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memoria / modernidad 175

episodios épicos, hasta ensayos escritos por trascendido la tradición, como una ruptura
familiares de desaparecidos asesinados en la con lo que existió antes. Incluso aquellos
última dictadura militar. discursos académicos, literarios y políticos
Estos testimonios, además, forman parte que argumentan a favor de la coexistencia
del acervo de archivos y museos (públicos-pri- de lo tradicional y lo moderno lo hacen
vados), cuyo fin constitutivo fue organizar la tratándolos como dominios diferenciados,
memoria perdida o desperdigada, entre ellos los cuales son vistos luego como unidos de
podemos nombrar la creación del Parque de maneras diversas el uno con el otro (por
la Paz en Santiago de Chile, en el predio que ejemplo, Canclini, Culturas híbridas). Todo
había sido el campo de concentración de la esto se asienta sobre imágenes poderosas,
Villa Grimaldi durante la dictadura. La crea- contendientes, viscerales de tradición y
ción del Museo de la Memoria de Rosario, modernidad que tienen densos atributos
el Museo de la esma (Escuela de Mecánica mundanos, u ontológicos. Es importante re-
de la Armada) Buenos Aires, La mansión considerar estos asuntos, sobre todo abor-
Seré, en Morón, estos últimos en Argentina; dando las construcciones de la modernidad
todos fueron centros de detención, secuestro como siempre particular y, sin embargo, ya
y muerte por la última dictadura. global.

bibliografía.Calveiro, Pilar, Desapariciones, antinomias perdurables. Desde hace tiempo


Taurus, México, 2002; Candau, Joël, ya, las formidables oposiciones entre las co-
Antropología de la memoria, Nueva Visión, munidades estáticas, tradicionales, y las so-
Argentina, 2002; Del Pino, Ponciano y Elizabeth ciedades dinámicas, modernas, han jugado
Jelin, comps., Luchas locales, comunidades e un papel importante en las comprensiones
identidades, Madrid, Siglo XXI de España de la historia y la cultura. Al principio, la
Editores, 2003; Felman, Shoshana y Dori Laub, dualidad parecería ser un poco más que un
Testimony: Crises of Witnessing in Literature, tablón ideológico de “la teoría de la moder-
Psychoanalysis and History, Nueva York, nización”, oponiendo la (primordialmente
Routledge, 1992; Halbwachs, Maurice, A me- no-occidental) tradición con la (principal-
mória coletiva, Río de Janeiro, Vértice, 1990 mente occidental) modernidad. Pero la an-
[La memoria colectiva (trad. Inés Sancho tinomia tiene implicaciones más amplias y
Arroyo), Zaragoza, Prensas Universitarias de bases más profundas (Dube, Stitches on
Zaragoza, 2004]; Jelin, Elizabeth, Los trabajos Time). No es sólo que la dualidad haya ani-
de la memoria, Buenos Aires, Siglo XXI mado y articulado otras oposiciones perdu-
Editores, 2002; Lévi, Primo, Si esto es un hom- rables, tales como las que se dan entre ritual
bre, Madrid, Muchnik, 1987; Nora, Pierre, Les y racionalidad, mito e historia, comunidad
lieux de mémoire I: La République, París, y estado, magia y lo moderno, emoción y
Galimard, 1984  ; Nunca más: informe de la razón. Es también que como un legado du-
Comisión Nacional sobre la Desaparición de radero de la idea desarrollista de historia
Personas, Buenos Aires, Eudeba, 1999; Ricoeur, universal, natural, y como una representa-
Paul, La memoria, la historia, el olvido, Buenos ción engrandecedora de una modernidad
Aires, Fondo de Cultura Económica, 2004; exclusiva, occidental, tales antinomias han
Zárate Toscano, Verónica, Los nobles ante la encontrado una variedad de expresiones en-
muerte en México: actitudes, ceremonias y me- tre los distintos temas que han nombrado,
moria (1750-1850), México, El Colegio de descrito y objetivado desde, al menos, el si-
México/Instituto Mora, 2000. glo xviii (Dube “Anthropology”; para una
discusión de la modernidad del Renacimiento
[marcela valdata] y del Nuevo Mundo véase, por ejemplo,
Dube, Banerjee-Dube y Mignolo).
Las representaciones que se desprenden
modernidad de la Ilustración Europea han jugado un pa-
pel crucial aquí. Sería apresurado y erróneo
En las concepciones cotidianas y académi- ver la Ilustración Europea del los siglos xvii
cas, ser moderno y representar la moder- y xviii como una unidad. Considerando las
nidad, aparece repetidamente como haber tensiones entre el racionalismo en Francia y
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el empirismo en Gran Bretaña, así como las mitivo y lo civilizado, en su lugar, sin em-
concepciones diferentes de la historia uni- bargo, no había ni un “yo” occidental singu-
versal y natural, es mejor hablar en plural, lar ni un “otro” no-occidental exclusivo. En
es decir de Ilustraciones (Porter; Pocock; cambio, en este terreno se encontraban en
Kelley; véase también, Muthu). Aquí se en- juego la separación cultural de “seres occi-
contraban, también, desafíos a los procedi- dentales” y las jerarquías históricas de alte-
mientos racionalistas en una variedad de ridades no-occidentales. En este escenario,
Contra-Ilustraciones, las cuales a su vez mol- muchos pueblos (por ejemplo, los africanos,
dearon la Ilustración (Berlín: 1-24; los afro-americanos y los grupos indígenas
McMahon, 2002). A pesar de tal pluralidad, en América y a través del mundo) estaban
ha sido generalmente aceptado que el perío- todavía atrapados en la etapa del barbaris-
do de la Ilustración estuvo acompañado por mo y salvajismo con pocos prospectos de
ideas y procesos de la secularización del avance. Otras sociedades (por ejemplo, las
tiempo judeo-cristiano (e.g., Fabian: 26-27, de la India y de China) habían alcanzado los
146-147). En realidad, tal secularización no peldaños ascendentes de la civilización pero
fue una idea emergente y consecuente, sino con todo, carecían de las fundaciones críti-
un proceso restringido y limitado (Becker; cas de la razón. Aun otros pueblos (princi-
se ofrece una discusión más larga en Dube palmente de origen occidental y del norte
Historical Anthropology). europeo) habían logrado los avances más
En este contexto, esquemas de desarro- altos de la humanidad por medio de las ven-
llo diferenciados y a la vez superpuestos tajas de raza y racionalidad y de las propen-
suscribieron grandes diseños de la histo- siones de la historia y la nacionalidad. De
ria humana, desde las propuestas raciona- hecho, era el pasado y el presente de este
listas de Voltaire y Kant hasta los marcos último grupo de personas, abarcando la ele-
historicistas de Giambattista Vico y Johann gida Europa ilustrada, que fue tomado y
Gottfried von Herder. Hubo profundas con- extendido como un espejo en general. En
troversias entre tales esquemas; sin embar- este espejo, la historia universal del hombre
go, de diversas maneras cada uno proyectó fue imaginada, y el destino fue representado
detallados modelos de desarrollo de la his- como grupos y sociedades que se rendían
toria universal (Kelley: 211-262). Tales ten- ante o que se ponían a la altura de la mo-
siones divergentes y énfasis convergentes dernidad.
partían del hecho, a menudo olvidado, de La idea de la modernidad implica una
que la Ilustración fue tanto histórica como ruptura con el pasado. Su narrativa insinúa
filosófica, y tanto sobre la reescritura de la rupturas con el ritual y la magia y se separa
historia como sobre el replanteamiento de del encantamiento y la tradición. Siguiendo
la filosofía. Las consecuencias fueron limi- interpretaciones eruditas (e.g., Habermas,
tadas pero significativas. A través del siglo Philosophical Discourse; Koselleck: 3-20),
xix pero también después, tiempo y tempo- como un concepto de época, la modernidad
ralidades judeo-cristianos y mesiánicos no ha sido vista como la incorporación de un
perdieron su influencia en los mundos occi- estatus nuevo y distinto a periodos prece-
dentales (e.g., Moore, Crapanzano). Para la dentes, insinuando orientaciones esencial-
segunda mitad del siglo xix, por lo menos mente nuevas al pasado, al presente y al fu-
en el Occidente protestante, el tiempo se- turo. Éstos son argumentos persuasivos que
cularizado podía adquirir una aureola na- llevan sus propias verdades, pero también
turalizada y el pensamiento desarrollista fue presentan a la modernidad en términos más
destilado (incierta y contradictoriamente y bien idealizados. Al mismo tiempo, precisa-
al mismo tiempo potente y poderosamente) mente por estos motivos, tales concepciones
como progreso histórico. son sumamente representativas.
A esto sucedió que el tiempo vino a ser Para empezar, los entendimientos acredi-
progresivamente entendido en maneras je- tados y cotidianos de la modernidad la pro-
rárquicas para delinear pueblos y culturas yectan como un fenómeno generado pura e
en el movimiento de la historia, proyectado internamente dentro de Occidente, aunque
como el avance del progreso. Frecuentemente más tarde fue exportado a otras partes de la
articulado por la Ur-oposición entre lo pri- humanidad de formas diversas. De esto se
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desprende que exactamente esta medida sir- hecho profundamente jerárquico. De hecho,
ve para rechazar la dinámica de colonizador la noción de la modernidad como una rup-
y colonizado, raza y razón, Ilustración e im- tura con el pasado divide mundos sociales e
perio que es la base de la modernidad como históricos entre lo tradicional y lo moderno,
historia. Estos procedimientos idénticos articulando y animando más todavía otras
anuncian los registros principales del traza- oposiciones como aquellas entre ritual y ra-
do jerárquico de tiempo y espacio. Tanto en cionalidad, mito e historia, y magia y mo-
los modos conscientes como inadvertidos, dernidad.
los registros implican dos medidas simultá- ¿Por qué debían las antinomias de la
neas. Al ensayar el Occidente como moder- modernidad haber jugado un papel im-
nidad, ellos igualmente representar la mo- portante en el trazado y la fabricación de
dernidad “como el Occidente” (Mitchell: 15, mundos sociales? Estas oposiciones surgie-
cursivas en el original). ron integradas en formidables proyectos de
La idea de la modernidad, como el sepa- poder y conocimiento, que derivaron en la
rarse del pasado, se basa en la imaginación Ilustración, el imperio y la nación. Éstos
de rupturas dentro de la historia Occidental. han sido proyectos tan motivados como di-
Pero tal idea no puede evitar también co- versos “no simplemente de mirar y registrar,
nectar la importancia de las separaciones sino de registrar y rehacer” el mundo (Asad:
del Occidente con mundos no Occidentales, 269). No sorprende que las oposiciones en sí
ya sea explícita o implícitamente. Por un mismas asumieran autoridad analítica per-
lado, la cesura definida por la modernidad suasiva y que adquirieran atributos mun-
como el nuevo comienzo es convertida en danos penetrantes, articulados de forma
pasado, “precisamente al comienzo de los diversa con representaciones de la moder-
tiempos modernos” en Europa (Habermas, nidad y con su trayectoria como un proyec-
Philosophical Discourse: 5). Es adelante de to de progreso que se autorrealiza, además
este umbral que el presente es visto como de una encarnación de la historia evidente
renovado en su vitalidad y novedad por la por sí misma. Y así, las antinomias siguen
modernidad. Por otro lado, exactamente ejerciendo sus persuasiones en el presente,
cuando lo moderno es privilegiado como el incluyendo a las imágenes de la modernidad
periodo más reciente, la novedad y la vitali- en América Latina.
dad de la modernidad enfrentan los espec-
tros de lo “medieval”, lo “supersticioso”, lo “ sujetos de la modernidad. ¿Pero qué es exac-
profético”, y el serpenteo “espiritual”. Estos tamente la modernidad? La modernidad
espíritus son una presencia previa y un pro- debe ser entendida como la conexión de
ceso en curso. Cada tentativa de involucrar- distintos procesos históricos durante los úl-
los en el presente implica marcarlos como timos cinco siglos. Aquí se encuentran los
un atributo del pasado. Esta referencia es a procesos que conllevan, por ejemplo, el co-
la manera de las representaciones dominan- mercio y el consumo, la razón y la ciencia,
tes, el Talibán y Al-Qaeda son simultánea- la industria y la tecnología, el estado-nación
mente “contemporáneos” y “medievales”; y y el sujeto-ciudadano, esferas públicas y
en los entendimientos dominantes, los en- espacios privados, religiones secularizadas
cantamientos de hoy de “los indios” y “lo y conocimientos desencantados. Al mismo
primitivo” son al mismo tiempo contempo- tiempo, aquí deben ser registrados, también,
ráneos y anacrónicos. los procedimientos que involucran imperios
Sugiero, entonces, que los significados, y colonias, raza y genocidio, formas de fe
entendimientos y acciones que caen fuera renacientes y tradiciones cosificadas, regí-
de los horizontes conducidos por el desen- menes disciplinarios y sujetos subalternos,
canto de la modernidad tienen que ser tra- y la magia del estado y los encantamientos
zados como aquellos que se han quedado de lo moderno.
retrasados de esta nueva etapa. Aquí, los Durante los últimos cinco siglos los
mapeos espaciales y las medidas temporales procesos y procedimientos de la moderni-
del Occidente y el no-Occidente se apoyan dad como historia no han sido para nada
en la trayectoria del tiempo, un eje que cla- ininterrumpidos, homogéneos o sencillos,
ma ser normativamente neutral, pero es de contrariamente a los alegatos hechos a fa-
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vor de la trayectoria singular del fenómeno. A lo largo de los siglos recientes, los su-
Estos procesos han encontrado expresiones jetos de la modernidad han incluido, por
distintas en diferentes partes del mundo, ejemplo, comunidades indígenas en América
de modo que la modernidad en algunas bajo el dominio colonial y nacional, los pue-
ocasiones ha sido representada en plural, blos de descendencia africana no sólo en
modernidades. Al mismo tiempo, ya sean aquel continente, sino en diferentes diáspo-
entendidos como modernidad o moderni- ras a través del mundo y, de hecho, mujeres
dades, estos procedimientos se han referido y hombres subalternos, marginales y perte-
a construcciones de significado y poder, las necientes a las elites y en escenarios no
cuales han sido decisivamente contradicto- Occidentales y Occidentales. En el caso lati-
rias, contingentes y disputadas. De hecho, noamericano, los sujetos de la modernidad
es dentro de tal pluralidad y heterogenei- han comprendido no sólo a las clases me-
dad, contingencia y contradicción, que las dias progresistas occidentalizadas, sino a
oposiciones constitutivas de la modernidad, campesinos, indios y trabajadores que de
jerarquías formativas y distinciones seduc- modo diverso han articulado los procesos de
toras –por ejemplo, entre lo tradicional y colonialismo y poscolonialismo.
lo moderno y otras antinomias jerárqui- Una y otra vez, los sujetos de la moder-
cas– parecen escenificadas y elaboradas. Es nidad han revelado que hay diferentes ma-
también aquí donde deben ser encontrados neras de ser moderno. Ellos han accedido y
los encantamientos duraderos de la moder- han excedido las determinaciones del sujeto
nidad: desde la imagen inmaculada de sus moderno, sugiriendo la necesidad de repen-
orígenes y sus fines hasta sus oposiciones sar su exclusividad. No obstante, los sujetos
dominantes, y desde las nuevas mitologías de la modernidad también han mostrado
de imperio y nación hasta la densa magia escasa consideración hacia las finuras del
del dinero y los mercados. Puesto de otra sujeto moderno precisamente al articular la
manera, como historia, los términos de la modernidad. Aquí, es necesario enfatizar
modernidad son asiduamente articulados y, que hay otros sujetos modernos además de
sin embargo, son todavía básicamente diver- los Occidentales. Los múltiples sujetos mo-
sificados, al punto de la desunión consigo dernos (en el Occidente y el no-Occidente)
mismos (Dube, “Introduction”; Stitches on son también sujetos de la modernidad, pero
Time; Enchantments, contienen más amplias no todos los sujetos de la modernidad son
discusiones sobre estos asuntos, y también sujetos modernos. Todos estos diferentes su-
tratan las maneras en las cuales las discusio- jetos han registrado dentro de sus medidas
nes críticas de la modernidad han empezado y significados las contradicciones formati-
a destacar desde los años noventa). vas, contenciones y contingencias de la mo-
Estos procesos no son procedimientos sin dernidad.
sujetos. Más bien, surgen expresados por los
sujetos de la modernidad, sujetos que han la modernidad y latinoamérica. Las intimida-
comprometido y elaborado las estipulacio- des de la modernidad han estado presentes
nes de la modernidad como historia. Aquí por mucho tiempo en América Latina, ge-
es evidentemente inadecuado fusionar el su- neralmente reflejadas en la imagen de una
jeto de la modernidad con el sujeto moderno. Europacosificada. La región en sí misma ha
¿Qué se quiere decir con esto? Discusiones sido imaginada inquietante y, sin embargo,
influyentes y concepciones cotidianas de la como una parte del mundo Occidental, aun-
modernidad, con frecuencia, han procedido que con carencias específicas y dentro de lí-
imaginando el fenómeno a la imagen de lo mites particulares. Todo esto es el resultado
europeo y lo euroamericano, y a menudo, de cartografías dominantes y “metageogra-
también, el sujeto masculino, moderno. En fías” autorizadas (Lewis y Wigen), que han
cambio, al referirnos a los sujetos de la mo- dividido el mundo entre el Occidente y el
dernidad, hablaremos de los actores histó- Oriente, el Este y el Oeste, apuntaladas por
ricos que han sido participantes activos en los discursos del orientalismo (Said) y del
procesos de la modernidad, tanto sujetos a occidentalismo (Coronil), muy presentes en
estos procesos como también sujetos que expresiones estéticas y cotidianas (e.g., Paz,
moldean estos procesos. Vislumbres). Es más, en América Latina,
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como en la mayor parte del mundo no Provincializing Europe; Chatterjee). En otras


Occidental, tales modelos han surgido uni- palabras, este grupo considera críticamente
dos con la estipulación que decretaba que lo el lugar y la presencia de las estipulaciones
moderno y la modernidad ya habían pasa- coloniales de conocimiento/poder dentro de
do en alguna otra parte (Morris). Si esto ha las provisiones modernas de poder/conoci-
generado entre los modernos latinoamerica- miento. Consecuentemente, tales movimien-
nos la ansiedad de mirarse como poco origi- tos han mirado a la modernidad como un
nales, también los ha conducido a una varie- proyecto profundamente ideológico y un
dad de búsquedas de una manera distintiva aparato primario de dominación, en el pa-
de lo moderno nacional, el modernismo y la sado y el presente.
modernidad, posicionada entre el Oeste y el En segundo lugar, en años recientes, la
Resto. (No sorprende que diferentes discur- noción de la magia de lo moderno ha en-
sos y representaciones “indigenistas” y “pri- contrado articulaciones interesantes, sobre
mitivistas” a menudo han jugado un papel todo en la antropología crítica y en los es-
crítico aquí.) En el México de comienzos y tudios culturales, incluyendo los de América
mediados del siglo xx, por ejemplo, basta Latina. Una influencia importante aquí ha
pensar en los trabajos y la vidas tanto de sido representada por las ideas de Marx
Diego Rivera y Frida Kahlo como también sobre el fetichismo hacia las mercancías y
de Los Contemporáneos tales como Jorge el capital y la magia de los mercados y el
Cuesta y Salvador Novo (y, algo más tarde, dinero. En el pasado, tal esfuerzo analíti-
los del Grupo Hiperión). El hecho es que las co podría subsumir aquellas ideas de Marx
discusiones del modernismo –en sus encar- a sus propuestas sobre la cosificación y la
naciones simultáneamente republicanas y enajenación (e.g., Taussig Devil). Pero los
autoritarias, políticas y estéticas, y guberna- textos más recientes discuten la interac-
mentales y cotidianas– han proporcionado ción entre lo mágico y lo moderno como
algunos de las concepciones más sólidas de más críticamente constitutiva de mundos
las narrativas de la modernidad en América sociales (Owen; Li Puma; Meyer y Pels;
Latina (Rama, Ciudad letrada; Sommer, During). Es de esta manera que el trabajo
Ficciones; Ramos; Franco, Plotting Women, reciente sobre América Latina y el Caribe
Critical Passions), una tendencia que conti- ha proporcionado significados frescos a las
núa en el presente (Hedrick; Franco, Decline discusiones de la magia/locura del capitalis-
and Fall; González Echevarria). Es en este mo y el colonialismo (Taussig My Cocaine;
contexto, entonces, que se deben considerar también Shamanism; Price) y del fetiche/
tres amplios grupos de discusiones recien- cosificación del estado y la nación (Coronil,
tes sobre la modernidad en América Latina, Magical State), mientras ejercicios relacio-
los cuales han puesto un signo de interro- nados (Taussig Defacement) se han mudado
gación sobre los dualismos fáciles entre los hacia la simultánea evocación y desfigura-
modernismos prolíficos y la modernización ción del poder, indicando el carácter sagra-
deficiente en la región, como ha sido expre- do de la soberanía moderna, para encantar
sado por autores influyentes (e.g., Paz, Ogro; de nuevo la modernidad por medio de la
Cabrujas). representación y la escritura surrealistas, el
En primer lugar, considerando la relación pensamiento y la teoría extáticos.
entre imperio y modernidad, los asuntos del Finalmente, en tercer lugar, una varie-
colonialismo a menudo han sido entendidos dad de escritos sobre América Latina (y el
en América Latina como si ocuparan el lugar Caribe) han explorado sobresalientemente
de un pasado borroso y distante. Contra es- las cuestiones críticas de la modernidad y
tas disposiciones dominantes, un importante sus márgenes. Estas exploraciones han en-
cuerpo de pensamiento crítico sobre América contrado múltiples expresiones, desde luego
Latina hoy (Dussel The Invention, “Sistema en una gama de trabajos académicos sobre la
mundo”; Quijano; Lander; Mignolo, Darker región, desde discusiones sobre arquitectura
Side, Local Histories) se enfoca en los esque- y forma construida (Valerie Fraser; Lejeune)
mas subterráneos y las apariciones forzadas hasta aquellas sobre políticas campesinas y
de lo moderno y lo colonial, uniéndose a otras populares (Mallon La sangre; Stern, Battling
conversaciones claves (e.g., Chakrabarty, y Remembering; también Thurner), espacio y
180 modernidad / multiculturalismo

territorialidad (Alonso; Radcliffe), cultura y Fernando, El estado mágico: naturaleza, dine-


consumo (Yúdice, Expediency), representa- ro y modernidad en Venezuela, Caracas, Nueva
ción y subalternidad (Beverley Subalternity; Sociedad/Universidad Central de Venezuela,
Rodriguez Latin American Subaltern Studies; 2002 [The Magical State: Nature, Money, and
véase también, Rabasa; Bartra; Thurner y Modernity in Venezuela, Chicago, University
Guerrero; Gareth Williams). Al mismo tiem- of Chicago Press, 1997]; Crapanzano, Vincent,
po, este grupo incluye el trabajo que explíci- Serving the Word: Literalism in America from
tamente ha involucrado términos históricos the Pulpit to the Bench, Nueva York, New Press,
y contemporáneos, texturas y transforma- 2000; Dube, Saurabh (ed.), Enchantments
ciones de la modernidad. En este terreno, of Modernity: Empire, Nation, Globalization,
las exploraciones se han extendido desde las Nueva Delhi/Nueva York, Routledge, 2007;
consideraciones influyentes de las coorde- Dube, Saurabh, Ishita Banerjee-Dube, and
nadas hétero-temporales de tiempo-espacio Walter Mignolo (eds.), Modernidades colonia-
nacional (García Canclini, Culturas híbridas) les: otros pasados, historias presentes, México,
hasta aquellas de las articulaciones mutuas El Colegio de México, 2004; Fabian, Johannes,
y las mediaciones de la modernidad y la na- Time and the Other: How Anthropology makes its
ción (Lomnitz-Adler, Modernidad y Salidas; Object, Nueva York, Columbia University Press,
Tenorio-Trillo; Saldaña-Portillo; Overmyer- 1983; Habermas, Jürgen, The Philosophical
Velázquez). Estas exploraciones han invo- Discourse of Modernity: Twelve Lectures (trad.
lucrado cuestiones de: piedad, intimidad, Frederick Lawrence), Cambridge, Mass., mit
personificación e imagen bajo los regímenes Press, 1987; Koselleck, Reinhart, Futures Past:
entrelazados de la modernidad y la religión On the Semantics of Historical Time (trad. Keith
(Lester; Voekel; Gruzinski); la modernidad Tribe), Cambridge, mit Press, 1985 [Futuro
en sus formaciones barrocas (González pasado: para una semántica de los tiempos
Echeverria) y sus configuraciones verná- históricos (trad. Norberto Smilg), Barcelona,
culas (Rappaport; Trouillot, 2002; también, Paidós, 1993]; Ramos, Julio, Desencuentros
Coronil, Magical State); y, crucialmente, con- de la modernidad en América Latina, literatu-
tradicciones y discusiones amplias, agudas, ra y política en el siglo xix, México, Fondo de
de la modernidad (Palmié; Fischer; Redfield; Cultura Económica, 1989; Rofel, Lisa, Other
Scott, Conscripts). Tomados en conjunto, Modernities: Gendered Yearnings in China after
aquí se pueden encontrar los trabajos que se Socialism, Berkeley, University of California
enfocan en las diferentes articulaciones de Press, 1998.
la modernidad como históricamente ancla-
da o culturalmente expresada, articulacio- [saurabh dube (trad. de jorge andrade)]
nes que cuestionan proyecciones a priori y el
formalismo sociológico que sostiene la cate-
goría-entidad (para tales escrituras en otros multiculturalismo
contextos véase, Rofel; Ferguson; Donham;
Piot; Comaroff y Comaroff; Harootunian; No cabe duda que el multiculturalismo como
Chakrabarty Provincializing Europe, Habita- concepto tiene una aplicación muy diferente
tions; Dube, Stitches, Postcolonial Passages, en Estados Unidos que en México y el resto
Enchantments). No es sorpresivo que, en de América Latina. De hecho, ni siquiera se
América Latina y en otras partes, las forma- han utilizado los mismos términos en diver-
ciones y las elaboraciones de la modernidad sas regiones para describir el fenómeno de
sean cada vez más discutidas y debatidas la diversidad de culturas, razas, etnias, idio-
hoy como procesos contradictorios y con- mas y religiones dentro del ámbito nacional.
tingentes de cultura y poder, como historias Durante el siglo xx, el concepto del multicul-
diversificadas e impugnadas de significado turalismo se difundió en países anglosajo-
y dominio. nes como Canadá y Estados Unidos, donde
se sigue empleando como ideología nacional
obras de consulta. Asad, Talal, Genealogies of oficial (en el caso de Canadá) y como prácti-
Religion: Discipline and Reasons of Power in ca educativa y política (especialmente a raíz
Christianity and Islam, Baltimore, The Johns del movimiento por los derechos civiles en
Hopkins University Press, 1993; Coronil, Estados Unidos) además de que se ha utili-

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