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Sexualidad en la adolescencia

Durante la adolescencia, los impulsos sexuales hacen que se busque el contacto con el otro
sexo y surjan las primeras relaciones y sentimientos amorosos.

¿Qué es la sexualidad en la adolescencia?


La sexualidad en la adolescencia es aquella en la que el joven se desarrolla física y
mentalmente, adquiriendo los caracteres sexuales secundarios (los que no tienen que ver
con el órgano reproductor, como la nuez en los hombres o el ensanchamiento de las caderas
en las mujeres) y desarrollando el pensamiento maduro; pero también despierta un
comportamiento sexual, se transforma en un ser sexual.

La sexualidad no sólo tiene que ver con el acto de reproducirse, sino que representa la
generación de deseos, sentimientos, fantasías y emociones, es decir, el desarrollo de una
identidad sexual, que se puede definir como aquella parte de la identidad del individuo que
le permite reconocerse y actuar como un ser sexual.

Etapas del desarrollo de la sexualidad


Al igual que el desarrollo físico y mental, la sexualidad se forma gradualmente y necesita
pasar por una serie de etapas antes de completarse. Los cambios que se producen en la
sexualidad pueden enmarcarse dentro de las etapas de la adolescencia y la pubertad, ya
que las transformaciones físicas y mentales condicionan sobremanera el desarrollo de la
sexualidad y de la identidad sexual:
 Adolescencia temprana (11-13 años): Durante esta etapa, que se caracteriza por la
velocidad de los cambios físicos en el adolescente, el joven se encuentra aún lejos
del deseo sexual adulto, por lo que se presenta como una fase de autoexploración
(a menudo a través de la masturbación), debido a los nuevos cambios físicos y
psíquicos que experimenta (como la aparición de los primeros impulsos sexuales y
de la espermarquia o primera eyaculación), y también de exploración del contacto
con el otro sexo.
 Adolescencia media (14-17 años): El adolescente ya está casi completamente
desarrollado, sus órganos sexuales están listos para la reproducción y el deseo
sexual se incrementa. En esta fase se desarrolla una sensación de invulnerabilidad
y fortaleza que inducen al joven a comportarse de una forma narcisista. Se empieza
a buscar el contacto habitual con el otro sexo y pueden llegar las primeras
relaciones sexuales. El adolescente no sólo responde a sus impulsos sexuales, sino
también a su narcisismo, es decir, pone a prueba la propia capacidad de atraer al
otro. También se considera que durante esta etapa se produce el auge de las
fantasías románticas. Las relaciones sociales fuera del entorno familiar,
especialmente con amigos, empiezan a tener preponderancia, por lo que el
adolescente contrapone los valores y la educación sexual recibida de sus padres
con la de sus amigos (en muchas ocasiones llenas de mitos derivados de la poca o
nula experiencia sexual), lo que puede acarrear riesgos, si a esto se suma que el
adolescente aún no ha desarrollado del todo el pensamiento abstracto y en algunas
ocasiones le cuesta pensar en las consecuencias de sus actos. Además, al no haber
desarrollado por completo el pensamiento adulto, el adolescente utiliza los
sentidos para expresar sus emociones.
 Adolescencia tardía (17-21 años): El adolescente se ha desarrollado por completo,
física y psíquicamente. La capacidad de pensar en abstracto y de ser consciente de
las consecuencias futuras de los actos hace que el joven pueda mantener relaciones
sexuales maduras y seguras. El deseo ya no sólo responde a un estímulo o pulsión
sexual, sino que el adolescente, ya adulto, comienza a buscar otros valores en sus
relaciones sociales, como la confianza o la reciprocidad.

La importancia de recibir una buena educación sexual


La pubertad y el desarrollo sexual son etapas de cambios constantes, donde el deseo y los
impulsos sexuales dominan a una parte racional que no está del todo desarrollada. Recibir
una buena educación sexual es muy importante, no sólo a corto plazo, es decir, para que
el adolescente supere sin riesgos sus etapas de maduración física y psíquica, sino también
para establecer el comportamiento sexual que tendrá el joven cuando sea adulto.

Durante la adolescencia, el joven está expuesto a riesgos que se deben evitar mediante
medidas preventivas:

 La sexualidad entra dentro de la intimidad: Las relaciones sexuales pertenecen a la


intimidad de las personas, por lo que no es necesario compartir los detalles sobre
las mismas, a no ser que se quiera hacer. Los padres y el entorno no deben presionar
al adolescente.
 Desarrollo de habilidades sociales y de autocontrol: Los impulsos sexuales dominan
a los racionales durante la adolescencia, sobre todo al comienzo de la fase de
adolescencia media, donde el joven ya ha desarrollado por completo sus órganos
sexuales, pero no el pensamiento adulto. La educación debe proveer al adolescente
de conocimientos que le permitan desarrollar conductas y comportamientos
sexuales correctos.
 Informar: Es vital dotar al adolescente de la información necesaria sobre los riesgos
que traen las relaciones sexuales sin protección (embarazo precoz, Enfermedades
de Transmisión Sexual, etcétera), así como de los beneficios que reporta practicar
sexo seguro.

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