciones y signi
ficacion es establecidas y en las que el p ro p io proceso de co n o
cim ien to esté positivam ente investido y valorado. Dado que la
institución de la sociedad tien e ex isten cia efectiva recién cu an
do es gestada e in corp orad a p o r los individuos, lo m isino da
d ecir que el su rgim iento de so cied ad es abiertas en trañ a y pre
su p on e la form ació n de individuos cap aces de sosten er y pro
fundizar la in terrog ación .
Por ú ltim o, y si com o d ijim os, lo q u e m ás desea la psique es
la cre e n cia y n o el saber o el co n o c im ie n to , surge u na pre
gu nta capital acerca de las co n d icio n es psíquicas de posibili
dad de éste últim o. ¿Cuáles son los sop ortes y objetos de inves
tidura del cam po del co n o cim ien to qu e pueden ten er senti
d o desde el punto de vista p ro p ia m en te psíquico?
15. Ver mis textos "Alcance ontológico de la historia de la ciencia”, Dominios del
hombre, op. cit., pp. 419-455, y ‘Tiempo y creación", EL Mundo fragmentado, op.
Cit., pp. 247-278.
166
H e c h o y p o r h a ce r
16. “Del Absoluto hay que decir que es esencialmente Resultado, es decir que al
final es solamente lo que es en verdad...", Fenomenología del espíritu. Prefacio
(traducción al francés de J. Hyppolite. p. 19). París, Aubier, 1939.
167
. .
*
PSIC O A N Á LISIS Y f i l o s o f í a :
' Texto que sirvió de base a conferencias dictadas en Madrid (noviembre de 1993),
en la New School for Social Research de Nueva York (abril de 1995) y en Buenos
Aires (mayo de 1996).
169
Cornelius Castoríadis
1. Ver mis textos "Epilegómenos a una teoría del alma...” (1968). y “El psicoanálisis,
proyecto y elucidación" (1977), versión castellana: ver bibliografía al final del libro.
2. "Ergenbnisse, Ideen, Probleme", notación del 12 de julio de 1938 (en Londres), en
Gesammelte Werke, V, XVII, p. 152.
3. Ver, por ejemplo, Henri F. Ellenberger, The Discovery of the Unconscious (1970),
New York, Basic Books, 1979.
170
H e c h o y p o r h a ce r
d e te rm in a c io n e s . Q u e en esas d e te rm in a c io n e s e m p írica s
haya motivos d e in terés egoísta, (y por ejem p lo un p rincip io
de p lacer y otro d e r e a lid a d ), qu e esos “in tereses” sean de
índ ole libidinal, e co n ó m ica u otra, que sean c o n cicn tes o (en
parte o en su totalid ad ) n o conciernes, qu e in clu so haya “cau
sas” qu e o b lig a to ria m e n te los hagan in c o n c ie n te s, en nada
cam bia la cosa: ello no h a ría más que acen tu a r el estatuto del
psicoanálisis co m o sector de la psicología em pírica. Y la anti
nom ia que en cu e n tra a q u í la posición kantiana (la de que el
su jeto efectiv o está ca p tu ra d o en d eterm in a cio n es efectivas
donde no se trata ni de verdad ni de valor, sino sen cillam en te
de co n caten a cio n es de h ech o , m ientras que esa aserción pre
tende inclu so ser cierta) n o es diferen te, sin p erju icio de ser
más clara, de la que en fren ta el psicoanálisis in g en u o y sobre
la cual volveré más ad elante.
La con trib u ción del psicoanálisis a la filosofía no ha de bus
carse tam poco en el fo rtalecim ien to del slogan ú ltim am en te
de m oda de la “m uerte del su jeto” (el hom bre, la historia, etc.).
Si algo m uestra el psicoanálisis, es trias b ien la pluralidad de
sujetos con ten id os en una misma envoltura —y el h ech o de que
se trata, cada vez, de una instancia dotada de los atributos esen
ciales del su jeto . Id ea qu e in clu so aquí goza de b e n e m é rita
antigüedad; record em os si no la imagen platónica de los caba
llos que tironean del alm a cada uno por su lado y de la instancia
racional que in ten ta ju g a r el papel de auriga, im agen que por
otra parte F rcu d retom a casi textualm ente. P ero esta idea reci
birá con la teoría de las instancias psíquicas un com ienzo de
elaboración qu e la con d ucirá de la m era constatación al análisis
tópico y dinám ico. A flora bien, lejos de llorar o celebrar la m uerte
del sujeto, la p ráctica psicoanalítica tiend e, o d eb e ten d er, a
instaurar la instancia subjetiva por excelencia, esto es, la subje
tividad reflexiva y d eliberante. El psicoanálisis aporta su eluci
dación de la estru ctu ra d e todo sujeto, es d ecir un esclareci
m iento capital de la organización del para-sí.
Por ú ltim o , y le jo s de en señ arn os a in stau rar e l im p e rio
ilim itado del d eseo, el psicoanálisis nos h a ce e n te n d e r q u e un
rein o así d esem b o caría m ás bien en el asesinato generalizado.
171
C o m e tí us C asio ria d is
O ntología
4. Ver, por ejemplo, mi texto “La lógica de los magmas y la cuestión de la autonom ía"
(1981). reformulado ahora en Dominios del hombre. Gedisa, conde se encontrarán
reenvíos a textos anteriores.
¡72
H e c h o y p o r hacer
(con ten id o, significado) del term in o ser com o tal. Esto es cier
to inclu so cu an d o esa d eterm in id ad es presentada co m o un
lím ite inaccesible o un ideal. Así, p o r ejem plo, leem os en Kant:
“...coda cosa e x is te n te está c o m p le ta m e n te d eterm in a d a ... no
sólo por cada par de predicados contradictorios dados, sino tam
bién porque de entre todos los predicados posibles siem pre hay
uno que le conviene”.5 P oco im porta que K ant considere irreali
zable esa exigencia: en su horizonte, o m ejor dicho, por su am e
naza, es donde según él se decide lo que es existir o ser. Y eso no
concierne sólo al “m odo de existencia efectivo” de las cosas, sino
a la adm isibilidad lógica de todo lo que pueda ser objeto de pen
samiento. Va a ser Parm énides, ya en ruptura con sus anteceso
res presocráticos, el prim ero en tom ar esa decisión (en total opo
sición con A naxim andro o H eráclito, por ejem p lo). Desde lue
go, límites a esa exigencia ya habían puesto Platón (en el Sofísta
y el Filebo ) y Aristóteles (eso representa el concepto de materia
llevado al extrem o). Pet o ju stam en te esos límites u objeciones
se presentan en prim er lugar com o lim itaciones ligadas en su
gran mayoría a nuestras propias incapacidades: no habría nada
indeterminado para Dios o para un espíritu “infinitam ente po
deroso”, dirían al unísono Kant y Laplacc. Además, y sobre tocio,
nunca son tomados en cuenta y elaborados en sí mismos.
A esa on tolo g ía p e rten ece la lógica conju m ista-identitaria
(ensídica " en h o m en a je a la breved ad ). L ógica de los princi
pios de identidad, co n tra d icció n y tercero exclu id o, lógica base
de la aritm ética y la m atem ática en g en era l, y cjue se realiza
de m anera form al y efectiva e n la Leoría con ju ntista y sus in
term inables ram ificaciones. L ógica siem pre y en todas partes
presente y d en sa —por utilizar un térm in o topológico—en todo
lo que decim os y hacem os, lóg ica que d eb e ser, y es, ¡nsdtuida
y sancionada p o r la socied ad en cada caso.
173
Cornelius Casioñadis
174
H e c h o y p o r h a ce r
6. Gesammelte Werke, II, p. 116 (nota) y pp. 529-530 (el destacado es mío).
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C orn cliu s C ascan aclis
I 76
H e c h o y p o r hacer
177
C o r i i efi ns Castoria.dis
A n u o p o l o g í a filo s ó fic a
7. Ver J. von Neumann, The Computer and the Brain, New Haven, Yate U. R, 1958. Los
textos de Freud aludidos en ese párrafo son sobre todo: “Un caso de homosexualidad
femenina" (1921), “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómi
ca" (1925), "La sexualidad femenina" (1931), como también “Más allá del principio de
placar (1920), 'El Yby el Ello'’ (1923) y “El problema económico del masoquismo” (1924).
178
H e c h o y p o r h a ce r
179
C o rn e liu s G astoriad is
180
H e c h o y p o r h a ce r
9. Llega a durar hasta cinco años en el caso de los Bonobos (Pan paniscus), que
presentan además un comportamiento fascinante en más de un aspecto.Ver Frans B.
M. de Waal, "Bonobo Sex and Society”, Scientific American, marzo de 1995, pp. 58-
64. Los Bonobos muestran también un notable desarrollo de las actividades sexuales
no funcionales (incluidas las homosexuales): Christian Mignault, “Les initlatives
sexuettes des femelles singes". en La Recherche de diciembre de 1966. pp. 70-73.
181
C o m e ]jus Cías :o ría dfs
182
H e c h o y p o r h acer
183
M E R L E A U -P O N T Y Y E L P E S O D E L A H E R E N C IA
O N T O L Ó G IC A *
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Cornelius C ascorindis
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C o rn e liu s Casioriaciis
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J J e c h o v p o r h a ce r
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C u ij i r f : us C a sto ria d is
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C a m elá is Casioríadis
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C o :n cJiu s C a5 ron .1 dis
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C a m e li lis Castoríndis
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C'.orn e! iiis Casroriz dis
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201
C or ti e! i u ¡ C a n o ri.rd js
del len g u aje y el su jeto h ab lan te. F.l “p en sam ien to del S e r”
revela aquí esa m isma esencia que logra ocu ltar con m ás éxito
en otros con textos: esa negación de la an trop olog ía n o es otra
cosa q u e u na teolog ía disim ulada.
Inclu so podem os precisar qué piensa M erleau-Ponty com o
“rep resen tació n ” -y las aporías ¡inm ediatas a que lo con d uce
su p en sam ien to , en base a u na nota d e mayo de 1960 titulada
“Cuadro visual”— “rep resen tación del m u n d o ” “T o d o y N ada”
( V.I., pp. 3 0 6 -3 0 7 ). Se trata de “gen eralizar la crítica del cua
dro visual co m o crítica de la “ V orstcllung’' hasta llegar a una
crítica del sentid o d e ser dado p o r u n o y otra a la cosa y el
in u n d o . V ale d ecir el sentido de ser E n S í (en sí no relacio n a
do con lo Unico que le da sentido: la distancia, la separación,
la trascend encia, la ca rn e)... si n uestra relación con el m undo
es V orstellu n g , el m undo “rep resen tad o” tiene com o sentido
de ser el En Sí. Por ejem p lo, alguien se rep resenta el m undo,
para él hay un o b jeto in tern o que no está en n in g u n a parte,
que es idealidad, y aparte del cual existe el m undo m ism o. Lo
que q u iero h a c e r es restituir el m und o com o sentido de Ser
ab so lu tam en te d istinto de lo “re p resen ta d o ”, a sa b er co m o
ese S e r vertical al que ningu na de las “rep resen tacion es” ago
ta y todas “alcan zan ”, el S e r salvaje”.3
P ero la cu estión seg u n d a del sentid o de ser del m undo y la
d ecisión de n egarle el sentido de ser E n S í —que a q u í n o dis
cutim os— no p u ed en h acerm e n eg ar el ser de la rep resen ta
ción si éste adem ás se o frece prim ordial e ind u d ablem en te. Y
tam poco suprim ir a tiros la rep resen tación elim ina el proble
m a que p lantean el otro y su p ercep ció n del m undo, apertu
ra al ser o com o queram os d ecir. P or o tra parte, el revólver se
atasca y suprim ir la rep resen tación revela su carácter imposi
ble en la m ism a frase que la señala: la obvia y por lo que hem os
visto, asom brosa afirm ación, de que la rep resen tación n u n ca
“agota” peí o “alcanza" siem pre al Ser salvaje, restaura en un
202
H e c h o y p o r hacer
lugar prim ord ial a la rep resen ta ció n colocánd ola a la vez en
posición d e exteriorid ad co n relación a ese ser al que “alcan
za” (S e r q u e sen cilla y visiblem ente aquí q u iere d ecir todos
los en tes) y d eja subsistir ín teg ram en te la cu estión evocada
p or el otro y “su ” rep resen tación del m undo. Porque, si esta
mos de acu erd o e n que al igual que la m ía, su rep resen tación
alcanza al Ser salvaje, ¿cóm o puedo saber que lo que alcanza
la suya y lo qu e alcanza la m ía son idénticos, com parables y
pardcipables p o r él y por m í? U na participación así, c incluso
m u ch o más, una rigurosa identidad, se afirm aría de p or sí si
h u b ie ra m a n e ra de “a g o ta r” al S e r -in clu y e n d o , p a ra cada
e s p ír it u , e s e “m o m e n t o " d e l S e r q u e es o t r o e s p ír itu
(h egelian ism o ). C errada esa vía, cóm o evitar, en esa posición
husserliana del p ro b lem a que adopta M erleau-Ponty, qu e la
participabilidacl se co n cib a sólo a partir de un postulado refe
rido a sus propias con d icion es ele posibilidad: eso q u e se al
canza en cad a ocasión es lo “m ism o” o “com p arab le” u “h o m o
g é n e o ”. C om o literalm en te está claro qu e no es cierto (o que
lo es sólo para un pen sam ien to del En S í y sus “reflejo s”), se le
m endiga un su p lem en to de plausibilidad a la progresión sin
lím ite en las e x p lo ra c io n e s co n co rd a n tes: hay u n a vía que
p erm ite dem ostrar que lo que el otro y yo alcanzam os del Ser
tien d e a co n c o rd a r o corresp on d erse a m edida que avanza
mos. Por lo tanto las idealidades son tres, no una.
La cuestión que plantea la dualidad en tre m undo privado
y m un d o p ú b lico —de u na infinidad de m undos privados e
incluso de u n a infinidad de m undos públicos, ya que eviden
tem en te n u estro m undo público no es el m ism o de los azte
cas o los cazadores de A ltainira—con el telón de fon d o últim o
de un m und o es totalm en te in d ep en d ien te de la teoría de la
p ercep ción o de la rep resen tación —aunque ésta últim a se tom e
en su más an od in a y estúpida acepción. Y se plantea en cuan
to com p ru eb o que el otro piensa algo que n o dice: vale dccii
q u e es constitu tiva del m u n d o ya doble de un n iñ o de dos
años, m ucho antes de qu e lo con tam in e u na mala teoría filo
sófica del En Sí. Se p lan tea cuando al a p ren d er otra lengua
com p ru eb o qu e tien e palabras sin equivalente estricto en la
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C ornelius Gas loriadis
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Corrí Chus C astoriadis
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H e ch o y p o r hacer
6. Ver La Institución imaginaria de la sociedad, op. cit.. p. 278, y nota 36 (p. 179).
7. Ver ibíd, pp. 259-279.
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C o rn eliu s Casíorinciis
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H e c h o y p o r hacer
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C ornelius Castoriadis
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C ora eli us CasLoriadis
' Nota del revisor técnico: se traduce como ¡ndeíinidad el término “indefinité", tam
bién traducible como: “una cantidad indefinible”.
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C ornelius Cas enriad is
s ig n ific a : la “s u b je tiv id a d t r a s c e n d e n t a l” es h is to r ic id a d -
so cialid ad , ese “lu g ar" d o n d e un p e n sa m ie n to puede te n d e r
a lo v erd ad ero y d o n d e la idea de lo v erd ad ero su rge es u na
colectivid ad in d efin id a y a n ó n im a en y p o r su in stitu ció n his-
tó rico -so cial. P or lo ta n to , la “su bjetiv id ad tra sc e n d e n ta l” es
no-subjetividad y no tra scen d en ta l. L a frase p a re ce m isterio sa
p o rq u e sign ifica la n e g a ció n m ism a d e lo q u e d ice.
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f-lacho y p o r hacer
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C o rrí d i us C a s to ría d is
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H e c h o y p o r hacer
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C o rn e Jiu s C a sco ria d is
in clu id a s las m ás e le m e n ta le s , d el n o c in - e in a i tr a d ic io n a l,
pueden, verse sacu d id as y an u lad as. E so es lo q u e sie m p re y
c o n sta n te m e n te hay para p en sar e n F reu d —y q u e c o m o es d e
te m e r su p ro p ia o rg a n iz a c ió n le im p id e p e n sa r a un filó so fo —
. El a p o rte d e F re u d al p en sa m ie n to , lo n uevo y d uro (y p o co
im p o rta al re s p e c to que' p u ed a h a b e r p e n sa d o él en fo rm a
ex p lícita co m o h ijo de la tra d ic ió n ), n o es ni la re p resió n ni la
in te rp re ta c ió n rii la se x u a lid a d n i T a ñ a ro s (y m e n o s aú n el
triá n g u lo e d íp ic o , co rn o re p ite n e s tú p id a m e n te a lg u n o s im
p o sto res c o n te m p o rá n e o s ). Su m ayor a p o rte c a b e en estas dos
p eq u eñ a s frases: “N ada p erm ite d istin g u ir, e n la psique, u n a
r e a lid a d y u n a r e p r e s e n t a c ió n in v e stid a d e a f e c to " , y: “E l
in c o n c ie n te ig n o ra el tiem p o [q u e a q u í sig n ifica ord en te m
p o ra l] e ig n o ra la c o n tra d ic c ió n ”. S e ría u n salu d ab le e je r c ic io
p ro p c d é u tic o p a ra q u ien es q u iera n filo so fa r tra ta r d e p en sa r
a p a rtir d e las sig u ien tes h ip ótesis d e tra b a jo :
-ser = re p re se n ta c ió n investida d e a fe c to ;
-ló gica del ser = los “c o n tra d ic to rio s” son co m p o sib les, n o
se c o n o c e n in g u n a re la c ió n n e c e sa ria , el antcs-y-despu és c a
re c e d e sig n ifica ció n ;
-m on tañ as, g u ija rro s, co n c h illa s, m esas, etc. = rev o ltijo fa
b rica d o p o r la “c o n c ie n c ia ” social y su “lo c u ra rea liz a n te”.
P ero este e je r c ic io n o d eb e a c o n se ja rse a la lig era, ya q u e
d ad a la h e m ia n o p s ia c o n stitu cio n a l q u e tan tas veces p a re c e
atacar a q u ie n e s se d estin an a la filo so fía , se ría de te m e r cjue
en ad ela n te n o p u d iera n p en sa r sin o eso, a sí co m o h asta a h o
ra n o h an h e c h o m ás q u e p en sa r lo co n tra rio .
P e ro e n to d o caso, en su esp ecificid ad p ro p ia y su m o d o d e
ser in se p ara b le d e su ser-así, ésa es la re g ió n o n to ló g ica q u e
te n e m o s q u e r e c o n o c e r e n el su e ñ o y de m a n e ra m ás g en era l
e n el in c o n c ie n te y q u e p ara em p e z a r te n e m o s q u e p e n sa r
ro m o tal y e n s í m ism a, sin red u cirla d e a n te m a n o a o tra cosa,
sin q u e re r e lim in a r a cu a lq u ie r p re c io , a p la sta n d o su esp e cifi
cid ad , la p re g u n ta in te rm in a b le q u e ella m ism a n os h a ce ta n
to e n s í m ism a c o m o p o r su “c o e x is te n c ia ” c o n la realid ad y el
n o e in -c in a i d iu rn o . C la ro qu e esa m ism a esp ecificid ad q u e d a
a p la sta d a , p u lv e riz a d a si h a c e m o s d e l su e ñ o a lg o q u e e s tá
224
I Jcclio y p o r ha cer
225-
Co m e tí us C astori aclis
226
H e c h a y p o r hacer
227
C ornelius Casioriadis
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F lech o y p o r hacer
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C o rn eliu s C^nsLoria.íiis
' Nota del revisor técnico: término acuñado por S. Freud, traducido usualmente por
“fantasía primordial" u “originaria” .
230
H e c h o y p o r hacer
231
7'
,
P H U S IS . C R IA C IÓ N , A U T O N O M ÍA '
L a “p h u s i s ”
a b r e v ia n d o , d e n u e s tra s in s titu c io n e s , e n o p o s ic ió n a su
“co n v en cio n a l ida d”. D etrás de esta id ea de n o m o s , d e la ley o
de la regla h u m an a, hay que e n te n d e r, n o c o m o se d ice hoy
en día, las “reglas de ju e g o " —ex p resió n rid ic u la m e n te su p er
ficial—, sino las leyes y reglas qu e n o s h a c e n , e n p rin cip io , y
ra d ic a lm e n te , ca p a ce s de e n tre g a rn o s , o n o , a “ju e g o s ” y a
o tra cosa. E leg im os ju g a r o n o al b rid g e o a l p o k er, p ero n o
e le g im o s te n e r u n le n g u a je y tal le n g u a je en p a rticu la r. Si
u n o q u iere, “e lig e ” e n tra r o n o en el “ju e g o ” d e la realid ad
so cia lm en te in stitu id a, p e ro el p re cio de esa e le c c ió n se llam a
psicosis. El n o m o s es n u estra in stitu ció n im ag in aria cread o ra,
m ed ia n te la cu a l n os h a cem o s co m o seres h u m an os.
La palabra n o m o s es la que le da tod o su sen tid o al térm in o
y al proyecto de au to n o m ía. T a n to para un individuo co m o para
u n a colectivid ad , ser a u tó n o m o / a n o sig n ifica h a c e r “lo qu e
q u iera” o lo q u e se le dé la gana en un m o m en to dado, sino
darse sus p ro p ia s leyes. A partir d e a h í su rg en dos preguntas:
¿Q u é sig n ifica se r a u tó n o m o —darse su p ro p ia ley? ¿No hay
e n ello co n tra d ic c ió n c o n la id ea h abitu al d e ley?
-Si h a ce m o s n u estras leyes, ¿p o d em o s (y d eb em o s) h a c e r
c u a lq u ie r ley?
Am bas preguntas p u ed en resum irse e n una: ¿hay u n a natu
raleza de la ley y u na ley natural —u n a p h u sis del n o m o s y un
n o m o s de la p h u s is ? (S e ñ a lo qu e esta fo rm u la ció n so n aría para
d ó jica a los oíd os de un griego a n tig u o ). A q u í es d on d e volve
m os a e n c o n tra r a A ristóteles y su p ro b lem ática profunda.
P ara A ristó te les hay d os in te rp re ta c io n e s esen cia les d e la
p h u sis . T o rn a d a s en s í m ism as y ert to d a su p o te n c ia lid a d ,
am bas divergen d e u n a m a n era que p a ra n o so tro s p u ed e se
g u ir sien d o aún hoy un fecu n d o p u n to d e p artid a.
L a p rim e ra in te rp re ta c ió n aristo té lica d e p h u s is está ligada
a la id ea d e telos, fin o finalid ad : é d e p h u s is telo s ka i o u cn e ka ,
la n atu raleza (es) fin y a q u e llo c o n vistas a lo cu al (se. algo se
hace) ( Física , B, 1 9 4 a 2 8 -2 9 ). E sta in te rp re ta c ió n co rre sp o n
d e a la id ea q u e p o r lo g e n e ra l n o s h a c e m o s de la filo so fía
aristo té lica c o m o fu n d a m en ta lm en te te le o ló g ic a —id ea q u e n o
es falsa sin o m e ra m e n te sim p lifican te y “a rm o n iz a d o ra ”. T o d a
234
H ech o y p o r hacer
235
C o r n e liu s C ascoríadis
236
H e c h o y p o r h a cer
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Coi t?e Jii/5 Castoríadis
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JHccho y p o r h a c e r
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<Somel>u.f Cascoriadis
C r e a c ió n y a u to n o m ía
* Nota del revisor técnico: se traduce “le vivant" como "lo viviente” (que es una
opción idiomática pertinente al igual que “el viviente" y “el ser vivo"), privilegiando el
uso principal que Castoriadis hace de este concepto referido a un nivel ontológíco.
y no a un caso particular dentro del mismo.
240
H e c h o y p o r hacer
241
O o m cliu ó Ca s lo ria dis
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H e c h o y p o r h a cer
243
C om el i us C a s to r ia d is
C o n c lu s ió n
244
H e ch o y p o r hacer
245
'
C O M P L E JID A D , M AGM AS, H IS T O R IA '
El e je m p lo d e la ciu d ad m ed ieval
P e r p le jid a d e s d e la c o m p le ji d a d
247
C o rn e liu s Casto liad is
1. Lo mismo que están vacías de sentido en su acepción usual las distinciones entre
sustancia y procesos, concepto y función, que deben reformularse críticamente en
otro nivel mediante una reflexión filosófica que tenga en cuenta a la vez a Heráclito,
la matemática y ¡a física contemporáneas.
248
H e c h o y p o r hacer
m o tiv o p s ic o ló g ic o . E n ta les c o n d ic io n e s , d e c ir q u e c o m o
tod os los h u m a n o s estoy h e c h o d e “m ala m a d e ra ”, os sin lu- •
g a r a d u d a el e u fe m is n o m ile n a rio .
V olv ien d o a n u e stro a rg u m en to p rin cip al: la im ag in ació n
rad ical (c o m o fu e n te d el g u a le p ercep tiv o y de form as ló g i
cas) es lo q u e le p erm ite a cu a lq u ier ser para s í (in clu id o s los
h u m an os) c r e a r p a ra s f u n m u n d o p ro p io ( E ig e n w e lt ) “e n ”
el q u e ta m b ién él se incluya. E sa X in d escrip tib le “desde afu e
ra” se tra n sfo rm a e n a lg o d efin id o y esp ecífico p a ra un ser en
p articu lar, a través del fu n c io n a m ie n to d e su im ag in ación sen
so rial y ló g ica , q u e “filtra , fo rm a y org an iza” los “c h o q u e s” ex
tern o s. E stá c la ro q u e n in g ú n ser para-sí p o d ría “o rg a n iz a r”
a lg o a p a rtir d e l m u n d o si ese m u n d o n o fu e ra in trín s e c a
m e n te o rg a n iz a b le, lo cu al sig n ifica que n o p u ed e ser m era
m e n te “c a ó tic o ”. A h í está la d im en sión p ro p ia m en te o n to ló g ica
de la cu e stió n , q u e a q u í n o p u ed o d iscu tir . 14
281
C ornelius Castoriadis
282
H e c h o y p o r hacer
283
C ornelius Castoríadis
284
H e c h o y p o r h a cer
285
C o rn e liu s Cascoriáclis
18. Algún día tendremos que forjar o inventar un término francés correspondiente al
inglés awareness, o en todo caso a una de sus significaciones. Un perro al acecho
está anare de su medio ambiente y de su posición en él, está “al corriente", “tiene en
cuenta...” ; sería abusivo decir que está conciente.
19. Ver “El estado del sujeto hoy" (1986), reformulado en El Mundo fragmentado, op.
c it, pp. 189-225.
286
H e c h o y p o r hacer
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C orT > e /¡ u s Cascorí aclis
L a im a g in a c ió n d e l s u je to -F r e u d
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f-Iech o y p o r hacer
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C ornelias Cusioriadis
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H e c h o y p o r hacer
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C o r n e liu s C a sco ria d is
292
H e c h o y p o r ha cer
ab stracto , y la in te rp re ta c ió n d u ra n te la c u ra e n c o n c re to , tien
d en a re s titu ir. B a ste r e c o r d a r el fo rm id a b le d esp lie g u e de
ra z o n a m ie n to s y silog ística (in clu so d e a ritm é tic a ) p re se n te
en cad a caso, cu al eficaz p a rtera , cu a n d o se en ca ra las in te r
p re ta cio n es d e su eñ os, lapsus, actos fallid os y dem ás.
E ste h e c h o n o d eb ería so rp re n d e m o s si co n sid eram o s n o
só lo el p u n to d e p artid a y e l h o rizo n te ( “c ie n tífic o ”) de Frcu d
sin o , c o m o v erem o s, n ecesid a d es p ro fu n d as in h e re n te s a la
cosa m ism a. R eco rd em o s el P ro yecto d e una p sico lo g ía c ie n
tífica —q u e a m i ju ic io (y tal c o m o lo d em o stra ro n c o n toda
e x a ctitu d estu d ios recien te s) b rin d ó h asta el fin a l y e n algún
se n tid o co n to d o d e re c h o p ese a la re tra c ta c ió n d e F reu d , la
o sa m e n ta invisible d e su ob ra. A h o ra b ie n , desd e el p u n to de
vista o n to ló g ic o el m o d elo d el P ro yecto re d u ce todo el m u n -'
d o p síq u ico a la sig u ien te e cu a ció n :
293
C o rn e liu s Cascoriadis
294
H e c h o y p o r hacer
p o r la im p u ta c ió n p u n tu a l d e ca d a á to m o d e se n tid o a las
in stan cias con flictivas q u e c o o p e ra ro n o b lig a to ria m en te en la
p ro d u cció n d el su eñ o y q u e co n clu y ero n , en su tex to , su ex
trañ o co m p ro m iso . A sí ya n o serfa en to n ces c o n tra d icto rio el
in c o n c ie n te , sin o e l su jeto o la psique in coto el lu gar d o n d e
sim p lem e n te se d an b a talla d eseos y p ro h ib icio n es in co m p ati
b les en tre sí. V ale la p e n a se ñ a la r de paso qu e esa m ism a re
d u cció n o trivialización fo rm a o b lig a to ria m en te la m ayor par
te d el tra b a jo in te rp re ta tiv o (y am enaza co n ag o tarlo , si un
an alista ca re c e d e lu c e s).
295
iZnrit e l i u± Gas(oríad is
30. Ver mi texto “ Epiiegómenos a una teoría del alma...” (1968), Las Encrucijadas del
laberinto, op. cit., pp. 46-48. ..
296
H echo y p o rh u ccr
297
C ornelius Casioriadis
29S
H e c h o y p o r h a cer
31. “Lo inconciente", G.W., X, pp. 275 y sig., y 285; “La represión", G.W., X, p. 250.
32. Debo dejar aquí de lado la importante, compleja y difícil cuestión del apuntalamiento/
sostén. La Institución imaginaría de la sociedad, op. cit., pp. 392-393.
299
(Cornelius C astoriadis
33. S.E., 1, 319. Carta 69 a Fliess. 21 de setiembre de 1897, S.E.. 1. pp. 259-261.
300
H ech o y p o r hacer
301
C ornelius Casioríadis
3 02
H e c h a y p o r h a cer
303
C orn eliu s C a storíadis
304
H e c h o y p o r h a cer
S o b r e ¡o v iv ir n te
m'
T o cio lo q u e ex iste —el ser-en te total— está en sí in trín se ca
m en te regid o, e n u n o d e sus estratos, el p rim er estrato n atu
ral, p o r la ló g ica co n ju n tista -id en tita ria , en sfd ica —y sin duda
ta m b ién , a u n q u e la cu n ar y fra g m e n ta ria m e n te , en todos los
d em ás estratos.
Esa m ism a ló g ica d o m in a e n fo rm a ev id en te a ese co n stitu
y en te e sen cia l d el p rim er estrato n atu ral cjue es el vivie n te en
g e n e ra l, y p o r e n d e al ser h u m a n o en ta n to sim ple viviente.
La célula, la planta y el p erro fu n cion an , p rim ero y p o r sobre
todo, de acu erd o con una in m en sa red de sf/no, atracción/re-
p u ls ió n , a c e p t a c ió n / r e c h a z o , y se g ú n u n a in t e r m in a b le
categ o rizació n d e lo “d ad o ” sig u ien d o lo q u e llam aríam o s atri
b u tos ex clu y en tes u n o s d e o tro s. L a b io lo g ía m o le cu la r y la
n eu ro fisio lo g ía co n te m p o rá n e a s son una im p lem en ta ció n de
esa m ism a ló g ic a q u e re d e sc u b re n o in tro d u cen en sus o b je
tos, co m o se q u iera . E n esa m ed id a es p osib le ca lificar e n gran
p a r t e al s im p le v iv ie n te c o m o u n a s u e r t e d e a u tó m a t a
c o n ju n tis ta -id e n tita r io . E x p r e s ió n q u e d e b e m o s to m a r c o n
m u c h o cu id ad o : la im ag en p a re ce rá muy sim p le si pen sam os
e n las fu n cio n e s v e rd a d era m en te co m p leja s d el viviente, p o r
e je m p lo esa m a ra ñ a d escu b ierta p o r la in v estig ación c o n te m
p o r á n e a e n la f r o n t e r a e n t r e s is te m a n e r v io s o c e n t r a l,
e n d o c rin o e in m u n ita rio . L a id ea d el viviente co m o au tó m ata
co n ju n tista -id en tita rio d e b e to m arse co m o u n a idea d e traba
j o te n d ie n te a o rg an izar a q u e llo q u e en n u e stro c o n o cim ie n
to del viviente p ro v ien e d e la ló g ica en sfd ica, y a d isting u ir y
m o strar q u é se le resiste o la su p era. H ag o n o ta r q u e en su
o r ig e n , a u tó m a ta n o sig n ific a “m á q u in a ”. A u tó m a ta , a u to -
m a to s, es lo q u e se m ueve p o r s í m is m o —es d e c ir algo p o r
co m p le to o p u esto a lo q u e las le n g u a s y los p u eb lo s m o d ern o s
h an lleg ad o a co n sid e ra r c o m o au tóm atas.
P ero in clu so a sí co n sid era d o , el viviente es tam bién un s í
m ism o (so i), c o m o b ien sa b en los in m u n ó lo g o s. Y tam bién y
so b re todo un p a ra sí, c o m o los b u e n o s filósofos h an sabid o
d esd e siem p re. C o m o tal, d e b e p o se e r —pues si n o n o ex istiría
305
C o rn e liu s C a sroria d is
306
H ech o y p o r h a cer
L a i m a g in a c ió n h u m a n a
D e b em o s p o s tu la r q u e c o n la a p a rició n d el ser h u m a n o
tie n e lugar u na ru p tu ra e n la evolución p síq u ica del m u n d o
an im al. A q u í n o vam os a m atar los fu n d am en to s b io ló g ico s de
u n a ru ptura sin d u d a em p a re n ta d a con el su p erd esarro llo del
sistem a nervioso c e n tra l, p e ro so b re todo co n u na organ iza
ció n d ife re n te d el m ism o . L o e sen cia l es q u e m e d ia n te un
d esarro llo m o n stru o so d e la im a g in a ció n , esa n e o fo rm a ció n
p síq u ica que es e l m u n d o p síq u ico h u m an o, se vuelve a -fu n
cional. El h o m b re es un a n im a l ra d ica lm en te in e p to p ara la
vida. De a h í su rg e, n o c o m o “cau sa” sino co m o co n d ició n de
ex isten cia, la c re a c ió n d e la so cied ad .
307
C orn eliu s CasCariadis
308
Hec/i o y p o r h a cer
309
C o m e ¡i l i s C a sto ria d is
35. Por ej. De Anima. III 9, 424 a 26. Dunamis significa en primer lugar la potencia en
el sentido de la capacidad de hacer. Aristóteles va a redoblar esta significación ccn
la ¡dea de posibilidad, creando la oposición dunamei. como potencia y ergó como
acto, potencial o virtualmente y efectivamente o actualmente.
310
H echo y p o r hacer
311
C ornelius C astoriadis
36. Ver por ejemplo la primera parte de La Institución imaginaria de la sociedad, op. cit.
37. La Institución imaginaria de la sociedad, op. cit. (1975).
312
H e c h o y p o r hacer
313
C o t n e/í us C aí lo ría d i s
(1) L a s o c ie d a d es c r e a c ió n , y c r e a c ió n d e s í m ism a :
a u to cre a ció n . Es su rg im ien to d e u na nueva fo rm a o n to ló g ica
—un nuevo ciclos—y de un nuevo nivel y m o d o de ser. Es u na
casi-totalidad q u e se m a n tien e u n id a p o r las in stitu cio n es (le n
g u aje, n o rm a s, fam ilia, h erra m ie n ta s, m od os de p ro d u cció n ,
e tc.) y p o r las sig n ifica cio n e s que las m ism as en c a rn a n (to tem s,
tabúes, d ioses, D ios, p o lis, m e rc a n c ía , riq u ez a , p a tria , e t c .) .
A m bas —in stitu c io n e s y sig n ific a c io n e s— re p re se n ta n c r e a c io
n es o n to ló g ic a s. E n n in g u n a o tra p a rte e n c o n tra m o s in stitu
c io n e s co m o m o d o de re la c ió n q u e m a n tie n e u n id o s a los
314
J-Jccho y p o r ha cer
( I I ) L a so c ie d a d es s ie m p re h is tó r ic a en el s e n tid o am
p lio y p ro p io d e l té r m in o : a trav iesa s ie m p re un p ro c e s o de
a u to a lt e r a c ió n , es un p r o c e s o d e a u to a lte r a c ió n . E se p ro
c e s o p u e d e se r, y casi sie m p re fu e , lo s u fic ie n te m e n te le n
to c o m o p a ra p a sa r in a d v e rtid o . S ó lo q u e d u ra n te los ú lti
m o s 4 0 0 a ñ o s , e n n u e stra p e q u e ñ a a ld e a h istó ric a -so cia l fu e
m á s b ie n r á p id o y v io le n to . L a c u e s tió n d e la id e n tid a d
d ia c r ó n ic a d e u n a s o c ie d a d , la c u e s tió n d e s a b e r c u á n d o
u n a s o cie d a d d e ja d e se r “la m ism a " y se tra n s fo rm a en “o tr a ”
es u n a p re g u n ta h is tó r ic a c o n c r e t a q u e la ló g ic a h a b itu a l
n o p u e d e r e s p o n d e r (la R o m a d e la p r im e ra R e p ú b lica , la
R o m a d e M a rio y S ila , la R o m a d e lo s A n to n in o s y o tro s,
¿so n “la m is m a R o m a ”? ).
315
C o rn e liu s C asto rin d is
(11T) P u e s to q u e n o s o n p r o d u c ib le s c a n sal m e n t e ni
d ed u cib les ra c io n a lm e n te , las in stitu cio n es y la s sig n ific a c io
nes im agin arias so cia le s ele cada so cied a d son c re a c io n e s li
bres e inm otivadas d el colectiv o a n ó n im o . S o n c re a c io n e s e x
n ih ilo , no in riih ilo ni ctirn n ih ilo . E so q u ie re d e cir qu e son
creacio n es bajo co a c ció n . A c o n tin u a c ió n m e n c io n a ré alg u
n a s d e las m á s i m p o r t a n t e s d e ta le s c o a c c i o n e s o
c o n d ic io n a m ie n to s.
316
H e c h o y p o r hacer
317
C o ít i el i u iC a sto ñ sd is
318
H ech o y p o r h a c e r
319
C ornelius (2ascoríaciis
(IV ) A lg u n o s c o m e n ta r io s a d ic io n a le s s o b re el t é r m i n o
s i g n i f i c a c i o n e s im a g i n a r ia s s o c i a l e s a y u d a r á n a e v i t a r
m a le n te n d id o s. E le g í el té rm in o “s ig n ific a c io n e s ” p o r c o n
sid e ra rlo el m e n o s in a d e c u a d o p a ra a q u e llo a lo q u e a p u n
to. P e r o d e n in g ú n m o d o d e b e to m á rs e lo e n u n s e n t i d o
“m e n ta lis ta ”. L as s ig n ific a c io n e s im a g in a ria s s o c ia le s c re a n ,
un m u n d o p r o p io p a ra la so c ie d a d c o n s id e r a d a , e n r e a l i
dad e lla s s o n e se m u n d o ; y e lla s fo r m a n la p s iq u e d e lo s
in d iv id u os. C re a n u n a “r e p r e s e n t a c ió n ” d el m u n d o , i n c l u i
d a la so cied a d m ism a y el lu g a r q u e ésta o c u p a e n e se m u n
d o ; p e r o esto n o es e n a b s o lu to u n c o n s c r u c tu m i n t e l e c
tu al. E sto va a la p a r c o n la c r e a c ió n d e u n e m p u je o t e n
d e n c ia de esa so c ie d a d (u n a in t e n c ió n g lo b a l, p o r a si d e
c ir ) y d e un h u m o r o S t i i n m u n g e s p e c íf ic o —u n a f e c t o o
u n a n e b u lo sa d e a fe c to s q u e im p r e g n a n la to ta lid a d d e la
v id a so cia l. P o r e je m p lo , la fe c ris tia n a es u n a c r e a c ió n h is
tó r ic a p u ra y e s p e c íf ic a q u e c o m p o r ta “m e ta s ” p e r s o n a le s
(s e r a m a d o , se r salvad o p o r D io s, e tc .) y s o b re to d o e x t r a
ñ o s y p a rtic u la re s a fe c to s , to ta lm e n te in c o m p r e n s ib le s (y
a b e rra n te s , m ó r ia , d ic e P a b lo c o n tod as las le tra s ) p a ra c u a l
q u ie r g rie g o o r o m a n o c lá s ic o (y ta m b ié n p a r a c u a l q u i e r
c h in o o ja p o n é s ). E sto es c o m p r e n s ib le si r e c o r d a m o s q u e
la so cie d a d es u n s e r p a ra sí.
S u b lim a c ió n , p e n s a m ie n to , r e fle x ió n
L a su b lim a c ió n —n o c ió n m uy p o c o e la b o r a d a p o r F r e u d ,
q u e d ecía; “h a b ría q u e volver s o b re e lla ”— es el p r o c e s o m e
d ian te el cual la p siq u e es llevada a íc m p la z a i sus o b je to s p i o -
pios o privados sin in v estid u ra, in clu id a su p ro p ia im a g e n p a r a
ella m ism a, p o r o b je to s q u e ex isten y valen en y p o r su in s t itu
ció n social, y a h a c e r de ello s “causas”, “m e d io s” o “s o p o r t e s ”
d e p la ce r p ara la p siq u e m ism a.
320
H e c h o y p o r hacer
321
C o rn e liu s C astoriadis
i2 2
H e c h o y p o r h a cer
323
C o rn eliu s Czstorjatlis
324
H e c h o y p o r hacer t , &V5l‘ o 1
V*s?v
.
se n tid o m u c h o m ás am p lio q u e el que su a u to r le otorgat»JL^
E se c u e stio n a m ie m o d e las rep resen ta cio n es tribales es lo qu e
p o r e je m p lo a p a re ce cu a n d o T a les y o tros em piezan a d ecir:
los griegos cu e n ta n lindas historias, p ero que lo q u e v e rd a d e
r a m e n te es o c u a n d o H c r á c lit o a c u s a a lo s p o e ta s
(m itó lo g o s) d e n o sa b er lo q u e d icen. Es lo qu e F reu d ex p re
sa al a rrib a r a Estados U n id os co n su fam oso: “n o sab en q u e les
traem os la p e s te ”. L a p este p sicoan alítica es el cu e stio n a m ie m o
de todas las re p re se n ta c io n e s instituidas a c e rc a de la m aravi
llosa in o c e n c ia in fa n til, la vida sexual del h o m b re , su altruis
m o y b o n d a d , su b ien d efin id a y pu ra p e r te n e n c ia a u n o u
o tro se x o , e tc . Las re p re se n ta c io n e s relativas a la sexu alidad
so n o b v iam en te u n a de las pied ras angulares del ed ificio so
cial in stitu id o.
E l su rg im ien to de la re fle x ió n sólo p u ed e darse a través de
u n a fu n d a m e n ta l c o n m o c ió n y m od ificación de tod o e l cam
po h istó rico -so cial, ya q u e im p lica la sim u ltán ea y re c íp ro c a
m e n te co n d ic io n a d a e m e rg e n c ia de u n a so cied ad d o n d e ya
n o hay verd ad sagrada (revelad a) y de individuos p ara q u ie
n es d ev ien e p síq u ica m en te p osib le cu estio n a r tanto el fu n d a
m e n to del o rd e n social (sin p e rju icio de volver a a p ro b a rlo
llegad o el ca so ) co m o el d e su p ro p io p en sa m ien to , vale d e c ir
d e su p r o p ia id e n tid a d . Q u ed a cla ro en to n ce s q u e la reflex ió n
p re su p o n e y m a teria liz a la ru p tu ra d el p e n sa m ie n to c o n la
fu n c io n a lid a d .
D el lad o d el su je to la re fle x ió n im p lica m u ch o m ás qu e
eso q u e K a n t lla m a “a p e r c e p c ió n tra sc e n d e n ta l”, es d e c ir “la
c o n c ie n c ia p u ra , o rig in a ria , in m u ta b le ” d e la u n id ad d e la
c o n c ie n c ia , la “c o n c ie n c ia d e la u n id ad n e c e sa ria [...] qu e
lig a tod os los fe n ó m e n o s se g ú n c o n c e p to s , es d e c ir se g ú n
re g la s”.41 L a r e fle x ió n im p lic a el tra b a jo d e la im a g in a ció n
ra d ica l d el su je to .
325
C o rn e ü us Castoriadis
E n e f e c t o , p a r a q u e haya r e f le x ió n p r im e r o L l e n e q u e
h a b e r alg o q u e s ó lo la im a g in a c ió n ra d ic a l p u e d e d ar: hay
q u e p o d e r r e p r e s e n ta r s e n o c o m o o b je to sin o c o m o a c tiv i
d a d r e p r e s e n ta uva, c o m o un o b je to -n o o b je to . Se tra ta d e
v er d o b le y v erse d o b le y d e a c tu a r s e c o m o a c tiv id a d a c
tu a n te . L a r e f le x ió n es la tra n sfo rm a c ió n d el p e n s a m ie n to
e n o b je to d e s í m ism o , c o n tr a p u n to q u e s u b tie n d e al p e n
sa m ie n to d el o b je to m e d ia n te un r e t o r n o d el p e n s a m ie n to
s o b r e s í m is m o . L u e g o es n e c e s a r io q u e el s u je to p u e d a
d e s p re n d e rs e d e las c e rte z a s de la c o n c ie n c ia . E llo im p lic a
la c a p a c id a d d e d e ja r e n su sp e n so los a x io m a s, c r ite r io s y
re g la s q u e c im e n ta n al p e n s a m ie n to c o m o a ctiv id ad m e ra
m e n t e c o n c ie n t e y d e s u p o n e r q u e o tr o s (a x io m a s , c r it e
rio s y re g la s) tod av ía in c ie rto s y tal vez to d av ía d e s c o n o c i
d o s, p u e d a n r e m p la z a d o s . S e tra ta e n to n c e s d e v erse y d e
p la n te a r s e c o m o ese se r p u r a m e n te im a g in a rio e n to d o el
s e n tid o d e la p a la b ra : u n a a ctiv id ad q u e , au n te n ie n d o c o n
te n id o s p o s ib le s , n o tie n e n in g u n o se g u ro y d e te r m in a d o .
E n el m o m e n to d e la v e rd a d e ra in te r r o g a c ió n re fle x iv a , ya
c u e s tio n ó lo a d m itid o h asta e n to n c e s p o r lo s d em á s y p o r
m í m ism o y eso c o n c ie r n e n o a o b je to s triv ia les, sin o a a su n
tos e s e n c ia le s p a ra m i p e n s a m ie n to . E n tr e v e o —o n o — o tra s
p o s ib ilid a d e s, y d u r a n te esa fase tie n d o a s e r p u ra activ id ad
s u sp e n d id a e n t r e e l r e c h a z o de a lg o , d e a lg o q u e a p a rtir
d e ese m o m e n to m e v eo o b lig a d o a re c h a z a r , y la e s p e ra , la
p o s ib ilid a d d e o tr a co sa p a ra n a d a se g u ra . T ie n d o a s e r p u ra
a ctiv id ad a b ie r ta c o m o in te r r o g a n te —o m ás b ie n te n g o q u e
p la n te a r m e c o m o tal. D e sd e lu e g o , es s ie m p re a “m í” a q u ie n
p la n te o c o m o s u je to d e d ic h a a ctiv id a d : m e p la n te o c o m o
o b je to e n ta n to a c tiv id a d d e in te r r o g a c ió n y p o r esa vía ta m
b ié n c o m o “c o n c ie n c ia d e u n a u n id a d n e c e s a r ia ”. P e r o a
e se n iv el la u n id a d n o es e n la c e “d e to d o s los fe n ó m e n o s ,
... se g ú n c o n c e p t o s ” o re g la s; es la u n id a d d e 7a a s p ir a c ió n
d e u n a lig a d u ra a ú n p o r h a c e r ser, d e e n la c e s y re g la s to d a
vía p o r e n c o n tr a r al fin a l d e u n p r o c e s o q u e s u sp e n d e las
r e g la s m ism a s d e su d e s e n v o lv im ie n to . P o r s u p u e s to , n o
p u e d e n c u e s tio n a r s e e n s im u ltá n e o to d o s lo s c o n te n id o s y
326
H e c h o y p o r hacer
42. Ya di algunos ejemplos indicativos en otro lado. Ver, por ejemplo, el prólogo de
Encrucijadas del laberinto, op. cit., p. 17 y sig.; “Alcance ontológico de la historia de
la ciencia", Dominios del hombre, op. cit., pp. 451-452; aquí mismo en “Merleau-
Ponty y el peso de la herencia ontológica", p. 187 y sig.
327
C o rn e liu s Cascoriacüs
Lambí tí n e n c u a n to a la h is to r ia d e las c ie n c ia s , c o n el a g re
g a d o d e c o n s id e r a c io n e s e s p e c ífic a s a c e r c a d el o b je to , la
m a n e ra de p r o c e d e r y el re s u lta d o p e r s e g u id o : e x p lic a c ió n
en la c ie n c ia s n a tu ra le s, c o m p r e n s ió n e n las c ie n c ia s s o c ia
les e h is tó r ic a s .
V a le la p e n a c o n s id e r a r a lg u n o s e je m p lo s c o n c re to s . El
rol d e la im a g in a ció n c re a d o r a se ve d el m o d o m ás cla ro y
p re ciso en el d e sa rro llo d e la m a te m á tic a . L a im a g in a ció n
m a te m á tica (q u e K a n t p re te n d ía c o n fin a r a la in tu ic ió n “co
m ú n ” d e esp a cio y tiem p o ) es u n a a c u m u la c ió n in c re íb le d e
e n tid a d e s n o in tu ib le s —e s p a c io s d e d im e n s ió n n o d e d i
m en sió n in fin ita o fra c c io n a ria , sin h a b la r d e o tras c r e a c io
nes tod av ía m ás “ir r e p r e s e n ta b le s ” y sin e m b a rg o im a g in a
rias. El v ín c u lo c o n las “p a la b ra s”, es d e c ir c o n los sím b o lo s
m a te m á tico s, es ev id en te e irr e c u s a b le , p e ro n o so n las c o m
b in a c io n e s d e “p a la b ra s” las q u e c r e a n el p e n sa m ie n to m a te
m á t ic o , q u e e n c a m b io d e b e c o n s t r u i r p a so a p a s o lo s
sim b o lism o s q u e lo e n g e n d ra n .
T a m b ié n e n física, cad a vez qu e hay un av an ce im p o rta n te
hay p o s ic ió n d e d ich a s fig u ras, fig u r a c io n e s d e u na id e a o
m o d e lo s v a g a m en te in tu ib le s d e u n a t e o r ía e n vías d e se r
ex p licitad a c o m o tal. S ó lo p orqu e es b e lla cita ré la h istoria del
d e scu b rim ie n to d e la fó rm u la d el b e n z e n o p o r K eku lé, el g ran
q u ím ic o o rg á n ic o d el sig lo p a sa d o . K e k u lé tie n e u n su e ñ o
d o n d e a p a re ce re p resen ta d o un c ír c u lo d e seis se rp ien tes en
el q u e cad a u na le m u e rd e la co la a la q u e tie n e d elan te. Al
d ía sig u ien te e n c u e n tra lo q u e b u sca b a en vano desde h a c ia
tiem p o : la fó rm u la e s te re o q u ím ic a h e x a g o n a l d e la m o lécu la
de b e n z e n o .
V oy a te rm in a r to m a n d o d o s e je m p lo s d e l p ro p io F reu d .
R e le a m o s e l P ro y e c to de 1 8 9 5 . ¿Q u é o tr a co sa es el P ro y e c to
sin o un c o n s tr u c tu m im a g in a rio d e F re u d q u e h a c e p en sa b le '
lo p síq u ico ? E stá n los d iag ram as, p e r o n o só lo los d iag ram as;
hay c irc u la c ió n d e “c a rg a s”, b a rre ra s, p ro x im id a d o d istan cia
e n tr e n e u r o n a s , e t c . F re u d se fa b r ic a u n a im a g e n m e n ta l,
u na fig u ra , un m o d e lo ; se la fa b ric a p o rq u e re fle x io n a , p e ro
328
H e c h o y p o r ha cer
43. Esta imagen es tan potente, además, que podemos encontrar sus elementos
esenciales en el famoso articulo de McCulloch y Pitts cincuenta años más tarde.
44. G.W., XVI. p. 69. Cf. Serge Viderman, La ¿Construcción del espacio analítico.
París. Denoél. 1970. pp. 323-324.
329
C otti e l i ns Cas ¡o l ia d is
“refu tab le”, (alsablc en sen tid o p o p p cria n o , p ero esto está le
jo s d e ab o lir la d istin ció n e n tre verd ad ero y falso. Se p u ed en
d e cir in fin id ad d e pavadas so b re el ap arato p síq u ico (o so b re
la so cied ad a te n ie n se o el n a c im ie n to d el cap italism o ) y se
p u e d e d e m o s tra r q u e so n pavadas. P e ro las c o n s tru c c io n e s
teóricas resisten tes son p ocas e in frecu en tes. Y sin duda algo
d istin g u e (y d istin g u iría hasta p a ra el p o p p e ria n o m ás o b tu
so) a algu ien q u e —c o m o F reu d — p ro d u ce un m o d elo p lausi
ble del ap arato p síq u ico d e algún o tro q u e d ije ra que tod o se
d eb e a q u e a lo larg o de las n eu ro n as circu la m erm ela d a de
g rosella. Hay in fin id a d de pavadas d em o stra b les co m o tales,
p ero m uy p ocas id eas q u e prim a fa c ie se so sten g a n y p u ed a n
so p o rta r un e n fo q u e c rítico .
P o r lo g e n era l, u n a te o ría novedosa e im p o rta n te -N e w to n ,
E in steín , Darw in, y e l p ro p io Freu d p o r n o h a b la r de los filóso
fo s— n o sólo n u n ca es m era “in d u c ció n ” sino tam p oco el sim
ple p ro d u cto “p o r su stra c c ió n ” d e la “fa lsa ció n ” de las teo rías
p rexisten tes. U n a te o ría noved osa e im p o rta n te es, bajo co a c
c ió n d e lo s clacos (es a esto a lo qu e a p u n ta n ta n to la e m p iria
c o m o la “fa ls a c ió n ”) p o s ic ió n d e u n a n u eva fig u ra / m o d e lo
im ag in aria d e in telig ib ilid a d .
330
H echo y p o r hacer
331
•■■ 3 ' !■: : .! :.|
.
B IB L IO G R A F ÍA '
SB L a S o c ie d a d b u ro crá tica
T o m o I. L as re la c io n e s d e P ro d u cció n en R u sia
T o m o II. L a rev o lu c ió n c o n tra la B u ro c ra c ia
E d itio n s 1 0 / 1 8 , P arís, 1 9 7 3 .
E d . castellan a: T u sq u e ts E d ito re s, B a rc e lo n a , 1 9 7 6 .
E M O La E x p e r ie n c ia d e l M o v im ie n to O b re ro
T o m o I. C ó m o lu ch a r
T o m o II. P ro le ta ria d o y O rg an ización
E d itio n s 1 0 / 1 8 , P arís, 1 9 7 4 .
E d ició n ca stella n a : T u sq u e ts E d itores, B a rc e lo n a , 1 9 7 9 .
C L L es C a rrefo u rs d u L a b y r in ü te
París, 1978.
E d . castella n a : D os e x te n so s a rtícu lo s s o b re p sicoan álisis:
333
C a r n e / / u s C a sto ría d is
C M R Ca.piia.Hsmo M o d e r n o y R e v o lu c ió n
T o m o 1. L ’im p érialism e e t la g u erre
T o m o II. Le m ou v em en t rév o lu tio n n a ire sous le cap italism e
in o d e r n e
E d itio n s 10/3 8, P arís, 1979.
E d ició n castellan a: Ed. R u ed o Ib é r ic o , M adrid, 1970.
(C o m o au to r fig u ra “Paul C a rd a n ” - e s d e c ir el se u d ó n im o
d e C. C astoríadis co n qu e se p u b lica ro n o rig in alm e n te los
a rtícu lo s en “S o cia lism e ou B a rb a rie ”).
CS L e C o n te n u d u S o cia lism e
E d itio n s 1 0 / 1 8 , P arís, 1979.
SF L a S o c ié ce F ran^aise
E d itio n s 1 0 / 1 8 , P arís, 19.79.
334
Ilc c h o y p o r h a c e r
335
C ornelius C asioriadi .s
TIL L-o h is to r ie o -s o c ia l y la p s i q u e
H a n s J o a s , L ’i n s t i t u t i o n n a l i s a t i o n c o m m e p r o c c s s u s
c ré a té u r. S u r la sig n ifica tío n so cio lo g iq u e d e la p h ilo so p h ie
p o lltiq u e d e C o rn e liu s C astoriad is (L a In s titu c io n a liz a c ió n
c o m o p ro ceso crea d o r. S o b re la sig n ifica ció n so cio ló g ica de la
filo so fía p o lític a d e C o rn eliu s C a sto ria d is); A xel H o n n e th . L?ne
sau vegarde o n to lo g iq u e de la rév o lu tio n . S u r la th é o rie so ciale
d e C o rn e liu s C astoriad is (U n a salvaguard a o n to ló g ic a de la
rev o lu ció n . S o b re la teo ría social d e C o rn eliu s C asto riad is);
H ans G. F u rth , L a b ase d év elo p en tale d e l ’“im a g in aire so cia l”
sousq a c e n t a u x in stitu tio n s so ciales (L a b ase d el d esarrollo del
“im a g in a rio so cia l” su b y acen te en las in stitu c io n e s so cia le s);
J o e l W h ite b o o k , In tersu b jectiv ity an d th e M o n a d ic C o re o f th e
Psyche: H ab erm a s and C astoriad is o n tb e L ln con siou s; Je a n -
P ie rre Dupuy, In d ivid u alism e e t a u to -tra n sc e n d a n cc (In d ivi
d u alism o y a u to tra sc e n d e n c ia )
IV . E l m u n d o c o n t e m p o r á n e o :
la c u e s ti ó n r u s a y e l c a p ita lis m o m o d e r n o
338
H e c h o y p o r h a cer „ -o *
% ^
V. E tic a y p o l í t i c a
:?ir.
S e rg io Z o rrilla , P cu t-o n r é flé c h ir l’c th iq u e d an s le cad re
d ’u n e p e n sé e c o m m c c c lle d e C astoriad is? (¿Se p u e d e p en
sa r la é t ic a e n el m a r c o d e u n p e n s a m ie n to c o m o el de
C astoriadis?; Je a n -P ie rre S im eó n , L a p en sée d e la d é m o cra tic
c h e z C a s t o r ia d is (E l p e n s a m ie n t o d e la d e m o c r a c ia en
C astoriad is) P e re n e F e h é r, C astoriadis an d th e R e-d efin itio n
o f S o c ia lista ; llu g u e s P o ltie r, D e la p raxis k l ’in stitu tio n et
re to u r (D e la p raxis a la in stitu c ió n )' vu elta); G érald B erth o u d ,
C astoriadis e t la critiq u e des Scien ces so cia le (C astoriad is y la
c ritic a d e las c ie n c ia s so cia le s); C orn eliu s C astoriad is, H e ch o y
p o r h a ce r
339
IN D IC E
P r ó l o g o a l a e d i c i ó n c a s t e l l a n a ..................................................................................... 9
A d v e r t e n c i a a i . l e c t o r .....................................................................................................
H e c h o y p o r h a c e r .......................................................................................................................... 2 1
O n t o lo g ía ................................................................................................. 22
R e la ció n c o n la filo so fía h e r e d a d a ............................................ 33
P siq u e y so cied a d ............................................................................... 41
A p rend izty c y p r o g r e s o ................................................................... 48
S e n tid o y validez ................................................................................. 53
A u to n o m ía : la e tic a ........................................................................... 72
A u to n o m ía : la p o lític a ..................................................................... 81
P lo y .............................................................................................................. 93
P S IQ U E
P a s i ó n y c o n o c i m i e n t o .......................................................................................................... 1 4 7
L a p ara d ó jica re la c ió n e n tre p asión y c o n o c im ie n to ... 148
A spectos filo só fic o s........................................................................... 151
C re e n cia , c o n o c im ie n to , v e r d a d ............................................. 154
A sp ectos p sico a n a lítico s ............................................................... 157
C o n o c im ie n to y p asión p o r la v e rd a d .................................. 163
i
P s i c o a n á l i s i s y f i l o s o f í a ....................................................................................................... 1 6 9
O n c o lo g ía ............................................................................................. 172
A n tro p o lo g ía f ilo s ó fic a ................................................................. 1 7 8
F ilo so fía p r á c t ic a .............................................................................. 182
LOCO S
M e r l e á u - P o n t y y e l p e s o d e l a h e r e n c i a o n t o l ó g i c a ........................ 1 87
P h u s is , c r e a c i ó n , a u t o n o m í a ........................................................................................... 2 3 3
. C o m p l e jid a d , m a g m a s , h is t o r ia . E l. e je m p l o d e l a
CIUDAD MEDIEVAL.......................................................................................... 247
P erp lejid a d es d e la c o m p le jid a d ............................................ 247
H e te ro g e n e id a d y c r e a c i ó n ....................................................... 253
H e re n c ia , h e te ro g e n e id a d y c re a c ió n
e n la h isto ria e u r o p e a .................................................................... 255
“La C iudad m ed iev al” .................................................................... 261
) I m a g in a c ió n ,i m a g i n a r i o , r e f l e x i ó n .................................................. 2 6 7
B ib l io g r a f ía .................................................................................................3 3 3
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se terminó de imprimir en
RIPARI S.A
General J G. Lemos 246/48 Capital Federal,
en el mes de diciembre de 1998.