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Parroquia San Juan Bautista

PAZ Y BIEN
BOLETÍN PARROQUIAL
AÑO XXV III - JUNIO 2022 - NRO. 307

PARA PREPARARTE
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
PARA RECIBIR EL
ESPÍRITU SANTO EN Espíritu Santo,
LA FIESTA DE perfecciona la obra que Jesús
PENTECOSTÉS
comenzó en mí.
(pág. 2)
Apura para mí el tiempo
LA BATALLA DE LA de una vida llena de tu Espíritu.
VIRGEN CONTRA EL
DEMONIO Quiero ser sencillo,
(pág. 4) lleno de amor de Dios
y constantemente generoso.
AGENDA
(pág. 8) Que ninguna fuerza humana
me impida hacer honor
COMO ACABAR CON a mi vocación cristiana.
LOS PENSAMIENTOS Que ningún interés,
NEGATIVOS Y LA
AMARGURA por descuido mío,
(pág. 9) vaya contra la justicia.
Que ningún egoísmo reduzca en mí
los espacios infinitos del amor
Todo sea grande en mí.
Que la efusión de tu Espíritu de amor
venga sobre mí, sobre la Iglesia
y sobre el mundo entero.
Amén

Pte. Perón 2998. Valentín Alsina. 4208-8234


https://parroquiasjuanbautista.blogspot.com.ar/ psanjuanbautista1
Secretaría Parroquial: Martes y Viernes de 17 a 18:30 hs.
Para prepararte para recibir al Espíritu Santo
en la fiesta de Pentecostés
La fiesta de Pentecostés se celebra
50 días después de la Pascua de Resu-
rrección en la iglesia Católica, con la in-
tención de conmemorar la ocasión de la
Venida del Espíritu Santo sobre María y
los apóstoles. En esta festividad, Jesús
realiza lo que había prometido a los após-
toles, la cual contemplaba que Dios Padre
enviaría al Espíritu Santo y les llenaría
de sus dones y gracias, de forma que pu-
dieran evangelizar todos los pueblos.

3 pasos sencillos para recibir al Espíritu Santo en plenitud


durante la próxima Solemnidad de Pentecostés:
1. Limpia tu alma: Reconcíliate con Dios, contigo mismo y con el prójimo
«si queremos realmente recibir el Espíritu Santo como ese huésped de nues-
tras almas, debemos de hacer lo que toda persona haría cuando viene un visi-
tante a nuestra casa: limpiar la casa. No podemos recibir a alguien si es que
nuestra casa está sucia, y en este caso, sería limpiar nuestra alma».
«¿Cómo? Reconcíliate con el Señor, ve al sacramento de la Reconciliación. Si
tienes director espiritual, acércate a él, e intenta perdonar si es que tú tienes
algo en contra de alguien. Limpia toda tu casa, para que el Espíritu Santo se
sienta a gusto viniendo en tu vida y encuentre una morada limpia y digna para
Él».

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«el Espíritu Santo quiere morar en el corazón de los puros de corazón; no de
aquellos que no se equivocan, sino de los que se reconcilian con Dios, que vuel-
ven a su amistad con Él», y que «no tienen ninguna diferencia con sus herma-
nos, sino que viven en paz con todo el mundo en cuanto a ellos les toca».

2. Adorna tu alma: Practica una virtud cada semana


En el segundo paso, el prelado aconseja: «después de haber limpiado la casa y
sacado todo lo que no pertenece, no le gusta al Espíritu Santo o puede hacer-
nos daño, adornamos nuestra alma a través de las virtudes».
practicar virtudes como la paciencia, la templanza o la prudencia, adornando
así el alma, puesto que «mientras más virtudes todos los días puedas practi-
car, mayores adornos tendrá tu casa».
Para esto, elegir una virtud semanalmente durante los 50 días de la Pascua,
centrarse en ella y trabajarla particularmente, y así, al llegar Pentecostés, ha-
ber cultivado muchas virtudes, de modo que «tu casa no solamente estará lim-
pia, sino que también estará adornada».

3. Invita al Espíritu Santo a morar en tu alma


«invitar al Espíritu Santo» a morar en tu alma y «recibirlo con todo el deseo
que tu corazón pueda dar».
«San Agustín decía que nuestro deseo es nuestra oración, por lo tanto, si
deseamos ardientemente al Espíritu Santo y le pedimos todos los días:
‘‘Espíritu Santo ven’’, estoy seguro de que Él se quedará contigo y dará muchos
frutos en tu vida».
rezar diariamente una jaculatoria de la oración, que se suele recitar en Pente-
costés, o de cualquier otro himno o cántico dedicado al Espíritu Santo.
«A partir de hoy, toma una estrofa de este himno y repítelo durante todo el
día como un estribillo en tu mente, y vas a ver cómo también tu corazón poco a
poco irá invitando al Espíritu Santo para poder recibirlo, no solamente cuando
estés orando en una capilla, sino todo el día».
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La batalla de Virgen contra el demonio
Una persona creada por Dios es capaz de vencer al diablo y humi-
llar sus oscuros planes con el mundo, ¡y es tu madre!

«Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre


tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mien-
tras acechas tú su calcañar” Génesis 3

innumerables testimonios de exorcistas cuentan cómo


el demonio en medio de un exorcismo se ve obligado a
decir la verdad y reconocer la Inmaculada Concepción de
la siempre Virgen María.
Nos revelan que María es el “terror del infierno”. “Nos
arrebata más almas que todos los ángeles y santos jun-
tos”. La comparan con un “formidable ejército”.

Dicen que el diablo le contó al padre Amorth, exorcista:

“Ella me enfurece porque es la más humilde de todas las criaturas y por-


que yo soy el más orgulloso. Porque ella es la más pura de todas las cria-
turas y yo no. Porque ella es la más obediente a Dios y yo soy el más re-
belde”.

La humildad de María
Las Sagradas Escrituras nos revelan estas palabras de la Virgen que traen
luz a este asunto y aclaran por qué el demonio la odia y le teme tanto:

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“Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salva-
dor porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso des-
de ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”. Lucas 1

En su humildad, la llamaremos Bienaventurada.


Los santos de nuestra Iglesia han sido grades devotos de la Virgen. Algunos
más, como san Bernardo, que escribió muchas frases célebres y recomendaciones
para pedir la protección de la Virgen en nuestra vida cotidiana.

“En los peligros, en las angustias, en las dudas, acuérdate de María, in-
voca a María”. “Si ella te tiene de su mano no caerás, si te protege, na-
da tendrás que temer, no te fatigarás si es tu guía, llegarás felizmente
al puerto, si ella te ampara, y así en ti mismo experimentarás con cuán-
ta razón se dijo: El nombre de la Virgen era María”.

La razón de la desesperación del diablo


Hay una enorme distancia entre el demonio, que nos odia y destruye, y la
Virgen que nos protege y ama con amor ma-
ternal.
Él es orgulloso, enemigo de la humanidad, ase-
sino, padre de la mentira y nos odia a rabiar, bus-
cando nuestra destrucción, tentándonos para que
abandonemos la oración, perdamos la gracia san-
tificante y nos alejemos de Dios.
Ella, la más bella, la siempre virgen, purísima
de alma, nacida sin pecado, es la más humildad de
las creaturas.

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Creo que allí radica la desesperación del demonio: saber que una creatura creada por
Dios es capaz de vencerlo y humillar sus oscuros planes con el mundo.

Nuestra Madre nos cuida

Desde que soy un niño, la Virgen María ha formado parte de mi vida, me ha cuidado
con celo maternal, librándome de muchos peligros para mi alma.
Ella nos enseña lo que agrada a Dios: la pureza de intención, el servicio al prójimo, la
humildad y la obediencia. Todos recordamos sus luminosas palabras:

“He aquí la esclava del Señor;


hágase en mí según tu pala-
bra” Lucas 1

Piensa en lo que le tocó vivir. Una


joven judía, está rezando. Un ángel se
le aparece, le dice que será la madre
del Hijo de Dios.
Ella, a pesar de lo que pueda sentir o
pensar, humildemente responde: “Hágase en mí según tu palabra”.

Confiar en Dios
Es lo que se conoce como el santo abandono. Te abandonas en la Providencia, en las
manos amorosas de Dios porque sabes que de Él solo saldrá lo que es mejor para ti.
Ahora bien, sé que estás pasando un mal momento, la vida no ha sido generosa
contigo, sobre todo después de esta pandemia.
¿Eres capaz de sacar provecho espiritual a tus sufrimientos y en lugar de quejarte,
ofrecerlos?

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¿Puedes ofrecer todo lo que vives por la conversión de los pecadores? ¿Te animas
responder con humildad y abandono igual que la Virgen? «Hágase en mí…”

Ella vencerá
A mí me cuesta mucho, te lo digo honestamente. Toda mi vida he buscado a Dios. Sé
que en su pedagogía a veces pasamos malos ratos y también comprendo lo que dice la
Biblia en Romanos 8:

«Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para
bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su de-
signio.”

El demonio, presto a hacerme caer, conoce mis debilidades, igual que las tuyas.
Créeme, es un enemigo formidable, muy listo.
Y ha tenido siglos para estudiar a la hu-
manidad y desarrollar un instinto que le
permite saber cuándo atacarnos y dónde
golpear, cuál es nuestro talón de Aquiles.
Pero nada podrá contra ti, si sabe que es-
tás bajo el amparo y protección de la Vir-
gen María.

Encomiéndate a la Virgen, sé de
María, como ella lo fue Jesús.
Y recuerda sus palabras proféti-
cas: “Al final mi Inmaculado Cora-
zón triunfará”.

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JUNIO 2022
03.06 1º Viernes de mes, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
18,00 hs. Hora Santa. Exposición Santísimo Sacramento
04.06 1º Sábado de mes, dedicado al Inmaculado Corazón de María
05.06 PENTECOSTÉS. Virgen del Rocío y de la Libera
11 hs. Misa. Procesión por la plaza. Baile Flamenco. Chocolate c/churros.
06.06 María Madre de la Iglesia
11.06 San Bernabé, apóstol. COLECTA NACIONAL DE CARITAS
12.06 Santísima Trinidad
13.06 San Antonio de Padua
18.06 15 hs. Celebración Diocesana del Corpus Christi en la
Pquia. San Juan María Vianney (Monte Chingolo)
19.06 Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
24.06 Sagrado Corazón de Jesús
25.06 Nacimiento de San Juan Bautista. FIESTAS PATRONALES
16 hs. Procesión, Misa, Fogata de San Juan
Preside n/Obispo Mons. Marcelo Julián Margni
29.06 Santos Pedro y Pablo, apóstoles
30.06 Primeros Santos Mártires de la Iglesia de Roma

Todos los meses...


Los días 7: Recordamos a San Cayetano. Rezamos por el pan y el trabajo.
Los días 8: Recordamos a Ntra. Sra. que Desata los Nudos.
De 8.30 a 18.30 hs. Rosario c/hora. 19.00 hs. Misa.
Los días 11: Recordamos a Nuestra Señora de Lourdes.
18.30 hs. Rosario en la Gruta. Procesión hacia el Templo.
19.00 hs. Misa.
Los días 19: Recordamos a San Expedito.
Los días 24: Recordamos a San Juan Bautista.
Los días 26: Recordamos a Jesús Misericordioso.
Horarios de Misa: lunes a sábado 19hs; domingo: 11 y 19hs; Rezo del Santo Rosario: todos los días 18:30hs
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Cómo acabar con los pensamientos negativos
y la amargura

¿Qué les ocurre a esas personas que no salen de sus quejas y todo
lo ven de color negro, incluso antes de que suceda?

Quienes viven instalados en la amargura, muestran en

su rostro el rictus de la tristeza y el sufrimiento, tra-

tando de llamar la atención y obtener compasión. Así

relatan sus quebrantos, penas y enfermedades; lo mis-

mo en el contexto de una infancia infeliz, un matrimo-

nio desgraciado, o unos hijos ingratos, como si fueran

víctimas predestinadas a la infelicidad.

Al principio, las personas se compadecen de ellos, pero terminan evitándolas,

pues no son capaces de dar o recibir afecto, ni de generar confianza.

Por la experiencia clínica sobre esta actitud, bien podemos remitirnos al refrán: «De

músico, poeta y loco, todos tenemos un poco». También un poco de adicción a la amar-

gura, alimentada por los pensamientos negativos.

Algo más común de lo que se suele pensar.

¿Alguna vez ante el espejo nos hemos visto cansados, tristes, preocupados, y de más

edad cronológica que la que tenemos? Entonces, el espejo no solo refleja las arrugas

en la frente, sino también las del alma.

Así convendría preguntarnos:


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¿Nos hemos vuelto adictos a la amargura sin apenas darnos cuenta?

¿Vamos a vivir realmente, o solo a durar un cierto número de años? Si hablamos de

declinar, lo haremos finalmente por un sistema inmunológico deprimido, mientras va-

mos acumulando años, tiempo, vejez, arrugas, mal humor, egoísmo, ¿y algo

de obsesión hipocondríaca?
¿De dónde brotan esos pensamientos negativos, que nos quitan la posibilidad de dis-
frutar de las alegrías esenciales en tiempo presente?

Un pasado con el que no nos hemos reconciliado


No, no suelen ser las inevitables contrariedades de cada día, grandes o pequeñas,
sino que suelen brotar de un pesado fardo que traemos a cuestas, y en cuyo interior
se puede encontrar un pasado con el que no nos hemos reconciliado.
Ver todo negro puede deberse a que no nos hemos reconciliado con el pasado.
Un pasado sobre el que aún pesan las opiniones ajenas, culpa por errores y torpezas
cometidos, absurdos ridículos, pecados personales, los problemas de los demás, y
más. Y… quiérase que no… miedo a no encontrarle el verdadero sentido a nuestra vida,
mientras se avizora su finitud.
Un pasado que debemos admitir y aceptar, para enfrentarlo, superarlo, y madu-
rar.
Siendo así… ¿cuáles serían las formas de identificar esos pensamientos, para apren-
der a sustraernos a su influencia y ser felices?
La percepción negativa de las cosas. Muchas veces por malas experiencias del pa-
sado vemos en los sucesos que nos acontecen solo el lado negativo. Es decir, nuestro
espíritu quejumbroso solo ve el vaso medio vacío y no medio lleno.

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Atribuir nuestras malas experiencias siempre a algo o alguien. Por la falta de con-
fianza en nosotros mismos, damos una explicación a las contrariedades y contingen-
cias de nuestra vida, atribuyéndolas a la mala suerte, o a cierta mala intención de las
personas. Es fuente de dañinos prejuicios que afectan las relaciones interpersonales.

La expectativa de lo peor. La actitud ansiosa que se anticipa a los acontecimientos,


pensando lo peor. Sucesos por los que nos autoinfligimos un daño emocional y muy
probablemente no acontezcan.

La suposición o presunción sin los datos necesarios. Con poca o mala información,
sacamos conclusiones acerca de la vida, el mundo o las relaciones interpersonales, que
nos dan una visión negativa que no corresponde a la realidad.

Prejuzgar los valores ajenos. Nos configuramos una imagen acerca de cómo deben
o debería ser las cosas, y nos irrita lo que interpretamos como la deshonestidad de
quienes se relacionan con nosotros. Siempre se está a la defensiva de las intenciones
de los demás, aun cuando sean buenas.

Los pensamientos negativos, denotan


una afectación psicológica que merma
la capacidad de confiar en la provi-
dencia de un Dios que todo lo ve, nun-
ca nos abandona, y del que jamás
puede venir nada malo, aun cuando así
nos lo parezca.

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San Juan
Bautista

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